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6 de noviembre de 2017

Científicos descubren una rana gigante 'diabólica' que devoraba dinosaurios

Su mordedura poseería una fuerza de unos 2.200 newtons, equivalente a la de mamíferos depredadores como el tigre o el lobo.


Un equipo internacional encabezado por científicos de la Universidad de Adelaida (Australia) ha descubierto que una 'diabólica' rana gigantesca que habitaba en Madagascar hace 68 millones de años era capaz de comer dinosaurios.

Los investigadores estimaron que esa especie extinta, conocida como 'Beelzebufo', podría cazar y devorar pequeños ejemplares de esos reptiles debido a que su mordedura poseería una fuerza de unos 2.200 newtons, equivalente a la de mamíferos depredadores como el tigre o el lobo.

Gracias a esta característica, ese anfibio "habría sido capaz de masticar los dinosaurios pequeños o jóvenes que vivían en su medio ambiente", según ha explicado Marc Jones, investigador de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Adelaida.

Estos especialistas realizaron su descubrimiento mientras analizaban la fuerza de mordedura de varias especies de ranas cornudas carnívoras 'Ceratophrys', que hoy en día habitan en Sudamérica y aseguran que han obtenido resultados sin precedentes.

"A diferencia de la gran mayoría de ranas, que tienen mandíbulas débiles y normalmente consumen presas pequeñas, las ranas cornudas emboscan a animales tan grandes como ellas" —desde otras ranas hasta serpientes o roedores— y "sus fuertes mandíbulas desempeñan un papel esencial a la hora de agarrar una presa", asegura Jones.

Asimismo, el colectivo investigador calculó que pequeñas ranas cornudas cuya cabeza mide alrededor de 4,5 centímetros de ancho poseen una fuerza de mordedura que ronda los 30 newtons, mientras que los anuros que habitan los subtrópicos de America del Sur y tienen una testa que mide hasta 10 centímetros de anchura alcanzarían hasta 500 newtons, como otros mamíferos carnívoros de tamaño similar.

Fuente:

RT 

16 de diciembre de 2015

Cuando regenerábamos las patas como las salamandras

Los primeros tetrápodos terrestres (anfibios, reptiles, pájaros y mamíferos) tenían la capacidad de volver a desarrollar sus miembros perdidos.




Fósil del anfibio 'Sclerocephalus', de la cuenca Saar-Nahe en Alemania.


La evolución no es una historia de progreso constante: a veces va a peor. Poco después de conquistar la tierra firme, nuestros ancestros, los primeros tetrápodos terrestres, poseían la valiosa capacidad de regenerar los miembros perdidos en un accidente, como las patas y la cola. En alguna época posterior casi todos perdimos ese arte, y hoy solo lo conservan las salamandras. Si eso es progreso, que venga Dios y lo vea.

Nadia Fröbisch y sus colegas del Instituto Leibniz para la Evolución y la Biodiversidad, en Berlín, han hallado evidencias sólidas de regeneración de los miembros en unos anfibios fósiles excepcionalmente bien preservados del carbonífero tardío (hace 290 millones de años). Eso es poco después de que los tetrápodos evolucionaran a partir de los peces de aletas carnosas, en mitad del devónico (hace 390 millones de años), y 80 millones de años antes de que aparecieran las primeras salamandras. Presentan sus resultados en Nature.

¿Cómo se puede demostrar la regeneración en un fósil? La capacidad de regeneración de las salamandras está indisolublemente ligada a un tipo peculiar de desarrollo de las patas (llamado preaxial), en que los dos primeros dedos crecen antes que los demás. Esto conduce, en las salamandras actuales, a una morfología especial en los miembros. Y esa es la morfología que Fröbisch y sus colegas han observado en los fósiles.

Hasta ahora se pensaba que tanto ese tipo especial de desarrollo como la capacidad de regeneración eran innovaciones recientes de las salamandras. Los nuevos fósiles demuestran que no es así: la regeneración era una capacidad antigua que se ha perdido en todos los tetrápodos menos en las salamandras. Las pruebas son indirectas, pero consideradas convincentes por los expertos que han revisado el trabajo.



Reconstrucción del proceso de regeneración de una pata en los fósiles del carbonífero. / NATURE

Los tetrápodos (animales con cuatro patas) son la superclase a la que pertenecemos los anfibios, los reptiles, los pájaros y los mamíferos, y todos evolucionamos a partir de los peces de aletas carnosas (o lobuladas), similares a los actuales celacantos. Nuestras piernas y brazos proceden de esas aletas, que aparecen apareadas en la misma posición del cuerpo. Los primeros tetrápodos, de hecho, fueron enteramente acuáticos, y los actuales anfibios recuerdan aquella antigua forma de vida con unas formas inmaduras todavía acuáticas y similares a peces: los renacuajos. No hace falta añadir que algunos tetrápodos, como los cetáceos, han regresado al agua de la que salieron millones de años antes.

