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10 de mayo de 2022

El algarrobo, sustento de Perú, en peligro

Una larva amenaza este árbol de 10 metros oriundo del país, vital para el ecosistema, protector frente a los rayos UV y garante de la supervivencia de aves e insectos.

 

La prosopis Pallida (algarrobo) es un árbol de 10 metros oriundo de Perú que tiene una gran importancia en el ecosistema, siendo quizás el árbol con mayor relevancia debido a que actúa como protector frente a los rayos UV, a la vez que como sustento de varias especies de insectos y aves que lo necesitan para su supervivencia.

Más allá de su importancia biológica, éste es de gran interés para la población, ya que regula la temperatura del ecosistema en el que se encuentra permitiendo así controlar los cambios fenomenológicos, como los del Niño en un país donde los desastres naturales azotan de manera devastadora a la población peruana.

Esto sucede especialmente en la parte del Norte de Perú y en las zonas más vulnerables. Este fenómeno está siendo recurrente y más seguido que antaño y una gran culpa de ello es la reducción de este árbol emblemático del Perú.

Según la Dra. Juarez (2018), “se ha determinado que un pequeño díptero llamado Enallodiplosis discordis, perteneciente a la familia Cecidomyiidae, es la principal causa de la mortandad de algarrobos”.

La larva de este díptero absorbe la savia de las hojas hasta secarlas, para luego caer; esto conlleva que las plantas, en un lapso de 3 a 7 años, mueran.

Dicha condición se viene agudizando con los efectos del cambio climático, los inadecuados procesos en la aplicación de agroquímicos a gran escala, así como los cambios que ha sufrido la fauna benéfica del bosque a todo nivel.

Considerando que estos bosques están directamente relacionados con cerca del 25% de la población Lambayecana y Piurana, se generan mayores carencias a la misma, la cual se ve presionada a migrar a otros espacios, al no poder desarrollar sus actividades que dependen del bosque, como la ganadería y la apicultura. Todo ello ocasiona, a su vez, una presión social mayor.

Tomado de: La Vanguardia 


4 de marzo de 2020

Los bosques tropicales ya no pueden con tanto CO2

Las selvas amazónica y centroafricana han superado su capacidad de retener dióxido de carbono.


La capacidad de los bosques tropicales de retirar de la atmósfera el dióxido de carbono (CO2) generado por los humanos se está acabando. Un estudio con cientos de miles de árboles de las selvas amazónicas y centroafricanas muestra que la cantidad del gas que retienen sus troncos, ramas y hojas en forma de carbono orgánico es cada vez menor. No se trata de que haya menos ejemplares por la deforestación, que también, sino que los que quedan crecen más deprisa y más grandes gracias a que hay más CO2, pero también están más expuestos al aumento de la temperatura y la sequía, muriendo antes.

Junto a los océanos, los bosques del planeta son actores claves en el ciclo del carbono. Por su extensión, su frondosidad y mayor tasa de crecimiento, las selvas tropicales son las que más dióxido de carbono retiran. Sus árboles lo incorporan mediante la fotosíntesis, absorbiendo el carbono como biomasa. Y allí se queda mientras viva el árbol. Los científicos contaban en sus planes con este efecto fertilizante para combatir el cambio climático provocado por el exceso del mismo gas. De hecho diversos estudios ya habían demostrado que las plantas han acelerado su fotosíntesis. Sin embargo, parece que ya no pueden más.

“Todos los modelos climáticos sugerían que las plantas continuarían tomando más CO2 durante varias décadas”, dice la investigadora de la Universidad de York y coautora del estudio Aida Cuní. “La tasa de fotosíntesis es más rápida pero tiene un límite fisiológico y este límite es el que estamos superando. En la selva amazónica se alcanzó hace 15 años y en la africana ya lo alcanzamos en 2012, añade.



17 de febrero de 2020

La deforestación cambia los sonidos de los monos aulladores

La acción de las personas está provocando que esta especie altere su forma de comunicarse.



La deforestación está cambiando la forma en que los monos se comunican en su hábitat natural. Así lo afirma un nuevo estudio de la Universidad de Waterloo (Canadá) que ofrece la primera evidencia sobre las diferencias en los comportamientos vocales en respuesta a diferentes tipos de límites en los bosques. El artículo se publica en la revista Behaviour .

En el contexto de la selva tropical de Costa Rica, los investigadores examinaron cómo los cambios en el hábitat causados ​​por las personas habían afectado a la vegetación y, a su vez, a la tasa y duración de los sonidos de los monos aulladores de la selva.

El estudio comparó cómo los comportamientos comunicativos de los monos aulladores difieren en los límites de los bosques afectados por la actividad humana, conocidos como bordes antropogénicos, en comparación con los límites naturales de los bosques.

La deforestación es uno de los problemas más graves en la Amazonia
La deforestación es uno de los problemas más graves en la Amazonia (luoman / Getty)
“Los monos aulladores son bien conocidos por hacer vocalizaciones muy fuertes y a largas distancias llamadas aullidos”, dijo en un comunicado de la universidad Laura Bolt, profesora adjunta de Antropología. “Si bien los aullidos solo son producidos por machos adultos, su función no se conoce por completo, por lo que realizamos nuestro estudio para probar la hipótesis de que la intensidad del aullido se relaciona con la defensa de los recursos ecológicos, como espacios más ricos en vegetación o árboles preferidos para su alimentación”

Para llevar a cabo su estudio, los investigadores recolectaron datos sobre aullidos desde mayo del 2017 hasta agosto del 2018, siguiendo a los grupos de monos mientras se desplazaban a través de diferentes hábitats entre los límites y el interior de los bosques.

