El nuevo récord de 20,75 grados fue registrado el día 9 en la base científica argentina Marambio, en la isla del mismo nombre, frente a la península Antártica.
Un equipo científico instalado en la base argentina Esperanza, situada en la península Antártica,
registró el pasado 6 de febrero una temperatura de 18,3 ºC, la más alta
registrada en la Antártida desde que los humanos iniciaron la recogida
de este tipo de datos. La temperatura máxima conocida anteriormente era
de 17,3 ºC y había sido registrada en marzo de 2015, como recordó el
pasado viernes la Organización Meteorológica Mundial (ver en La Vanguardia
)
Ahora, un científico brasileño que trabaja temporalmente en la vecina
estación antártica argentina Base Marambio, en la isla Seymour o isla
Marambio ha avanzado el dato (todavía no confirmado) de que el pasado
día 9 se registró en esta localización próxima a la península Antártica
se alcanzó una máxima de 20,75ºC.
Una temperatura “nunca vista” en la región antártica ha indicado Carlos Schaefer en declaracipnes recogidas por la agencia AFP.
Schaefer ha puntualizado que esta cifra concreta no es suficiente para
demostrar el impacto del cambio climático en el conjunto de la
Antártida. ”Es solo una señal de que algo diferente está sucediendo en
esa zona”, precisó el científico especializado en permafrost (suelos
congelados), en una conversación por Whatsapp.
El artículo completo en: La Vanguardia y en Noticias Ecologia
Desayuno: tres sándwiches de huevo frito, queso,
tomate, lechuga, cebollas fritas y mayonesa; tres tortitas con
chocolate, una tortilla de cinco huevos, una tostada con azúcar y sémola
de maíz; y dos tazas de café.
Comida: pasta, dos sándwiches de jamón y queso con mayonesa en pan blanco; y bebidas energéticas.
Cena: otro plato de pasta con salsa carbonara, una pizza y bebidas energéticas.
¿Por qué Phelps puede y tú no?
Evidentemente los dos menús son orientativos. Ni Michael come todos los
días lo mismo ni tú tienes por qué seguir al pie de la letra el menú
que hemos confeccionado. Sin embargo, la respuesta a la pregunta que
planteamos es muy sencilla y razonable. “Uno de los factores que
diferencian el metabolismo de una persona y de otra es
el esfuerzo físico. Tú en una hora puedes consumir unas 500 calorías
jugando al tenis, pero también se puede llegar a las 1.000 calorías
gastadas, dependiendo de la intensidad. El hombre que está en la oficina
también gasta energía, evidentemente, pero no como Phelps, que entrena
de cinco a seis horas diarias. Por lo tanto, uno necesita más que otro",
explica el doctor Jódar. "Si Michael consumiera menos de 10.000 calorías, perdería peso,
porque no estaría en sus niveles. Todo depende del trabajo que
desempeñemos, por ejemplo un minero, por su actividad, necesitaría entre
7.000 y 8.000 calorías”.
Por otra parte, no es lo mismo alcanzar las 12.000 calorías comiendo hamburguesas
que haciéndolo de forma saludable: “La comida basura tiene mucha
densidad calórica, pero no es de calidad. Por eso la mayoría de los
profesionales las ingieren mediante arroz, pasta y filetes, llegándolos
a odiar. El deportista se tiene que preguntar cuánto necesito y qué voy
a tomar”. En definitiva, si quieres comer lo mismo que Phelps ya puedes ir dedicando seis horas a entrenar todos los días. Si no, lo de comerte 12 hamburguesas al día tendrá que esperar.