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10 de mayo de 2019

Lucy Wills, la descubridora del vital ácido fólico para las embarazadas


La científica británica investigó un factor nutricional en la levadura, conocido al principio como Factor Wills, que prevenía y revertía la anemia macrocítica.

El retrato de Lucy Wills que hay en la biblioteca del Colegio de Médicos de Edimburgo está muy lejos de transmitir la energía e inquietud que demostró como científica a lo largo de su vida. Muestra a una mujer serena en el jardín botánico al que dedicó el último cuarto de su vida, un retrato privado por el que resulta imposible adivinar que hablamos de una eminente hematóloga que practicaba el esquí de fondo, escalaba montañas e iba a trabajar en bicicleta.

Gracias a la buena educación que primero recibió y a la que más tarde pudo tener acceso, desarrolló una independencia financiera y de pensamiento que la convirtieron en una persona muy crítica con el sistema y con los comités médicos y científicos conservadores de principios del siglo pasado. Esa independencia, capacidad y ansias de conocimiento le dieron, a su vez, todo tipo de oportunidades profesionales que siempre puso al servicio de la humanidad.

Lucy Wills nació en una pequeña localidad cerca de Birmingham el 10 de mayo de 1888. Fue la tercera hija de una familia acomodada y con grandes inquietudes por los estudios científicos: su madre fue la única hija -con seis hermanos- de un conocido médico de Birmingham; su bisabuelo había participado en la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia y escribió artículos sobre meteorología y otras observaciones científicas, y su padre estaba particularmente interesado en la botánica, la zoología, la geología y las ciencias naturales en general, así como en el desarrollo de la ciencia de la fotografía.

Gracias a la lucha por la igualdad y a los logros en la consecución de derechos para las mujeres en la época victoriana, Wills fue una de las primeras generaciones de niñas que se benefició de una educación de calidad en ciencias en internados que hasta pocos años antes eran exclusivamente para varones. Asistió al Cheltenham College for Young Ladies y, años después, en 1911, obtuvo la doble licenciatura en Botánica y en Geología en el Newnham College de Cambridge University, otra institución a la vanguardia en la educación de mujeres.

El interés principal de Wills en ese momento era todavía la ciencia, no la medicina, así que después de Cambridge viajó a Sudáfrica con Margaret Hume, una compañera de estudios y amiga durante toda su vida. Hume estaba interesada en el trabajo de Sigmund Freud y Wills se contagió de ese interés hasta el punto de plantearse estudiar psiquiatría. Sin embargo, el trabajo que realizó como enfermera en Sudáfrica durante la Primera Guerra Mundial la llevó a decidirse sobre la carrera de Medicina.

De regresó a Londres, Lucy Wills ingresó en la London School of Medicine for Women, la primera escuela de medicina para mujeres de Inglaterra, y obtuvo su título universitario de médico en 1920. Comenzó a trabajar con otro amigo de Cambridge en el Departamento de Patología Química del Royal Free Hospital, y a medida que aumentaba su interés y conocimiento de la biología médica también lo hacía por el área de la hematología.

En 1928 Lucy Wills comenzó su trabajo de investigación en India para tratar de aislar los factores dietéticos que desempeñaban un papel en la llamada anemia perniciosa del embarazo. La científica estuvo en el país asiático hasta 1933, aunque algunos veranos regresaba a Inglaterra para continuar sus investigaciones en los laboratorios de Patología. En esos años, la prevalecía de muerte entre las mujeres más pobres con deficiencias nutricionales era muy alta.


La doctora Margaret Balfour, del Servicio Médico de India, le pidió que se uniera a ella en la investigación sobre la mortalidad materna y los estudios de Wills concluyeron que en el proceso estaba involucrado algún tipo de deficiencia de vitaminas. Wills también trabajó estrechamente con otros científicos como Sakuntala Talpade, Robert McCarrison y Manek Mehta para intentar encontrar un suplemento que pudiera superar la deficiencia que estaban observando.
Realizó experimentos con ratones albinos buscando suplementos que les hicieran superar las deficiencias de la anemia y también lo hizo con monos. En una ocasión, administró marmite, una pasta muy barata y comestible a base extracto de levadura, a uno de los primates que estaba dando resultados especialmente malos y sus efectos se tornaron en maravillosos.
Más adelante comenzó a tratar a mujeres embarazadas con varias sustancias y demostró que el extracto de levadura era efectivo. No pudo determinar cuál era exactamente el factor determinante, que pasó a ser conocido como el Factor Wills, y no fue hasta 1941 cuando el indispensable ácido fólico en la actualidad fue aislado en la espinaca.
Lucy Wills, la descubridora del vital ácido fólico para las embarazadas
Lucy Wills regresó a Londres en 1939 y continuó con su trabajo sobre la anemia y el efecto de la dieta en la salud y la enfermedad. Siguió con sus investigaciones como patóloga y, más tarde, fue nombrada jefa de patología hasta su jubilación en 1947. Sin embargo, nunca dejó de lado la ciencia y volvió a trabajar en Sudáfrica y en Fiji estudiando los efectos de la nutrición en la salud.
La brillante hematóloga falleció el 16 de abril de 1964, a los 75 años de edad. El obituario que el dedicó el ‘British Medical Journal’ destacó sus grandes cualidades humanas y su gran contribución a la ciencia y a la salud, especialmente en el campo de la nutrición.
Wills fue una viajera y una trabajadora incansable. Decidió no ejercer la profesión de Medicina para dedicarse a la investigación. Nunca se casó ni tuvo hijos, pero a pesar de su fuerte temperamento y sus convicciones inamovibles, disfrutó de la vida con generosidad, amabilidad y gran sentido del humor. Su habilidad en el trabajo para la resolución de problemas le permitió ser amiga de todos con los que colaboró, admirándola siempre por sus grandes cualidades humanas. En los últimos años de su vida se dedicó a sus aficiones más tranquilas: jardinería, música, teatro… pero no dejó su compromiso con los demás y durante una década ejerció como edil de Trabajo en Chelsea.
Nutricionistas y hematólogos reconocen en la actualidad su gran legado, basada en la observación simple pero que supuso un hito en la historia médica y, sobre todo, en la salud de las mujeres embarazadas.

28 de marzo de 2019

Cultivan por primera vez vasos sanguíneos humanos y los implantan en organismos vivos siedad

El descubrimiento abre nuevos caminos para el tratamiento de enfermedades como el alzhéimer y la diabetes, afirman sus autores.


