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29 de noviembre de 2018

Conozca la Pompeya peruana: Estagagache

Ciudadela inca de Moquegua fue destruida por erupción del volcán Huaynaputina en 1600, revela Ingemmet.

La erupción del volcán Huaynaputina en febrero de 1600, una de las cinco más violentas que se ha registrado en el planeta en la era cristiana, destruyó la ciudadela inca de Estagagache, ubicada en la región de Moquegua; similar a lo que sucedió con el volcán Vesubio, que en el año 79 sepultó Pompeya, en la antigua Roma.

Así lo reveló hoy a la Agencia Andina el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), que lidera el Proyecto Huayruro-El gran desastre de los Andes generado por la erupción del volcán Huaynaputina: comunidades olvidadas desde 1600 d. C. y los grandes retos del futuro, orientado a estudiar el impacto de la erupción en los pueblos e infraestructura aledaños, así como en el clima.
“La erupción del volcán Vesubio, que destruyó Pompeya, fue mucho menor a la del Huaynaputina. La primera tuvo un índice de explosividad volcánica 4 y la del volcán moqueguano, alrededor de 6, en una escala que va de 0 a 8”, explicó Jersy Mariño, especialista de la Dirección de Geología Ambiental y Riesgo Geológico del Ingemmet.

Salvando las diferencias, pues Pompeya era una de las ciudades más importantes de la antigua Roma y en el caso peruano se habla de pequeños pueblos, la erupción del Huaynaputina provocó destrucción y una noche sinfín.


“[En el caso peruano] hablamos de pueblos más pequeños; sin embargo, publicaciones refieren que murieron más de 1,500 personas y no solo afectó toda la zona del sur del Perú, sino también La Paz, en Bolivia, y Arica, en Chile”, expresó.

Se sabe que esta erupción tuvo “uno de los mayores impactos en el clima global”, al provocar el descenso de cerca de 1.3 grados Celsius, sobre todo en el hemisferio norte, pero poco se conoce de la afectación directa en los pueblos aledaños al volcán, remarcó Mariño. 

17 de septiembre de 2013

Descubren el volcán más grande del mundo

Imagen gráfica del volcán

El tamaño del volcán es comparable con el Monte Olimpo del planeta Marte.

Científicos aseguran haber descubierto el volcán más grande del mundo, un coloso inactivo bajo las olas del Océano Pacífico.

Un equipo de investigadores de la revista Nature Geoscience anunció que el volcán Tamu Massif, de 310.000 kilómetros cuadrados, es comparable en tamaño al volcán Monte Olimpo del planeta Marte, el más grande de todo el Sistema Solar.
La estructura del nuevo hallazgo supera al volcán que se creía más grande, el Mauna Loa en Hawai.
El Tamu Massif está a unos 2km bajo el mar y se encuentra en una meseta submarina conocida como la meseta oceánica Shatsky , a unos 1.600 km al este de Japón.

Se formó hace cerca de 145 millones de años, cuando enormes flujos de lava salieron en erupción desde el centro del volcán y formaron una suerte de escudo de protección.

Sin embargo, los investigadores dudan que el pico del volcán alguna vez se haya elevado por encima del nivel del mar y dicen que es poco probable que lo haga.

"La conclusión es que pensamos que Tamu se formó en un periodo breve (geológicamente hablando) de uno a varios millones de años y se ha mantenido extinguido desde entonces", dijo el autor del estudio William Sager, de la Universidad de Houston, EE.UU. , a la agencia de noticias AFP .

"Un punto de vista interesante es que había un montón de mesetas oceánicas que entraron en erupción durante el período Cretácico (hace 145-65 milliones de años), pero que no se han visto desde entonces. A los científicos le gustaría saber por qué".
Otros volcanes
"No me sorprendería saber que hay más como Tamu por ahí"

William Sager, de la Universidad de Houston, EE.UU.

Sager comenzó a estudiar la estructura de hace dos décadas, pero no tenía claro si la formación era un solo volcán o muchos –algo que sucede en decenas de lugares en todo el planeta .

Aunque el Monte Olimpo en Marte tiene raíces poco profundas, el Masiff Tamu se extiende unos 30 kilómetros debajo de la corteza de la Tierra.

Sager cree que otros gigantes volcánicos podrían encontrarse entre la docena de grandes mesetas oceánicas en todo el mundo, pensó.

"No tenemos los datos para ver dentro de ellos y conocer su estructura, pero no me sorprendería saber que hay más como Tamu por ahí", dijo.

"De hecho, la mayor meseta oceánica es Ontong Java, cerca del ecuador en el Pacífico, al este de las Islas Salomón. Es mucho más grande que Tamu -del tamaño de Francia”.

El nombre Tamu proviene de la universidad de Texas A & M, donde enseñó el profesor Sager antes de trasladarse a la Universidad de Houston.

Fuente:

BBC Ciencia

11 de septiembre de 2013

2013: Récord histórico de dióxido de carbono en la atmósfera

Laboratorio Mauna Loa

Las principales medidas se realizan en la cumbre del volcán Mauna Loa, en Hawai.

Los niveles diarios de dióxido de carbono en la atmósfera han superado una marca simbólica.

Por primera vez, las mediciones diarias de CO2 superan las 400 partes por millón (ppm), según los datos divulgados por la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, por su sigla en inglés).
Los datos los recogió un reputado laboratorio de Hawai situado en el volcán Mauna Loa y que mide la concentración de ese gas en la atmósfera desde 1958.

Según los científicos, la última vez que los niveles de CO2 se mantuvieron de forma estable por encima de esa marca fue entre 3 y 5 millones de años atrás, cuando el clima de la Tierra era mucho más cálido y los humanos modernos no existían.

El dióxido de carbono es el principal gas de efecto invernadero fruto de las actividades humanas y surge principalmente de la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

6 de septiembre de 2013

Sabe usted... ¿Cuál es el volcán más grande del mundo?


El volcán más grande del mundo, entendiendo por “grande” aquel con mayor volumen, es el Mauna Loa.

Este volcán hawaiano situado en el corazón del océano pacífico (ver punto 2) tiene un volumen total aproximado de 75 000 km³, una superficie de 5 270 km² y un altura total de 9 200 m (5 000 m submarinos y 4170 m sobre el nivel del mar).

En un laboratorio de Hawai situado en el volcán Mauna Loa se mide la concentración de ese gas en la atmósfera desde 1958.


Fuentes:

Saber es Práctico

28 de agosto de 2013

La vuelta a la vida después de una extinción masiva

Reconstrucción de 'Dicynodon lacerticeps', que vivió durante el Pérmico.| Marlene Donnelly.
Reconstrucción de 'Dicynodon lacerticeps', que vivió durante el Pérmico.| Marlene Donnelly.
  • Un estudio concluye que las especies que sobreviven a una extinción masiva muestran una gran variedad de respuestas y evolucionan de manera distinta
  • Se analizó cómo se adaptaron los anomodontos, un linaje de reptiles de gran tamaño que sobrevivieron a la mayor extinción masiva de la Historia
Hace 252 millones de años, al final del periodo Pérmico, se produjo la mayor extinción que ha sufrido la Tierra. Aunque se desconocen las causas concretas que la causaron, los científicos creen que desaparecieron el 90% de las especies marinas y el 70% de las terrestres.

