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28 de enero de 2020

Nuestro sistema solar tuvo tres planetas habitables

Un hecho fascinante es que nuestro sistema solar quizás tuvo en sus orígenes no uno, sino tres mundos habitables al mismo tiempo. Claro está, hablamos de Venus, la Tierra y Marte, que, no solo estaban en la zona habitable del Sol, sino que probablemente tenían agua líquida en su superficie y que, por tanto, satisfacían el laxo criterio de habitabilidad de los astrónomos (recordemos que el que un planeta sea «habitable» no implica necesariamente que esté «habitado»). Hoy en día, de los tres solamente queda uno que siga siendo habitable, nuestro planeta. La incógnita es cuándo dejaron de ser habitables Venus y Marte y, por supuesto, si estuvieron alguna vez habitados.
¿Tuvieron Venus y Marte océanos durante el comienzo del sistema solar? (NASA).
La habitabilidad del sistema solar interior depende de dos factores: el comportamiento del Sol y el tamaño y composición de los propios planetas. Desde que el sistema solar se formó hace unos 4600 millones de años, el Sol ha visto aumentar su luminosidad en un 30%. Este hecho ha provocado que el límite interior de la zona habitable se haya ido desplazando progresivamente hacia el exterior, lo que ha dejado fuera a Venus y ha colocado a la Tierra cerca del borde interno. De hecho, el Sol seguirá aumentando su luminosidad y, en unos mil millones de años, la Tierra quedará fuera de la zona habitable y los océanos se evaporarán para siempre. Curiosamente, aunque el Sol primitivo era menos luminoso, sabemos que Marte fue habitable durante cientos de millones de años, como mínimo. Es lo que se conoce como la «paradoja del Sol joven», y que también es un problema a la hora de explicar las condiciones de la Tierra primitiva.

Zona habitable de las estrellas en función de su temperatura superficial. En la actualidad solo la Tierra y Marte están dentro de la zona habitable (Chester Harman/NASA).
Si Venus dejó de ser habitable principalmente por culpa del comportamiento del Sol, en cambio Marte ya no lo es por sus particularidades como planeta. Marte siempre fue el menor de los tres planetas potencialmente habitables del sistema solar debido a la acción gravitatoria de Júpiter, cuyas migraciones hacia el interior del sistema provocaron que el planeta rojo tuviese una masa menor de la que le correspondía. Con un tamaño más pequeño, el calor interno y, por tanto, su actividad interna siempre fue menor que la de la Tierra o Venus. Esto provocó que los volcanes marcianos no fuesen capaces de aportar suficientes volátiles para compensar la pérdida de la atmósfera provocada por una menor gravedad. El menor tamaño también fue el causante de que Marte no retuviese una dinamo interna que crease una magnetosfera potente para proteger la atmósfera del viento solar. Precisamente, aunque el Sol primigenio era más débil, la emisión de partículas de viento solar y la actividad en rayos X y en el ultravioleta era mayor que la actual, lo que aceleró el proceso de pérdida atmosférica de Marte.
Interacción entre el viento solar y Marte. Sin una magnetosfera potente, Marte ha perdido y sigue perdiendo su atmósfera por culpa del viento solar (NASA).
Hasta hace unos años existía un acalorado debate sobre si la mayor parte de la atmósfera marciana se había perdido al espacio o, si por el contrario, quedó almacenada en el suelo forma de depósitos de carbonatos, hielo de agua y hielo de dióxido de carbono. Ahora, gracias sobre todo a la misión MAVEN de la NASA, tenemos la total seguridad de que Marte perdió la mayor parte de su atmósfera por acción del viento solar. En la actualidad, la atmósfera de Marte es tremendamente tenue, de tan solo 6 milibares de presión y está formada exclusivamente por dióxido de carbono. Si se sublimasen los depósitos de hielo de dióxido de carbono que se hallan en los polos marcianos solo lograríamos aumentar la presión hasta los 50 milibares (malas noticias para los futuros ingenieros planetarios que quieran terraformar el planeta). 

Lea el artículo completo en: Eureka
 

6 de junio de 2012

El trànsito de Venus: ¡Todo, todo lo que necesita saber!

Esta madrugada se ha producido un acontecimiento astronómico que nunca jamás volveremos a contemplar en nuestras vidas 



El tránsito de Venus por delante del Sol tiene revolucionados a los astrónomos de todo el mundo. Ha ocurrido la madrugada de este miércoles 6 de junio (en nuestra franja horaria) y ha sido algo único, el acontecimiento astronómico del año. Estas son las claves para entender el fenómeno.

-¿Qué significa que Venus transite por el Sol?


El tránsito planetario ocurre cuando el Sol, un planeta y la Tierra se alinean por ese orden, de forma que el planeta bloquea parte de la luz que nos llega del Astro rey y parece formarse un minieclipse. En el Sistema Solar, solo los planetas interiores (Mercurio y Venus) pueden producir tránsitos.

-¿Con qué frecuencia ocurre el tránsito de Venus?


El Sol, Venus y la Tierra se alinean en raras ocasiones, debido a que las órbitas alrededor del Sol de nuestro planeta y Venus están ligeramente inclinadas la una respecto a la otra. Los tránsitos de Venus se repiten a pares (con ocho años de diferencia entre ellos ) y con un patrón regular de 121,5 y 105,5 años entre pares consecutivos.

-¿Por qué es tan importante este tránsito?


Porque difícilmente ninguno de nosotros volverá a observarlo de nuevo, a no ser que la medicina moderna descubra un milagro para prolongar la vida (y la vista) tantos años. El último tránsito de Venus ocurrió en 2004 y, después de 2012, no volverá a producirse hasta 2117.

-¿A qué hora ha ocurrido?


