La vida en la Tierra está compuesta por  un puñado de elementos esenciales de la tabla periódica. Recientemente,  un grupo de investigadores afirmó que esta lista de ingredientes debería  ampliarse, al haber encontrado una bacteria que, presumiblemente, intercambia fósforo por el venenoso arsénico. Otros científicos se muestran escépticos, pero aún así consideran la idea de cambiar las reglas del libro de la bioquímica.

El cuerpo humano contiene alrededor de  60 elementos, pero sólo un tercio de ellos se consideran necesarios para  la supervivencia. Mirando a través de todas las especies, los elementos  más fundamentales son el carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno,  fósforo y azufre, ya que estos forman las moléculas básicas de la vida  terrestre: ADN, proteínas e hidratos de carbono.
Por esto es por lo que el pequeño  microbio GFAJ-1, ha causado tanto revuelo. Fue aislado del Lago Mono,  rico en arsénico, de California por Felisa Wolfe-Simon, del Instituto de  Astrobiología de la NASA, y sus colegas. En un reciente artículo  de la  revista Science, los investigadores informaron de que GFAJ-1  parece que puede construir su ADN y proteínas con  arsénico en zonas en  las que, por lo general, tiene fósforo. El arsénico se encuentra justo debajo  del fósforo en la tabla periódica, debido a que sus composiciones  químicas son similares. Pero esta es exactamente la razón por la que el  arsénico es tan mortal: sustituye al fósforo en las reacciones químicas,  pero los compuestos de arsénico resultantes son un pobre sustituto.
 La afirmación sobre GFAJ-1 “parece ser  incompatible con 150 años de comprensión de la química del arsénico”,  dice William Rufus-Bains de la Rufus Scientific en Cambridge, Reino  Unido y el MIT.
 Muchos científicos, al igual que Bains,  sostienen que GFAJ-1 sobrevive en condiciones ricas en arsénico  secuestrando el elemento en algún lugar de su célula. No creen que haya  suficientes elementos de juicio aún para decir si la bacteria está en  realidad codificando sus genes en ADN unido por arsénico.
 “El ADN de arsénico es excepcional, por  lo que exige pruebas excepcionales”, dice Steve Benner de la Fundación  para la Evolución Molecular Aplicada.
 Sin embargo, Benner y Bains no son  inmunes a la idea de una vida escrita con una fórmula química diferente.  Simplemente creen que es probable que ocurra en un mundo completamente  diferente.
 La bioquímica en Titán
 Benner, por su parte, ha tratado de  fabricar ADN de arsénico en el laboratorio, pero sin suerte. Culpa al  hecho de que los ésteres de arsénico se rompen mil billones de veces más  rápido que los ésteres de fósforo. (Estos ésteres son necesarios para  la columna vertebral del ADN.)
 Sin embargo, esto no descarta  completamente el papel del arsénico en la biología. En la luna Titán de  Saturno, donde las temperaturas rondan los -180 grados Celsius, el  arsénico podría hacer una buena sustitución.
 “Las moléculas que contienen fósforo  serían muy estables en Titán”, dice Benner. “La reactividad del  arsénico, en este caso, se convierte en una virtud.”
 Titán tiene otras propiedades que lo  convierten en un interesante banco de pruebas para las teorías  alternativas sobre la vida. Dirk Schulze-Makuch de la Universidad  Estatal de Washington ha considerado los  lagos de metano y etano  líquido que salpican el paisaje de Titán.
 “Podemos preguntarnos: ¿qué podría vivir allí?” dice Schulze-Makuch. “¿Cómo de diferente puede ser la vida?”
 El metano a menudo ha sido considerado  como un posible sustituto para el agua como líquido para mantener la  vida. Las grandes moléculas complejas a menudo se desintegran en el  agua, pero eso es un problema menor en el metano y otros solventes  hidrocarburos, explica Schulze-Makuch. Otra diferencia es que el carbono  podría no ser el único elemento a elegir.
 “El silicio funciona muy bien con el metano”, comenta Schulze-Makuch.
 El silicio se encuentra por debajo del  carbono en la tabla periódica, por lo que puede formar muchas de las  mismas estructuras moleculares complejas por las que es famoso el  carbono.
