Clínicas realizan el triple de operaciones de este tipo que en hospitales públicos. En el sector privado, seis de cada 10 mujeres pasan por estas cirugías.
(Foto referencial/ Archivo El Comercio)
“Una cesárea se debe realizar solo si es necesario. El médico debe tener una responsabilidad ética con su paciente”, afirma el doctor Pedro Mascaro, director general del Instituto Nacional Materno Perinatal. Lo dice tranquilo, como si tratara de encontrar las palabras exactas para explicar por qué en las clínicas privadas el número de cesáreas triplica (y cada año aumenta) al de las que se practican en los establecimientos de salud públicos. Mientras que el promedio nacional de estas intervenciones se mantiene hace varios años en 21%, en el sector privado el porcentaje ya supera el 60%.
“Un parto normal requiere un acompañamiento a la gestante de 8 a 10 horas, en cambio una cesárea dura no más de una hora y media. Por eso podrían presentarse más casos de cesáreas en la actividad privada”, aclara el doctor Mascaro. En el sector privado, a diferencia del público, los honorarios de los médicos son calculados sobre la base de sus servicios: a más consultas y servicios, mayores serán sus ingresos.
Un estudio de Alejandro Arrieta, investigador del Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES), revela que cada año en el sector privado se afectarían los derechos de 13 mil mujeres, a quienes se les habría practicado una cesárea injustificada médicamente, la mayoría de las veces sin consentimiento informado. Este abultado número de cirugías representa un costo de 6,7 millones de dólares, que son pagados por las empresas prestadoras de salud y los pacientes.
¿Afán de lucro?
Para los médicos consultados, el alto número de cesáreas esconde un claro afán de lucro en el sector privado. Sabrina Morales, presidenta de la Sociedad Peruana de Psicoprofilaxis Obstétrica, sostiene: “Las clínicas más caras son las que mayor número de cesáreas presentan. No voy a mencionar nombres, pero en varias podrían superar el 80% de casos. Aunque no es un asunto de las clínicas, sino de la conducta ética de los médicos”.
El año pasado, en los establecimientos del Ministerio de Salud se registraron 482.550 partos: 21% de ellos fue por cesárea. En el sector privado, el número de nacimientos es menor, pero el porcentaje de cesáreas es mucho mayor: representa entre el 60% y 70%, sostiene Clodoaldo Barreda, médico y administrador de la Asociación de Clínicas Privadas.
El problema se agudiza si tenemos en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que estas cifras no deben superar siquiera el 15%. “¿Por qué el porcentaje es tan alto aquí? ¿Acaso las gestantes peruanas son distintas a las de otras partes?”, se pregunta Morales. Incluso en Irlanda, la tasa de cesáreas apenas alcanza el 5%.
Altos costos
El estudio de Arrieta establece que el incremento del número de cesáreas en el Perú coincidió con la creación de las empresas prestadoras de salud (EPS). “La escasa regulación y la falta de transparencia en la información amplían los incentivos por parte de los doctores para compensar la caída de sus ingresos induciendo a sus pacientes a demandar mayores tratamientos”, refiere.
La conclusión de la investigación de Arrieta es demoledora: “La reducción en los ingresos médicos pueden verse compensada por un incremento de cesáreas médicamente injustificadas”.
Las cesáreas no solo generan más ingresos que los partos naturales, también requieren de menos tiempo y pueden acomodarse al horario del médico. Así, mientras una EPS cubre casi el 100% del costo de un parto natural (dependiendo del plan de salud), en las cesáreas solo cubre un porcentaje mínimo. Veamos un caso.
En una reconocida clínica de Surco, una cesárea cuesta S/.6.700. El seguro privado de la paciente cubre casi el 60%. Ella paga S/.2.700. Los honorarios de un médico en las clínicas más grandes fluctúan entre los US$500 y US$800 por un parto natural, y entre US$1.000 y US$2.000 por este tipo de operación.
Los riesgos
Una cesárea innecesaria somete de 2 a 3 veces más riesgos a la madre que un parto normal. Se pueden incrementar las infecciones y tratamientos con antibióticos después del parto, hemorragia o desgarro uterino, lesión del tracto uterino, infecciones de herida operatoria, endometritis e infecciones urinarias. Los riesgos para el feto también se incrementan de 3 a 5 en comparación a un parto normal. La probabilidad de muerte neonatal es 2,9 veces mayor que en el parto normal.
¿Cómo una gestante puede saber si su prescripción de cesárea es realmente correcta? “No puede, el médico maneja los detalles sobre su gestación, y las madres siempre confían en su médico. Es lamentable, pero la mayoría de mis pacientes suele tener un embarazo normal, saludable, y al último momento algo ocurre, les dicen que se presentaron complicaciones y ellas creen, confían”, dice Sabrina Morales.
Al respecto, Arrieta también es claro: El derecho al consentimiento informado de la madre gestante se afecta cuando el médico sobredimensiona los riesgos que podría conllevar un parto natural en casos específicos.
Lo mismo cree Sabrina Morales. Explica que no todos los niños que presentan el cordón umbilical alrededor del cuello tienen que nacer por cesárea. “Cuando el cordón rodea el cuello y está flojo, [el bebe] puede nacer sin complicaciones, eso pasa hasta en un 30% de los fetos, pero eso no se lo dicen a la madre o la asustan”, cuestiona.
El representante de las clínicas, Clodoaldo Barreda, explica el porqué del alto número de cesáreas en el sector privado: “Nuestras clínicas cuentan con tecnología avanzada, por eso es más frecuente que nosotros detectemos precozmente problemas durante la gestación, como el cordón umbilical alrededor del cuello, a través de una ecografía en 3D. Esto se informa a la madre gestante, y ella siempre va a buscar lo mejor para su hijo, entonces deciden un parto por cesárea”.
Por miedo al dolor o por una mera decisión personal una gestante puede elegir un parto por cesárea, pero, como señala Morales, esta decisión tiene que ir acompañada por información adecuada. “Los médicos tienen que decir la verdad sobre los riesgos o consecuencias”.
La voz del Ministerio
Las guías del Ministerio de Salud regulan el procedimiento de una cesárea, los riesgos y los criterios sobre los casos absolutos y relativos en los que se debe practicar. Su aplicación, sin embargo, depende de cada establecimiento. Las clínicas privadas tienen sus propios criterios. Mascaro señala que no todos los casos en los que el feto se presenta de pie requieren una cesárea. “Si la madre ya ha tenido un hijo antes, tiene la opción de tener un parto normal”, asegura.
La especialista en psicoprofilaxis recuerda la vez en que una paciente suya que había llevado un embarazo normal la llamó asustada el mismo día del parto. Su médico –quien tenía un alto récord de cesáreas– le había dicho que urgía una cesárea debido a una complicación súbita. Ella desconfió, cambió de galeno y este le dijo que la cesárea no era necesaria.
“¿Pero cuántas mujeres pueden cambiar de médico? Se tiene que hacer algo, se están vulnerando los derechos de las gestantes”. Morales, como Mascaro, cree que este es un asunto de ética médica del que no se habla mucho por un falso espíritu de cuerpo.
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