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8 de julio de 2016

Ni el polo sur estuvo a salvo del meteorito que extinguió a los dinosaurios

Un nuevo estudio señala que hasta el 70% de las especies de la región desaparecieron.


Hallado en la Antártida el fósil completo de un plesiosaurio

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/181035/0/fosil/plesiosaurio/antartida/#xtor=AD-15&xts=467263
 Encuentran fósiles de plesiosaurios en la Antártida...

Seis años. Eso fue lo que tomó el proceso de clasificación de 6.000 fósiles marinos de la región antártica, con una antigüedad de entre 65 y 69 millones de años. Los responsables del estudio, publicado en Nature Communications, son expertos de la Universidad de Leeds y de la British Antarctic Survey y su objetivo era determinar si el impacto del meteorito en el golfo de México que provocó la extinción de los dinosaurios 65 millones de años atrás, tuvo algún efecto en la fauna local. 

Agrupando los fósiles por edad, el registro muestra un descenso de entre el 65 y el 70% en el número de especies que vivieron en la Antártida hace 66 millones de años. Los resultados han sido una sorpresa para la mayoría de los científicos que pensaban que la distancia desde la zona de impacto y la capacidad de adaptación a un ambiente extremo de la biología de la región, los habría protegido. Pero los registros muestran que el meteorito tuvo un efecto global.

Fuente:

QUO Ciencia

1 de abril de 2013

La migración planetaria como posible causante de la gran tormenta de meteoros

Según un nuevo estudio, la migración de los planetas gigantes gaseosos como Júpiter fue la causante de la mayor tormenta de meteoros en la historia de nuestro Sistema Solar.


La investigación, publicada en la revista Nature Geoscience, esboza de forma clara las causas del Bombardeo intenso tardío (conocido también como cataclismo lunar o LHB, siglas en inglés de Late Heavy Bombardment), una tempestad cósmica de hace unos 3,9 mil millones años, que dio forma al Sistema Solar que hoy conocemos.

Durante mucho tiempo, los científicos han trabajado con la hipótesis de que el Bombardeo fue causado por la migración planetaria, así Júpiter y Saturno se acercaron más hacia el Sol, mientras que Neptuno y Urano se alejaron de donde se formaron.

Los efectos gravitatorios causados ​​por estas migraciones arrojaron un gran número de meteoros hacia el Sistema Solar interior, donde chocaron con todo lo que pillaron por medio, incluidas la Tierra y la Luna. Aunque también se le atribuye el envío de asteroides y cometas que actualmente mantienen su órbitas.
Este nuevo informe de investigadores del Southwest Research Institute en Boulder, Colorado, entre ellos el autor principal, el Dr. Simone Marchi, apoya la hipótesis basada en un estudio de las rocas lunares del Apolo 16 y dos tipos principales de meteoroides.

Estos incluyen Condritas H, que componen casi la mitad de los meteoros y meteoritos que se cree que originó el principal objeto del cinturón de asteroides, Vesta.

Marchi y sus colegas utilizaron lecturas de isótopos de argón para determinar cuando ocurrió el impacto que creó las muestras.

Sus modelos y simulaciones por ordenador indican un período de intenso bombardeo de meteoritos a lo largo del sistema solar entre 3,4 y 4,1 millones de años, coincidiendo con el Bombardeo intenso tardío.

Las lecturas de argón también indican que las muestras de meteoritos sólo podrían haber resultado de impactos de alta energía, de unos 10 kilómetros por segundo.

El apoyo a la teoría del Bombardeo intenso tardío había disminuido después de las revelaciones de que algunos circones lunares y brechas causadas por los impactos eran de más de cuatro millones de años.

Estos hallazgos plantean la posibilidad de una idea alternativa en el que las fechas representan impactos de un bombardeo suavemente decreciente de material sobrante de la construcción planetaria.

Pero el científico Dr. Simon O’Toole del Observatorio Astronómico australiano dice que el nuevo documento aborda las dudas sobre la migración planetaria en nuestro Sistema Solar.

Los nuevos cálculos proporcionan un resultado importante en los modelos existentes de la migración planetaria y de la teoría del Bombardeo intenso tardío
Dice O’Toole.

Los modelos anteriores sólo predecían los impactos de baja velocidad, valores menores de cinco kilómetros por segundo que ocurren en el cinturón de asteroides. Mayores velocidades habrían colocado estos asteroides en órbitas que hubieran cruzado los planetas, estrellándose en ellos, llegando a vaciar rápidamente el cinturón de asteroides
Sin embargo, la influencia gravitatoria de los planetas migratorios cambiaron las órbitas de los asteroides enviándolos muy por encima y por debajo del plano orbital del Sistema Solar, reduciendo los riesgos de una colisión planetaria.

El estudio nos da una buena base para una mejor comprensión del Sistema Solar y de cómo llegó a ser lo que es ahora
Concluye.

Tomado de:

Xakata Ciencia

19 de febrero de 2013

Por qué no fue detectado el meteorito que cayó en Rusia

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La caída de meteoritos en la Tierra es más común de lo que uno podría pensar, y nuestro planeta ostenta varias marcas que evidencian estos impactos durante su existencia. Pero la mayoría de las veces se evaporan en la atmósfera y no pasa nada.

Algunos cuerpos celestes que se dirigen hacia nosotros son captados por astrónomos con antelación, como fue el caso del asteroide 2012 DA14 que pasó muy cerca de la Tierra el viernes sin provocar ningún fenómeno inusual. Caso distinto fue el meteorito de Rusia, que estalló en el aire, provocando una onda sónica que destruyó vidrios y dañó edificios. ¿Por qué se captó a uno, pero al otro no? ¿Qué se puede hacer para proteger nuestro planeta de objetos como éste?

Conversamos con el astrónomo e investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) Álvaro Orsi, para responder algunas de estas dudas.

FW – ¿Por qué no se pudo detectar el meteorito antes de que entrara a la atmósfera?

Álvaro Orsi - Básicamente por el tamaño. NASA comenzó el año 1998 un programa de búsqueda de objetos cercanos a la Tierra (Near Earth Objects, NEOs). Desde entonces, junto con otras agencias espaciales han logrado generar una estadística de estos objetos, descubriendo alrededor de 10,000. La estimación es que al año 2020 este programa podrá detectar alrededor del 90% de los asteroides cercanos a la Tierra que tienen un diámetro mayor a 1km. Asteroides más pequeños tienen menos probabilidad de ser detectados.

El meteorito que cayó en Rusia es un ejemplo de un objeto muy difícil de detectar, pues se estima que medía alrededor de 17 metros de diámetro. Posiblemente, gracias a la nueva generación de telescopios dedicados a la búsqueda de estos objetos, como Large Synoptic Survey Telescope (LSST) y Panoramic Survey Telescope & Rapid Response System (PANSTARRS), podamos mejorar la fracción de estos objetos muy pequeños detectable.

FW – ¿Qué sistemas existen para vigilar los objetos que se pueden acercar a nuestro planeta?

Álvaro Orsi - Existen varios. NASA posee un arreglo de telescopios ópticos y de ondas de radio. Además, existió el telescopio espacial WISE que detectó cientos de asteroides en el Infrarrojo.

