Un hecho fascinante es que nuestro sistema solar quizás tuvo en sus
orígenes no uno, sino tres mundos habitables al mismo tiempo. Claro
está, hablamos de Venus, la Tierra y Marte, que, no solo estaban en la
zona habitable del Sol, sino que probablemente tenían agua líquida en su
superficie y que, por tanto, satisfacían el laxo criterio de
habitabilidad de los astrónomos (recordemos que el que un planeta sea
«habitable» no implica necesariamente que esté «habitado»). Hoy en día,
de los tres solamente queda uno que siga siendo habitable, nuestro
planeta. La incógnita es cuándo dejaron de ser habitables Venus y Marte
y, por supuesto, si estuvieron alguna vez habitados.
La habitabilidad del sistema solar interior depende de dos factores:
el comportamiento del Sol y el tamaño y composición de los propios
planetas. Desde que el sistema solar se formó hace unos 4600 millones de
años, el Sol ha visto aumentar su luminosidad en un 30%. Este hecho ha
provocado que el límite interior de la zona habitable se haya ido
desplazando progresivamente hacia el exterior, lo que ha dejado fuera a
Venus y ha colocado a la Tierra cerca del borde interno. De hecho, el
Sol seguirá aumentando su luminosidad y, en unos mil millones de años,
la Tierra quedará fuera de la zona habitable y los océanos se evaporarán
para siempre. Curiosamente, aunque el Sol primitivo era menos luminoso,
sabemos que Marte fue habitable durante cientos de millones de años,
como mínimo. Es lo que se conoce como la «paradoja del Sol joven», y que
también es un problema a la hora de explicar las condiciones de la
Tierra primitiva.
Si Venus dejó de ser habitable principalmente por culpa del
comportamiento del Sol, en cambio Marte ya no lo es por sus
particularidades como planeta. Marte siempre fue el menor de los tres
planetas potencialmente habitables del sistema solar debido a la acción
gravitatoria de Júpiter, cuyas migraciones hacia el interior del sistema
provocaron que el planeta rojo tuviese una masa menor de la que le
correspondía. Con un tamaño más pequeño, el calor interno y, por tanto,
su actividad interna siempre fue menor que la de la Tierra o Venus. Esto
provocó que los volcanes marcianos no fuesen capaces de aportar
suficientes volátiles para compensar la pérdida de la atmósfera
provocada por una menor gravedad. El menor tamaño también fue el
causante de que Marte no retuviese una dinamo interna que crease una
magnetosfera potente para proteger la atmósfera del viento solar.
Precisamente, aunque el Sol primigenio era más débil, la emisión de
partículas de viento solar y la actividad en rayos X y en el
ultravioleta era mayor que la actual, lo que aceleró el proceso de
pérdida atmosférica de Marte.
Hasta hace unos años existía un acalorado debate sobre si la mayor
parte de la atmósfera marciana se había perdido al espacio o, si por el
contrario, quedó almacenada en el suelo forma de depósitos de
carbonatos, hielo de agua y hielo de dióxido de carbono. Ahora, gracias
sobre todo a la misión MAVEN de la NASA, tenemos la total seguridad de
que Marte perdió la mayor parte de su atmósfera por acción del viento
solar. En la actualidad, la atmósfera de Marte es tremendamente tenue,
de tan solo 6 milibares de presión y está formada exclusivamente por
dióxido de carbono. Si se sublimasen los depósitos de hielo de dióxido
de carbono que se hallan en los polos marcianos solo lograríamos
aumentar la presión hasta los 50 milibares (malas noticias para los
futuros ingenieros planetarios que quieran terraformar el planeta).
Lea el artículo completo en: Eureka
Mostrando las entradas con la etiqueta sistema solar. Mostrar todas las entradas
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28 de enero de 2020
7 de junio de 2019
Sobre las dificultades para tener bebés en Marte
Había un montón de inconvenientes para llegar a Marte en 2007, tal y como recopilé en este post aquel año. ¿Y ahora? También, pero por alguna razón los científicos, tal vez imbuidos del optimismo de Elon Musk, comienzan ya a contemplar todas las posibilidades que se desprenden de la colonización del planeta rojo.
Obviamente, la parte más complicada de sostener a toda una civilización prosperando en Marte es la del remplazo de los humanos demasiado viejos, heridos o incluso fallecidos. En la Tierra eso se soluciona sobradamente mediante la reproducción sexual, Pero ¿y en Marte? ¿Va a resultar fácil la paternidad en nuestro planeta vecino?
Bien, según un nuevo artículo publicado en Futures por Konrad Szocik (filósofo y científico cognitivo de la Universidad Jaguelónica en Polonia) y otros colegas, la reproducción puede ser la parte más difícil de todo el esquema colonizador. Pensad por ejemplo, que es probable que en ausencia de gravedad la fecundación pueda resultar muy dificultosa, de ahí que este mismo año vayan a hacerse pruebas con esperma humano y de toro en la ISS.
Lea el artículo completo en: Mailkenais Blog
20 de marzo de 2019
5 sencillos experimentos para comprobar que la Tierra no es plana
Aunque parezca mentira, en pleno
siglo XXI aún es necesario insistir en que la Tierra es redonda, algo
que se sabe desde hace más de 2.000 años.
Sin embargo, algunas de las teorías de la conspiración que afirman que la Tierra es plana se siguen expandiendo.
Estos son algunas sencillas maneras de comprobar que la Tierra es redonda y rebatir las ideas de los terraplanistas.
1. Observa un barco
Toma unos binoculares y siéntate a la orilla del mar. Cuando veas que un velero se aleja en el horizonte, notarás que primero dejas de ver el casco de la embarcación, pero aún puedes ver el mástil y la vela, hasta que por fin lo pierdes de vista.
"Si la Tierra fuera plana, notarías que el velero se hace más pequeño a medida que se aleja, pero siempre lo verías completo", explica Michelle Thaller, astrónoma de la NASA en el portal Big Think.
Funciona igual en el sentido contrario. Si el velero se acerca, primero verás la vela y el mástil y luego el resto de la embarcación.
2. Trepa a un árbol
Este ejemplo lo explica, Erik Frenz en el portal científico Cell.
Imagina que estás en una vasta planicie que tiene un árbol en la mitad.
Si la Tierra fuera plana y miras a lo lejos, verías lo mismo si estás parado en el suelo o si te subes a la copa del árbol.
Pero, como la Tierra es redonda, si trepas el árbol podrás ver cosas que no lograbas ver desde el suelo. Cuanto más subas más podrás ver en el horizonte.
"Esto se debe a que partes de la Tierra que estaban ocultas, debido a su curvatura, ahora se revelan porque tu posición ha cambiado", explica Frenz.
3. Mira un eclipse lunar
Durante un eclipse lunar, la Tierra pasa entre la Luna y el Sol, lo cual hace que la Tierra proyecte su sombra sobre la Luna.
Notarás que la sombra que produce es redonda. Incluso si la Tierra fuera plana pero con forma de disco, tampoco produciría este tipo de sombra.