El futuro de tratamiento de enfermedades vasculares ya está aquí. Un equipo de científicos han logrado cultivar vasos sanguíneos humanos a partir de células madre en la placa de Petri y luego implantarlos en ratones, donde estos "organoides vasculares" se convirtieron en vasos sanguíneos perfectamente funcionales, incluyendo arterias y capilares.

La nueva tecnología ha sido descrita en un estudio publicado en la revista Nature el miércoles. El descubrimiento representa un notable avance en la investigación de enfermedades vasculares como la diabetes y abre un camino para prevenir cambios en la estructura de los vasos sanguíneos, una de las principales causas de muerte entre personas con esta dolencia.

"Ser capaz de construir vasos sanguíneos humanos como organoides a partir de células madre es un cambio revolucionario", afirmó en un comunicado el autor principal de la investigación, Josef Penninger, director del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Columbia Británica (Canadá).

Estos "organoides se parecen a los capilares humanos en gran medida, incluso a nivel molecular, y ahora podemos usarlos para estudiar enfermedades de los vasos sanguíneos directamente en el tejido humano", añadió.

"Cada órgano en nuestro cuerpo está vinculado con el sistema circulatorio. Esto podría potencialmente permitir a los investigadores desentrañar las causas y los tratamientos para una serie de enfermedades vasculares, como el alzhéimer, dolencias cardiovasculares, problemas de curación de heridas, accidentes cerebrovasculares, cáncer y, por supuesto, diabetes", señaló.

Los científicos centran especialmente sus esfuerzos en la lucha contra esta última dolencia, que afecta a unos 420 millones de personas en todo el mundo.

Muchos síntomas de la diabetes son el resultado de cambios en los vasos sanguíneos que resultan en un deterioro de la circulación de la sangre y del suministro de oxígeno a los tejidos. Esto puede causar numerosos problemas de salud, como insuficiencia renal, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, ceguera y enfermedad de las arterias periféricas, lo que puede incluso llevar a sufrir amputaciones.

Fuente: RT Actualidad

12 de diciembre de 2018

ONU: "El 50% de la causa de anemia en Perú es por falta de acceso al agua, saneamiento e higiene"

Desde CADE 2018, especialista de la ONU dijo que la principal causa de la anemia en el país no solo es el déficit de hierro, sino también la falta de acceso al agua y saneamiento. 


La articulación de diversos actores de los sectores público y privado es fundamental para avanzar en la reducción de la anemia en el Perú, sostuvo Tania Goossens, directora del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. 

Desde CADE 2018, Goossens comentó que si bien la meta del gobierno de disminuir la anemia de 43% a 19% hacia el 2021 es ambiciosa, hay aspectos positivos que hacen viable alcanzar dicho objetivo. 

En primer lugar, dijo que ya se cuenta con un plan multisectorial en el país en la lucha contra la mencionada enfermedad. "La anemia no es solamente un asunto de salud, creo que ese plan es un reconocimiento que de verdad es el papel de muchos actores. El plan tiene 15 ministerios e involucra a otros actores", dijo Goossens a RPP en una entrevista desde Paracas, donde se realiza el foro empresarial. 

También señaló que ya se tiene identificado un modelo para realizar intervenciones en zonas del país donde hay anemia. "Lo importante es ampliar esas intervenciones a otras regiones, y las regiones con más prioridad", indicó. 

A modo diagnóstico, Goossens precisó que el 50% de la causa de anemia en el país es por el déficit de hierro, por lo que es importante que entidades como el Ministerio de Agricultura tenga un rol activo para garantizar la disponibilidad y el acceso a los alimentos. 

El 50% restante de la causa de la enfermedad obedece a la falta de acceso al agua, saneamiento e higiene. "Hay tareas pendientes en infraestructura, acceso al agua limpia e higiene, entonces otra vez hay muchos actores que pueden contribuir con el objetivo de mejorar todo esto", dijo. 

Programas de la ONU
 
Goossens explicó que la ONU ya llevó a cabo programas de lucha contra la anemia en Ventanilla (Lima) y Sechura (Piura). Dijo que el éxito de dichas iniciativas fue la participación del sector salud, la empresa privada, municipios y las propias comunidades. 

"Creo que ahí está el éxito. La asociación entre los diferentes socios y el acompañamiento a las familias. Todo esto es muy esencial", acotó. 

En esa línea, Goossens señaló que el sector privado cada vez es más consciente del problema de la anemia en el Perú, por lo que el gobierno puede trabajar más de cerca con las empresas. 

"Hay que trabajar con ellos para definir sus intervenciones en sus programas sociales o los proyectos de obras por impuestos para asegurar que haya más inversión en salud y nutrición", concluyó. 

Tomado de: Gestión (Perú)

20 de octubre de 2018

Logran eliminar el VIH en seis pacientes con trasplantes de células madre

Científicos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa de Barcelona y del Hospital Gregorio Marañón de Madrid han logrado eliminar el virus de la sangre.


Científicos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa de Barcelona y del Hospital Gregorio Marañón de Madrid han logrado que seis pacientes infectados por el VIH hayan eliminado el virus de su sangre y tejidos tras ser sometidos a trasplantes de células madre.

La investigación, que publica este lunes la revista 'Annals of Internal Medicine', ha confirmado que los seis pacientes que recibieron un trasplante de células madre tienen el virus indetectable en sangre y tejidos e incluso uno de ellos ni siquiera tiene anticuerpos, lo que indica que el VIH podría haber sido eliminado de su cuerpo.


Potencial desaparición del VIH

Los pacientes mantienen el tratamiento antirretroviral, pero los investigadores creen que la procedencia de las células madre —de cordón umbilical y médula ósea— así como el tiempo transcurrido para lograr el reemplazo completo de las células receptoras por las del donante —18 meses en uno de los casos— podrían haber contribuido a una potencial desaparición del VIH, lo que abre la puerta a diseñar nuevos tratamientos para curar el sida.

Fuentes:

El Confidencial (España)

BBC Mundo

3 de agosto de 2018

¿Por qué a algunas personas les pican más los mosquitos que a otras?

Los mosquitos eligen a sus víctimas en función de la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que emiten al respirar y no, como afirma la creencia popular, por la "dulzura" de la sangre, según revelaba un estudio publicado recientemente en Nature.