Adicionalmente, como te decía antes, están en construcción y etapas tempranas de desarrollo una serie de telescopios que se usarán con este objetivo. Un ejemplo notable es el LSST, que se instalará en el norte de Chile y estará operacional cerca del año 2020. Como nota adicional, muchos astrónomos chilenos somos parte de los diferentes grupos de colaboraciones, pues no solo se usará este telescopio para buscar asteroides, sino que incluso para poder medir mejor la geometría del Universo y comprender mejor la naturaleza de la energía oscura.

FW – ¿Qué tamaño necesita tener un asteroide o meteorito para que lo veamos antes de que llegue a la atmósfera?

Álvaro Orsi - Esto es muy relativo, pues depende no sólo del tamaño, si no también de su órbita, su albedo (qué fracción de la luz que recibe del sol es reflejada por él), y la probabilidad de que su lugar en el cielo haya sido barrido por un telescopio en el momento adecuado. Las búsquedas de asteroides funcionan tomando imágenes consecutivas del mismo lugar. Si en ese campo hay un asteroide, entonces entre las distintas imágenes todo debería verse igual excepto el cuerpo sospechoso que debería desplazarse. Sin embargo, si ocurre que el asteroide no presenta un desplazamiento significativo en el cielo (si va muy lento, o por el contrario, se desplaza en dirección radial hacia nosotros, por ejemplo) entonces es muy probable que no sea detectado.

FW – ¿Es posible construir un “escudo” o sistema de defensa contra objetos que caen al planeta?

Afortunadamente nuestra atmósfera ha sido el mejor escudo con el que contamos hasta ahora. De otro modo, la superficie de la Tierra se vería más parecida a la superficie de la Luna.

Los esfuerzos para prevenir una catástrofe por un meteorito aún están en etapa de diseño. Existen una serie de alternativas, desde intentar destruir el asteroide en cuestión, hasta simplemente lograr que se desvíe. La mejor estrategia dependerá de las características del potencial asteroide. Hasta la fecha, no se conoce ningún asteroide con riesgo significativo de colisión con la Tierra. El último fue un asteroide descubierto el 2004, apodado “Apophis“, que podría impactar a la Tierra alrededor del año 2036. Sin embargo, gracias a la cantidad de observaciones acumuladas, hoy sabemos que este asteroide no presenta ningún peligro real.

Fuente:

FayerWayer

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Estos son los peores cráteres en la Historia del Planeta Tierra

Meteoros y meteoritos, algunos datos interesantes

El pasado viernes, horas antes de la anunciada aproximación del asteroide 2012 DA14 a la Tierra, un suceso recorría el mundo entero gracias a Internet: la caída de un meteoro en la región rusa de los Urales. La caída de este meteoro, que explotó en la atmósfera liberando una energía equivalente a 30 veces la bomba de Hiroshima (según ha revelado la NASA), se ha convertido en un suceso muy mediático que, gracias a las cámaras de los ciudadanos de esta región de Rusia pero, si echamos un vistazo atrás en el tiempo, los datos nos revelan que este tipo de fenómenos se han dado con cierta frecuencia a lo largo del tiempo y uno puede encontrar curiosos datos y situaciones relacionadas con la caída de meteoros y meteoritos a la Tierra.

Antes de entrar en materia, es importante señalar la diferencia entre un meteoro y un meteorito, un detalle importante que nos señalaba hace un par de días nuestro compañero Genaro Grajeda a través de Twitter. Se denomina meteorito al fragmento que impacta sobre la superficie de la Tierra y, sin embargo, meteoro es la roca que llega a nuestro planeta procedente del espacio y se desintegra o explota durante la entrada en la atmósfera.

¿Es normal la caída de un meteoro o un meteorito sobre la Tierra?

Aunque el fenómeno del viernes haya aparecido en los medios como un hecho insólito, es importante tener en cuenta que cada año se suceden un buen número de avistamientos de meteoros en todos los rincones del planeta y, solamente unos pocos de estos meteoros, se materializan en meteoritos que luego pueden ser rescatados y catalogados por los científicos.

Para hacernos una idea, en lo que va de año 2013 (y tampoco es que llevemos mucho tiempo), la American Meteor Society ha catalogado alrededor de 420 avistamientos en Norteamérica, un interesante registro en el que podemos geolocalizar los avistamientos y las trayectorias seguidas por los meteoros en esta zona del planeta y, con respecto a meteoritos, según algunos estudios, en una superficie de 300.000 kilómetros cuadrados caerían en un año unos 17 meteoritos de un peso inferior a 100 gramos, 3 que rondarían el kilogramo y uno cada dos o tres años que superan los 10 kilogramos de peso.

¿Son los meteoritos un factor de riesgo para la vida en la Tierra?

Viendo esta pregunta, quizás alguien vea la respuesta bastante clara si tenemos en cuenta lo que le sucedió a los dinosaurios; sin embargo, en términos de estadística y probabilidades, los números parecen jugar a nuestro favor y películas como Deep Impact, afortunadamente, podrían seguir siendo únicamente ficción.
Según los datos publicados por el astrónomo Alan Harris, la probabilidad de morir víctimas del impacto de un asteroide es de 1 entre 700.000 pero, a pesar de que los números estén a nuestro favor, es importante tener en cuenta algunos detalles:
  • La llegada de un gran asteroide, al estilo de Deep Impact o Armageddon, es muy escasa pero, de suceder, un asteroide de 10 kilómetros de envergadura que impactase sobre la Tierra sería capaz de asolar el planeta. Afortunadamente este tipo de sucesos, según los cálculos, ocurren cada 100 millones de años es, decir, pasándolo a probabilidades, 1 frente a 1,5 millones.
  • Un impacto algo más pequeño tendría una probabilidad 1.000 veces mayor de suceder (cada 100.000 años aproximadamente) aunque no asolaría todo el planeta sino que "solamente" al 0,1% de la población.
Entonces, ¿es probable morir por el impacto de un meteorito? Según algunos datos, si lo comparamos con la probabilidad de morir en un accidente de aviación o en un ataque terrorista, el meteorito podría ser más probable pero, de todas formas, no debe cundir el pánico ni tampoco formar un revuelo (como el que armaron algunos políticos rusos sobre la creación de una alianza global para la defensa de la Tierra frente a los meteoritos) porque es más probable morir en un accidente provocado por unos fuegos artificiales que por el impacto de un meteorito, de hecho, existe la misma probabilidad que morir en una atracción de un parque temático o un parque de atracciones.

Willamette meteorite

De todas formas, aunque los números jueguen a nuestro favor, el impacto de un meteorito en una zona poblada puede provocar daños personales y materiales que pueden ser cuantiosos y, de hecho, el meteoro del viernes en Rusia provocó rotura de múltiples cristales y, derivado de ello, un millar de heridos.

Los países con mayor actividad registrada

Dejando a un lado el impacto del meteorito que terminó con los dinosaurios, los registros más antiguos de caídas de meteoritos se remontan al siglo XV de nuestra era y, solamente, registran la caída de 4 meteoritos sobre nuestro planeta aunque, lógicamente, caerían unos cuantos más aunque no fuesen catalogados en ningún sitio. De hecho, se tiene constancia de la caída de alrededor de 1100 meteoritos de gran tamaño sobre nuestro planeta de los que alrededor de 180 han caído en los últimos 30 años donde Asia, África y Norteamérica son las zonas geográficas que mayor actividad ha registrado.