"La única forma que puede producir una sombra curva sin importar desde que dirección se le ponga la luz, es una esfera", explica Thaller.
El científico Neil deGrasse Tyson se burló de los terraplanistas con este tuit que dice: "Un eclipse lunar que los terraplanistas nunca han visto":
4. Viaja en avión
Cuando tomas un largo vuelo puedes notar dos fenómenos interesantes, que describe el sitio Popular Science.
En un vuelo transatlántico se puede ver, la mayoría de las veces, la curvatura de la Tierra. El Concorde, por ejemplo, ofrecía una de las mejores vistas de esa curvatura.
Se estima que la curvatura de la Tierra comienza a notarse a partir de los 10 km de altitud y se hace aún más evidente a partir de los 15 km de altitud.
Otro hecho es que los aviones pueden viajar en línea relativamente recta durante mucho tiempo sin "salirse" por ninguno de los supuestos bordes del planeta, incluso pueden dar la vuelta al mundo sin hacer escalas.
5. Mira los husos horarios
Mientras en algunas partes del mundo es de día, en otras es de noche.
Según explica Popular Science, la razón es que la Tierra es redonda y rota sobre su propio eje. Es decir, mientras el sol ilumina una parte la esfera, la otra permanece en la oscuridad.
Además, si la Tierra fuera plana, seríamos capaces de ver el Sol aun si fuera de noche, es decir, cuando el sol no está brillando sobre nosotros.
Popular Science explica que eso se podría comparar a lo que ocurre en un teatro, en el que el público, que está sentado en medio de la oscuridad, puede ver los reflectores del escenario aunque estos no alcancen a iluminarlos a ellos.
Fuente: BBC Mundo
Y Gizmodo nos ofrece una tercera prueba de que la tierra NO es plana: ¿Cómo puede ser que, en el mismo momento se vean estrellas distintas en el cielo de Madrid y en el cielo de Buenos Aires? Lee el artículo AQUÍ.
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27 de noviembre de 2018
Así se ve el paisaje de Marte desde la sonda que envió la NASA
Insight envió la segunda imagen desde su llegada al planeta rojo, en la que se ve el desierto marciano. Esta es la foto:
"Aquí hay una belleza tranquila. Estoy ansioso de explorar mi nuevo hogar", dice el tuit publicado por la cuenta oficial de la sonda InSight de la NASA, en la que se ve la primera imagen que tomó el equipo mientras recorría el suelo marciano.
Se trata, en realidad, de la segunda imagen que envió la misión, ya que minutos después de su llegada al planeta rojo transmitió una foto tomada desde el aire antes de amartizar. Fue la forma de confirmar que había llegado bien y que sus equipos funcionaban correctamente.
En esta segunda foto, tomada con la cámara que lleva la sonda en su brazo robótico, se logra ver con nitidez el desértico paisaje del planeta rojo.
Junto con estas dos imágenes, InSight envió señales a la Tierra indicando que sus paneles solares están abiertos y recogiendo luz solar en la superficie marciana. El despliegue de la matriz solar garantiza que la nave pueda recargar sus baterías cada día, informó la NASA en su sitio oficial.
Para este martes, está previsto que la sonda realice "operaciones de superficie" y comience con "la fase de implementación del instrumento".
Los paneles solares gemelos de InSight tienen 2,2 metros de ancho. Marte tiene una luz solar más débil que la Tierra porque está mucho más lejos del Sol. "Pero el módulo de aterrizaje no necesita mucho para operar: los paneles proporcionan de 600 a 700 vatios en un día claro, suficiente para alimentar una licuadora doméstica y mucho para mantener a sus instrumentos dirigiendo la ciencia en el Planeta Rojo", indicó la agencia espacial estadounidense. Puede operar incluso si los paneles son cubiertos por el polvo de la superficie marciana.
¿Qué hará la sonda en el planeta rojo?
En los próximos días, el equipo de la misión desarmará el brazo robótico de InSight y usará la cámara adjunta para tomar fotos del suelo para que los ingenieros puedan decidir dónde colocar los instrumentos científicos de la nave espacial. La NASA estimó que Pasarán de dos a tres meses antes de que esos instrumentos se implementen por completo y envíen datos.
Tras siete años de trabajo y siete meses de viaje por el espacio, la sonda estadounidense InSight "amartizó" el lunes por la tarde.
Cada etapa exitosa de esta milimétrica y arriesgada operación despierta la algarabía en el centro de control del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California.
Fuente: El Clarín (Argentina)
"Aquí hay una belleza tranquila. Estoy ansioso de explorar mi nuevo hogar", dice el tuit publicado por la cuenta oficial de la sonda InSight de la NASA, en la que se ve la primera imagen que tomó el equipo mientras recorría el suelo marciano.
Se trata, en realidad, de la segunda imagen que envió la misión, ya que minutos después de su llegada al planeta rojo transmitió una foto tomada desde el aire antes de amartizar. Fue la forma de confirmar que había llegado bien y que sus equipos funcionaban correctamente.
En esta segunda foto, tomada con la cámara que lleva la sonda en su brazo robótico, se logra ver con nitidez el desértico paisaje del planeta rojo.
Junto con estas dos imágenes, InSight envió señales a la Tierra indicando que sus paneles solares están abiertos y recogiendo luz solar en la superficie marciana. El despliegue de la matriz solar garantiza que la nave pueda recargar sus baterías cada día, informó la NASA en su sitio oficial.
Para este martes, está previsto que la sonda realice "operaciones de superficie" y comience con "la fase de implementación del instrumento".
Los paneles solares gemelos de InSight tienen 2,2 metros de ancho. Marte tiene una luz solar más débil que la Tierra porque está mucho más lejos del Sol. "Pero el módulo de aterrizaje no necesita mucho para operar: los paneles proporcionan de 600 a 700 vatios en un día claro, suficiente para alimentar una licuadora doméstica y mucho para mantener a sus instrumentos dirigiendo la ciencia en el Planeta Rojo", indicó la agencia espacial estadounidense. Puede operar incluso si los paneles son cubiertos por el polvo de la superficie marciana.
¿Qué hará la sonda en el planeta rojo?
En los próximos días, el equipo de la misión desarmará el brazo robótico de InSight y usará la cámara adjunta para tomar fotos del suelo para que los ingenieros puedan decidir dónde colocar los instrumentos científicos de la nave espacial. La NASA estimó que Pasarán de dos a tres meses antes de que esos instrumentos se implementen por completo y envíen datos.
Tras siete años de trabajo y siete meses de viaje por el espacio, la sonda estadounidense InSight "amartizó" el lunes por la tarde.
Cada etapa exitosa de esta milimétrica y arriesgada operación despierta la algarabía en el centro de control del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California.
La primera foto que tomó la sonda InSight anunciando su llegada a Marte
Fuente: El Clarín (Argentina)
17 de octubre de 2017
Si me teletransporto desde marte hasta la tierra, ¿qué pasa con mi yo original?
