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21 de diciembre de 2019

Blob: no tiene cerebro, tiene múltiples sexos y desconcierta a los científicos

La ciencia tiene a su nuevo niño mimado. Se trata de un organismo unicelular que confunde a los científicos. 


Blob está cargado de contradicciones: piensa y puede resolver problemas pero no tiene cerebro, se alimenta pero no tiene boca, se mueve pero no tiene patas o extremidades.

“Está acá hace millones de años, y todavía no se sabe muy bien lo que es. No se sabe muy bien si se trata de un animal, si se trata de un hongo o si es algo entre los dos”, dijo el director del zoológico de París, donde se sumará al catálogo desde mañana sábado.

La ciencia quiere estudiarlo más sobre todo por un factor que podría tener una salida médica: si alguien lo corta a la mitad, puede cicatrizar en dos minutos su herida.

No tiene boca, ni estómago, ni ojos, ni cerebro, pero come, digiere alimentos, se mueve e incluso aprende. Las nuevas estrellas de la ciencia fascinan también por tener 720 sexos y ser casi inmortales.

Estamos hablando del organismo Blob, una curiosidad biológica unicelular que por primera vez desembarca en un zoológico, el de París.

Instalado al abrigo de la luz, el “physarum polycephalum” es una masa esponjosa, amarilla y viscosa, también conocida como “blob”, en alusión a una película de 1958 con Steve McQueen, sobre una criatura pegajosa extraterrestre que lo devora todo a su paso.

No es ni animal, ni planta ni hongo, sino un organismo primitivo, que apareció hace 500 millones de años, antes del reino animal. Durante un tiempo fue considerado un hongo, antes de unirse en los años 1990 a los mixomicetos, un grupo de protistas.

Pero posee varios núcleos, que pueden multiplicarse o dividirse a voluntad. Se pueden crear ‘blobs’ de todos los tamaños y que la ciencia no conoce ningún límite para este organismo.

Esta especie de moho puede alcanzar hasta 10 metros en laboratorio, donde se puede subdividir cortándolo, ya que los fragmentos cicatrizan en dos minutos.

Su sistema vascular complejo apasiona también a los físicos. Algunos tratan incluso de inspirarse en su fisionomía para aplicarlo al diseño de redes eléctricas y otros inventos.

A pesar de la ausencia de un sistema nervioso, es capaz de memorizar e incluso algunos dicen que es inteligente. ¿Cómo lo saben? Porque se aleja de elementos que no tolera, como la sal, y también porque puede rastrear su alimento aun en condiciones complejas.

Otra de sus particularidades es que tiene 720 sexos diferentes, hay machos hembras y sexos que la ciencia ni siquiera fue capaz de clasificar. Su reproducción sexual parecida a la del hongo.

El blob es el nuevo niño mimado de la ciencia, es inofensivo para el resto de los seres vivos y los estudios sobre lo que podemos aprender los humanos acerca de su capacidad de incidencia sobre el mundo natural y la medicina todavía están en proceso.

Fuentes: TeleDoce

20 minutos y RTVE

12 de noviembre de 2019

Los hongos solo tienen sexo si han comido y están a oscuras

Los hongos tienen hambre no se reproducen sexualmente. Sí, así es, y este descubrimiento podría ayudar a combatir patógenos micóticos al interferir en su evolución, según un estudio científico publicado este lunes en la revista PLOS. 


Esta investigación encaró “problema fundamental de la biología básica que puede tener repercusiones en el control de los hongos que causan enfermedades tanto en humanos como en las plantas”, señaló Gustavo Goldman de la Universidad de Sao Paulo (Brasil).

El equipo investigador, que incluyó a científicos de las Universidades de Sao Paulo y de Bath (Reino Unido), logró caracterizar por primera vez a un grupo de receptores único para los hongos, que les impiden reproducirse sexualmente.

El blanco de esta investigación fue el hongo Aspergillus nidulans que solo tiene sexo cuando está bien alimentado y se encuentra a oscuras. La reproducción sexual recombina el ADN de los progenitores para crear una descendencia genéticamente diversa que se disemina rápidamente en el entorno como esporas.

Esta diversidad y esta capacidad para propagarse son factores importantes en la adaptación de los hongos a ambientes nuevos, ya sea para la difusión de enfermedades o en la evolución de su resistencia a los fungidas.

Este artículo se elaboró con información de: La República (Perú), Deustche Well y Televisa


27 de septiembre de 2018

Yasmine Belkaid: “Las personas solo somos un envoltorio con microbios”

La científica argelina dirige un proyecto para entender la interacción entre los 30 billones de células propias y los 39 billones de microorganismos que hay en un único ser humano.

“Si crees que eres una persona muy importante, recuerda que la mayor parte de tus genes pertenecen a microbios. Y la mayoría de las funciones de tu cuerpo las llevan a cabo microbios. Solo somos un envoltorio”. Yasmine Belkaid sonríe mientras reflexiona sobre qué es en realidad un ser humano. Una persona está compuesta por unos 30 millones de millones de células humanas, el 84% de ellas glóbulos rojos, encargados de transportar el oxígeno en la sangre. Pero “no estamos solos”, según subraya Belkaid. En un cuerpo humano también hay, al menos, 39 millones de millones de microbios. La proporción es de 1,3 células microbianas por cada una humana. “Estamos colonizados por todo aquello a lo que nos han enseñado a tener miedo: bacterias, virus, arqueas, protozoos, hongos”, expone. Incluso nuestros ojos están cubiertos por una multitud de microbios.

Belkaid sabe de lo que habla. Dirige el Programa Microbioma del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE UU, dedicado a entender las interacciones entre los 30 billones de células humanas y los 39 billones de microbios. Es una tarea descomunal. Una persona tiene su genoma, el ADN de sus propias células. Pero también alberga un segundo genoma: el microbioma, el ADN de todos los microorganismos que viven en su interior. El equipo de Belkaid ha demostrado que los microbios de la piel y de los intestinos desempeñan un papel clave para controlar las defensas de un ser humano. En la piel, por ejemplo, las bacterias beneficiosas se alían con el sistema inmune para acelerar la curación de las heridas. La vida de una persona está en manos de las señales que envían sus inquilinos microscópicos.