Un ser humano produce cada día aproximadamente un kilogramo de CO2, y cada vez que exhala -unas 13 veces por minuto- emite más de cien miligramos de este gas. Los mosquitos detectan una corriente con pulsaciones de CO2, de la que deducen que detrás hay "sangre fresca" para chupar. El dióxido de carbono emitido al respirar es mayor en los adultos que en los niños, y su cantidad varía en función de la dieta y del ejercicio físico que se sigan.

De hecho, entomólogos de la Universidad de Florida (EE UU) han desarrollado trampas para estos insectos que emiten dióxido de carbono como lo haría una persona o un animal.

El ácido lactico que emitimos al respirar o a través del sudor también atrae a estos insectos. Las personas más altas y las mujeres embarazadas emiten más ácido láctico y CO2, por lo que son "blancos" perfectos de los mosquitos. Las personas que acaban de hacer ejercicio físico intenso también resultan muy atractivas para los insectos.

Fuente:

Muy Interesante

4 de marzo de 2018

Las leyes que sanaron a soldados en la guerra y pueden salvar la Tierra

El biólogo Sean B. Carroll narra en su libro 'Las leyes del Serengeti' la historia de los pioneros que descubrieron los códigos que regulan la salud humana y la de los ecosistemas naturales.
 
En mayo de 1917, el científico estadounidense Walter Cannon fue enviado a Europa para participar en la guerra más sangrienta de la historia. Allí pudo ver cómo muchos combatientes heridos morían al entrar en shock ante la impotencia de los médicos. Pero Cannon iba a cambiar la situación aplicando métodos de medición novedosos y un enfoque diferente. Entonces se empezaba a tomar la presión arterial de los soldados y la prueba mostró en los sanos presiones de entre 120 y 140 milímetros de mercurio, mientras los afectados por el shock no alcanzaban los 90. La bajada de presión dejaba sin combustible a órganos vitales que se volvían incapaces de eliminar los desechos. Tratando de comprender lo que sucedía, Cannon midió la concentración de iones de bicarbonato en la sangre de sus pacientes y observó que tenían unos niveles inferiores a los normales. Eso significaba que la sangre, que normalmente es ligeramente alcalina, se había vuelto ácida. Y cuanto más ácida era la sangre, menor era la presión arterial y más grave el shock. La solución del investigador fue sencilla: administrar bicarbonato. Así salvó la vida de miles de soldados,

La experiencia, relatada por el biólogo Sean B. Carroll en su libro Las leyes del Serengeti (Debate), convenció a Cannon del delicado equilibrio entre todos los elementos que componen la maquinaria humana y supo que conocer bien esos componentes ofrecería potentes herramientas para curar. Suya es la idea de la homeostasis, el concepto que se refiere a los procesos fisiológicos de regulación que mantienen el organismo dentro de unos márgenes apropiados. Ahora, buena parte de la población ha asimilado algunas de las cifras que delimitan estos márgenes, como los niveles de colesterol o las transaminasas, y muchos tratamientos para mantener esos niveles han salvado millones de vidas.

Cannon es solo uno de los protagonistas de la obra de Carroll, un libro en el que trata de explicar a través de las historias de los científicos que las descubrieron algunas de las reglas que gobiernan la vida, desde el nivel de los procesos fisiológicos hasta los grandes ecosistemas como el parque nacional del Serengueti, en Tanzania. El biólogo estadounidense alterna la narración de las hazañas de Charles Elton, uno de los padres de la ecología, con las de científicos como Joe Goldstein o Akira Endo, que diseñaron los tratamientos para controlar los niveles de colesterol y reducir los problemas cardiacos.

En todas estas historias, Carroll trata de mostrar la similitud entre el equilibrio que mantiene la salud de un cuerpo y la de un ecosistema, y la importancia de conocer a los protagonistas de cada sistema y el papel que desempeñan en su buen funcionamiento.

El artículo completo en:

El País (España)

27 de febrero de 2018

El Red Bull y la Viagra de los gladiadores

En cada escuela de gladiadores (ludus) los esclavos, prisioneros de guerra e incluso hombres libres sedientos de sangre o de gloria practicaban y se ejercitaban en el arte de la lucha para salir victoriosos de los combates en la arena. Lógicamente, también era muy importante su preparación física y la dieta. Contrariamente a lo que podríamos pensar, por las imágenes de hombres musculosos y fornidos que el cine y la TV nos han grabado a fuego en nuestras retinas, su dieta no era rica en grasas y proteínas animales, sino todo lo contrario.

Científicos de las Universidades de Berna y Viena han estudiado los restos de decenas de gladiadores encontrados en una necrópolis de Éfeso (ciudad de la Antigüedad situada en la actual Turquía) y han llegado a la conclusión de que su dieta consistía principalmente en cereales, legumbres, verduras y apenas carne. Por lo que los podríamos considerar casi vegetarianos. Entonces, ¿su dieta no se distinguía de la del resto de los mortales? Algo sí que había distinto, porque comparando los huesos de los gladiadores con el de otros cuerpos de la época, los de los luchadores presentan mayores niveles de ciertos elementos, como el estroncio. ¿Y a qué se debía? Pues a su bebida energética.

Igual que hoy en día los deportistas toman barritas energéticas o bebidas isotónicas para recuperarse de los esfuerzos, los gladiadores tomaban un brebaje de cenizas vegetales disuelto en agua y endulzado con miel. Eso sí, pero sin darles alas.

Y lo de la Viagra, no es exactamente que ellos la consumiesen, sino que se obtenía de sus cuerpos: se creía que el sudor y la sangre de los gladiadores podía curar la impotencia -supongo que por aquello de la virilidad de estos luchadores-. De hecho, algunos comerciantes dedicados al noble arte del engaño de los ingenuos esperaban en el espoliario (lugar donde se desnudaba a los gladiadores muertos y se remataba a los heridos mortalmente) para recoger las sustancias del amor y venderlas en pequeños frasquitos.

Tomado de:

Historias de la Historia

9 de enero de 2016

¿Por qué nos podemos marear e incluso desmayar cuando donamos sangre?

Hay gente que le tiene fobia a la sangre, aproximadamente el 30 % de las personas según los últimos estudios de Isaac Marks, del Instituto de Psiquiatría de Londres. Este estudio también sugiere que el 15 % de los adultos se desmaya cuando dona sangre

Pero ¿por qué nos produce tanta impresión la sangre? ¿Por qué se produce ese desvanecimiento?

