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8 de marzo de 2023

Por qué el río Amazonas no tiene ni tendrá ningún puente que lo cruce

Aquí van las razones geográficas y socioeconómicas por las que el río más largo y caudaloso del mundo nunca tendrá una estructura que sirva para cruzar de orilla a orilla.


Cuando vemos en algún documental una panorámica del gran río Amazonas, el más largo del mundo, hay algo que salta a la vista, pero que no todo el mundo ha percibido: no hay ni un medio arquitectónico para cruzarlo, es decir, ni un solo puente. ¿Cómo es que a lo largo de toda la historia a nadie se le haya ocurrido edificar una estructura de hormigón o acero para atravesar su caudal? En sus casi 7.000 kilómetros de largo (de Cádiz a Barcelona solo hay 1.110 kilómetros de carretera, para hacernos una idea de su extraordinaria longitud), solo se puede cruzar a la otra orilla si tienes una embarcación. Atraviesa tres países: Perú, donde nace, Colombia y Brasil. Es tan caudaloso que contiene más agua que otros tres grandes ríos del planeta juntos, el Nilo, el Yangtsé y el Misisipi, conteniendo cerca de una quinta parte del agua dulce en estado líquido del planeta.

Hay que tener en cuenta varios factores geográficos y socioeconómicos para explicar este hecho tan curioso. En primer lugar, como podíamos imaginar, es lo muy agreste y salvaje que es el terreno sobre el que se aposenta. Su nacimiento más importante (ya que tiene distintos afluentes) está a 5.400 metros de altura, en la cordillera peruana. De ahí, se adentra en la profunda selva, por lo que podemos deducir rápidamente que no existen muchas carreteras por las que puedas transitar con un coche. Si miras un mapa, hay muy pocas ciudades realmente grandes o altamente pobladas en sus orillas. Algo llamativo, pues un gran río siempre trae consigo una gran ciudad, como sucede en las metrópolis europeas. 

 Esto ya nos da un argumento para pensar que los coches no son realmente comunes en sus inmediaciones, pues no hay grandes autopistas o buenas carreteras por las que ir. Pero esto no tendría que ser óbice para que hubiera un puente, al menos para cruzarlo a pie o en bicicleta. Aquí es donde entran los factores socioeconómicos de los habitantes de la zona. Los vehículos son inservibles si vives en uno de estos poblados pegado al río, puesto que existen montones de barcas y balsas para navegarlo o cruzar de orilla a orilla. La mejor autopista no es de asfalto, sino de agua.

Demasiado complicado...

Por otro lado, como explica el periodista Grant Piper en un artículo publicado en 'Medium', al no haber carreteras alrededor sería muy difícil traer todos los materiales y recursos industriales que se necesitan para edificar un puente. Además de lo muy costoso que sería su mantenimiento en un lugar muy húmedo y salvaje, donde la naturaleza es muy exhuberante.

"Por último, no hay ganas de financiar este tipo de infraestructura en mitad de la selva tropical", admite el periodista. "La construcción sería muy ruidosa y molesta. Los habitantes locales no verían ningún beneficio con su edificación y el gobierno perdería dinero, al no haber inversores privados interesados. Los grandes proyectos como este en entornos tan hostiles suelen atascarse o resultar muy caros y extremadamente peligrosos. El Amazonas está húmedo, lleno de insectos, bichos y enfermedades, y tiene un suelo muy pantanoso, extremadamente blando. Cualquier puente necesitaría unos cimientos profundos y vigas muy grandes hundidas en el lecho del río para alzarse. Todo eso suma mucho tiempo, dinero y material, y nada de eso sería fácil en el Amazonas".

Por su parte, Walter Kaufmann, presidente de Ingeniería Estructural en el Instituto Federal Suizo de Tecnología (ETH) de Zúrich, explicó en 'Live Science' que "no hay una necesidad lo suficientemente apremiante para construirlo", ya que efectivamente los habitantes de la zona se desplazan en barcas y tampoco separa pueblos altamente poblados como para que hubiera un gran tráfico en la vía fluvial.

Otra posibilidad sería que, por ejemplo, en vez de construir un puente fijo sobre la superficie de las aguas, se edificara estructuras flotantes para pasar de una orilla a otra. Pero ni eso sería posible, pues como Kauffmann asegura, "el río se ve enormemente afectado por las variaciones estacionales, lo que añade mucha más complejidad". Esto quiere decir que su anchura varía mucho a lo largo del año: durante la estación seca, entre junio y noviembre, se sitúa entre los 3,2 y 9,7 kilómetros de media, mientras que en la estación húmeda (de diciembre a abril), el río puede alcanzar los 48 kilómetros de ancho. Y, por otro lado, el caudal del agua puede ser 15 metros más alto que en la estación seca.

Según un artículo de 'National Geographic', la lluvia en el Amazonas ha decrecido un 69% desde el comienzo del milenio. A esto se le suma su imparable deforestación, que de continuar con la tendencia, en poco más de 20 años, llevará a que se pierda el 30% de la biomasa amazónica sin árboles. A raíz del cambio climático, su impresionante y abundante masa arbórea produce más dióxido de carbono del que absorbe. Por esto mismo, habría que protegerlo de factores como la mencionada deforestación, así como de la gentrificación o la apertura de nuevas tierras para el cultivo. 

Tomado de: El Confidencial

 

7 de marzo de 2023

Agua potable, un derecho negado a medio Loreto

El 43,7% de loretanos no tiene acceso al servicio de agua potable o tratada. Es el mayor déficit en todo el país, según el INEI, y afecta principalmente a la niñez de las zonas rurales de la región, quienes enfrentan cuadros graves de parasitosis y anemia ante la carencia de este recurso. Si bien existen soluciones, urge una decisión política.