Justo después de la medianoche del 5 al 6 de junio (hora peninsular española), Venus ha comenzado a cruzar el disco del Sol. El paseo ha llevado seis horas. El contacto interior de la emersión ha sido a las 6.37 horas, mientras que el exterior se ha producido a las 6.55 horas. Entonces ha aparecido una «gota negra»: el planeta parece quedar enganchado unos segundos al extremo del disco solar.

-¿Lo puedo ver?


El tránsito planetario ha sido visible desde el hemisferio diurno terrestre. El acontecimiento ha podido ser ser observado durante toda su duración desde Hawai y Alaska en los Estados Unidos, así como desde el este de Australia, Nueva Zelanda, el Pacífico occidental, el este de Asia y las altas latitudes septentrionales. El principio del tránsito ha podido ser visto antes del anochecer en Norteamérica, Centroamérica y gran parte de Sudamérica y el final al amanecer del miércoles en gran parte de Europa y África. En España, solo se ha podido contemplar el final a la salida del Sol desde la costa norte mediterránea y las islas Baleares.

-¿Qué debo hacer para contemplarlo directamente?


Si tienes la fortuna de estar en una de las zonas propicias y quieres contemplarlo directamente, recuerda que debes tomar todas las precauciones posibles. Utiliza filtros solares adecuados y en perfectas condiciones, como las gafas de eclipse homologadas por la Unión Europa. Recuerda que mirar al Sol sin protección puede ocasionar graves lesiones oculares transitorias o permanentes, incluso ceguera. También puedes proyectar la imagen del Sol sobre una hoja de papel.

-¿Qué hago para no perdérmelo si no se ve en mi zona?


Puedes entrar en alguna de las numerosas webs que retransmitirán el evento en directo. La NASA ha preparado una gran cobertura, y también la Agencia Espacial Europea. La Universidad de Barcelona lo emitirá desde las islas Svalvard, en el Ártico, y el Instituto de Astrofísica de Canarias, dentro del proyecto Gloria, realizará tres conexiones en directo desde Noruega, Japón y Australia coincidiendo con los momentos más interesantes del fenómeno. Más webs donde seguir el tránsito, aquí.

-¿Lo recogerán los telescopios espaciales?


La sondas europeas Venus Express y Proba-2, junto con la internacional SOHO, la japonesa Hinode, y el telescopio espacial Hubble, están listos para monitorizar Venus y el Sol. La tripulación de la Estación Espacial Internacional (ISS) también estará pendiente del tránsito.

-¿Qué pueden aprender los científicos de este tránsito?


Los tránsitos de Venus han jugado un papel importante en la historia de la astronomía. Los científicos y los exploradores planificaron grandes expediciones para observar los dos tránsitos ocurridos en el siglo XVIII (en 1761 y 1769) y calcular la distancia desde la Tierra la Sol. En el actual tránsito, los investigadores podrán saber más sobre el planeta Venus. La nave Venus Express de la ESA, la única en órbita del planeta en este momento, utilizará la luz del Sol para estudiar su atmósfera. A medida que la luz solar se filtra en la atmósfera, se revelan las concentraciones de moléculas de gases a distintas altitudes. Además, este ejercicio servirá a los científicos como experiencia para buscar planetas parecidos a la Tierra, incluso uno que podría ser habitable, fuera de nuestro Sistema solar. Venus supone una excelente representación, ya que es similar en tamaño y masa a nuestro planeta.

-¿En qué tono debo reírme de los que ven en este fenómeno una señal del final de los tiempos?

-Lo más alto que puedas, porque es un absurdo. Nada tiene que ver con las versiones apocalípticas que predicen el fin del mundo para 2012.

Fuente:


14 de marzo de 2012

Venus, Júpiter y Marte, de un vistazo en el cielo

Conjunción de planetas el próximo 27 de marzo. | Pedro Arranz y César González

Conjunción de planetas el próximo 27 de marzo. | Pedro Arranz y César González

Júpiter y Venus brillarán en el cielo hasta el próximo sábado y podrán ser observados, mirando hacia el oeste, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan, desde cualquier punto del planeta. La noche del martes, ambos planetas eran visibles, muy cerca uno de otro, desde cualquier punto de la geografía española sin nubes, incluso en el centro de las grandes ciudades. A la espalda, también será fácil distinguir al rojizo Marte.

Este espectáculo astronómico, para el que no se necesita tener un telescopio a mano (aunque con este instrumento aún es más atractivo), tiene lugar cuando Venus y Júpiter se acercan hasta situarse a tres grados de distancia y a su vez no están lejos de nuestro planeta. De hecho, estos días son los dos objetos más brillantes del cielo nocturno después de la Luna, de manera que la conjunción que formarán los tres cuerpos son perfectamente visibles.

El mejor día para disfrutar de este fenómeno será el próximo 25 de marzo, cuando la Luna se encuentre en su fase creciente y se sitúe cerca de ambos planetas en el cielo nocturno, según adelanta a ELMUNDO.es Rafael Bachiller, director del Observatorio Astronómico Nacional.

Pero, ¿cómo saber cuál es cuál? Bachiller recuerda que Venus se encuentra mucho más cerca de la Tierra y del Sol (nos separa un 70% de la distancia que hay desde nosotros a la estrella), mientras que Júpiter está cinco veces más lejos, por lo que su brillo es mucho menor, aún siendo mucho mayor su tamaño.

Por otro lado, mirando hacia el este, estos días también es fácil distinguir a Marte, el planeta rojo. "La diferencia entre los planetas y las estrellas es que las segundas titilan, mientras que los planetas son puntos fijos en el firmamento", explica el astrónomo.