El motivo se debe generalmente a una respuesta vasovagal hiperactiva, un miedo reflejo ancestral. Esta respuesta ralentiza el corazón y disminuye la presión sanguínea, haciendo que la sangre drene hacia las piernas. Así, la sangre menos rica en oxígeno se dirige al cerebro, produciendo mareos o incluso el desmayo.

Pero ¿esta respuesta tiene alguna explicación evolutiva? Joel Levy propone la siguiente en su libro ¿Sabías qué...?:
Se trata de un buen mecanismo de supervivencia si necesitamos hacernos los muertos frente a un depredador, una reacción que podría estar en el origen de la respuesta. Y, si estás sangrando, la reducción del ritmo cardíaco podría prevenir una excesiva pérdida de sangre. Pero en la mayoría de las situaciones, especialmente en las emergencias, en las que hay que estar despierto, es más bien una molestia.
¿La mejor forma de disminuir esta respuesta? Pues según Alan Manevitz, psiquiatra del Centro Médico Weill Cornell de Nueva York, lo mejor es exponerse a menudo a la sangre.

Fuente:

Xakata Ciencia

10 de septiembre de 2014

¿En qué posición se piensa mejor? Te lo contamos...

¿Se piensa mejor tumbado o sentado? Las buenas ideas no suelen aflorar mientras dormimos, pero sí cuando estamos en posición horizontal. Esto es al menos lo que revela un experimento realizado por varios psicólogos de la Universidad de Canberra, en Australia. Según el estudio, la postura horizontal es la más idónea para estimular la creatividad, azuzar el ingenio y resolver mentalmente los problemas. Lo hacemos peor sentados o de pie. Esto es así porque, al tumbarnos, el cuerpo entra en un estado deseable de relajación para que el cerebro trabaje al cien por cien. Además, en esta posición, le llega más combustible, es decir, sangre.

Fuente:

Muy Interesante

7 de agosto de 2014

Los dinosaurios tenían sangre caliente

Los dinosaurios estarían entonces cerca de especies como los atunes y algunos tipos de tiburones y tortugas.

Los dinosaurios, ni reptiles ni mamíferos (Foto: Shutterstock)
AFP. Los dinosaurios no tenían la sangre fría como los reptiles de hoy en día ni la sangre caliente como los mamíferos y los pájaros modernos, concluye una investigación publicada el viernes en la revista Science.

Estos animales tenían una temperatura intermedia, según resulta de los análisis de los anillos de crecimiento anuales de los huesos fosilizados de varios especímenes, así como la evolución de su tamaño desde el nacimiento hasta la edad adulta.

Los investigadores de la Universidad de Nuevo México, dirigidos por el biólogo John Grady, compararon resultados en una base de datos sobre 400 animales muertos y vivos.

De este modo llegaron a la conclusión de que los dinosaurios, desaparecidos hace 65 millones de años, están en una categoría intermedia de temperatura corporal, entre los reptiles, que sólo generan su temperatura por medio de intercambios con su medio y las especies que como mamíferos y pájaros tienen mecanismos internos.

Los dinosaurios estarían entonces cerca de especies como los atunes y algunos tipos de tiburones y tortugas.

Desde los primeros descubrimientos de fósiles de dinosaurio en el siglo XIX, los científicos debaten si se trataba de animales de sangre fría o caliente.

En este estudio, los investigadores consideran que al tener un metabolismo intermedio, los dinosaurios pudieron convertirse en animales grandes e imponerse en el ecosistema, ya que no necesitaban comer tanto como los mamíferos para mantener su temperatura.

Toamdo de:

Publímetro

30 de junio de 2014

¿Qué es el Luminol?

En varias ocasiones he escuchado que los investigadores policiales hablan del Luminol, sobre todo ahora que se pretende esclarecer las causas de la muerte de Edita Guerrero. ¿Qué es esa sustancia, el Luminol?

Es una herramienta bastante útil para las investigaciones, que se aplica en completa oscuridad, en superficies en donde se presume que existen rastros de sangre.


De manera sencilla: se disuelve Luminol en agua oxigenada. Este líquido hace que la sangre se vuelva fosforescente.

De acuerdo a la publicación electrónica Observatorio Judicial, Luminol es el nombre de una técnica para la detección de sangre.

La sustancia se utiliza para establecer como ocurrieron realmente hechos criminales, en especial en escenas alteradas, lavadas y en hechos ocurridos mucho tiempo atrás.

El Luminol se puede aplicar en cualquier superficie, sea madera, cemento, tela, cartón o vidrios.

En palabras del Director del Organismo de Investigación Judicial, Jorge Rojas Vargas:

“El Luminol sirve de guía en la investigación de un caso de homicidio, porque establece si en un determinado lugar, a pesar de haber sido lavado, existen residuos de sangre, lo que permite al investigador ir formando un cuerpo más fidedigno de la investigación, al partir de un punto de sospecha”.

El reactivo muestra una alta sensibilidad ante la presencia de sangre, ya que es capaz de detectar cantidades muy pequeñas de hemoglobina, que es la proteína constitutiva de la sangre.

Las posibilidades teóricas del Luminol permiten observar reacciones positivas en muestras diluidas hasta diez mil veces y detectar manchas de veinticinco años de antigüedad.

No obstante, en nuestro país, que posee diferentes temperaturas climáticas es variable la aplicación de la sustancia, lo cual convierte en relativo el tiempo para aplicarlo.

En Costa Rica se ha aplicado con resultados positivos en casos ocurridos hasta siete años atrás.

La prueba del Luminol es quizá la reacción química más indicada para la localización de manchas de sangre no visibles al ojo humano, por su alta sensibilidad, ya que permite en forma rápida tratar grandes superficies.

¿Pero qué es?

 

El Luminol es un polvo compuesto por tres químicos que, al combinarse, se licuan.

Su aplicación se debe de efectuar en absoluta oscuridad y en las zonas del escenario en donde se sospecha la presencia de sangre.

Al rociarse, en pocos segundos aparecerán lugares luminosos que demuestran que allí hubo manchas de sangre, a través de un químico llamado peroxidasa.

Y así, a la vez que comprendemos mejor las noticias sobre la muerte de Edita Guerrero (de Corazón Serrano), hemos aclarado nuestras propias dudas sobre el Luminol.