Barringer Meteor Crater in Arizona

Concretamente, Estados Unidos se sitúa a la cabeza como el país que mayor número de meteoritos ha visto impactar en su territorio (algo más de 140), seguido de India (con más de 125), Francia (unos 63), China (58), Rusia (47), Japón (42), Alemania y Ucrania (con 32 cada uno), Italia (31) y Argentina (24); lógicamente, hablamos de meteoritos, es decir, objetos procedentes del espacio que han atravesado la atmósfera sin desintegrarse por completo o explotar y que, por tanto, sus fragmentos han impactado sobre la superficie de la Tierra dejando fragmentos de gran tamaño.

Teniendo en cuenta que este tipo de actividades se basa en las observaciones y en la colaboración de los aficionados (que reportan este tipo de sucesos), seguramente se hayan producido un mayor número de impactos y estos no hayan sido registrados porque el tamaño de los objetos haya sido muy pequeño o hayan caído en zonas despobladas y, si además, le sumamos los meteoros que llegan a la Tierra y se desintegran en la atmósfera, el número es mucho más grande.

Algunos casos curiosos

Además de lo acontecido en Rusia a finales de la semana pasada, existen otros casos de meteoros y meteoritos documentados que también generaron bastante impacto en los medios, sobre todo, los que se han dado en el siglo XX en zonas pobladas.

Meteorito Alabama

Hace algún tiempo hablamos del Meteorito Sylacauga (1954), el primer impacto documentado sobre un ser humano. Ann Elizabeth Hodges, que dormía plácidamente en el sofá de su casa de Oak Grove (Alabama) se llevó un golpe en el costado por culpa de un meteorito que atravesó el techo de su casa y rebotó sobre una pared para impactar sobre su cuerpo.

Algunos años antes, en 1911, un perro fue volatilizado en Nakhla (Egipto) por culpa de un meteorito que le cayó el 28 de junio a las 9 de la mañana y que tenía su origen en Marte 1.300 millones de años antes del suceso. Por cierto que los fragmentos de este meteorito se muestran en el Smithsonian de Washington D.C.

En septiembre de 2007, en el Departamento de Puno en Perú cayó un meteorito de que formó un cráter de 30 metros de diámetro y 6 metros de profundidad, algo parecido a lo que sucedió en Turkmenistán en el año 1998 o en Bashkortastán (Rusia) en mayo de 1990 (donde cayó un meteorito de 315 kilogramos de peso.

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Sin embargo, uno de los fenómenos que más ríos de tinta han generado es, sin duda, el evento de Tunguska (Siberia Oriental) del año 1908 (al cual se hace un guiño en The X-Files). El 30 de junio de 1908, un objeto incandescente sobrevoló este territorio de Siberia y la onda expansiva de este meteoro derribó alrededor de 40 kilómetros de bosque y afectó a varias poblaciones de la zona en un fenómeno similar a la explosión de una bomba nuclear que se atribuye a un cometa al igual que el Evento de Vitim que también ocurriría en Sibera pero en el año 2002.

Imágenes: Wikipedia y Flickr

Tomado de:

16 de febrero de 2013

El cráter del meteorito en Rusia no es el peor de la historia (éstos sí lo son)


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Todos despertamos hoy con la noticia del impacto de meteorito en Rusia, evento que hasta el momento ha dejado centenares de personas heridas y que según los expertos, no guarda relación con el asteroide 2012 DA14 que pasará cerca de la Tierra hoy viernes. Aunque ha dejado muchos heridos debido a la explosión sónica que hizo estallar los vidrios de varios edificios, y a que Nature lo considera el mayor en 100 años, éste no es el impacto más grande que se ha registrado de un objeto externo. Nuestro planeta ha sido víctima de diversos golpes que han generado grandes cráteres en el suelo a lo largo de millones de años.
Hasta el momento, la única imagen de un cráter provocada por el evento reciente en Rusia es la siguiente:



Este cráter tiene sólo seis metros de diámetro, ya que la información preliminar habla de que el cuerpo, que habría pesado unas 10 toneladas antes de entrar a la Tierra, se desintegró en múltiples partes antes de caer sobre nuestro planeta, minimizando el impacto y generando seguramente varios agujeros en diferentes lugares.

Para comparar, veremos los que realmente son los cráteres más grandes registrados hasta hoy, generados por el impacto de un cuerpo proveniente del espacio y con algunos de ellos provocando consecuencias enormes para la historia del planeta.

Cráter de Vredefort



Se encuentra en la provincia de Estado Libre, Sudáfrica, destacando por ser no sólo el cráter más antiguo del que se tiene registro, ya que se habría originado 2.020 millones de años atrás, sino que además es el de mayor diámetro, midiéndose de manera aproximada unos 300 kilómetros de distancia.

Según los científicos, un meteorito de entre 5 y 10 kilómetros de diámetro fue el causante de este cráter, desplazando cerca de  70.000 km³ de suelo.

Cuenca de Sudbury



Ubicada en Ontario, Canadá, data de hace unos 1.850 millones de años y posee unas dimensiones de 62 x 30 x 15 kilómetros, siendo causado por un objeto cuyo diámetro se calcula entre los 10 a 15 kilómetros de diámetro. El impacto habría lanzado restos de suelo al menos en un área de 1.600.000 km2.

Cráter de Chicxulub



Ubicado al noroeste de la península de Yucatán, se cree que éste es el agujero que dejó el meteorito que provocó la extinción de los dinosaurios, orque el objeto que impactó tenía al menos 10 kilómetros de diámetro, calculándose su fecha de impacto hace unos 65 millones de años atrás.

La estructura actualmente posee 180 kilómetros de diámetro y fue descubierta recién el año 1978 por geofísicos que trabajaban buscando yacimientos de petróleo para la compañía paraestatal Pemex.

Cráter de Woodleigh



Ubicado en Australia Occidental, posee un diámetro de entre 60 y 120 kilómetros, ya que los científicos no se ponen de acuerdo en este dato. Habría sido provocado por un cometa de entre 5 a 6 kilómetros, siendo el evento más grande registrado en Australia.

Cráter de Kara



Volvemos a Rusia y tenemos acá al más grande en dicha zona, específicamente ubicado en la península de Yugorsky en dicho país. Posee un diámetro de 65 kilómetros y se calcula que la fecha del impacto del cuerpo sería de entre 70 a 2,2 millones de años, tratándose de un meteorito de gran tamaño.

Tal como varios de los eventos listados recientemente, el cráter se encuentra muy erosionado por el paso del tiempo y es difícil reconocerlo a simple vista.