Estoy varado en Marte. Los depósitos de combustible de mi nave de
retorno se han roto y no hay equipo de rescate que pueda llegar hasta mí
antes de que me quede sin comida (y, a diferencia de Matt Damon, no
tengo patatas). Por suerte, mi nave cuenta con un teletransportador. Es
un gadget bastante avanzado, pero la idea de base es de lo más simple:
la máquina escanea mi cuerpo y produce una copia cianográfica
increíblemente detallada, una foto definida de cada célula y neurona.
El archivo de esa copia se transmite a la Tierra, donde se construye un
nuevo yo utilizando materiales disponibles en el punto de destino. Todo
lo que tengo que hacer es entrar en la máquina, cerrar los ojos, y
apretar el botón rojo...
Pero hay una complicación: existe un conmutador que me permite elegir si quiero mantener mi viejo yo en Marte, o si prefiero que se destruya después de teletransportarme de vuelta a casa. Es una decisión que me hace dudar.
Por un lado, parece que lo que me hace ser yo es la forma particular en la que encajan todos mis componentes. No creo que exista algo así como el alma, simplemente soy el resultado de la actividad entre mis 100.000 neuronas y sus 100 billones de conexiones distintivas. Y, más aún, esa actividad es la que es, independientemente del grupo de neuronas en el que se genere. Si sustituyéramos esas neuronas una por una, pero mantuviéramos las conexiones y la actividad, yo seguiría siendo yo. Así que debería dar igual que las sustituyéramos todas de una vez mientras los patrones distintivos se mantuvieran. Esto hace que quiera apretar el botón para volver cuanto antes con mis seres amados, así como a la abundancia de alimentos, agua y oxígeno de la Tierra, lo cual me permitiría continuar reparando y sustituyendo las células de mi cuerpo de forma más lenta, a la antigua.
Así que, si coloco el conmutador en la posición Destruir, debería sobrevivir al transporte sin problemas. ¿Qué se perdería? Nada fundamental en la construcción de mi yo, de mi propia conciencia de mí mismo. Debería subirme a la máquina, apretar el botón y luego salir por el recibidor en la tierra.
Por otro lado, ¿qué pasa si pongo el conmutador en la posición Guardar? Entonces, ¿dónde estaría yo? ¿Volvería a la Tierra y acabaría sintiéndome mal por el pobre tipo que se ha quedado en Marte (mi viejo yo), que se enfrentaría a una muerte lenta por inanición? ¿Sentiría mi viejo yo envidia del nuevo yo en la Tierra, viéndolo disfrutar de la compañía de amigos y familia?
El artículo completo en: El Mundo Ciencia
Pero hay una complicación: existe un conmutador que me permite elegir si quiero mantener mi viejo yo en Marte, o si prefiero que se destruya después de teletransportarme de vuelta a casa. Es una decisión que me hace dudar.
Por un lado, parece que lo que me hace ser yo es la forma particular en la que encajan todos mis componentes. No creo que exista algo así como el alma, simplemente soy el resultado de la actividad entre mis 100.000 neuronas y sus 100 billones de conexiones distintivas. Y, más aún, esa actividad es la que es, independientemente del grupo de neuronas en el que se genere. Si sustituyéramos esas neuronas una por una, pero mantuviéramos las conexiones y la actividad, yo seguiría siendo yo. Así que debería dar igual que las sustituyéramos todas de una vez mientras los patrones distintivos se mantuvieran. Esto hace que quiera apretar el botón para volver cuanto antes con mis seres amados, así como a la abundancia de alimentos, agua y oxígeno de la Tierra, lo cual me permitiría continuar reparando y sustituyendo las células de mi cuerpo de forma más lenta, a la antigua.
Así que, si coloco el conmutador en la posición Destruir, debería sobrevivir al transporte sin problemas. ¿Qué se perdería? Nada fundamental en la construcción de mi yo, de mi propia conciencia de mí mismo. Debería subirme a la máquina, apretar el botón y luego salir por el recibidor en la tierra.
Por otro lado, ¿qué pasa si pongo el conmutador en la posición Guardar? Entonces, ¿dónde estaría yo? ¿Volvería a la Tierra y acabaría sintiéndome mal por el pobre tipo que se ha quedado en Marte (mi viejo yo), que se enfrentaría a una muerte lenta por inanición? ¿Sentiría mi viejo yo envidia del nuevo yo en la Tierra, viéndolo disfrutar de la compañía de amigos y familia?
El artículo completo en: El Mundo Ciencia
10 de julio de 2017
Stephen Hawking: "La humanidad debe abandonar la Tierra en los próximos 30 años"
El científico británico advirtió que la humanidad enfrenta un gran peligro si no concreta la colonización de otro planeta.
La raza humana debe comenzar a salir de la Tierra dentro de 30 años para evitar ser aniquilado por la sobrepoblación y el cambio climático, ha advertido el científico británico, Stephen Hawking, en el marco del festival STARMUS que se está celebrando en Trondheim (Noruega).
El profesor Hawking tampoco descartó la posibilidad de que el mundo sea destruido por una lluvia de asteroides o las altas temperaturas. Advirtió que convertirse en un "perezoso cósmico" no es una opción, ya que "las amenazas son demasiado grandes y numerosas (...) No se trata de ciencia ficción, sino que está garantizado por las leyes de la física y la probabilidad", agregó.
Migración estelar
Para el científico, los seres humanos necesitan salir del planeta, ya que se está volviendo demasiado pequeña. "Nuestros recursos físicos están siendo drenados a un ritmo alarmante", comentó el astrofísico, quien aseguró, además, que es crucial establecer colonias en Marte y la Luna, transportando plantas, animales, hongos e insectos "para comenzar a crear un nuevo mundo", aseguró según el portal The Telegraph.
"Hemos dado a nuestro planeta el desastroso regalo del cambio climático, el aumento de las temperaturas, la reducción de los casquetes polares, la deforestación y la diezmación de las especies animales", señaló. Luego sostuvo que cuando la humanidad enfrentó una crisis, siempre halló otro lugar donde colonizar. "Y lo hizo en 1492 cuando se descubrió el nuevo mundo, pero ahora no hay más territorio, no hay utopía a la vuelta de la esquina. Estamos agotando el espacio y los únicos lugares para irnos son otros mundos".
¿Salir de la Vía Láctea?
Afirmó que una base lunar podría establecerse dentro de 30 años y un puesto marciano dentro de 50. Pero también sugirió abandonar el Sistema Solar y aventurarse a las galaxias más cercanas. Una de ellas, por ejemplo, Alpha Centauri, donde los científicos creen que existe un planeta habitable conocido como Próxima B. "Si la humanidad va a continuar por otro millón de años, nuestro futuro está en atrevernos a ir a donde nadie ha ido antes (...) Espero lo mejor. Tengo que hacerlo. No tenemos otra opción", finalizó Hawking.
Fuente: Capital (Perú)
La raza humana debe comenzar a salir de la Tierra dentro de 30 años para evitar ser aniquilado por la sobrepoblación y el cambio climático, ha advertido el científico británico, Stephen Hawking, en el marco del festival STARMUS que se está celebrando en Trondheim (Noruega).