 El silicio es el segundo elemento más  abundante en la corteza de la Tierra (superando en número a los átomos  de carbono en un factor de 1000), y sin embargo ninguno de nuestros  vecinos son formas de vida basadas en el silicio. La razón es que el  silicio normalmente forma óxidos de silicio en el agua, y con el tiempo  estos óxidos se convierten en roca, que es un callejón sin salida para  la bioquímica del silicio.
 Sin embargo, en un paisaje frío donde el  agua se congela, se pueden imaginar análogos de silicio de nuestros  productos bioquímicos surgiendo a partir de una sopa primordial de  metano o nitrógeno líquido. Bains está actualmente estudiando esta  posibilidad.
 Extremos de habitabilidad
 Todo esto es terreno conocido para los  fans de Star Trek. En el episodio de 1967 “Devil in the Dark”, el Dr.  Spock se hace amigo de una forma de vida basada en silicio llamada  Horta.
 Un intento aún anterior de imaginar los límites de la bioquímica alienígena fue la novela de 1953 de ciencia ficción Iceworld de Hal Clement, en la que un planeta súper-caliente alberga vida que respira azufre gaseoso y bebe cloruro de cobre.
 Ahora tenemos la prueba de que existen  planetas súper-calientes como éste y son, tal vez, muy comunes. El  primer exoplaneta rocoso confirmado, Kepler 10b, orbita tan cerca de su  estrella madre que las temperaturas de la superficie se estima que se  elevan por encima de 1000 grados Celsius, lo suficiente como para fundir  el hierro.
 “¿Es razonable buscar vida en el lado  diurno de Kepler 10b?”, pregunta Bains. Él no cree que lo sea, pero  evaluar la vida en ambientes aparentemente imposibles puede ayudar a los  astrobiólogos a reducir su búsqueda.
 “Si gente como yo puede gastar unas  cuantas personas-año tratando de averiguar si es imposible o no la vida  en Plutón, y ahorrar a los astrónomos observacionales años de trabajo y  cientos de millones de dólares a la NASA en nuevos satélites que la  busquen, parece un esfuerzo que vale la pena hacer”, comenta Bains.
 Remodelando la cubierta de la química
 Además del silicio, también se han  considerado otros intercambios de elementos. Una combinación de  nitrógeno y el fósforo pueden formar un conjunto diverso de moléculas de  cadena larga y, por lo tanto, podrían reemplazar al carbono en, por  ejemplo, un planeta con una atmósfera de amoniaco. El boro, también  tiene propiedades similares a las del carbono, pero hay relativamente  poco de este elemento ligero en el universo.
 El papel del oxígeno en la química  orgánica podría ser llenado por el cloro o el azufre. De hecho, algunos  microbios se sabe que reemplazan de vez en cuando un de oxígeno de su  ADN con azufre. Lo que es aún más común es que el propio azufre pierda  su lugar por el selenio en algunas proteínas en particular.
 Sin embargo, Bains y Schulze-Makuch  hacen hincapié en que el intercambio que los científicos han observado  en la biología de la Tierra sólo es ocasional. Ninguno de estos  organismos podría sobrevivir a una sustitución completa. Como cuestión  de hecho, los experimentos han demostrado que la sustitución del  hidrógeno por su isótopo el deuterio enfermaría a un microbio e incluso  mataría a un animal más grande. Esto es algo sorprendente, ya que el  deuterio tiene esencialmente las mismas propiedades químicas que el  hidrógeno.
 “Cualquier intercambio de elementos tiene que venir acompañado de cambios importantes en todo lo demás”, dice Benner.
 Así que si vas a soñar con su hipotética  bioquímica, tienes que empezar de cero y demostrar cómo pueden unirse  los ingredientes elementales para hacer un conjunto diverso de moléculas  grandes con las que la evolución pueda jugar.
 “Debemos tener la mente muy abierta dado  que sólo conocemos un tipo de vida”, señala Schulze-Makuch. “No vamos a  sacar nada fuera de la lista todavía”.
 
Autor: Michael Schirber
Fecha Original: 18 de febrero de 2011
Enlace OriginalFuente:Ciencia Kanija