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- Un meteorito deja cientos de heridos en Rusia (FayerWayer)

Tomado de:

FayerWayer

23 de octubre de 2012

Un meteorito revela que hay agua líquida en puntos lejanos del Sistema Solar

El meteorito que cayó en Villalbeto de la Peña (Palencia) en el año 2004 reveló la presencia de agua en estado líquido en lugares del Sistema Solar más lejanos de lo que se creía anteriormente

Según los científicos, el estudio de la interacción entre rocas y agua podría tener consecuencias en el conocimiento sobre la formación de los cuerpos planetarios, el desplazamiento del agua hacia el centro del Sistema Solar y la formación de moléculas prebióticas, anteriores al origen de la vida en la Tierra
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La investigadora Kathryn Dyl, de la Universidad de Curtin, dijo que el meteorito se originó "en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, una región del Sistema Solar considerada demasiada fría para que hubiera agua en estado líquido".

"El descubrimiento extiende nuestro conocimiento sobre qué hacía el agua cuando nuestro sistema solar se estaba formando", indicó Dyl a la cadena ABC.

La investigación fue realizada a partir de 50 fragmentos del meteorito recogidos en Villalbeto de la Peña en una área de un radio de 100 kilómetros y se basó en el análisis de partículas de 100 por 600 micras con un nuevo láser ultravioleta de la Universidad de California

El análisis se centró en una materia rocosa llamada feldespato, que se había derretido y fundido en la superficie del meteorito, lo que habría generado las condiciones "hidrotermales" en las que el agua, líquida o en vapor, "cuece" el mineral en la roca.

Esta fusión del mineral en el meteorito se habría dado en un período de uno a diez años y a temperaturas de entre 750 y 850 grados centígrados.

Los resultados concuerdan con los obtenidos previamente por otro de los autores del estudio, Phil Bland, quien señaló que el nuevo hallazgo sugiere que los meteoritos intercambian agua cuando se golpean mutuamente en el cinturón de asteroides.

Fuente:

30 de junio de 2012

México: Descubren nuevo mineral en meteorito



Fragmento del meteorito AllendeFoto: Detlev Van Ravenswaay/SPL

La panguita es el noveno mineral nuevo descubierto en la roca espacial. Foto: Detlev Van Ravenswaay/SPL


El 8 de febrero de 1969, una bola de fuego cruzó el cielo de México, esparciendo miles de fragmentos en el estado de Chihuahua.

Cuatro décadas después, el meteorito Allende, considerado el más estudiado de la historia, sigue siendo una fuente de información extraordinaria para la ciencia.

Científicos del Instituto de Tecnología de California, Caltech, descubrieron un nuevo mineral en la roca espacial y creen que se trata de uno de los minerales más antiguos del Sistema Solar.

El nuevo mineral es un óxido de titanio y fue denominado panguita. El nombre hace referencia a Pan Gu, el gigante de la mitología china que estableció el universo separando las energías de ying y yang para crear la Tierra y el cielo.

El mineral y su nombre ya han sido aprobados y catalogados por la Comisión sobre Nuevos Minerales, Nomenclatura y Clasificación de la Asociación Mineralógica Internacional.

Nanotecnología

Panguita incrustada en el meteorito Imagen gentileza Caltech

La panguita fue hallada incrustada entre otros materiales en el meteorito. Imagen: gentileza Caltech

Los científicos creen que el mineral fue uno de los primeros materiales sólidos del Sistema Solar y tendría una antiguedad de 4.500 millones de años.

"Se trata de un descubrimiento fascinante, porque la panguita no sólo es un nuevo mineral sino un material que era totalmente desconocido para la ciencia", señaló Chi Ma, de la División Geológica y Planetaria de Caltech.

El meteorito Allende es la mayor condrita carbonácea—una clase de meteoritos primitivos- que se ha encontrado en el planeta.

Chi Ma ha venido investigando meteoritos primitivos con nanotecnología desde 2007 y la panguita es el noveno mineral nuevo que se descubre en la roca Allende.

La nanomineralogía investiga partículas diminutas de minerales y sus propiedades.

"El análisis de este meteorito ha tenido una gran influencia en estudios actuales sobre la evolución y la química de los inicios del Sistema Solar y los cuerpos planetarios", dijo George Rossman, profesor de mineralogía en Caltech.

Orígenes del Sistema Solar

La panguita fue observada en primer lugar con un microscopio de electrones dentro de una llamada inclusión refractaria en el meteorito.

Diferentes minerales en el meteorito Allende Foto DR IAN STEELE & DR IAN HUTCHESON/SCIENCE PHOTO LIBRARY

El meteorito Allende colisionó con la Tierra en 1969. Foto: Dr. Ian Steele & Dr. Ian Hutcheson/SPL

 Las inclusiones refractarias son unos de los primeros objetos sólidos del Sistema Solar y datan de un período anterior a la formación de la Tierra y los otros planetas.

"Refractario" significa que estas inclusiones contienen minerales que son estables a altas temperaturas y en condiciones extremas.

Chi Ma espera que el estudio de la panguita y otros nuevos minerales permita a los investigadores aprender más sobre las condiciones en que estos materiales se formaron.

"Estas investigaciones son esenciales para comprender los orígenes del Sistema Solar", señaló el investigador.

El estudio sobre la panguita fue publicado en la revista American Mineralogist

Fuente:

BBC Ciencia

2 de mayo de 2012

El meteorito que precipitó la extinción de los dinosaurios

Su caida no fue la única causa de su desaparición

Recreación de un 'Tyrannosaurus rex'. | AMNH/J. Brougham

Recreación de un 'Tyrannosaurus rex'. | AMNH/J. Brougham
  • La población de algunos dinosaurios ya estaba en declive 12 millones de años antes del impacto de que cayera un asteroide, hace 65 millones de años
  • Otros grupos de carnívoros y herbívoros de tamaño medio aumentaron su población
El meteorito que impactó en la Tierra hace 65 millones de años no fue el único responsable de la desaparición de los dinosaurios. Según sugiere un nuevo estudio publicado esta semana en 'Nature Communications' algunas especies de estos animales ya habían comenzado a extinguirse 12 millones antes de la caída de ese asteroide. De hecho, los autores creen que, aunque este objeto no hubiera impactado contra la Tierra, es posible que algunos de estos dinosaurios habrían desaparecido igualmente.

Esta investigación, liderada por Stephen Brusatt, del Museo de Historia Natural y de la Universidad de Columbia de Nueva York, sostiene además que otros grupos de dinosaurios, como el célebre 'Tyrannosaurus rex' experimentaron durante ese mismo periodo un notable crecimiento en su población.

Los nuevos hallazgos confirmarían, por tanto, que estas fascinantes criaturas eran en realidad, muy diferentes las unas a las otras en cuanto a morfología y dieta. La evolución de los diferentes grupos de dinosaurios durante el Cretácico tardío fue compleja y refleja la gran biodiversidad que había en estos animales.

Como señalan los autores al inicio de su estudio, pocos temas de la historia de la paleontología han generado tanta investigación entre los científicos y tanta fascinación entre la población como la extinción de los dinosaurios no aviares.
 
Intensa actividad volcánica
Los palentólogos creen que los dinosaurios desaparecieron de la faz de la Tierra al final del periodo Cretácico (hace 65 millones de años) debido a la intensa actividad volcánica y al impacto de un gran asteroide. Según sostienen, la caída de Chicxulu (que según calculan, debía tener unos 10 kilómetros de diámetro) originó un gigantesco cráter en la que hoy es la Península de Yucatán (México).