Y para aquellos que tengan prismáticos a mano, y un cielo limpio de nubes y de contaminación, hay un 'extra': también es visible, cerca de la Osa Mayor, un cometa con dos colas, una de gas y otra de polvo, bautizado como el cometa Garradd. También es posible observar Mercurio, al atardecer y al amanecer, aunque para ello es mejor contar con un mapa del cielo.

Desde el punto de vista científico, estas conjunciones son interesantes para el lanzamiento de misiones espaciales: se lanzan calculando la máxima cercanía de los planetas para que lleguen cuando están más cerca, lo que supone un gran ahorro de tiempo y, sobre todo, de combustible.

Este acontecimiento no volverá a producirse hasta junio de 2015, ya que en los próximos años, la coincidencia entre Júpiter y Venus tendrá lugar durante el día.

Fuente:

El Mundo Ciencia

12 de octubre de 2011

La sorpresiva capa de ozono de Venus

venus

Un equipo científico europeo ha descubierto que Venus tiene una delgada capa de ozono, cientos de veces menos densa que las de la Tierra.

El descubrimiento se realizó gracias a la sonda Venus Express de la Agencia Especial Europea, cuyos científicos publicaron el hallazgo en Icarus, la publicación dedicada a estudios planetarios de la Sociedad Astronómica Estadounidense.

Hasta ahora sólo se habían detectado capas de ozono en la Tierra y Marte. Ahora se encuentra esta en el segundo planeta del Sistema Solar.

El hallazgo podría ayudar a los astrónomos a refinar los parámetros para la búsqueda de vida en otros planetas.

Filtro planetario

La nave espacial se topó con la capa cuando intentaba enfocar estrellas viéndolas a través de la atmósfera venusina.

La intensidad de las estrellas era más débil de lo esperado, porque el ozono absorbe parte de la luz ultravioleta

El líder del grupo investigador, Franck Montmessin, del Centro de Investigación Atmosférica Latmos, de Francia, explicó que la capa de ozono de Venus está ubicada a una altura de 100 kilómetros, tres veces más que la de nuestro planeta.

El ozono es una molécula que contiene tres átomos de oxígeno, que se formó cuando la luz solar escindió el dióxido de carbono de la atmósfera venusina para formar moléculas de oxígeno.

En la Tierra un proceso similar permite la formación del ozono, que absorbe parte de los dañinos rayos ultravioletas del Sol, evitando que lleguen a la superficie.

Sin embargo, este proceso se ve suplementado por el oxígeno liberado por los microbios que "comen" dióxido de carbono.


"Podemos usar estas nuevas observaciones para probar y refinar los escenarios para la detección de vida en otros planetas "

Franck Montmessin, Centro de Investigación Atmosférica Latmos


Nuevas pistas

"La detección de este ozono nos dice mucho acerca de la circulación y la química de la atmósfera de Venus", dijo Kakan Svedhem, miembro del proyecto de la misión del Venus Express

"Más allá de eso, es evidencia adicional de las similitudes fundamentales entre los planetas rocosos y muestra la importancia de estudiar Venus para entenderlos a todos".

Algunos biólogos asumen que la presencia de oxigeno, carbón y ozono en una atmósfera es indicativo de que existe vida en la superficie de ese planeta.

Los nuevos resultados niegan esa presunción. La sola presencia de oxigeno en una atmósfera no es ya evidencia suficiente para empezar a buscar vida.

Sin embargo, la presencia de grandes cantidades de esos gases, como en la atmósfera terrestre, es probablemente una buena señal, dicen los científicos.

"Podemos usar estas nuevas observaciones para probar y refinar los escenarios para la detección de vida en otros planetas", aseguró Montmessin.

Fuente:

BBC Ciencia

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5 de septiembre de 2011

Las naves que visitaron Venus

La superficie de Venus es uno de los lugares más hostiles del Sistema Solar. Con una temperatura de casi 500º C y una presión atmosférica que ronda las 93 atmósferas, diseñar una nave espacial que pueda sobrevivir en estas condiciones supone un desafío tecnológico de primer orden. Pero, contra todo pronóstico, el ser humano ha logrado visitar este entorno infernal no en una, sino en varias ocasiones.

DZhVS, un proyecto de sonda soviética de los años 70 para estudiar la superficie de Venus durante un mes (S. Ptitsin/Novosti Kosmonavtiki).

Las terribles condiciones de la atmósfera y superficie de Venus (NASA).

La primera nave que consiguió transmitir datos de primera mano sobre las terribles condiciones que reinaban en el lucero del alba fue la misión soviética Venera 4 (3MV/1V nº 310) en 1967. Aunque la cápsula resultó destruida antes de llegar a la superficie, su sacrificio sirvió para demostrar a las claras que Venus distaba mucho de ser ese paraíso repleto de pantanos con dinosaurios imaginado por algunos autores de ciencia ficción.

Cápsula de aterrizaje de la Venera 4. Fue diseñada para aguantar hasta 500 G de desaceleración, 18 atmósferas y 400º C, lo que resultaba insuficiente para las duras condiciones de Venus. La sonda real no tenía este aspecto, ya que estaba recubierta por un escudo térmico de ablación de color oscuro.

Se diseñaron cápsulas cada vez más resistentes, pero habría que esperar hasta al 15 de diciembre de 1970 para ver una cápsula en la superficie de Venus. Sería entonces cuando la Venera 7 (3V nº 630) confirmó las brutales condiciones que existían en el "gemelo de la Tierra". Animados por estos éxitos, los científicos soviéticos liderados por Georgi Babakin (ingeniero jefe de NPO Lávochkin) diseñaron una nueva generación de naves más pesadas y complejas. Las nuevas sondas serían lanzadas por el cohete Protón-K, mucho más potente que el Mólniya-M empleado hasta ese momento. Los resultados no se hicieron esperar. En octubre de 1975, las Venera 9 y 10 (4V-1 nº 660 y nº 661) transmitieron las primeras imágenes de la superficie de otro planeta.