Para el 43,7% de la población en esta región del país (386.094 personas), tareas tan cotidianas como asearse o cocinar son un privilegio. Según el informe técnico “Perú: formas de acceso al agua potable y saneamiento básico, 2019” del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), no tienen acceso a este recurso hídrico ni a través de una red pública ni mediante un pilón, lo que representa el mayor déficit del servicio a nivel nacional.

La señora Aguirre, quien madruga junto a su hijo para hacer una larga cola flotante y comprar agua, siente su realidad como una condena perpetua. “Mire cómo los niños se van a bañar al río, tienen que irse lejos porque acá está oliendo feo el agua”, afirma, mientras contempla a los pequeños de su barrio alejándose de las orillas contaminadas del río Itaya.

Un problema de planificación urbana


Pero el acceso al agua potable o tratada no es un problema aislado. Pasa por temas de infraestructura, planificación urbana, fuentes de energía y, sobre todo, voluntad política. Este último factor, de acuerdo al ingeniero Marcos Vargas Schrader, exgerente de Sedaloreto, es clave para revertir las alarmantes cifras en la región. “Es un tema de decisión política y, obviamente, viene acompañado de un aporte financiero”, manifiesta.

Explica que en el caso de la provincia de Maynas se contempló que el crecimiento demográfico se daría hacia la zona sur de Iquitos, capital de Loreto, lo que sucedió hasta que el territorio ya no se dio abasto y empezaron a incrementarse los asentamientos en las riberas del Itaya. “No hay una planificación urbana, la gente se va a vivir en las zonas inundables y los políticos en campaña les ofrecen agua, luz y luego se olvidan”, agrega.

A esto se le suma la falta de un catastro técnico georreferenciado que determine por dónde pasan las conexiones de agua y cuál es su estado actual. Esta herramienta permite recoger información de la infraestructura sanitaria de agua para consumo humano y aguas residuales.

Un reporte de monitoreo a la estrategia de actualización catastral elaborado por el Organismo Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento (OTASS) en el 2020, indica que la empresa prestadora de servicios (EPS) Sedaloreto tiene apenas un “avance intermedio” en esta tarea.

Si hablamos de distribución, como en el caso de Belén, donde la mayor parte de viviendas conectadas a una red de agua potable o tratada se concentran en el área urbana, nos queda un panorama aún más crítico. De 58 centros poblados rurales que conforman el distrito solo nueve cuentan con agua vía red pública o pilón, según el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).

Esto se replica en toda la región, ya que de 2.552 centros poblados rurales, solo 280 cuentan con algún tipo de sistema para acceder a agua potable o tratada. 

Lea el informe completo en: La República

 

 

 

4 de marzo de 2020

Los bosques tropicales ya no pueden con tanto CO2

Las selvas amazónica y centroafricana han superado su capacidad de retener dióxido de carbono.


La capacidad de los bosques tropicales de retirar de la atmósfera el dióxido de carbono (CO2) generado por los humanos se está acabando. Un estudio con cientos de miles de árboles de las selvas amazónicas y centroafricanas muestra que la cantidad del gas que retienen sus troncos, ramas y hojas en forma de carbono orgánico es cada vez menor. No se trata de que haya menos ejemplares por la deforestación, que también, sino que los que quedan crecen más deprisa y más grandes gracias a que hay más CO2, pero también están más expuestos al aumento de la temperatura y la sequía, muriendo antes.

Junto a los océanos, los bosques del planeta son actores claves en el ciclo del carbono. Por su extensión, su frondosidad y mayor tasa de crecimiento, las selvas tropicales son las que más dióxido de carbono retiran. Sus árboles lo incorporan mediante la fotosíntesis, absorbiendo el carbono como biomasa. Y allí se queda mientras viva el árbol. Los científicos contaban en sus planes con este efecto fertilizante para combatir el cambio climático provocado por el exceso del mismo gas. De hecho diversos estudios ya habían demostrado que las plantas han acelerado su fotosíntesis. Sin embargo, parece que ya no pueden más.

“Todos los modelos climáticos sugerían que las plantas continuarían tomando más CO2 durante varias décadas”, dice la investigadora de la Universidad de York y coautora del estudio Aida Cuní. “La tasa de fotosíntesis es más rápida pero tiene un límite fisiológico y este límite es el que estamos superando. En la selva amazónica se alcanzó hace 15 años y en la africana ya lo alcanzamos en 2012, añade.



17 de febrero de 2020

La deforestación cambia los sonidos de los monos aulladores

La acción de las personas está provocando que esta especie altere su forma de comunicarse.



La deforestación está cambiando la forma en que los monos se comunican en su hábitat natural. Así lo afirma un nuevo estudio de la Universidad de Waterloo (Canadá) que ofrece la primera evidencia sobre las diferencias en los comportamientos vocales en respuesta a diferentes tipos de límites en los bosques. El artículo se publica en la revista Behaviour .

En el contexto de la selva tropical de Costa Rica, los investigadores examinaron cómo los cambios en el hábitat causados ​​por las personas habían afectado a la vegetación y, a su vez, a la tasa y duración de los sonidos de los monos aulladores de la selva.

El estudio comparó cómo los comportamientos comunicativos de los monos aulladores difieren en los límites de los bosques afectados por la actividad humana, conocidos como bordes antropogénicos, en comparación con los límites naturales de los bosques.

La deforestación es uno de los problemas más graves en la Amazonia
La deforestación es uno de los problemas más graves en la Amazonia (luoman / Getty)
“Los monos aulladores son bien conocidos por hacer vocalizaciones muy fuertes y a largas distancias llamadas aullidos”, dijo en un comunicado de la universidad Laura Bolt, profesora adjunta de Antropología. “Si bien los aullidos solo son producidos por machos adultos, su función no se conoce por completo, por lo que realizamos nuestro estudio para probar la hipótesis de que la intensidad del aullido se relaciona con la defensa de los recursos ecológicos, como espacios más ricos en vegetación o árboles preferidos para su alimentación”

Para llevar a cabo su estudio, los investigadores recolectaron datos sobre aullidos desde mayo del 2017 hasta agosto del 2018, siguiendo a los grupos de monos mientras se desplazaban a través de diferentes hábitats entre los límites y el interior de los bosques.