'Troodon formosus'. | AMNH/J. Brougham
'Troodon formosus'. | AMNH/J. Brougham

Sin embargo, a pesar de las intensas investigaciones llevadas a cabo durante más de 30 años, aún no está claro si estos episodios fueron los causantes de su extinción o bien la población de estos animales ya había comenzado a descender con anterioridad.
 
Declive en los grandes herbívoros
Para llevar a cabo este estudio, Stephen Brusatte y sus colegas analizaron los fósiles de siete subgrupos de grandes dinosaurios que vivieron durante el Cretácico final. Calcularon la variabilidad en la anatomía y el cuerpo de estos animales a escala global y regional. Los resultados obtenidos muestran que la población de dinosaurios gigantes herbívoros (como los hadrosaurios o los ceratópsidos, que recuerdan a los rinocerontes) habían empezado a disminuir con anterioridad.

Por el contrario, otros grupos de dinosaurios carnívoros (como el 'Tyrannosaurus rex' o 'Troodon formosus') y herbívoros de tamaño medio no mostraron esta tendencia y mantuvieron o aumentaron su población durante ese periodo.

 El estudio muestra que al menos algunos grupos de dinosaurios no aviares ya habían experimentado un declive en su población antes de la extinción. Es decir, el Cretácico no fue un periodo estable que fue interrumpido violentamente por la caída de un asteroide. De hecho, sostienen, es probable que algunos de estos grupos de dinosaurios tampoco hubieran sobrevivido aunque no se hubiese caído un asteroide.

Fuente:

El Mundo Ciencia



30 de marzo de 2012

Descubren que la Tierra se formó por varios tipos de meteoritos

Meteorito
Meteorito
Ampliar
  • El material que creó la Luna formó parte del núcleo terrestre, reforzando la teoría de que se formó por la colisión de un protoplaneta contra la Tierra.
  • Este nuevo hallazgo, según el CNRS, no resuelve de manera completa la cuestión sobre el origen de la Tierra, pero abre una vía interesante de análisis.
  • Se partió del análisis de isótopos de silicio terrestre y de otros de diferentes condritas de enstatita, el tipo de meteorito más frecuente en el planeta.


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Un equipo francés de científicos ha descubierto que la formación de la Tierra, contrariamente a lo pensado hasta ahora, no se produjo por la colisión de un solo tipo de meteoritos, según ha informado el Centro Nacional francés de Investigaciones Científicas (CNRS).

Ese grupo de expertos, procedente del CNRS y del Laboratorio de Geología de Lyon, partió del análisis de isótopos de silicio terrestre y de otros procedentes de diferentes condritas de enstatita, el tipo de meteorito más frecuente de los caídos en el planeta.

La Luna se formó por la colisión de un protoplaneta contra la TierraLa suposición inicial de que la Tierra surgió a partir de un solo tipo de condritas había sido consecuencia de la "sorprendente similitud" entre la composición isotópica de las muestras terrestres analizadas y la de esas condritas.

Pero en su estudio vieron que si el núcleo terrestre procediese de la suma de un único tipo de condritas la temperatura de formación de ese núcleo sería de 1.500 grados Kelvin, muy inferior a los 3.000 grados que indican los modelos anteriores.

Este nuevo hallazgo, según el CNRS, no resuelve de manera completa la cuestión sobre el origen de la Tierra, pero abre una vía interesante de análisis. La investigación, cuyos resultados se publican este viernes también en la revista científica Science, revela igualmente que los isótopos de silicio medidos en rocas terrestres y lunares eran similares.

Esto sugiere, según sus conclusiones, que el material que creó la Luna formó parte del núcleo terrestre antes de que se crease ese satélite, lo que refuerza la teoría de que se formó por la colisión de un protoplaneta contra la Tierra.

Fuete:

20 MinutosEnlace

6 de marzo de 2012

Un meteorito provocó la última Edad de Hielo

Efecto del choque entre dos esferas de material cósmico. |UCSB

Efecto del choque entre dos esferas de material cósmico. |UCSB

Hace 12.800 años el clima en la Tierra sufrió un repentino enfriamiento, que duró 1.300 años, cuyo origen ha estado poco claro para la ciencia. La teoría de que se debió al impacto de un meteorito en Norteamérica vuelve ahora a tomar fuerza, tras haber sido muy discutida, después de que un equipo internacional de investigadores haya logrado identificar el lugar, en México, en el que colisionó un gran meteorito precisamente en esa época.

Los científicos, un equipo de 16 investigadores de varias universidades, han encontrado, en el Lago Cuitzeo, del centro del país, una capa de sedimento muy fino con una composición de elementos muy extraña, y precisamente de hace 13.000 años. Por su estudio, sería el resultado del impacto de un objeto cósmico contra la tierra, según publican en la revista 'Proceedings of National Academy of Science'.

Esta colisión, que dejó una capa negra rica en carbono y nanodiamantes, de unos 10 centímetros, estaría en el origen de ese cambio climático, que inició el periodo gélido conocido como Dryas Reciente. Las últimas hipótesis apuntaban hacia un cambio en la corriente del Golfo de México, que habría descargado demasiada agua dulce en el Atlántico Norte, pero este trabajo 'da alas' a otra posibilidad. De hecho, hace 65 millones de años un impacto, mucho mayor, provocó el cambio atmosférico que acabó con los dinosaurios.

Nanodiamantes en el fondo de un lago

Los científicos, dirigidos por Isabel Israde-Alcántara, de la Universidad de Michoacana (México), recabaron pruebas que consideran concluyentes, a 2,8 metros de profundidad. Los nanodiamantes, argumentan, son de una familia compatible con una gran colisión cósmica; además los investigadores identificaron las huellas de esférulas (pequeñas bolas), que habrían chocado a gran velocidad durante el impacto.

Ningún evento provocado por el ser humano, los volcanes u otros fenómenos naturales pueden explicar estos sedimentos, aseguran. "Estos materiales se forman solamente con un impacto extraterrestre", afirma James Kennett, de la Universidad de California, coautor del trabajo.

Los datos del lago Cuitzeo sugieren que fue un asteroide o un cometa de grandes dimensiones fragmentado en pedazos, algunos de varios cientos de metros de diámetro. Este objeto habría entrado en la atmósfera en un ángulo muy bajo, provocando tanto calor que la colisión quemó toda la vegetación que había alrededor e incluso derritió las rocas de la superficie. Como consecuencia, hubo un importante cambio en el clima.

"Estos resultados son consistentes con otros hallazgos en Norteamérica, como la rápida extinción de la megafauna que había entonces, las modificaciones que hubo en el ecosistema e incluso la reducción de las poblaciones humanas y en las transformaciones culturales que hubo", señala Kennett.

Y es que la capa de sedimento lacustre se encuentra, precisamente, en el nivel Dryas Reciente, que ha sido identificado en todo el hemisferio norte como un momento de gran enfriamiento en la superficie. La única similar que se ha localizado en el planeta es la que está en el límite del Cretácico, tras el que desaparecieron los grandes saurios.

Desaparición de los mamuts

Tras esta segunda gran colisión, hace 12.900 años, habrían desaparecido mamuts, mastodontes, tigres dientes de sable y grandes lobos. "Existe la sincronización entre estos extraordinarios cambios ambientales y bióticos, que también hemos detectado en el mismo lago, y el impacto. Fue una disrupción repentina, muy grande, que ya se conocía, sin conocer la causa", apunta el investigador californiano.