¿Qué ocurrió con los animales que sobrevivieron a aquella extinción masiva? ¿Cómo evolucionaron y se adaptaron a las nuevas condiciones ambientales tras esta hecatombe biológica? Una investigación publicada esta semana en 'Proceedings of the Royal Society B' intenta responder a estos interrogantes examinando los fósiles disponibles de los anomodontos.

Se trata de un linaje de los terápsidos (reptiles de los que se cree que descienden los mamíferos), de gran tamaño y herbívoros en su mayoría, que lograron sobrevivir a la extinción masiva del Pérmico. No obstante, y pese a que llegaron a ser muy abundantes en amplias zonas del planeta, también terminaron por desaparecer, a finales del Triásico, millones de años después de aquel evento catastrófico.

Los fósiles de anomodontos, dicen los paleontólogos, son ideales para realizar investigaciones sobre la evolución de especies, pues son abundantes, muy diversos y han sido bien estudiados. "El mejor registro de fósiles de anomodontos procede de los depósitos de Karoo, en Sudáfrica, donde se han encontrado unas 1.500 especímenes de anomodontos (desde huesos aislados a esqueletos completos). También fueron abundantes en algunas zonas de Brasil, Tanzania y Zambia, aunque se han encontrado fósiles de estas criaturas en todos los continentes", explica a ELMUNDO.es Kenneth Angielczyk, investigador del Museo de Historia Natural Field de Chicago.

Oportunidades tras una extinción

Hasta ahora, los trabajos realizados sobre este tema sugerían que las extinciones masivas ofrecían nuevas oportunidades y ventajas a los seres vivos que lograban sobrevivir. Y es que la pérdida de muchas especies en sus comunidades les permitía desarrollar nuevos estilos de vida y evolucionar anatómicamente para ocupar los 'papeles' que habían quedado vacantes con su desaparición.

Sin embargo, según sostiene este nuevo trabajo, no todos los supervivientes responden de la misma forma y algunos no fueron capaces de sacar provecho de las oportunidades que se les presentaban tras la extinción masiva. Marcello Ruta, investigador de la Universidad de Lincoln, y su equipo afirman que en la anatomía de los anomodontos no se produjeron muchos cambios mientras el número de especies volvía a aumentar durante el periodo de recuperación.

Poco antes del fin del Pérmico, había una gran cantidad de especies de anomodontos que presentaban una gran variedad de tamaños y adaptaciones ecológicas: había herbívoros terrestres, especies anfibias, animales que vivían en madrigueras o incluso en los árboles, según este estudio. "El grupo más exitoso de anomodontos [los dicinodontos] tenían colmillos parecidos a los caninos en su mandíbula superior y un pico como el de las tortugas, y fueron los herbívoros terrestres más importantes de su época", señala Angielczyk.

Evolución de varias especies de anomodontos halladas en Rusia, Zambia y Sudáfrica. | Museo de Historia Natural Field.

Evolución de varias especies de anomodontos halladas en Rusia, Zambia y Sudáfrica. | Museo de Historia Natural Field.

Cada especie evoluciona de forma distinta

Para este estudio, detalla Angielczyk, han utilizado una base de datos que incluye a 87 especies de anomodontos: "Una reciente recopilación incluía 128 especies, aunque esa cifra ha cambiado un poco tras varias revisiones taxonómicas", explica.

Los registros fósiles disponibles han permitido a los paleontólogos determinar cómo evolucionó el número de especies de anomodontos: aumentó durante el Pérmico, disminuyó de forma drástica durante la extinción masiva que se produjo al final de ese periodo, volvió a aumentar durante el Triásico Medio (hace unos 240 millones de años) hasta que terminaron por extinguirse, al final del Triásico.

Pese a ello, sostiene este estudio, la variedad de rasgos anatómicos que han encontrado en los ejemplares desenterrados, (su diversidad anatómica o disparidad morfológica) fue disminuyendo de manera constante. Incluso en el periodo inmediatamente posterior a la extinción masiva, cuando debía haber grandes extensiones de espacio ecológico vacías, no surgió en los anomodontos ninguna nueva característica anatómica fundamental: "Esto sugiere que el cuello de botella evolutivo que sufrieron durante la extinción limitó su evolución durante el periodo de recuperación", señala Marcello Ruta en una nota de prensa.

Según recuerda el científico, se suele considerar que los grupos de organismos que sobreviven a una extinción masiva pasan por un periodo evolutivo 'de cuello de botella', es decir, su población se vuelve más homogénea y hay poca diversidad. El proceso, compara, sería análogo al "cuello de botella" genético que puede ocurrir en una población en la que muchos de sus miembros han muerto. En ocasiones, señala, propicia un nuevo proceso evolutivo del grupo, pero en otras lo contiene.

¿Qué causó la extincón masiva del Permico

Kenneth Angielczyk apunta, no obstante, que todavía hay controversia sobre el periodo en que desaparecieron estos animales de la Tierra: "Los fósiles más jóvenes que pertenecen sin duda a anomodontos tienen unos 208 millones de años y se encontraron en Polonia. Además, se han hallado restos del Cretácico temprano (hace unos 110 millones de años) en Australia. Se trata de especímenes que muestran similitudes con los anomodontos, y así han sido registrados en la literatura, pero su análisis no se ha completado. Sería extremadamente interesante si los anomodontos hubieran sobrevivido durante el Cretácico, aunque hace falta más material para dar esto por cierto", explica.

Por lo que respecta a la causa que propició la extinción masiva del Pérmico, el investigador afirma que es útil diferenciar entre la causa última y las causas próximas. "Las causas últimas serían el fenómeno o los fenómenos que provocaron la crisis globalmente, y podrían ser las erupciones volcánicas masivas que ocurrieron en Siberia en aquella época o el impacto de un asteroide. Qué fenómeno lo provocó sigue siendo objeto de debate, aunque parece que la erupciones volcánicas de Siberia probablemente fueron las que causaron la extinción en parte", afirma. A este fenómeno se unirían otras causas próximas, como el rápido calentamiento global que tuvo lugar durante el Pérmico, cambios en la química de los océanos y en los patrones de circulación, y posiblemente cambios en los niveles de oxígeno de la atmósfera.

¿Se puede hacer algún pararelismo entre lo que ocurrió hace 250 millones de años y la progresiva extinción de especies que se está produciendo en nuestros días, muchas de ellas antes de ser descritas por el hombre? "Los resultados [de este estudio] ponen de relieve que las recuperaciones tras una extinción masiva pueden ser impredecibles, un hallazgo que tiene importantes implicaciones para la extinción de especies causada por la actividad humana hoy en día. No podemos asumir que la vida volverá a renacer cómo era antes de que se interrumpiera", advierte Michael Benton, coautor del estudio.