Cápsula de la Venera 7, la primera en sobrevivir en la superficie de Venus. Fue diseñada para soportar 150 atmósferas y 540º C.

Esquema de la sonda Venera 8 sobre la superficie.

La sonda Venera 7 (3MV) con el vehículo orbital y la cápsula de aterrizaje.

Diseño de la serie 4V de sondas de aterrizaje Venera. La cubierta esférica es el escudo térmico. La mayor parte de equipos estaban instalados en el interior de la esfera interna de titanio. 1: escudo térmico d eablación; 2: anillo de aterrizaje; 3: instrumental científico; 5:antena en espiral; 6: compartimento de los paracaídas; 7: compartimento de instrumentos científicos par ael estudio de las nubes; 8: telefotómetro; 9: aparatos de servicio; 10: aislantes térmicos.

Diseño del vehículo orbital 4V (la esfera con la sonda de aterrizaje aparece en la parte superior).1: aparato orbital; 2: cápsula del vehículo de descenso; 3: instrumentos científicos; 4: antena de alta ganancia; 5: tanques de combustible; 6: radiador; 7: sensor de orientación hacia la Tierra; 8: sensor estelar; 9: sensor solar; 10: antena de baja ganancia; 11: sección de instrumentación; 12: tanque del sistema de orientación; 13: radiador; 14: tobera del motor de orientación; 15: magnetómetro; 16: panel solar.

Preparando la sonda de aterrizaje de la Venera-10. Se aprecia el disco metálico que funcionaba como aerofreno y el anillo toroidal del tren de aterrizaje/amortiguador.

Complicada secuencia de descenso de las sondas Venera 4V.

La superficie de Venus vista por la Venera 9 (arriba) y Venera 10 (abajo). Estas fueron las primeras imágenes de la superficie de otro planeta que contempló la humanidad (Don P. Mitchell).

Para soportar las temperaturas y presiones de Venus, las sondas de aterrizaje Venera 4V-1 estaban formadas por una estructura principal de titanio con forma esférica rodeada por varias capas de material aislante con un grosor de 12 cm. Las distintas secciones de la esfera se habían sellado usando cable de oro y el interior estaba recubierto de una espuma aislante de poliuretano. El diseño esférico minimizaba las pérdidas térmicas y permitía soportar mejor la presión. Para disminuir la conducción térmica con la superficie, la esfera estaba apoyada en el anillo del tren de aterrizaje a través de soportes dotados de material aislante. Aunque se enfriaba el interior de la esfera hasta los -10º C antes de su separación del orbitador, la vida útil de las Venera estaba limitada a unas escasas dos horas. Básicamente, el tiempo que tardaba en subir la temperatura interna del vehículo hasta freír los sistemas de la sonda. La alta presión atmosférica no resultaba un problema para los avispados ingenieros de la época, pero sí la temperatura. Sin un sistema de refrigeración activo de alta potencia, las leyes de la termodinámica son implacables al respecto: cualquier sonda situada sobre la superficie de Venus terminará por sucumbir al asfixiante calor. Si tenemos en cuenta que las sondas Venera no estaban dotadas de un sistema de refrigeración activo, podremos empezar a entender la magnitud del logro del programa espacial soviético.

Representación artística de la sonda Venera 9 en la superficie.

No es de extrañar por tanto que los científicos soviéticos estuviesen extasiados ante los logros de la nueva generación de sondas y planeasen ir más allá. Pronto surgieron propuestas para lanzar una sonda que pudiera sobrevivir un mes entero en Venus, tiempo más que suficiente para realizar estudios de sismología y estudiar así la misteriosa estructura interior del planeta. La misión recibió el nombre provisional de DZhVS (Долгоживущая Венерианская Станция / DolgoZhivuschaia Venerianskaia Stantsia), "estación venusina de larga duración". Si por algún casual Venus resultaba ser un mundo con poca actividad sísmica, se estudió la posibilidad de mandar un artefacto nuclear dentro de otra cápsula Venera para "animar" un poco la actividad geológica hasta niveles adecuados a la sensibilidad de los instrumentos. Por supuesto, este proyecto fue descartado en virtud de los acuerdos internacionales que impedían la detonación de armas nucleares en el espacio, pero no se puede negar que la idea era ciertamente "impactante".

Proyecto de sonda de aterrizaje venusina para una duración de cinco días. 1: sumidero térmico; 2: aislante térmico; 3: sello hermético; 4: antena; 5: sistema de paracaídas; 6: escudo térmico; 7: sección con los equipos para controlar el descenso; 8: tren de atrrizaje; 9: equipos del contenedor de instrumentos (Novosti Kosmonavtiki).

Con el fin de conseguir que la vida útil de la sonda alcanzase un mes, los científicos soviéticos del Instituto de Investigación de Procesos Térmicos diseñaron sistemas eléctricos capaces de soportar temperaturas superiores a los 250º C. Junto con otras tecnologías desarrolladas por NPO Lávochkin, la oficina de diseño responsable de las sondas Venera, y el IKI (Instituto de Investigaciones Espaciales), los expertos consideraban posible lanzar la primera nave DZhVS a finales de los años 80. La sonda DZhVS debía estar dividida en dos partes principales. La sección superior contendría los instrumentos y la electrónica más sensible incapaz de aguantar altas temperaturas. Tras dos horas en la superficie, estos instrumentos dejarían de funcionar, pero entonces tomaría el relevo la sección inferior, con aparatos (principalmente sismógrafos) diseñados para resistir hasta un máximo de 500º C durante cuatro semanas y alimentados por un generador de radioisótopos (RTG) de 30 W. Para evitar que estos instrumentos alcanzasen la temperatura ambiente en pocas horas, la sección inferior esférica estaría construida como un vaso Dewar, resultado de hacer el vacío entre los dos cascos de titanio que formaban la estructura. La sonda también estaría diseñada para soportar los elevados niveles de corrosión de la superficie de Venus, derivados de la composición de la atmósfera ( dióxido de carbono principalmente). Decenas de institutos y centros de investigación de toda la URSS colaboraron en el proyecto DZhVS, pero lamentablemente el programa se paralizaría a principios de los 80 en favor de las misiones VeGa, más atractivas desde el punto de vista político.

