Se diría que el futuro nos ha sobrepasado en ciertos aspectos: hace apenas 10 años no podíamos imaginar el estado actual de ciertas tecnologías que hoy empleamos a diario. El reciente anuncio del nacimiento de los primeros bebés modificados genéticamente nos ha enfrentado también con una visión clásica del porvenir, pero una que para muchos resulta aterradora. En cambio, en otros campos parece que ese futuro se resiste a llegar: seguimos sin encontrar vida extraterrestre y sin que un humano haya pisado Marte, que aún nos reserva grandes secretos. Recordamos algunas de las noticias científicas más memorables de este año en el que nos dejó el físico Stephen Hawking.
1. Hawking despega a las estrellas
Sin duda la historia científica más divulgada de este 2018 saltaba el 14 de marzo, cuando se conocía el fallecimiento del astrofísico británico Stephen Hawking a los 76 años; todo un récord de longevidad para quien fue diagnosticado de esclerosis lateral amiotrófica a los 21.Como principales contribuciones científicas, quedan sus estudios teóricos sobre los agujeros negros y su descripción del Big Bang como una singularidad del espacio-tiempo, una idea inspirada en el trabajo de Roger Penrose y que ha prestado un sólido aval a la hipótesis de la colosal explosión como origen del universo.
2. ¿Los primeros bebés con genomas retocados?
Curiosamente, la novedad científica de mayor impacto del año que termina ha sido más vilipendiada que aplaudida, y ni siquiera tenemos confirmación de que realmente se haya producido. La última semana de noviembre se conocía que el investigador chino He Jiankui ha obtenido por primera vez bebés con genomas modificados con la herramienta de edición genética CRISPR, traspasando así una frontera sobre la que aún se mantiene un intenso debate ético.3. Un lago bajo el hielo de Marte
Las noticias sobre la presencia de agua líquida en Marte son como las olas en la playa: periódicamente vienen y se van, en algunos casos llevándose lo que ya creíamos probado. Sucedió con los presuntos torrentes estacionales anunciados en 2011, y que en 2017 quedaron relegados al cajón de las hipótesis probablemente fallidas. Pero este año hemos recibido un nuevo aliento a la probabilidad de que el planeta vecino albergue el líquido esencial para la vida.4. Neutrinos: hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…
…partículas tan pequeñas que atraviesan la materia sin dejar rastro, comenzaron un viaje cósmico de 4.000 millones de años, que las llevaría hasta las entrañas de una monumental construcción hoy enterrada en el hielo del Polo Sur de la Tierra. Se trata del Ice Cube, un detector de neutrinos de alta energía que aprovecha las muy improbables colisiones de estas diminutas partículas con una inmensa red de sensores para registrar su paso y rastrear su procedencia.5. ARN de interferencia, una nueva caja de herramientas contra la enfermedad
En la última década del siglo pasado comenzó a desvelarse un nuevo mecanismo de regulación celular a través de pequeñas moléculas de ARN (una forma química parecida al ADN) que bloquean selectivamente la actividad de los genes. Estos ARN de interferencia (ARNi) forman parte del sistema que dirige el desarrollo y la función de los distintos tipos celulares para cumplir sus misiones en el organismo.6. Un nuevo cohete lleva el primer coche al espacio
En febrero se estrenó con éxito –aún sin tripulantes– el cohete Falcon Heavy de SpaceX, la empresa de Elon Musk. Quizá el impecable debut de la nueva lanzadera estadounidense habría captado solo el interés de los especialistas, de no haber sido por una de las más fantásticas campañas publicitarias jamás concebidas: la carga útil del cohete incluía el descapotable rojo Tesla Roadster del propio Musk, conducido simbólicamente por un maniquí al ritmo del Space Oddity de David Bowie. Sin embargo, la cara excentricidad del magnate surafricano no ha sido bien recibida por algunos científicos, según los cuales el coche podría algún día contaminar Marte con microbios terrestres.7. Dickinsonia, el primer animal conocido de la Tierra
En las últimas décadas los científicos han comprobado que las claves de la historia biológica terrestre ya no solo se encuentran bajo el suelo, sino también en los laboratorios. Las técnicas experimentales avanzadas revelan detalles en los restos fósiles que no se aprecian a simple vista, y que resultan primordiales a la hora de reconstruir el pasado de la vida en la Tierra. Es el caso del procedimiento que en septiembre permitió a un grupo de investigadores identificar moléculas de colesterol en fósiles de Dickinsonia, un organismo conocido desde 1947 pero que hasta ahora no había podido asignarse con certeza a un taxón biológico concreto.El hallazgo demuestra que Dickinsonia era un animal, y su edad de 558 millones de años lo convierte en el más antiguo conocido hasta ahora, casi 20 millones de años antes de la explosión cámbrica. Los resultados sugieren que nuestro linaje como animales se remonta al Ediacárico, un periodo ancestral rico en formas de vida cuya posible descendencia actual aún es motivo de debate.
8. La familia humana se complica
Los Homo sapiens somos los únicos humanos existentes hoy. Ya conocíamos que esto no siempre ha sido así, pero este año hemos sabido que el pasado de nuestro linaje es probablemente mucho más complicado de lo que se sospechaba.En agosto, un estudio dirigido por el paleogenetista Svante Pääbo revelaba el genoma de una mujer que murió hace 90.000 años y que era hija de dos tipos diferentes de humanos: su madre era neandertal y su padre denisovano, un grupo aún oscuro que vivió en Asia. Este cruce se une a los ya conocidos de los humanos modernos con denisovanos y neandertales, confirmando que la línea evolutiva de nuestra especie no es tal línea, sino una red bastante enmarañada.
9. Sin megaestructuras alienígenas, pero con un nuevo impulso al SETI
Después de tres años de estudios científicos y especulaciones, parece que la última posible pista vigente hacia una civilización alienígena era un callejón sin salida. Cuando en 2015 un estudio mostró una extraña atenuación del brillo de una estrella llamada KIC 8462852, a 1.470 años luz de la Tierra, hubo quienes recordaron la predicción formulada en 1960 por el físico Freeman Dyson: este sería el signo de una megaestructura de ingeniería construida por una especie tecnológicamente avanzada para cosechar la luz de la estrella. Sin embargo, este año varios estudios han concluido que, con toda probabilidad, se trata solo de una nube de polvo.10. Y aquí termina el Sistema Solar
Esta lista y este año terminan apropiadamente con el lugar físico donde acaba el Sistema Solar; o al menos, la tierra firme más distante en nuestro vecindario cósmico, que conozcamos hoy. Hace unos días se ha anunciado el descubrimiento de 2018 VG18, alias Farout (“muy lejos”), el primer objeto transneptuniano detectado a más de 100 veces la distancia de la Tierra al Sol; concretamente, 120.El objeto, de unos 500 kilómetros de diámetro y de un color rosado, está más de tres veces y media más lejos que Plutón. Los científicos aún no conocen su órbita con precisión, pero estiman que un año en Farout puede durar más de un milenio terrestre.
Tomdo de: Ipen Mind