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4 de julio de 2014

¿Por qué los huracanes con nombre de mujer matan más?

Un mujer cruzando una calle de Brooklyn, después del paso del huracán Irene.

Un mujer cruzando una calle de Brooklyn, después del paso del huracán Irene.

Los huracanes con nombre de mujer matan más. La razón: la gente teme más a Víctor que a Victoria, y toma más medidas de precaución si el peligro es masculino. Y así, históricamente, los huracanes con nombres femeninos han matado a más gente, según un estudio que se acaba de publicar en Proceedings of the National Academy of Science. 

Los investigadores, de la Universidad de Illinois, en Arizona, han analizado seis décadas de huracanes, y las muertes que han producido desde 1950 hasta  2012. De los 47 más letales, los que arrastraban un nombre femenino han producido 45 muertes, casi el doble que los que tienen nombre de varón, que han causado 23.

Las diferencias son aún mayores cuando se han comparado nombres masculinos contundentes, con los nombres más dulces de mujer. El estudio indica que cambiar el nombre de un huracán de Charley a Eloise puede incluso triplicar sus efectos letales.

Sharon Shavitt, una de las autoras del estudio, se mete en el ojo del huracán para buscar una razón.  Según ella, este desbaratado fenómeno de la naturaleza trae consigo  “sexismo implícito”, ya que se toman decisiones por razones de “género”, sin analizar el peligro real que conlleva.

Para hacer el estudio, los científicos han hecho seis tipos de pruebas. Este gráfico muestra una de ellas.

grafico

Los voluntarios calificaron en una escala  de 1 al 11 el nombre del huracán  (1 igual a muy masculino, 11 muy femenino). Y al buscar los efectos mortales de cada uno de ellos, pues dieron con que los que  llevan nombres considerados más femeninos habían provocado más daños  y muertes. (Excluyeron Katrina, porque se salía de todos los valores por su enorme efecto).

Y así, este curioso estudio destaca cómo los roles de género están aún implícitos incluso ante la llegada de un huracán. ¡Lo que nos queda!

Fuente:

Hominidas

24 de marzo de 2013

Calentamiento global multiplicará huracanes como el Katrina

El número de tormentas del Atlántico con magnitud similar a la del huracán Katrina en 2005, podría aumentar considerablemente este siglo debido al calentamiento global. Así lo revela un nuevo estudio realizado por los investigadores de la Universidad de Copenhague, publicado en la revista ´Proceedings of the National Academy of Sciences´. 


Los científicos han llegado a esta conclusión tras observar las llamadas marejadas ciclónicas (inundaciones costeras causadas por fuertes vientos ciclónicos), remontándose hasta 1923. Luego, al relacionar estas marejadas con las temperaturas del aire en el momento que ocurrieron, analizaron la relación entre el calentamiento global y las tormentas ciclónicas que se forman en el Océano Pacífico. 

Basándose en el hecho de que las tormentas extremas son muy sensibles a los cambios de temperatura, los investigadores advirtieron que el número de huracanes parecidos al que asoló en 2005 la costa de Misisipi y Luisiana "está a punto de multiplicarse por dos debido al calentamiento global que se produjo durante el siglo XX". Según el estudio, si las temperaturas siguen aumentando a un ritmo parecido al que lo han hecho durante este siglo, como lo pronostican muchos científicos, el número de huracanes como el Katrina podría no solo duplicarse, sino crecer mucho más con cada grado centígrado que aumenten las temperaturas globales. “La subida del nivel del mar también puede ser determinante para predecir que los huracanes serán más frecuentes en el país en los próximos años”, advirtió Aslak Grinsted, científico climático de la Universidad de Copenhague, a la cadena NBC. 

El huracán Katrina fue uno de los más mortíferos, destructivos y costosos de toda la historia de EE.UU. Parte de la Temporada de huracanes en el Atlántico del 2005, azotó el sur y centro de los Estados Unidos en agosto. Produjo grandes destrozos en los estados de Florida, Luisiana y Misisipi, así como en las islas Bahamas. Se produjo una gran devastación en la ciudad de Nueva Orleans y en zonas cercanas. La tormenta causó la muerte a casi 2.000 personas, convirtiéndose en el huracán más mortífero de EE.UU. desde el huracán Okeechobee de 1928. Se estima que el Katrina causó daños materiales por 75.000 millones de dólares. 