Diseño final de la DZhVS para misiones de un mes de duración en Venus. 1: tren de aterrizaje; 2: RTG; 3: antena; 4: sistema de paracaídas; 5: escudo térmico; 6: aerofreno anular; 7: telefotómetro; 8: sección con instrumentos para una duración de 2-4 horas; 9: sección con instrumentos para una duración de un mes (Novosti Kosmonavtiki).

Si mandar una sonda venusina que pueda aguantar estas condiciones durante un mes te puede parecer un proyecto ambicioso, eso es porque no has oído hablar del Venerоjod (o Venerоkhod, Венерoход). Efectivamente, y aunque hoy nos pueda parecer increíble, la URSS llegó a contemplar seriamente la idea de mandar un vehículo con ruedas a un lugar tan hostil como la superficie de Venus. El instituto de investigación VNIITransmash analizó en profundidad la viabilidad de una misión de estas características. A raíz de los datos del instrumento PrOP-V -diseñado por el mismo VNIITransmash- con el que iban equipadas las sondas Venera se determinaron las características que debía poseer un rover venusino, como por ejemplo, los lubricantes adecuados para las partes móviles (los ingenieros eligieron varios tipos de lubricantes sólidos capaces de aguantar hasta 600º - 800º C).

Prototipo de Venerojod KM-VD alimentado por energía eólica (VNIITransmash).

Otra cuestión crucial era cómo proporcionar electricidad al vehículo. Los expertos consideraron acertadamente que los paneles solares serían inútiles en la escasamente iluminada superficie de Venus, así que se decantaron por la extravagante opción de usar energía eólica. Y es que aunque los vientos superficiales de Venus son muy débiles, la elevada densidad atmosférica permite sacarle partido a esta forma de energía.

Como resultado, el Venerojod estaría equipado con dos aerogeneradores y sus correspondientes sistemas de baterías. Curiosamente, se decidió no emplear RTGs por su elevada masa, aunque hubiesen sido la opción ideal desde el punto de vista energético. El equipo del proyecto Venerojod no se limitó a llevar a cabo cálculos teóricos, sino que se llegaron a construir dos prototipos de 160 kg y seis ruedas denominados VM-KhD (ВМ-ХД). Estos vehículos se probarían entre 1984 y 1987 en la península de Kamchatka junto a otros modelos de rovers planetarios, incluyendo varias versiones de Marsojods.Enlace

Lea el artículo completo en:

Eureka Blog

9 de mayo de 2011

Se podrá observar una conjunción planetaria en los próximos días


(cc) Conjunción celeste en Paranal

Durante estos días es posible ver antes del amanecer una alineación conjunción celeste poco común en el horizonte, donde los planetas Mercurio, Venus, Marte y Júpiter serán visibles en la misma zona del cielo por escasos 30 minutos antes de la salida del Sol.

Desde el pasado 1 de mayo estos planetas han cambiado su configuración en el cielo pero del 10 al 12 de mayo ocurrirá la máxima proximidad entre ellos. Durante estos días será posible ver a Venus y Júpiter coquetear por apenas unos centímetros de separación, siendo los astros más brillantes en el cielo después de la Luna. El 11 de mayo en particular podrá observarse lo que se conoce como “flor celestial” gracias a la cercanía de Mercurio, Venus y Júpiter.

De acuerdo a la Sociedad Astronómica Urania en el Estado de Morelos (México), los cuatro planetas permanecerán en el cielo durante todo mayo antes de que Mercurio se pierda en el resplandor solar.

Links:
- The Dance of the Planets (Space Daily)
- Conjunciones planetarias, visibles para México (El Universal)

Enlace
Fuente:

Fayer Wayer

24 de junio de 2010

¿Fue alguna vez Venus un planeta habitable?

Jueves, 24 de junio de 2010

¿Fue alguna vez Venus un planeta habitable?

La sonda Venus Express de la ESA está ayudando a los científicos planetarios a investigar u Venus tuvo alguna vez océanos. Si fue así, puede que incluso empezase su existencia como un planeta habitable similar a la Tierra.

Actualmente, la Tierra y Venus parecen completamente distintos. La Tierra es un mundo clemente y exhuberante, repleto de vida, mientras que Venus es un infierno con una superficie de abrasadoras temperaturas superiores a las de un horno de cocina.

Pero detrás de eso, los planetas comparten un número de asombrosas similitudes. Son casi idénticos en tamaño y ahora, gracias al orbitador Venus Express de la ESA, los científicos planetarios están observando también otras similitudes.

“La composición básica de Venus y la Tierra son muy similares”, dice Håkan Svedhem, Científico del Proyecto Venus Express de la ESA. Cómo de similares es lo que están discutiendo científicos planetarios de todo el mundo en Aussois, Francia, donde se reúnen esta semana para una conferencia.

Una diferencia está clara: Venus tiene muy poca agua. Si se vertieran los oceános de la Tierra de forma equitativa sobre la superficie de Venus, crearían una capa de 3 km de profundidad. Si se condensara el vapor de agua en la atmósfera de Venus y se dejase sobre la superficie, crearía un charco global de apenas 3 cm de profundidad.