Y, por supuesto, si requiere mayor precisión química sobre el Luminol puede ir a este enlace de Wikipedia.

Fuente:

Criminalística (México)

21 de junio de 2014

Tener bajo nivel de glucosa 'enciende' las discusiones de pareja



Tener bajos niveles de azúcar en la sangre puede provocarnos un aumento de la agresividad y que las discusiones entre parejas sean más incendiarias. Es la conclusión de un estudio llevado a cabo por investigadores de las universidades de Ohio (EEUU) y Amsterdam (Holanda).

El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), contó con la participación de 107 parejas casadas. Durante 21 días consecutivos midieron sus niveles de glucosa en sangre dos veces al día. Tras este período los investigadores comprobaron que las personas con menores niveles de glucosa habían tenido más estallidos de ira hacia su respectiva pareja que los que tenían niveles normales de azúcar.

En otra fase del experimento, a todos los participantes se les facilitó un muñeco de vudú con similitudes con su pareja y 51 alfileres. La prueba consistía en que al final del día tenían que insertar tantos alfileres en el muñeco según su nivel de enfado (sin la presencia de su pareja). Los resultados revelaron que cuanto más bajo era el nivel de glucosa, más alfileres clavaban en el muñeco que representaba a su pareja.

“Hay una clara relación entre los impulsos agresivos, como los que hemos observado con los muñecos, y una conducta agresiva real”, afima Brad Bushman, autor principal del estudio.
Esto sucede básicamente porque el autocontrol se “alimenta” de la glucosa en la sangre, y cuando esta energía se agota, provoca una disminución de esta capacidad, de ahí que tener una discusión mientras se tiene hambre no sea especialmente una buena idea, ya que irremediablemente estaremos más iracundos y agresivos.

Fuente:

Muy Interesante

31 de octubre de 2013

Est le sucede a tu cuerpo después de beber Coca Cola

El efecto “Coca Cola” en el cuerpo 


En los primeros 10 minutos: Diez cucharaditas de azúcar contenidos en un vaso de Cola, causan un devastador "golpe" en el organismo y la única causa, como la razón de no vomitar, es el ácido fosfórico que inhibe la acción de azúcar.

A los 20 minutos: El nivel de azúcar en tu sangre aumenta rápidamente, causando una explosión de insulina. Tu hígado responde a esto convirtiendo cualquier cantidad de azúcar que pueda atrapar en grasa. (Y hay mucha azúcar en estos momentos) 

A los 40 minutos: La absorción de la cafeína esta completa. Tus pupilas se dilatan; la presión de tu sangre sube; como respuesta, tu hígado libera mas azúcar en tu torrente sanguíneo. Los receptores de adenosina en tu cerebro ahora están bloqueados y esto previene que te dé sueño 

A los 45 minutos: Tu cuerpo aumenta la producción de dopamina, estimulando los centros de placer en tu cerebro. Esto es físicamente, la misma forma en que la heroína trabaja, a propósito. 

A los 60 minutos: El ácido fosfórico se une al calcio, magnesio y zinc en el tracto gastrointestinal, que sobrealimenta el metabolismo. La liberación de calcio a través de la orina también se eleva. 

Despues de lo 60 minutos: Las propiedades diuréticas de la cafeína entran "al juego". (Te hace dar ganas de ir al baño.) Ahora es seguro que evacuaras el calcio, magnesio y zinc que estaba dirigido hacia tus huesos, así mismo como los electrolitos, sodio y agua. Mientras la fiesta dentro de tu cuerpo muere poco a poco, comienzas a tener un bajón de azúcar. Los consumidores se pueden volver irritables, lentos o perezosos. 

También ya has, literalmente, orinado toda el agua que estaba en la Coca Cola. Pero no sin antes agregarle nutrientes valiosos que tu cuerpo pudiera haber usado para cosas tan importantes como hidratar tu sistema, o construir huesos y dientes fuertes. Esto será seguido por un bajón de cafeína el cual vendrá en las próximas horas. (Tan solo 2 si eres un fumador).

Fuente:

La Verdad Oculta

23 de septiembre de 2013

Landsteiner y las transfusiones sanguíneas

Durante la elaboración de este artículo, me di cuenta de que me estaba quedando algo más denso de lo que pretendía en un principio. Así que borré todo y volví a empezar, procurando hacerlo algo más simple. Por ello, desde un principio aviso que hay algunas expresiones, datos, etc. que quizás no sean totalmente correctos. Un artículo en el que cada detalle está matizado habría sido el doble de largo y desde luego, mucho más denso. Gracias.




Un grupo de cinco cazadores primitivos divisan una cabra que está, inadvertida, rumiando en un peñón. Se acercan por arriba haciendo el mínimo ruido posible, con el objetivo de sorprender al animal y que éste, en su huida, se despeñe cuesta abajo y quede vulnerable. De repente, algo sale mal. Unas cuantas piedras se desprenden pendiente abajo, alertando al animal. Uno de los cazadores resbala, y cae por la pendiente rocosa hasta llegar abajo. Los demás le siguen y encuentran que, aunque sigue vivo y consciente, su pierna está sangrando.
Los cazadores no entienden qué pasa. Saben que cada vez que alguien empieza a perder mucho de ese fluido rojo y tibio, suele marearse, y a veces dormir para no despertar nunca. Parece natural pensar que, quizás si se repone ese líquido, el malogrado cazador volverá a estar tan saludable y vigoroso como siempre. Pero, ¿de dónde sacar ese líquido? Parece que los animales también lo tienen, así que quizás se pueda aprovechar la sangre de algún venado. Sin embargo, aún habría otro problema: ¿cómo podría llevarse esa sangre hasta el interior del cuerpo del cazador?


Desde luego, hemos aprendido un par de cosas sobre la sangre desde que dejamos de ir a cazar en manadas. Ahora sabemos qué tipo de sangre y qué componentes podemos usar en cada situación, y además sabemos cómo insertarla en el cuerpo de forma que este la acepte, de la forma más higiénica y eficiente posible. Pero, ¿cómo pasamos de no saber nada a poder almacenar bolsas de plasma perfectamente identificadas en cámaras frigoríficas?
El primer intento de transfusión registrado de la historia fue el del humanista y abogado italiano Stefano Infessura. Tres meses antes de que Cristóbal Colón llegase a costas americanas, el papa Inocencio VIII cayó en coma. El ya mencionado Stefano reunió a tres niños de diez años, a los cuales sacó sangre. Cuando digo que sacó sangre, quiero decir que les sacó mucha sangre. Este abogado metido a quiropráctico no sabía gran cosa acerca del sistema circulatorio, así que la transfusión se realizó vía oral. Lógicamente, el papa -que había tenido que beber la sangre de los tres niños, según se cuenta- falleció al poco, al igual que los tres pequeños donantes.
El desconocimiento de Stefano no era fortuito. Sí que había algún que otro tratado acerca de la circulación sanguínea, pero ningún científico europeo tenía acceso a este con bastante seguridad. Esto se debe a que dicho documento se hallaba a casi tres mil kilómetros de Stefano, en Damasco. Su autor, el médico árabe Ibn Nafis, había fallecido unos 150 años antes de que Stefano naciera, y además (por si no lo había dicho ya) era árabe. Los conocimientos adquiridos por los árabes habían permanecido fuera del alcance de los intelectuales europeos, así que tuvo que pasar mucho tiempo hasta que en Europa se tuvo conocimiento de las investigaciones de Ibn Nafis. Este médico sirio había investigado lo que a día de hoy conocemos como circulación pulmonar, que no es más que el proceso por el que la sangre va desde los pulmones al corazón, distribuyendo el oxígeno, y hace el camino de vuelta. A la izquierda podemos observar una de las ilustraciones de sus tratados. 

No hubo grandes avances hasta un tiempo después. Nos trasladaremos a la España del siglo XVI. El teólogo y científico Miguel Servet había estudiado, seguramente sin conocimiento de los trabajos de Ibn Nafis, la circulación pulmonar. Publicó sus estudios en un libro de teología llamado Christianismi Restitutio. Además de no cobrar mucha fama, fue acusado de herejía por su opinión poco ortodoxa acerca de ciertos asuntos religiosos. Como otras tantas veces en la historia de la ciencia, el mundo no estaba listo para un nuevo descubrimiento, y los conocimientos pasaron inadvertidos durante casi un siglo más.

En 1628, el anatomista inglés William Harvey había publicado un libro, Un estudio anatómico sobre los movimientos del corazón y la sangre de los animales, en el que exponía una teoría que revolucionaría totalmente el mundo de la antomía. Según Harvey, el corazón es una bomba que hace circular la sangre por todo el cuerpo, a través de las venas y arterias. Dicha teoría fue finalmente aceptada por la comunidad científica. Con cada nueva observación, la teoría de Harvey no hacía más que ganar validez.
El interrogante básico (cómo se comporta la sangre dentro del cuerpo) empezó a tener una explicación, cada vez más clara. Parecía claro que podría localizarse algún conducto en el que introducir sangre en caso de necesidad. Dicho y hecho: los médicos y sanadores del siglo XVII empezaron a experimentar. En principio no parecía haber diferencias entre las sangres de diferentes especies: la sangre de un perro parecía tan roja y tan viscosa como la de cualquier humano. Así, en 1667, el médico francés Jean-Baptiste Denys escribió lo siguiente de un paciente de sífilis que murió tras su tercera transfusión de sangre de perro:
Estaba en el proceso exitoso de recibir la transfusión [...] pero algunos minutos después su brazo se calentó, su pulso aceleró, el sudor brotó sobre su frente, se quejaba de fuertes dolores en los riñones y en el estómago, su orina era oscura, negra de hecho [...] luego murió [...]
En esa época no había agujas finas y estériles como las de ahora, así que el doctor Denys solía usar plumas de aves a modo de agujas, además de sangre de oveja y perro. Sin embargo, esto suponía un avance: un enfermo había conseguido alargar su vida recibiendo sangre ajena.
Ahora entra en juego el científico que da nombre a esta entrada. Antes de hablar de sus descubrimientos, presentemos brevemente a este científico. Karl Landsteiner era hijo de un afamado periodista vienés, Leopold Landsteiner, que murió cuando el joven Karl contaba sólo con seis años. Esto condujo a que Karl, aún siendo niño, fortaleciese los vínculos que tenía con su madre, que fue su único apoyo durante su infancia. El nombre de esta señora era Fanny, de apellido de soltera Hess. Al ser judía, se vio perseguida mientras vivió en Austria con su hijo, al que no le permitieron estudiar en universidades alemanas. Le ofrecieron ser bautizado bajo el cristianismo, cosa que Karl rechazó. Estudió Medicina en la universidad de Viena. Mientras estudiaba, publicó un ensayo que relacionaba la dieta con la composición de la sangre. Tras doctorarse, viajó a Alemania para estudiar química con el futuro premio Nobel de Química Hermann Fischer. Y ya en el año 1900 realizó un descubrimiento que resultaría enormemente fructífero después: cuando la sangre de dos personas se mezclaba, sucedía que a veces se coagulaba.

Tras una serie de investigaciones, Landsteiner descubrió lo que a día de hoy se conoce como sistema ABO, en 1901. Seguramente hayas escuchado alguna vez a alguien decir que su grupo sanguíneo es A+, B-, O+ o algo por el estilo. El origen de esa clasificación (que como ahora veremos es utilísima) tiene su origen en este médico austríaco.


Antes debemos darle un repaso a la composición de la sangre. Nuestra sangre está formada mayoritariamente (en un 78%) por una sustancia amarillenta y transparente, el plasma. En el plasma hay disueltos numerosos nutrientes (carbohidratos, vitaminas, grasa), gases (nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono), materia de desecho (ácido úrico, sales), hormonas, y una lista interminable de sustancias. También hay flotando una serie de células, que podemos dividir en tres grupos: glóbulos rojos, glóbulos blancos, y plaquetas. Las plaquetas son las que hacen que la sangre se coagule, para cerrar heridas, por ejemplo. Los glóbulos blancos (hay varios tipos diferentes) se encargan de mantener limpio de intrusos nuestro organismo. Y los glóbulos rojos, que son los que confieren a la sangre su color característico, llevan oxígeno desde los pulmones a los tejidos, para posteriormente llevar el dióxido de carbono de los tejidos a los pulmones, cerrando así el ciclo. A la izquierda podemos ver un tubo de sangre que ha sido centrifugada. La capa amarilla es el plasma, la roja oscura son los glóbulos rojos, y esa pequeña franja marrón entre ambas, las plaquetas y los leucocitos.

Lo que Landsteiner descubrió es que los glóbulos rojos tienen una serie de sustancias en su superficie llamadas antígenos. Hay dos tipos diferentes de antígenos: A y B.

Estas sustancias funcionan como tarjetas de identificación. Si tú produces glóbulos rojos con antígenos A, tu organismo funcionará correctamente siempre y cuando todos tus glóbulos rojos sean del tipo A. Si por cualquier motivo apareciesen en tu organismo glóbulos rojos cuyos antígenos son del tipo B, tu cuerpo intentaría destruirlos. Básicamente, cualquier organismo intenta destruir antígenos diferentes a los que él produce. Del mismo modo, una persona con sangre del tipo B no aceptará glóbulos del tipo A, ya que su cuerpo reaccionaría violentamente.

Pero eso no es todo. Resulta que, además, hay dos casos especiales. Hay gente cuyos glóbulos no producen ninguna de estas sustancias, ni A, ni B. Decimos entonces que el grupo sanguíneo de esa persona es O (letra O, aunque hay quien usa el número cero). Una persona con grupo O no producirá ningún antígeno, y por tanto reaccionará negativamente al recibir cualquiera de los dos. Por otro lado, hay personas que, no contentas con un un antígeno, tienen los dos: producen antígenos A y antígenos B.

En resumen: los posibles grupos sanguíneos que tenemos son A, B, AB y O. Podemos empezar a sacar conclusiones. Sabemos que tanto A como B están en igualdad de condiciones. También sabemos que, de entrada, la gente con grupo O estará desfavorecida, pues la presencia de cualquier antígeno les hará empeorar. Y en el lado contrario, la gente con grupo AB se verá beneficiada, pues su organismo reconoce ambos antígenos y no reaccionará desfavorablemente.


Pero, ¿qué es ese signo que se suele añadir tras la letra?

Landsteiner descubrió más tarde algo que haría el sistema ligeramente más complejo. Mientras investigaba con macacos Rhesus, descubrió que hay una proteína que también entra en juego, y que se encuentra en la superficie de los glóbulos rojos. De nuevo, nos podemos encontrar con dos casos diferentes: puede ser que una persona produzca esa proteína (en cuyo caso diremos que tiene un factor Rh positivo) o que no lo haga (y entonces, tendrá un factor Rh negativo). Las letras Rh vienen del nombre científico de los monos con los que Landsteiner estaba trabajando cuando hizo el descubrimiento. Ahora nos encontramos con la siguiente situación. Hay gente que produce determinada proteína, y por tanto, su cuerpo la reconoce. Esa gente podrá recibir sangre con esa proteína o sin ella. Sin embargo, la gente que no la produce de forma innata, no tendrá capacidad para reconocer esa proteína en una transfusión, así que su organismo reaccionará en caso de recibirla. Suena bastante complicado, así que, para no tener que estar pensando en los pros y los contras de cada transfusión, los científicos elaboraron una tabla en cuanto se hizo el descubrimiento:


Vamos a intentar desmigar un caso en particular para entender de qué va todo esto. Yo, por ejemplo, soy AB-. Esto quiere decir que:

  • Mis glóbulos rojos tienen antígenos A, y antígenos B.
  • No produzco determinada proteína, así que mi factor Rh es negativo

Dicho esto vamos a averiguar a quién puedo darle mi sangre. De entrada, no puedo donar a nadie que sea A, ni que sea B. Ambos se sentirían mal al recibir los dos antígenos. Tampoco puedo donar a alguien que sea O, pues su cuerpo tendría que enfrentarse a dos sustancias desconocidas y acabaría mal. Así que sólo podría donarle a otros AB. Ahora entra en juego el factor Rh. Yo no produzco la proteína, así que podría donar a alguien que sí la produjese sin que pasase nada raro. También podría donar a alguien que no. En resumen, puedo donar a gente con grupo sanguíneo AB+ o AB-.

Ahora averigüemos quién me puede donar a mí. Como tengo antígenos A y B, no tendría problema en aceptar sangre de grupo sanguíneo A, B, o AB. Tampoco O, pues recordemos, el grupo O es el que no produce ninguna. Las cosas pintan bien: puedo recibir, de momento, de todo el mundo. Si consideramos el factor Rh, las cosas empeoran bastante. Como no produzco determinada proteína, si alguien que sí la produce me donase sangre, mi cuerpo reaccionaría mal. Así que sólo puedo recibir sangre de gente que no la produzca. En resumen, puedo recibir sangre de cualquiera, siempre que tenga un factor Rh negativo: A-, B-, AB- y O-.

Hay dos casos que podríamos llamar destacables. La gente que es AB+ puede recibir sangre de cualquiera: son receptores universales. Por otro lado, la gente cuyo grupo es O- puede donar a todo el mundo: son donantes universales. Por este motivo, los O- son tan apreciados en las clínicas de donación de sangre.

Ni que decir tiene que al señor Landsteiner le dieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina, en el año 1930. Dejó tras de sí un cuerpo de conocimientos de inestimable valor, habiendo salvado también un número incalculable de vidas.



Nuestro protagonista, además de estudiar los grupos sanguíneos, también descubrió el poliovirus (el agente causante de la poliomielitis). Vivió una temporada en los Países Bajos, y consiguió la nacionalidad estadounidense en 1929. Posteriormente, se dedicó a investigar en Nueva York. El día 22 de junio de 1943 sufrió un ataque al corazón, que hizo necesario su ingreso en el hospital en el que tanto había hecho por la ciencia. Murió dos días después, el 24 de junio de 1943. Siempre fue una persona enérgica, e hizo observaciones en numerosos campos del conocimiento. También era de carácter pesimista, y prefería la soledad a la compañía. Murió, según se cuenta, "pipeta en mano", entregado a su trabajo hasta donde sus fuerzas le dejaron. Hasta el año 2002, los austriacos los recordaban cada vez que tenían en sus manos un billete de mil chelines, en el cual aparecía trabajando en su laboratorio. Sin duda se podría decir mucho más de la vida de este hombre, pero bastante larga me está quedando ya la entrada. Si queréis seguir leyendo, podéis visitar los enlaces de la bibliografía para aprender más sobre su vida y sus descubrimientos.

Ya va siendo hora de acabar.

