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6 de enero de 2020

¿Quiéres conocer el lenguaje de las nubes?

¿Sabías que las nubes de agua, de momento, solo existen en el planeta Tierra?

Otros planetas también presentan nubes, pero son nubes diferentes: Venus, por ejemplo, está cubierto de densas nubes de dióxido de carbono que ocultan su superficie; y Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno tienen nubes compuestas por hidrógeno y helio.

Formadas por diminutas partículas de agua líquida y hielo, las nubes de la Tierra se generan cuando el vapor que emana de ríos y mares se enfría y se condensa al llegar a las capas más altas y frías de la atmósfera. A partir de ahí, su forma y su historia toma caminos muy diferentes:

El químico inglés Luke Howard (1772–1864), a comienzos del siglo XIX, fue el primero en clasificar las nubes. Considerado el padre de la meteorología, dividió las nubes en cuatro grandes categorías (cirriformes, estratiformes, nimbiformes y cumuliformes) y arrancó una carrera científica para aprender a leerlas, usando su variada y sugerente apariencia para predecir qué cambios meteorológicos.

Cirriformes: rizos de cabello que tapizan el cielo

Con forma de cabellos rizados, pero compuestos por cristales de hielo, los cirros son las nubes más representativas de esta categoría. Pueden tapizar el cielo entre los 5 y los 15 kilómetros de altura. Son nubes altas, claras, tenues y delicadas que frecuentemente anuncian un cambio meteorólogico a peor, en general precipitaciones y bajadas de temperatura en las 24 horas siguientes a su aparición.


 

Cuando la luz interacciona con los cristales de hielo que forman los cirros, pueden producirse fenómenos ópticos tan insólitos como el parhelio, la aparición simultánea de imágenes del Sol reflejadas en las nubes, y el halo, cerco de color pálido alrededor de los discos del Sol o de la Luna.

Estratiformes: cama de nubes

Son nubes amplias y de contornos difusos que se desarrollan de forma horizontal, por lo que se extienden como si fueran una cama o capa. Dentro de esta categoría están, en función de su altura, los estratos, los altostratos, los cirrostratos y los nimbostratos. Estas últimas, a diferencia de las anteriores, también tienen desarrollo vertical e impiden totalmente el paso de la luz solar, por lo que son nubes muy oscuras. Los nimboestratos siempre producen precipitaciones que suelen ser continuas y no muy intensas.



Hasta bien entrado el siglo XX, la formación de las nubes se entendía como una fase avanzada de la niebla y se consideraba a la nube como una niebla a mayor altura. El astrónomo francés Camille Flammarion (1842–1925), en su tratado La Atmósfera, afirma que «aún cuando no hay diferencia esencial entre las nieblas y las nubes (… ). La primera es inmóvil, la segunda móvil». En la actualidad, se considera a la niebla un tipo nuboso de base sobre el suelo, o cercana a él, con poco desarrollo vertical y forma parte de las nubes del género estratiforme.

Nimbiformes: los yunques de la tormenta

Del latín nimbos, que significa tormenta, este tipo de nubes es el que genera la mayoría de precipitaciones. En esta categoría están los cumulonimbos, la nube más grande y poderosa que se puede contemplar y que hasta los aviones deben evitar. La “reina de las nubes” tiene fuertes corrientes en su interior con vientos impredecibles, que desplazan violentamente el aire de arriba a abajo y de abajo a arriba. Estas nubes suelen generar lluvias intensas y tormentas eléctricas, asociadas a granizo, mangas de agua y tornados. El agua que contiene un cumulonimbo medio podría llenar 7 piscinas olímpicas.


 

Con una base situada sobre los 1.000 metros de altura, la cima de los cumulonimbos puede alcanzar los 20 kilómetros. Su desarrollo vertical solo se interrumpe cuando llega a la tropopausa, el límite superior de la troposfera, la capa más interna de la atmósfera que va desde el suelo hasta la estratosfera. Los cumulonimbos totalmente desarrollados tienen forma de yunque.

Cumuliformes: montañas de algodón

Son nubes aisladas con forma de montaña o cúpula de algodón, que tienen un contorno bien definido y muestran una gran variedad de tamaños y espesores. Los cúmulos, las nubes más características de esta categoría, aparecen sobre todo en épocas calurosas del año y pueden ocupar un espacio que va entre los 500 y los 6.000 metros de altura. Con un importante desarrollo vertical, pueden generarse aisladamente o asociadas a otras en hileras o en grupos. Según los factores atmosféricos que las rodeen, como la humedad, los cúmulos pueden dar lugar a cumulonimbos.


 

Poco después de la II Guerra Mundial comenzó a teorizarse sobre la idea de lo que hoy se conoce como “siembra de nubes”. Este proceso consiste en utilizar yoduro de plata, hielo seco o dióxido de carbono congelado para condensar de forma artificial el vapor. Estas sustancias se asocian con las moléculas de agua y favorecen su precipitación. Lo habitual es rociarlas sobre nubes cumuliformes desde avionetas o cohetes. En febrero de 2018, por primera vez, un grupo de investigadores de la Universidad de Wyoming (EE.UU) logró sembrar nubes para generar nieve y monitorizar todo el proceso, desde la formación de los cristales de hielo en la atmósfera hasta su precipitación.

Estratocúmuliformes: globos en capas

Además de las cuatro categorías originales de Luke Howard, el actual sistema internacional de clasificación de nubes reconoce una quinta división, las estratocúmuliformes. Son nubes globulares que pueden desarrollarse en capas. En esta categoría están, de menor a mayor altura, los estratocúmulos, los altocúmulos y los cirrocúmulos. Un estratocúmulo es una nube baja grande de formas redondeadas, mientras que los altocúmulos y los cirrocúmulos son como estratocúmulus pequeños distribuidos en grupos y alineados.


A partir de altocúmulos se pueden formar algunas de las nubes más raras y extravagantes. Las lenticulares, por ejemplo, tienen forma de platillo volante y se suelen formar en zonas montañosas. Las mammatus, asociadas a tornados, presentan aspecto de bolsas que cuelgan, como la ubre de una vaca, de la parte inferior de la nube.

Bajas, medias y altas

En 1956, la Organización Meteorológica Mundial publicó el Atlas Internacional de las Nubes, en el que definieron las 10 formas básicas que acabamos de revisar, a partir de la clasificación de Howard y en función de la altura que alcanzan en el cielo. Así, las nubes bajas, que se encuentran por debajo de los 2.000 metros, son los estratos y los estratocúmulos.



