El ojo del tifón Haiyán, con vientos que alcanzaron los 314 kilómetros por hora.
El extraordinario poder
destructivo del tifón Haiyán, que arrasó comunidades enteras en
Filipinas, asombró a quienes habían previsto su paso pero no su fuerza.
Alrededor de 10.000 muertos, más de 600.000
personas desplazadas y un país en estado de calamidad nacional figuran
en el triste récord de una de las tormentas más potentes de la historia.
Sin embargo, el presidente filipino,
Benigno Aquino, aseguró que esos reportes iniciales de víctimas
mortales son demasiado altos y que la última estimación es de
aproximadamente 2.500.
Y aunque los filipinos están acostumbrados a la
amenaza de los tifones –han sufrido más de 20 sólo en este año– ninguno
se acerca a la magnitud de este.
Todas la previsiones se quedaron cortas frente a Haiyán.
"Creo que lo que lo hizo particularmente
peligroso fue que alcanzó su punto máximo de intensidad cuando llegó a
la costa, y por eso es probablemente uno de los tifones más poderosos
que jamás haya tocado tierra", dijo a la BBC Julian Heming, del servicio
meteorológico británico.
¿Pero cómo se forma una tormenta como ésta, la versión más extrema del clima?
Calor y baja presión
Como todas las tormentas tropicales, comenzó
como un grupo de cumulonimbos o nubes cargadas de electricidad. Algo
común, según explica David Shukman, editor científico de la BBC.
Pero estas nubes se fundieron rápidamente en un
único sistema atmosférico que comenzó a rotar, arrastrando aire hacia
arriba, hacia su centro.
La tormenta se extendió sobre más de 400 kilómetros. En este punto, ya era un tifón.
El calor, creciente por el movimiento, iba
aumentando su fuerza. Las temperaturas altas significan más energía, y
esto hace que se acelere el viento en el ojo de la tormenta y a su
alrededor.
Según reporta Matt McGrath, corresponsal de
Medio Ambiente de BBC, Haiyán presentó características inusuales que
incrementaron su potencia. Normalmente, las paredes de la tormenta que
rotan alrededor del ojo se van renovando con el movimiento, debilitando
la velocidad de los vientos. Pero eso no pasó en este caso.
Pero además, la intensa presión baja levantó la
superficie del mar para crear una marejada ciclónica o inundación
costera, otra fuente de peligro que arrasó con todo lo que se encontró a
su paso.
Tacloban fue uno de los lugares más afectados por el tifón.
La tormenta llegó a Filipinas por la isla de
Samar, a unos 600 kilómetros de la capital, Manila, poco antes del
amanecer del viernes pasado, con vientos que se estima rondaban los
314kph.
Guiuan, una localidad de pescadores de 40.000
habitantes, fue el primer lugar que golpeó la tormenta, que arrancó casi
todos los techos de las casas.
Tacloban, de 200.000 habitantes, también sufrió los embates del ciclón.
Cambio climático
Mientras los filipinos luchan por sobrevivir
tras el tifón y esperan la ayuda internacional, los efectos de la
catástrofe se hicieron sentir de un modo particular en la apertura de
conferencia mundial sobre cambio climático en Varsovia, Polonia.
El desatre causado por Haiyán marcó el inicio de
la cumbre de Naciones Unidas, que arrancó este lunes en la capital
polaca y durará dos semanas.
La intervención del delegado filipino llamando a la acción inmediata conmovió a los asistentes.
"Podemos arreglarlo, podemos detener esta locura
ahora mismo", dijo Naderev Saño al borde de las lágrimas, y anunció una
huelga de hambre hasta que se avance en los acuerdos para contrarrestar
los efectos del calentamiento global.
"En solidaridad con mis compatriotas, que luchan
para encontrar alimentos, voy a comenzar un ayuno voluntario por el
clima", declaró Saño al comienzo de la sesión de apertura.
Saño, originario de Tacloban, también dijo que
había conseguido comunicarse con su hermano en Filipinas, aunque todavía
espera más noticias de sus familiares.
A pesar de que aún no hay evidencia que atribuya
al cambio climático la responsabilidad por severos eventos atmosféricos
como el tifón Haiyán, los científicos creen que el aumento de la
temperatura de los océanos puede hacer que estas tormentas sean más
feroces.
Fuente:
BBC Ciencia