Fuente: 

Actualidad RT

3 de noviembre de 2012

Las otras víctimas de Sandy

Algunos hospitales de la ciudad tuvieron que ser evacuados.| Reuters
Algunos hospitales de la ciudad tuvieron que ser evacuados.| Reuters
  • Miles de roedores en laboratorios fallecieron por las inundaciones
  • Algunos laboratorios temen un retroceso de varios años en sus trabajos
A medida que la ciudad de Nueva York recupera poco a poco su ritmo habitual tras el paso del huracán Sandy, comienzan a ser visibles todos los efectos colaterales de la tormenta. Y la ciencia no ha sido inmune a las inundaciones y apagones. Varios laboratorios de la ciudad se han visto gravemente afectados, en algunos se han perdido miles de roedores de sus animalarios, y algunos experimentos retrocederán varios años.

El centro Smilow de la Universidad de Nueva York ha sido uno de los más afectados, como recoge esta semana la revista 'The Scientist'. Situado al este de Manhattan, los apagones provocados por Sandy el lunes por la noche destruyeron cientos de muestras biológicas que se conservaban en frigoríficos y congeladores que no pudieron contar con un generador alternativo.

Además, el hecho de que los animalarios se encontrasen en los sótanos del centro ha provocado la muerte de hasta 7.500 roedores en los laboratorios (considerada una de las muestras más valiosas del país) a pesar de los esfuerzos de los trabajadores por tratar de salvar las jaulas.

Otros centros del país ya se han ofrecido a compartir sus colonias de ratones con los investigadores afectados, aunque en algunos casos será imposible reemplazar plenamente los animales de estudio (con modificaciones genéticas o características únicas). "Algunos de estos ejemplares eran el fruto de 10 años de trabajo y tardaremos mucho tiempo en reemplazarlos", ha señalado a la publicación Gordon Fishell, director de esta institución dedicado a la neurociencia.

En algunos casos, los científicos se han visto afectados de un modo personal, como Kyu Rhee, del Weill Cornell Medical College, que se ha visto obligado a evacuar su casa en Nueva Jersey junto a su mujer y sus dos niños.

Rhee, que esta misma semana presentaba un trabajo sobre tuberculosis en la revista 'Science', se ha visto obligado a trabajar a través de la conexión a Internet que obtiene de algún restaurante o cafetería.

Precisamente, la otra gran revista científica, 'Nature', ha tenido que alterar las fechas de algunas de sus publicaciones y este fin de semana no publicará su tradicional edición del domingo. La propia publicación se encargaba de comunicar a periodistas de todo el mundo a través de un correo electrónico que su oficina neoyorquina estaba cerrada a consecuencia del huracán Sandy y que estaban trabajando para minimizar las consecuencias.

Algunos investigadores neoyorquinos siguen lidiando estos días con los problemas eléctricos y la mala conexión a internet en algunas zonas de la ciudad; en algunos casos, estos problemas están dificultando el cumplimiento de plazos a la hora de solicitar becas o enviar manuscritos. El propio Joan Massagué, al frente de programa de Biología del Cáncer del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, respondía a unas preguntas de ELMUNDO.es por correo electrónico asegurando que también era 'víctima' de los problemas técnicos derivados del huracán.

Fuente:

El Mundo Ciencia

¿Qué pasa con las aves durante un huracán?


A medida que vuelve la calma a la costa Este de los Estados Unidos, miles de aves regresarán a sus hábitats naturales después de una semana de viaje. El huracán Sandy, como otras grandes tormentas, ha dejado un reguero de destrucción a su paso, pero también ha afectado a decenas de miles de aves. Aunque no hay cifras directas de la mortalidad, es seguro que cientos de pájaros habrán muerto a consecuencia de los vientos y las inundaciones, pero ¿qué pasa con el resto? ¿Cómo se las apañan para sobrevivir a una fuerza de la naturaleza que se lleva todo por delante?