Lea el artículo completo en: La Vangurdia

30 de noviembre de 2019

Incendios en el Amazonas: gran parte de la Amazonía puede transformarse en sabana

¿Qué sucede cuando un organismo vivo, en este caso el mayor bosque tropical del planeta, es sometido a presiones nunca antes vistas?


Los recientes incendio que sucedieron en la Amazonía se suman a un incremento marcado en la desforestación.

Y si la destrucción de bosque sobrepasa cierto límite, la selva amazónica podría cambiar de forma abrupta.

Eso es lo que sostiene el científico brasileño Carlos Nobre, investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Sao Paulo, quien trabajó durante 35 años en el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE).

Nobre advirtió que si se llega a un determinado nivel de desforestación, la Amazonía puede alcanzar un punto de transformación sin retorno, un fenómeno llamado tipping point en inglés.

El experto brasileño publicó su advertencia el año pasado, junto al científico estadounidense Thomas Lovejoy, en un artículo en la revista Science Advances.

"Nuestros cálculos muestran que si desaparece entre un 20 y 25% del bosque amazónico, aumentará la duración de la estación seca y la temperatura, y eso puede llevar a que el bosque tropical dé lugar a una vegetación diferente, de sabana", le señaló a BBC Mundo Nobre.

En las últimas décadas, la desforestación ya alcanzó según el experto entre el 15 y el 17% de la Amazonía.

"Un tipping point es un cambio abrupto, una transformación abrupta en un sistema que va para otro estado completamente diferente", le explicó Nobre a BBC Mundo.

Si la desforestación continúa aumentando al ritmo actual, Nobre estima que podría llegarse al punto de no retorno en un período de "entre 15 y 30 años".

Con información de: BBC Mundo


11 de noviembre de 2019

Perú: ¡Ahora púedes proteger la Amazonía: adopta una hectárea de bosque!

El tráfico ilegal de madera ya no se contenta con la caoba y el cedro, árboles ahora reducidos a cifras mínimas en tan solo dos décadas. Hoy afilan sus huestes hacia el shihuahuaco, un árbol que llega a vivir 900 años y que, derribado en un par de horas, es destinado a ser piso en las viviendas. 

Y ante la inacción del Estado peruano por proteger los bosques surge una esperanza, Tatiana Espinoza (44), ingeniera forestal adquirió 916 hectáreas de bosque en la cuenca del río Las Piedras, en Tambopata, Madre de Dios (Perú). En este lugar, y desde el 2010 viene asumiendo la protección dedicho bosque mediante una organización sin fienes de lucro: ARBIO.  



ARBIO tiene 150 shihuahuacos adultos, pero este es un árbol especial, pues han crecido 300 ejemplares juveniles a su alrededor. Tati Espinoza y Emérito Ruiz, especialista en plantas medicinales, muestran las semillas del renacimiento. (Foto: Flor Ruiz)

Una noble tarea llevada a cabo por mujeres y que busca incrementar la conciencia social para la protección de la Amazonía, puedes encontrar más información AQUÍ. Y una manera directa de proteger una hectárea de bosque AQUI

Este 12 de noviembre de 2019, en Nepal, Tatiana será galardonada con el Jane Goodall Hope and Inspiration Ranger Award, por su labor conservacionista en Madre de Dios. Es uno de los premios más prestigiosos de medio ambiente en el planeta. “Será una sorpresa para muchos en el auditorio enterarse de que en la Amazonía peruana hay árboles de más de mil años que están siendo talados para convertirlos en pisos”.

Con información de:

El Comercio (Perú)

Peruvian Times

ARBIO

24 de agosto de 2019

La deforestación, “principal causa” de los incendios amazónicos, afirma científico brasileño

El área de la cuenca amazónica [que abarca Brasil y otros países] deforestada equivale al tamaño de Francia. Es más o menos un 20%. Todavía queda un 80% de selva en pie. Todavía estamos a tiempo de evitar un colapso funcional de la selva, pero la solución tiene que ser rápida. 


El alarmante aumento de los incendios en la Amazonía brasileña se debe en gran parte al avance de la deforestación y no a la temporada seca, como sostiene el gobierno de Jair Bolsanaro, explica Paulo Moutinho, investigador del IPAM, una organismo de investigación amazónico.

P: - El ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, dijo que el avance de los incendios se debe “al tiempo seco, el viento y el calor”. ¿Eso es así?
R: - La deforestación explica la mayor parte de los incendios. Históricamente, [los incendios] están ligados al avance de la deforestación, combinada con períodos de temporada seca intensa. Pero en este año 2019 no tenemos una sequía tan severa como la de los años anteriores y hay un aumento sustancial de los incendios.
Así que todo indica que la temporada seca no es ni mucho menos el factor predominante. Si hubiera habido más sequía, habría sido mucho peor.

P: - ¿Cómo se provocan?
R: - Los incendios siempre tuvieron la mano del hombre; el fuego se usa para limpiar las áreas ya deforestadas, para abrir caminos o para preparar la tierra de cultivo. La falta de prevención hace que esos incendios se propaguen a áreas que no se quería quemar y que están más secas. Muchas veces, si no se extinguen con la lluvia, terminan encontrando barreras de vegetación más densa y húmeda y se apagan.

P: - ¿Cuánto tardan en recuperarse esas zonas?
R: - En la Amazonía, las llamas recorren el suelo de la selva y su acción es suficiente para causar la muerte de árboles muy grandes, hasta dos años después del incendio. Los árboles muertos pierden las hojas y eso hace que haya más sol entrando en la selva, lo que provoca que esa vegetación se vuelva más inflamable. Si no hay nuevos incendios, se tarda varias décadas en recuperar la misma densidad. En algunas regiones, las zonas quemadas son invadidas por otras especies de zonas más áridas, como del cerrado [la sabana brasileña, el segundo mayor bioma de Brasil].