Aunque aquí hay otra similitud. Hace miles de millones de años, Venus probablemente tuvo mucha más agua. Venus Express ciertamente ha confirmado que el planeta ha perdido una gran cantidad de agua al espacio.

Esto sucede debido a los flujos de radiación ultravioleta procedentes del Sol, que llegan a la atmósfera de Venus y rompen las moléculas de agua en átomos: dos hidrógenos y un oxígeno. Estos pueden entonces escapar al espacio.

Venus Express ha medido este índice de escape y confirmó que escapa aproximadamente el doble de hidrógeno que de oxígeno. Por tanto se cree que el agua es la fuente de escape de estos iones. También se ha demostrado que una forma pesada del hidrógeno, conocida como deuterio, se ve progresivamente enriquecida en las capas superiores de la atmósfera de Venus, debido a que el hidrógeno más pesado encontrará una vía de escape más compleja del tirón del planeta.

“Todo apunta a que hubo grandes cantidades de agua en el pasado de Venus”, dice Colin Wilson, de la Universidad de Oxford en el Reino Unido. Pero esto no necesariamente significa que hubiese océanos en la superficie del planeta.

Eric Chassefière, de la Universidad de París-Sud en Francia, ha desarrollado un modelo por ordenador que sugiere que el agua era en gran parte atmosférica y que existió sólo durante los mismos inicios, cuando la superficie del planeta aún estaba completamente fundida. Cuando las moléculas de agua se rompen en átomos por la acción de la luz solar y escapan al espacio, la consiguiente caída en la temperatura probablemente disparó la solidificación de la superficie. En otras palabras: no hubo océanos.

Aunque es difícil comprobar esta hipótesis, es una cuestión clave. Si Venus alguna vez tuvo una superficie de agua, el planeta pudo posiblemente haber tenido una fase inicial habitable.

Incluso de ser cierto, el modelo de Chassefière no excluye la posibilidad de que cometas que colisionaran con Venus llevasen más agua a la superficie cristalizada, y estos cuerpos creasen cuerpos de agua en los que la vida pudiera haberse formado.

Hay muchas cuestiones abiertas. “Se requiere un modelado mucho más extenso de sistema magma océano-atmósfera y su evolución para una mejor comprensión del joven Venus”, dice Chassefière.

Cuando se creen esos modelos de ordenador, los datos proporcionados por Venus Express demostrarán ser cruciales.

Fuente:

Ciencia Kanija

27 de abril de 2010

En Venus no se ve el cielo


Martes, 27 de abril de 2010

En Venus no se ve el cielo

Descubrimientos de la sonda europea que lleva cuatro año estudiando el planeta infernal


Venus es un planeta infernal. Así lo está descubriendo la sonda Venus Express, que estudia diariamente el planeta gemelo de la Tierra. Lo primero que vemos al mirar Venus desde el espacio es un manto homogéneo de nubes. Esto le hace resplandecer inusitadamente en el cielo nocturno, y le da una gran belleza y brillo, como una gema. Pero esta capa continua de decenas de kilómetros de espesor está compuesta de nubes de letal ácido sulfúrico, corrosivo y capaz de atravesar tejidos en segundos. Y hace que en Venus no haya días soleados ni cielo azul. Ni siquiera se ve el cielo.


La superficie de Venus es asimismo asfixiante. La atmósfera es de dióxido de carbono (CO2) y, por tanto, irrespirable. Si mirásemos al horizonte veríamos un paisaje desolado, yermo, anaranjado, sin paleta de colores. Y estamos a 500 grados centígrados. Muchos metales en la superficie se licuarían, como el plomo. Moverse ofrece una extraordinaria dificultad, porque la presión es de 90 bares (90 veces la presión atmosférica de la Tierra), una auténtica olla a presión.

La sonda Venus Express (VEX), de la Agencia Europea del Espacio (ESA), es la primera sonda europea que orbita alrededor de Venus, y ha llenado un vacío de varias décadas en las que nuestro planeta vecino no había sido visitado. Desde los pasados éxitos estadounidenses y soviéticos Venus parecía haber perdido algo de interés. Pero Venus Express cumple ya -este mismo mes- cuatro años en órbita de Venus y sus relevantes descubrimientos de nuevo han hecho este planeta un objeto de alto interés científico. VEX es, para entendernos, el Meteosat de Venus.

Aparte del estudio diario de la atmósfera, el ingenio robótico ha obtenido la primera confirmación de volcanismo reciente en Venus. También ha medido relámpagos en la atmósfera de este planeta, así como mejorado los modelos que explican el fenómeno de la súper-rotación de la atmósfera venusiana. Ha proporcionado imágenes de alta resolución de los vórtices polares y caracterizado globalmente los numerosos y complicados procesos atmosféricos.

Lea el artículo completo en:

El País (España)

17 de marzo de 2010

La Tierra y Venus ¿Tienen una relación a larga distancia?


Miércoles, 17 de marzo de 2010

La Tierra y Venus ¿Tienen una relación a larga distancia?

El corazón de Venus puede pertenecer a la Tierra. Nuestro planeta podría estar tironeando sobre el núcleo de Venus, ejerciendo un control sobre su rotación.




Cada vez que Venus y la Tierra llegan al punto más cercano en sus órbitas, Venus presenta siempre la misma cara hacia nosotros. Esto podría significar que la gravedad de la Tierra está tirando sutilmente de Venus, afectando su ritmo de rotación. Esa idea, planteada hace varias décadas, fue descartada cuando se descubrió que Venus gira demasiado rápido para estar en una resonancia gravitatoria.

Pero la Tierra podría seguir tirando de Venus al controlar su núcleo, según los cálculos de Gérard Caudal de la Universidad de Versailles-Saint Quentin, Francia.