Lea el artículo completo en: La Vangurdia

11 de febrero de 2020

El oro que crece en los árboles, una nueva vía para la minería

Los árboles parecen tener la clave para indicar la existencia de yacimientos de minerales preciosos. Siguiendo la presencia de estas partículas en las hojas, los científicos han conseguido mostrar cómo estos metales son transportados desde el subsuelo a través las raíces, dejando entrever cómo este hallazgo puede transformar la industria minera. 
Árboles como los eucaliptos, de raíces extensas y profundas, pueden transportar oro desde el subsuelo hasta sus hojas, indicando así la localización de depósitos del mineral. Crédito: Oat Phawat
La minería, una industria con miles de años de historia y fundamental para el desarrollo económico de muchas regiones del planeta, ha descubierto un nuevo lenguaje para entender lo que ocurre en el subsuelo sin tener que excavar. La clave está en el suelo. Pero también en la vegetación o en la nieve, capaces de reaccionar a los minerales que hay bajo tierra y revelar así la presencia de yacimiento de minerales preciosos como el oro. 
De hecho, las raíces de los árboles son la mejor conexión entre lo que ocurre en el suelo y lo que vemos en la superficie. Así lo ha demostrado un equipo de investigadores de la agencia científica australiana CSIRO liderado por Mel Lintern, que partiendo de este principio llevó a cabo un estudio basándose en las hojas de eucalipto de diversas zonas  de la región de Kalgoorlie (Australia) y otras cultivadas en invernaderos. El eucalipto crece en paisajes muy diversos y sus raíces pueden llegar hasta los 40 metros de profundidad. En 2013, la revista Nature publicaba la confirmación del origen de las pequeñas partículas de oro que había en las hojas de estos árboles. Una parte minúscula de este metal precioso se disuelve en forma de iones en el agua que las raíces absorben de la tierra. 

Al ser un mineral tóxico para las plantas, estas lo atrapan en pequeños cristales de oxalato de calcio, similares a las piedras del riñón en humanos y mamíferos, para evitar así que interfieran en su función celular normal.



Lea el artículo completo en: Canal Innovación


6 de enero de 2020

Dinamarca: un ‘chicle’ de hace 6.000 años conserva el ADN de la chica que lo mascaba

Esta resina de abedul ha permitido identificar las bacterias orales y lo que había comido antes de masticarla.

Recreación artística de una mujer joven a partir de la secuenciación de los genes encontrados en un 'chicle' prehistórico.

Una especie de chicle de hace casi 6.000 años aún conserva la marca de los dientes de quien lo mascaba. De ahí, un grupo de investigadores ha podido obtener ADN humano, pero también el de las bacterias que tenía en la boca. Es más, lograron identificar un virus que portaba y hasta lo que había comido antes de masticar esta goma de mascar milenaria. La chica (pues han podido determinar su sexo gracias a la genética) era morena de cabello y piel y de ojos claros. Los investigadores la llaman Lola.

La idea de obtener ADN antiguo era casi imposible hasta hace poco y, menos aún, si no era de algún hueso o diente debido al deterioro del material orgánico con el paso del tiempo. Pero el avance de las técnicas de lectura y secuenciación está permitiendo a los científicos localizar, como los forenses actuales, información genética humana registrada en cosas u objetos que estuvieron en contacto íntimo con alguien. ¿Y qué hay más íntimo que meterse un objeto en la boca y masticarlo?

En el genoma secuenciado no encontraron la mutación que permite a la mayor parte de los humanos modernos beber leche animal sin indigestarse. Tal mutación apareció hace unos 10.000 años y debió propagarse de forma paulatina desde entonces. Toda esta información permite a los autores del estudio identificar a la chica como miembro de algún grupo de cazadores recolectores que aún no había entrado en la nueva era del Neolítico europeo traído por nuevos pobladores desde el este y sureste del continente. Pero el chicle aún tenía mucho más que contar.

"También obtuvimos ADN de microbios bucales y varios patógenos humanos de importancia", comenta Schroeder. En el microbioma oral encontraron bacterias comensales, beneficiosas, como la Neisseria subflava, pero también perjudiciales, como la Porphyromonas gingivalis y la Treponema denticola, lo que indica que la mujer tenía una seria periodontitis, lo que reforzaría el uso del chicle como calmante. Además, el análisis de las muescas también permitió identificar el rastro del virus de Epstein-Barr, que ataca a las células de las glándulas salivales. Por último, los investigadores también hallaron genes que no eran ni humanos ni bacterianos: unos eran origen animal, los de un ánade real (un pato) y otros de procedencia vegetal, de avellanas en concreto. Debió de ser la comida que tomó la chica poco antes de mascar el chicle de abedul.

Con información de: El País (España)
 

30 de noviembre de 2019

Incendios en el Amazonas: gran parte de la Amazonía puede transformarse en sabana

¿Qué sucede cuando un organismo vivo, en este caso el mayor bosque tropical del planeta, es sometido a presiones nunca antes vistas?


Los recientes incendio que sucedieron en la Amazonía se suman a un incremento marcado en la desforestación.

Y si la destrucción de bosque sobrepasa cierto límite, la selva amazónica podría cambiar de forma abrupta.

Eso es lo que sostiene el científico brasileño Carlos Nobre, investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Sao Paulo, quien trabajó durante 35 años en el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE).

Nobre advirtió que si se llega a un determinado nivel de desforestación, la Amazonía puede alcanzar un punto de transformación sin retorno, un fenómeno llamado tipping point en inglés.

El experto brasileño publicó su advertencia el año pasado, junto al científico estadounidense Thomas Lovejoy, en un artículo en la revista Science Advances.