El profesor Hawking tampoco descartó la posibilidad de que el mundo sea destruido por una lluvia de asteroides o las altas temperaturas. Advirtió que convertirse en un "perezoso cósmico" no es una opción, ya que "las amenazas son demasiado grandes y numerosas (...) No se trata de ciencia ficción, sino que está garantizado por las leyes de la física y la probabilidad", agregó.
Migración estelar
Para el científico, los seres humanos necesitan salir del planeta, ya que se está volviendo demasiado pequeña. "Nuestros recursos físicos están siendo drenados a un ritmo alarmante", comentó el astrofísico, quien aseguró, además, que es crucial establecer colonias en Marte y la Luna, transportando plantas, animales, hongos e insectos "para comenzar a crear un nuevo mundo", aseguró según el portal The Telegraph.
"Hemos dado a nuestro planeta el desastroso regalo del cambio climático, el aumento de las temperaturas, la reducción de los casquetes polares, la deforestación y la diezmación de las especies animales", señaló. Luego sostuvo que cuando la humanidad enfrentó una crisis, siempre halló otro lugar donde colonizar. "Y lo hizo en 1492 cuando se descubrió el nuevo mundo, pero ahora no hay más territorio, no hay utopía a la vuelta de la esquina. Estamos agotando el espacio y los únicos lugares para irnos son otros mundos".
¿Salir de la Vía Láctea?
Afirmó que una base lunar podría establecerse dentro de 30 años y un puesto marciano dentro de 50. Pero también sugirió abandonar el Sistema Solar y aventurarse a las galaxias más cercanas. Una de ellas, por ejemplo, Alpha Centauri, donde los científicos creen que existe un planeta habitable conocido como Próxima B. "Si la humanidad va a continuar por otro millón de años, nuestro futuro está en atrevernos a ir a donde nadie ha ido antes (...) Espero lo mejor. Tengo que hacerlo. No tenemos otra opción", finalizó Hawking.
Fuente: Capital (Perú)
23 de febrero de 2017
En qué se parece la Tierra a los 7 nuevos exoplanetas descubiertos por la NASA
Un grupo internacional de astrónomos anunció este miércoles el hallazgo de un sistema estelar con siete planetas de masa similar al nuestro, tres de los cuales se encuentran en una zona habitable y podrían albergar océanos de agua en su superficie.
Por sus condiciones, existe laposibilidad de que el sistema Trappist-1 pudiera acoger vida. Tres de estos mundos se encuentran dentro de una zona considerada como "habitable", por la distancia que los separa de su estrella.
La estrella es tan pequeña y tan fría que los siete planetas son templados, lo que significa que podrían tener agua líquida y, por extensión, quizás vida en su superficiE.
Su masa es parecida, podrían tener agua y tres de ellos se encuentran en una zona habitable.
El sistema estelar, sin embargo, está a 40 años luz de la Tierra.
La siguiente fase de la investigación consiste en buscar gases clave como oxígeno y metano, que podrían aportar pruebas sobre lo que sucede en la superficie, explica David Shukman, editor de Ciencias de la BBC.
Fuente:
BBC
Por sus condiciones, existe laposibilidad de que el sistema Trappist-1 pudiera acoger vida. Tres de estos mundos se encuentran dentro de una zona considerada como "habitable", por la distancia que los separa de su estrella.
La estrella que orbitan se llama Trappist-1 y es mucho más fría que nuestro sol.
La estrella es tan pequeña y tan fría que los siete planetas son templados, lo que significa que podrían tener agua líquida y, por extensión, quizás vida en su superficiE.
Su masa es parecida, podrían tener agua y tres de ellos se encuentran en una zona habitable.
El sistema estelar, sin embargo, está a 40 años luz de la Tierra.
La siguiente fase de la investigación consiste en buscar gases clave como oxígeno y metano, que podrían aportar pruebas sobre lo que sucede en la superficie, explica David Shukman, editor de Ciencias de la BBC.
Fuente:
BBC
12 de septiembre de 2016
¿Es posible huir del Sistema Solar?
La nave más rápida tardaría unos 17.000 años en vajar hasta el recién descubierto Próxima b, el exoplaneta potencialmente habitable más cercano al Sol. Pero ya se trabaja en enviar sondas hasta allí.
Antes o después el ser humano se verá enfrentado ante la necesidad o la voluntad de salir del Sistema Solar. Quizás como dijo Stephen Hawking para asegurar la supervivencia de la especie en otros planetas, o quizás por mera curiosidad.
Se podrían seguir así los pasos de la Voyager I, la veterana sonda espacial que dejó atrás el Sistema Solar y que hoy en día está a 18 horas luz. Permanecerá activa hasta 2025, según los cálculos de la NASA, pero si tuviera energía podría llegar a la estrella más cercana al Sol, Próxima Centauri, en 17.000 años.
Probablemente, si el ser humano se decidiera realmente a viajar más allá del Sistema Solar, el primer objetivo sería precisamente Próxima Centauri. No solo es la estrella más cercana, sino que a su lado se encuentra Próxima b, un planeta rocoso de tamaño similar al de la Tierra recién descubierto y que podría tener agua líquida en superficie.
Por mucho que este sea el planeta amigable más cercano a la Tierra, no se puede decir para nada que esté cerca. Por lo que sabemos, está a una distancia de 4,22 años luz, (es la distancia que la luz tarda en recorrer 4,22 años), o sea, a la «friolera» de 41 billones de kilómetros. Para hacerse una idea de lo que significan estas distancias, mientras que la Luna está a 1 segundo luz, Marte está a unos 12 minutos luz, por término medio.
Quizás la alternativa sería Juno, la sonda que ha explorado Júpiter, y que alcanzó una velocidad de vértigo, de 265.000 kilómetros por hora. Aún así, esta pequeña nave necesitaría viajar 17.157 años.
En ambos casos, surge un grave problema. Estas sondas apenas tienen el tamaño de un piano, por lo que desde luego no podrían albergar todo el instrumental (y entretenimientos) que una tripulación humana necesitaría en un viaje así. Acelerar naves tan grandes a velocidades tan inmensas es un grave problema que hoy por hoy no tiene solución, y además habría que resolver sin dañar a los tripulantes.
Habrá que esperar mucho para ver una nave así, si es que alguna vez es posible construirla o que los humanos hagan viajes tan largos. Pero existe un proyecto de disparo estelar capaz de catapultar a pequeñas sondas espaciales hasta las proximidades de Próxima Centauri.
El proyecto, presentado este año por Stephen Hawking y los multimillonarios Yuri Milner y Mark Zuckerberg, contempla usar un enjambre de naves diminutas y equipadas con velas que, impulsadas por un rayo láser desde la Tierra, podrían alcanzar una velocidad de hasta el 20% de la de la luz. De este modo, llegarían a Próxima Centauri en unos 25 años.