Fuente:

El Mundo Ciencia

1 de mayo de 2013

Las cuatro formas de matar de los volcanes


Los volcanes activos pueden arrasar ciudades enteras y matar grandes números de personas.


El aspecto tenebroso de la ciudad romana de Pompeya es un recordatorio de la erupción letal del Vesubio en el año 79 de nuestra era, que mató a miles de habitantes y preservó la huella de sus cuerpos al morir.

Pero no fueron la lava ardiente o las nubes sofocantes de ceniza las que dejaron tantos muertos. Fue algo mucho más inusual.

Los flujos de lava, o las rocas derretidas que expulsan los volcanes en escudo, se mueven demasiado lento como para ser realmente mortales.

Los 'exterminadores' reales son mucho más escabrosos.

BBC Mundo le presenta cuatro formas en que un volcán puede resultar mortal.

1. Flujos extremadamente calientes de gas

Las ciudades romanas de Pompeya y Herculano fueron destruidas el 24 de agosto del año 79 dC, cuando Vesuvio erupcionó violentamente y envió olas de gas recalentado por las faldas del volcán a velocidades de huracán.

Estos flujos piroclásticos contienen gas, cenizas y rocas y pueden viajar a hasta 700 kilómetros por hora.

La primera ola golpeó a Herculano con temperaturas de hasta 500º centígrados. Esa temperatura fue suficiente para hervir los cerebros y vaporizar instantáneamente la carne de sus víctimas, dejando apenas los esqueletos ennegrecidos.
La temperatura de la erupción del Vesuvio fue suficiente para hervir los cerebros y vaporizar instantáneamente la carne de las víctimas.
Pero cómo murieron la gente que estaba en Pompeya fue un misterio por muchos siglos. Los vulcanólogos descubrieron que murieron por una ola posterior de flujos piroclásticos.

La ola de Pompeya fue significativamente menos caliente que la que arrasó con Herculano, así que si bien los cuerpos de las victimas permanecieron intactos, el calor 'cocinó' sus carnes de forma instantánea.

Su forma y a veces hasta expresión en el momento de morir fue preservados por la ceniza volcánica que cayó.

Los flujos piroclásticos son tal vez el evento volcánico más mortal porque pueden viajar por kilómetros y son imposibles de sobrevivir.

Son producidos por estratovolcanes explosivos, que están hechos de capas alternas de lava, ceniza y roca.

Cuando un volcán de estos hace erupción, la capa de roca se destroza y queda en partículas diminutas de polvo.

Estas partículas se mezclan con la ceniza caliente y los gases para formar una nube gigante en forma de hongo.

A medida que la erupción se debilita, la nube puede colapsar bajo su propio peso. Cae entonces por los lados del volcán como un flujo piroclástico, destruyendo todo a su paso.

Pero esa no es la única forma en que pueden causar problemas mayores...

En fotos: vida y muerte en Pompeya y Herculano 

2. Barro que fluye rápidamente
La localidad de Armero, en Colombia, sucumbió bajo un lahar.
En Colombia, en 1985, el volcán Nevado del Ruiz hizo erupción.

A medida que los flujos piroclásticos explotaron desde el volcán, derritieron los glaciares en la montaña.

Derritieron agua mezclada con la ceniza volcánica, barro y rocas, lo que provocó que cuatro enormes e hirvientes lahares o flujos de sedimentos se despeñaran por la montaña a 60 kilómetros por hora.

Los lahares son mezclas tan gruesas como el concreto que se precipitan como avalanchas. Pueden ser extremadamente destructivas porque viajan con semejante fuerza que cargan enormes rocas a altas velocidades por hasta unos 80 kilómetros.

Los lahares del Nevado del Ruiz fluyeron en los seis ríos principales en la base del volcán antes de cubrir el pueblo de Armero, en el departamento del Tolima, y dejar más de 20.000 muertos.

Lea también: la difícil búsqueda de los niños perdidos de Armero

Lea ela rtículo completo en:

BBC Ciencia

26 de febrero de 2013

Arequipa: Presidente regional pide alerta naranja para volcán Sabancaya

Expedición. Ingemmet monitorea volcán Sabancaya y fotografió columnas fumarólicas.
 
Expedición. Ingemmet monitorea volcán Sabancaya y fotografió columnas fumarólicas.
 
Propone evacuar poblado de Maca. Juan Manuel Guillén Benavides sostuvo que situación es crítica y que como medida preventiva debe evacuarse a población de Maca. Hay tres zonas que están siendo evaluadas para posible traslado. Antecedentes de erupción entre 1988 y 1994 se repiten, según especialistas.
 
El Gobierno Regional de Arequipa (GRA) contempla la posibilidad de evacuar a la población de Maca, en la provincia de Caylloma, ante el incremento de la actividad volcánica en el Sabancaya. Después de tomar conocimiento de los informes del Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet) sobre el incremento de la actividad volcánica en este coloso, consideró necesaria declarar una alerta naranja. 

Para el mandatario regional, la situación es más compleja de lo que inicialmente se supuso. El domingo pasado, los expertos recomendaron un nivel de riesgo amarillo, que contempla tener reservas de alimentos, establecer planes de evacuación y realizar simulacros de escape. Sin embargo, con la alerta naranja se podría iniciar el plan de evacuación que en estos momentos es elaborado por las autoridades.

Juan Manuel Guillén dijo que los especialistas están explorando tres zonas donde unas cien familias (570 personas) de Maca podrían ser trasladadas ante una eventual erupción del volcán Sabancaya, situado a 8 kilómetros al Oeste. Además señaló que vienen trabajando en un plan de reubicación a mediano plazo, debido a que la actividad sísmica y el hundimiento de los terrenos hacen difícil la vida en este pueblo del Cañón del Colca.

Se repite la historia

El director de Geología Ambiental del Ingemmet, Jersy Mariño Salazar, indicó que el proceso volcánico actual del Sabancaya es similar al de su última erupción, sucedida entre la década del 80 y 90 del siglo pasado. Se están presentando las mismas características que precedieron la erupción de hace 20 años.

Las mayores precisiones científicas sobre su última actividad volcánica fueron recogidas en el informe Efectos sobre la Erupción del Volcán Sabancaya, realizado por el docente peruano de Ciencias Forestales Carlos Llerena y el investigador israelí Moshe Inbar. Este fue publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

Según este documento, el macizo inició una actividad volcánica intermitentemente desde junio de 1988 hasta enero de 1994. El Sabancaya presentó leves movimientos sísmicos, acompañados de la emisión de gases, cenizas y vapor de agua desde el cráter. Actualmente emite dióxido de carbono y vapor de agua. Además, entre el 22 y 23 de febrero se registraron 536 sismos, tres de ellos de 4.6 y 5 grados de magnitud, que afectaron 100 casas en Maca.

Inbar y Llerena señalan que la actividad más intensa se registró entre junio y mayo de 1990. En ese lapso, el Sabancaya tuvo frecuentes explosiones. Estas se producían cada 20 minutos. La fumata del volcán alcanzó los mil metros de altura.