"Nuestros cálculos muestran que si desaparece entre un 20 y 25% del bosque amazónico, aumentará la duración de la estación seca y la temperatura, y eso puede llevar a que el bosque tropical dé lugar a una vegetación diferente, de sabana", le señaló a BBC Mundo Nobre.

En las últimas décadas, la desforestación ya alcanzó según el experto entre el 15 y el 17% de la Amazonía.

"Un tipping point es un cambio abrupto, una transformación abrupta en un sistema que va para otro estado completamente diferente", le explicó Nobre a BBC Mundo.

Si la desforestación continúa aumentando al ritmo actual, Nobre estima que podría llegarse al punto de no retorno en un período de "entre 15 y 30 años".

Con información de: BBC Mundo


11 de noviembre de 2019

Perú: ¡Ahora púedes proteger la Amazonía: adopta una hectárea de bosque!

El tráfico ilegal de madera ya no se contenta con la caoba y el cedro, árboles ahora reducidos a cifras mínimas en tan solo dos décadas. Hoy afilan sus huestes hacia el shihuahuaco, un árbol que llega a vivir 900 años y que, derribado en un par de horas, es destinado a ser piso en las viviendas. 

Y ante la inacción del Estado peruano por proteger los bosques surge una esperanza, Tatiana Espinoza (44), ingeniera forestal adquirió 916 hectáreas de bosque en la cuenca del río Las Piedras, en Tambopata, Madre de Dios (Perú). En este lugar, y desde el 2010 viene asumiendo la protección dedicho bosque mediante una organización sin fienes de lucro: ARBIO.  



ARBIO tiene 150 shihuahuacos adultos, pero este es un árbol especial, pues han crecido 300 ejemplares juveniles a su alrededor. Tati Espinoza y Emérito Ruiz, especialista en plantas medicinales, muestran las semillas del renacimiento. (Foto: Flor Ruiz)

Una noble tarea llevada a cabo por mujeres y que busca incrementar la conciencia social para la protección de la Amazonía, puedes encontrar más información AQUÍ. Y una manera directa de proteger una hectárea de bosque AQUI

Este 12 de noviembre de 2019, en Nepal, Tatiana será galardonada con el Jane Goodall Hope and Inspiration Ranger Award, por su labor conservacionista en Madre de Dios. Es uno de los premios más prestigiosos de medio ambiente en el planeta. “Será una sorpresa para muchos en el auditorio enterarse de que en la Amazonía peruana hay árboles de más de mil años que están siendo talados para convertirlos en pisos”.

Con información de:

El Comercio (Perú)

Peruvian Times

ARBIO

8 de mayo de 2019

Perú es el sétimo país del mundo con mayor deforestación de bosques primarios

Solo en el 2018 se perdieron 140,185 hectáreas de bosques primarios. Se trata de árboles que podían tener cientos o miles de años.

La selva del Perú perdió 140,185 hectáreas de bosques primarios en el 2018, lo que ubica al país como el sétimo con mayor deforestación de este tipo a nivel mundial, de acuerdo con un análisis de la Universidad de Maryland, publicado en Global Forest Watch. 

A nivel mundial, el año pasado  se desforestaron 3’600,000 hectáreas de bosques  primarios, un área que equivale a la extensión de Bélgica. A la cabeza de la lista se encuentra Brasil, con 1'347,132 hectáreas de bosques primarios deforestadas; seguido por la República Democrática del Congo, Indonesia, Colombia, Bolivia, Malasia y Perú. Por ende, el Perú es el cuarto país de América con la mayor deforestación de estos bosques.

Mientras Brasil ha registrado una disminución en la deforestación desde inicios de este siglo, Colombia, Bolivia y Perú han mantenido una tendencia creciente en la pérdida de estos bosques. 

Los bosques primarios contienen árboles que pueden tener cientos o miles de años, y almacenan más carbono que otros bosques. Al ser desforestados estos bosques, el carbono liberado contribuye al calentamiento global. 

Pero su conservación también es de gran importancia porque los bosques primarios son el hábitat de muchos animales, como los monos o los jaguares.

Bosques
Los 10 principales países que perdieron la mayor cantidad de bosques tropicales primarios en el 2018.

De acuerdo con información brindada por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) a Gestion.pe a fines de febrero, la deforestación en el Perú en gran medida es causada por la agricultura migratoria, y a ella le siguen como causas los cultivos ilegales (principalmente de coca), la minería ilegal y la tala ilegal. 

Sobre estas causas,  Julia Urrunaga, directora de Programas en el Perú de Environmental Investigation Agency (EIA), considera que “no se está considerando varios de los impulsores o ‘drivers’ de la deforestación, como es que las grandes empresas compran sus tierras a los pequeños agricultores y estos agricultores tienen que reubicarse y deforestar nuevas tierras”. 

También indica que debe considerarse el impacto que tiene la construcción de carreteras en la deforestación en los alrededores. 

Como un factor importante que favorece la desforestación señala el excesivo retraso en la titulación de territorios indígenas y la poca o nula acción del Estado cuando las comunidades, ya tituladas, denuncian ataques sobre sus territorios.

“Estudios académicos globales han demostrado que, a nivel global, los bosques con menos deforestación son aquellos que se encuentran bajo la gestión de comunidades indígenas. Pero estamos viendo también ataques y asesinatos de defensores ambientales indígenas sin que el Estado haga mucho por prevenir e investigar estos crímenes”, destaca Urrunaga. 

A ello, agrega, se suman la prioridad que se otorga en la práctica a los inversionistas locales por encima las comunidades, la corrupción y la impunidad de empresas y funcionarios que violan las normas de modo sistemático.