P: - ¿Qué consecuencias dejan esos incendios?
R: - De entrada se pierde diversidad biológica y la función de la selva, la de abastecer a la atmósfera de nubes para producir lluvia. Pero además la humareda sobre las ciudades de la Amazonía deja graves consecuencias para la salud, con graves problemas respiratorios. Y eso se traduce en daños económicos.

P: - ¿La política del gobierno de Jair Bolsonaro incentiva los incendios?
R: - No tengo datos para responder a eso. Te puedo decir que el problema es muy grave y el gobierno debería iniciar inmediatamente una campaña de control y prevención de la deforestación. Es un proceso que hay que interrumpir. La ocupación ilegal de tierras públicas es un robo a los brasileños. En gran parte, la deforestación es para especular y revender esa tierra más tarde.

P - ¿Cuánto ya fue deforestado en la Amazonía?
R: - El área de la cuenca amazónica [que abarca Brasil y otros países] deforestada equivale al tamaño de Francia. Es más o menos un 20%. Todavía queda un 80% de selva en pie. Todavía estamos a tiempo de evitar un colapso funcional de la selva, pero la solución tiene que ser rápida. Hay que tener en cuenta además que la degradación de la selva no se da solo por la deforestación. También por el efecto del cambio climático, por fenómenos, cada vez más frecuentes, como “El Niño”, que trae mucha sequía a la Amazonía.

Fuente: Gestión (Perú)
 

8 de mayo de 2019

Perú es el sétimo país del mundo con mayor deforestación de bosques primarios

Solo en el 2018 se perdieron 140,185 hectáreas de bosques primarios. Se trata de árboles que podían tener cientos o miles de años.

La selva del Perú perdió 140,185 hectáreas de bosques primarios en el 2018, lo que ubica al país como el sétimo con mayor deforestación de este tipo a nivel mundial, de acuerdo con un análisis de la Universidad de Maryland, publicado en Global Forest Watch. 

A nivel mundial, el año pasado  se desforestaron 3’600,000 hectáreas de bosques  primarios, un área que equivale a la extensión de Bélgica. A la cabeza de la lista se encuentra Brasil, con 1'347,132 hectáreas de bosques primarios deforestadas; seguido por la República Democrática del Congo, Indonesia, Colombia, Bolivia, Malasia y Perú. Por ende, el Perú es el cuarto país de América con la mayor deforestación de estos bosques.

Mientras Brasil ha registrado una disminución en la deforestación desde inicios de este siglo, Colombia, Bolivia y Perú han mantenido una tendencia creciente en la pérdida de estos bosques. 

Los bosques primarios contienen árboles que pueden tener cientos o miles de años, y almacenan más carbono que otros bosques. Al ser desforestados estos bosques, el carbono liberado contribuye al calentamiento global. 

Pero su conservación también es de gran importancia porque los bosques primarios son el hábitat de muchos animales, como los monos o los jaguares.

Bosques
Los 10 principales países que perdieron la mayor cantidad de bosques tropicales primarios en el 2018.

De acuerdo con información brindada por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) a Gestion.pe a fines de febrero, la deforestación en el Perú en gran medida es causada por la agricultura migratoria, y a ella le siguen como causas los cultivos ilegales (principalmente de coca), la minería ilegal y la tala ilegal. 

Sobre estas causas,  Julia Urrunaga, directora de Programas en el Perú de Environmental Investigation Agency (EIA), considera que “no se está considerando varios de los impulsores o ‘drivers’ de la deforestación, como es que las grandes empresas compran sus tierras a los pequeños agricultores y estos agricultores tienen que reubicarse y deforestar nuevas tierras”. 

También indica que debe considerarse el impacto que tiene la construcción de carreteras en la deforestación en los alrededores. 

Como un factor importante que favorece la desforestación señala el excesivo retraso en la titulación de territorios indígenas y la poca o nula acción del Estado cuando las comunidades, ya tituladas, denuncian ataques sobre sus territorios.

“Estudios académicos globales han demostrado que, a nivel global, los bosques con menos deforestación son aquellos que se encuentran bajo la gestión de comunidades indígenas. Pero estamos viendo también ataques y asesinatos de defensores ambientales indígenas sin que el Estado haga mucho por prevenir e investigar estos crímenes”, destaca Urrunaga. 

A ello, agrega, se suman la prioridad que se otorga en la práctica a los inversionistas locales por encima las comunidades, la corrupción y la impunidad de empresas y funcionarios que violan las normas de modo sistemático.

Fuente: Gestión (Perú)


26 de marzo de 2019

Indígenas peruanos lanzan portal web para alertar de amenazas en sus tierras

Plataforma genera alertas ante amenazas como la contaminación, el narcotráfico y la tala y minería ilegal. 


La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), la mayor federación de indígenas amazónicos del país, lanzó una plataforma web de alertas tempranas ante amenazas en sus territorios como la contaminación, el narcotráfico y la tala y minería ilegal. 

Se trata de un "Geoservidor" para que las cientos de comunidades desperdigadas por los distintos ríos de la Amazonía peruana reporten en tiempo real cualquier eventualidad en la que deban intervenir las autoridades estatales.

También facilitará la comunicación entre comunidades, sus organizaciones y las instituciones públicas y privadas, en el marco de gestión y conservación de los bosques y territorios comunales que las comunidades indígenas realizan como vigilantes de los bosques. 
 
La plataforma es compatible con otros sistemas públicos de alertas tempranas gestionados por instituciones públicas como el Ministerio del Ambiente, el Ministerio de Agricultura y Riego, el Ministerio de Energía y Minas y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).
El presidente de la Aidesep, Lizardo Cauper, indicó en una conferencia que el Geoservidor "será una herramienta muy importante para visibilizar todo lo que ocurre en las comunidades". 
 