El artículo completo en:
ABC Ciencia
Antes o después el ser humano se verá enfrentado ante la necesidad o la voluntad de salir del Sistema Solar. Quizás como dijo Stephen Hawking para asegurar la supervivencia de la especie en otros planetas, o quizás por mera curiosidad.
Se podrían seguir así los pasos de la Voyager I, la veterana sonda espacial que dejó atrás el Sistema Solar y que hoy en día está a 18 horas luz. Permanecerá activa hasta 2025, según los cálculos de la NASA, pero si tuviera energía podría llegar a la estrella más cercana al Sol, Próxima Centauri, en 17.000 años.
Probablemente, si el ser humano se decidiera realmente a viajar más allá del Sistema Solar, el primer objetivo sería precisamente Próxima Centauri. No solo es la estrella más cercana, sino que a su lado se encuentra Próxima b, un planeta rocoso de tamaño similar al de la Tierra recién descubierto y que podría tener agua líquida en superficie.
Por mucho que este sea el planeta amigable más cercano a la Tierra, no se puede decir para nada que esté cerca. Por lo que sabemos, está a una distancia de 4,22 años luz, (es la distancia que la luz tarda en recorrer 4,22 años), o sea, a la «friolera» de 41 billones de kilómetros. Para hacerse una idea de lo que significan estas distancias, mientras que la Luna está a 1 segundo luz, Marte está a unos 12 minutos luz, por término medio.
Naves existentes
Actualmente, una de las naves más rápidas es la sonda «New Horizons», capaz de llegar a Plutón tras 9,5 años de viaje para recorrer una distancia que oscila entre las cuatro y las siete horas luz. Si la NASA la lanzara hacia Próxima Centauri, necesitaría unos 54.000 años de viaje, tal como ha publicado Space.com.Quizás la alternativa sería Juno, la sonda que ha explorado Júpiter, y que alcanzó una velocidad de vértigo, de 265.000 kilómetros por hora. Aún así, esta pequeña nave necesitaría viajar 17.157 años.
En ambos casos, surge un grave problema. Estas sondas apenas tienen el tamaño de un piano, por lo que desde luego no podrían albergar todo el instrumental (y entretenimientos) que una tripulación humana necesitaría en un viaje así. Acelerar naves tan grandes a velocidades tan inmensas es un grave problema que hoy por hoy no tiene solución, y además habría que resolver sin dañar a los tripulantes.
Habrá que esperar mucho para ver una nave así, si es que alguna vez es posible construirla o que los humanos hagan viajes tan largos. Pero existe un proyecto de disparo estelar capaz de catapultar a pequeñas sondas espaciales hasta las proximidades de Próxima Centauri.
El proyecto, presentado este año por Stephen Hawking y los multimillonarios Yuri Milner y Mark Zuckerberg, contempla usar un enjambre de naves diminutas y equipadas con velas que, impulsadas por un rayo láser desde la Tierra, podrían alcanzar una velocidad de hasta el 20% de la de la luz. De este modo, llegarían a Próxima Centauri en unos 25 años.
El artículo completo en:
ABC Ciencia
2 de febrero de 2016
Hallan nuevas evidencias de 'lluvia' de helio en Saturno
Se trata de la primera evidencia experimental fiable válida tanto para Júpiter como Saturno.
Mediante uno de los láseres más potentes del mundo, el láser OMEGA
-se trata de un láser ultra intenso- del Laboratorio de Lásers
Energéticos de la Universidad de Rochester en Nueva York (EE.UU.), un
equipo de físicos del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (LLNL) en
Livermore, California (EE.UU.) ha logrado la primera evidencia experimental de “lluvia” de helio en el planeta Saturno, un fenómeno en el que una mezcla de hidrógeno líquido y helio separa las gotitas de helio en la atmósfera del planeta como si se tratara de la mezcla del aceite y el agua.
Los científicos llevan teorizando acerca de la lluvia de helio en el planeta Saturno desde mediados de los 70,
pero hasta ahora las evidencias experimentales habían fallado. “Es una
sorpresa que esto ocurra en un régimen tan amplio de tales temperaturas y
densidades. Algo estaba sucediendo con la conductividad”, explica
Gilbert Collins, físico de materia extrema en el LLNL y líder del
trabajo.
Para la temperatura con la que cuenta Saturno, el planeta es un 50% más brillante de lo que debería.
Una forma de explicar este brillo extra sería mediante el
comportamiento de su envoltura masiva de gases de hidrógeno y de helio.
Debido a que las temperaturas y las presiones se elevan en el interior
del planeta, estos gases se convierten en estado líquido y a niveles aún
mucho más profundos, el hidrógeno ya
líquido se convierte en un material eléctricamente conductor o metálico,
mientras que el helio permanece mezclado.
Sin embargo, cuando las condiciones atmosféricas superan cierto umbral de presiones y temperaturas, el helio líquido cae de esta mezcla en forma de lluvia.
Así, según esta teoría, las gotitas de helio líquido formarían una
especie de lluvia que desataría la energía potencial gravitatoria
haciendo al sexto planeta del Sistema Solar, ser más luminoso de lo que
debería.
Para llegar a estos resultados, que evidenciaron que este suceso también podría encontrarse en Júpiter, los científicos necesitaron cerca de 5 años y 300 disparos de láser
para esbozar esta transición de fase con temperaturas entre los 3.000 y
los 20.000 º kelvin y presiones entre 30 y 300 gigapascales.
Las conclusiones, que para todos han sido “inesperadas y emocionantes”, aparecen en la revista Science y fueron presentadas en la reunión de la Unión Geofísica Americana en San Francisco, California.
Fuente:
12 de octubre de 2015
La luna Encélado de Saturno alberga un gran océano de agua líquida
Ellen Stofan, unas de las responsables científicas de la
NASA, cree que en tan sólo una década podrían llegar a encontrar vida
fuera del Sistema Solar. Así lo manifestó hace unos meses, a la vista de
los hallazgos que están haciendo en lunas de otros planetas misiones
robóticas como Galileo o Cassini-Huygens, en la que participan la NASA,
la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana (ASI).
Las observaciones y mediciones realizadas con estas naves espaciales no tripuladas están permitiendo a los científicos detectar agua en diferentes estados en estos mundos. Encélado, uno de los satélites de Saturno, se perfila como uno de los candidatos para albergar algún tipo de vida, no necesariamente como la conocemos en la Tierra. Y si ya sabían que Encélado albergaba un gran océano líquido bajo su superficie helada, un nuevo estudio publicado esta semana revela que esa masa de agua está más extendida de lo que pensaban.
Según sostiene esta investigación, que también ha sido realizada con datos de la sonda Cassini de la NASA, ese océano líquido es global y abarcaría casi toda su superficie. Hasta ahora, y basándose en análisis previos recabados por la misma nave, los científicos pensaban que había una masa de agua con forma de lente en la región del polo sur de Encélado. Pero los datos gravitacionales recopilados durante varios sobrevuelos por esta región polar sugerían la posibilidad de que esa masa de agua subterránea fuera global. Una teoría que ahora han confirmado a través de imágenes captadas por Cassini, que entró en la órbita de Saturno el 30 de junio de 2004.