El viento esparció las cenizas hacia la zona sureste de la región. Estas llegaron hasta la cuenca de los ríos Siguas, Yura y Chili. Los territorios de Maca y Achoma fueron cubiertos por una fina capa de ceniza. En las faldas del Sabancaya fue de 5 centímetros de espesor. Los residuos diseminados en el valle del Colca se componían de diez elementos químicos, como fierro, fósforo, magnesio y otros.

Los dejamos con esta completa infografía (click en la imagen para agrandar):



Fuente:

La República (Arequipa)

20 de septiembre de 2012

El video de volcanes más increible jamás filmado



En septiembre de 2010 posteamos por aquí un artículo titulado "Nunca has estado tan cerca de un volcán" en el que se veía a Geoff Mackley posando junto a la lava del volcán Maroum,en Vunuatu. Dos años después, lo ha vuelto a hacer y se ha colocado aún más cerca del lago de lava, a escasos 30 metros. Según relatan, con la ayuda de equipos especiales, incluido un respirador, Mackley pudo estar hasta 40 minutos junto al lago de lava, que esta vez parece un poco más revuelto. El título de la entrada podría juzgarse pretencioso, pero es una versión del que le han puesto los autores del vídeo. Desde luego, si es el más increíble serguramente se le acerca.

Fuente:

15 de marzo de 2012

Puyehue, la hermosa y poderosa naturaleza en acción


Esta impresionante imagen del volcán Puyehue (Andes chilenos, región de Los Lagos) fue tomada por Ricardo Mohr R durante una reciente erupción nocturna que tuvo lugar el seis de junio de este año.

En la fotografía, una larga exposición, se aprecian las descargas eléctricas que se producen dentro de la nube de cenizas. No se conoce exactamente la razón de estas descargas, pero los científicos creen que se trata de electricidad estática generada por efecto de la fricción entre las partículas expulsadas por el volcán (fragmentos de roca, ceniza y hielo).

Sobre la nube volcánica, casi oculto por el espeso manto de polvo, se aprecia el espectacular cielo nocturno del hemisferio sur, destacando en especial la roja estrella Antares justo encima del cráter.

La foto la encontré en Your shot de National Geographic (publicada el 18 de octubre de 2011).

Tomado de:

Mailkenais Blog

4 de agosto de 2011

Océanos de lava podrían haber acabado con los dinosaurios

Especial: Planeta Tierra

Los científicos británicos han establecido una nueva y controvertida hipótesis sobre las causas de la desaparición de los dinosaurios de la Tierra. Según ellos, los reptiles prehistóricos podrían haber desaparecido a causa de la aparición de unos océanos de lava, informa la web New Scientist.

Las mortíferas eyecciones de lava, según los investigadores, se debían a dos grandes concentraciones de manto caliente a una profundidad de 2.800 kilómetros bajo la corteza de la Tierra. La formación de estas concentraciones, de acuerdo con los especialistas, se remonta a los tiempos del nacimiento de nuestro planeta, hace unos 4.500 millones de años.

Fuentes de lava caliente salieron a la superficie a través de grandes grietas en la corteza cubriendo vastos territorios de unos 100.000 kilómetros cuadrados durante cada erupción, envenenado la atmósfera y aniquilando a todo ser vivo en su camino. Estos fenómenos dejaron huellas geológicas formando las llamadas grandes áreas ígneas (LIP, por sus siglas en inglés), algunas de las cuales datan de la época en la que los dinosaurios habitaban la Tierra.

Andrew Kerr, de la Universidad de Cardiff, Reino Unido, señala que “existe una correlación sorprendente entre la extinción masiva de especies antiguas y las LIP”.

Según otros científicos, la idea de que formaciones gigantes de magma podrían haber terminado con los dinosaurios es interesante, pero se necesita realizar una serie de investigaciones adicionales para comprobar esta versión.

En la actualidad la versión más divulgada de la extinción de los dinosaurios es la caída de un meteorito que ocurrió hace unos 65 millones de años.

Fuente:

Actualidad RT


2 de agosto de 2011

Los extraños volcanes de la cara oculta de la Luna

Nuevas imágenes de la sonda LRO desvelan un «punto caliente» que puede cambiar la historia geológica de nuestro satélite natural tal y como la conocemos.


Las poderosas cámaras del Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO), una sonda de la NASA dedicada al estudio de nuestro satélite natural en órbita a tan solo 50 kilómetros de su superficie, han descubierto una extraña zona volcánica en su cara oculta. El hallazgo arroja luz por fin sobre este «punto caliente», que ya había sido detectado con anterioridad pero que hasta ahora resultaba inexplicable. Los científicos creen que esta pequeña «provincia» volcánica pudo haber sido creada por el afloramiento de magma silícico. Su inusual ubicación y la sorprendente composición de la lava pueden ofrecer nuevas pistas sobre la historia de la Luna y cambiar algunas creencias establecidas sobre su formación geológica. La investigación aparece publicada en la revista Nature Geoscience.

Extraños volcanes en la cara oculta de la Luna

NASA
Situación del «punto caliente»

El «punto caliente», que alberga una concentración del elemento radiactivo torio, es una extensión en forma de «ojo de buey» de 25 a 35 kilómetros de longitud, situada entre dos cráteres de impacto gigantescos y muy antiguos. Fue detectado por primera vez en 1998 y desde entonces se le conoce como anomalía de torio Compton-Belkovich, en honor a los nombres que reciben los cráteres.

Las observaciones recientes, realizadas por la LRO, han permitido a los científicos distinguir las rasgos de los volcanes en el centro de ese «ojo de buey». Y se trata de un vulcanismo silícico mucho más raro del que ya se conocía en la Luna. Tanto, que la existencia de esta zona volcánica obligará a los científicos a modificar algunas de sus ideas sobre la historia de la Luna, según explica Bradley Jolliff, profesor de investigación en el Departamento de Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad de Washington en St. Louis y responsable del equipo de analizó las imágenes.

El vulcanismo lunar es muy diferente del terrestre, algo que se debe a la particular formación del satélite. La Luna, que se cree que fue creada cuando un cuerpo del tamaño de Marte chocó contra nuestro planeta hace 4.500 millones de años, era originalmente un mundo infernal cubierto por un océano de roca fundida de 400 kilómetros de profundidad. Pero como la Luna era pequeña y no tenía atmósfera, ese océano de magma se enfrió rápidamente, en unos 100 millones de años. Esto evitó que se formara la tectónica de placas que sí existe en nuestro planeta.

Mares y montañas

Extraños volcanes en la cara oculta de la Luna

NASA
Perspectiva del terreno volcánico

Durante ese proceso, los minerales ligeros como el feldespato cristalizaron y flotaron en la parte superior para formar las tierras altas lunares, mientras que los minerales más pesados ricos en magnesio se hundieron formando la parte exterior del manto lunar. Hace unos 3.000 ó 4.000 años, se produjo una ola de actividad volcánica y la lava basáltica salió a la superficie, llenando antiguos cráteres de impacto. Pero lo hizo de forma desigual, lo que para los científicos ha resultado un misterio. La superficie de la Luna parecía dividirse solo en dos categorías: el territorio duro de los mares y el ligero de las montañas.