El artículo completo:

El País

23 de mayo de 2013

Así regeneran su cuerpo las salamandras


Desde hace años, los investigadores ven en las salamandras el animal perfecto para encajar las piezas que faltan del puzzle de la medicina regenerativa. Además de la belleza de este anfibio, que puede ser de muy diversos colores, desde hace años nos asombra su capacidad de regeneración.

Las extremidades de las salamandras son pequeñas, y en su interior presentan un esqueleto óseo, músculos, ligamentos, nervios, tendones y vasos sanguíneos. Algo parecido, por otra parte, a lo que muestra cualquier ser humano.

Sin embargo, las salamandras gozan de una propiedad singular que hace única a esta especie: si una parte de su extremidad ha sido amputada, es capaz de regenerarla, es decir, vuelve a crecer desde el propio muñón. Un animal adulto es capaz de recuperar una extremidad anterior o posterior en caso de haberla perdido, y no importando la edad de la propia salamandra. ¿Qué es lo que facilita esta regeneración, aun en fase adulta?

Hasta ahora sabíamos que la reconstrucción de las extremidades se daba por epimorfosis, un proceso por el cual las células son capaces de regenerar la extremidad de manera completa o parcial, según se necesite. Tras la amputación, células endodérmicas recubren la herida entre 6 y 12 horas después. De este modo, se forma una especie de tapón cicatrizante, en el que las células existentes se desdiferencian, multiplicándose para ser capaces de reconstruir la extremidad. Una vez que existe suficiente número de células, se rediferencian, para así formar las nuevas estructuras de la extremidad.

Actualmente se conoce cómo funciona el proceso de regeneración, pero se sabe poco acerca de cuáles son las condiciones necesarias para que se produzca. Por ello, una investigación realizada por científicos australianos y publicada en la revista PNAS aporta nuevas claves para entender el proceso de regeneración de las salamandras.

En su estudio, los investigadores de la Monash University descubrieron que un tipo de células encargadas de la defensa del organismo, conocidas como macrófagos, son necesarias para la reconstrucción de la extremidad. Si en lo primeros instantes de la cicatrización del miembro, estas células no estaban presentes, la regeneración no ocurría, contrariamente a lo que se pensaba hasta el momento.

Según el científico James Godwin, responsable del estudio, ahora queda por determinar el papel que juegan estos macrófagos en la reconstrucción de la extremidad. Esto podría permitir, en un futuro, apoyarnos en el sistema inmune para desarrollar nuevas aplicaciones y técnicas relacionadas con la medicina regenerativa. Las salamandras aún a día de hoy pueden revelarnos muchos secretos interesantes, que quizás podamos utilizar en unos años.

Fuente:

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15 de enero de 2013

Los secretos de la regeneración de la cola de los renacuajos

Tres ejemplares de renacuajo. | University of Manchester
Tres ejemplares de renacuajo. | University of Manchester
Científicos de la Universidad de Manchester (Reino Unido) han descubierto cómo vuelve a crecer la cola de los renacuajos, un hallazgo que podría tener grandes implicaciones para la investigación sobre la curación y la regeneración de tejidos humanos, según las conclusiones del estudio, que serán publicadas en el próximo número de 'Nature Cell Biology'.

Generalmente las ranas y salamandras tienen notables capacidades regenerativas, en contraste con los mamíferos, incluyendo los seres humanos. Así, si un renacuajo pierde su cola, le crecerá una nueva en unas semanas. Desde hace varios años el profesor Enrique Amaya y su equipo de la Fundación Centro de Sanación en la Facultad de Ciencias de la Vida de la universidad británica han estado tratando de comprender mejor el proceso de regeneración, con la esperanza de utilizar esta información para encontrar nuevas terapias que mejoren la capacidad de los humanos para curar.

En un estudio anterior, el grupo del profesor Amaya identificó los genes que se activan durante la regeneración de la cola. En el proceso, varios genes que están implicados en el metabolismo se activan, en particular aquellos que están relacionados con la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS, en sus siglas en inglés), moléculas químicamente reactivas que contienen oxígeno.

El profesor Amaya y su grupo decidieron hacer un seguimiento de este resultado inesperado. Para examinar la actuación de ROS durante la regeneración de la cola, midieron el nivel de H2O2 (peróxido de hidrógeno, una especie común reactiva del oxígeno en las células), usando una molécula fluorescente que cambia las propiedades de emisión de luz en presencia de H2O2.

Utilizando esta forma avanzada de formación de imágenes, los investigadores lograron mostrar que un aumento marcado en H2O2 se produce tras la amputación de la cola y que los niveles de H2O2 se mantuvieron elevados durante el proceso de regeneración de la cola entera, que dura varios días.

Antioxidantes perjudiciales

"Nos quedamos muy sorprendidos al encontrar estos altos niveles de ROS durante la regeneración de la cola. Tradicionalmente, se han pensado que ROS tiene un impacto negativo en las células, pero en este caso parecía estar teniendo un impacto positivo en el recrecimiento de la cola", explica Amaya.

Para evaluar la importancia vital de la presencia de ROS, el equipo limitó la producción de ROS mediante dos métodos: con el uso de productos químicos, incluyendo un antioxidante y la eliminación de un gen responsable de la producción de ROS. En ambos casos el proceso de regeneración se inhibió y la cola de renacuajo no volvió a crecer.

El profesor Amaya explica: "Cuando se disminuyen los niveles de ROS, el crecimiento de los tejidos y la regeneración no se produce. Nuestra investigación sugiere que las ROS son esenciales para iniciar y mantener la respuesta a la regeneración".

También fue llamativo, según el líder de la investigación, que el estudio mostró que los antioxidantes tienen un impacto negativo en la regeneración de tejidos, en contra de la creencia de que son beneficiosos para la salud. Este hallazgo se produce pocos días después de que el premio Nobel y codescubridor de la estructura del ADN, James Watson, haya sugerido que los antioxidantes podrían ser perjudiciales para las personas en las etapas más avanzadas del cáncer.
Fuente:

27 de noviembre de 2012

¿Por qué no podemos respirar debajo del agua?

Seguramente, lector, se habrá preguntado alguna vez por qué los seres humanos no tenemos la habilidad para respirar bajo el agua, como lo hace Acuamán o el Hombre de la Atlántida, o… los peces. Una de nuestras fuentes de energía diaria es el oxígeno, el cual obtenemos del aire mediante la respiración. Pero en el agua también hay oxígeno, y los peces pueden obtenerlo justamente de allí, ¿así que por qué es que nosotros no? Hagamos un paseo evolutivo para ver cómo es que ha cambiado tanto la respiración.


Tiktaalik roseae

Una interesante pregunta que nos permite remontarnos a unos 400 a 380 millones de años, que es cuando los primeros seres anfibios se expanden fuera del agua. Hasta esos tiempos, sólo las plantas y los insectos habían colonizado la tierra, el resto de la vida animal tenía el océano como única morada desde hacía miles de millones de años. Así es que nosotros los humanos, que somos primates y mamíferos, evolucionamos a partir de aquellos peces que comenzaron a vivir en aguas bajas, y se ayudaban con las aletas delanteras para moverse por el bajo fondo así poder cazar las presas que surcaban la superficie del agua. De esas criaturas surgieron los tetrápodos, primeros reptiles cuadrúpedos de los que evolucionaron todos los animales terrestres, incluyendo a los reptiles, mamíferos y aves.

Volvamos al oxígeno, tan necesario para mantener nuestro cuerpo funcionando. Nosotros lo respiramos a través de la nariz o la boca, luego baja por la tráquea hacia los pulmones, donde se dispersa por los alvéolos, que se encargan de intercambiar gases con las células sanguíneas. Los desperdicios, como el dióxido de carbono, siguen el camino inverso, y son espirados hacia fuera por la boca o la nariz. Los peces hace más o menos lo mismo, pero sólo que no permiten la entrada de aire a su sistema, sino que lo que entra es agua. Esta pasa por sus órganos especializados, las branquias, y allí se extrae el oxígeno, y se descarta el dióxido de carbono.

Son dos sistemas incompatibles. Nuestro sistema respiratorio no está capacitado para poder extraer el oxígeno del agua, ni los peces con branquias pueden hacerlo del aire. Así que, pasamos de preguntarnos por qué no podemos respirar bajo el agua a querer saber ¿cómo sucedió que de unos peces evolucionamos todos los animales que respiran aire hoy en día?