Las nubes medias son las que se generan entre los 2.000 y los 7.000 metros, aquí se encuentra los altoestratos, los altocúmulos y los nimbostratos.

Las nubes altas, que se forman por encima de los 6.000 metros, son los cirros, los cirrocúmulus y los cirrostratos. Los dos últimos tipos son los cúmulos y los cumulonimbos, con su imponente desarrollo vertical que las sitúa desde nubes bajas a altas.

Muchas formas y tamaños para un espectáculo de pase diario que flota, prodigioso, sobre nuestras cabezas.

Cortesía de: Open Mind

3 de febrero de 2019

2019 empezó con ola de ‘climas extremosʼ en Perú y el mundo

Balance. La Organización Meteorológica Mundial emitió su informe de los eventos: frío polar en EEUU, calor intenso en Australia y altas temperaturas en el norte de Perú y lluvias en el sur muestran el fenómeno climático "de alto impacto" que vivimos.

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El frío extremo en América del Norte (principalmente Estados Unidos y parte de Canadá), el calor récord en determinadas zonas del Perú y los incendios forestales en países como Australia, las altas temperaturas y las lluvias en algunas naciones de América del Sur (dentro de ellos, en nuestro país), y las fuertes nevadas en los Alpes y el Himalaya, todos son eventos que marcan los primeros 30 días del año.

El inicio del 2019 se ha caracterizado por "climas de alto impacto en muchas partes del mundo", describe la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de las Naciones Unidas (ONU) en su último reporte, y que incluye también al Perú dentro de este análisis.

EEUU congelado

Gran parte de América del Norte se ha visto afectada por la llegada de una ola de frío ártico que ha llevado a varias zonas de Estados Unidos y Canadá a temperaturas de 32 grados bajo cero. Por esta razón, en estos días hizo "más frío en el noreste de Estados Unidos que en Alaska, e incluso más que en la Antártida", según un reporte de la agencia EFE.

El evento dejó imágenes imborrables. En un barrio de Minnesota, unos vecinos colgaron videos en las redes sociales de jeans congelados en sus jardines, los pantalones se mantenían en pie, duros por el congelamiento. En Washington, miles de sin techo se colocaron en la calle pegados a las alcantarillas por donde sale el calor del metro. En Canadá, el miércoles a las 07.00 horas, en la ciudad de Winnipeg, la temperatura fue de -39,8 °C debajo de los -35,5 °C de Resolute, situada en las cercanías al Polo Norte.

El motivo fue el "vórtice polar", área con un cinturón de vientos que rodea los polos norte y sur de la Tierra. Allí, el flujo de aire, en sentido oeste, ayuda a mantener el aire más frío cerca a los polos, pero el problema surgió cuando ese flujo se debilitó por un calentamiento repentino de la estratósfera y masas de aire frío fueron hacia el sur. Eso afectó amplias zonas de Estados Unidos, partes de Europa y Asia.

Chicago fue una de las ciudades más afectadas. En Minnesota, el factor de enfriamiento del viento hizo bajar las temperaturas a -53.9 °C el 30 de enero, señala la OMM.

Los fallecidos por esta ola de frío sumaron 21 personas, además de cientos de casos de hipotermia. "El clima frío en el este (de EEUU) ciertamente no refuta el cambio climático, por el contrario, anima a seguir investigando al respecto", ha dicho el secretario general de OMM, Petteri Taalas, agregando que "lo que sucede en los polos no se queda solo en ellos, sino que influye en las condiciones climáticas en latitudes más bajas, donde viven cientos de millones de personas".

Perú: del frío al calor

El sur del Perú ha experimentado, desde inicios del año, granizadas, nevadas y fuertes lluvias. Producto de ello ya se están registrando deslizamientos y huaicos en Apurímac, Cusco, Huancavelica, Puno, Ayacucho.

Las localidades más afectadas por este clima de condiciones frías han sido las ubicadas sobre los 3 mil metros sobre el nivel del mar. "Somos uno de los países más vulnerables a la variabilidad del cambio climático en el mundo", afirma Grinia Ávalos, ingeniera meteoróloga del Senamhi y representante de esta entidad ante el Enfen (Estudio Nacional del Fenómeno El Niño).
 
"El factor clima va a ser un aspecto relevante de primera mano para las autoridades que deseen gobernar territorios en el Perú. Están obligados a considerar este aspecto al momento de gestionar sus acciones para asegurar el bienestar de la población", afirma.

Ávalos explica que en las últimas semanas la costa norte y central ha experimentado temperaturas altas y el panorama seguirá así en los próximos días. ¿Qué las generó?

"La disminución de los vientos fríos del sur. Estos vientos son un sistema que refresca la zona ecuatorial, es parte del balance térmico en el continente. Al no haber esta ventilación, la superficie del mar se calienta y eso genera temperaturas altas. Además, estamos bajo el contexto de otra anomalía climática como es el fenómeno El Niño que, aunque débil, genera de igual manera un calentamiento adicional en la temperatura superficial del mar", informa.

Lima ha registrado 30 °C de temperatura y en Piura, los termómetros han alcanzado los 39 °C por el momento.

Según la especialista, estos niveles de calor ya se han presentado en años anteriores como en 1998 o 2017.

Lea el artículo completo en: La República (Perú)

¡Bienvenidos a la era de los extremos climáticos!

El calentamiento global está aumentando la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos.

Uno de los incendios provocados por la sequía y la ola de calor que castiga varias zonas de Australia.

La ciencia y Hollywood por fin se han puesto de acuerdo: la realidad empieza a parecerse a las películas de catástrofes. Las extremas temperaturas por la parte alta y baja del termómetro sufridas en diversas partes del planeta forman parte de la variabilidad propia del tiempo, pero la inmensa mayoría de los estudios científicos señalan que esta polarización climática irá en aumento a medida que avance el siglo a causa del cambio climático. Y la vida, de humanos y demás seres vivos, será más difícil.

"El mes de enero ha estado marcado por un enorme impacto del tiempo en distintas partes del mundo, incluyendo un frío peligroso y extremo en América del Norte, récord de calor e incendios en Australia, altas temperaturas y lluvias intensas en partes de América del Sur y grandes nevadas en los Alpes y el Himalaya". Es una copia literal de una nota de prensa del pasado viernes de la Organización Meteorológica Mundial.