Llegar a esta conclusión «ha requerido años de observaciones y cálculos que han implicado una gran variedad de disciplinas», dice Peter Thomas, miembro del equipo de la Universidad de Cornell que se encarga de las imágenes de Cassini y autor principal de este estudio, publicado en la revista Icarus.
El artículo completo en:
El Mundo (España)
Las observaciones y mediciones realizadas con estas naves espaciales no tripuladas están permitiendo a los científicos detectar agua en diferentes estados en estos mundos. Encélado, uno de los satélites de Saturno, se perfila como uno de los candidatos para albergar algún tipo de vida, no necesariamente como la conocemos en la Tierra. Y si ya sabían que Encélado albergaba un gran océano líquido bajo su superficie helada, un nuevo estudio publicado esta semana revela que esa masa de agua está más extendida de lo que pensaban.
Según sostiene esta investigación, que también ha sido realizada con datos de la sonda Cassini de la NASA, ese océano líquido es global y abarcaría casi toda su superficie. Hasta ahora, y basándose en análisis previos recabados por la misma nave, los científicos pensaban que había una masa de agua con forma de lente en la región del polo sur de Encélado. Pero los datos gravitacionales recopilados durante varios sobrevuelos por esta región polar sugerían la posibilidad de que esa masa de agua subterránea fuera global. Una teoría que ahora han confirmado a través de imágenes captadas por Cassini, que entró en la órbita de Saturno el 30 de junio de 2004.
Llegar a esta conclusión «ha requerido años de observaciones y cálculos que han implicado una gran variedad de disciplinas», dice Peter Thomas, miembro del equipo de la Universidad de Cornell que se encarga de las imágenes de Cassini y autor principal de este estudio, publicado en la revista Icarus.
El artículo completo en:
El Mundo (España)
29 de septiembre de 2015
NASA: Hay agua en Marte ¡Confirmado!
La NASA anunció este lunes que resolvió "el misterio de Marte" y que
ahora puede afirmar que existe agua líquida "bajo determinadas
circunstancias" en la superficie del planeta rojo.
Los científicos de la NASA dicen que este descubrimiento es particularmente significativo en la búsqueda de vida en el planeta.
"Nuestra jornada en Marte ha sido 'sigue el agua', buscando vida en el universo, y ahora tenemos evidencia científica que confirma lo que hemos sospechado desde hace algún tiempo", dijo John Grunsfeld, astronauta y miembro del equipo. “Este es un desarrollo importante que confirma que hay agua –aunque salobre– en la superficie de Marte hoy", añadió.
Las líneas que recorren las montañas hacia abajo, explica la NASA, han sido vinculadas a la existencia de agua desde hace algún tiempo. Este nuevo hallazgo de sales hidratadas en estas lomas podría explicar las líneas oscuras. Según la NASA, las sales hidratadas podrían bajar el punto de congelación de la salmuera, de la misma forma que la sal ayuda a descongelar las vías. Los científicos creen que hay un flujo intermitente a poca profundidad de la superficie y que una pequeña cantidad de agua sale y explica el oscurecimiento.
La NASA tiene programado enviar humanos a Marte para la década de 2030 y actualmente está desarrollando capacidades para lograr que en el futuro sea posible viajar al espacio a largo plazo.
A un poco más de 320 kilómetros sobre la tierra, el astronauta estadounidense Scott Kelly y el cosmonauta ruso Mijaíl Korniyenko están pasando un año en el espacio en la Estación Espacial Internacional. En la "Misión de un año", el par está estudiando qué efectos tiene la exposición espacial prolongada en gravedad cero en el cuerpo humano.
La NASA ha explorando el planeta rojo desde 1960 con la ayuda de la robótica. La misión Mariner 4 fue uno de los primeros sobrevuelos exitosos de una sonda y que proporcionó las primeras fotos en primer plano de Marte desde el espacio profundo.
Hasta ahora, se han llevado a cabo más de 40 misiones a Marte por parte de Estados Unidos, Rusia, Japón, China y la Agencia Espacial Europea.
Fuentes:
CNN
BBC
Los científicos de la NASA dicen que este descubrimiento es particularmente significativo en la búsqueda de vida en el planeta.
"Nuestra jornada en Marte ha sido 'sigue el agua', buscando vida en el universo, y ahora tenemos evidencia científica que confirma lo que hemos sospechado desde hace algún tiempo", dijo John Grunsfeld, astronauta y miembro del equipo. “Este es un desarrollo importante que confirma que hay agua –aunque salobre– en la superficie de Marte hoy", añadió.
Las líneas que recorren las montañas hacia abajo, explica la NASA, han sido vinculadas a la existencia de agua desde hace algún tiempo. Este nuevo hallazgo de sales hidratadas en estas lomas podría explicar las líneas oscuras. Según la NASA, las sales hidratadas podrían bajar el punto de congelación de la salmuera, de la misma forma que la sal ayuda a descongelar las vías. Los científicos creen que hay un flujo intermitente a poca profundidad de la superficie y que una pequeña cantidad de agua sale y explica el oscurecimiento.
La NASA tiene programado enviar humanos a Marte para la década de 2030 y actualmente está desarrollando capacidades para lograr que en el futuro sea posible viajar al espacio a largo plazo.
A un poco más de 320 kilómetros sobre la tierra, el astronauta estadounidense Scott Kelly y el cosmonauta ruso Mijaíl Korniyenko están pasando un año en el espacio en la Estación Espacial Internacional. En la "Misión de un año", el par está estudiando qué efectos tiene la exposición espacial prolongada en gravedad cero en el cuerpo humano.
La NASA ha explorando el planeta rojo desde 1960 con la ayuda de la robótica. La misión Mariner 4 fue uno de los primeros sobrevuelos exitosos de una sonda y que proporcionó las primeras fotos en primer plano de Marte desde el espacio profundo.
Hasta ahora, se han llevado a cabo más de 40 misiones a Marte por parte de Estados Unidos, Rusia, Japón, China y la Agencia Espacial Europea.
Fuentes:
CNN
BBC
21 de septiembre de 2015
¿Por qué los planetas son esféricos pero los cometas y asteroides no?
El cuerpo celeste que aparece en la foto es Haumea,
un planeta enano que tiene una curiosa forma oblonga. Gracias a otras
misiones especiales, como Rosetta, sabemos también que la forma de
cometas como el 67P, mientras que la Tierra es una esfera (casi) perfecta. ¿Por qué ocurre?
La
progresión y el tamaño de las lunas es una buena manera de compararlo.
Ida, por ejemplo, es un asteroide de la familia de Coronis situado en el
cinturón principal de asteroides,
la foto la tomó la sonda Galileo en 1993. Tiene 58 kilómetros en su
punto más ancho y puede verse como su forma alargada ya se asemeja a la
Humea, cuyas dimensiones son mucho más grandes, de unos 1000 kilómetros.