Seguir leyendo en:
¿Qué pasa con las aves durante un huracán? (lainformacion.com)

Tomado de:

Fogonazos

1 de noviembre de 2012

La revista Time contrató periodistas para cubrir el huracán Sandy con Instagram

Foto: Andrew Quilty/Time

Foto: Andrew Quilty/Time

La revista estadounidense Time contrató a cinco fotógrafos para cubrir la noticia de la llegada del huracán Sandy en distintos puntos de la costa este, pero con la condición de que la cobertura fotográfica se realizara a través de la aplicación social de imágenes Instagram.

Para la propuesta trabajaron Michael Christopher Brown, Benjamin Lowy, Ed Kashi, Andrew Quilty y Stephen Wilkes, ubicados en distintos puntos de la zona de influencia del fenómeno meteorológico más violento que recibió esa zona de Estados Unidos en cientos de años.

En la serie de imágenes de la cobertura se pueden ver los momentos previos a la llegada de Sandy, y los preparativos de los ciudadanos para proteger sus vidas y la mayor cantidad de pertenecias posibles.

También hay una serie de imágenes con los momentos posteriores a que el huracán tocara tierra el pasado 29 de octubre, provocando inundaciones y destrozos en varias comunidades.

Todas las galerías de los cinco fotoreporteros se pueden ver en la cuenta de Instagram de la revista Time, donde posee más de 200 mil seguidores.


Fuente:

FayerWayer

30 de octubre de 2012

'Sandy', un huracán hasta un 10% más intenso por el cambio climático

[foto de la noticia]
Los efectos del huracán 'Sandy' son entre "un 5 y un 10% más fuertes de lo que cabría esperar de una tormenta de estas características" por el cambio climático, según el director de Análisis Climático del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de EEUU, Kevin Trenberth.

"No es el 90 por ciento, es decir, no hablamos de que un fenómeno como 'Sandy' esté totalmente dominado por el cambio climático, pero la temperatura del agua es mayor, las olas más grandes y la lluvia más fuerte", explica el meteorólogo.

Trenberth, quien abandera la investigación científica sobre la relación entre el cambio climático y los eventos meteorológicos extremos, asegura que 'Sandy' es una tormenta digna de recibir el adjetivo de "histórica" por motivos como que haya elevado la temperatura del mar hasta dos grados. Ello se traduce "en un 10% más de agua evaporada alimentando esa tormenta, y en consecuencia, en un 20 por ciento más de lluvia" de lo que cabría esperar.

Gota que colma el vaso

"Decir que esta tormenta es entre un 5 y un 10% más severa por el cambio climático puede parecer poca cosa, pero ese porcentaje es tremendamente significativo y representa un tanto por ciento adicional que suele ser la gota que colma el vaso y que hace que las consecuencias puedan ser devastadoras", afirma.
Así, el científico está convencido de que tanto este huracán como el resto de eventos extremos ocurridos en lo que va de año "hubieran sucedido seguramente sin cambio climático, pero no hubieran roto todos los récords conocidos ni sus efectos hubieran sido tan mayúsculos".

Además, el calentamiento no solo intensificará tormentas y sequías en el futuro sino que las hará más frecuentes, destaca Trenberth.

Debido a la naturaleza de la atmósfera, estos eventos "no ocurrirán siempre en el mismo lugar, sino que se irán desplazando y su ubicación geográfica dependerá del fenómeno climático llamado El Niño", que calienta de manera extraordinaria las aguas del Pacífico tropical y tiene capacidad de crear patrones meteorológicos con consecuencias globales.

Influencia de El Niño

El Niño "provocó una intensa sequía en Australia en 2009, acompañada de una ola de calor y de fuertes incendios; en 2010 le tocó a Rusia, en 2011 al sur de Estados Unidos y en 2012 a la zona central de Norteamérica, que ha batido récords de altas temperaturas e incendios. Veremos a quien le toca en 2013, seguramente a otro continente".