Los científicos comenzaron a sospechar que las cosas no eran tan sencillas en el año 2000, cuando Joliff y sus colegas encontraron zonas geológicas distintas. Una de ellas era otro «punto caliente» inmenso, denominado Procellarum Kreep (PKT), que contenía torio y otros elementos radiactivos, como potasio y uranio. Al enfriarse el magma, estos elementos no cristalizaron y formaron bolsas entre la corteza y el manto, lo que pudo provocar un vulcanismo intensivo diferente.

Fuente:

ABC España


22 de junio de 2011

¿Por qué el volcán chileno sigue provocando caos en Australia?

¿Déjà vu? Pasajeros varados, nuevamente, en Australia.

El retorno de la nube de ceniza del volcán chileno Puyehue, a 9.000 kilómetros de distancia, obligó a las autoridades de Australia a cancelar varios vuelos nacionales e internacionales este martes.


Miles de pasajeros en los aeropuertos de Sidney, Camberra y Adelaida clic quedaron en tierra por el volcán chileno, que entró en erupción el pasado 4 de junio, desprendiendo cenizas que ya le dieron la vuelta al mundo dos veces.


Las aerolíneas Qantas y Virgin cancelaron todos los vuelos desde y hacia Sidney y Melbourne. El aeropuerto de Adelaida está cerrado y los vuelos de Canberra también sufren retrasos y cancelaciones. El motivo es que las finísimas partículas de ceniza suspendidas en el aire pueden penetrar en los motores de los aviones y estropearlos.


La semana pasada la nube de cenizas provocó la cancelación de unos 700 vuelos en Australia y Nueva Zelanda y dejó varados a unos 100.000 pasajeros. Y ahora vuelve, tras haber recorrido todas las latitudes del planeta.


La Oficina de Meteorología de Australia estima que los vuelos en Adelaida se verán afectados durante 24 horas, los de Canberra y Sidney por alrededor de 36 a 48 horas, y los de Melbourne de 36 a 48 horas a partir del miércoles.


Los aviones despegan por el momento con normalidad de Nueva Zelanda, donde por ahora no se ha asomado la nube volcánica.


clic Gráfico: la nube da la vuelta al mundo>>


Viajera e invisible


La caprichosa ceniza flota justamente a la altura de crucero e las aeronaves, que les permite maximizar el ahorro de combustible: 10.000 metros.



Volcán Puyehue en erupción

El volcán Puyehue entró en erupción el 4 de julio.


El complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle ya alteró las operaciones aéreas en Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil, además de Australia y Nueva Zelanda.


Pero no es el único: los miles de volcanes que componen el Anillo de Fuego del Pacífico – entre los que figura el chileno – se caracterizan por períodos de reposo y grandes explosiones posteriores.


La nube resultante de esas espectaculares erupciones sobrevive en la estratósfera bajo la forma de un polvo muy fino que mide cientos de kilómetros de longitud.


clic Guía animada: ¿Por qué hacen erupción los volcanes?


Es la segunda vez que la columna de cenizas recorre el globo terráqueo, y lo seguirá haciendo varias veces más, durante meses, hasta desaparecer, le explica a BBC Mundo Richard Arculus, profesor de Geología de la Universidad Nacional de Australia y estudioso de los volcanes.


El volcán chileno está ubicado a 40 grados de latitud sur y los vientos de la estratósfera llevan la columna de cenizas hacia el este, en una línea más o menos recta, que ya cruzó el océano Atlántico, pasó por el sur de África y atravesó el sur de Australia y Nueva Zelanda para llegar de nuevo a Chile.


Pero en la próxima vuelta que dé ya será lo suficientemente ligera (poco densa) como para permitir que los vuelos puedan operar con normalidad.


Recién entonces los aviones podrán viajar a la altura deseada.


clic En fotos: Viaje al interior de los volcanes


"Muy común"


La tecnología actual detecta estas nubes de fino polvo, imperceptibles a los ojos. De hecho mientras el profesor le explica a BBC Mundo las características de la nube desde Canberra, dice mirar al cielo y no percibir nada fuera de lo común a simple vista.



Bariloche

Los barilochenses limpian la ceniza de las calles.


Aunque el fenómeno parezca algo extraordinario es "muy, muy común", señala Arculus.


Y como ejemplo cita el del volcán Kluchevskoy, en Rusia, que entra en erupción constantemente y hace que las aerolíneas que atraviesan el sudeste asiático ya se hayan acostumbrado a evitar su temible, pero ya conocida, columna de cenizas.


Las autoridades chilenas indican que la actividad volcánicaha disminuido, aunque es probable que el Puyehue siga emitiendo cenizas por algún tiempo.


En la vecina Argentina, los pobladores de la estación de esquí de Bariloche, que fue cubierta de cenizas, han iniciado una gran limpieza, mientras esperan que el molesto polvo sea sólo un recuerdo cuando comiencen las vacaciones de invierno, principal fuente de ingresos de la zona.


24 de febrero de 2011

Así se produce el temblor que precede una erupción volcánica

El volcán Bulusan, al este de Filipinas, entró recientemente en erupción. | Reuters.
  • Es una de las principales señales de alerta para detectar la erupción
  • Un grupo de vulcanólogos logra explicar cómo se producen estas sacudidas

Las erupciones volcánicas son uno de los fenómenos más impredecibles de la naturaleza. Sin embargo, casi todas ellas tienen algo en común. No importa el tipo de volcán o su localización. En la mayoría de los casos, la erupción es precedida por temblores similares que se producen minutos, días o semanas antes de que el volcán se despierte.

Esta característica común sigue siendo un enigma para los vulcanólogos que estudian las señales que estos gigantes de la naturaleza emiten antes de una erupción explosiva. Ahora, un grupo de científicos de las universidades de Yale (EEUU) y British Columbia (Canadá) acaba de aportar algo de luz sobre este extraño fenómeno al explicar mediante un modelo matemático cómo se producen estos temblores.

Su investigación, publicada esta semana en la revista 'Nature', podría ayudar a predecir en el futuro fuertes erupciones y salvar vidas, ya que se podría evacuar con antelación a los habitantes de las localidades más amenazadas.

Un temblor ligero pero medible

Antes de que el volcán comience a expulsar lava y cenizas a la atmósfera, que pueden llegar a decenas de kilómetros de distancia, se produce un temblor ligero pero que los vulcanólogos son capaces de detectar y medir. Este temblor es una de las principales señales que alertan de que la erupción puede ser inminente.

Los científicos han calculado que los temblores que se producen en casi todos los volcanes (minutos o semanas antes de la erupción) se mantienen en una banda de frecuencias estrecha, que oscila entre los 0,5 Hertzios y los 2 Hz. Justo antes de la erupción y durante ésta, la frecuencia llega a su pico más alto, en un rango que va de los 0,5 Hz. a los 7 Hz.