Caudal hizo grandes suposiciones sobre el interior de Venus, del que sabemos muy poco. Para que sus hipótesis sean correctas, el planeta, como la Tierra, deber tener un núcleo sólido rodeado por una capa líquida. Esto permitiría que el núcleo sólido girase más lento que el resto del planeta. El núcleo también tendría que ser asimétrico o heterogéneos, de modo que la Tierra pueda ejercer un tirón variable cuando Venus gira. “Para que la resonancia sea posible, debería haber algo que la gravedad de la Tierra pueda agarrar”, dice Caudal.

Este último requisito podría ser un problema para la hipótesis, dice Jean-Luc Margot de la Universidad de California, Los Angeles. “A fin de mantener una resonancia, el núcleo interno no debe ser redondo en una cantidad significativa”, señala.

Sin embargo, las imperfecciones firmes en los núcleos planetarios tienden a suavizarse, porque el núcleo está caliente y bajo una gran presión, de acuerdo con David Stevenson, del California Institute of Technology en Pasadena. Aún así, sin embargo, la teoría de la resonancia vale la pena, añade.

Observando los cambios en la rotación de Venus durante un tiempo mediante observaciones de radar podría revelar más sobre lo que está pasando en el interior del planeta, dice Margot.

Referencia de publicación: Journal of Geophysical Research, en prensa.

Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti

Más información:



Fuente:

Axxon

15 de julio de 2009

Venus tuvo océanos y continentes

Jueves, 16 de julio de 2009

Venus fue muy parecido a la Tierra en el pasado



Algunos datos sobre Venus:

Venus es el segundo planeta del Sistema Solar en orden de distancia desde el Sol, y el tercero en cuanto a tamaño (de menor a mayor). Recibe su nombre en honor a Venus, la diosa romana del amor. Se trata de un planeta de tipo terrestre o telúrico, llamado con frecuencia el planeta hermano de la Tierra, ya que ambos son similares en cuanto a tamaño, masa y composición.

Desde la Tierra se puede ver sólo unas cuantas horas antes del orto o después del ocaso. A pesar de ello, cuando Venus es más brillante puede ser visto durante el día, siendo uno de los tres únicos cuerpos celestes que pueden ser vistos tanto de día como de noche (los otros son la Luna y el Sol). Venus es normalmente conocido como la estrella de la mañana (Lucero del Alba) o la estrella de la tarde (Lucero Vespertino) y, cuando es visible en el cielo nocturno, es el objeto más brillante del firmamento, aparte de la Luna.

Por este motivo, Venus debió ser ya conocido desde los tiempos prehistóricos. Sus movimientos en el cielo eran conocidos por la mayoría de las antiguas civilizaciones, adquiriendo importancia en casi todas las interpretaciones astrológicas del movimiento planetario. En particular, la civilización maya elaboró un calendario religioso basado en los ciclos de Venus (ver Calendario maya).

Dist. media del Sol 0,72333199 UA
Dist. media del Sol 108.208.930 km
Excentricidad 0,00677323
Período orbital (sideral) 224,701 días
Período orbital (sinódico) 583,92 días

Diámetro ecuatorial 12.103,6 km
Área superficial 4,60 × 108 km²
Masa 4,869 × 1024 kg
Densidad media 5,24 g/cm³
Gravedad superficial 8,87 m/s²

Ahora conozcamos la noticia que está dando la vuelta al mundo...

* El satélite Venus Express traza el primer mapa del hemisferio sur

* Los datos sugieren que en el pasado fue similar a la Tierra




Venus, considerado el planeta 'hermano' de la Tierra, pudo ser aún más similar al nuestro de lo que se creía y tener océanos y una tectónica de placas muy similares, según los datos que ha enviado el satélite europeo Venus Express y ha dado a conocer la Agencia Espacial Europea (ESA).

La sonda, que orbita el planeta desde su lanzamiento, en 2005, ha trazado el primer mapa de la superficie del hemisferio sur gracias a un instrumento que lleva a bordo, el VIRTIS, que capta las radiaciones de ondas infrarrojas que emite el astro, que suele estar cubierto de nubes.

En total, se han captado más de un millar de imágenes entre mayo de 2006 y diciembre de 2007 mediante un sistema que trabaja con una determinada longitud de onda infrarroja, lo que convierte a Venus Express en la primera sonda que logra averiguar, de forma indirecta, datos de la composición química de las rocas.

Estos nuevos datos apoyan la teoría de que las mesetas y las montañas que se observan en Venus son antiguos continentes que, en el pasado remoto, estuvieron rodeados por el mar y fueron producidos por una actividad volcánica.

Nils Müller, de la Universidad de Münster, en Berlin, que forma parte del equipo de investigación de estos datos, reconocen que "no es una prueba, pero tampoco lo contradice; lo que sabemos es que las rocas de la meseta son diferentes de las de otras partes".

Para averiguar el tipo de rocas, VIRTIS capturó la radiación que éstas emiten y que es diferente según su composición. Lo hizo cuando orbitaba el planeta durante la noche porque, como pasa con los ladrillos puestos al Sol, es entonces cuando emiten calor. En función de la cantidad de calor irradiada, se puede saber cómo son los materiales.

Ya en los años 70 y 80, los ochos 'landers' rusos que aterrizaron en Venus, en una zona alejada de las montañas, encontraron basalto bajo la zona de su aterrizaje.

Ahora, los datos de la Venus Express muestra que las rocas de las mesetas Phoebe y Alfa son de un color más claro y más viejas que el resto del planeta. El granito se forma cuando rocas muy antiguas de basalto se mueven hacia el interior de la superficie del planeta cuando los continentes se cambian de lugar, un fenómeno llamado tectónica de placas.

Cuando el agua se mezcla con el basalto se obtiene granito, que sale a la superficie mediante erupciones volcánicas. "Si hay granito en Venus es que en el pasado hubo un océano y tectónica de placas", asegura Müller.