Fuente: Gestión (Perú)


26 de marzo de 2019

Indígenas peruanos lanzan portal web para alertar de amenazas en sus tierras

Plataforma genera alertas ante amenazas como la contaminación, el narcotráfico y la tala y minería ilegal. 


La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), la mayor federación de indígenas amazónicos del país, lanzó una plataforma web de alertas tempranas ante amenazas en sus territorios como la contaminación, el narcotráfico y la tala y minería ilegal. 

Se trata de un "Geoservidor" para que las cientos de comunidades desperdigadas por los distintos ríos de la Amazonía peruana reporten en tiempo real cualquier eventualidad en la que deban intervenir las autoridades estatales.

También facilitará la comunicación entre comunidades, sus organizaciones y las instituciones públicas y privadas, en el marco de gestión y conservación de los bosques y territorios comunales que las comunidades indígenas realizan como vigilantes de los bosques. 
 
La plataforma es compatible con otros sistemas públicos de alertas tempranas gestionados por instituciones públicas como el Ministerio del Ambiente, el Ministerio de Agricultura y Riego, el Ministerio de Energía y Minas y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).
El presidente de la Aidesep, Lizardo Cauper, indicó en una conferencia que el Geoservidor "será una herramienta muy importante para visibilizar todo lo que ocurre en las comunidades". 
 
"También para poner en acción y en alerta a las instituciones competentes y así articular un trabajo conjunto entre los pueblos indígenas y el Estado peruano", apuntó. 

Por su parte, la líder indígena asháninka Ruth Buendía abogó por incentivar la participación de las mujeres en la toma de decisiones competentes a los asuntos nativos. 

Asimismo, el viceministro de Ambiente, Gabriel Quijandría, reconoció que el Estado peruano mantiene una "deuda histórica con las organizaciones indígenas". 
 
"Tengan toda la seguridad de que vamos a estar ahí y de que la política de puertas abiertas y de diálogo, cooperación y trabajo conjunto se mantiene. Incluso la vamos a impulsar aún más", agregó Quijandría. 

La Aidesep abarca a más de 650,000 indígenas amazónicos repartidos en 1,809 comunidades y pertenecientes a 64 pueblos nativos diferentes que hablan idiomas agrupados en 19 familias lingüísticas. 

Fuente: Gestión (Perú)
 

3 de enero de 2019

Colombia le dice adiós a sus selvas

El 70% de la deforestación en este país se concentra en la Amazonía y, desde la salida de las FARC, esta aumentó 44%. Un equipo periodístico viajó a algunas regiones y documentó cómo la minería ilegal y los incendios forestales para la venta de tierras está acelerando la destrucción de los bosques colombianos.


#MaderaSucia es una investigación periodística transnacional coordinada por OjoPúblico y Mongabay Latam en alianza con El Espectador, Semana, Connectas, El Deber, Revista Vistazo e InfoAmazonía en cuya primera entrega han participado 11 periodistas de investigación de la región.

Cada tres meses Colombia recibe malas noticias sobre sus bosques. En boletines de dos o tres páginas el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) advierte lo que ya se ha vuelto un lugar común: el país está acabando con sus selvas.

Los puntos rojos con los que señala los principales focos de deforestación varían en estos documentos. A veces están ubicados en el suroeste o al norte, cerca a Venezuela. En ocasiones, se trasladan a las faldas de la cordillera andina o a algún municipio del Pacífico. Pero siempre están en la Amazonía. Es como si una epidemia se hubiese extendido arrasando miles de hectáreas de bosques y fuese imposible contenerla.

Solo el año 2016 desaparecieron 178.597 hectáreas. Es como derrumbar de un tajo poco más de la mitad de la ciudad de Lima o destruir en un año toda Bogotá.

El artículo completo en: Eco Portal 

20 de diciembre de 2018

El cambio climático amenaza los árboles de Navidad en Alemania

Hasta a una de las especies más típicas del invierno le afectan los fenómenos climáticos extremos que vemos en todo el mundo. Los abetos están en peligro. 


Llega la Navidad y todos se aprestan a elegir un árbol para decorar su salón con motivo de estas fiestas. El agudo frío del invierno ha llegado y las pesadas olas de calor del verano parecen ya muy lejanas en el tiempo. Pero su huella se nota en las plantaciones alemanas de árboles de Navidad.

En el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, se han perdido un 30% de las cosechas de este tipo de árboles este año, como un millón de abetos. De acuerdo con Bertram Leder, del departamento forestal de Renania del Norte-Westfalia, hay muchos más en riesgo. "La razón por la que están muriendo los árboles es el complejo efecto de las tormentas, el calor, la sequía, la falta de precipitaciones y las especies de insectos que amenazan a estos árboles”, explicó.

Cuando los árboles están estresados por la sequía, sus mecanismos de defensa naturales fallan. Eso además del daño directo que sufre cualquier planta por la falta de agua. Las plantas toman agua del suelo a partir del proceso conocido como ósmosis. Cuando el suelo está seco, tiene que hacer un esfuerzo mucho mayor para extraer el agua. Llevado al extremo, esto hace que los conductos que transportan el agua se rompan y se forme una burbuja de aire que impida a la planta obtener los nutrientes que necesita del suelo.

Las nuevas plantaciones de algunas especies de árboles de Navidad que se instalaron en Renania del Norte-Westfalia han sufrido especialmente, ya que las plantas jóvenes lo tenían especialmente difíciles para extraer agua del suelo.

Pero no eran las únicas.