David Bercovici, profesor de Geología y Geofísica de la Universidad de Yale y coautor de este estudio, señala que la sacudida sigue siendo un misterio, sobre todo porque su frecuencia es muy parecida en todas las erupciones explosivas, "tanto si se producen en Alaska, en el Caribe, Nueva Zelanda o Centroamérica". "El hecho de que sea tan universal resulta muy extraño ya que los volcanes son muy diferentes, tanto en su tamaño como en su comportamiento. Es como si cinco instrumentos de viento distintos emitieran la misma música", compara el investigador.

Diferencias entre volcanes

Y es que cada volcán se diferencia de los otros en su estructura, la composición de su magma o su contenido de gas. El modelo matemático descrito esta semana en 'Nature' sugiere que la similitud de los temblores puede ser explicada por lo que los investigadores denominan 'magma wagging' (algo así como el 'meneo del magma'). Es decir, la vibración que se produce cuando el magma que sube entra en contacto con el gas que lo rodea. Los factores que controlan esta vibración apenas varían entre volcanes, lo que explicaría, según este estudio, por qué un temblor similar se da en casi todos ellos.

Los investigadores añaden que, debido a que las erupciones explosivas son uno de los fenómenos más destructivos y espectaculares de la naturaleza, el temblor inicial se convierte tanto en una señal de alarma como en una pista vital para averiguar qué va a ocurrir en el "vientre de la bestia". Su modelo matemático, aseguran, aporta un nuevo marco para comprender la física de los temblores y poder ayudar a predecir erupciones destructivas.

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El Mundo Ciencia

16 de enero de 2011

Fotos: El etna entra en erupución

1. Expulsando lava

El volcán Etna, en la isla italiana de Sicilia, entró en erupción a mediados de esta semana, expulsando lava por un cráter de la ladera sureste del monte. De momento, la parte más afectada es el Valle del Bove, una zona principalmente desértica.



2. A vista de satélite

El Etna tiene 3.322 metros de altura y es el volcán activo más grande de Europa. Así se ve estos días desde el satélite Envisat de la ESA.



3. En evolución

El Etna, que se infla y se desinfla por la presión de su magma interno, cada año se expande más de un centímetro en dirección al mar.



4. Uno de los volcanes de la década

Debido a la reciente actividad volcánica y a su población, el Etna ha sido designado como uno de los 16 volcanes de la década por las Naciones Unidas. En 2007 sufrió varias erupciones, como la que se muestra en esta imagen.




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Muy Interesante

22 de agosto de 2010

Viaje en globo al Kilimanjaro

Expedición en globo sobre el Kilimanjaro. | El Mundo

Expedición en globo sobre el Kilimanjaro. | El Mundo

  • Estudiarán el impacto de las emisiones de partículas en el clima
  • Los volcanes inactivos pueden aumentar las temperaturas, según los expertos

Nunca hasta ahora las autoridades de Tanzania habían autorizado un vuelo en globo sobre el Kilimanjaro. Pero hace unos días, y por primera vez en la historia, una expedición de científicos suizos consiguió alzar dos aeronaves hasta los 5.500 metros con el objetivo de estudiar el efecto en la atmósfera de las partículas emitidas por este volcán inactivo.

El equipo de aventureros está formado por dos vulcanólogos, dos meteorólogos y dos fotógrafos, que viajan en dos aerostáticos diferentes. Según explica Mario Meier de la Universidad de Friburgo, "el globo es el medio de transporte ideal para realizar esta expedición porque al no emitir partículas no afecta las mediciones del aire".

Asimismo, puede viajar más cerca del objeto a analizar y siempre se desplaza en la dirección del viento por lo que permanece en la misma masa de aire a lo largo de todo el vuelo. De esa manera, explica Meier en un correo electrónico desde África, pueden observar cómo las partículas van cambiando durante el recorrido, pasando de su estado gaseoso original a un estado sólido al entrar en contacto con la atmósfera.

El Kilimanjaro está formado por tres volcanes durmientes que, sin embargo, tienen una actividad fumarólica continua. El objetivo principal de la expedición suiza es muestrear y medir las partículas resultantes de la emisión de gases durante los vuelos para después analizarlas en los laboratorios de la Universidad de Friburgo con un microscopio electrónico.

"Queremos saber cómo afectan al cambio climático y a la salud de las personas que viven en las proximidades del volcán", dice el profesor de la Universidad de Friburgo y líder del proyecto, Bertrand Grobéty.

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El Mundo Ciencia

2 de junio de 2010

Las montañas que crecen de la nada


Miércoles, 02 de junio de 2010

Las montañas que crecen de la nada

Las montañas que crecen de la nada

El sur de la Meseta Central se formó por la presión del flujo del manto terrestre, según la investigación.


Volcanes que surgen de la nada o que entran en erupción lejos de los límites de las placas tectónicas. Montañas que crecen espontáneamente en lugares donde no se las espera. ¿Qué ha pasado bajo nuestros pies para que se produzcan estos drásticos cambios en el paisaje? Científicos norteamericanos afirman que algunas montañas, entre ellas el sur de la Meseta Central española y otros ejemplos del Mediterráneo, pueden crecer por la presión del manto semilíquido de la Tierra, que empuja la corteza terrestre desde abajo. La investigación ha sido publicada en Nature.

«El ascenso y el hundimiento de diferentes puntos de la Tierra no se limita a la ubicación exacta del límite de placas. La actividad tectónica puede producirse lejos», explica Thorson Becker, investigador de la Universidad del California del Sur y uno de los responsables del estudio.

El artículo conecta el flujo del manto con la elevación y el vulcanismo en los llamados «cinturones móviles», fragmentos de corteza que flotan entre las placas continentales. El modelo podrá predecir la aparición de puntos volcánicos en este tipo de zonas, como la Cordillera de Norteamérica ( incluidas las Montañas Rocosas y Sierra Nevada) y los Himalayas.

Detectado por los GPS


Los científicos ya habían relacionado previamente el manto y el vulcanismo, pero este es el primer estudio que propone la conexión con los «cinturones móviles». Becker y su colaborador Claudio Faccenna, de la Universidad de Roma, creen que el manto que se hunde en el límite de las placas fluye de regreso más rápido, empujando la corteza y causando una elevación y un movimiento de la corteza que incluso puede ser detectada por los GPS. Este lento pero inexorable movimiento puede desplazar montañas, tanto gradualmente como por terremotos o erupciones. El estudio ha identificado dos cadenas montañosas formadas casi en su totalidad por el flujo del manto: El sur de la Meseta Central española y el Macizo Central francés.

La teoría de Becker y Faccena se deriva de la interpretación de la tomografía sísmica del manto, que proporciona una imagen de las profundidades de la Tierra como si fuera un TAC, utilizando ondas sísmicas en lugar de rayos X. Teniendo en cuenta que la velocidad de las ondas depende principalmente de la temperatura de la corteza y del manto -las ondas viajan más lentamente a través de la materia más caliente-, los autores utilizaron las diferencias de temperatura para modelar la dirección del flujo del manto.