El Dryas Reciente se ha relacionado con la adopción de la agricultura en el Creciente Fértil: el frío y la sequía obligaron a sedentarizarse a las poblaciones humanas, que tuvieron que buscar métodos de subsistencia más adaptables a los cambios ambientales, pero es una de las muchas hipótesis que se barajan.

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El Mundo Ciencia

14 de octubre de 2011

Los gusanos que resistieron el impacto del meterorito que mató a los dinosaurios

Yacimiento con madrigueras de gusanos, en Dakota del Sur. | Universidad de Colorado

Yacimiento con madrigueras de gusanos, en Dakota del Sur. | Universidad de Colorado

Los científicos han acumulado evidencias de que la caída de un meteorito, hace unos 65 millones de años, provocó una extinción masiva en el planeta que afectó a los dinosaurios y permitió que los mamíferos nos hiciéramos dueños de la superficie terrestres. Ahora, una nueva investigación, realizada en la Universidad de Colorado (EEUU), sugiere que los humildes gusanos fueron también de las primeras especies que triunfaron en tierra firme después de la catástrofe.

Hasta ahora, el llamado límite K-T, como se llama a los sedimentos el fin del Cretácico, se estudiaba como el momento en el que los mamíferos se hicieron con el control, con tan escasa biodiversidad botánica que proliferaron las plantas acuáticas oportunistas.

Sin embargo, aunque los sedimentos inmediatamente superiores a impacto del meteorito tienen pocos fósiles animales, los investigadores de Colorado, y especialmente la geóloga Karen Chin, han encontrado pruebas de que había muchas madrigueras en estos escasos centímetros. "Esas madrigueras fosilizadas son la prueba de que hubo actividad animal y mucha, porque son numerosas", apunta Chin quien sugiere que las hicieron los gusanos.

Aún están analizando la relación entre las madrigueras y la extinción masiva, pero Chin cree que se hicieron tan sólo unos miles de años después, algo que tendrán que confirmar futuras investigaciones.

Madrigueras en tres dimensiones

Los resultados preliminares, según informó su universidad en una nota de prensa, fueron presentados en la reunión anual de la Sociedad Geológica Americana, celebrada en Minneapolis.

Las madrigueras en tres dimensiones se encontraron entre una capa de carbón y otra de roca en Dakota del Norte, donde Dean Pearson, del Pioneer Trails Regional Museum, lleva años estudiando el límite K-t. Los investigadores creen que aquellos gusanos se alimentaron de materia orgánica en descomposición.

También han comprobado que la capa arcillosa inferior, que se relaciona con el fin del Cretácico, tiene mucho iridio, un elemento común en asteroides y extraño en la Tierra. Aquella tremenda explosión se cree que generó mil millones de veces más energía que la bomba atómica en Hiroshima, levantando grandes tormentas de polvo y ceniza y provocando terremotos y tsunamis. Fue el comienzo de un helado invierno.

Los gusanos que vivieron en esas condiciones se estima que debían tener un diámetro similar a un gusano medio actual. Sus madrigueras son más horizontales que verticales, lo que indicaría cómo se movían para conseguir alimento. Como están hechas en turba, pudo ser un pantano que luego se cubrió de sedimento. Según Chin, aquellos gusanos soportaron un ambiente muy duro, con terrenos inundados y con poco oxígeno y mucho ácido.

Esas condiciones provocaron grandes pérdidas de plantas terrestres, de las que se alimentaban los dinosaurios, entre los mayores afectados por el cataclismo. Otros vertebrados si sobrevivieron, como pájaros, serpientes, lagartos, tortugas, pescados y pequeños mamíferos, y por lo que se sabe ahora también los gusanos. "El hecho de que sean las madrigueras lo que encontramos en ese límite las hace más sorprendentes", señala la investigadora, que recuerda: "Cuando reconstruimos los ambientes del pasado, animales blandos, como los gusanos, se detectan por este tipo de rastros, dado que no mineralizan como los que tienen huesos", recuerda la investigadora.

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El Mundo Ciencia

4 de octubre de 2011

Meteorito desvela a científicos temperatura de antiguo Marte

Marte

Marte

Un meteorito marciano hallado en 1984 permitió a investigadores establecer que en el antiguo Marte había temperaturas de hasta 18 grados Celsius, según un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Se trata de un pedazo de roca descubierta en la Antártida en 1984. Llamado ALH84001, este meteorito de apenas dos kilos es uno de los doce que con gran dosis de probabilidad llegaron a la Tierra de Marte, a juzgar por su composición química.

Científicos estiman que hace unos 16 millones de años el impacto de un objeto celeste de gran tamaño lo propulsó al espacio a una velocidad suficiente como para superar la gravitación marciana. Según algunos cálculos, el meteorito aterrizó en la Antártida alrededor de 13 mil años atrás.

Itay Halevy y sus colegas del Instituto Tecnológico de California analizaron isótopos de carbono y oxígeno en los carbonatos de esa roca para averiguar las condiciones de su formación. Y llegaron a la conclusión de que se encontraba en aguas subterráneas, a una profundidad de varias decenas de metros bajo la capa de regolito, a una temperatura de 18 grados centígrados.

El descubrimiento está en línea con las ideas de que el antiguo Marte era un planeta cálido, lo cual no necesariamente significa que hubiese vida allí.

“Hemos descubierto un entorno que tenía agua y temperaturas suaves pero no sabemos cuánto tiempo hizo calor ni si lo hubo también en otras partes, de manera que ese dato por sí solo no refleja hasta qué punto Marte era apropiado para albergar vida”, señaló Halevy.

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RIA Novosti

9 de agosto de 2011

Los meteoritos trajeron 'ladrillos' de ADN

El hallazgo apoya el origen extraterrestre de la bioquímica




El origen de la vida en la Tierra aún esconde secretos para la ciencia. Uno de los puntos de debate es si los bloques de la química de la vida se formaron in situ o si llegaron a bordo de meteoritos. De ser cierta esta segunda hipótesis, sería más fácil explicar cómo surgieron las enormes y complejas moléculas bioquímicas, ya que nuestro planeta se habría encontrado con parte del trabajo hecho, incluyendo componentes posiblemente escasos en la Tierra primitiva. Pero, además, esta siembra de semillas químicas pudo disparar la evolución de la vida no sólo aquí, sino en lugares como Marte, cuya primera infancia fue muy similar a la de la Tierra.

Un equipo de científicos de la NASA y de la Institución Carnegie de Washington ha allanado el camino a este posible origen extraterrestre de los ladrillos básicos de la vida. Analizando extractos de 12 meteoritos caídos en suelo terrestre, han hallado restos de nucleobases, los eslabones de la cadena del ADN. Hasta ahora había sido difícil determinar si la búsqueda de estos compuestos nitrogenados en los meteoritos podía dar con verdaderos ingredientes importados del espacio o con simples contaminantes terrestres, ya que tales elementos son omnipresentes en este planeta. Los investigadores creen haber establecido sin duda alguna que las nucleobases de las rocas espaciales son foráneas. Lo sustentan en dos pruebas: primero, tres de las moléculas encontradas son muy raras en la Tierra. Según el geofísico de Carnegie James Cleaves, uno de los autores del estudio que hoy publica PNAS, "encontrar compuestos de nucleobases que no son típicos en la bioquímica terrestre apoya fuertemente el origen extraterrestre". Segundo, estasnucleobases no se encontraron en muestras de los suelos y hielos donde se rescataron los meteoritos.