"También para poner en acción y en alerta a las instituciones competentes y así articular un trabajo conjunto entre los pueblos indígenas y el Estado peruano", apuntó. 

Por su parte, la líder indígena asháninka Ruth Buendía abogó por incentivar la participación de las mujeres en la toma de decisiones competentes a los asuntos nativos. 

Asimismo, el viceministro de Ambiente, Gabriel Quijandría, reconoció que el Estado peruano mantiene una "deuda histórica con las organizaciones indígenas". 
 
"Tengan toda la seguridad de que vamos a estar ahí y de que la política de puertas abiertas y de diálogo, cooperación y trabajo conjunto se mantiene. Incluso la vamos a impulsar aún más", agregó Quijandría. 

La Aidesep abarca a más de 650,000 indígenas amazónicos repartidos en 1,809 comunidades y pertenecientes a 64 pueblos nativos diferentes que hablan idiomas agrupados en 19 familias lingüísticas. 

Fuente: Gestión (Perú)
 

1 de febrero de 2019

El delfín rosado del Amazonas está cerca de la extinción

El delfín rosado del Amazonas es uno de los animales más interesantes y hermosos que encontrarás en libertad. Y ahora, está en peligro. 


El delfín rosado es una interesante especie; que, de hecho, no está tan relacionada con los delfines comunes como podría pensarse, aunque definitivamente se parecen. Estos viven en ríos y pertenecen a la familia Platanistoidea, mientras que los delfines comunes de mar pertenecen a la Delphinidae. 

Esta es una de las cinco especies de delfines de río; y de hecho, son los machos adultos los que llegan a adquirir ese color rosa pastel que tanto los caracteriza. Sí, son bonitos, pero como casi todos los animales bonitos, ahora podrían desaparecer.

El delfín rosa en peligro de extinción

Según la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza; luego de haber estado fuera de la lista por 10 largos años, los delfines rosados han vuelto a estar en peligro de extinción.

Y es que estudios han identificado que la población de delfines en Brasil y Colombia está disminuyendo peligrosamente. Si las cosas siguen así, en 50 años ya no existirá la mitad de estos delfines.

Pero, ¿por qué se están extinguiendo? El problema, como suele ser, es la deforestación y el deterioro de su hábitat natural. La amazonia está desapareciendo poco a poco, y con ella cientos de especies que viven ahí. 

Se espera que con esta noticia los gobiernos relacionados incluyan en su agenda la protección de estos delfines; con ayuda de programas para evitar su desaparición, así como la deforestación de la selva del Amazonas.

Fuente:

FayerWayer

18 de enero de 2019

Presentan por primera vez mapa de la minería ilegal de toda la Amazonía

Trabajo inédito en seis países confirma que existen, al menos, 2.312 puntos y 245 áreas de extracción no autorizada de oro, diamantes y coltán. Madre de Dios es la región más degradada por la extracción de oro en la Amazonía.


Por primera vez se presenta una plataforma que aglomera los datos sobre minería ilegal de seis países amazónicos. Este trabajo realizado por organizaciones de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú confirma la existencia de, al menos, 2.312 puntos y 245 áreas de extracción no autorizada de minerales como oro, diamantes y coltán en la selva tropical, la región con más diversidad del planeta.

La Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) realizó su estudio denominado "Amazonía saqueada", a partir de imágenes satelitales y noticias publicadas en la prensa de los países mencionados hasta el 2017. La investigación que abarcó 7 millones de kilómetros cuadrados de selva tropical, ha construido una herramienta en línea (https://mineria.amazoniasocioambiental.org/) que permite navegar por todos los puntos y áreas de minería ilegal para determinar su impacto en áreas naturales protegidas y territorios indígenas. 

"La incidencia de la minería ilegal en la Amazonía, especialmente en los territorios indígenas y áreas naturales protegidas, ha crecido exponencialmente en los últimos años con el alza del precio del oro. No obstante, esta es una de las presiones menos investigadas, por lo que RAISG decidió incluirla como uno de los temas que requiere seguimiento permanente, sobre todo por sus impactos socioambientales", indicó Beto Ricardo, secretario Ejecutivo de la RAISG.

​—Madre de Dios, área de más degradación de la Amazonía​—

Entre las 245 áreas de extracción detectadas, 132 están en Brasil (principalmente en la región del río Tapajós) y 110 en el Perú en la región de Madre de Dios. Mientras que tres están en Bolivia. El estudio concluye que Madre de Dios, es el sector de la Amazonía más degradada por la extracción de oro. 
La investigación identificó que en 649 áreas naturales protegidas, 55 tienen puntos de minería ilegal activas o balsas dentro de sus límites y 41 zonas protegidas sufren daños indirectos, debido a que la actividad ilegal está presente en las zonas de amortiguamiento o en sus fronteras. 

De otro lado, de los 6.207 territorios indígenas ubicados en los seis países, 78 presentan actividades mineras en su entorno. La mayoría de estos territorios indígenas (64) está ubicada en Perú.

“Para contrarrestar la arrasadora actividad de minería ilegal urge un mecanismo de articulación e involucramiento entre el gobierno nacional con las regiones y demás actores locales. Sin embargo, no solo es cuestión de crear leyes, sino de cómo las aplicamos en el terreno sin presupuesto, sin personal capacitado y sin equipos. Debemos superar de manera urgente esta falta de voluntad política”, indicó para el estudio Pedro Tipula, especialista del Instituto del Bien Común – IBC y Coordinador del Sistema de Información sobre Comunidades Campesinas del Perú (SICCAM).

—Uso del mercurio​—

Camilo Guio, vicedirector da Gaia Amazonas explicó que las mencionadas actividades extractivas ilegales trabajan de forma "antitécnica e insostenible", se valen del uso de balsas y dragas y además la mala utilización del mercurio que genera daño en la salud de las poblaciones locales y de los pueblos indígenas.