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ABC.es

25 de abril de 2010

Ecuador: Alarmante retriceso de los glaciares

Lunes, 26 de abril de 2010

Ecuador: Alarmante retroceso de los glaciares
Antizana. Foto: Catherine Rossi

Los glaciares del Antizana han perdido cerca del 40% de su superficie en 50 años.

Desde que el ecologista alemán Alexander Von Humboldt visitara Ecuador en 1802, miles han seguido sus pasos atraídos por los majestuosos volcanes que llevan nombres como Cotopaxi, Chimborazo o Cayambe.

Los científicos que los estudian prefieren no especular sobre cuántas décadas quedan para que los visitantes puedan disfrutar de estos glaciares que coronan los volcanes. Dicen que hay demasiada incertidumbre. Pero están preocupados porque muchos se están reduciendo a un ritmo alarmante.

Un estudio del glaciólogo ecuatoriano Bolívar Cáceres -que se publicará este año- señala que los glaciares del país perdieron el 40% de su superficie entre 1956 y 2006.

Por ejemplo, el Cotopaxi, con su reconocida forma cónica, perdió el 40% de sus hielos desde 1976.

Y uno de los glaciares del Antizana, un volcán cercano, también retrocedió en un porcentaje similar en 50 años.

"Hubo una clara aceleración desde la década de los '80", dice Cáceres, "lo cual es consistente con lo que está pasando con los glaciares tropicales en otras partes de América del Sur y del mundo".

El Niño

A más de 5.000 metros de altura, los glaciares tropicales son particularmente sensibles a los cambios en el clima. Cuando estamos ante la presencia del fenómeno climático conocido como El Niño, que tiende a provocar un incremento de las temperaturas, los glaciares se derriten.

Bernard Francou

Para Francou existe una relación entre el fenómeno de El Niño y el retroceso del glaciar.

Por otro lado, cuando se presenta La Niña, que está asociada a un clima más frío y a mayores precipitaciones, algunos de los glaciares pueden avanzar o estabilizarse.

"Los últimos meses han sido particularmente inusuales", dice Bernard Francou, un glaciólogo del Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD), que ha estado estudiando los glaciares de Ecuador desde 1994.

"Hemos tenido el índice de precipitaciones más bajo en 40 años", le explicó Francou a la BBC. "Y las temperaturas han sido inusualmente altas". Según él, ésta es la razón que explica que la línea de nieve del Antizana esté unos 300 ó 400 metros más arriba de lo normal (5.300 metros).

Para Francou hay un vínculo entre un El Niño débil en los últimos meses y la elevación de la línea de nieve.

Mathias Vuille, climatólogo de la New York State University, en Albany, Estados Unidos, dice que "las variaciones anuales pueden explicarse mejor de acuerdo al ciclo de El Niño/La Niña, pero la tendencia al retroceso en el largo plazo se explica por el cambio climático antropogénico".

Vuille y otros expertos trabajando en los Andes han registrado cambios en la temperatura en los últimos 70 años, para demostrar que ha habido un aumento en las temperaturas del aire cercano a la superficie de los glaciares de cerca de 0,10ºC por década y un aumento generalizado de 0,68ºC desde 1939.

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BBC Ciencia

16 de abril de 2010

1816: Un año sin verano en el hemisferio norte


Viernes, 16 de abril de 2010

1816: Un año sin verano en el hemisferio norte

La erupción del Tambora de 1815

El Tambora es un volcán de la pequeña isla indonésica de Sumbawa en el archipiélago de La Sonda. La isla tiene una extensión de 14.793 kilómetros cuadrados y mide de oeste a este 280 kilómetros. Está atravesada longitudinalmente por una cordillera con varios volcanes. El más oriental, el Tambora, forma la península de Sanggar. De riqueza extraordinaria, Sumbawa produce arroz, algodón, maderas preciosas, tabaco, azufre, petróleo, asfalto… y está muy promocionada turísticamente. Sus habitantes son en mayoría musulmanes.


Isla de Sumbawa (Indonesia)


La erupción del Tambora del año 1815 está considerada como el mayor cataclismo volcánico de los diez mil últimos años. El volcán ahora alcanza 2.850 metros, con una base al nivel del mar de 60 kilómetros de diámetro. Antes de esta gran erupción, su cima sobrepasaba los 4.000 metros. Su cráter, ligeramente elíptico, de 6 kilómetros de diámetro aproximado, tiene casi 1.500 metros de profundidad. Provocó otras erupciones en 1819,1880 y 1967.

Dicen las crónicas que en las primeras horas de la tarde del 5 de abril de 1815 se oyó en Batavia (Java) un ruido extraño, como el retumbar de cañonazos lejanos. Salieron del puerto dos navíos de reconocimiento, sin localizar nada anormal en el mar. Pronto la lluvia de cenizas dio cuenta del comienzo de una erupción volcánica. La gran explosión se produjo días después, el 11 de abril. La propia isla de Sumbawa y la de Lombok quedaron cubiertas por un manto de cenizas de varios metros de espesor que aniquiló a sus habitantes. Durante tres días una densa nube ensombreció totalmente los cielos de islas alejadas hasta 300 kilómetros. Las sucesivas erupciones de 1815, escalonadas entre el 5 de abril y el 23 de agosto, dispersaron en el aire la cima del Tambora, equivalente a un volumen de 30 kilómetros cúbicos, reduciendo su altura en más de 1.300 metros.

El súbito e ingente volumen de lava que irrumpió en el mar de Bali provocó un gigantesco tsunami que sumergió a gran velocidad el litoral de numerosas islas –recordamos que la República Indonésica está formada por más de 17.000 islas- y que grandes aglomeraciones humanas, como Besuki (Java), a más de 500 Kilómetros de distancia del Tambora, o Cerám y Amboine, a 1.600 Km., fueron barridas por una ola de 2 metros de altura que arrastró y sumergió en el mar cuanto encontró a su paso. Hubo 88.000 víctimas.

El Tambora desde la nave espacial americana

“La fuerza de expansión de los gases –dice Jacques Labeyrie- sobre todo de vapor de agua, gas carbónico y gases sulfurados (que se habían acumulado a lo largo de los milenios precedentes, aumentando sin cesar la presión debajo del volcán inactivo) pulverizó y proyectó por el aire esa inmensa cantidad de rocas y cenizas que constituía la diferencia entre el volumen del volcán antes y después de la erupción. Como ocurre en todas las erupciones de gran violencia, una parte importante de todo este polvo de roca y de gases en expansión que lo acompañaban, fue proyectada hasta la estratosfera. Se desconoce la masa del polvo (formado por las rocas pulverizadas, las cenizas de vidrios y cristales y los aerosoles de sulfatos) proyectado a la estratosfera, pero por analogía con lo que ocurrió en el caso de la explosión del Krakatoa, mucho menos poderosa que la del Tambora, es lógico pensar que ésta última haya inyectado, por encima de los 15 kilómetros, por lo menos 150 millones de toneladas de estas partículas de polvo muy finas. Su dimensión de pocos micrones no les permitió durante varios años caer al nivel del mar. Empujadas por los vientos del Este, que predominan de manera permanente en las grandes altitudes, dieron varias veces la vuelta al globo. Quizá durante las primeras vueltas, la nube sólo fuera una franja estrecha que no cubría más que la zona ecuatorial – el Tambora está a 8 grados de latitud Sur- pero, después, esa franja se ensanchó hasta cubrir con un fino velo estratosférico las latitudes tropicales. A partir de este momento, esas partículas se encontraron en la zona de los vientos estratosféricos del Oeste. Reiniciaron entonces su viaje en sentido contrario, extendiéndose poco a poco y cubrieron así las regiones templadas y, al final, toda la superficie restante del globo: se encontró un fino estrato de ese polvo en las nieves de Groenlandia y también en la meseta helada de la Antártida, a una profundidad que corresponde exactamente con el año siguiente al de la erupción y los años sucesivos”.