Ciencia contra el deterioro medioambiental

El cambio climático implica que las sequías se están volviendo más frecuentes e intensas, golpeando a cosechas de todo tipo en todo el mundo. Uno de los problemas que tienen los agricultores es que no pueden ver el daño sufrido por los pequeños capitales que recorren el interior de la planta, por lo que a menudo gastan enormes recursos en especímenes que ya están condenados a una lenta muerte.

"Es muy difícil saber cuándo un árbol va a morir, hasta que muere”, explica Tim Brodibb, profesor de fisiología de las plantas de la Universidad de Tasmania, en Australia. Lo que está intentando con su equipo ahora es tratar de identificar el punto en el que diferentes especies, como el árbol de Navidad, pero también el maíz, mueren.

Saber eso podría ayudar a responder rápidamente en casos de sequía. "Dado que el clima está cambiando rápidamente, es algo que necesitamos con urgencia”, agrega el científico. Eberhard Hennecke, un experto en árboles de Navidad de Renania del Norte-Westfalia, se inclina por adquirir árboles esbeltos con hojas bien verdes y frescas y que hayan alcanzado una altura de entre 1,5 y 2 metros.

A su juicio, dado que por ahora han sido las especies más jóvenes las golpeadas por los fenómenos climáticos extremos, la oferta de árboles de Navidad no se va a ver afectada por ahora, lo cual deberían mantener los precios tal y como están.

 Fuente: DW en español

12 de diciembre de 2018

La primera operadora de enjambres de drones de EE.UU se dedica a la reforestación de bosques destruidos por el fuego

En muchos países, la conjunción de factores como el abandono institucional, el uso de técnicas obsoletas, el aumento de población, la apuesta por el monocultivo y el cambio climático está facilitando que nuestros bosques y prados se vean devorados por los incendios forestales (cada vez más extensos y frecuentes) a un ritmo mayor que al que podemos recuperarlos.

Sin embargo, a la hora de debatir el mejor modo de actualizar técnicas, hay que partir de una realidad: pocas cosas hay más efectivas que poner a plantadores humanos a colocar a mano las plántulas a lo largo de kilómetros de paisaje quemado.

Pero la oferta, tanto de mano de obra como de plántulas, suele escasear. Y, a falta de las plantas adecuadas, en los terrenos yermos proliferan las malas hierbas, que suelen combatirse fumigando herbicidas.

Ante esta situación, DroneSeed , una startup con sede en Seattle, ha decidido convertirse en un referente de recuperación de bosques quemados gracias a la automatización, o más concretamente, a través del uso de drones, inteligencia artificial e ingeniería biológica.

El fundador y CEO de la compañía, Grant Canary, relata a TechCrunch que, cuando se puso a estudiar las técnicas que se venían usando hasta ahora, se dio cuenta de que todo era "increíblemente anticuado. Incluso en las compañías más sofisticadas del mundo, los plantadores son superhéroes que usan bolsas y una pala para plantar árboles. Se les paga para mover material sobre terreno montañoso y para ser una IA simple capaz de determinar dónde plantar los árboles".

Y, aunque la recuperación de bosques quemados no parezca a priori un ejemplo de actividad rentable, Canary ha descubierto que a los inversores les entusiasma todo lo que tenga que ver con automatización, aprendizaje automático y -especialmente- contratos públicos. Y ya cuenta con varios éxitos en este campo.

¿Cómo funcionan los DroneSeed?

DroneSeed fue premiada a comienzos de este mismo año con la primera licencia emitida por la FAA para drones de más de 55 libras de peso, así como con la primera exención para operar con enjambres de drones

La tecnología que incluyen (cámara multiespectral, radar láser, etc) permite que cada unidad sea totalmente autónoma a la hora de explorar un área quemada, mapear cada centímetro de la misma (identificando objetos y especies de plantas presentes), fumigarla e identificar las mejores áreas para replantar los árboles (y proceder a hacerlo).

Los drones de DroneSeed operan en enjambres, manteniendo hasta cinco vehículos simultáneamente en el aire. Éstos vuelan siguiendo patrones calculados de antemano para aumentar su eficiencia y sólo regresan a las estaciones terrestres para recargar (excepto si la tripulación, que los supervisa contantemente, juzga necesario tomar el control de los mismos). 

La combinación de radar láser y cámara multiespectral (que recopila imágenes más allá del espectro visible) permite crear mapas en 3D de la vegetación y del terreno (facilitando la identificación de la vegetación y la detección de casos de erosión del terreno), pero también realizar un análisis profundo del suelo y la vida vegetal.

Por último, en base a toda esta información, los drones de DroneSeed son capaces de fumigar y, a continuación plantar una mezcla secreta de semillas y nutrientes patentada por DroneSeed. 

Y es que encontrar el lugar perfecto para que la semilla o plántula arraigue es toda una ciencia, en la que intervienen múltiples factores (nivel de pendiente, cercanía a corrientes de agua o a piedras, dirección del viento, etc) y en la, hasta que llegaron los drones con IA, sólo tenían éxito humanos con conocimientos y experiencia.

Tomado de: Xakata Ciencia

26 de noviembre de 2018

Brasil rompe récord en deforestación y pierde tantos árboles como cinco veces la Ciudad de México

Imágenes satelitales de 12 meses hasta el final de julio de 2018 mostraron que se talaron 7.900 kilómetros cuadrados de bosque en el Amazonas.


Brasil ha perdido 7.900 kilómetros cuadrados de la selva amazónica entre agosto de 2017 hasta julio de 2018, un registro equivalente a cinco veces más que la superficie de la Ciudad de México (1,495 km²), y la más alta registrada en una década.

Según las autoridades del país sudamericano, esta pérdida se asocia a la tala ilegal indiscriminada. 