El artículo: El País (España)

13 de octubre de 2015

Hongos: 25 asombrosas especies del reino fungi

El reino fungi es un fascinante universo de organismos. Recordemos que la naturaleza es dividida, para su estudio y por sus características, en reinos. Uno de ellos es este denominado fungi o reino de hongos y se diferencia del reino animal y del reino vegetal; sin embargo, actualmente se sabe que los hongos son más cercanos al primero aunque durante mucho tiempo se consideró como uno el vegetal y el fungi debido a su semejanza, fundamentalmente en la ausencia de locomoción y una morfología y ecología similares. Esta diferenciación se debe, entre otras cosas, a que tienen paredes celulares compuestas por quitina, a diferencia de las plantas, que contienen celulosa.
Ahora bien, la clasificación de los reinos no es una sola; así, mientras para el esquema de los cinco reinos de Wittaker y Margulis, los hongos pertenecen en parte al reino protista (los hongos ameboides y los hongos con zoosporas) y al reino Fungi (el resto). En el esquema de ocho reinos de Cavalier-Smith pertenecen en parte al reino Protozoa (los hongos ameboides), al reino Chromista (los Pseudofungi) y al reino Fungi todos los demás. Con los avances de la biología molecular se construye una taxonomía molecular basada en secuencias de ácido desoxirribonucleico (ADN).
Se han descrito unas 100 000 especies de hongos aunque se considera que sólo el 5% se ha catalogado. Se estima una diversidad total de 1.5 millones de especies. Y es que el reino fungi está disperso en un amplio rango de hábitats y condiciones extremas de temperatura, salinidad y muchos otras. La micología es la disciplina encargada de estudiar los hongos.
Una clasificación sencilla de los hongos podría ser la siguiente:
  • Ornamentales
  • Alimenticios
  • Hongos enteógenos (hongos alucinógenos)
  • Medicinales
  • Contaminantes
  • Venenosos
Así pues, conozcamos algunos ejemplares de las especias más bonitas, alucinantes (en el sentido literal y retórico de la palabra), de exquisitas y caprichosas formas. Da click en el nombre para conocer la ficha técnica de la especie.
Amanita-muscaria
Amethyst-deceiver
"Aseroe rubra105". Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aseroe_rubra105.JPG#/media/File:Aseroe_rubra105.JPG
"Aseroe rubra105". Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aseroe_rubra105.JPG#/media/File:Aseroe_rubra105.JPG
Chorioactis
Clathrus-ruber
"- Coprinus comatus -" by User:Nino Barbieri - Own work (own photo). Licensed under CC BY 2.5 via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:-_Coprinus_comatus_-.jpg#/media/File:-_Coprinus_comatus_-.jpg
"- Coprinus comatus -" by User:Nino Barbieri - Own work (own photo). Licensed under CC BY 2.5 via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:-Coprinus_comatus-.jpg#/media/File:-Coprinus_comatus-.jpg
Crepidotus
cup-fungi
Cup-fungi
Cyathus-striatus
Favolaschia-calocera
Geastrum-minimum
Hairy-mycena
hongo-1


  El artículo completo en: HiperTextual

12 de julio de 2014

Los antibióticos en peligro, cada vez las bacterias son más resistentes

infecciones causadas por bacterias resistentes y es precisamente en los hospitales donde más se dan estas resistencias.




Los antibióticos que tantas vidas han salvado están ahora en grave peligro, su masiva utilización ha hecho que las bacterias cada vez sean más resistentes y su eficacia se hay reducido notablemente. Alrededor de 25.000 personas al año, se estima que mueren en Europa debido a


Es urgente impulsar una investigación para luchar contra las resistencias así como descubrir nuevos antibióticos efectivos. Si no se toman medidas efectivas, algunas infecciones van a ser imposibles de tratar y algunos tratamientos como cirugías mayores o trasplantes serán demasiado peligrosos de realizar.

No todo son malas noticias. Enfermedades resistentes como la tuberculosis multiresistente cuyos gérmenes causantes de la enfermedad han sufrido mutaciones a lo largo del tiempo, haciéndoles resistentes a la mayoría de tratamientos existentes, han podido ser controladas gracias al desarrollo de sustancias activas nuevas.

Laboratorios de todo el mundo estudian la producción de moléculas antibióticas como la lactivicina que es un compuesto producido por un champiñón, descubierto en los años ochenta, tiene una actividad bacteriana muy interesante, aunque su inconveniente es que es tóxica para el ser humano.

Según el Profesor Galleni, de la Universidad de Lieja, el objetivo de la ciencia debe ser el descubrimiento de nuevas moléculas para el desarrollo rápido de nuevos antibióticos.
Vía | Xakata Ciencia

2 de marzo de 2014

¿Hongos para combatir el cambio climàtico?

El cambio climático global concierne y preocupa a toda la humanidad. Quizá estemos demasiados pendientes de la cantidad de carbono (dióxido de carbono) presente en la atmósfera y en los vegetales y hemos olvidado que el suelo contiene más cantidad que la suma del presente en el aire y las plantas. Más aún, según Colin Averill que acaba de publicar una interesantísima investigación recién aparecida en la revista Nature : ”Los flujos naturales del carbono entre la tierra y la atmósfera son enormes y desempeñan un papel crucial en la regulación del dióxido  de carbono en la atmósfera y, a su vez, en el clima de la tierra”. Esto significa que incluso un diminuto cambio en el grado de almacenamiento del carbono en el suelo podría tener consecuencias importantes para la atmósfera de la Tierra y para el clima. Pues bien, el Dr. Averill que es estudiante de posgrado de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Texas  (Austin)  y  autor principal de una investigación realizada por él mismo, Adrien Finzi de la Universidad de Boston y Benjamin Turner, del Instituto Smithsoniano de Investigación Tropical (STRI) en Panamá, señalan la existencia de un hasta ahora desconocido e inesperado regulador del contenido de carbono en el suelo: los hongos. El papel de estos hongos no se ha contemplado hasta la fecha en los modelos climáticos globales en vigor.

