Los mosquitos eligen a sus víctimas en función de la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que emiten al respirar y no, como afirma la creencia popular, por la "dulzura" de la sangre, según revelaba un estudio publicado recientemente en Nature.
Un ser humano produce cada día aproximadamente un kilogramo de CO2, y
cada vez que exhala -unas 13 veces por minuto- emite más de cien
miligramos de este gas. Los mosquitos detectan una corriente con
pulsaciones de CO2, de la que deducen que detrás hay "sangre fresca"
para chupar. El dióxido de carbono emitido al respirar es mayor en los adultos que en los niños, y su cantidad varía en función de la dieta y del ejercicio físico que se sigan.
De hecho, entomólogos de la Universidad de Florida (EE UU) han
desarrollado trampas para estos insectos que emiten dióxido de carbono
como lo haría una persona o un animal.
El ácido lactico
que emitimos al respirar o a través del sudor también atrae a estos
insectos. Las personas más altas y las mujeres embarazadas emiten más
ácido láctico y CO2, por lo que son "blancos" perfectos de los
mosquitos. Las personas que acaban de hacer ejercicio físico intenso
también resultan muy atractivas para los insectos.
Fuente:
Muy Interesante
Mostrando las entradas con la etiqueta picadura. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta picadura. Mostrar todas las entradas
3 de agosto de 2018
20 de julio de 2013
¿Por qué los mosquitos prefieren a algunas personas?
Asi la investigación ha revelado que tanto la variedad como la cantidad de bacterias contenidas en la piel de una persona desempeñan un importante papel en la atracción de mosquitos. Las hembras de estos insectos detectan durante la noche las señales olorosas de la piel, producidas por los microbios, y según esta información eligen su ‘presa’ y el lugar donde picar.
En general, las personas con más bacterias por centímetro cuadrado resultan más atrayentes a los mosquitos. Pero quienes más llaman la atención de los insectos son aquellos individuos que presentan más cantidad y menos biodiversidad en su microbiota de la piel.
En cambio, hay géneros concretos de microbios, como los estafilococos, cuya abundancia provoca una mayor atracción de los insectos. Los autores del trabajo, publicado en ‘PLoS One’, creen que esta línea de investigación puede ayudar a crear “compuestos que inhiban la producción microbiana de olor humano” o a desarrollar estrategias para “manipular la composición de microbiota de la piel”. Todo ello con el fin de reducir la atracción generada por la piel y ayudar a controlar enfermadedes como la malaria u otras infecciones transmitidas por picaduras de insectos.
Las bacterias de la piel convierten compuestos no volátiles en otros que sí lo son, cuyas emanaciones llegan a los mosquitos y les ponen en alerta. En realidad, tampoco los humanos podríamos oler el sudor humano si no fuera por la acción de estos microbios, cuya proporción y diversidad difieren de unas personas a otras.
Tomado de:
Diario Ecología
Suscribirse a:
Entradas (Atom)