El total supone un aumento del 13,7 por ciento respecto al mismo período del año anterior.

La deforestación es un factor clave detrás del calentamiento global, ya que equivale a alrededor de un 15 por ciento de las emisiones anuales de gases que atrapan el calor, o lo mismo que el sector del transporte.

Un informe del gobierno de Estados Unidos halló que el cambio climático le costará a la economía del país cientos de miles de millones de dólares para fines de siglo.

El ministro de medio ambiente de Brasil, Edson Duarte, dijo en un comunicado que la tala ilegal es el factor principal detrás del aumento de la deforestación e hizo un llamado al gobierno para aumentar su vigilancia policial de la selva.

El Observatorio del Clima de Brasil, una red de organizaciones no gubernamentales, dijo en otro comunicado que el aumento no fue una sorpresa. Además de la tala ilegal, sostuvo que el creciente sector de materias primas de Brasil está contribuyendo a la destrucción de los bosques porque los agricultores intentaban expandirse.

Marcio Astrini, de la oficina de Greenpeace en Brasil, dijo que el gobierno no había hecho lo suficiente para combatir la deforestación y que los recientes cambios de políticas, como la reducción de áreas bajo protección federal, contribuyeron.

Tomado de: El Comercio (Perú)

 

7 de noviembre de 2018

Cambio climático ahora amenaza al árbol de la quina

Emblema nacional en peligro de extinción. Aumento de temperatura de la Tierra se suma a otros factores que ponen en riesgo su existencia. Su población se redujo a menos del 5% de lo reportado antes de la llegada de los españoles. Solo una especie está protegida. El próximo mes lanzarán plan para su conservación.


De la quina, árbol que representa nuestra riqueza vegetal en el escudo nacional, podría quedar solo el recuerdo y su dibujo en uno de nuestros símbolos patrios si es que se sigue depredando y no se implementa una estrategia para su recuperación y conservación.

Pese a que el Perú es considerado como el centro de su diversidad genética, ya que preserva 19 de las 25 especies reportadas en el mundo, hoy esta emblemática planta que curó a millones de enfermos de la mortal malaria el siglo pasado se encuentra en peligro, pues su población se ha visto reducida a una mínima parte de lo que cientos de años atrás narraron los cronistas, advierten investigadores de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM).

De acuerdo con el investigador, la extracción desmesurada de la que fue víctima la quina siglos atrás al conocerse sus poderes medicinales, sumado a la actual degradación de los bosques de neblina (considerado como su hábitat natural) a consecuencia de la agricultura migratoria, la ganadería extensiva, el incremento de las rutas de acceso y la apertura de vías carrozables en zonas alejadas, entre otros, pueden acabar con todo el acervo y “pool genético” de las especies y variedades que hoy existen en el Perú.

Si antes era fácil encontrar los bosques de quina entre los 800 y 2.800 metros sobre el nivel del mar, actualmente sus árboles son muy escasos y en algunas de sus especies estos se reducen a un contado número de individuos. Hay que precisar que para extraer la quinina, componente utilizado de este árbol, se tiene que retirar la corteza de la planta matándola inmediatamente.

“La destrucción se da en todas las variantes del grupo. Solo hay una o dos, de las 19 especies que conserva el Perú, que tiene una población algo considerable. Otras están tan golpeadas que ya no sabemos si existen árboles, pues en las épocas recientes ya no se les ha vuelto a reportar”, añade el especialista.

Lea el artículo completo en: La República (Perú)

6 de octubre de 2018

Madera sucia: Los últimos árboles de la Amazonía

Un equipo de periodistas de cinco países de Latinoamérica investigó el mecanismo que utiliza el tráfico global para saquear y lavar la madera amazónica. Los tablones de origen ilegal de Perú, Bolivia, Brasil, Ecuador y Colombia son incorporados en el mercado internacional con documentos oficiales que casi nunca son verificados. Las mafias ahora están detrás de nuevas especies forestales, pero los gobiernos no hacen nada para protegerlas.


“Si continuamos talando árboles sanos a este ritmo, en menos de 600 años habrá quedado reducido a un tocón el último árbol del planeta”.
Hope Jahren. “La memoria secreta de las hojas”.

El 30% de la madera que se comercializa en el mundo es ilegal.
Fuente: 2016, ONU

Alertados por el ingreso de extraños que extraían ilegalmente los árboles más longevos de su territorio, en agosto de este año, los miembros de la comunidad indígena Shawi, en la zona nororiental de la Amazonía de Perú, convocaron a una asamblea para decidir qué acciones tomarían contra este grupo de taladores que estaba utilizando la única vía que conecta a la comunidad con el distrito más cercano, Balsapuerto. Los traficantes usaban la trocha para sacar en enormes camiones los troncos de los árboles cortados, y a su paso, las enormes llantas y pesado cargamento destruía la vía. Los shawi decidieron instalar un punto de control y frenar con ello el tránsito de estos camiones. Hicieron lo que hace tiempo el Estado peruano no logra hacer: controlar las rutas del tráfico de madera. Lo que siguió fue una historia violenta de amenazas contra sus principales dirigentes.
“El negocio de la madera ilegal moviliza US$750 millones al año, casi la tercera parte de lo que mueve el narcotráfico”
No fue la primera vez que traficantes amenazaban a líderes indígenas. En setiembre del 2014 una de estas amenazas se cumplió. Un grupo de taladores ilegales asesinó a Edwin Chota, Leoncio Quinticima, Jorge Ríos y Francisco Pinedo, miembros de la comunidad Saweto, ubicada en Ucayali, cerca a la frontera con Brasil. Chota era presidente de la comunidad y hacía más de doce años que venía denunciando el tráfico de madera en sus territorios, sin que las autoridades iniciaran una investigación seria. A cuatro años de este crimen, la justicia de Perú no ha logrado condenar a los asesinos, ni mejorar la seguridad de otros líderes amenazados, ni reducir la extracción de árboles en bosques prohibidos que luego acabarán siendo parte de ese millonario y sofisticado negocio del tráfico global de madera en el mundo.
“Osinfor de Perú identificó la extracción ilegal de madera valorizada en más de US$30 millones, equivalente a la carga de cinco mil camiones”
Los cálculos del Programa de la Naciones Unidas para el medio ambiente señalan que este ilícito negocio supera los 50 mil millones de dólares y pueden representar el 30% de toda la madera que se comercializa en el mundo. #MaderaSucia, es una investigación -liderada por Ojo-Publico.com y Mongabay Latam, en alianza con un equipo de reporteros y medios de Colombia (Semana, El Espectador), Bolivia (El Deber), México (Connectas) e Infoamazonía (Brasil)- que analiza la situación actual del mercado de la madera amazónica y los mecanismos que utilizan las mafias para lavar los productos de origen ilegal con el fin de incorporarlos a la cadena de comercio global.