Bastan algunos detalles. EE UU está soportando esta semana las temperaturas más bajas registradas, con -48,9º, y los gélidos vientos rebajaron la sensación térmica una decena de grados más. Mientras, en Port Augusta, en el sur de Australia, superaron los 49º y en la templada Nueva Zelanda tuvieron varias noches tropicales la semana pasada. En Hochfilzen, en el Tirol austríaco, se acumularon 4,5 metros de nieve en los primeros 15 días de enero, algo que sucede cada 100 años. Días después, en el extremo oriental del Mediterráneo, un frente frío castigó con fuertes nevadas los campos de refugiados sirios. Y el 26 de enero, Santiago de Chile alcanzaba por primera vez desde que hay registros los 38,3º. Parece el argumento de la película apocalíptica The Day After Tomorrow (estrenada en España en 2004 como El día de mañana).

Instituciones tan prestigiosas como las Academias de Ciencias de EE UU (NAS) o el Consejo Europeo de Academias de Ciencia no solo han proyectado un aumento de la frecuencia e intensidad de diferentes fenómenos meteorológicos, también los han vinculado con el cambio climático. Un informe de la organización europea publicado el año pasado muestra que, mientras los eventos geofísicos como erupciones volcánicas, terremotos o tsunamis apenas han aumentado desde 1980, los episodios de sequías e incendios se han más que doblado o las inundaciones y las crecidas se han cuadruplicado.

Lea el artículo completo en: El País (España)
 

12 de noviembre de 2018

Perú, el país con mayor radiación solar del mundo, alcanza niveles históricos

Entre los altos índices de radiación solar que afectan al mundo por el cambio climático, Perú ocupa el primer lugar, una amenaza a la salud que este verano alcanzará índices históricos de hasta 20 puntos, un nivel considerado "extremo".


Hace tan solo unos pocos años, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) de Perú establecía para el país valores máximos de radiación de 14 y 15 puntos.

Este verano los valores se "han disparado" y entre finales de enero y febrero la capital peruana espera alcanzar los 15 puntos cuando "lo normal solía ser 13", dijo a Efe el especialista en radiación del Senamhi Orlando Ccora.

La situación, según Ccora, se agrava en el centro y sur del país, donde las personas soportarán índices históricos de hasta 20 puntos.

El primer lugar mundial que ocupa Perú responde, entre otros factores, a la cercanía del país a la zona ecuatorial, donde la radiación ultravioleta (UV) cae en forma perpendicular sobre el territorio, según un estudio del neozelandés Richard Mckenzie citado por Ccora.

El estudio, publicado en 2006, sitúa además a Bolivia como el segundo lugar con mayor radiación solar del mundo, seguido de Argentina y Chile.

En el caso de Perú, la intensa radiación se incrementa también debido a la contaminación ambiental que ocasiona que cada año el país pierda un promedio de un uno por ciento de la capa de ozono, gas que está en la atmósfera y que amortigua el paso directo de los rayos UV.

Ccora enfatizó además que a "los peligrosos valores de radiación solar" se suma este año El Niño, fenómeno climatológico que eleva la temperatura del mar en el costa y produce sequías en las zonas altas.

La falta de lluvias y nubosidad usuales en los meses de enero y febrero en las zonas andinas facilitan el paso de radiación ultravioleta.

Ante los daños ocasionados por la sobreexposición al sol, que van desde quemaduras al envejecimiento prematuro y hasta el cáncer de piel, el Ministerio de Salud (Minsa) alertó sobre la importancia de tomar medidas de protección.

Se debe utilizar gorros, sombrillas, lentes de sol y bloqueadores solares recomendados por dermatólogos además de evitar exponerse al sol entre las 10.00 y 16.00 horas advirtió el miércoles el Minsa (Ministerio de Salud de Perú).

Muchas de estas medidas ya han sido acatadas al interior del país, donde los colegios suspenden actividades al aire libre durante la mañana, además de incorporar el uso obligatorio de gorros.

Entre las zonas más afectadas este verano figuran en la lista la región central de Junín, y las sureñas de Cuzco, Arequipa, Puno, Moquegua y Tacna.

Ante los peligros para la salud que trae la exposición a los rayos UV, el experto recordó que la protección es la respuesta para evitar el daño.

"Las personas no están tomando las medidas necesarias y los casos de cáncer de piel y ojos se están incrementado", advirtió Ccora.

Un informe publicado el miércoles por el diario El Comercio señaló que debido al incremento de la radiación solar, se calcula que 1 de cada 5.000 peruanos desarrollará algún tipo de cáncer de piel.

El oncólogo Miguel Falla declaró al rotativo que "la piel tiene memoria" y acumula los años de exposición al Sol, lo que causa que las personas desarrollen cáncer de piel cuando tienen más de 40 o 50 años.

"Además de las personas de tez blanca, se encuentran en especial peligro aquellos que trabajan en las calles, como policías, conductores, taxistas, personal de seguridad, ambulantes, entre otros", precisó.

Las últimas estadísticas que maneja el Minsa, elaboradas en 2011, indican que el cáncer de piel se presenta con más frecuencia en el sexo femenino (54,5 %), de entre 50 y 89 años (78,7 %); y la región que registra más casos es Lima, con 45,9 % de los casos; seguida de las regiones norteñas de La Libertad y Cajamarca, con 14 % y 5 %, respectivamente.

Fuente: Agencia EFE 

 

8 de junio de 2016

El dron que 'siembra' nubes para provocar lluvia




Un avión no tripulado ha probado por primera vez con éxito la conocida como 'siembra' de nubes, con la que los científicos pretenden provocar lluvia en épocas de sequía. El vuelo experimental, de Desert Research Institute (DRI) se ha llevado a cabo en Nevada (Estados Unidos). 

Este dron, conocido como Savant, alcanzó una altitud de más de 120 metros y voló durante aproximadamente 18 minutos. "Es un gran logro", ha apuntado el científico principal del proyecto, Adam Watts, experto en aplicaciones ecológicas y de recursos naturales. 

Este proyecto, primero en su tipo, está ayudando al Estado de Nevada abordar los impactos continuos de sequía y a explorar soluciones innovadoras para luchar contra la ausencia de recursos, tales como aumentar el abastecimiento de agua regionales. 

El equipo de investigación lleva más de 30 años de investigación y experiencia en la modificación del clima con experiencia probada en operaciones de fabricación aeroespacial y de vuelo de aviones no tripulados, según apunta el DRI en su página web.

"Hemos alcanzado otro hito importante en nuestro esfuerzo por reducir los riesgos y los costes en la industria de la siembra de nubes y ayudar a mitigar los desastres naturales causados por la sequía, el granizo y la niebla extrema", ha señalado el CEO de la asociación de aviones no tripulados de América, Mike Richards. 