El científico precisa que, para confirmarlo, sería necesario enviar una sonda que aterrizara en esa zona de Venus. En todo caso, cree que el agua que allí había se ha perdido en el espacio, aunque aún podría haber alguna actividad volcánica, aunque las variaciones de temperatura que se han registrado son sólo de entre tres y 20ºC, demasiado poco para un escenario con lava activa.

Lanzamiento de la sonda


Los expertos especulan con que las rocas más oscuras proceden de flujos volcánicos más recientes.

La sonda Venus Express fue lanzada por la ESA en 2005 (comenzó a operar en abril de 2006) desde un cohete ruso Soyuz, utilizando en gran medida la tecnología que se había desarrollado para la Mars Express. Los objetivos científicos de Venus Express son estudiar la atmósfera, el medio de plasma y la superficie de Venus en detalle así como las interacciones superficie-atmósfera.

A finales de 2006 ya concluyó su primer mapa de temperaturas del hemisferio sur y aunque estaba previsto que la misión durará año y medio, finalmente, se ha prolongado hasta finales de este año.

Sus primeros resultados científicos incluían relevantes datos sobre el pasado de la atmósfera de Venus, más rica en agua y la presencia de relámpagos eléctricos en las nubes de ácido sulfúrico del planeta.

Fuentes:

El Mundo - España


MexicoWebCast

2 de febrero de 2008

¿Sobrevivirá la Tierra cuando el Sol se convierta en gigante roja?"

Dentro de miles de millones de años, cuando nuestro Sol se infle en una gigante roja, se expandirá para consumir la órbita de la Tierra. Pero espera, digamos que la Tierra desplaza su órbita … ¿qué pasará entonces con nuestro amado planeta? ¿Será engullido como los pobres Mercurio y Venus?

Los astrónomos han estado barajando esta cuestión durante décadas. Cuando el Sol se convierta en una gigante roja, un simple cálculo colocaría el ecuador solar más allá de Marte. Todos los planetas interiores serán consumidos.

No obstante, cuando el Sol alcance sus últimas etapas de evolución estelar, perderá una gran cantidad de masa a través de potentes vientos solares. Conforme crece, pierde masa, lo que provoca que los planetas salgan en espiral hacia fuera. Por lo que la pregunta es, ¿atrapará el Sol en expansión a los planetas que huyen, o la Tierra (y tal vez incluso Venus) escaparán de su alcance?.

K.-P Schroder y Robert Cannon Smith son dos investigadores que intentar llegar al fondo de esta cuestión. Están llevando a cabo cálculos con los modelos más actuales de evolución estelar, y publicaron un artículo de investigación titulado, Distant Future of the Sun and Earth Revisited (Repaso al futuro distante del Sol y la Tierra). Ha sido aceptado para su publicación en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

De acuerdo con Schroder y Smith, cuando el Sol se convierta en una estrella gigante roja dentro de 7590 millones de años, comenzará a perder masa rápidamente. Para cuando alcance su radio máximo, 256 veces el tamaño actual, habrá caído a un 67% de su masa actual.

Cuando el Sol empiece a hincharse, lo hará rápidamente, barriendo todo el Sistema Solar interior en apenas 5 millones de años. Entrará entonces en una fase relativamente breve de combustión de helio (130 millones de años). Se expandirá más allá de la órbita de Mercurio, y luego de Venus. Para cuando se acerque a la Tierra, estará perdiendo 4,9 x 1020 de toneladas de masa cada año (un 8% de la masa de la Tierra).

Pero la zona habitable se acabará mucho antes. Los astrónomos estiman que se expandirá más allá de la órbita de la Tierra en apenas mil millones de años. El calor del Sol evaporará los océanos de la Tierra, y la radiación solar separará todo el hidrógeno del agua. La Tierra nunca tendrá océanos de nuevo. Finalmente se fundirá de nuevo.

Un interesante beneficio para el Sistema Solar es que, incluso aunque la Tierra, a apenas 1,5 UA, no estará más en la zona habitable del Sol, gran parte del Sistema Solar lo estará. La nueva zona habitable se extenderá desde 49,4 UA a 71,4 UA, bien entrado el Cinturón de Kuiper. Los anteriormente helados mundo se fundirán, y el agua líquida estará presente más allá de la órbita de Plutón. Tal vez Eris será nuestro nuevo hogar.

De vuelta a la pregunta… ¿sobrevivirá la Tierra?

De acuerdo con Schroder y Smith, la respuesta es no. Incluso aunque la Tierra pudiese moverse a una órbita un 50% mayor que la actual, no tendría opciones. El Sol en expansión engulliría la Tierra justo antes de que alcanzase el máximo de la fase de gigante roja. Y el Sol aún tendría otros 500 000 años y 0,25 UA para crecer.

Una vez dentro de la atmósfera del Sol, la Tierra colisionará con las partículas de gas. Su órbita decaerá, y caerá en espiral hacia el Sol.

Si la Tierra estuviese un poco más alejada del Sol, a 1,15 UA, sería posible que sobreviviese a la fase de expansión. Aunque en ciencia-ficción, los autores sugieren que podrían usarse tecnologías futuras para acelerar el escape de la Tierra del Sol.

No estoy seguro por qué, pero pensar en este lejano futuro de la Tierra da una visión de la psicología humana. La gente está realmente preocupada por algo que está a miles de millones de años en el futuro. Incluso aunque la Tierra sea abrasada mucho antes, sus océanos hiervan, y se convierta en una bola de roca fundida, es esta destrucción inicial del Sol lo que nos hace sentir tan tristes.


Enlace al artículo en Arxiv

Fuente:

Ciencia Kanija

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