Efectivamente, los hongos son los grandes olvidados en las mediciones y estimaciones que se han venido haciendo sobre la capacidad de los suelos para almacenar dióxido de carbono (CO2). Sin embargo, los hongos microscópicos que viven en las raíces de las plantas juegan un papel importante en el almacenamiento y la liberación de carbono del suelo a la atmósfera.

Hemlocks in Harvard Forest 
La investigación comentada sitúa a los hongos en primer plano de la problemática del CO2 y en el centro del debate científico sobre cuál es el modo más factible de aprovechar al máximo la capacidad de los suelos para retener a este gas de efecto invernadero.

En estudios anteriores, se había llegado a la conclusión de que la degradación de los suelos, el clima y la productividad de las plantas eran los más importantes reguladores del contenido de carbono en los suelos. Sin embargo, lo descubierto ahora por Turner, Averill y Finzi, sugiere que la biología del suelo ejerce un papel aún más importante. Algunos tipos de hongos simbióticos pueden llevar a un 70 por ciento más de carbono en el suelo por unidad de nitrógeno.

La mayoría de las plantas se asocian con hongos de un tipo beneficioso. En esta clase de relación, la planta aporta carbono al hongo, y éste le aporta ciertos nutrientes a la planta. Las relaciones de este tipo se pueden agrupar en tres grandes clases: Las micorrizas arbusculares, las ectomicorrizas, y las micorrizas ericoides. La más común es la micorriza arbuscular, que se da en el 85 por ciento de las familias vegetales, mientras que las micorrizas ericoides y las ectomicorrizas se presentan en unas pocas familias comunes.
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Ejemplo de ectomicorriza: Un hongo asociado a las raíces de una cicuta. (Foto: Colin Averill)

Tras numerosas ejecuciones de modelos digitales con más de 200 perfiles de suelos de todas partes del globo terráqueo, los autores de la investigación encontraron que los suelos con presencia de comunidades del tipo micorriza ericoide y del tipo ectomicorriza contenían un 70 por ciento más de carbono por unidad de nitrógeno que los suelos con comunidades del tipo micorriza arbuscular. El efecto era significativo a escala global, porque es independiente del rango común de valores en variables tales como la acumulación de biomasa, la temperatura, la precipitación y el contenido de arcilla de los suelos.

La marcada diferencia que hay en el nivel de carbono incorporado a suelos entre los ecosistemas con ectomicorrizas y micorrizas ericoides, y los ecosistemas con micorrizas arbusculares, se debe a la manera en que los hongos de cada tipo adquieren los nutrientes. Los hongos de las comunidades micorrizas ericoides y ectomicorrizas producen enzimas que les permiten acceder a formas orgánicas de nitrógeno que no están disponibles para los hongos de las comunidades micorrizas arbusculares. Al apropiarse de buena parte de la cantidad de nitrógeno que hay en la materia orgánica del suelo, los hongos de comunidades micorrizas ericoides y ectomicorrizas limitan la actividad de los microorganismos que descomponen la materia orgánica muerta y que devuelven carbono a la atmósfera. Estos microbios dependen del nitrógeno, y cuando su acceso al mismo mengua por la acción de sus rivales los hongos, no pueden prosperar como lo harían con nitrógeno extra, y su actividad global en el suelo queda notablemente limitada. El resultado es que más carbono se conserva en el suelo. Por contra, las comunidades micorrizas arbusculares no causan tantas restricciones a la actividad de los microbios que descomponen la materia orgánica. El resultado en este caso es que se conserva en el suelo menos carbono .

Fuente:

La Verdad (Ciencia y Salud)

7 de septiembre de 2013

El calentamiento extiende las plagas, según un estudio

Cosecha en un campo

Las plagas de las cosechas están avanzando tres kilómetros al año.

Nuevas investigaciones han concluido que el calentamiento global está contribuyendo a que las plagas y enfermedades ataquen a las cosechas para esparcirse por todo el mundo.

Científicos de dos universidades británicas encontraron que las plagas de los cultivos se están mudando hacia los polos norte y sur a un ritmo de tres kilómetros anuales conforme se calientan las regiones.
Observaron más de 600 plagas de todo el planeta, incluidos hongos, insectos, bacterias y virus.

Actualmente, entre 10% y 20% de las cosechas mundiales se pierde a causa de los brotes.

Los investigadores advierten que las crecientes temperaturas globales podrían empeorar la situación.

El estudio está publicado en la revista Nature Climate Change

Fuente:

BBC Ciencia

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25 de agosto de 2013

Un moho expresa sus emociones mediante la cabeza de un robot

El moho mucilainoso es uno de los organismos más sencillos que tiene la capacidad de aprender.

El moho del fango ya ha probado tener cierta forma de inteligencia en el pasado, o al menos la suficiente como para encontrar la ruta más rápida en un laberinto hasta llegar a su alimento. Por lo mismo, en Inglaterra algunos investigadores creyeron que era una buena idea "conectar" esta especie de moho a una cabeza robótica para que el organismo exprese sus emociones de forma más gráfica.

El experimento en su concepto es bastante sencillo. El moho se colocó sobre un campo de electrodos, que capturaron las señales eléctricas emitidas por la comunicación de todas las células a la hora de moverse hacia la comida, o al reaccionar frente a la luz. Las señales capturadas luego se convirtieron en sonido ("similares al de un avión despegando"), y se mapearon al funcionamiento de la cabeza del robot. Ir hacia el alimento era algo así como "alegría", mientras que la reacción a la luz era "molestia".



Los resultados de la investigación fueron presentados en la conferencia Living Machines, a comienzos de agosto en Inglaterra. La investigadora liderando el proyecto, Ella Gale, cree que el moho del fango es uno de los organismos más simples con la capacidad de aprender. Otros científicos también postulan un parecido entre el cerebro humano y el moho mucilaginoso, precisamente por la forma en que ambos procesan y transmiten la información entre sus células.

Lo cierto es que ver un robot con expresiones casi humanas siempre va a ser incómodo. Y si esas expresiones son causadas por un organismo tan extraño como el moho, más incómodo aún.