"Con una envergadura de 3 metros de ancho y unos 24 kilos de peso, Savant es el vehículo perfecto para llevar a cabo este tipo de operaciones, debido a su perfil de vuelo superior, el tiempo que permanece en el aire y su resistencia al viento y a otras condiciones climáticas adversas", ha apuntado Richards.

Fuente:

El Mundo Ciencia

9 de enero de 2016

¿Por qué es curvo el arco iris?

En un día soleado es fácil ver un arco iris en la rociadura de una manguera de jardín: bastará colocarse de forma que el Sol esté a nuestra espalda pero ilumine las gotas de agua. El fenómeno es el mismo que produce en el cielo un arco iris natural, pero el Sol, en lugar de incidir sobre una cortina de agua cercana, lo hace sobre una lluvia lejana, y el arco de bandas de colores se forma a una escala mucho mayor.

Vemos el arco iris porque las innumerables gotas de agua actúan como diminutos prismas y espejos. Cuando un rayo de luz entra en cada gota, se refracta y se descompone en todos los colores del espectro; luego se refleja en la superficie posterior de la gota y llega hasta nuestros ojos. Como la luz de cada color se refracta según un ángulo ligeramente distinto, vemos bandas bien definidas, desde el violeta al rojo, pasando por el verde y el amarillo. La luz nos llega siguiendo los ángulos de refracción desde innumerables gotas esparcidas por el cielo, y vemos el arco iris como una curva continua.

Es cierto que la luz viaja en línea recta, pero al pasar a través del agua se refracta; es decir, cambia de dirección. El arco iris es curvo porque los rayos solares entran en cada gota de lluvia, se reflejan en su superficie interior y luego se dirigen a los ojos del observador en un ángulo de 42 grados con respecto a la dirección del sol. Este ángulo hace que los rayos se dispongan en forma circular, sólo que nada más alcanzamos a ver un semicírculo porque el suelo oculta la mitad inferior.
 Fuente:

Villavicenciocintia

18 de mayo de 2015

¿Por qué están tan seguros los científicos de que viene El Niño?

El fenómeno de El Niño, que puede provocar sequías e inundaciones, ya está en camino en el Océano Pacífico.
Eso dicen los científicos. Pero el año pasado anunciaron lo mismo, en algún momento llegaron a darle un 70% de probabilidades, y no se produjo.
En la Oficina Meteorológica de Australia advierten este año de un fenómeno "sustancial". En Japón fueron los primeros en reportarlo y, desde marzo, científicos estadounidenses ya están hablando de la llegada del El Niño.
¿Cómo pueden estar tan seguros? En realidad no lo están.
Las predicciones las hacen a partir de un sistema de boyas marinas equipadas con sensores para medir temperaturas, corrientes y vientos.
Así tratan de detectar un fenómeno que surge de las variaciones en la temperatura del Océano Pacífico.
Esos datos se suman con otros recogidos por satélites y estaciones de observación meteorológica, y se cruzan con complejos modelos computarizados diseñados precisamente para predecir El Niño.
Sin embargo, esos modelos todavía no son capaces de predecir su intensidad y duración, o las áreas que van a ser afectadas. Y como vimos el año pasado, tampoco predice si realmente se va a materializar.
Eso sí, una vez ha empezado, los modelos pueden predecir cómo se va a desarrollar en los siguientes seis a nueve meses, con una razonable precisión.
El Niño consiste en un calentamiento de las corrientes oceánicas como parte de un complejo ciclo que vincula la atmósfera y el océano.
El fenómeno altera los patrones climáticos en todo el mundo y puede hacer desde que el invierno del suroeste de Estados Unidos sea más húmedo hasta provocar sequías en el norte de Australia.
El artículo completo en:

4 de julio de 2014

¿Por qué los huracanes con nombre de mujer matan más?

Un mujer cruzando una calle de Brooklyn, después del paso del huracán Irene.

Un mujer cruzando una calle de Brooklyn, después del paso del huracán Irene.

Los huracanes con nombre de mujer matan más. La razón: la gente teme más a Víctor que a Victoria, y toma más medidas de precaución si el peligro es masculino. Y así, históricamente, los huracanes con nombres femeninos han matado a más gente, según un estudio que se acaba de publicar en Proceedings of the National Academy of Science. 

Los investigadores, de la Universidad de Illinois, en Arizona, han analizado seis décadas de huracanes, y las muertes que han producido desde 1950 hasta  2012. De los 47 más letales, los que arrastraban un nombre femenino han producido 45 muertes, casi el doble que los que tienen nombre de varón, que han causado 23.

Las diferencias son aún mayores cuando se han comparado nombres masculinos contundentes, con los nombres más dulces de mujer. El estudio indica que cambiar el nombre de un huracán de Charley a Eloise puede incluso triplicar sus efectos letales.

Sharon Shavitt, una de las autoras del estudio, se mete en el ojo del huracán para buscar una razón.  Según ella, este desbaratado fenómeno de la naturaleza trae consigo  “sexismo implícito”, ya que se toman decisiones por razones de “género”, sin analizar el peligro real que conlleva.

Para hacer el estudio, los científicos han hecho seis tipos de pruebas. Este gráfico muestra una de ellas.

grafico

Los voluntarios calificaron en una escala  de 1 al 11 el nombre del huracán  (1 igual a muy masculino, 11 muy femenino). Y al buscar los efectos mortales de cada uno de ellos, pues dieron con que los que  llevan nombres considerados más femeninos habían provocado más daños  y muertes. (Excluyeron Katrina, porque se salía de todos los valores por su enorme efecto).

Y así, este curioso estudio destaca cómo los roles de género están aún implícitos incluso ante la llegada de un huracán. ¡Lo que nos queda!

Fuente:

Hominidas

1 de junio de 2014

Un indicador de tempestades ¡hecho con sanguijuelas!


En el ámbito de la Gran Exposición Universal de 1851, que se celebró en el fastuoso Crystal Palace de Londres, se presentaron toda clase de ingenios que pusieron la ciencia positiva en el mascarón de proa de la civilización humana. Sin embargo, no todos los inventos eran igualmente sofisticados. De hecho, algunos resultaban tan aparatosos e inútiles que más parecían propios de una feria magufa en los que acostumbran a haber muchos prefijos tipo “bio”.

Por ejemplo, el doctor George Merryweather (1794-1870) presentó un invento que había bautizado con el nombre de Indicador de tempestades. Su funcionamiento era de veras pintoresca.