“Desde la superficie del suelo es casi imperceptible este velo ligero formado por los aerosoles volcánicos, que flotan muy alto sobre nuestras cabezas. Sólo se advierte por las magníficas coloraciones rojas que dejan aparecer a la caída del sol. Sin embargo tiene una influencia climática innegable, que no se descubrió hasta 1963, tras la erupción del volcán Gunung Agung de la isla de Bali.”

Volcanismo activo y clima

La relación entre erupciones volcánicas y clima fue enunciada por Benjamín Franklin. Residía en París en 1784 como Ministro Plenipotenciario de los EE.UU. y observó una niebla seca y constante, de la que comentó en una de sus cartas:

“Durante varios meses del verano de 1783, cuando los efectos caloríficos de los rayos del sol de estas regiones deberían haber sido máximos, había una constante niebla sobre toda Europa y una gran parte de Norteamérica. Esta niebla era de naturaleza permanente. Era seca y parecía que los rayos del sol no tenían poder para disiparla, como fácilmente hacen con la niebla húmeda… de hecho se volvían tan débiles al pasar a través de ella, que, cuando se recogían en el foco de una lente, difícilmente quemaban un papel. Por supuesto, su efecto estival del calentamiento de la Tierra disminuyó en gran manera (…)De aquí que la superficie pronto se helara(…) que las primeras nieves permanecieran sobre ella sin fundirse (…)que el invierno de 1783-84 fuera tal vez más riguroso que ninguno de los que se habían dado en muchos años (…)”
“La causa de esta niebla universal no se conoce todavía. Podría ser adventicia a la Tierra… o podría ser la vasta humareda que, durante largo tiempo continuó saliendo en verano del Hekla, en Islandia y de ese otro volcán surgido en el mar cerca de la isla, cuyo humo pudo ser dispersado por diversos vientos sobre la parte septentrional del mundo…”
“Sin embargo, parece que vale la pena investigar si otros duros inviernos registrados en la Historia fueron precedidos de nieblas de verano semejantes y ampliamente extendidas…”

Benjamín Franklin (1706-1790)

En 1913, el meteorólogo norteamericano William Humpheys concretó que la reiterada serie de erupciones volcánicas de los primeros años del siglo XIX –entre ellas la del Tambora- habían provocado fuera de estación las numerosas olas de frío de aquel extraño verano del año 1816.

No obstante, la propuesta de Franklin de comprobar la relación entre erupciones volcánicas y cambios climáticos se hizo realidad casi doscientos años después, con la exploración histórica de Hubert Lamb en 1970. Entonces Lamb trabajaba en el Servicio Meteorológico Británico. Registró todas las erupciones volcánicas desde el año 1500 hasta 1960, relacionando su impacto sobre la atmósfera de la tierra, con una escala definida en relación con la erupción del volcán Krakatoa en 1883, estableciendo como 1000 unidades un índice referencial que él llamó índice de velo de polvo (IVP). A partir de las pruebas históricas y geológicas se sabe que la erupción del Tambora en 1815, que gestó el año sin verano de 1816, arrojó a la atmósfera tres veces la cantidad de polvo que lanzó el Krakatoa siete décadas más tarde.

Un verano muy frío en Europa.

Aquel año 1816, que se conoce en la Historia del clima como el año sin verano, Europa estaba destrozada por las guerras napoleónicas, que habían terminado en 1815 con la batalla de Waterloo y el exilio de Napoleón en la isla de Santa Elena. La ciencia meteorológica de aquel momento no relacionó el continuo velo de polvo atmosférico, ni los deslumbrantes crepúsculos con la erupción del volcán Tambora, cuya existencia probablemente desconocía.

Se contemplaba con estupor el comportamiento del extraño verano que había retrasado las vendimias del sur de Francia hasta los últimos días de Octubre y las de la cuenca del Rhin hasta principios de noviembre. En París se registraban en el mes de julio temperaturas medias inferiores en 3,5 grados a las normales de aquel mes y, en Agosto, estos valores eran casi 3 grados más bajos.

Los campesinos, que pensaban recuperar las reservas consumidas en los diez años de guerra, tuvieron que afrontar un año misérrimo. Fue necesario que soldados armados se ocuparan del transporte del trigo a la capital para evitar el saqueo del pueblo hambriento. El 19 de julio, desde Las Tullerías, el rey Luis XVIII ordenaba a los vicarios generales de la diócesis de Paris que se hicieran rogativas públicas en todas las iglesias para pedir al “Árbitro Soberano de las Estaciones que conservara los bienes de la tierra, alejara las tempestades y concediera tiempo sereno para que los frutos llegaran a su madurez”.

En Centroeuropa, fuertes tormentas generalizadas descargaban pedrisco de tamaño nunca visto y las riadas arrastraban a personas, animales y enseres. Un terremoto cambió el curso de un río en Capel, convirtiendo las llanuras próximas en un nuevo lago. Hubo necesidad de sacrificar al ganado que no se podía mantener y aumentó la emigración a los EE.UU.

En Londres se repartía diariamente una sopa económica a personas de las clases más necesitadas y, mediado el mes de agosto, la suscripción abierta en favor de labradores y artesanos pobres, ascendía en la capital del Reino Unido a tres millones de reales.

Las continuas olas de frío veraniegas de 1816 se atribuían a nuevas manchas solares y a la invasión en el Atlántico Norte de una gran cantidad de gigantescas masas de hielo polar. Otra hipótesis mantenía que la generalización de pararrayos había modificado la dinámica de las corrientes eléctricas en la atmósfera. Pero nadie supuso que la considerable cantidad de partículas volcánicas insedimentables, introducidas en la estratosfera por la erupción del Tambora, pudiera haber alcanzado el occidente europeo tres meses después, ni que se desplazara alrededor del globo, dando a la luz solar el tinte ceniciento que estuvo produciendo durante tantos meses aquellos crepúsculos tan fantásticamente coloreados.

Erupción en 1822 del volcán Vesubio, el más célebre y devastador del mundo. En los dos últimos milenios ha entrado en erupción al menos cincuenta veces



Fuente:

Meteored
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