Fuente:

FayerWayer

29 de octubre de 2012

El cambio climático podría alterar la evolución de los anfibios

Embriones de Dendropsophus ebraccatus

Embriones de Dendropsophus ebraccatus dentro de huevos. Los embriones mueren en apenas un día si no llueve.

Un comportamiento clave de especies tropicales de ranas podría sufrir alteraciones debido al cambio climático, según un nuevo estudio.

La gran mayoría de las más de 6.000 especies de ranas en el planeta ponen sus huevos en el agua. 

Pero muchas ranas tropicales lo hacen fuera del medio acuático. Esta estrategia protege los hueves de peces y otros potenciales depredadores, aunque conlleva un gran riesgo, la posibilidad deshidratación incluso en el plazo de un día sin lluvias.

Justin Touchon, investigador del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, con sede en Panamá, señala en un nuevo estudio en la revista American Naturalist que el cambio climático podría estar modificando el curso de la evolución en anfibios, llevando a estos animales a cambiar sus comportamientos para adaptarse a la escasez de precipitaciones.

Deshidratación

Touchon analizó los registros de lluvias recogidos por la Autoridad del Canal de Panamá y constató que los patrones de precipitaciones han sufrido alteraciones que concuerdan con las predicciones de modelos para el estudio del cambio climático.

"Encontré que desde 1972 ha habido cambios significativos en los patrones de precipitaciones en la región central de Panamá", dijo el investigador.

"Durante las últimas cuatro décadas, las precipitaciones se volvieron más esporádicas. El número de días de lluvia disminuyó, con mayores períodos secos entre las fases de precipitaciones".

Dendropsophus ebraccatus

La Dendropsophus ebraccatus tiene plasticidad, pero otras especies podrían sufrir más con el cambio climático.

Uno de los ejemplos estudiados por Touchon es la rana arbórea Dendropsophus ebraccatus, cuyos huevos son extremadamente susceptibles a la deshidratación.

Los embriones mueren en apenas un día si no hay lluvia. Las precipitaciones copiosas son además un disparador de la reproducción, por lo que la escasez de lluvias disminuye la probabilidad de condiciones óptimas en el período inmediatamente posterior a la puesta de huevos.

Con el cambio en los patrones climáticos han disminuido las ventajas de poner huevos fuera del agua, no sólo para la rana arbórea, sino potencialmente para muchas otras especies, afirmó Touchon.

"Las ranas Dendropsophus ebraccatus pueden poner huevos tanto en el agua como sobre vegetación, por lo que pueden adaptarse mejor a la escasez de lluvias que otras especies", dijo el investigador.

"Esa flexibilidad les da más opciones que aumentan la probabilidad de supervivencia de sus descendientes".

Amenazas

Los anfibios son considerados uno de los grupos más amenazados: aproximadamente la mitad de las más de 6.000 especies conocidas están declinando y una de cada tres está en peligro de extinción.

Además de la pérdida de hábitat por deforestación para agricultura, otro de los riesgos más serios es el cambio climático. Los anfibios son muy vulnerables a las condiciones ambientales y debido a su piel sensible muchas especies necesitan ciertos niveles de humedad para sobrevivir y reproducirse.

Otra de las amenazas más graves actualmente es una enfermedad causada por un hongo, Batrachochytrium dendrobatidis, a veces denominado simplemente Bd.

El hongo Bd recién fue identificado en 1998 y sólo hace dos años se logró comprender cómo mata a los anfibios: inhibe el flujo de electrolitos en la piel altamente permeable, variando sus concentraciones en la sangre y causando finalmente insuficiencia cardíaca.

La enfermedad sigue avanzando en forma implacable, por ejemplo, en Costa Rica y Panamá, donde el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales tiene un Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios.

Fuente:

BBC Ciencia

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10 de octubre de 2012

Los organismos sin cerebro que logran navegar

Moho mucilaginoso

El moho mucilaginoso logra orientarse con sus propias pistas de sustancias viscosas, en un método parecido al de Hansel y Gretel.

Se deslizan por el suelo alimentándose de materia vegetal en descomposición. La gran pregunta es cómo logran orientarse.

Aunque carecen de cerebro, los organismos conocidos como mohos mucilaginosos utilizan una forma de memoria espacial para navegar, según un nuevo estudio. En el pasado se pensaba que estos mohos eran hongos, pero actualmente se clasifican como protistas.
"Hemos mostrado por primera vez que un organismo unicelular sin cerebro usa memoria espacial externa para navegar en un ambiente complejo"
Christopher Reid, Universidad de Sidney

Científicos en Australia estudiaron estos organismos en un experimento utilizado normalmente para probar el desempeño de robots.

Los investigadores constataron que estos mohos pueden utilizar las pistas que van dejando con sustancias viscosas para navegar y encontrar una fuente de alimento.

El método utilizado por los organismos fue comparado por los científicos al de Hansel y Gretel, que hallaron su camino de regreso siguiendo las huellas que habían marcado con trozos de pan.

"Hemos mostrado por primera vez que un organismo unicelular sin cerebro usa memoria espacial externa para navegar en un ambiente complejo", dijo Christopher Reid, de la Escuela de Biología de la Universidad de Sidney, autor principal del estudio.

Navegación reactiva

Moho mucilaginoso

Todo el organismo está compuesto por tejidos que constantemente se están expandiendo o contrayendo.

"Los llamado mohos mucilaginosos no son ni un hongo ni un moho, sino protistas, una parte del mundo natural que no encaja con el resto de nuestro sistema de agrupación taxonómica", dijo Reid.

"Todo el organismo está compuesto por tejidos que constantemente se están expandiendo o contrayendo, utilizando un mecanismo similar al de las células en nuestros tejidos musculares. Son organismos verdaderamente extraños y sin embargo están por todas partes, alimentándose de bacterias, hongos y levaduras".

Estos organismos pueden hallarse en el suelo o en bosques caducifolios y algunos son acuáticos.

El experimento se inspiró en pruebas realizadas con robots que utilizan un mecanismo de retroalimentación respondiendo a datos de su ambiente inmediato para navegar obstáculos o evitar trampas. Esta navegación reactiva permite a los robots navegar sin un mapa y los mohos mucilaginosos usan el mismo método.