En el indicador de tempestades, al menos una de las sanguijuelas introducidas en doce botellas de agua hacía sonar una campana cuando se aproximaba la tempestad. Presuntamente, claro. Tal y como lo explica Gregorio Doval en Fraudes, engaños y timos de la historia:
Merryweather estaba convencido de que las sanguijuelas subirían a la superficie, donde se encontraban las campanas, al acercarse la tormenta. Previamente, durante un año entero, Merryweather había estado probando su invento junto a Henry Belcher, por entonces presidente de la Sociedad Filosófica y del Instituto Whitby. El indicador de tempestades fue definido como: “Una de las ideas más magníficas que emanaron siempre de la mente del hombre”. El inventor sugirió al Gobierno británico la instalación de estos aparatos a lo largo de la costa, pero su oferta fue rechazada y el invento quedó olvidado.
Tan curioso, pero ésta vez muy efectivo, es la ¿Qué es un storm glass? Y la primera predicción meteorológica de la historia

Más información | The victorian web

Fuente:

Xakata Ciencia

9 de marzo de 2014

En enero de 2014 se han batido récords de temperaturas altas y bajas en el planeta Tierra

En el último mes se han batido récords de temperaturas altas y bajas en diversos puntos de ambos hemisferios y los científicos apuntan al cambio climático,


Este pasado 2013 ha sido el más cálido en todo el planeta desde que se comenzaron a tomar datos en 1880. Si vamos más allá de la singularidad y buscamos la tendencia histórica, nos encontramos con que de los 10 años más cálidos de este periodo de 134 años, nueve corresponden al siglo XXI. Y el que queda descolgado del milenio, 1998, tampoco quedó precisamente lejos de sus colegas. Con estos datos del Instituto Goddard de la NASA, no queda mucho margen para el escepticismo sobre el calentamiento global. Un aumento de la temperatura del planeta que Christopher Field, director del Departamento de Ecología Global de la Carnegie Institution for Science y catedrático de la Universidad de Stanford (EE.UU.), advierte que provocará un «incremento del riesgo de padecer fenómenos extremos». Algo que este convulso invierno va confirmando.

Desde que el solsticio llegó, los fenómenos y calamidades meteorológicas se han sucedido a lo largo y ancho del planeta. Y ha dado lo mismo que se tratase del hemisferio norte, que del sur. Cuando ni siquiera ha llegado a su ecuador, este invierno que sufrimos ya se ha ganado su capítulo en los libros de registros «históricos».

Las sucesivas «ciclogénesis explosivas» originadas en el Atlántico Norte -«Dirk» y «Erich»- han dejado inundaciones en todo el sur del Reino Unido «como no se habían sufrido en más de dos décadas»; en España hemos visto «olas gigantes» que rompían «récord históricos de los últimos quince años» y en Francia han soplado vientos huracanados sobre los Pirineos Atlánticos de casi 230 kilómetros por hora, que en Bretaña y Normandía dejaron a 240.000 personas sin suministro eléctrico.
 
En el otro extremo del termómetro, los moscovitas han disfrutado de un inicio del invierno «como no recordaban». Las temperaturas sobre cero que se han vivido en la parte europea de Rusia hicieron temer incluso por la nieve de los Juegos Olímpicos de Sochi y se enviaron camiones gigantes a las cumbres circundantes para recogerla. El Servicio Meteorológico de Rusia aseguró que con la que ha caído habrá suficiente nieve el 7 de febrero. Por si acaso, las autoridades han almacenado 16 millones de metros cúbicos del imprescindible elemento.

Vórtice polar

Al otro lado del Atlántico, el comienzo del invierno ha sido también extremo e histórico. El primer aviso lo dio justo antes de la Navidad una tormenta de hielo sobre la ciudad de Toronto, al sur de Canadá -no al norte- que los diarios regionales calificaron «como la peor de toda su historia», y que dejó a 250.000 personas sin electricidad. Y solo fue el inicio de una secuencia de olas de frío «históricas». Porque el 1 de enero, «Hércules» desplomaba el termómetro en esa misma ciudad hasta los 29 bajo cero y apenas una semana después le seguía el «vórtice polar», desplazado desde el Polo Norte por un frente de altas presiones del Pacífico que habitualmente nunca sobrepasaba Alaska, pero que en esta ocasión le abría el camino al ciclón ártico hacia el sur de Canadá y norte de Estados Unidos. 

A su paso, todo el Medio Oeste y la región de los Grandes Lagos -cataratas del Niágara incluidas- quedaban convertidos en un gigantesco carámbano. Nueva York registraba temperaturas «nunca vistas en 118 años» y en zonas de Dakota del Norte y Minessota el frío y el viento dejaban sensaciones térmicas de 50 grados bajo cero. Más de 200 millones de norteamericanos se veían afectados por una secuencia gélida que el meteorólogo Ryan Maue presentaba bajo la afirmación de que «los que tengan menos de 40 años no habrán visto nunca una igual».

Tampoco está en la memoria de ninguno de los californianos un invierno como el que están viviendo. «Desde hacía un siglo», en este Estado de 40 millones de habitantes no se padecía una sequía como la que sufren; tanto que el gobernador, Jerry Brown ha declarado el estado de emergencia. Y estamos hablando de la temporada de lluvias, que aunque parezca increíble es en la que se encuentran. Cuando la época supuestamente «fresca y lluviosa» termine, y la primavera dé paso al verano, habrá que buscar un topónimo aún más siniestro para renombrar al infierno del «Valle de la Muerte».

El horno del cono sur

Pero si descontrolado anda el tiempo en el hemisferio norte, no están mejor las cosas al sur del ecuador. En Brasil, a la presidenta Rousseff le costaba esta pasada Navidad contener las lágrimas al observar desde el helicóptero la catástrofe de las inundaciones de los estados de Espíritu Santo y Minas Gerais, donde 50.000 personas tuvieron que abandonar sus casas por las «peores inundaciones de los últimos 90 años». Y cuando dejó de llover, fue para dar paso a unas temperaturas sofocantes. En Río de Janeiro la llegada del nuevo año trajo una ola de calor que provocó sensaciones térmicas de 50 grados; encontrar una ducha libre en las playas de Ipanema y Copacabana era poco menos que tarea imposible. 

Más al sur del continente, el mazazo ardiente sufrido por los argentinos se ganó igualmente a pulso el calificativo de «histórico». En Buenos Aires, si el año 2013 se despidió con la ola de calor «más duradera de los últimos 107 años», este recién iniciado 2014 va ya por la tercera, y con sensaciones térmicas de 43,5 grados este pasado jueves. Pero peor ha sido en Santiago del Estero, al norte del país, donde se han alcanzado temperaturas de 50 grados, que es lo que suele medirse en los desiertos del Sahara o del Gobi. Al lado de estos registros, hablar del quinto año de sequía consecutivo de Chile y de las decenas de incendios que padece las regiones de Bío Bío y Maule, que han consumido 40.000 hectáreas, parecen algo normal. Pese a que el humo haya cubierto ya Santiago de Chile, la capital del país, y el presidente Santiago Piñera haya tenido que declarar la alerta sanitaria.