El artículo completo en: Ojo Público

22 de septiembre de 2018

Amazonía peruana pierde 23,000 hectáreas de bosques en el primer semestre

El 71% de la deforestación de bosques registrada en entre enero y junio se dio en cuatro regiones selváticas del país, que son Loreto, Madre de Dios, Ucayali y San Martín.


La Amazonía peruana perdió más de 23,000 hectáreas de bosques durante el primer semestre del año, informó el Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático del Ministerio del Ambiente de Perú

El 71% de la deforestación de bosques registrada en entre enero y junio se dio en cuatro regiones selváticas del país, que son Loreto, Madre de Dios, Ucayali y San Martín. 

Loreto, el departamento más grande de Perú, sufrió la pérdida de cerca de 5,500 hectáreas de bosques, seguida de Madre de Dios, con 4,300 hectáreas; Ucayali, con unas 3,700 hectáreas; y San Martín, con unas 3,000 hectáreas. 

En Madre de Dios, departamento fronterizo con Bolivia y Brasil, las actividades de mineros ilegales de oro en sus ríos provocaron la deforestación de 1,700 hectáreas en el primer semestre del 2018, según advirtió en julio el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP). 

La provincia más afectada es Tambopata, en Madre de Dios, donde en los primeros seis meses del año se deforestaron más de 2,700 hectáreas, por delante de las 1,500 hectáreas de Coronel Portillo, en Ucayali; y las 1,400 hectáreas de Mariscal Ramón Castilla, en Loreto. 

A nivel de distritos, la mayor superficie deforestada está en Inambari, perteneciente a Tambopata (Madre de Dios), con más de 2,000 hectáreas, seguido de Teniente Manuel Clavero, en la provincia de Putumayo (Loreto), con 770 hectáreas; y Madre de Dios, donde se encuentra la capital de la homónima región, con 703 hectáreas. 

La principal causa de la deforestación de la Amazonía peruana es la agricultura migratoria y la ganadería, que arrasa grandes áreas de selva para implantar cultivos a gran escala como la palma aceitera, altamente degradante para la calidad del suelo. 

Sin embargo, la tala ilegal y la minería ilegal también importantes amenazas para los bosques peruanos, especialmente la actividad de los mineros, ya que usan metales pesados como el mercurio que vierten a sus ríos, lo que contamina las aguas de las que viven multitud de comunidades indígenas.


Fuentes:

Gestión (Perú)

La República (Perú)

17 de septiembre de 2018

“Blue” el guacamayo azul que inspiró la película Río, es declarado extinto por la deforestación


En el 2011 fue lanzada Río, un película que contaba la vida de Blu, un guacamayo de Spix que es criado en cautiverio en Estados Unidos y retorna a Brasil para poder cruzarse con la única hembra de su especie que queda.

Si embargo, en la vida real Blu nunca pudo encontrarse con la guacamayo de Spix y repoblar su especie: Un nuevo estudio de BirdLife International que recuenta a las aves en peligro ha revelado que el guacamayo de Spix se extinguió cerca del año 2000.

El guacamayo de Spix es un ave perteneciente a la familia de los loros, y es una de las ocho especies cuya extinción fue clasificada como “confirmada” o “altamente probable”.

El estudio duró ocho años y utilizó datos estadísticos en donde analizó 51 especies en la lista de aves en peligro crítico. Cinco de las ochos especies son originarias de Sudarmérica (cuatro de Brasil), y su extinción es producto de la alta tasa de deforestación de los bosques.

“Un 90% de las extinciones de las aves en el último siglo ha sido especies en islas”, indicó el Dr. Stuart Butchart, científico jefe de BirdLife y autor principal del estudio. “Sin embargo, nuestros resultados confirman que hay una alta ola de extinción arrasando en los continentes, causados principalmente por pérdida de hábitat, agricultura no sustentable y deforestación”.

De acuerdo a BirdLife, todavía hay algo de esperanza para la especie, ya que a pesar de que fue declarada extinta en la naturaleza, todavía existen entre 60 y 80 especímenes en cautiverio.

Con información de La Tercera (Chile)

13 de septiembre de 2018

¿Es cierto que el agua tónica se inventó como vacuna? Y el origen del Gin Tonic


En realidad ya se sabía que la quinina curaba el paludismo (malaria), y lo que hicieron los colonos ingleses de la India fue mezclarla con el agua carbonatada, para hacerla más llevadera (la quinina es amarga).

