Ciudadela inca de Moquegua fue destruida por erupción del volcán Huaynaputina en 1600, revela Ingemmet.
La erupción del volcán Huaynaputina en febrero de 1600, una de las cinco más violentas que se ha registrado en el planeta en la era cristiana, destruyó la ciudadela inca de Estagagache, ubicada en la región de Moquegua; similar a lo que sucedió con el volcán Vesubio, que en el año 79 sepultó Pompeya, en la antigua Roma.
Así lo reveló hoy a la Agencia Andina
el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), que lidera el
Proyecto Huayruro-El gran desastre de los Andes generado por la erupción del volcán Huaynaputina: comunidades olvidadas desde 1600 d. C. y los grandes retos del futuro, orientado a estudiar el impacto de la erupción en los pueblos e infraestructura aledaños, así como en el clima.
“La erupción del volcán Vesubio, que destruyó Pompeya, fue mucho menor a la del Huaynaputina. La
primera tuvo un índice de explosividad volcánica 4 y la del volcán
moqueguano, alrededor de 6, en una escala que va de 0 a 8”, explicó
Jersy Mariño, especialista de la Dirección de Geología Ambiental y
Riesgo Geológico del Ingemmet.
Salvando las
diferencias, pues Pompeya era una de las ciudades más importantes de la
antigua Roma y en el caso peruano se habla de pequeños pueblos, la erupción del Huaynaputina provocó destrucción y una noche sinfín.
“[En el caso peruano] hablamos de pueblos más pequeños; sin embargo, publicaciones refieren que murieron más de 1,500 personas y no solo afectó toda la zona del sur del Perú, sino también La Paz, en Bolivia, y Arica, en Chile”, expresó.
Se sabe que esta erupción
tuvo “uno de los mayores impactos en el clima global”, al provocar el
descenso de cerca de 1.3 grados Celsius, sobre todo en el hemisferio
norte, pero poco se conoce de la afectación directa en los pueblos
aledaños al volcán, remarcó Mariño.