En la prueba, los científicos hicieron que los organismos intentaran sortear una barrera en forma de U.

A medida que se desplazan los mohos mucilaginosos dejan una pista de sustancias viscosas traslúcidas y cuando buscan alimento, evitan áreas ya marcadas por la sustancia, reconociendo sitios que ya han explorado.

"Cuando colocamos el desafío de la barrera en forma de U encontramos que su habilidad de navegar dependía en gran medida de la posibilidad de usar esa memoria externa", señaló Reid.

Pistas químicas

Barrera en forma de U en el experimento con los mohos mucilaginosos

En la prueba, los organismos evitaron una barrera en U para hallar alimento.

En el experimento, el 96% de los mohos mucilaginosos estudiados logró llegar hasta una fuente de alimento, tardando un promedio de 57 horas para lograrlo.

Pero cuando los investigadores cubrieron todo el platillo Petri con sustancias viscosas de forma que los organismos no pudieran identificar sus pistas, solo el 33% logró llegar a su meta tardando hasta 120 horas.

"Sin el beneficio de la memoria, los mohos mucilaginosos pasaron un tiempo hasta 10 veces superior reexplorando áreas en las que ya habían estado", dijo Reid.

El estudio es el primero que identifica un sistema de memoria en un organismo que no tiene cerebro o sistema nervioso central.

El científico señaló que el descubrimiento podría "ayudar a comprender cómo la memoria de los organismos multicelulares puede haber evolucionado a partir del uso de pistas químicas, antes del desarrollo de sistemas de memoria interna".
"El descubrimiento podría ayudar a comprender cómo la memoria de los organismos multicelulares puede haber evolucionado a partir del uso de pistas químicas, antes del desarrollo de sistemas de memoria interna"
Christopher Reid

"Otros estudios han demostrado, por ejemplo, cómo las hormigas dejan pistas de sustancias químicas o feromonas, cuestionando la afirmación de que orientarse requiera habilidades espaciales sofisticadas. Ahora hemos dado un paso más mostrando que incluso un organismo sin un sistema nervioso central puede navegar ambientes complejos con la ayuda de memoria externa".

Los científicos esperan ahora continuar explorando las habilidades de los mohos mucilaginosos.

"Estos organismos unicelulares nos han sorprendido continuamente hallando su camino en laberintos y anticipando eventos", dijo Reid a la BBC.

"Son seres extraordinarios que están redefiniendo nuestra noción de qué significa la palabra 'inteligencia'".

El estudio fue publicado en la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, Proceedings of the National Academy of Sciences, PNAS 

Fuente:

BBC Ciencia

17 de mayo de 2012

Líquen en Machu Picchu podría ser eliminado con láser

La bióloga española Asunción de los Ríos indicó que la mezcla de hongos con algas solo afecta la superficie de las piedras de granito

Machu Picchu
 
La bióloga española Asunción de los Ríos Murillo descartó que el líquen haya generado graves daños a la estructura lítica del parque arqueológico de Machu Picchu. Señaló que podrían ser eliminados con láser y biocidas.

La representante del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) de España indicó que la mezcla de hongos con algas solo afecta una capa superficial de las piedras de granito.

Como se recuerda, estos líquenes fueron encontrados principalmente en construcciones como los templos del Sol y de las Tres Ventanas, la Casa del Inca y el Intihuatana. Este último, presenta la colonización de líquenes y bacterias estereotipas, que posiblemente aparecen cuando los visitantes tocan las estructuras de piedra, indicó la especialista.

Destacó que aún no se ha determinado las consecuencias de la colonización ni los procesos de biodeterioro ante el cambio climático. La bióloga española participa del congreso “Cambio climático y biodeterioro en el patrimonio pétreo de Machu Picchu”, que se prolongará hasta el viernes 18, en el Centro de Convenciones de Cusco.

Fuente:

7 de noviembre de 2011

Cuatro cosas que el capitán Scott descubrió en Antártica (y una que lo descubrió a él)


Campamento del capitán Scott en la montaña Buckley

Hace un siglo, el capitán Scott y su equipo iniciaron una fatídica carrera para ser los primeros en llegar al Polo Sur. Aunque no lo lograron, su viaje a esa misteriosa tierra de hielo rindió fruto.

La expedición es mejor conocida por su fracaso. No sólo un rival noruego le ganó al capitán Robert Scott en su carrera al Polo Sur, sino que su equipo de cinco hombres murió en el viaje de regreso.

En la tienda de campaña donde se encontraron sus cuerpos congelados había 16kg de fósiles, un diario meteorológico, notas de cuentas, y rollos de películas tomadas por el propio Scott.

Tienda de campaña de Scott en 1913

El grupo de cinco hombres murió en marzo de 1912 a 17 kilómetros del depósito de suministros.

Los moribundos exploradores pensaron que esto era muy valioso para echarlo por la borda, aunque viajar más ligeros de carga pudo haber sido determinante en su lucha entre la vida y la muerte tras semanas de viaje en temperaturas de -37ºC.

La expedición de Scott tenía un doble propósito: alcanzar el polo para el Imperio Británico y explorar y documentar esta gran tierra del sur.

Este objetivo está reflejado en una respuesta registrada en el Congreso Internacional de Geografía de 1895, en el que se definió la Antártica con "la gran pieza de exploración geográfica por ser asumida", que podría resultar en "una adición al conocimiento de casi todas las ramas de la ciencia".

A finales del siglo XIX, la Antártica era un espacio largo y blanco en el mapa. Nadie estaba seguro si se trataba de un continente o una colección de islas de hielo.

Scott lideró primero una expedición a la región en 1901, y regresó una década más tarde con un equipo de jóvenes y hambrientos expertos, que por primera vez incluía a un fotógrafo profesional, y que debían recoger tesoros ocultos de especímenes, información y observaciones para ser analizados a la vuelta.

Sólo unos poco de su equipo de 38 hombres zarparon hacia el Polo en ese último viaje fatal. Los otros continuaron su investigación en los alrededores del campamento base y más allá.