Se cree que esta sustancia evita que el parásito plasmodio metabolice la hemoglobina del glóbulo rojo, o bien consigue que este acumule demasiada hemoglobina parcialmente metabolizada en su organismo.

Historia de la quinina

La quinina es el más fuerte de los cuatro alcaloides que se encuentran en la corteza de los árboles del género Cinchona. De estos árboles existen aproximadamente 23 especies, todas oriundas de América del Sur y crecen a lo largo de la cordillera oriental de los Andes.

Su descubrimiento se remonta al siglo XVIII durante una de las grandes expediciones científicas que se organizaban a Sudamérica desde Europa. Fue en 1633.

Cuentan que un jesuita español descubrió que los indios de América Central usaban la corteza molida de unos árboles que ellos llamaban ‘quina quina’ para curar la malaria.

Los monjes utilizaron este remedio para salvar de la muerte a la condesa de Chinchón, Ana de Osorio, esposa del virrey de Perú, aquejada de lo que por entonces denominaban ‘fiebre de los pantanos’.

Dicen que la condesa volvió a España y recomendó su uso para curar las fiebres y así, la corteza de ‘quina quina’ pasó a llamarse el ‘polvo de la condesa’.

Pero, hoy en día esta leyenda es más que discutida, dado que no es cierto que la condesa volviera a España y tampoco hay datos que indiquen que padeciera malaria.

Lo que sí es cierto es que la primera planta que llegó a España del árbol ‘quina quina’ desde Perú está en el Herbario del Real Jardín Botánico CSIC en Madrid. Más información en RTVE.

Historia del agua tónica

Si hablamos de tónica seguro que te viene a la cabeza Schweppes, Nordic o Fever-Tree y a eso me refiero, estos refrescos que usamos para mezclar con nuestras ginebras favoritas o disfrutarlas solas, cada una con su toque amargo tan característico y especial. Las tónicas nacieron como medicina natural contra la malaria gracias a los británicos a mediados del siglo XIX en la India en los territorios llamados Raj. La quinina es su ingrediente clave, una sustancia extremadamente amarga que se extrae de la corteza del quino un árbol originario de los Andes, también llamado árbol de la fiebre o fever tree.

En 1840, el ejercito británico desplazado en la India consumía al año más de 70 toneladas de corteza de quinina para combatir la malaria.Era tan amarga que para poder tomarla la mezclaban con azúcar y zumo de lima o limón diluido en agua. Así se puede decir que nacieron los primeros tónicos. En 1858. Erasmus Bond se hizo con la receta colonial y patentó la primera tónica con gas disuelto y aromatizado con quinina y naranja amarga.

ruto del éxito, en 1870 apareció el fabricante más famoso, Schweppes, comenzando a elaborar Indian quinine Tonic, destinada para los colonos británicos en la India, quienes la mezclaban con hielo y ginebra como bebida de tarde.

Mucha gente cree que Jacob Schweppe, fue el que inventó la tónica pero falleció en 1821, unos 37 años antes de que Erasmus Bond patentara la primera agua tónica. Esta receta con más de 150 años  no tiene nada que ver con las tónicas actuales. Antes eran mucho más amargas y vegetales, mucho más fuerte en sabores añadidos. El objetivo era camuflar el intenso amargor de la quinina con azucares y cítricos añadidos.

Las tónicas actuales ya no son medicamentos sino refrescos y por tanto el nivel de quinina y de amargor es de unas 500 veces menor que las de antes, inspiradas en la receta original pero con ingredientes más ligeros.


BONUS: Como preparar una ginebra con agua tónica, el clásico Gin Tonic:

9 de agosto de 2018

Al menos diez ríos se han secado en El Salvador por la falta de lluvia

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales del país centroamericano lleva adelante una campaña para plantar unos cinco millones de árboles en el país. 


Al menos una decena de ríos de la zona oriental de El Salvador se han secado debido a la falta de lluvia en el país centroamericano.

Se trata de ríos que "para esta época del año siempre tienen agua y en este año no presentan caudal", dijo Roberto Cerón, gerente de Hidrología del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), ente que ha recibido reportes de la red de observadores locales sobre esos afluentes, reseñó La Prensa Gráfica.

Según Cerón, los registros reflejan disminuciones de hasta 90 % en los caudales de los ríos del oriente, como el caso del río Torola, que tuvo una sequía similar en 2015 y 2016. El caudal de este afluente es de aproximadamente 40 metros cúbicos de agua por segundo, mientras que en julio apenas llegó a 4.

A finales de julio, el MARN informó que el déficit de lluvia en el país continuará en los meses de agosto, septiembre y octubre. Pese a que el noveno mes del año es típicamente el más lluvioso en la mayor parte del territorio salvadoreño, se prevé que en 2018 las lluvias sean 45 % menos del promedio.

Algunas de las razones que el MARN ha señalado como responsables del déficit de lluvias son la probabilidad de que el fenómeno de El Niño se desarrolle "de débil a moderado (menos lluvias)", y un fuerte enfriamiento, el más alto desde 1994, en el océano Atlántico Tropical Norte y el mar Caribe, lo que suele alterar la temporada de lluvias y el desarrollo de los ciclones tropicales.

Plantar 5 millones de árboles

El MARN lleva adelante una campaña para plantar unos cinco millones de árboles en El Salvador con el objetivo de hacer frente al cambio climático, causante del déficit de lluvia en el país.

La campaña es una iniciativa del Consejo Nacional de Sustentabilidad Ambiental y Vulnerabilidad (Conasav), que contempla la plantación de los árboles en las zonas más degradadas del país.

Tomado de: RT
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