En esa línea, Trenberth, uno de los autores de los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés) de 2003 y 2007; y revisor del próximo, que se presentará en septiembre de 2013, critica que este órgano "no esté haciendo las premisas adecuadas en cuanto a la relación entre cambio climático y fenómenos extremos".

"El tener a tantos científicos implicados -más de 2.500 en la elaboración del próximo informe- hace del IPCC un órgano cada vez más conservador, en el que para lograr el consenso de tanta gente haya que descafeinar mucho cada afirmación que se hace", apunta el científico.

"El IPCC nunca ha sido ni el primer órgano científico ni el más preciso" a la hora de evaluar el calentamiento y sus consecuencias, lamenta el meteorólogo. Trenberth avanza que en el próximo informe "ni conoceremos nada revolucionario, ni sus conclusiones van a cambiar el rumbo de las negociaciones de Naciones Unidas" para alcanzar un acuerdo global de reducción de emisiones.

En ese aspecto, el director de Análisis Climático del NCAR considera que el G20 "es un foro más viable -que la ONU- para adoptar un iniciativa global para combatir el cambio climático".

Fuente:

El Mundo Ciencia

29 de octubre de 2012

Huaracan Sandy: El ojo de la bestia



Estas imágenes en time-lapse resumen la evolución del huracán Sandy en las últimas horas. Están tomadas por el satélite GOES-14 desde la órbita geoestacionaria. Vía: @carlzimmer

Seguro que os interesa esta vieja entrada: Huracanes desde el espacio (Fogonazos)

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19 de octubre de 2012

Ciclones tropicales, "más frecuentes en años más calientes"

Estaciones de monitoreo de mareas en la costa este de EE.UU

Los puntos marcan estaciones de monitoreo de mareas en la costa este de EE.UU. El color naranja representa temperaturas de al menos 28º C.

Los autores de un nuevo estudio aseguran tener pruebas de una hipótesis intensamente debatida durante la última década: que la tendencia a la producción de ciclones tropicales o huracanes aumenta en los años de mayores temperaturas, como los que se han registrado recientemente.

Investigadores del Centro de Clima y Hielo del Instituto Niels Bohr, en la Universidad de Copenhague, y colegas en China y el Reino Unido, evaluaron datos del nivel en las mareas, que sirven a su vez para monitorear los cambios rápidos en el nivel del mar a raíz de tormentas. 

Los científicos señalan que la información muestra un vínculo claro entre la frecuencia e intensidad de las tormentas tropicales y los aumentos anuales de temperatura desde que comenzaron los registros de mareas en 1923.

Durante el período evaluado de 90 años, en que la temperatura global aumentó 0,7 grados centígrados, la probabilidad de huracanes extremos como Katrina, que devastó Nueva Orleans en 2005, se ha duplicado en los años de mayor temperatura.

Además de causar más de 1.800 muertes, Katrina ha sido el huracán más costoso de la historia, con pérdidas estimadas en torno a los US$80 mil millones.

Si bien los científicos no probaron que el cambio climático esté causando más huracanes extremos, sí creen que su estudio es consistente con predicciones de que el calentamiento global y el aumento en la temperatura oceánica podrían causar más tormentas tropicales intensas.

Mareas

Caroline P. Caronna inspecciona su casa devastada tras el paso del huracán Katrina en Nueva Orleans

Katrina fue el huracán más costoso de la historia.

Los huracanes se forman cuando la temperatura superficial del mar alcanza determinado nivel. Pero resultan de una interacción compleja de muchos factores, como diferencias de temperatura oceánica y atmosférica, humedad y viento. No hay acuerdo entre los científicos en torno a cuán frecuentes se volverían los huracanes en un planeta más caliente.

Antes de la era satelital la falta de información era un obstáculo para estudiar el vínculo entre la temperatura oceánica y las tormentas tropicales.

Muchos huracanes sobre el océano no eran detectados antes del lanzamiento de los primeros satélites meteorológicos hace cuatro décadas.

Sin embargo, una red de instrumentos para medir el nivel de las mareas en la costa sureste de Estados Unidos ofrece un registro confiable de los cambios rápidos en el nivel del mar causados por ciclones tropicales, dijo el autor principal del estudio, Aslak Grinsted.