Recuperados los restos para responder las interrogantes de entonces, estos descubrimientos continúan aclarando las preguntas científicas de nuestros días.

Aquí hay cuatro de esos descubrimientos claves (además del Polo), y uno que los descubrió a ellos.

1. Huevos de pingüinos Emperador

Pingüino emperador llevado por uno del equipo de Scott.

El equipo pasó meses observando colonias de pingüinos exploradores.

De los 2.000 especímenes de animales recolectados por Scott y su equipo, 400 de los cuales eran nuevos descubrimientos, la joya de la corona fue un trío de huevos de pingüinos Emperador.

Se esperaba que esto ofreciera la tan esperada prueba de la teoría de la evolución de Darwin.

En esa época, se creía que un embrión pasaba por todas las etapas de la evolución de su especie mientras se desarrollaba.

Los eduardianos (de la época del reinado de Eduardo VII) asumían que los pingüinos Emperador eran las aves más primitivas del planeta. Ellos esperaban que los embriones en esos huevos mostraran la relación entre dinosaurios y aves.

Estos pingüinos se habían visto antes, pero no con sus huevos.

"Era la gran búsqueda biológica de esos días", dice el historiador David Wilson, cuyo tío abuelo, Edward Wilson, fue un naturalista de Scott. "Ellos recogieron los huevos, y todas las teorías resultaron ser incorrectas".

Las pieles de pingüinos recolectadas fueron usadas 50 años más tarde como un control de especímenes para probar que el pesticida DDT había llegado a la aparentemente inmaculada Antártica.

"El programa científico era tan largo que básicamente fundó la ciencia moderna polar", explica Wilson. "Así que ofrece la base de datos de casi cualquier estudio".

2. El fósil del eslabón perdido

Fósil de Glossopteris

Este fósil sirvió de prueba para la teoría de que los continentes formaban parte de una sola masa prehistórica.

El fósil descubierto junto al cuerpo de Scott era la planta Glossopteris indica, un árbol extinto parecido a la haya de hace 250 millones de años.

En el viaje de regreso del Polo Sur, se detuvieron a explorar una morrena bajo la montaña Buckley.

Este no fue un desvío al azar. A pesar de que la comida escaseaba y luchaban contra el inclemente clima, los científicos exploradores tenían en mente un objetivo específico.

Una nueva teoría hablaba sobre una Antártica alguna vez unida a un supercontinente ancestral llamado Gondwanaland (ahora conocido como Gondwana) y que tenía un clima lo suficientemente tibio como para que crecieran árboles.

Era una teoría convincente. Todo lo que necesitaba era una pieza de evidencia clave.

Así que cuando Scott y compañía encontraron este fósil, igual a otros descubiertos en Australia, África y Sudamérica, fue como descubrir la pieza perdida del rompecabezas de la Tierra, pues indicaba que estas regiones formaban parte de la misma masa prehistórica.

"El descubrimiento de ese espécimen fue fundamental", señala Wilson. "Nos ayudó a cambiar nuestro entendimiento geológico del planeta".

3. Vida salvaje en acción

Además de especímenes, dibujos y fotografías, el Terra Nova regresó con imágenes nunca antes vistas de criaturas polares en acción.

Era la primera vez que una cámara de película se usaba para hacer un descubrimiento en el estudio de la biología. También fijó el estándar para expediciones futuras y documentales de vida salvaje.

"Scott creía que la cámara podía alcanzar logros importantes hasta entonces no conseguidos en la exploración científica", dijo Wilson, autor de The Lost Photographs del Capitán Scott (Las fotografías perdidas del capitán Scott).

El fotógrafo expedicionario Herbert Ponting capturó las formas y texturas del hielo, y filmó los ciclos y comportamientos de los pequeños y desconocidos habitantes de la región.

Por ejemplo, con la filmación de focas de Weddell abriendo huecos en el hielo con sus caninos, Ponting echó al traste las teorías existentes sobre cómo estos animales creaban agujeros para respirar.

Y cuando filmaba a ballenas asesinas cazando en grupos, Ponting casi se convirtió en su almuerzo.

El hielo bajo él cedió y empezó a separarse cuando las ballenas lanzaron un ataque coordinado para lanzarlo al mar.

4. Sistema de clima extraño

Foto de expedición del capitán Robert Scott.

Foto de la expedición polar de Scott, los ponies también perecieron.

En una época del año en que las temperaturas son relativamente templadas (-28ºC), los cinco hombres del capitán Scott perecieron durante una extendida ola de frío que hizo que el mercurio de los termómetros bajaran a -40ºC.

La detallada previsión del tiempo realizada para el viaje al polo por el meteorólogo George C Simpson no mostró señales de este desafortunado cambio climatológico.

Globo meteorológico de Simpson

Simpson con un globo meteorológico.

En un último mensaje al público británico, Scott escribió: "Nadie en el mundo habría esperado las temperaturas y superficies que hemos encontrado en esta época del año. Está claro que estas circunstancias se producen súbitamente, y nuestro naufragio se debe ciertamente a esta súbita llegada de clima severo".

¿Una inesperada y rara desgracia o el pronóstico simplemente falló?

Lo primero, dice Susan Solomon, experta en ciencia atmosférica. El meticuloso análisis de los datos del clima de Simpson habrían sido correctos en casi cualquier otro año, pero 1912 fue uno en que el invierno antártico empezó muy fuerte y temprano.

Su investigación contribuyó mucho al entendimiento de no sólo el clima antártico, sino de cómo las corrientes de vientos más altas interactúan en el hemisferio sur.

5. Legado de hongos

Incluso el refugio de 100 años de Scott esconde un nuevo descubrimiento. Uno que lo encontró a él, al contrario de los anteriores.

Durante el trabajo de restauración, se encontraron tres nuevas especies de hongo de madera dándose un festín con la histórica choza y sus contenidos.

Nuevas especies de hongos

Hongos en uno de los objetos recaudados de la expedición de Scott.

Los restauradores llamaron al paleontólogo de plantas Robert Blanchette, de la Universidad de Minnesota, quien en un principio asumió que el hongo había llegado con visitantes o materiales importados.

"Pero nuestra secuencia de ADN, usada para identificar el hongo, determinó que existen especies presentes en la cabaña que no se habían visto antes y no son similares a otras especies", comenta Blanchette.

Otras pruebas encontraron el mismo tipo de hongo en la región del mar de Ross y en la península antártica, en el lado opuesto del continente, así como en otros refugios históricos.

El experto considera que tiene sentido encontrar nuevas especies en la cabaña de Scott.

"El objetivo de la expedición era estudiar todas las cosas nuevas de este único ecosistema. Estoy seguro de que este hongo, descubierto 100 años más tarde, habría sido de gran interés para los biólogos y otros científicos del último viaje de Scott".

Fuente:

BBC Ciencia

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10 de agosto de 2011

El ser más rápido del planeta

El Pilobolus, un hongo que crece en el estiercol, es tan rápido que si un ser humano fuera sometido a una fracción de su capacidad de aceleración quedaría destrozado. Pero antes... ?sabe usted qué son las Fuerzas G? Descúbralo antes de leer el post:

Las fuerzas G

Las fuerzas G no son una medida de fuerza sino una medida intuitiva de aceleración. Está basada en la aceleración que produciría la gravedad terrestre en un objeto cualquiera en condiciones ideales (sin atmósfera u otro rozamiento). Una aceleración de 1G es generalmente considerado como igual a la gravedad estándar, que es de 9.80665 metros por segundo cuadrado (m/s2).

La fuerza G para un objeto es de 0G en cualquier ambiente sin gravedad, como una caída libre o un satélite orbitando la Tierra y de 1G a cualquier objeto estacionario en la superficie de la Tierra al nivel del mar. Aparte de esto, las fuerzas G pueden ser mayores a 1, como en una montaña rusa, en una centrifugadora o en un cohete.

La medición de las fuerzas G se hace por medio de un acelerómetro.

Más información en la Wikipedia.



¿Un pájaro? ¿Un insecto? ¿Usain Bolt? Nada de eso. El ser vivo más rápido del mundo puede dejar en un pozo de vergüenza incluso a los artificios humanos más complejos. Es tan rápido que si fuéramos sometidos a una fracción de su capacidad de aceleración seríamos mucho menos que papilla. Imaginamos que ya deben estar pensando algunas posibilidades, pero la respuesta se encuentra en un lugar increíble, y dicho sea de paso, particularmente asqueroso.

Una de las maravillas de internet es que se ha convertido en la fuente de información ideal para responder a aquellas preguntas algo complejas que suelen hacer los niños. Imaginemos por ejemplo una pregunta como “¿qué es lo que corre más rápido?” Esa es relativamente fácil, ya que se trata del guepardo. Pero los más bajos de la casa no suelen conformarse con eso, y eventualmente llega el “¿hay algo más rápido?”. Uno puede hacer referencia a un halcón, que puede quebrar la barrera de los trescientos kilómetros por hora, con la obvia diferencia de que vuela y no corre.

Pero hay algo más rápido aún. No corre, ni tampoco vuela, sino lo que hace es expulsar. Ahora, no faltará quien puntualice el hecho de que aceleración y velocidad no son lo mismo, sin embargo, la habilidad de esta minúscula criatura es sorprendente. A simple vista no se puede decir mucho sobre el Pilobolus, más allá de ser un género de hongos que crece en el estiércol. La espora del Pilobolus es consumida por los herbívoros directamente sobre el césped, sobrevive a todo el proceso de digestión, y germina una vez que el excremento es evacuado.

Una aceleración monstruosa

El logro del Pilobolus llega al “disparar” la espora. Puede llegar de cero a veinte millas (32 kilómetros) por hora en apenas dos millonésimas de segundo, y su aceleración alcanza los veinte mil Fuerzas G. Si tenemos en cuenta que pilotos de caza altamente entrenados y experimentados pueden soportar nueve o diez Fuerzas G por unos pocos segundos, es fácil llegar a la conclusión de que la aceleración de la espora del Pilobolus es una monstruosidad.

Lo más sorprendente de todo es que el Pilobolus tiene una razón perfectamente lógica para disparar a sus esporas de ese modo. A su escala, el aire es mucho más “espeso”, por lo que la espora sufre de un importante nivel de fricción. Aún así, un Pilobolus puede arrojar a su espora a una distancia máxima de dos metros, lo suficientemente lejos del estiércol como para que otro herbívoro la consuma, y repita su ciclo de vida naturalmente. El vídeo pertenece a un documental de tres episodios presentado por la BBC en marzo de 2010 llamado “Richard Hammond’s Invisible Worlds”, que hace un especial énfasis en la utilización de alta tecnología para ver y apreciar aquello que normalmente se escapa a nuestros ojos. Si la penicilina se encontró en pan mohoso, y el ser vivo más rápido del planeta está en el estiércol, sólo nos queda esperar a ver de dónde saldrá la siguiente maravilla.

Datos:

1 milla terrestre = 1,6 km

Una aceleración de 1G es generalmente considerado como igual a la gravedad estándar, que es de 9.80665 metros por segundo cuadrado (m/s2).

Fuente:


ABC Ciencia


19 de julio de 2011

Redescubren hongo luminoso en Brasil

Especial: Seres vivos


Neonothopanus gardneri

Aunque a los pobladores locales nunca se les perdió y lo conocen desde siempre, el hongo "flor de coco", que emite luz, a los científicos se les había desaparecido: habían pasado más de 170 años desde la última vez que había sido estudiado.

Pero ahora, un grupo de científicos e investigadores de universidades estadounidenses y de la Universidad de San Pablo (USP) redescubrió la llamativa seta en Piauí, estado del nordeste de Brasil.

Neonothopanus gardneri

A la luz del día no se aprecian sus propiedades.

El Neonothopanus gardneri es el hongo bioluminiscente (es decir, que emite luz propia) más grande de Brasil y uno de los más grandes del mundo.

"En los últimos años vi hongos que emiten luz en Brasil, pero más pequeños, algunos del tamaño de un cabello", le señala a BBC Mundo Cassius Vinicius Stevani, profesor de Química de la USP y participante del estudio.