También en Australia están conociendo un invierno inolvidable. Melbourne padece la segunda ola de calor «más duradera desde 1830», Adelaida ha sufrido la segunda «más extrema desde 1939» y esta pasada semana todavía se luchaba contra incendios que han devorado en el Estado de Victoria 130.000 hectáreas, elevando lenguas de fuego por encima de los 40 metros, que viene a ser un edificio de quince plantas. Es probable que cuando los rescoldos se enfríen y se haga revisión de los datos, haya que cambiar lo de «segunda».

El artìculo completo en:

10 de enero de 2014

Calentamiento Global: La temperatura global aumentará unos 4°C para el año 2100

Cielo nuboso en Galicia tras la entrada de un temporal en diciembre.
Cielo nuboso en Galicia tras la entrada de un temporal en diciembre. EFE
Las temperaturas medias globales aumentarán por lo menos 4° C para el año 2100 y, potencialmente, más de 8° C para 2200 si las emisiones de dióxido de carbono no se reducen, según una nueva investigación publicada en la revista Nature. Los científicos hallaron que el climático global es más sensible al dióxido de carbono de lo que se señala en la mayoría de las estimaciones previas.

Esta nueva investigación también parece resolver uno de los grandes temas desconocidos de la sensibilidad climática, el papel de la formación de nubes y si esto va a tener un efecto positivo o negativo sobre el calentamiento global. La clave para esta estimación se puede encontrar en las observaciones en el mundo real de todo el papel del vapor de agua en la formación de nubes.

"Anteriormente, las estimaciones de la sensibilidad de la temperatura global a una duplicación del dióxido de carbono oscilaron entre 1,5° C y 5° C. Esta nueva investigación habla de que las temperaturas medias globales aumentarán entre un 3° C a 5° C, con una duplicación del dióxido de carbono", dijo el autor principal, Steven Sherwood, del Centro de Excelencia para el Clima de la Universidad de Nueva Gales del Sur.

Las observaciones muestran que cuando el vapor de agua es absorbido por la atmósfera a través de la evaporación, las corrientes ascendentes pueden elevarse a 15 kilometros para formar nubes que producen lluvias intensas o se elevan a pocos kilómetros antes de regresar a la superficie sin formar nubes de lluvia.

Fuente:

El Mundo Ciencia

2 de diciembre de 2013

10 cifras sorprendentes sobre las tormentas, los rayos, las nubes y la lluvia


  1. En cualquier momento hay 1.800 tormentas en curso en todo el mundo. Unas 40.000 tormentas diarias.
  2. Una tormenta típica genera una potencia equivalente al consumo eléctrico de Gran Bretaña o de Francia durante un año.
  3. Un relámpago es una descarga eléctrica de hasta 30 millones de voltios, suficiente para proveer de luz a una ciudad de 200.000 habitantes durante un minuto. Alcanza una temperatura cinco veces mayor que la temperatura de la superficie del Sol: 30.000 grados centígrados.
  4. Cada día caen en la Tierra más de 17 millones de rayos; 200 por segundo.
  5. Las posibilidades de morir por un rayo en el Reino Unido son de aproximadamente 1 entre 10.000.000 (las mismas que de ser mordido por una víbora). Los hombres son alcanzados por rayos 6 veces más que las mujeres. Al año mueren por esta causa alrededor de mil personas.
  6. ¿A qué velocidad cae la lluvia? Pues todo depende del diámetro y del peso de la gota de agua. Todo y así, se estima que la velocidad oscila entre los 8 y los 32 kilómetros por hora. Una gota puede tener un diámetro de 0,5 milímetros (como un grano de sal) hasta un máximo de 6,35 milímetros.
  7. Conocemos el lugar donde se han precipitado las lluvias más abundantes, que es Isla Reunión, en el Océano Índico: el 16 de marzo de 1952 cayeron nada menos que 1.870 litros por metro cuadrado en sólo 1 día.
  8. Las nubes varían mucho en tamaño, puede pasar de unos miles de metros de espesor a unos cientos de metros. Pero, como media, vamos a escoger una nube de 1.000 metros de espesor, con 1.000 metros de longitud por 1.000 metros de anchura. Un auténtico cúmulo.
  9. Las nubes son ciertamente inmateriales, porque un cúmulo típico contiene el agua justa para llenar una bañera pequeña. Si atravesáramos caminando 100 metros de niebla, recogeríamos alrededor de 8 ml de agua: apenas un sorbo.
  10. La energía liberada por el viento es inmensa. Por ejemplo, un huracán podría alimentar a Estados Unidos durante 6 meses, o un país del consumo eléctrico de Gran Bretaña o Francia durante un año. Un huracán grande puede generar en un solo día una energía equivalente a 400 bombas de hidrógeno de 20 megatones, tal y como señala Joel Levy en su libro 100 analogías científicas La máxima velocidad del viento registrada se encuentra en el Monte Washington, Estados Unidos: el 12 de marzo de 1934, 371 kilómetros por hora; pero en general el lugar más ventoso es Commonwealth Bay, en la Antártida, donde se han sentido ráfagas de 320 kilómetros por hora.
Fuente:

Xakata Ciencia

14 de noviembre de 2013

¿Por qué fue tan feroz el supertifón Haiyán?

Ojo del tifón Haiyán

El ojo del tifón Haiyán, con vientos que alcanzaron los 314 kilómetros por hora.

El extraordinario poder destructivo del tifón Haiyán, que arrasó comunidades enteras en Filipinas, asombró a quienes habían previsto su paso pero no su fuerza.

Alrededor de 10.000 muertos, más de 600.000 personas desplazadas y un país en estado de calamidad nacional figuran en el triste récord de una de las tormentas más potentes de la historia.
Sin embargo, el presidente filipino, Benigno Aquino, aseguró que esos reportes iniciales de víctimas mortales son demasiado altos y que la última estimación es de aproximadamente 2.500.

Y aunque los filipinos están acostumbrados a la amenaza de los tifones –han sufrido más de 20 sólo en este año– ninguno se acerca a la magnitud de este.

Imagen satelital del tifón Haiyán

Todas la previsiones se quedaron cortas frente a Haiyán. 

