Forticao ganó el premio Creatividad Empresarial 2017. Ahora, la firma se prepara para comercializarse en el exterior, cuenta su creadora, Aquilina Palomino.
De los trece hijos que tuvo su madre, siete murieron antes de los 5 años. “Un indicador de pobreza extrema”, resalta Aquilina Palomino, creadora de Forticao chocolate, barra que detrás del 50% de cacao esconde hierro hemínico (harina oscura de glóbulos rojos de vacuno en polvo).
Antes de
licenciarse como enfermera, Aquilina fue a Uchiza, San Martín, donde vio
de cerca cómo la anemia mataba a los niños. Es allí donde empieza
aquella preocupación, que se convertiría unos meses después en su primer
proyecto de investigación: galletas fortificadas con hierro hemínico.
En 1994 regresó a Uchiza con las galletas en sacos.
“Era un
proyecto para trabajar con 40 comunidades. Fue bonito, pero luego
tuvimos que recoger las galletas, se pusieron rancias y duras”,
recuerda.
Por ello,
Aquilina explica que la historia de Forticao es una de avances y
retrocesos. Como un juego, descubrió que el sabor del cacao era el
indicado para contrarrestar el sabor fuerte de la hemo-globina. “‘Ya
hicimos nuestro trabajo, ahora hay que esperar a la empresa’, me
dijeron. Pero nadie venía. Me daba tanta bronca, así que renuncié a mi
trabajo y dije ‘yo lo voy a hacer’”, recuerda.
Tras ganar en
la categoría Productos Alimenticios y Nutricionales del Premio
Creatividad Empresarial 2017, se enorgullece de la rebeldía con la que
emprendió su proyecto. Pese a ello, le frustra que Forticao aún no se
distribuya en los programas sociales del Estado y llegue a las zonas del
país con los índices más críticos de anemia.
Crecer de a pocos
Desde
el 2006, Aquilina se dedica a tiempo completo a su empresa. Al año
siguiente, logró que Inkafarma comercializara su producto en todo el
país. Desde este año, también se encuentra en Mifarma. En San Martín,
donde inicialmente se hallaba la planta de Forticao, se comercializa en
casi todas las farmacias independientes.
Parte de las
actividades de la empresa es realizar campañas y charlas contra la
anemia. Por ejemplo, Aquilina trabajó con una cooperativa de
agricultores, en la que convenció al gerente de visitar todos los
comités para hablar sobre la anemia.
“Fui a las 20
comunidades y quedé sorprendida. Pensé que máximo me comprarían cuatro
por familia, pero después de la charla la gente me compraba 10 o 15 por
familia”, cuenta, pese a considerarse una pésima vendedora.
Entre los
planes a futuro, se prevé la expansión de Forticao al exterior.
“Necesitamos certificaciones que nos den más competitividad, que
deberían estar listas en unos meses todavía”, detalla.
Espera tener
lista la validación de la tercera presentación del producto en cápsula,
dirigida al segmento de personal de salud. “Algunos piensan que
cualquier tratamiento debe ser en cápsula. Con eso, se tendría cubierto
todo el segmento de clientes”, asegura.
Fuentes: