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11 de febrero de 2020

Coca-Cola: no dejará de utilizar plástico para el envase de sus gaseosas


La multinacional produce cerca de 200 mil botellas plásticas por minuto y su portavoz Beatriz Pérez, expresó que no pretenden cambiar el material porque se afectarían sus niveles de venta.

Coca-Cola defiende sus botellas de plástico. A través de su vicepresidenta senior, Beatriz Pérez, la multinacional ha expresado en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, que no abandonarán este material ya que un cambio de esta naturaleza sería perjudicial para las ventas.

Estos motivos fueron explicados por la representante de la empresa durante una entrevista con la BBC. La trabajadora también señaló que sus clientes prefieren esta presentación “porque se vuelven a sellar y son livianos”.

“Las compañías no estarán en el negocio si no nos amoldamos a los consumidores”, mencionó Pérez, quien, según el portal web de Coca-Cola, ha trabajado en temas relacionados con la sostenibilidad y el medio ambiente.

La firma se ha propuesto reciclar una cantidad equivalente a la que produce para el año 2030. Sobre este objetivo, Pérez se ha mostrado optimista. “Tenemos que alcanzar este objetivo y lo haremos, no hay duda”, manifestó.

Cabe resaltar que Coca-Cola se ha convertido en una de las mayores productoras de desechos plásticos en el mundo. La BBC indica que Coca-Cola produce casi tres millones de toneladas de envases de plástico al año, cantidad equivalente a 200 mil botellas de plástico por minuto.

Por su parte, la ONG dedicada a temas ambientales Greenpeace indica que “unos 12,7 millones de toneladas de plástico acaban en el océano cada año”. Además, indican que “hay cinco billones de fragmentos de plástico en nuestros océanos, suficiente para rodear la Tierra más de 400 veces”.

Con sede en Atlanta, Georgia, la empresa multinacional Coca-Cola ha conseguido 4285 millones de dólares durante el primer semestre del año pasado, un 16% más que el 2018. Este incremento en las ganancias se debe a que su producto estrella, la bebida gaseosa, aumentó en consumo. Así lo dio a conocer la agencia de noticias Efe.

Según la propia compañía, poseen 250 socias embotelladoras en todo el mundo y 20 marcas de bebidas. Además, ofertan 1900 millones de bebidas diarias en 200 países.


13 de septiembre de 2018

Pepsi: la primera empresa extranjera en ser comercializada en la URSS

El 2 de diciembre de 2010 PepsiCo (la multinacional estadounidense que produce y distribuye el refresco Pepsi) invirtió 3.800 millones de dólares en la compra del 66% de Wimm-Bill-Dann, la mayor compañía rusa de productos lácteos. Y aunque muchas analistas consideraron que Pepsi estaba pagando un precio demasiado alto, la relación comercial entre Pepsi y URSS -ahora Rusia- ha dado lugar a acuerdos comerciales que podemos calificar como “curiosos”. Todo comenzó en la Exposición Nacional Americana, celebrada en Moscú en el verano de 1959, tras otra exposición similar de la URSS que tuvo lugar unos meses antes en la ciudad de Nueva York. Con aquellas exposiciones se trataba de reducir las tensiones derivadas de los primeros años de la Guerra Fría, pero la delegación estadounidense, con el por entonces vicepresidente Richard Nixon a la cabeza, no desaprovechó la oportunidad de promocionar la sociedad de consumo y el estilo de vida estadounidense frente al régimen comunista.


Nikita Kruschev, el máximo dirigente soviético, y Richard Nixon recorrían la muestra cuando llegaron a las proximidades del stand de Pepsi. Ya fuese por la elevada temperatura -era el mes de julio- o por tener que aguantar la charla de Nixon, el caso es que Donald Kendall, vicepresidente de marketing de Pepsi, se dio cuenta de que Kruschev estaba sudando, cogió un vaso de su refresco y se lo ofreció al dirigente soviético. La instantánea de aquel momento fue el mejor anuncio publicitario de Pepsi. Kendall entendió que la Unión Soviética era un enorme mercado en potencia y, además, donde su competidor Coca-Cola no había logrado penetrar. Así que, se aferró a la idea de convertir a Pepsi en el primer producto extranjero que se vendiese en la URSS. Tras varios años de negociaciones y con el apoyo de Richard Nixon, presidente desde 1969, en 1972 Donald Kendall (presidente de Pepsi desde 1963) firmó el acuerdo con las autoridades soviéticas. Pero todavía había un problema, el rublo no podía ser intercambiado en el mercado internacional. Entonces, ¿cómo podrían pagar los soviéticos los refrescos enviados desde EEUU para su comercialización? Pues con un acuerdo que se pone de ejemplo en las Escuelas de Comercio del llamado countertrade (comercio compensado). Se acordó que los soviéticos pagarían con vodka, convirtiendo a Pepsi en el importador exclusivo del vodka Stolichnaya para el mercado estadounidense.


El siguiente paso a la comercialización del refresco en la Unión Soviética fue la inauguración en 1974 de la primera planta de Pepsi en Novorossiysk (ahora ya cuenta son decenas). Pero no todo iba a ser un camino de rosas, en los años 80 las cosas se complicaron para Pepsi. Aunque más tarde el problema se solucionó, al no participar los Estados Unidos como protesta por la invasión de Afganistán, en 1980 se iban a celebrar los Juegos Olímpicos en Moscú y Coca-Cola tenía los derechos de explotación desde los Juegos de 1924. Además, el 23 enero de 1985 las autoridades soviéticas autorizaron la comercialización de la Coca Cola. Aunque al comienzo la Coca Cola era exportada y sólo se podía comercializar en tiendas para turistas, se había roto el monopolio y Kendall entendió que debía moverse. Se reunió con las autoridades soviéticas para estudiar nuevos tratados comerciales, pero ahora con la presión de su gran competidor acechando. En 1989 se firmó un nuevo countertrade por el que Pepsi se hacía con 17 submarinos de guerra, un crucero, una fragata y un destructor. De esta forma, la URSS limpiaba su obsoleta Armada y Pepsi se convertía durante unos días en la sexta potencia militar más grande del mundo en número de submarinos. De hecho, se cuenta que Donald Kendall le dijo a Brent Scowcroft, asesor de seguridad nacional del presidente Bush (padre)
Estamos desarmando a la Unión Soviética más rápido que vosotros.
Lógicamente, aquella situación sólo duró unos días ya que fueron vendidos a una compañía sueca para el reciclaje de chatarra. A comienzos de los noventa, con la Perestroika de Gorbachov y la posterior desintegración de la Unión Soviética, Pepsi no pudo mantener su posición dominante y Coca-Cola pudo introducirse en el mercado ruso, superando su cuota de mercado a la de Pepsi en 2005.

Tomado de: Historias de la Historia

31 de octubre de 2013

Est le sucede a tu cuerpo después de beber Coca Cola

El efecto “Coca Cola” en el cuerpo 


En los primeros 10 minutos: Diez cucharaditas de azúcar contenidos en un vaso de Cola, causan un devastador "golpe" en el organismo y la única causa, como la razón de no vomitar, es el ácido fosfórico que inhibe la acción de azúcar.

A los 20 minutos: El nivel de azúcar en tu sangre aumenta rápidamente, causando una explosión de insulina. Tu hígado responde a esto convirtiendo cualquier cantidad de azúcar que pueda atrapar en grasa. (Y hay mucha azúcar en estos momentos) 

A los 40 minutos: La absorción de la cafeína esta completa. Tus pupilas se dilatan; la presión de tu sangre sube; como respuesta, tu hígado libera mas azúcar en tu torrente sanguíneo. Los receptores de adenosina en tu cerebro ahora están bloqueados y esto previene que te dé sueño 

A los 45 minutos: Tu cuerpo aumenta la producción de dopamina, estimulando los centros de placer en tu cerebro. Esto es físicamente, la misma forma en que la heroína trabaja, a propósito. 

A los 60 minutos: El ácido fosfórico se une al calcio, magnesio y zinc en el tracto gastrointestinal, que sobrealimenta el metabolismo. La liberación de calcio a través de la orina también se eleva. 

Despues de lo 60 minutos: Las propiedades diuréticas de la cafeína entran "al juego". (Te hace dar ganas de ir al baño.) Ahora es seguro que evacuaras el calcio, magnesio y zinc que estaba dirigido hacia tus huesos, así mismo como los electrolitos, sodio y agua. Mientras la fiesta dentro de tu cuerpo muere poco a poco, comienzas a tener un bajón de azúcar. Los consumidores se pueden volver irritables, lentos o perezosos. 

También ya has, literalmente, orinado toda el agua que estaba en la Coca Cola. Pero no sin antes agregarle nutrientes valiosos que tu cuerpo pudiera haber usado para cosas tan importantes como hidratar tu sistema, o construir huesos y dientes fuertes. Esto será seguido por un bajón de cafeína el cual vendrá en las próximas horas. (Tan solo 2 si eres un fumador).

Fuente:

La Verdad Oculta

28 de octubre de 2013

Sprite: ¿Encierra la cura contra la resaca?

Científicos chinos probaron el efecto de 57 bebidas e infusiones diferentes en las enzimas que procesan el alcohol en el hígado.

Un equipo de científicos chinos de la Universidad Sun Yat-Sen investigó los efectos que 57 distintas bebidas gaseosas e infusiones causan en nuestras enzimas que metabolizan el alcohol, buscando así determinar que brebaje es el más favorable para recuperarse de la resaca (o cruda, caña, guayabo, etcétera dependiendo del lugar).

El artículo fue publicado en la revista Food & Function de la Royal Society of Chemistry. En éste, los investigadores describen el experimento que consistió en probar cómo los brebajes afectan a las enzimas alcohol deshidrogenasa (ADH) y aldehído deshidrogenasa (ALDH), las responsables de metabolizar el alcohol en el hígado.

La enzima ADH es la responsable de oxidar el etanol para convertirlo en acetaldehído (o etanal), el que luego es transformado por la enzima ALDH en acetato.

El asunto es que el acetaldehído es el principal factor para la aparición de la resaca, además de provocar varios efectos dañinos sobre nuestro cuerpo, por lo que se buscó la bebida que potenciara más la actividad del aldehído deshidrogenasa, pues así nuestro cuerpo procesaría más rápido al dañino acetaldehído.

Lo curioso fue el resultado: De todos los líquidos probados, los que mostraron un desempeño significativamente superior al resto fueron 惠宜苏打水 y 雪碧, más conocidos en occidente como el agua embotellada de Great Value (una marca de Wal-Mart) y la bebida Sprite, la cual los científicos creen que podría tener componentes que causan el mismo efecto en la ALDH que la taurina.

Esto no significa que ahora te debes dedicar a tomar Sprite con tequila, pisco, vodka, vino blanco
o fernet, pues además de que los ingredientes varían alrededor del mundo, los científicos aclararon que aún falta bastante por investigar, como por ejemplo replicar el experimento con personas, algo que ya están planificando.
Link: Food & Function (vía Phys.org)

Fuente:

FayerWayer

3 de octubre de 2013

¿Qué es mejor: cola o cola light?

Latas de cola y cola light.

La principal diferencia es obviamente que la cola contiene azúcar y que la cola light contiene edulcorante artificial.

En algunos casos, ese edulcorante es aspartamo. Actualmente existe un consenso científico sobre la seguridad de este aditivo en las concentraciones que se encuentran en las llamadas bebidas de dieta.

Los 35 gramos de azúcar -unas siete cucharitas- que hay en una lata de Coca-Cola, equivalen a 139 calorías, lo que puede causar obesidad y el deterioro de los dientes.

También puede conducir a la diabetes Tipo 2 si se bebe demasiado.

A fin de cuentas, la cola light es probablemente lo menos malo, pero ninguna opción es realmente buena.

Fuente:

BBC Ciencia

22 de septiembre de 2013

Las bebidas gaseosas ¡que te harán volar hasta el techo!



Sé positivamente que muchos de vosotros, al igual que yo mismo, guardáis en vuestro corazoncito un pequeño hueco para la nostalgia y seguro que recordáis películas que, siendo niños, os marcaron para siempre y aún os vienen a la memoria, de vez en cuando, en ciertos momentos de melancolía.
Una de esas cintas, para mí inolvidable, fue Un mundo de fantasía, también conocida como Willy Wonka y la fábrica de chocolate (Willy Wonka & The Chocolate Factory, 1971), a cuyo reciente “remake”, llevado a la pantalla por el indescriptible Tim Burton, dediqué no hace mucho una entrada en este mismo blog.
En esta segunda ocasión, me gustaría platicar alegremente acerca de un curioso pasaje que aparece en el libro de Roald Dahl, en el cual están basadas las dos películas arriba citadas. Os recuerdo que Charlie, en compañía de su abuelo Joe y del resto de invitados se encuentran en el interior de la fábrica de chocolate de Willy Wonka. En un momento dado, en el texto se puede leer, más o menos traducido al español, lo siguiente:
«BEBIDAS GASEOSAS QUE LEVANTAN», decía en la próxima puerta.

—¡Oh, ésas son fabulosas! —gritó el señor Wonka—. Te llenan de burbujas, y las burbujas están llenas de un gas especial, y este gas es tan potente que te levanta del suelo como si fueras un globo, y te elevas hasta que tu cabeza se da contra el techo, y allí te quedas.

—Pero, ¿cómo se vuelve a bajar otra vez? —preguntó el pequeño Charlie.

—Eructando, por supuesto —dijo el señor Wonka—. Haciendo un largo, vigoroso, grosero, eructo, con lo que el gas sube y tú bajas. ¡Pero no las bebáis al aire libre! No se sabe hasta dónde podéis ascender si lo hacéis. Yo le di un poco a un Oompa-Loompa una vez en el jardín y empezó a subir y a subir y a subir hasta que desapareció. Fue muy triste. Nunca más le volví a ver.

—Debía haber eructado —dijo Charlie.

—Claro que debía haber eructado —dijo el señor Wonka—. Yo le gritaba: «Eructa, tonto, eructa, o no podrás volver a bajar.» Pero no lo hizo, o no pudo hacerlo, o no quiso hacerlo. No lo sé. Quizá fuese demasiado educado. Ahora ya debe estar en la Luna.
Estaréis de acuerdo conmigo en que es un texto chupi, requetechupi y megaguay para explayarse y para aplicarle las cachondas y siempre sorprendentes leyes de la física (lo de los eructos es macanudo). Además, me recuerda a un relato breve del mismísimo H.G. Wells titulado “La verdad sobre Pyecraft” (no os contaré ningún detalle sobre el mismo y así puede que os dé por leerlo), el cual resulta estupendo para explicar, a los eternamente predispuestos al aprendizaje, estudiantes la diferencia entre masa y peso, dos conceptos que no siempre se distinguen claramente.

Pero retornemos rauda y velozmente cual felinos intrépidos al temita de Charlie y las “bebidas gaseosas que levantan”, unas viagras líquidas estupendas si uno las ingiere por el orificio adecuado. Permitidme, asimismo, advertiros que lo que me dispongo a desvariar a continuación me vino a la quijotera después de ver este mismo problema tratado en el libro Don’t try this at home, de Adam Weiner. Pero pasa lo que pasa casi siempre cuando comparo mi estilo con el de los demás divulgadores. Éstos últimos casi siempre cuentan las cosas en plan científico sabio, serio y formal, sin verle la gracia al asunto. Hasta el mismísimo Roald Dahl parece haber perdido el sentido del humor porque, además de los eructos, podría haber añadido los pedetes, que son otra estupenda y mucho más musical manera de evacuar gases molestos del interior del cuerpo humano. Un buen cuesco después de una comida pesada es mejor que cien eructos. Doy fe, mis queridos y apreciados lectores.
Al menos los que leéis este blog de forma habitual ya sabéis que podéis disfrutar de mi inconfundible estilo: genial, cachondo, gracioso, ameno, perfecto. Dicho esto con toda la modestia de la que he sido capaz, considero justo añadir que me parecería contradictorio y un tanto falso dedicar una entrada de mi blog a una cuestión idénticamente tratada por un colega y por eso también os digo que la verdadera razón por la que he decidido proceder es que albergo la opinión de que el señor Adam Weiner (con todos mis respetos para tan ilustre colega) resuelve el problema de una forma un tanto incompleta e incluso incorrecta, dependiendo de cómo se mire. Os aclararé esto a medida que vaya resolviendo la cuestión yo personalmente.
Bien, se trata de lo siguiente. En la primera de las dos películas basadas en el relato de Dahl, el abuelete Joe decide, muy traviesamente, hacer caso omiso de las advertencias del señor Wonka y, cual pérfida Eva bíblica, convence a su nieto para que él también beba de la bebida prohibida. Casi inmediatamente, ambos comienzan un ascenso vertiginoso hacia las alturas, donde un poderoso ventilador amenaza con despedazarlos. Sangre y vísceras se disponen a hacer su estelar aparición.
¿Se puede pegar un lingotazo a una botella de refresco gaseoso y salir flotando por los aires? Y, en caso afirmativo, ¿se puede descender de nuevo al suelo simplemente eructando (o ventoseando sin piedad)? Atentos, que la física tiene cosas muy interesantes que contarnos al respecto.
Sobre Charlie, su abuelo Joe o cualquier otra persona que se encuentre en un lugar más o menos normal, como es el caso de la fábrica del señor Wonka, actúan básicamente dos fuerzas (como siempre, despreciaré el rozamiento), que son el peso de la persona y el llamado empuje de Arquímedes. La primera tira hacia abajo, hacia el centro de la Tierra, más o menos, y la segunda empuja hacia arriba. Normalmente, no ascendemos  en el aire porque el peso de nuestro body depende de la masa de la persona, mientras que el empuje de Arquímedes depende de la masa del fluido que desaloja la persona y, en el caso particular del aire, el peso supera en mucho al empuje. Pero podríamos plantearnos, como hace el señor Weiner en su libro, cuál debería ser el volumen del cuerpo del abuelo Joe para que el empuje de Arquímedes fuese igual al peso del anciano y éste pudiese ser capaz de flotar como un globo. Un cálculo tan elemental no merece comentario alguno más y el valor obtenido (suponiendo que la masa del abuelillo graciosete es de 70 kg) resulta ser de unos 54 metros cúbicos (más o menos el de una esfera de 5 metros de diámetro). Como resulta que el volumen del cuerpo humano es muchísimo menor que este valor, se puede suponer que semejante volumen está compuesto enteramente por el gas especial y secreto que comenta Willy Wonka. Ahora bien, mi colega Weiner, en su libro, procede a continuación a determinar el número de moles al que equivalen los 54 metros cúbicos hallados antes. Suponiendo que el misterioso gas está a una temperatura de 20 ºC y a la presión normal de una atmósfera, le salen 2200 moles. Una cifra realmente increíble y aquí es donde vienen mis pegas (que pueden ser más o menos compartidas por vosotros o por el señor Weiner). ¿Cuánto pesan esos 2200 moles de gas X? 
Poniéndome en el caso más favorable, se me ocurre que el susodicho gas de mágicas propiedades podría ser el hidrógeno, que es el más ligero de todos los gases conocidos. Pues bien, 2200 moles de hidrógeno suman nada menos que 2,2 kg. Esto significa que tanto al peso del abuelo Joe como al de Charlie habría que añadirles otros 22 newtons más, con lo cual ahora sus nuevos pesos superarían al empuje de Arquímedes, anulando la condición que habíamos impuesto de que fueran idénticos. Por otro lado, se podría objetar, que 2,2 kg frente a 70 kg no es mucho, pero igualmete yo podría contraobjetar que he usado el gas más ligero de todos, el hidrógeno, altamente inflamable y nada recomendable, como pudieron comprobar los viajeros del tristemente célebre dirigible Hindenburg el 6 de mayo de 1937.
El segundo gas más ligero es el helio, cuya  masa atómica resulta ser cuatro veces mayor que la del hidrógeno, con lo cual ahora la cantidad de gas ingerida por nuestros desobedientes amigos ascendería hasta los 8,8 kg y la cosa continuaría empeorando cada vez más. ¿Cuál es la forma de solucionar esta especie de círculo vicioso?
Pues muy fácilmente, sólo se trata de incluir en el cálculo del volumen de gas ingerido el peso del mismo. De esta sencilla forma, se puede demostrar que la masa molecular de la sustancia X nunca puede superar los 32 g/mol, una condición que marca un límite muy claro a la hora de sintetizar la misteriosa pócima (he supuesto una presión de una atmósfera y una temperatura de 27 ºC). Y digo esto porque una bebida gaseosa común de vuestra marca favorita (de las otras también) contiene anhídrido carbónico disuelto a alta presión en una proporción de unos 8 gramos por cada litro de refresco. Desgraciadamente, el CO2 posee una masa molecular de 44 g/mol y, según lo anterior, no sirve para flotar alegremente en el aire.
Juguemos, pues, un poco con los números, que es lo divertido de toda esta parrafada. Cojamos el valor límite de 32 g/mol. ¡Horror! El volumen del cuerpo del abuelo Joe debería ser de 4268 metros cúbicos. La masa de gas de 5480 kg (nada menos que 171.250 moles) y su densidad de 1,28 kilogramos por cada metro cúbico, un valor ligeramente inferior al del aire, cosa lógica por otra parte, ya que ningún cuerpo podría ascender sumergido en un fluido cuya densidad fuese menor. Y todo lo anterior, con un solo trago de bebida, como puede verse en la película de 1971. Al menos podían haber disimulado un poquito bebiendo todo el contenido de la botella, aunque me temo que tampoco les habría servido de mucho, pues manteniendo la proporción de 8 gramos por litro de las bebidas gaseosas tradicionales, se hubiesen tenido que trincar casi 3,5 millones de botellas de 200 ml cada una. Os dejo como ejercicio la estimación del número de eructos y/o pedos necesarios para poder evacuar tan ingente cantidad de molesto gas X.
Llegados a este punto, cabe preguntarse, al igual que hace el profesor Adam Weiner, cuál sería la presión del gas ingerido por nuestros intrépidos visitantes de la fábrica de chocolate de Willy Wonka, suponiendo que el estómago, en su estado de máxima expansión, es una esfera de unos 8 cm de radio (por término medio) y que en lugar de hincharse como un globo, lo que ocurriese fuera un aumento paulatino de su presión interior. Utilizando la ecuación de los gases perfectos, se obtiene la nada despreciable cifra de 2 millones de atmósferas, es decir, algo parecido a tener el centro de la Tierra alojado a la altura del ombligo. Pobrecitos abuelo Joe y Charlie, van a tener una digestión pesada.



Y, hablando de pesada, se me acaba de ocurrir una idea que no tiene gran relación con lo anterior, pero que me apetece contaros de todas formas. No sé cuántos de vosotros conocéis el célebre y castizo dicho éste de “Tienes los cojones como el caballo de Espartero”. El origen de semejante frase viene de la estatua ecuestre que se puede encontrar en la calle Alcalá de Madrid, la cual representa al general Espartero en magistral pose sobre una equina figura magníficamente dotada para las alegrías sexuales. Se me ocurre que con el valor hallado en el párrafo anterior para la presión en el estómago del abuelo del bueno de Charlie, se puede determinar lo que pesan las susodichas gónadas caballunas. Teniendo en cuenta que el famoso caballo se apoya sólo sobre tres de sus cuatro patas y asumiendo unos valores más o menos razonables para el peso del general Espartero y su montura, así como la superficie de las patas del caballo, si bajo éstas hubiese una presión de 2 millones de atmósferas, las partes pudendas de tan insigne animal deberían pesar algo menos de 1,2 millones de toneladas. Esto justifica sobradamente el dicho popular. Dicho lo cual, finalizo ésta mi entrada, a 9 de septiembre de 2013.
Fuente.

4 de agosto de 2013

Los peligros (que no te han dicho) de tomar gaseosas ligth (dietéticas)

Contrario al sentido común y a lo que nos han hecho creer las compañías refresqueras, la soda de dieta, entre otras cosas, también causa aumento de peso. 



Un nuevo estudio conducido por Pudue University ha encontrado que los endulzantes artificiales en la soda de dieta pueden causar aumento de peso, síndrome metabólico, diabetes y enfermedades del corazón.

Además, el estudio también encontró que los endulzantes artificiales en los refrescos pueden interferir con la respuesta normal de tu cuerpo al azúcar, desregulando los niveles normales de azúcar en la sangre incluso más que el refresco regular.

Esto es porque el azúcar falsa engaña a tu cuerpo a pensar que estas tomando calorías asociadas con el sabor dulce. Pero eso significa que el cuerpo no sabe cómo procesar el azúcar regular; y deja de liberar la hormona que controla el azúcar en la sangre y la presión arterial.

Susan Swithers, autora del estudio de Purdue, declaró que a los consumidores de refresco no siempre se les dan los hechos correctos acerca de las consecuencias de tomar refrescos de dieta. “No es raro que a la gente les lleguen mensajes de que los productos artificialmente endulzados son sanos, les ayudará a perder peso o a prevenir el aumento de peso”, dijo Swithers. “Los datos que respaldan tales declaraciones no son muy fuertes, y aunque parezca sentido común pensar que los refrescos de dieta no son tan problemáticos como los refrescos regulares, el sentido común no siempre está bien”.


Tomado de:

Ecoosfera 

28 de junio de 2013

Los 5 padecimientos que puede provocar el consumo de gaseosas

Desde un ataque al corazón hasta depresión. Múltiples estudios relacionan el consumo de estas bebidas con un mayor riesgo de padecer múltiples enfermedades.


El consumo de gaseosas no solo está relacionado con el aumento de peso y la obesidad. También puede incrementar el riesgo de que uno sufra múltiples enfermedades, según sugieren varios estudios científicos. Aquí algunas razones por las que reducir su ingesta puede ser un gran acierto.

INFARTO CEREBRAL

El consumir una gaseosa diariamente puede traer serias complicaciones, entre ellas el sufrir de un accidente cerebrovascular. Según un estudio publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, las mujeres que toman frecuentemente esta bebida tienen un 83% más posibilidades de presentar este cuadro que las que las evitan.

DEPRESIÓN

El consumo de gaseosas dietéticas también puede acarrear diferentes problemas. Una investigación desarrollada por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos encontró que quienes consumen este tipo de bebidas tienen un 31% más de posibilidades de sufrir depresión que quienes las evitan.

PROBLEMAS DENTALES

Al contender ácido fosfórico, además de grandes cantidades de azúcar, el ingerir esta bebida puede conducir al desgaste dental, según indica un estudio publicado en el “British Dental Journal”.

ATAQUE AL CORAZÓN

Por otro lado, la ingesta diaria de estas bebidas hace que sea un 40% más probable que sufras un ataque al corazón, según señala una investigación publicada en la revista de la Asociación Americana del Corazón. Asimismo, quienes la consumen tienen más posibilidades de sufrir de presión alta.

DIABETES

Cada 330ml de gaseosa contienen entre seis y diez cucharaditas de azúcar. Por eso no extraña que el ingerirla aumente las posibilidades de sufrir diabetes tipo 2, según confirma un estudio recientemente publicado por la revista “Diabetología”.

Tomado de:

El Comercio

15 de octubre de 2012

Salvar a las especies en peligro por menos de lo que gastamos en bebidas gaseosas


El tigre siberiano es una especie en serio peligro de extinción.

Reducir el riesgo de extinción de las especies amenazadas y establecer áreas de protección le costaría al mundo más de US$76.000 millones anuales.

Los expertos aseguran que tal monto es necesario para cumplir con los objetivos de conservación pactados para 2020. 

Pero los científicos afirman que la cifra es tan solo una quinta parte de lo que el mundo se gasta anualmente en bebidas gasesosa, y apenas un 1% del valor de los ecosistemas que se pierden cada año, según señalan en la prestigiosa publicación Science.

En 2002 los gobiernos del mundo acordaron reducir significativamente la pérdida de biodiversidad para 2010. Pero cuando llegó la fecha, no sólo no se había reducido sino que había incluso aumentado.

Costes significativos

En la Convención sobre Diversidad Biológica celebrada en Nagoya ese mismo año los gobiernos definieron una serie de objetivos para 2020.

Pero no hay datos disponibles sobre cuánto costaría proteger a las especies y los espacios amenazados, y algunos expertos creen que es esta incertidumbre sobre los costos lo que hace que los gobiernos no se comprometan a financiar proyectos en este sentido.

Los costos aumentan cuando se tiene en cuenta la protección de áreas amenazadas,

Ahora varios expertos y científicos de universidades y organizaciones conservacionistas han detallado los costos de proteger a todas las especies amenazadas. También han calculado cuánto dinero haría falta para establecer y expandir áreas protegidas, en un intento por cubrir el 17% de la tierra y las aguas continentales.

El economista medioambiental Donald McCarthy, del grupo conservacionista británico RSPB y uno de los autores del estudio, le dijo a la BBC que los montos son significativos.

"Reducir el riesgo de extinción para todas las especies costaría US$5.000 millones al año, pero para establecer y mantener una completa red global de áreas protegidas haría falta bastante más inversión", dijo McCarthy.

"Cubrir ambos objetivos podría costar unos US$76.000 millones anuales", añade.

Los investigadores se basaron en varias especies de aves para calcular los costes de extinción para el resto.

Los científicos les pidieron a expertos de todo el mundo que estimasen cuánto costaría hacer que los animales más amenazados de Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) desciendan de categoría.
"La naturaleza no entra en recesión, de lo que estamos hablando es de la desaparición irreversible de especies únicas y millones de años de historia de la evolución que tienen que ser tenidos en cuenta"
Donald McCarthy, economista medioambiental

"Un hallazgo importante de nuestro análisis fue que salvar a las especies más amenazadas tiende a ser bastante más barato debido a su tamaño pequeño, como la alondra de Raso, que vive en las islas de Cabo Verde", señala McCarthy.

"Los expertos afirman que conservar estas especies costaría menos de US$100.000 al año durante los próximos 10 años".

El dinero necesario para proteger tierras amenazadas se calculó incluyendo estimaciones de cuánto costaría acabar con amenazas como la deforestación y la caza furtiva, y también se incluyó la mejora de las zonas de conservación que ya existen.

McCarthy asegura que si se lo compara con otros gastos globales el monto de US$76.000 millones no es tan abultado.

"Es solo una fracción de lo que consumimos en refrescos cada año, que es casi medio billón de dólares, el total requerido para las especies en extinción y los parques naturales es menos de la mitad de lo que se paga en bonos a los banqueros de las grandes entidades financieras de Wall Street", afirma.

Decisiones difíciles

Aunque algunos científicos tienen dudas sobre si el mundo se puede permitir tal gasto en un momento de crisis económica como el actual.


Los expertos aseguran que el coste de salvar a todas las especies en peligro es un quinto de lo que el mundo se gasta en refrescos (bebidas gaseosas).

El profesor Tim Benton, de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, dice que habrá que tomar decisiones difíciles.

"Algunas especies son totalmente necesarias para sus ecosistemas, pero ese puede no ser el caso en otras", le dijo Benton a la BBC.

"Así que en vez de intentar salvar todo en todas partes deberíamos ser más estratégicos, en este mundo de recursos limitados, para optimizar objetivos conservacionistas en vez de maximizar toda la biodiversidad del mundo".

El doctor Andy Jarvis trabaja para la Centro Internacional de Agricultura Tropical en Colombia y asegura que el objetivo de salvar a las especies en todo el mundo va a ser difícil de realizar.

Jarvis cree que el aumento de la población y el cambio de los patrones de consumo están poniendo presión adicional en el sistema alimenticio, y la presión sobre la tierra se incrementará a su vez.

"Aunque sería fantástico poder disponer de todo ese dinero, lo que permitiría asegurar la protección de ecosistemas en situación crítica, es poco probable que suceda".

Pero McCarthy argumenta que al menos saber el coste de aquello a lo que los gobiernos se comprometieron ha ayudado a añadir más realismo al debate.

"La naturaleza no entra en recesión, de lo que estamos hablando es de la desaparición irreversible de especies únicas y millones de años de historia de la evolución que tienen que ser tenidos en cuenta".

"Todo esto son esencialmente inversiones en capital natural, no son cuentas que pagar", concluye.

Fuente:

BBC Ciencia

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4 de octubre de 2012

¿Un diente se disuelve si lo dejamos toda la noche sumergido en Coca-Cola?

Quién más o quién menos, sobre todo si apuntaba a maneras de investigador de bata blanca, ha sumergido un diente de leche en un vaso lleno de Coca-Cola con la intención de comprobar si el mito era cierto, es decir, si el diente se disolvía.



Lo que descubrimos es que no se disuelve. Pero ¿quién hizo correr el rumor? Fue el profesor Clive McCay, de la Universidad de Cornell, en 1950. Lo que afirmó McCay es que los niveles de azúcar y ácido fosfórico de la Coca-Cola provocaban caries, pero a fin de añadirle un toque sensacionalista para llamar más la atención, se le ocurrió decir, también, que si se dejara un diente en Coca-Cola, empezaría a disolverse al cabo de 48 horas.


En 2006, la Academia Norteamericana de Odontología General llevó a cabo un estudio para determinar el efecto de los refrescos sobre el esmalte dental y concluyó que las concentraciones elevadas de ácido cítrico (como en un zumo de naranja) eran mucho más perjudiciales que las de ácido fosfórico (que es lo que se emplea para evitar que el refresco pierda burbujas).

Lo que sí es cierto es que el ácido fosfórico inhibe los ácidos digestivos del estómago, por lo que reduce la absorción de calcio, tal y como explica John Lloyd en El nuevo pequeño gran libro de la ignorancia:
Esto significa que un consumo excesivo de refrescos puede provocar déficit de calcio y debilitar los dientes y los huesos, aunque no su “disolución”. Tomarse una Coca-Cola de vez en cuando no tiene por qué ser perjudicial para nadie.
Fuente:

9 de julio de 2012

El azúcar de las gaseosas borran tu memoria



En el experimento ratas olvidaron el camino para salir del laberinto por su mala dieta.

El alto contenido de azúcar en refrescos y alimentos industrializados se ha convertido en un gran problema de salud pública: su relación con enfermedades como el sobrepeso y el síndrome metabólico en poblaciones de menores de edad se le agrega un problema poco estudiado hasta hoy: la relación entre el consumo de azúcar y la salud mental.

Sucede que, en realidad el endulzante de bebidas gaseosas y comida chatarra no tiene ya mucho que ver con el azúcar de caña que se adquiere en el supermercado. En realidad se utiliza una variedad llamada fructosa, que posee una composición química diferente al del azúcar. Sin embargo, en los últimos años, estudios han encontrado que la fructosa tiene una interacción distinta con el metabolismo, alterando la manera en la que se retienen los nutrientes en el organismo.

Por ello, los científicos Charles Young y Fernando Gómez-Pinilla en la universidad de California en Los Angeles se dieron a la tarea de analizar lo que sucedía en el cerebro cuando se le suministraban altas dosis de fructosa. Para ello suministraron una alimentación rica en esta sustancia a un grupo de ratas de laboratorio, mientras que a otro se le mantuvo con una dieta regular. Para registrar su desempeño, se les hizo pasar periódicamente por laberintos para que recordaran el camino de salida.


Así, tras cinco días de alimentación, los científicos hallaron que las ratas alimentadas con fructosa olvidaban el camino correcto de salida del laberinto respecto de sus compañeras que se alimentaban con la dieta normal. Al parecer, según el estudio publicado en la revista
Journal of Physiology, la ingestión de fructosa altera los mecanismos que dan energía al cerebro de las ratas, disminuyendo la cantidad disponible para procesos mentales como la memoria.

Por ende, y aunque se requerirán estudios para validar esta teoría en humanos, quizá el mito de un refresco para llenar el cerebro de energía durante una sesión de estudio, puede no ser más que un mito contraproducente para él.

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18 de junio de 2012

¿Qué desató la epidemia de obesidad en el mundo?

En las últimas tres décadas las tasas de obesidad global se han duplicado y ahora viven en el mundo más de 500 millones de personas obesas.

Joven comiendo pastel

Algunos científicos creen que hay algo en la fructosa que está causando adicción.

Este exceso en el peso corporal está causando tres millones de muertes cada año, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.

Pero ¿qué fue lo que causó está epidemia?

Algunos culpan a nuestro estilo de vida, que nos ha vuelto cada vez más sedentarios, pasando horas sentados frente al computador o la televisión.

Pero otros expertos creen que los responsables son los alimentos que comemos. Y más específicamente, dicen, las enormes cantidades de azúcar que consumimos.

"Genéticamente, los seres humanos no hemos cambiado, pero nuestro ambiente y nuestro acceso a la comida sí han cambiado", explica a la BBC el profesor Jimmy Bell, especialista en obesidad del Imperial College de Londres.

"Todos los días estamos siendo bombardeados por la industria alimentaria para que consumamos más comida".

"Es una guerra entre nuestro cuerpo y las demandas de nuestro organismo con el acceso a la comida que se tiene en una sociedad moderna. Y como científico me siento realmente deprimido, porque estamos perdiendo la batalla contra la obesidad" agrega.

Uno de los más grandes cambios en nuestra dieta se remonta a los años 70, cuando la industria agrícola de Estados Unidos se embarcó en la producción masiva del maíz y del jarabe de maíz de alta fructosa, comúnmente utilizado hoy en todo el mundo como edulcorante en alimentos procesados.

Esto provocó un incremento masivo en las cantidades de alimentos baratos abastecidos a los supermercados estadounidenses: desde cereal hasta galletas de bajo precio.

Como resultado, las hamburguesas se hicieron más grandes y las papas fritas se hicieron más grasosas.

Esto, según la nutricionista Marion Nestle, preparó el terreno para la epidemia de obesidad.

"El número de calorías producidas en Estados Unidos, y disponibles a los consumidores estadounidenses, se incrementó de 3.200 por persona en los años 70 a 3.900, casi el doble de lo que un individuo necesita".

"Este incremento es enorme y pienso que es la causa de muchos problemas", señala.

¿Adictivo?

El jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) es un subproducto de desecho del maíz, increíblemente azucarado e increíblemente barato.

Al principio se le utilizaba en casi todos los alimentos: pizza, ensaladas, carne, pasteles y pan.

Para mediados de los años 80 el JMAF ya había reemplazado al azúcar en las bebidas gaseosas, lo cual tenía sentido para la industria, ya que era un 35% más barato.

Pero según algunos científicos, además de más dulce, también es más adictivo que el azúcar.


En un principio, el jarabe de maíz de alta fructosa se utilizaba en pizzas, ensaladas, pasteles y toda clase de comidas.

Y esto, dicen, ha provocado que en las últimas dos décadas el consumo promedio de estas bebidas se duplique.

La industria, por su parte, afirma que este incremento no ha causado la epidemia de obesidad, sino el hecho de que la gente consume demasiadas calorías.

"Ciertamente nuestras bebidas gaseosas regulares son una fuente de calorías, pero si tú consumes muchas calorías y ves mucha televisión o no haces suficiente ejercicio, es claro que tendrás un problema", afirma Susan Neely de la Asociación Estadounidense de Bebidas Gaseosas.

Pero el doctor Jean-Marc Schwarz del Hospital General de San Francisco cree que lo peligroso es la enorme cantidad de fructosa que consumimos en todo el mundo.

"Ésta no tiene un efecto tóxico como el plomo o el mercurio, lo que es tóxico es la cantidad que se consume", dice.

La fructosa se convierte fácilmente en grasa en el cuerpo y los científicos han descubierto que también suprime la función de una hormona vital llamada leptina.

Se cree que esta hormona controla la regulación del hambre y apetito en el cerebro.

Cuando el hígado se ve inundado con azúcar, la leptina deja de funcionar y el organismo no sabe cuando está lleno.

"Esto provoca que tu cerebro piense que te estás muriendo de hambre aunque acabes de comer. Lo cual causa un círculo vicioso de consumo, enfermedad y adicción", dice a la BBC el doctor Robert Lustig, profesor de endocrinología de la Universidad de California, en San Francisco.

"Y esto explica lo que ha ocurrido en todo el mundo" agrega.

Grasa por azúcar

Pero hace dos décadas surgió un fuerte debate entre los expertos sobre lo que estaba causando el incremento de enfermedades cardiovasculares, que en gran parte eran provocadas por el aumento en el peso corporal.

Se dijo que el responsable quizás no era el azúcar sino las grasas.

Esto condujo a un nuevo término en nuestros hábitos de consumo: los alimentos "bajos en grasas".

Estos productos no sólo prometieron enormes ganancias para la industria, sino también acabar con el potencial desastre de salud de las enfermedades del corazón.

De la noche a la mañana, todo el mundo comenzó a comprar yogur, margarinas, postres y galletas "bajos en grasas".

Pero gran parte de la grasa que se retiró a estos productos fue reemplazada con azúcar.

Para cuando los científicos se dieron cuenta de que quizás no era buena idea reemplazar grasa por azúcar, ya era demasiado tarde: el mundo estaba enfrentando una crisis de obesidad.

Hoy, cada vez más expertos están comenzando a pensar que hay algo específico en la fructosa que está acelerando la obesidad.
"Si la grasa fuera la causa, esto no sería tan malo", dice el doctor Lustig.

"Pero si la causa es el azúcar, esto sí es algo desastroso. Y creo que con lo ocurrido en los pasados 30 años hemos respondido ya a esa pregunta", agrega el científico.

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Los países del mundo que no tienen Coca-Cola

Tapa de botella de Coca-Cola

Después de su planificado regreso a Birmania, solo quedan Cuba y Corea del Norte sin Coca-Cola oficial en el mundo.

Cuba y Corea del Norte, dos países comunistas, son las únicas naciones del mundo donde Coca-Cola no tiene presencia oficial. El tercero era Birmania, país al que regresará la embotelladora tras sesenta años de ausencia.

Luego del anuncio de Estados Unidos de que se dispone a relajar las restricciones para inversiones, productos comerciales y servicios destinados a Birmania, Coca Cola anunció su regreso.

E hizo el anuncio poniendo énfasis en la capacidad de la compañía para abandonar mercados y regresar a ellos.

Por ejemplo, en 1949, Coca-Cola y otras compañías extranjeras fueron expulsadas de China por el gobierno comunista.

No obstante, tres décadas más tarde, en 1979, y luego de que se restablecieran plenas relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China, Coca-Cola hizo importar, por tren, 20.000 cajas de su bebida emblema desde Hong Kong, entonces aún territorio británico.

Sin Coca-Cola oficial

La compañia residente en Atlanta, Estados Unidos, llevó a cabo en Cuba una de sus primeras aventuras comerciales en el extranjero, en 1906.

Luego de la revolución que catapultó al poder a Fidel Castro, en 1959, su gobierno comenzó a nacionalizar las empresas privadas.

Pese a que, incluso entonces, unas cien compañías estadounidenses, entre ellas Ford Motor Co., obtuvieron licencias para operar en Cuba a través de subsidiarias, Coca-Cola liquidó y abandonó el país un año más tarde.

Si bien es cierto que Cuba creó su propia marca de la bebida llamada Tu Cola, la gaseosa estadounidense circula en ese país de manera extraoficial, probablemente proveniente de terceros países, aseguran corresponsales de la BBC. La empresa insiste en que no ha autorizado a nadie para vender su producto en la isla.

En cuanto a Corea del Norte, la multinacional embotelladora no ha operado jamás.

El país asiático también produce su propia versión de la bebida estadounidense.

Hay evidencia anecdótica de turistas que han encontrado la verdadera Coca-Cola en Pyongyang, no a la vista del público, y a precios exorbitantes.

Se afirma que esta bebida proviene de China, país con el que Corea del Norte tiene intercambios comerciales.

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12 de marzo de 2012

¿Son cancerígenas la Coca-Cola o la Pepsi?



cocacolaPues en California, uno de sus colorantes sí, el 4-metilimidazol, aunque habría que tomar unas mil latas de refresco diarias para que tuviera cierta repercusión en el organismo, según la propia Asociación de Fabricantes de Bebidas de Estados Unidos. De hecho ambas marcas han decidido cambiar ligeramente la receta de sus bebidas refrescantes de cola en este estado para no tener que incluir una etiqueta informativa sobre el posible riesgo de cáncer relacionado con este colorante.

"Aunque consideramos que no existe riesgo para el consumidor que justifique el cambio, les hemos pedido a nuestros proveedores de colorante de caramelo que reduzcan los niveles de 4-metilimidazol para no tener que incluir dicha advertencia sin base científica" explicaba la portavoz de Coca-Cola Diana Garza-Ciarlante al periódico The Guardian.

En realidad, según el propio organismo regulador de la administración americana, para que un consumidor ingiriese la cantidad suministrada en roedores y en la que se han visto efectos adversos, tendría que beberse más de mil latas de refresco al día. Algo completamente imposible. Incluso desde la Asociación Americana de Bebidas (ABA por sus siglas en inglés), apuntan que California incluyó este colorante en las listas de cancerígenos sin estudios que certificasen casos de cáncer en humanos, sino basados en estudios en ratones y ratas en el laboratorio.

Desde la Asociación Nacional de Fabricantes de Bebidas Refrescantes Analcohólicas, Anfabra, señalan que "en Europa, la EFSA, la máxima Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, en las opiniones que emite periódicamente constata la seguridad de este colorante. Así, en marzo de 2011, tras una revisión exhaustiva de la literatura científica confirmó su seguridad".

En cualquier caso, y hasta que se demuestre lo contrario con más estudios científicos, los refrescos no tienen riesgo para el organismo. Si alguna persona llegara a tomarse mil latas de refresco en un día, lo último de que debería preocuparse es por la cantidad de 4-metilimidazol ingerida.

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Muy Interesante

25 de octubre de 2011

Vinculan consumo de bebidas gaseosas a conducta violenta

Los adolescentes que consumen a la semana más de cinco bebidas gaseosas estándar, no dietéticas, muestran más probabilidades de comportarse de forma agresiva y violenta, afirma una investigación en Estados Unidos.

El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Vermont, y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, involucró a más de 1.870 adolescentes de entre 14 y 18 años de 22 colegios públicos en Boston.

Y aunque el estudio no analizó la causa de esta asociación, los científicos creen que el contenido de azúcar o cafeína de estas bebidas podría tener un impacto en la conducta de estos individuos.

La investigación aparece publicada en Injury Prevention, una de las revistas especializadas de BMJ, (Revista Médica Británica).

Estudios en el pasado, en particular uno llevado a cabo con adolescentes en Noruega, han mostrado que el consumo de bebidas gaseosas está vinculado con una pobre salud mental entre este grupo.

También se sabe que la dieta puede tener un impacto en la conducta del individuo.

Para investigar esta asociación el nuevo estudio analizó los datos del Sondeo de Jóvenes de Boston.

Éste incluía cuestionarios sobre los hábitos de consumo de los adolescentes. En particular, se les preguntó cuántas bebidas gaseosas no dietéticas habían bebido en los pasados siete días.

Contenido

Los datos mostraron que casi 30% de los jóvenes habían bebido cinco o más latas (de 335 ml.) a la semana, clasificado como alto consumo.

Los jóvenes también respondieron preguntas sobre su conducta, por ejemplo si habían estado involucrados en comportamiento violento hacia sus compañeros, hermanos, pareja, o habían llevado una pistola o cuchillo durante el año anterior.

Al comparar los datos los investigadores encontraron que los adolescentes del grupo de alto consumo mostraron probabilidades "significativamente mayores" de haber estado involucrados en algún comportamiento violento hacia sus compañeros, familiares y parejas.

E incluso tomando en cuenta factores como el consumo de alcohol, género, tabaquismo, cantidad de sueño en días de escuela, los resultados mostraron "una relación clara" entre la dosis de bebidas consumidas y el comportamiento, afirman los científicos.

Por ejemplo, el estudio mostró que 35% de los adolescentes que consumían una o ninguna bebida gaseosa a la semana habían perpetrado un acto violento hacia sus compañeros.

Pero esta cifra aumentó a 58% entre aquéllos que bebían 14 o más de estas bebidas a la semana.

Asimismo, la proporción de los que habían perpetrado un acto violento hacia su pareja fue de 15% entre los que tomaron una o ninguna bebida gaseosa. Pero la cifra aumentó a 27% entre los que bebieron 14 o más latas a la semana.

Y las cifras en las que se vio un acto violento hacia un hermano aumentó de 25,4% entre el grupo de bajo consumo a 43% entre los que bebieron 14 latas a la semana.

Tal como explica la doctora Sara Solnick, quien coordinó el estudio, una posible explicación de esta asociación podría estar en el contenido de azúcar o cafeína que contienen estas bebidas.

Pero no se sabe si la agresión es una causa o un efecto del consumo de bebidas gaseosas.

Es decir, se sabe que el consumo de bebidas azucaradas puede ser una respuesta a niveles anormalmente bajos de glucosa en la sangre.

Y este estado del organismo ha sido vinculado en el pasado a conductas irritables y violentas.

Los científicos subrayan, sin embargo, que es necesario llevar a cabo más estudios para confirmar estos datos y analizar más detalladamente qué tipo de bebidas gaseosas se consumen y cuál es la dieta que acompaña a estas bebidas.

"No sabemos si las "calorías vacías" de las bebidas gaseosas están reemplazando a otros nutrientes importantes en la dieta de los que participaron en nuestra muestra" afirman los autores.

Y concluyen que "podría haber una relación directa de causa y efecto, quizás debida al contenido de azúcar o cafeína de las bebidas gaseosas".

"O quizás podría haber otros factores, que no se tomaron en cuenta en nuestro análisis, que causan tanto el alto consumo de bebidas como la agresión", agregan.

Fuente:

BBC Salud

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