"Los ciclones tropicales se forman típicamente en el Océano Atlántico y luego se desplazan hacia la costa este de Estados Unidos y el Golfo de México. Descubrí que había estaciones de monitoreo a lo largo de la costa este de Estados Unidos que han registrado a diario los niveles de las mareas desde 1923", dijo el científico del Instituto Niels Bohr.

"Investigué cada cambio rápido en el nivel mar y vi que había una correlación estrecha entre estas modificaciones repentinas y los registros históricos de tormentas tropicales".

Años más calientes
"Hemos calculado que la probabilidad de huracanes extremos como Katrina es el doble en años más calientes que en años de menos temperatura"
Alek Grinsted, Instituto Niels Bohr, Universidad de Copenhague

Una vez que establecieron la correlación entre los aumentos rápidos en el nivel del mar y las tormentas tropicales, Grinsted y sus colegas analizaron los datos de temperaturas globales para comparar el número de tormentas en los años de más temperatura en comparación con los años menos calientes.

"Simplemente contamos cuántos ciclones extremos con aumentos rápidos en el nivel del mar tuvieron lugar en los años de mayores temperaturas y pudimos ver que había una tendencia a que se produjeran más ciclones en los años más calientes".

"Hemos calculado que la probabilidad de huracanes extremos como Katrina es el doble en años más calientes que en años de menos temperatura", dijo Grinsted.

"Si la temperatura global aumenta tres grados centígrados en el futuro, como señalan las predicciones, la gran pregunta es, ¿qué sucederá?"

El estudio fue publicado en la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, Proceedings of the National Academy of Science, PNAS. 

Fuente:

BBC Ciencia

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2 de septiembre de 2011

¿Cuánta agua hay en una nube?

Sin embargo al repetir esa operación podrás encontrar que la cantidad de gotas será menor o mayor y eso se debe a que ellas no son siempre del mismo tamaño.

Peggy LeMone investigadora del Centro Nacional para la Investigación de la Atmósfera en Colorado, ha calculado que la cantidad de agua en una nube puede llegar a las 550 toneladas.

Si esta cantidad la transferimos a un elefante adulto de 6 toneladas, entonces cada cúmulo que veas podría albergar el peso de 100 elefantes.

¿Cómo se le da nombre a los huracanes?

Sabemos que antes o después de cada huracán existen nubes de tormenta y estas son más grandes. La cantidad de agua que estas pueden contener puede llegar a los 200.000 elefantes.

Y si midiéramos la cantidad de agua en un huracán? La cifra ahora sube a números increíbles: 40 millones de elefantes. Esto quiere decir que el agua en un huracán pesa más que todos los elefantes del planeta (hay menos de un millón entre africanos y asiáticos).

Para calcular esto, LeMone multiplica el peso del agua en un metro cúbico teóricamente extraído de una nube y eso se multiplica por el tamaño de la nube.

Pero esto es muy relativo ya que el interior de una nube es de una estructura sumamente compleja. En su interior, por ejemplo existen zonas independientes (como si fueran nubes dentro de la misma nube), pues el agua no se distribuye de modo uniforme.

Consideremos que las que se encuentran más lejos de la superficie terrestre tienen menos agua que las que se encuentran cerca, la causa es el aire frío que absorbe menos vapor y, que en el interior de una nube hay más agua que en el exterior ya que en el contorno de la nube circula más aire y el agua se seca.

Pese a estas variables, la tecnología permite medir con bastante precisión cuánta agua hay en una nube. Y esta tecnología tiene el bello nombre de CloudSat.

Este satélite ha sido puesto en órbita por la Nasa y brinda a los científicos imágenes en tres dimensiones de las nubes. Lo genial de este satélite es que en realidad es un radar que opera en una frecuencia que permitirá “ver” las gotas de agua que forman las nubes.

Gracias a esto el radar podrá ver cuánta agua y cuanto hielo hay en una nube. Y esto es fundamental pues el agua en el interior de las nubes es una variable que afecta a los modelos climáticos.

