El
médico e investigador británico Mel Greaves recibió el grado de
caballero por la reina Isabel II de Inglaterra en diciembre del 2018. En
el 2017, se le otorgó la medalla real de la Royal Society,
extraordinaria distinción obtenida antes por Charles Darwin (teoría de
la evolución), Michael Faraday (teoría del electromagnetismo) y Francis
Crick (estructura del ADN). Ahora, este prestigioso especialista ha
adelantado una extraordinaria teoría, producto de 35 años de trabajo: la
leucemia linfática aguda (LLA) sería consecuencia de criar a los bebes en ambientes demasiado limpios y, por lo tanto, sería una enfermedad prevenible.
La
LLA es el cáncer más frecuente en niños y ocurre cuando un linfocito
(uno de los cinco tipos de glóbulos blancos) se vuelve maligno y se
multiplica sin control dentro de la médula ósea, órgano donde se forman
las células de la sangre (glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas).
Los
síntomas de la enfermedad son consecuencia de la mala función de los
glóbulos blancos (infecciones), falta de glóbulos rojos (anemia) y de
plaquetas (sangrado). Sin tratamiento, la LLA es invariablemente mortal.
Con quimioterapia, la curación llega al 90%, en países de alto ingreso
económico. En países de mediano ingreso económico, como el Perú, la
curación está alrededor del 60%, y se atribuye esa deficiencia a la
gravedad con que llegan los niños a los servicios especializados.
La
leucemia se desarrolla en dos golpes genéticos. De acuerdo con la
teoría del Dr. Greaves, tiene dos etapas. La primera se produce durante
la vida intrauterina, e implica mutaciones genéticas que causan fusión
de dos o más genes (fusión genética) o formación de copias extras de
cromosomas (hiperdiploidia). Según el especialista, no existe evidencia
de causas ambientales conocidas para explicar esas mutaciones genéticas.
Dice
Greaves que aproximadamente el 1% de los niños que nacen con esa
mutación necesita una segunda mutación para desarrollar la leucemia.
Esta última alteración cambia el modo en que los glóbulos blancos
reconocen a los microbios y fabrican anticuerpos contra ellos.
Lo
provocativo de esta teoría es que la segunda mutación ocurriría porque,
al no estar expuesto a microbios comunes durante los primeros meses de
vida, el sistema de defensa del bebe no se desarrollaría normalmente;
entonces, al enfrentarse posteriormente a otro microorganismo,
reaccionaría anormalmente, causando la leucemia. De acuerdo con el Dr.
Greaves, eso es consecuencia de criar al menor en ambientes muy limpios y
desinfectados, y no dejarlo que juegue libremente en el suelo, con
mascotas o que se junte con otros niños.
En
otras palabras, el desarrollo de la LLA sería consecuencia de una
interferencia con el proceso evolutivo natural del sistema inmunológico,
el cual, desde tiempos inmemoriales, permitió que los bebes entrenen y
desarrollen las defensas de su organismo en zonas naturales y
contaminadas, muy diferentes de los asépticos lugares de las sociedades
modernas, especialmente en países de altos ingresos económicos. Al
respecto, la LLA es más frecuente en naciones ricas que en pobres.