"Los datos recogidos por la RAISG, sin embargo, constituyen una primera aproximación a la situación, que refleja un problema de una magnitud desconocida y cuya visión representa sólo una parte de lo que realmente está sucediendo. Los casos reportados provienen de informes de comunidades ribereñas e indígenas, del relevamiento de noticias y del análisis de imágenes satelitales", precisa el estudio.

Según detalla la investigación, en el Perú los resultados preliminares de un estudio realizado por el Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA) revelan que los niveles de mercurio en peces son un 43% mayores en pozos abandonados por la minería de oro que en áreas donde no existen campamentos mineros.

Recolectaron muestras de peces en siete lagunas ubicadas en zonas mineras abandonadas de Laberinto, Tambopata, Madre de Dios e Inambari. Adicionalmente se recolectó muestras de peces en dos lagunas y un río dentro del Parque Nacional Manu, como área de referencia donde no hay presencia de actividad minera.

Este panorama que se presenta en la región ha generado que la deforestación en el Perú alcance picos jamás registrados. De acuerdo a una investigación del Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA), en solo cinco años hubo una pérdida forestal de 170 mil hectáreas, cifra que es 30% mayor a la anunciada en otros monitoreos.

La Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada - RAISG, creada en 2007, es una iniciativa regional amazónica que genera información georreferenciada y posibilita una visión integral de la Amazonía y de las amenazas que se ciernen sobre ella.

El mapa ha sido producido por una red de trabajo de organizaciones no gubernamentales en seis países amazónicos: Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) en Bolivia, Gaia Amazonas en Colombia, Instituto del Bien Común (IBC) en Perú, Ecociencia en Ecuador, Provita y Wataniba en Venezuela, Imazon e Instituto Socioambiental (ISA) en Brasil. 

Para acceder a la plataforma accesa a este enlace https://saqueada.amazoniasocioambiental.org/story/conflicts

Artículo tomado de: El Comercio (Perú)


La "fiebre" del aceite de palma en Perú amenaza la Amazonía ancestral

Mientras los bosques de Perú se convierten en nuevos manantiales de aceite de palma, el más demandado en todo del mundo, los habitantes de la Amazonía viven amenazados por la creciente deforestación y especulación que propicia este lucrativo cultivo.


"Ya no tenemos acceso al territorio de uso ancestral, ha quedado arrasado por la explotación", explica en una entrevista con Efe Carlos Hoyos Soria, fundador de la Comunidad Nativa de Santa Clara de Uchunya (Ucayali), asentada en plena selva amazónica, la más grande del mundo.

Hoyos llegó a Washington esta semana, junto a otros miembros de su comunidad, para pedir ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que se reconozca el lugar en el que se ubica su pueblo y así quede protegido ante la expansión de los cultivos de palma aceitera.

Este negocio no ha dejado de crecer en Perú desde 2012, una vez que los suelos de Malasia e Indonesia dejaron de ser rentables para la demanda incesante.

En cosméticos, alimentos e incluso como combustible para vehículos, el aceite de palma está presente en casi todo, pero su aparición en el día a día de las comunidades indígenas de Perú ha sacudido a miles de personas que, por los intereses en sus tierras fértiles, pueden perder su casa e incluso la vida.

"No estamos en contra de la inversión, solo queremos que el Estado nos otorgue la titularidad del territorio ancestral de nuestra comunidad para estar a salvo de la especulación y del tráfico de terrenos", relata.

Según la versión de Hoyos, los traficantes de tierras, interesados en adquirir suelo fértil para venderlo a las compañías agrícolas, abrieron fuego mientras él vigilaba los alrededores de su casa, pero las amenazas han llegado a más: un vecino de su comunidad tuvo que huir después de que quemaran completamente su hogar.

"Vivimos de la caza y la pesca, la naturaleza nos da alimentos, medicinas y educa a nuestros niños", narra Hoyos, ataviado con vestimenta tradicional, mientras trata de transmitir en la capital estadounidense la filosofía con la que vive entre los árboles amazónicos.

Esta comunidad quiere resolver el problema de forma diplomática antes de que la sangre llegue al río, ya que, recuerda Hoyos, "cuatro hermanos de otro asentamiento fueron asesinados a tiros".
"Somos gente pacífica (...) no queremos llegar a ese punto", zanja.

Álvaro Másquez, un abogado del Instituto de Defensa Legal a cargo del Área de Pueblos Indígenas, acompaña a la comitiva en su viaje a Washington.

Durante una audiencia solicitó a la CIDH que visite la comunidad y que transmita al Estado peruano su petición, así como que solicite información sobre los procesos judiciales abiertos contra los responsables de agredir y amedrentar a indígenas, abogados y activistas.

Este letrado recuerda que varios jueces rechazaron sus denuncias hasta que el Tribunal Constitucional accedió a revisar el caso, que se resolverá el próximo año y ha abierto un espacio a la esperanza.

Una resolución favorable "podría solucionarlo, pero solo abre oportunidades administrativas", matiza Másquez.

Carlos Reaño, procurador del Estado Peruano, recordó a la CIDH que hay precedentes en el Tribunal Constitucional con resolución positiva, ya que el artículo 89 de la Carta Magna considera que las comunidades nativas pueden hacer uso del territorio.

"Hay cosas que se pueden mejorar", aceptó el representante del Estado, al tiempo que recordó que "la personalidad jurídica de la comunidad no se encontraba inscrita".

Pero el Estado parece no tener la única responsabilidad de la preocupación de estas familias.

Según Jamer López, representante de la Federación de Comunidades Nativas de Ucayali, el Gobierno regional otorgó tierras a especuladores, y algunos funcionarios se benefician de la actividad de las empresas.