Vesta,
arriba, es un buen ejemplo intermedio, su tamaño es de 578 kilómetros.
Ceres (975 km), otro planeta enano, sí que tiene una forma más próxima a
una esfera perfecta.
Generalmente,
cuanto más grande es el cuerpo y más rápida es su velocidad de rotación
de manera más se “achata”, como probablemente ocurra con Haumea. En el
caso de la Tierra, esta es unos 50 kilómetros más estrecha de polo a
polo que en el ecuador.
Fuente:
3 de julio de 2014
Así fue el choque brutal que formó la Luna
-
Un estudio respalda la teoría de que nuestro satélite se originó a partir de los escombros producidos tras un impacto entre la Tierra y otro planeta
-
Se analizaron los isótopos de oxígeno de rocas traídas por las misiones 'Apolo'
Hace unos 4.500 millones de años, la Tierra colisionó contra un objeto celeste, posiblemente otro planeta de menor tamaño, al que se le ha dado el nombre de Theia. A partir de los escombros que se produjeron durante ese choque brutal se formó la Luna. Esta hipótesis, conocida como la Teoría del Gran Impacto, es la más aceptada entre los científicos para explicar el origen de nuestro satélite. Sin embargo, hasta ahora no tenían pruebas para demostrarlo.
Los astrofísicos creen que cada planeta del Sistema Solar tiene una composición isotópica distinta. La mayoría de los modelos científicos estiman que la Luna está compuesta en un 70-90% por material procedente de Theia (que creen que tendría un tamaño parecido a Marte) y en un 10-30% por escombros terrestres.
Si nuestro satélite se formó a partir de material procedente de dos cuerpos planetarios, tendría que tener una composición diferenciada a la de la Tierra, pero hasta ahora los análisis realizados habían mostrado que era casi idéntica. Así que el principal obstáculo para validar la hipótesis del Gran Impacto es que no habían encontrado huellas de los escombros del planeta Theia con el que supuestamente se produjo el choque.
Meteorito lunar hallado en 1999 en el desierto de Kalahari, en Botsuana, y analizado en este estudio.
ADDI BISCHOFF
El equipo liderado por Daniel Herwartz realizó un análisis de los isótopos de oxígeno que contienen las rocas que recogieron de la superficie lunar los astronautas de las misiones Apolo entre 1969 y 1972. «Las diferencias son pequeñas y difíciles de detectar, pero existen», ha declarado Herwartz.
Según explican en este estudio, que será presentado la próxima semana en la Conferencia de Geoquímica Goldschmidt de California, primero analizaron muestras lunares que habían llegado a la Tierra en forma de meteoritos. Sin embargo, estas muestras estaban contaminadas por el contacto con nuestro planeta, por lo que decidieron usar muestras recogidas directamente en la Luna. En concreto emplearon rocas traídas durante las misiones Apolo 11, 12 y 16.
Lea el artículo completo en:
El Mundo Ciencia
30 de mayo de 2014
Matemáticas: Dame un papel y te llevaré a la luna… (solución y más)
Como
ya ha habido una persona que ha sido rápida en contestar a este
acertijo o problema, voy a dar la solución y ampliarla un poco más.
Recordamos primero cuál era la pregunta que se hacía:
Imagina que tienes un papel lo suficientemente grande.
SOLUCIÓN
Si coges una hoja de papel, la doblas por la mitad, vuelves a doblarla por la mitad, la doblas otra vez por la mitad, y otra vez, y otra… cada vez te cuesta más ¿verdad?, es que cuando vas doblando tienes más capas que doblar, la primer doblez hace que tengas dos capas, la segunda el doble, es decir 4, la tercera otra vez el doble que son ahora 8, y así sucesivamente.
Por tanto, si un papel tiene un grosor de 0.1 mm, al doblarlo la primera vez tendrá el doble de grosor:
2 x 0,1 mm = 0,2 mm
Al doblarlo una segunda vez, el grosor será el doble que el anterior:
2 x 2 x 0,1 mm = 2 x 0,2 mm = 0,4 mm
Si lo doblamos una tercera vez, ahora el grosor será:
2 x 2 x 2 x 0,1 mm = 2 x 0,4 mm = 0,8 mm
Y así sucesivamente…
Si doblamos el papel n veces, el grosor que tendremos será:
Por otro lado, el grosor al que nosotros queremos llegar realizando dobleces es la distancia que hay de la Tierra a la Luna, es decir, 384.400 km. Si lo expresamos en milímetros, serían:
En definitiva, nuestro problema se reduce a resolver la siguiente igualdad, donde la incógnita es n (el número de dobleces):
multiplicando por 10 a los dos lados de la igualdad, tenemos:
aplicando logaritmos en ambos lados de la expresión:
o, lo que es lo mismo:
Para calcular este logaritmo en base 2 hacemos un cambio de base a base decimal (base 10):
Por tanto, respondiendo a la pregunta inicial que se nos hacía, con 42 dobleces superaríamos incluso la distancia que hay de la Tierra a la Luna.
¿Sorprendente?
Pues esto no es todo…
¿Cuántas
dobleces tendrías que hacerle para llegar a la luna suponiendo que
dicho papel tiene un espesor de una décima de milímetro (0,1 mm)?
Ten en cuenta que la distancia de la tierra a la luna es, aproximádamente, 384.400 km.
SOLUCIÓN
Si coges una hoja de papel, la doblas por la mitad, vuelves a doblarla por la mitad, la doblas otra vez por la mitad, y otra vez, y otra… cada vez te cuesta más ¿verdad?, es que cuando vas doblando tienes más capas que doblar, la primer doblez hace que tengas dos capas, la segunda el doble, es decir 4, la tercera otra vez el doble que son ahora 8, y así sucesivamente.
Por tanto, si un papel tiene un grosor de 0.1 mm, al doblarlo la primera vez tendrá el doble de grosor:
2 x 0,1 mm = 0,2 mm
Al doblarlo una segunda vez, el grosor será el doble que el anterior:
2 x 2 x 0,1 mm = 2 x 0,2 mm = 0,4 mm
Si lo doblamos una tercera vez, ahora el grosor será:
2 x 2 x 2 x 0,1 mm = 2 x 0,4 mm = 0,8 mm
Y así sucesivamente…
Si doblamos el papel n veces, el grosor que tendremos será:
Por otro lado, el grosor al que nosotros queremos llegar realizando dobleces es la distancia que hay de la Tierra a la Luna, es decir, 384.400 km. Si lo expresamos en milímetros, serían:
En definitiva, nuestro problema se reduce a resolver la siguiente igualdad, donde la incógnita es n (el número de dobleces):
aplicando logaritmos en ambos lados de la expresión:
o, lo que es lo mismo:
Para calcular este logaritmo en base 2 hacemos un cambio de base a base decimal (base 10):
Por tanto, respondiendo a la pregunta inicial que se nos hacía, con 42 dobleces superaríamos incluso la distancia que hay de la Tierra a la Luna.
¿Sorprendente?