Tom Livermore, director del Proyecto CloudSat explica que el estudio de las nubes también será determinante para responder a un enigma climático: los científicos aún no se ponen de acuerdo si más agua en el planeta hará que más agua se evapore formando más nubes que pueden elevar la temperatura o, al haber más nubes estás reflejarán más la luz solar y descenderá. Cloud Sat ayudará a resolver esto.


Fuente:

QUO

2 de junio de 2010

Temor ante el impacto de los huracanes en el vertido del Golfo de México


Miércoles, 02 de junio de 2010

Temor ante el impacto de los huracanes en el vertido del Golfo de México


Imagen satélite de la tormenta tropical Agatha. | Ejército EEUU

Imagen satélite de la tormenta tropical Agatha. | Ejército EEUU

  • Los meteorólogos preven la temporada más activa desde el Katrina

Este martes arranca oficialmente la temporada de huracanes en el Golfo de México. Los pronósticos hablan de los temporales más virulentos desde el Katrina y los expertos no acaban de ponerse de acuerdo sobre el impacto que puede tener sobre el vertido. Unos expresan su temor a auténticas olas de petróleo sobre las costas; otros sostienen que las tormentas podrían actuar sin embargo como "dispersantes" naturales.

"No hará falta un huracán para crear problemas; bastará con una tormenta tropical”, asegura William Hawkins, director del laboratorio de investigación del Golfo de México en la Universidad del Sur de Misisipí.

"Un huracán como el Katrina sería el peor de los escenarios posibles", alerta por su parte Doug Inkley, científico de la National Wildlife Federation: "El petróleo sería empujado hacias las costas y las marismas. Sofocaría la vida vegetal y animal. Sería virtualmente imposible de limpiar...".

Jane Lubchenco, al frente de la Adminsitración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), se ha esforzado sin embargo en mitigar los temores. "Un huracán o una tormenta con vientos superiores a 60 kilómetros serviría para agitar el agua y beneficiar la 'ruptura' del petróleo", asegura Lubchenco. “No creo que un huracán sirviera para aumentar la cantidad de petróleo en la superficie”.

Con la tormenta Agatha como cruel anticipo, los meteorólogos de la NOAA preven la temporada más activa desde el 2005, cuando golpearon el Katrina y el Rita. Las altas temperaturas del Atlántico y el efecto conocido como La Niña podrían resultar en ocho o 14 huracanes (más 14 o 23 tormentas tropicales). La trayectoria podría ser muy similar a la temporada del 2005 y golpear de lleno en la amplísima franja cubierta por el vertido ante las costas de Luisiana, Misisipí y Alabama.

La preocupación mayor es que los huracanes contribuyan a la extensión del vertido a los estados vecinos: Texas y Florida. El fiscal general de Florida, Bill McCollum, ha dirigido precisamente una carta a la compañía BP reclamando el pago de las tareas de limpieza en el caso de que los temporales arrastraran el petróleo a sus costas.

La 'operación resupuesta', amenazada

Otro segundo elemento de incertidumbre es el 'parón' que los huracanes pueden provocar en la operación de 'respuesta' al vertido. Las plataformas petrolíferas en el Golfo de México son normalmente evacuadas varias veces en plena temporada de huracanes.

"La verdad es que nos movemos sobre aguas no exploradas y es difícil teorizar sobre lo que puede pasar”, advierte a la agencia AP Joe Bastardi, meteorólogo al frentede la web Accuweather.com.

Bastardi se remite al único antecedente válido: el vertido de la plataforma Ixtoc 1 en 1979 en México, que sigue figurando como el mayor accidente en tiempos de paz de la historia. El huracán Henry (de categoría uno) causó graves daños a la campana de contención de 310 toneladas diseñada para capturar el petróleo derramado, pero al mismo tiempo dispersó la concentración de petróleo y, al contrario de los que se temía, alejó el petróleo de las costas.

"Eso es lo que yo pienso que podría ocurrir también esta vez", aventura Bastardi. "Yo creo que un huracán serviría para diluir el crudo y lograr concentraciones mucho menos dañinas sobre la superficie marina".

