Ellen Stofan, unas de las responsables científicas de la
NASA, cree que en tan sólo una década podrían llegar a encontrar vida
fuera del Sistema Solar. Así lo manifestó hace unos meses, a la vista de
los hallazgos que están haciendo en lunas de otros planetas misiones
robóticas como Galileo o Cassini-Huygens, en la que participan la NASA,
la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana (ASI).
Las observaciones y mediciones realizadas con estas naves
espaciales no tripuladas están permitiendo a los científicos detectar
agua en diferentes estados en estos mundos. Encélado, uno de los
satélites de Saturno, se perfila como uno de los candidatos para
albergar algún tipo de vida, no necesariamente como la conocemos en la
Tierra. Y si ya sabían que Encélado albergaba un gran océano líquido
bajo su superficie helada, un nuevo estudio publicado esta semana revela
que esa masa de agua está más extendida de lo que pensaban.
Según sostiene esta investigación, que también ha sido realizada con
datos de la sonda Cassini de la NASA, ese océano líquido es global y
abarcaría casi toda su superficie. Hasta ahora, y basándose en análisis
previos recabados por la misma nave, los científicos pensaban que había
una masa de agua con forma de lente en la región del polo sur de
Encélado. Pero los datos gravitacionales recopilados durante varios
sobrevuelos por esta región polar sugerían la posibilidad de que esa
masa de agua subterránea fuera global. Una teoría que ahora han
confirmado a través de imágenes captadas por Cassini, que entró en la
órbita de Saturno el 30 de junio de 2004.
Llegar a esta conclusión «ha requerido años de observaciones y
cálculos que han implicado una gran variedad de disciplinas», dice Peter
Thomas, miembro del equipo de la Universidad de Cornell que se encarga
de las imágenes de Cassini y autor principal de este estudio, publicado
en la revista Icarus.
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El Mundo (España)