En paralelo, y para confirmar su hipótesis, los científicos simularon un entorno químico rico en cianuro de amonio, como el que debía de reinar cuando se formaron las moléculas espaciales, y el resultado fue un conjunto de nucleobases similar. En su estudio, los científicos señalan que, con este hallazgo, ya se ha confirmado la presencia en los meteoritos de ladrillos para construir proteínas, membranas celulares y, ahora, material genético. "Los meteoritos pueden haber servido como kits moleculares que suministraron ingredientes esenciales para el origen de la vida en la Tierra y posiblemente en otros lugares", concluyen los investigadores.

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Público Ciencia


13 de abril de 2011

Un bombardeo de asteroides cambió el destino de la Tierra

Científicos españoles creen que una lluvia de rocas espaciales convirtió nuestro planeta de un desierto yermo en habitable, y hallan similitudes químicas entre la atmófera terrestre y la de Titán.


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Un bombardeo de asteroides dio origen a la Tierra

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han hallado un nexo común en el origen de las atmósferas de la Tierra y del satélite de Saturno Titán. El análisis de los datos obtenidos por la misión Cassini Huygens, un proyecto de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana, sugiere que la evolución química de ambas atmósferas estuvo marcada por el último gran bombardeo de asteroides y cometas durante la formación del Sistema Solar, hace unos 3.900 millones de años.

Según los científicos del CSIC Josep Maria Trigo y Francisco Javier Martín, autores del estudio que aparece publicado en el último número de Planetary & Space Science, este “gran bombardeo tardío” se inició cuando los planetas gigantes Júpiter y Saturno migraron hasta sus actuales órbitas, lo que produjo un impulso gravitatorio sobre cuerpos helados formados en varias regiones de la parte externa del Sistema Solar. Como consecuencia, una gran cantidad de objetos ricos en agua y en materia orgánica empezaron a impactar sobre planetas rocosos como la Tierra.

Los científicos han hallado grandes similitudes entre la Tierra y Titán, a pesar de que ambos cuerpos planetarios se formaron muy lejos el uno del otro (el planeta azul se encuentra nueve veces más cerca del Sol que el satélite de Saturno). En concreto, sus atmósferas tienen en común la abundancia de nitrógeno molecular, deuterio, hidrógeno, carbono, nitrógeno y oxígeno. Todos estos elementos apuntan al mismo origen derivado del impacto de cometas y asteroides.

Los resultados del estudio también sugieren que la evolución química de ambas atmósferas habría sido similar, marcada por varios impactos. “Dado que la Tierra se formó en un entorno muy caliente próximo al Sol, ese gran bombardeo tardío resultó fundamental para enriquecerla con los ingredientes básicos para la aparición de la vida. De hecho, la mayoría de cuencas y grandes cráteres de la Luna fueron provocados por el impacto de estos objetos enriquecedores en ese periodo, tal y como dataron las rocas lunares recogidas por las misiones Apolo”, explica Trigo, que trabaja en el Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC) y el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña.

Según Trigo, además del registro lunar de cráteres, existen otras evidencias del importante papel que tuvo el impacto de estos objetos. Una de ellas revela que la composición de la corteza y el manto terrestre, en concreto su abundancia en metales, tiene su origen en ese proceso de enriquecimiento. “El manto alberga metales que, de no haber llegado de manera tardía, deberían estar en el núcleo terrestre. Además, los volcanes emanan gases con anomalías características de los meteoritos condríticos”, señala Trigo.

Una atmósfera inestable

Los investigadores van más allá y creen que el “gran bombardeo tardío” fue clave para cambiar el destino de la Tierra, un planeta que hace 3.900 millones de años no era adecuado para la vida. Aunque la superficie luminosa del Sol era en aquel periodo un 30% menor que en la actualidad, el flujo de radiación ultravioleta que emitía hacia la Tierra era mucho mayor.

“Debido a este flujo de un joven Sol, una atmósfera terrestre rica en nitrógeno molecular hubiese sido inestable. Esta circunstancia, unida al gran impacto que dio origen a la Luna, hace pensar que la Tierra pudo perder, quizás varias veces, su atmósfera”, explica al respecto Javier Martín Torres, que trabaja en el Centro de Astrobiología, un centro mixto del CSIC y el Instituto Nacional de Técnica Aerospacial.

“La llegada de tales compuestos, y de partículas metálicas catalizadoras capaces de sintetizar moléculas orgánicas más complejas bajo el influjo de la radiación solar, permitió convertir nuestro planeta en el único oasis de vida que, por ahora, conocemos”, aseguran los autores del estudio.

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ABC Ciencia

La NASA descubre un mineral nuevo en un meteorito

Se llama 'wasonita' y es una estructura inédita hasta ahora en la naturaleza


La NASA y un grupo de científicos de EEUU, Japón y Corea del Sur encontraron algo inesperado cuando estudiaban un meteorito caído en 1969: un nuevo mineral, llamado "wasonita", con una estructura inédita hasta ahora en la naturaleza.

El trozo de mineral, uno de los más pequeños identificados en el meteorito Yamato 691, ya ha sido añadido a la lista de 4.500 minerales oficialmente aprobados por la Asociación Mineralógica Internacional, informó hoy la NASA en un comunicado.

"La wasonita es un mineral formado solamente por dos compuestos, el sulfuro y el titanio, pero posee una estructura cristalina única, que no se había observado hasta ahora en la naturaleza", dijo el científico de la NASA Keiko Nakamura-Messenger, que lideró el proyecto.

El cristal, que hallaron rodeado de "otros minerales desconocidos que están siendo investigados", tiene una anchura de 50 por 450 nanometros, más de cien veces menor al espesor de un cabello humano.

Encontrar un mineral tan minúsculo fue posible gracias al microscopio de transmisión de electrones de la NASA, capaz de aislar los granos de la wasonita y determinar su composición química y su estructura atómica, según la agencia.

Nakamura-Messenger confía en que la nanotecnología permita revelar muchos más "secretos del universo" escondidos en especímenes como el Yamato 691, recuperado en 1969, junto a otros ocho meteoritos, en una expedición de científicos japoneses a las montañas Yamato en la Antártida.

Después de ese descubrimiento, el primero significativo de meteoritos en la Antártida, Estados Unidos y Japón han encontrado más de 40.000 en la zona, entre ellos extraños aerolitos de Marte y la Luna que continúan siendo estudiados.

El nombre de wasonita ("wassonite") es un homenaje a John T. Wasson, un profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) especializado en la investigación sobre meteoritos y pionero en el uso de datos de activación de neutrones para clasificarlos.

La científica Lindsay Keller, co-creadora del microscopio utilizado para identificar el mineral en el Centro Espacial Johnson de la NASA, aseguró que la investigación de los meteoritos y de los minerales que contienen "es una ventana para conocer la creación de nuestro sistema solar".

