La selva del Perú perdió 140,185 hectáreas de bosques primarios en el 2018,
lo que ubica al país como el sétimo con mayor deforestación de este
tipo a nivel mundial, de acuerdo con un análisis de la Universidad de
Maryland, publicado en Global Forest Watch.
A nivel mundial, el año pasado se desforestaron 3’600,000 hectáreas de bosques primarios,
un área que equivale a la extensión de Bélgica. A la cabeza de la lista
se encuentra Brasil, con 1'347,132 hectáreas de bosques primarios
deforestadas; seguido por la República Democrática del Congo, Indonesia,
Colombia, Bolivia, Malasia y Perú. Por ende, el Perú es el cuarto país
de América con la mayor deforestación de estos bosques.
Mientras
Brasil ha registrado una disminución en la deforestación desde inicios
de este siglo, Colombia, Bolivia y Perú han mantenido una tendencia
creciente en la pérdida de estos bosques.
Los bosques primarios
contienen árboles que pueden tener cientos o miles de años, y almacenan
más carbono que otros bosques. Al ser desforestados estos bosques, el
carbono liberado contribuye al calentamiento global.
Pero su conservación también es de gran importancia porque los bosques primarios son el hábitat de muchos animales, como los monos o los jaguares.
Los 10 principales países que perdieron la mayor cantidad de bosques tropicales primarios en el 2018.
De
acuerdo con información brindada por el Servicio Nacional Forestal y de
Fauna Silvestre (Serfor) a Gestion.pe a fines de febrero, la deforestación en el Perú en gran medida es causada por la agricultura migratoria, y a ella le siguen como causas los cultivos ilegales (principalmente de coca), la minería ilegal y la tala ilegal.
Sobre estas causas, Julia Urrunaga, directora de Programas en el Perú de Environmental Investigation Agency (EIA),
considera que “no se está considerando varios de los impulsores o
‘drivers’ de la deforestación, como es que las grandes empresas compran
sus tierras a los pequeños agricultores y estos agricultores tienen que
reubicarse y deforestar nuevas tierras”.
También indica que debe considerarse el impacto que tiene la construcción de carreteras en la deforestación en los alrededores.
Como un factor importante que favorece la desforestación señala el excesivo retraso en la titulación de territorios indígenas y la poca o nula acción del Estado cuando las comunidades, ya tituladas, denuncian ataques sobre sus territorios.
“Estudios
académicos globales han demostrado que, a nivel global, los bosques con
menos deforestación son aquellos que se encuentran bajo la gestión de
comunidades indígenas. Pero estamos viendo también ataques y asesinatos
de defensores ambientales indígenas sin que el Estado haga mucho por
prevenir e investigar estos crímenes”, destaca Urrunaga.
Fuente: Gestión (Perú)