Desde que ese cazador se despeñase por una ladera rocosa, hemos aprendido, como dije al principio, un par de cosas sobre el tema. A día de hoy sabemos quién puede donar sangre a quién. Tenemos técnicas para extraer, conservar, almacenar, separar e inyectar sangre, suero, plasma, plaquetas, y prácticamente cualquier cosa. Y lo más importante, tenemos vastos sistemas de donaciones, a los que la gente acude en masa a regalar, de la forma más altruista posible, lo más personal que tiene: su sangre.

Fuente:

La última pregunta

7 de septiembre de 2013

¿Qué tanto afecta a nuestro cuerpo la falta de sueño?

¿Qué ocurre dentro de nuestros cuerpos después de una racha de noches con poco sueño? Puede afectar a nuestro cuerpo en muchos niveles, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Surrey.

Se analizó la sangre de 26 personas después de que habían pasado una semana durmiendo hasta 10 horas cada noche. Luego pasaron una semana durmiendo menos de 6 horas diarias, y se compararon ambas muestras.

Se descubrió que más de 700 genes se alteraron durante este cambio. Cada uno de ellos contiene las instrucciones para construir proteínas, así que se alteró el contenido químico del cuerpo. En ocasiones se produjeron más proteínas, pero en otros casos se entorpecían las funciones.

También se encontró que se ven afectados el sistema inmune y la forma en que el cuerpo responde al daño y al estrés. “Claramente, el sueño es crítico para reconstruir el cuerpo” dijo el profesor Colin Smith, “si no podemos reparar y reemplazar a nuestras células, entonces eso nos llevará a enfermedades degenerativas”.
 
Por si fuera poco, existen demasiadas personas que obtienen mucho menos horas de sueño, o por tiempos más prolongados, que los sujetos del estudio, así que estos padecimientos son comunes. Por suerte, se pueden prevenir con tomar una o dos horas extras de sueño

Fuente:

Ecoosfera

19 de agosto de 2013

¿Cúanto tiempo dura el alcohol en la sangre?

Cuando se introduce alcohol al organismo, mediante la ingesta de una bebida alcohólica, éste atraviesa el esófago, llega al estómago y luego al intestino delgado. Allí, una pequeña parte es absorbida por la membrana mucosa mientras que las paredes del intestino delgado absorben grandes cantidades de alcohol y las transfiere al torrente sanguíneo.

El alcohol tiene un gran solubilidad en el agua, por lo cual una vez en el torrente sanguíneo, se transporta por todo el cuerpo y es absorbido por los diferentes tejidos. Pero ciertas cantidades quedan en la sangre y para determinar cuáles son esas cantidades, se realiza el llamado control o test de alcoholemia, también conocido como BAC, sigla del inglés Blood Alcohol Concentration (concentración de alcohol en la sangre).

El BAC se determina mediante un porcentaje de la masa, la masa por el volumen o bien una combinación de ambos, razón por la cual las cantidades de alcohol en la sangre se expresan en porcentajes. De esta manera, apenas un 0,08% de alcohol ya puede detectarse en la sangre, así como también en el aliento o en la orina de cualquier persona que haya ingerido esta sustancia en un determinado período de tiempo. No obstante, existen factores como el sexo y el peso de una persona, la cantidad de alcohol que se ha consumido o el tiempo que ha transcurrido desde la ingesta, que pueden afectar los niveles que el control de alcoholemia va a registrar.

¿Cuánto tiempo dura el alcohol en la sangre y cómo se elimina?

El alcohol se mide en unidades, una unidad de alcohol equivale a 10 ml. del 100% de alcohol que está en unos 30 ml. de whisky o de 236 ml. de cerveza. Entonces, el cuerpo tarda una hora en quitar una unidad de alcohol de la sangre. El peso, la edad, el género, la tasa metabólica, los niveles de tensión, el tipo de alcohol ingerido, la cantidad, la cantidad de alimento ingerida antes de beber el alcohol y el estado de salud de órganos como el hígado, determinarán considerablemente si se demora más o menos tiempo para eliminar el alcohol de la sangre.

Si una persona ingiere unos 250 ml. de vino, el cuerpo necesita unas 3 horas completas para metabolizar el alcohol, unos 500 ml. de cerveza equivalen a un poco más de 2 horas y una cerveza fuerte, puede llevar el doble. Por eso, hasta 12 horas después de haber ingerido alcohol, el test de alcoholemia puede llegar a detectar rastros de alcohol en la sangre. Por supuesto, estos datos son estimativos, ya que hay muchas variantes que pueden incidir en los resultados.

Un hígado que funciona adecuadamente es capaz de metabolizar unos 10 ml. de alcohol puro por hora. Dependiendo de la cantidad de alcohol que se ha introducido en el organismo, se estima que en un lapso de 10 horas completas, el cuerpo es capaz de recuperar su estado normal, cuando la borrachera ya ha pasado y con sus distintos mecanismos, el cuerpo se limpia naturalmente.

Básicamente, el cuerpo elimina el alcohol de tres formas elementales: mediante la evaporación, la excreción o la defecación y el metabolismo propio del organismo. Cerca de un 10% del alcohol ingerido es excretado por lo riñones, mientras que apenas un 1% se elimina mediante la evaporación, es decir, mediante la respiración, el sudor y las lágrimas. Finalmente, el resto se elimina gracias al metabolismo del hígado.

Tomado de:

Culturizando 

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25 de febrero de 2013

¿Influye el grupo sanguíneo en la personalidad?


Muestras de sangre

No hay evidencias de que el grupo sanguíneo defina la personalidad.


Esta es una noción bastante popular en Japón y Corea del Sur.

Se cree que los del grupo A son perfeccionistas y trabajan bien en equipo, los del grupo 0 son curiosos, generosos y obstinados, los del AB tienen inclinaciones artísticas y son impredecibles, y los del tipo B son alegres, excéntricos y egoístas.

No existe una razón biológica para esto y no hay investigaciones que apoyen esta teoría.

El grupo sanguíneo define sólo qué proteínas se encuentran en la superficie de los glóbulos rojos.

Un poco como ocurre con los signos del zodíaco, es posible que al saber qué tipo de personalidad se "supone" que uno debe tener, se tienda a exagerar o a darle un significado especial a las conductas que coinciden con lo supuesto.

Este es un ejemplo de sesgo confirmatorio, cuando prestamos más atención a la evidencia que parece respaldar nuestros prejuicios que a aquella que los contradice.

La mayoría de la gente se comporta con una mezcla de todas las características de personalidad adjudicadas a los grupos sanguíneos.

Fuente:

BBC Ciencia
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