"Creo que lo que lo hizo particularmente peligroso fue que alcanzó su punto máximo de intensidad cuando llegó a la costa, y por eso es probablemente uno de los tifones más poderosos que jamás haya tocado tierra", dijo a la BBC Julian Heming, del servicio meteorológico británico.

¿Pero cómo se forma una tormenta como ésta, la versión más extrema del clima?

Calor y baja presión

Como todas las tormentas tropicales, comenzó como un grupo de cumulonimbos o nubes cargadas de electricidad. Algo común, según explica David Shukman, editor científico de la BBC.

Pero estas nubes se fundieron rápidamente en un único sistema atmosférico que comenzó a rotar, arrastrando aire hacia arriba, hacia su centro.

La tormenta se extendió sobre más de 400 kilómetros. En este punto, ya era un tifón.

El calor, creciente por el movimiento, iba aumentando su fuerza. Las temperaturas altas significan más energía, y esto hace que se acelere el viento en el ojo de la tormenta y a su alrededor.

Según reporta Matt McGrath, corresponsal de Medio Ambiente de BBC, Haiyán presentó características inusuales que incrementaron su potencia. Normalmente, las paredes de la tormenta que rotan alrededor del ojo se van renovando con el movimiento, debilitando la velocidad de los vientos. Pero eso no pasó en este caso.

Pero además, la intensa presión baja levantó la superficie del mar para crear una marejada ciclónica o inundación costera, otra fuente de peligro que arrasó con todo lo que se encontró a su paso.

Destrucción en Tacloban tras el tifón Haiyán

Tacloban fue uno de los lugares más afectados por el tifón.

La tormenta llegó a Filipinas por la isla de Samar, a unos 600 kilómetros de la capital, Manila, poco antes del amanecer del viernes pasado, con vientos que se estima rondaban los 314kph.

Guiuan, una localidad de pescadores de 40.000 habitantes, fue el primer lugar que golpeó la tormenta, que arrancó casi todos los techos de las casas.

Tacloban, de 200.000 habitantes, también sufrió los embates del ciclón.

Cambio climático

Mientras los filipinos luchan por sobrevivir tras el tifón y esperan la ayuda internacional, los efectos de la catástrofe se hicieron sentir de un modo particular en la apertura de conferencia mundial sobre cambio climático en Varsovia, Polonia.

El desatre causado por Haiyán marcó el inicio de la cumbre de Naciones Unidas, que arrancó este lunes en la capital polaca y durará dos semanas.

La intervención del delegado filipino llamando a la acción inmediata conmovió a los asistentes.

"Podemos arreglarlo, podemos detener esta locura ahora mismo", dijo Naderev Saño al borde de las lágrimas, y anunció una huelga de hambre hasta que se avance en los acuerdos para contrarrestar los efectos del calentamiento global.

"En solidaridad con mis compatriotas, que luchan para encontrar alimentos, voy a comenzar un ayuno voluntario por el clima", declaró Saño al comienzo de la sesión de apertura.

Saño, originario de Tacloban, también dijo que había conseguido comunicarse con su hermano en Filipinas, aunque todavía espera más noticias de sus familiares.

A pesar de que aún no hay evidencia que atribuya al cambio climático la responsabilidad por severos eventos atmosféricos como el tifón Haiyán, los científicos creen que el aumento de la temperatura de los océanos puede hacer que estas tormentas sean más feroces.

Fuente:

BBC Ciencia

29 de agosto de 2013

¡Que te parta un rayo!, una maldición posible y probable

[foto de la noticia]
¡Que te parta un rayo!, popular maldición con invocación a los más grandes poderes de la naturaleza, no solo es posible, sino probable, sobre todo en verano, cuando las tormentas eléctricas descargan en la superficie terrestre la energía excedente del cielo.

El récord de rayos descargados sobre el territorio español se registró un 17 de agosto en 2003, con un total de 60.201 en una sola jornada; 16.548 en Castellón y 13.867 en Tarragona.

Y no es una cantidad imposible, si se toma en cuenta que cada rayo a los ojos humanos son cientos de descargas eléctricas para restablecer el desequilibrio de una nube con un potencial eléctrico desmesurado.

En días de mucho bochorno y calor, como los que se experimentan en agosto en estepas de pre montaña, la carga eléctrica de la superficie terrestre se convierte casi en un reclamo para las nubes de verano, las espectaculares cumuloninbus, nubes de evolución diurna y desarrollo vertical que se alimentan de las corrientes ascendentes de aire cálido y húmedo.

Francisco Martín León, meteorólogo de la Agencia Estatal de meteorología (Aemet) y jefe del área de Técnicas Análisis y Predicción, ha explicado a EFEverde la variabilidad espacial y estacional de los rayos, relámpagos o "centellas" a las que sigue el trueno. El sonido es siempre más lento que la luz.

La descarga eléctrica puede ser nube-Tierra o Tierra-nube, según la dirección inicial del rayo, que depende de la polaridad, negativa o positiva, respectivamente, de los dos extremos del canal ionizado o cargado eléctricamente que establece la "conexión".

Los rayos positivos (Tierra-nube) son de mayor intensidad y en forma de una única pulsación, mientras que los negativos que "salen" de la nube son múltiples descargas eléctricas que recorren la misma trayectoria inicial de la primera subcarga.

"Para descargar, la nube busca un punto próximo, y materiales conductores", precisa Martín, por lo que los objetos elevados, las áreas de altura, los pararrayos y hasta los árboles son potenciales receptores de rayos.

Lea el artículo completo en:

El Mundo Ciencia

28 de agosto de 2013

La vuelta a la vida después de una extinción masiva

Reconstrucción de 'Dicynodon lacerticeps', que vivió durante el Pérmico.| Marlene Donnelly.
Reconstrucción de 'Dicynodon lacerticeps', que vivió durante el Pérmico.| Marlene Donnelly.
  • Un estudio concluye que las especies que sobreviven a una extinción masiva muestran una gran variedad de respuestas y evolucionan de manera distinta
  • Se analizó cómo se adaptaron los anomodontos, un linaje de reptiles de gran tamaño que sobrevivieron a la mayor extinción masiva de la Historia
Hace 252 millones de años, al final del periodo Pérmico, se produjo la mayor extinción que ha sufrido la Tierra. Aunque se desconocen las causas concretas que la causaron, los científicos creen que desaparecieron el 90% de las especies marinas y el 70% de las terrestres.

¿Qué ocurrió con los animales que sobrevivieron a aquella extinción masiva? ¿Cómo evolucionaron y se adaptaron a las nuevas condiciones ambientales tras esta hecatombe biológica? Una investigación publicada esta semana en 'Proceedings of the Royal Society B' intenta responder a estos interrogantes examinando los fósiles disponibles de los anomodontos.

Se trata de un linaje de los terápsidos (reptiles de los que se cree que descienden los mamíferos), de gran tamaño y herbívoros en su mayoría, que lograron sobrevivir a la extinción masiva del Pérmico. No obstante, y pese a que llegaron a ser muy abundantes en amplias zonas del planeta, también terminaron por desaparecer, a finales del Triásico, millones de años después de aquel evento catastrófico.

Los fósiles de anomodontos, dicen los paleontólogos, son ideales para realizar investigaciones sobre la evolución de especies, pues son abundantes, muy diversos y han sido bien estudiados. "El mejor registro de fósiles de anomodontos procede de los depósitos de Karoo, en Sudáfrica, donde se han encontrado unas 1.500 especímenes de anomodontos (desde huesos aislados a esqueletos completos). También fueron abundantes en algunas zonas de Brasil, Tanzania y Zambia, aunque se han encontrado fósiles de estas criaturas en todos los continentes", explica a ELMUNDO.es Kenneth Angielczyk, investigador del Museo de Historia Natural Field de Chicago.

Oportunidades tras una extinción

Hasta ahora, los trabajos realizados sobre este tema sugerían que las extinciones masivas ofrecían nuevas oportunidades y ventajas a los seres vivos que lograban sobrevivir. Y es que la pérdida de muchas especies en sus comunidades les permitía desarrollar nuevos estilos de vida y evolucionar anatómicamente para ocupar los 'papeles' que habían quedado vacantes con su desaparición.

Sin embargo, según sostiene este nuevo trabajo, no todos los supervivientes responden de la misma forma y algunos no fueron capaces de sacar provecho de las oportunidades que se les presentaban tras la extinción masiva. Marcello Ruta, investigador de la Universidad de Lincoln, y su equipo afirman que en la anatomía de los anomodontos no se produjeron muchos cambios mientras el número de especies volvía a aumentar durante el periodo de recuperación.

Poco antes del fin del Pérmico, había una gran cantidad de especies de anomodontos que presentaban una gran variedad de tamaños y adaptaciones ecológicas: había herbívoros terrestres, especies anfibias, animales que vivían en madrigueras o incluso en los árboles, según este estudio. "El grupo más exitoso de anomodontos [los dicinodontos] tenían colmillos parecidos a los caninos en su mandíbula superior y un pico como el de las tortugas, y fueron los herbívoros terrestres más importantes de su época", señala Angielczyk.

Evolución de varias especies de anomodontos halladas en Rusia, Zambia y Sudáfrica. | Museo de Historia Natural Field.

Evolución de varias especies de anomodontos halladas en Rusia, Zambia y Sudáfrica. | Museo de Historia Natural Field.

Cada especie evoluciona de forma distinta

Para este estudio, detalla Angielczyk, han utilizado una base de datos que incluye a 87 especies de anomodontos: "Una reciente recopilación incluía 128 especies, aunque esa cifra ha cambiado un poco tras varias revisiones taxonómicas", explica.

Los registros fósiles disponibles han permitido a los paleontólogos determinar cómo evolucionó el número de especies de anomodontos: aumentó durante el Pérmico, disminuyó de forma drástica durante la extinción masiva que se produjo al final de ese periodo, volvió a aumentar durante el Triásico Medio (hace unos 240 millones de años) hasta que terminaron por extinguirse, al final del Triásico.

Pese a ello, sostiene este estudio, la variedad de rasgos anatómicos que han encontrado en los ejemplares desenterrados, (su diversidad anatómica o disparidad morfológica) fue disminuyendo de manera constante. Incluso en el periodo inmediatamente posterior a la extinción masiva, cuando debía haber grandes extensiones de espacio ecológico vacías, no surgió en los anomodontos ninguna nueva característica anatómica fundamental: "Esto sugiere que el cuello de botella evolutivo que sufrieron durante la extinción limitó su evolución durante el periodo de recuperación", señala Marcello Ruta en una nota de prensa.

Según recuerda el científico, se suele considerar que los grupos de organismos que sobreviven a una extinción masiva pasan por un periodo evolutivo 'de cuello de botella', es decir, su población se vuelve más homogénea y hay poca diversidad. El proceso, compara, sería análogo al "cuello de botella" genético que puede ocurrir en una población en la que muchos de sus miembros han muerto. En ocasiones, señala, propicia un nuevo proceso evolutivo del grupo, pero en otras lo contiene.

¿Qué causó la extincón masiva del Permico

Kenneth Angielczyk apunta, no obstante, que todavía hay controversia sobre el periodo en que desaparecieron estos animales de la Tierra: "Los fósiles más jóvenes que pertenecen sin duda a anomodontos tienen unos 208 millones de años y se encontraron en Polonia. Además, se han hallado restos del Cretácico temprano (hace unos 110 millones de años) en Australia. Se trata de especímenes que muestran similitudes con los anomodontos, y así han sido registrados en la literatura, pero su análisis no se ha completado. Sería extremadamente interesante si los anomodontos hubieran sobrevivido durante el Cretácico, aunque hace falta más material para dar esto por cierto", explica.

Por lo que respecta a la causa que propició la extinción masiva del Pérmico, el investigador afirma que es útil diferenciar entre la causa última y las causas próximas. "Las causas últimas serían el fenómeno o los fenómenos que provocaron la crisis globalmente, y podrían ser las erupciones volcánicas masivas que ocurrieron en Siberia en aquella época o el impacto de un asteroide. Qué fenómeno lo provocó sigue siendo objeto de debate, aunque parece que la erupciones volcánicas de Siberia probablemente fueron las que causaron la extinción en parte", afirma. A este fenómeno se unirían otras causas próximas, como el rápido calentamiento global que tuvo lugar durante el Pérmico, cambios en la química de los océanos y en los patrones de circulación, y posiblemente cambios en los niveles de oxígeno de la atmósfera.

¿Se puede hacer algún pararelismo entre lo que ocurrió hace 250 millones de años y la progresiva extinción de especies que se está produciendo en nuestros días, muchas de ellas antes de ser descritas por el hombre? "Los resultados [de este estudio] ponen de relieve que las recuperaciones tras una extinción masiva pueden ser impredecibles, un hallazgo que tiene importantes implicaciones para la extinción de especies causada por la actividad humana hoy en día. No podemos asumir que la vida volverá a renacer cómo era antes de que se interrumpiera", advierte Michael Benton, coautor del estudio.

Fuente:

El Mundo Ciencia
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