López también criticó que las denuncias de abusos interpuestas en comisarías y entes locales abren investigaciones que "no llegan a conclusiones" y quedan a la espera.

Mientras aguardan a que el Constitucional se pronuncie y a que el Estado peruano termine de elaborar un Plan de Desarrollo Sostenible para la Palma Aceitera, además de esperar a que la CIDH elabore el informe que anunció esta semana, la vida de más de 1.300 comunidades, alerta López, seguirá alterada por el aceite más polémico pero más usado del mundo desarrollado.

Fuente: EFE  

3 de enero de 2019

Colombia le dice adiós a sus selvas

El 70% de la deforestación en este país se concentra en la Amazonía y, desde la salida de las FARC, esta aumentó 44%. Un equipo periodístico viajó a algunas regiones y documentó cómo la minería ilegal y los incendios forestales para la venta de tierras está acelerando la destrucción de los bosques colombianos.


#MaderaSucia es una investigación periodística transnacional coordinada por OjoPúblico y Mongabay Latam en alianza con El Espectador, Semana, Connectas, El Deber, Revista Vistazo e InfoAmazonía en cuya primera entrega han participado 11 periodistas de investigación de la región.

Cada tres meses Colombia recibe malas noticias sobre sus bosques. En boletines de dos o tres páginas el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) advierte lo que ya se ha vuelto un lugar común: el país está acabando con sus selvas.

Los puntos rojos con los que señala los principales focos de deforestación varían en estos documentos. A veces están ubicados en el suroeste o al norte, cerca a Venezuela. En ocasiones, se trasladan a las faldas de la cordillera andina o a algún municipio del Pacífico. Pero siempre están en la Amazonía. Es como si una epidemia se hubiese extendido arrasando miles de hectáreas de bosques y fuese imposible contenerla.

Solo el año 2016 desaparecieron 178.597 hectáreas. Es como derrumbar de un tajo poco más de la mitad de la ciudad de Lima o destruir en un año toda Bogotá.

El artículo completo en: Eco Portal 

26 de noviembre de 2018

Brasil rompe récord en deforestación y pierde tantos árboles como cinco veces la Ciudad de México

Imágenes satelitales de 12 meses hasta el final de julio de 2018 mostraron que se talaron 7.900 kilómetros cuadrados de bosque en el Amazonas.


Brasil ha perdido 7.900 kilómetros cuadrados de la selva amazónica entre agosto de 2017 hasta julio de 2018, un registro equivalente a cinco veces más que la superficie de la Ciudad de México (1,495 km²), y la más alta registrada en una década.

Según las autoridades del país sudamericano, esta pérdida se asocia a la tala ilegal indiscriminada. 

El total supone un aumento del 13,7 por ciento respecto al mismo período del año anterior.

La deforestación es un factor clave detrás del calentamiento global, ya que equivale a alrededor de un 15 por ciento de las emisiones anuales de gases que atrapan el calor, o lo mismo que el sector del transporte.

Un informe del gobierno de Estados Unidos halló que el cambio climático le costará a la economía del país cientos de miles de millones de dólares para fines de siglo.

El ministro de medio ambiente de Brasil, Edson Duarte, dijo en un comunicado que la tala ilegal es el factor principal detrás del aumento de la deforestación e hizo un llamado al gobierno para aumentar su vigilancia policial de la selva.

El Observatorio del Clima de Brasil, una red de organizaciones no gubernamentales, dijo en otro comunicado que el aumento no fue una sorpresa. Además de la tala ilegal, sostuvo que el creciente sector de materias primas de Brasil está contribuyendo a la destrucción de los bosques porque los agricultores intentaban expandirse.

Marcio Astrini, de la oficina de Greenpeace en Brasil, dijo que el gobierno no había hecho lo suficiente para combatir la deforestación y que los recientes cambios de políticas, como la reducción de áreas bajo protección federal, contribuyeron.

Tomado de: El Comercio (Perú)

 

6 de octubre de 2018

Madera sucia: Los últimos árboles de la Amazonía

Un equipo de periodistas de cinco países de Latinoamérica investigó el mecanismo que utiliza el tráfico global para saquear y lavar la madera amazónica. Los tablones de origen ilegal de Perú, Bolivia, Brasil, Ecuador y Colombia son incorporados en el mercado internacional con documentos oficiales que casi nunca son verificados. Las mafias ahora están detrás de nuevas especies forestales, pero los gobiernos no hacen nada para protegerlas.


“Si continuamos talando árboles sanos a este ritmo, en menos de 600 años habrá quedado reducido a un tocón el último árbol del planeta”.
Hope Jahren. “La memoria secreta de las hojas”.