Fuente:

El Mundo Ciencia

4 de marzo de 2007

SEGÚN METEORÓLOGOS DE LA ADMINISTRACIÓN DE EEUU
'La Niña' empieza a formarse y amenaza con una intensa temporada de huracanes

* Según los científicos estadounidenses, 'El Niño' se puede dar oficialmente por acabado
* Los meteorólogos advierten de que las condiciones desfavorables pueden durar años
* El último periodo largo de La Niña fue entre 1998 y 2001, y favoreció graves sequías

Ojo del huracán 'Isabel', en 2003. (Foto: EFE)

WASHINGTON.- Científicos estadounidenses han advertido de que el fenómeno meteorológico conocido como 'La Niña' ha empezado a formarse en la zona ecuatorial del Pacífico, por lo que se avecina una agitada temporada de huracanes en el Atlántico.

La Administración Nacional estadounidense de Océanos y Atmósfera (NOAA) ha dado a conocer su previsión para la próxima temporada y los datos no son especialmente tranquilizadores para la zona del Caribe y el sur de Estados Unidos, donde se desarrollan la mayoría de los huracanes.

Según la NOAA, 'El Niño' se puede dar oficialmente por acabado, después de un breve periodo de existencia que empezó en el 2006, lo que está originando un rápido descenso de las temperaturas de las aguas del Pacífico, tanto en la superficie como en las capas inferiores.

El fenómeno climático denominado 'La Niña' se caracteriza por un significativo enfriamiento de la superficie del océano Pacífico ecuatorial a partir de febrero, efecto contrario al de 'El Niño', que aparece en diciembre.

"Recientemente, temperaturas más frías de lo normal se han dado en la superficie del Pacífico ecuatorial en la parte centro-oriental, lo que indica una posible transición a condiciones de 'La Niña'", ha informado la agencia gubernamental encargada de prever las condiciones meteorológicas.
Más huracanes en el Atlántico

"Aunque otros factores científicos afectan la frecuencia de los huracanes, hay una tendencia a que haya un número mayor de lo normal de huracanes en el Atlántico y menos de lo normal en el Pacífico oriental durante 'La Niña'", explicó el administrador de la NOAA, el vicealmirante Conrad C. Lautenbacher.

La llegada de 'La Niña' no parece ser un asunto temporal y los meteorólogos advierten de que estas condiciones pueden durar varios años.

"Los episodios de La Niña tienden a desarrollarse de marzo a junio, alcanzan su máxima intensidad entre diciembre y febrero y se debilitan durante los meses de marzo y mayo", explicó el meteorólogo del Centro de Predicción Climática Vernon Kousky.

"El último periodo largo de La Niña fue entre 1998 y 2001, lo que contribuyó al surgimiento de graves periodos de sequía en muchas regiones del oeste de Estados Unidos", afirmó Douglas Lecomte, especialista en la materia del Centro de Predicción Climática.

La NOAA también dejó claro que sus científicos no tienen todos los datos necesarios para predecir la gravedad de los efectos de La Niña. La agencia indicó que el 15 de marzo dará a conocer sus previsiones para la primavera y que no será hasta mayo cuando emita su análisis de cómo será la temporada de huracanes en el Atlántico.
Escasez de precipitaciones

No es sólo la región atlántica la que está en el punto de mira de los meteorólogos. Lautenbacher expresó su preocupación por los efectos del esperado periodo de sequía en el Estado norteamericano de Texas, donde ya se vive una grave escasez de precipitaciones.

El año pasado la NOAA predijo una temporada de huracanes menos intensa que en el 2005 y los cálculos se cumplieron, para respiro de los habitantes del Estado de Florida y la cuenca del golfo de México.

En el 2005, la NOAA avisó de que la temporada de huracanes sería más intensa de lo normal, en parte precisamente por las condiciones creadas por la aparición de La Niña.

Ese año, el huracán 'Katrina' devastó el golfo de México, especialmente los estados norteamericanos de Misisipí y Luisiana, lo que obligó a la evacuación de la ciudad de Nueva Orleans, que tardará décadas en recuperarse de los daños sufridos, según los expertos.

Fuente:

Diario El Mundo
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