"Éste es el más grande y emite una cantidad considerable de luz", dijo.

La primera vez que el hongo fue descubierto por la comunidad científica fue en 1840, cuando el botánico británico George Gardner vio a unos niños jugando con lo que él pensaba que eran luciérnagas enormes en las calles de un pueblo que hoy es la ciudad de la Natividade, en Tocantins, estado de Goiás, en el centro-oeste de Brasil.

"Flor de coco"

Llamado por los locales "flor de coco" por crecer bajo una palmera, este hongo bioluminiscente se clasificó como Agaricus gardeni y no había sido vuelto a ver.

"Me enteré de que todavía había hongos alrededor de 2001. En los años siguientes, me llegaron informes de Tocantins y Goiás de un hongo grande y amarillo, que emitía una luz", dice Stevani.

"Pero sólo pude verlos en 2005, en fotos tomadas en Piauí", dice el científico, que ha participado en expediciones nocturnas para recoger setas.

Agaricus gardeni

Aún no se sabe el porqué de la fluorescencia.

"Las búsquedas tienen lugar en las noches oscuras, de luna nueva, con las linternas apagadas", explica.

Hay 71 especies de hongos que emiten luz, de los cuales 12 están presentes en Brasil.

La ciencia aún no ha resuelto el proceso químico que le permite al hongo producir luz, ni se sabe para qué le sirve.

Una teoría, dice Stevani, considera que la luz es emitida para atraer a los insectos nocturnos que les ayudan a los hongos a dispersar sus esporas para reproducirse. Otra dice que la luz atrae a los insectos depredadores que se alimentan de pequeños insectos que atacan al hongo.

Otros seres vivos que emiten luz son las luciérnagas y ciertos moluscos, peces, crustáceos y algas. En todos los casos las luz se produce cuando una enzima llamada luciferasa oxida a un sustrato llamado comúnmente luciferina (del latín lucifer, "que trae luz").

El hallazgo fue publicado en el último número de la revista Mycologia.

Fuente:

BBC Ciencia

2 de julio de 2011

Las hormigas practican la agricultura sostenible desde hace más de 50 millones de años

Especial: Reino Animalia



Uno de los avances más importantes de la civilización humana ha sido la práctica de la agricultura sostenible. Sin embargo, los humanos no fuimos los primeros. Un nuevo estudio ha demostrado que las hormigas llevan practicando la agricultura sostenible desde hace más de 50 millones de años. Al igual que la agricultura ayudó a los seres humanos a convertirse en una especie dominante, ésta también ha permitido a las hormigas convertirse en uno de los insectos sociales más exitosos de la naturaleza. Estas son las principales conclusiones de un artículo publicado en 'Microbiology Today', que señala que las hormigas han desarrollado un sistema para mantener sus 'huertos' libres de plagas.

Esta capacidad de mantener el jardín sano comienza cuando las hormigas cortadoras de hojas depositan sus hierbas recíen cortadas en el jardín, de donde nace un hongo especial. Este nuevo materual es incorporado continuamente a los jardines para que crezca el hongo mientras los viejos materiales son removidos por las hormigas y colocados en un vertedero especial de residuos fuera de la colonia.

El estudio también ha demostrado que cuando las hormigas obreras detectan una plaga de microbios, enseguida el resto de las hormigas empiezan a peinar todo el 'área de cultivo' en busca de malas hierbas. Cuando las encuentran, las hormigas tiran de ellas y las depositan en vertederos.

"Las hormigas están sistemáticamente expuestas a un gran número de agentes patógenos que podrían infectarlas. De hecho, muchas de las colonias de hormigas empezaron llenos de maleza con hongos patógenos, que en ocasiones llegaron a matar a la colonia", explica Cameron Currie, profesor de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU.), en declaraciones a 'Microbiology Today' y recogidas por otr/press.

Una bacteria similar a la cera

Los investigadores también observaron en este estudio que algunas hormigas obreran tenían una sustancia blanca en sus cuerpos, similar a la cera. Pero al mirar a través de un microscopio, los científicos descubrieron que se trataba de una facteria que forma parte del grupo Actinobacteria (que producen más del 80% de los antibióticos utilizados por los seres humanos). En el caso de las hormigas, estas bacterias producen compuestos antifúngicos que detiene los patógenos que atacan el jardín. Este descubrimiento fue el primero que demostró claramente que un animal distinto al ser humano utiliza bacterias para producir antibióticos que hagan frente a agentes patógenos.

"La investigación en nuestro laboratorio ha puesto de manifiesto una serie de interesantes relaciones entre las bacterias y los hongos patógenos. Las bacterias pueden ser especialmente adecuadas para la inhibición de hongos patógenos que infectan los jardines de las hormigas", explica Currie.

La interacción entre las hormigas y sus cultivos de hongos y de las hormigas y las bacterias se conocen como 'relación de mutualistas', donde ambos miembros se benefician. En la relación entre las hormigas y sus cultivos de hongos, las hormigas obtienen alimentos de los hongos, de manera que si el hongo se pierde, toda la colonia de insectos puede morir. A cambio, el hongo recibe un suministro continuo de material y protección contra las enfermedades que causan las plagas.

En el caso de las bacterias, éstas encuentran en las hormigas un entorno protegido en el que crecer, lejos de la intensa competencia que tendrían que sufrir si viven en otros ambientes como el suelo.

Carrera química

"Curiosamente, en la estrecha relación entre hormigas, bacterias y agentes patógenos a veces gana el patógeno. Esta interacción ha sido descrita como una carrera química entre las bacterias y los hongos", explica Currie. "En este momento, estamos empezado a comprender la guerra química a nivel genético, y es probables que este tipo de interacciones sea más frecuente en la naturaleza de lo que se había pensado", concluye.

Pero todavía nadie sabe a ciencia cierta como una hormiga se asocia con el hongo y la bacteria. Con los nuevos avances en genética molecular y en tecnologías, el profesor Currie mantiene la esperanza de descubrir cómo se han establecido estas asociaciones y entender como estas interacciones generan el crecimiento de estos hongos beneficiosos para las hormigas.

Fuente:

Europa Press
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