El 30% de la madera que se comercializa en el mundo es ilegal.
Fuente: 2016, ONU

Alertados por el ingreso de extraños que extraían ilegalmente los árboles más longevos de su territorio, en agosto de este año, los miembros de la comunidad indígena Shawi, en la zona nororiental de la Amazonía de Perú, convocaron a una asamblea para decidir qué acciones tomarían contra este grupo de taladores que estaba utilizando la única vía que conecta a la comunidad con el distrito más cercano, Balsapuerto. Los traficantes usaban la trocha para sacar en enormes camiones los troncos de los árboles cortados, y a su paso, las enormes llantas y pesado cargamento destruía la vía. Los shawi decidieron instalar un punto de control y frenar con ello el tránsito de estos camiones. Hicieron lo que hace tiempo el Estado peruano no logra hacer: controlar las rutas del tráfico de madera. Lo que siguió fue una historia violenta de amenazas contra sus principales dirigentes.
“El negocio de la madera ilegal moviliza US$750 millones al año, casi la tercera parte de lo que mueve el narcotráfico”
No fue la primera vez que traficantes amenazaban a líderes indígenas. En setiembre del 2014 una de estas amenazas se cumplió. Un grupo de taladores ilegales asesinó a Edwin Chota, Leoncio Quinticima, Jorge Ríos y Francisco Pinedo, miembros de la comunidad Saweto, ubicada en Ucayali, cerca a la frontera con Brasil. Chota era presidente de la comunidad y hacía más de doce años que venía denunciando el tráfico de madera en sus territorios, sin que las autoridades iniciaran una investigación seria. A cuatro años de este crimen, la justicia de Perú no ha logrado condenar a los asesinos, ni mejorar la seguridad de otros líderes amenazados, ni reducir la extracción de árboles en bosques prohibidos que luego acabarán siendo parte de ese millonario y sofisticado negocio del tráfico global de madera en el mundo.
“Osinfor de Perú identificó la extracción ilegal de madera valorizada en más de US$30 millones, equivalente a la carga de cinco mil camiones”
Los cálculos del Programa de la Naciones Unidas para el medio ambiente señalan que este ilícito negocio supera los 50 mil millones de dólares y pueden representar el 30% de toda la madera que se comercializa en el mundo. #MaderaSucia, es una investigación -liderada por Ojo-Publico.com y Mongabay Latam, en alianza con un equipo de reporteros y medios de Colombia (Semana, El Espectador), Bolivia (El Deber), México (Connectas) e Infoamazonía (Brasil)- que analiza la situación actual del mercado de la madera amazónica y los mecanismos que utilizan las mafias para lavar los productos de origen ilegal con el fin de incorporarlos a la cadena de comercio global.

El artículo completo en: Ojo Público

Madre de Dios: Candidatos a gobierno regional no declaran concesiones de oro

Ojo-Publico.com identificó a los candidatos a gobernador y vicegobernador de la región que no han informado sobre sus concesiones en una época de máxima deforestación en Tambopata. Algunos de ellos –investigados por lavado, tráfico de insumos químicos y contaminación– proponen flexibilizar normas para combatir a la minería ilegal. 

Madre de Dios, capital de la biodiversidad del Perú y uno de los mayores centros de extracción de oro de procedencia ilegal en Sudamérica, elegirá mañana a su nuevo gobernador en un contexto de ausencia de discusión sobre políticas regionales para combatir al tráfico de insumos químicos para la minería ilegal, la deforestación de sus bosques en reservas comunales y áreas protegidas, así como la contaminación de sus ríos por mercurio.

Camino a los comicios, Ojo-Publico.com viajó a Puerto Maldonado para elaborar una radiografía de los candidatos favoritos entre las planchas que pelean por suceder al hoy gobernador y exdirigente minero, Luis Otsuka (2014-2018). La investigación permitió conocer que algunos de ellos tienen antecedentes por delitos relacionados a operaciones de la minería ilegal en la región que alberga a dos de los parques nacionales más importantes del Perú: el Manu y el Bahuaja Sonene.

Las elecciones en Madre de Dios ocurre en una etapa de deforestación acelerada en la selva de Tambopata. El proyecto de Monitoreo de los Andes Amazónicos estableció que la minería ilegal de oro ha deforestado casi 9 mil hectáreas de bosques, algo así como 11 mil campos de fútbol, entre los años 2013 y el 2018; casi el mismo periodo de gobierno de Luis Otsuka.

En ese contexto presentamos los casos del abogado Juan Imura; del saliente alcalde de Laberinto, Julio Luna; y del excongresista Amado Romero, candidatos a presidente regional de Madre; y de los postulantes a vicegobernadores en otras planchas: Karina Valdivia, Lino Aquino y Fernando Arambulo.

Lea el artículo completo en: Ojo Público

22 de septiembre de 2018

Amazonía peruana pierde 23,000 hectáreas de bosques en el primer semestre

El 71% de la deforestación de bosques registrada en entre enero y junio se dio en cuatro regiones selváticas del país, que son Loreto, Madre de Dios, Ucayali y San Martín.


La Amazonía peruana perdió más de 23,000 hectáreas de bosques durante el primer semestre del año, informó el Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático del Ministerio del Ambiente de Perú

El 71% de la deforestación de bosques registrada en entre enero y junio se dio en cuatro regiones selváticas del país, que son Loreto, Madre de Dios, Ucayali y San Martín. 

Loreto, el departamento más grande de Perú, sufrió la pérdida de cerca de 5,500 hectáreas de bosques, seguida de Madre de Dios, con 4,300 hectáreas; Ucayali, con unas 3,700 hectáreas; y San Martín, con unas 3,000 hectáreas. 

En Madre de Dios, departamento fronterizo con Bolivia y Brasil, las actividades de mineros ilegales de oro en sus ríos provocaron la deforestación de 1,700 hectáreas en el primer semestre del 2018, según advirtió en julio el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP). 

La provincia más afectada es Tambopata, en Madre de Dios, donde en los primeros seis meses del año se deforestaron más de 2,700 hectáreas, por delante de las 1,500 hectáreas de Coronel Portillo, en Ucayali; y las 1,400 hectáreas de Mariscal Ramón Castilla, en Loreto. 

A nivel de distritos, la mayor superficie deforestada está en Inambari, perteneciente a Tambopata (Madre de Dios), con más de 2,000 hectáreas, seguido de Teniente Manuel Clavero, en la provincia de Putumayo (Loreto), con 770 hectáreas; y Madre de Dios, donde se encuentra la capital de la homónima región, con 703 hectáreas. 

La principal causa de la deforestación de la Amazonía peruana es la agricultura migratoria y la ganadería, que arrasa grandes áreas de selva para implantar cultivos a gran escala como la palma aceitera, altamente degradante para la calidad del suelo. 

Sin embargo, la tala ilegal y la minería ilegal también importantes amenazas para los bosques peruanos, especialmente la actividad de los mineros, ya que usan metales pesados como el mercurio que vierten a sus ríos, lo que contamina las aguas de las que viven multitud de comunidades indígenas.


Fuentes:

Gestión (Perú)

La República (Perú)
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