"A través de este tipo de estudios podemos aprender sobre las condiciones que existieron para que se formara y los procesos que estaban ocurriendo entonces", explicó Keller.

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La Vanguardia Ciencia

9 de marzo de 2011

Periodismo "científico" y la vida en el meteorito

Por Pepe Cervera

En Internet la confianza en las fuentes lo es todo. La ingente cantidad de información que almacena la Web hace imposible que una persona por sí misma pueda validar todas las noticias que recibe. Millones de páginas web lanzan un continuo chorro de datos imposibles de verificar directamente, por lo que conocer de quién te puedes o no fiar es clave. Y a veces confiar en el intermediario inadecuado te puede causar serios problemas. Como los que ha provocado Fox News al distribuir una noticia bomba, recogida más tarde por agencias como Efe y publicada incluso en medios como RTVE.es: científicos estadounidenses descubren pruebas de la existencia de vida extraterrestre en un meteorito. Algo que, de confirmarse, cambiaría por completo nuestra comprensión del Universo y de nuestro lugar en su interior. Pero que, desdichadamente, la noticia es falsa de toda falsedad: no han aparecido pruebas de vida extraterrestre en meteorito alguno. Por el momento seguimos solos en el Cosmos. Y la pregunta interesante es, entonces, ¿cómo ha llegado esta pseudonoticia a los medios? ¿Por qué el olfato periodístico no ha detectado la impostura?

En buena parte se trata de un problema de confianza. Los medios de comunicación han confiado en las agencias de prensa, habitualmente fiables. Las agencias (en este caso Efe) han confiado en un medio algo menos fiable, como es la cadena estadounidense de noticias televisivas Fox News; una empresa con claros sesgos ideológicos que incluyen una marcada desconfianza hacia la ciencia. Pero la causa última del desaguisado es una mezcla letal de confianza e ignorancia de la que han hecho gala tanto Fox News como las agencias que la han seguido y los medios que han publicado la noticia de las agencias. Resulta que no todo lo que se llama 'Journal' es fiable.

El presunto descubrimiento se ha publicado en una revista llamada 'Journal of Cosmology'. En el mundo de la ciencia las publicaciones tienen distinto nivel de fiabilidad y seriedad; en lo más alto están cabeceras como 'Science' y 'Nature' (y las revistas abiertas PLoS) donde cualquier científico daría un brazo por publicar, pero donde el nivel de calidad exigido a los trabajos es muy elevado. Es donde aparecen los mejores y más importantes artículos, y publicar no es nada fácil; los controles son los más rigurosos. Aunque de vez en cuando se les cuela algún trabajo de mala calidad, en general son muy fiables. Inmediatamente por debajo, en un segundo nivel, están los 'Journals', revistas especializadas en cada área de la ciencia que son la publicación más importante de ese campo y que suelen llamarse así: 'Journal of Antropology', 'Journal of Plant Science', 'Journal of Geophysics', y así sucesivamente. Éstas son las revistas temáticas con el mayor grado de fiabilidad (y el mayor índice de impacto) fuera de las grandes generalistas, y por tanto son objeto de deseo. Y confiables, puesto que cualquier trabajo a publicar ha sido revisado por científicos del área y su calidad comprobada.

Los periodistas de ciencia han aprendido que lo que se publica en 'Science', 'Nature', alguno de los PLoS o un 'Journal' es de toda confianza; esta vez eso ha sido su perdición. Porque el 'Journal of Cosmology' no es, en absoluto, fiable. Es una página web, sin versión papel, sin identificación (sin ISBN o DOI), de diseño particularmente horrible y contenidos bastante dudosos que escribe un grupo de científicos marginales partidarios de la Panspermia. Esta desacreditada teoría postula que la vida llegó a la Tierra procedente del espacio exterior, probablemente en un cometa o (obvio), en un meteorito. Es decir, que la publicación carece por completo de credibilidad; los científicos que la han revisado forman parte de un grupúsculo con opiniones heterodoxas y el trabajo mismo adolece de serios problemas. No hay señales de vida en un meteorito. Los periodistas se han dejado llevar por un viejo truco como es disfrazar de fuente fiable a alguien que no lo es. Y una cábala de partidarios de una pseudociencia han conseguido un gran éxito propagandístico a costa de la mal puesta confianza de unos periodistas que deberían ser menos crédulos y más escépticos.

PD: La respuesta de la redacción de RTVE.es ha sido fulminante; han reconocido el error y corregido el registro, dando ejemplo de cómo hay que proceder. Errar es humano; disculpar a quien rectifica, divino.

Fuente:

RTVE.es Blogs

2 de marzo de 2011

Los meteoritos pudieron detonar el inicio de la vida

Meteoritos hallados en la Antártida y usados en el trabajo. | NASA

Meteoritos hallados en la Antártida y usados en el trabajo. | NASA

La ciencia aún no tiene una respuesta para la pregunta ¿Cómo surgió la vida? En la investigación, casi todas las preguntas sencillas tienen respuestas muy complicadas. Debido a este vacío, los científicos especulan con muy diversas teorías que aún no han podido ser demostradas. Una de ellas es la teoría de la Panspermia acuñada por el químico sueco Svante August Arrhenius para explicar el origen de la vida en la Tierra. Según esta hipótesis, la vida está diseminada por el Universo y llegó en forma bacteriana unida a un meteorito que sirvió de simiente para que evolucionara hasta los organismos que habitan hoy el planeta.

Otra de las posibilidades que manejan los astrobiólogos consiste en que los meteoritos no trajeron la vida, pero sí los elementos y moléculas necesarios para su surgimiento. Y en este sentido, una investigación recién publicada en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS) acaba de aportar importantes datos que apoyan la posibilidad de un origen extraterrestre de las moléculas precursoras de la vida terrestre.

Los investigadores de la Universidad del Estado de Arizona en Tempe (Estados Unidos), dirigidos por Sandra Pizzarello, estudiaron un meteorito que contiene materiales orgánicos pertenecientes al grupo de la Tumba de Nunataks, hallado en la Antártida. El equipo de Pizzarello trataba de comprobar si el complejo material que forma el asteroide contenía alguna huella de la evolución química que siguió el meteorito.

Imitación de la Tierra primitiva

Para ello imitaron las condiciones ambientales que había en la Tierra antes de la aparición de la vida. Siempre con escalas temporales de laboratorio (sería imposible recrear los tiempos reales), emularon la actividad hidrotermal, la temperatura y la presión de la Tierra primitiva.

Y los resultados mostraron, para la sorpresa de los investigadores, que aquel meteorito liberó una enorme cantidad de ion amonio (NH4), un importante precursor de las moléculas biológicas complejas, como los aminoácidos o el ADN.

Para descartar la posibilidad de que el amonio proviniera de contaminación en el laboratorio, analizaron la composición isotópica del nitrógeno y descartaron esa posibilidad, ya que es muy diferente de la que existe en la atmósfera actual. De esta forma, Pizzarello y sus colegas lanzan en su trabajo la idea de que la llegada de estos meteoritos pudo acelerar, o desencadenar, la evolución de las moléculas que dieron lugar a la vida.

Fuente:

El Mundo Ciencia

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