Pues esto no es todo…
con 52 dobleces, alcanzaríamos los ciento cincuenta millones de kilómetros que nos separan del Sol.
después
de haberlo doblado 58 veces, el espesor del papel será superior al
ancho del sistema solar (que es aproximadamente doce mil millones de
kilómetros)
y
con 70 dobleces llegaría más allá de Alfa Centauro, que es la estrella
más cercana a la Tierra y que se encuentra a 4 años luz (un año luz, la
distancia que la luz recorre en un año, equivale a diez millones de
millones de kilómetros).
Con
86 dobleces el papel sería más ancho que nuestra galaxia y con 90
dobleces alcanzaría Andrómeda, la galaxia más cercana a la Tierra y que
se encuentra a dos millones de años luz.
Con
100 dobleces, se encontraría a mitad de camino de los objetos más
lejanos observados en el universo, a diez mil millones de años luz,
y con 101 más, sería más ancho que todo el universo conocido.
Estos
sorprendentes resultados se deben al rápido crecimiento de las
progresiones geométricas (1, 2, 4, 8, 16, 32, etc.), que aumentan a una
velocidad extraordinaria y anti intuitiva.
El
único problema de todo esto es que nadie ha conseguido doblar una hoja
de papel ni 15 veces, por muy grande que fuera la hoja. El record está
en 12 veces.
Fuente:
15 de octubre de 2013
Sabías que en Júpiter y Saturno "llueven" diamantes
Las condiciones de Júpiter y
Saturno podrían provocar "lluvias de diamantes", según un estudio de la
Universidad de Winsconsin-Madison, en Estados Unidos.
Las tormentas convierten el metano en hollín (carbono), que se endurece a medida que se precipita en pedazos de grafito y luego diamante.
Este "granizo" de diamantes se funde en algún momento en un mar líquido en los núcleos calientes de los planetas, apuntaron los investigadores en una conferencia.
Los diamantes más grandes serían probablemente alrededor de un centímetro de diámetro, "lo suficientemente grande como para ponérselos en un anillo", dijo el Dr. Kevin Baines, de la Universidad de Wisconsin-Madison y el Jet Propulsion Laboratory de la NASA.
Los resultados aún están bajo revisión de la comunidad científica, pero expertos planetarios consultados por la BBC dijeron que la posibilidad de lluvia de diamantes "no se puede descartar".
Hasta ahora se creía que Urano y Neptuno albergaban piedras preciosas, pero no se pensaba que Júpiter y Saturno tuvieran atmósferas adecuadas para producirlas.
Fuente:
BBC Ciencia
26 de septiembre de 2013
Hallan agua el suelo de Marte
Un análisis realizado por la
NASA, gracias a información y muestras recogidas por el vehículo
explorador Curiosity, muestra que hay una cantidad sorprendente de agua
en el suelo de Marte.
La investigadora del Curiosity Laurie Leshin y sus colegas le dijeron a la revista Science que la capa de polvo rojo que cubre la superficie de Marte tiene aproximadamente 2% (en peso) de agua.
El hallazgo podría ser un recurso útil para futuros astronautas, indicaron los científicos.
"Piensen que con alrededor un pie cúbico de este polvo, tras ser calentado a unos cuantos cientos de grados, se pueden obtener dos vasos grandes de agua, es como las dos botellas que te llevas al gimnasio", indicó la doctora Leshin.
"Y este polvo es interesante porque pareciera que está en todas partes. Si eres un explorador, esta es una muy buena noticia, pues podrás extraer agua prácticamente de todas partes", señaló la doctora.
El Curiosity lleva a bordo un equipo que recolecta y procesa muestras y un laboratorio que las procesa.
clic Lea: ¿Qué clase de hombre viajará a Marte?
Fuente:
BBC Ciencia
25 de septiembre de 2013
La idea matemática que hizo volar al Voyager
La sonda espacial Voyager ha
cautivado al mundo con su proeza en los confines del Sistema Solar, pero
su lanzamiento en 1977 sólo fue posible gracias a las ideas matemáticas
y la persistencia de un estudiante de doctorado que descubrió cómo
catapultar sondas al espacio.
La sonda Voyager 1, 35 años después de haber despegado, está a 18.400 millones de kilómetros de la Tierra y a punto de cruzar el límite que marca el alcance de la influencia del sol, donde el viento solar se encuentra con el espacio interestelar.
Así contado parece fácil, pero la puerta al más allá del Sistema Solar permaneció cerrada durante los primeros 20 años de la carrera espacial.
El problema de los tres cuerpos
Se enviaron naves a la Luna, a Venus y a Marte. Pero un factor crucial impedía alcanzar distancias más lejanas.
Para viajar a los planetas exteriores hace falta escapar de la fuerza gravitacional que ejerce el Sol, y para eso es necesaria una nave espacial muy grande.
El viaje hasta Neptuno, por ejemplo, a 2.500 millones de kilómetros, podría llevar fácilmente 30 o 40 años debido a esa fuerza.
En su momento, la Nasa no podía asegurar la vida útil de una sonda por más tiempo que unos meses, así que los planetas lejanos no estaban dentro de las posibilidades.
Hasta que un joven de 25 años llamado Michael Minovitch, entusiasmado por la nueva computadora IBM 7090, la más rápida en 1961, resolvió el problema más difícil de la ciencia mecánica celeste: el de "los tres cuerpos".
Se refiere al Sol, un planeta y un tercer objeto que puede ser un asteroide o un cometa viajando por el espacio con sus respectivas fuerzas de gravedad actuando entre ellos. La solución establece con exactitud cómo afectan la gravedad del Sol y la del planeta a la trayectoria del tercer objeto.
Sin amilanarse por el hecho de que las mentes más brillantes de la historia -la de Isaac Newton entre ellas- no lograron resolver esta incógnita, Minovitch se concentró en despejarla. Su intención era usar la computadora para buscar la solución a través de un método de repetición.
Verano de 1961
En su tiempo libre, mientras estudiaba un doctorado en el verano de 1961, se puso a programar series de ecuaciones para aplicar al problema.
Minovitch llenó su modelo con datos de las órbitas planetarias, y durante una pasantía en el laboratorio de propulsión de la Nasa (Jet Propulsion Lab) obtuvo información más exacta sobre las posiciones de los planetas.
El joven estudiante demostró así que si una nave pasa cerca de un planeta que orbita alrededor del Sol puede apropiarse de parte de la velocidad orbital de ese astro y acelerar en dirección opuesta al Sol sin utilizar el combustible de propulsión de la nave.
Sin financiamiento para continuar con sus pruebas en la computadora, y en un intento por convencer a la Nasa de la importancia de su descubrimiento, dibujó a mano cientos de trayectorias de misiones teóricas al espacio exterior. Entre ellas había una ruta de vuelo específica que se convirtió en la trayectoria de las sondas Voyager.
Pero en 1962 el Jet Propulsion Lab estaba ocupado con el Proyecto Apolo, y nadie hizo mucho caso al hallazgo de Minovitch.
Lea el artículo completo en:
BBC Ciencia
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