Cuando nosotros los humanos no somos más que un embrión, no somos tan diferentes a un pez. Incluso tenemos unas hendiduras llamadas el arco branquial, situadas a ambos lados de nuestra faringe, es decir la garganta. En los peces, esas hendiduras se abren para formar las branquias por las que pueden respirar el agua, en nosotros los mamíferos esas hendiduras se cierran. Pero en raras ocasiones nacen niños en los que esas hendiduras branquiales no se han cerrado del todo, lo que puede provocarles quistes, y en casos más extremos niños en los que crezcan vestigios de cartílagos similares a las branquias de los peces.

Esos son vestigios de nuestro pasado evolutivo. Hoy en día existen unos peces que respiran como nosotros, y no hablamos de los delfines y ballenas, que no son peces, sino mamíferos, sino que nos referimos a los llamados peces pulmonados. Estos respiran aire, y no agua. Sus antepasados eran parientes de los que dieron origen a los tetrápodos, que comenzaron también a respirar aire, y nos alejaron de la posibilidad de respirar bajo el agua.

Si vieron alguna vez un pez que es sacado del agua, verán que mueve la boca, como queriendo respirar por ella. En cierto modo lo hacen, no están capacitados para aspirar aire como los animales terrestres, pero pueden tragar aire y el tejido del estómago llega a captar algo, muy poco, ya que esos vasos sanguíneos no están capacitados para el intercambio de gases. Los peces de hace 400 millones de años que reptaban por las aguas barrosas comenzaron a tener órganos un poco más eficientes en captar el oxigeno del aire, luego aparecieron los anfibios, que pueden obtenerlo a través de la piel o tragándolo, como hacen las ranas, y más tarde evolucionaron los reptiles, y a partir de ellos las aves y los mamíferos, grupo al que pertenecemos.

Fuente:

Sinapsit

20 de noviembre de 2012

Peligra en Chile la única especie de anfibio donde los machos se preñan

Científicos en Chile buscan salvar a una rana con adaptaciones espectaculares, la única especie de anfibio en el mundo donde el macho se "embaraza" y "vomita" a sus crías. 

La ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii), lleva ese nombre porque "fue descubierta por Charles Darwin en su viaje alrededor del mundo en el HMS Beagle, cuando desembarcó en las costas de Lemuy en la Isla de Chiloé en Diciembre de 1834", explicó a BBC Mundo el doctor en Medicina de la Conservación Claudio Soto-Azat, profesor de la Facultad de Ecología y Recursos Naturales de la Universidad Andrés Bello. 

rana incubadora gastrica (Rheobatrachus silus) de Australia. Esta especie se extinguió en la década de los 80, y era la única especie que hacía algo similar a la Ranita de Darwin.

Rana incubadora gastrica (Rheobatrachus silus) de Australia. Esta especie se extinguió en la década de los 80, y era la única que hacía algo similar a la ranita de Darwin.

"La especie está en peligro de extinción debido a la severa destrucción de su hábitat, principalmente a causa del reemplazo del bosque nativo por plantaciones de pinos y eucaliptus para la producción de papel y madera. Chile se ha transformado en el principal productor de celulosa en Sudamérica y uno de los mas importantes en el mundo".

Soto-Azat viene estudiando la especie desde hace varios años y más recientemente inició con la Universidad de Concepción un programa de rescate y reproducción en cautiverio para salvar a la especie de una nueva amenaza, la ceniza producida por la erupción del volcán Caulle-Puyehue.

Para el científico chileno, si bien la especie está catalogada como vulnerable en la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, esa categoría debe revisarse.

"Yo personalmente creo que la clasificación está errónea y estamos proponiendo en una publicación que la especie debe ser considerada al menos como 'En peligro de extinción'".

Machos preñados
"La especie está en peligro de extinción debido a la severa destrucción de su hábitat, principalmente a causa del reemplazo del bosque nativo por plantaciones de pinos y eucaliptus"
Claudio Soto-Azat

Una de las características más distintivas de la ranita de Darwin es su forma de reproducción. "En el reino animal los únicos animales que hacen algo parecido son los caballitos de mar, el macho también tiene un saco o bolsa donde incorpora a sus crías".

Soto-Azat explicó a BBC Mundo el impresionante ciclo de reproducción.

"Los machos cantan, tratan de llamar la atención de las hembras y las hembras responden y en la época reproductiva ocurre el amplexo o abrazo, que es el equivalente en los mamíferos a la cópula".

"Básicamente en los anfibios el macho abraza a la hembra y cuando ocurre eso la hembra se estimula y elimina huevos y el macho libera espermatozoides y la fertilización ocurre de forma externa".

El abrazo actúa como un estímulo sexual para la expulsión de huevos y la eyaculación del macho.

Los huevos son fertilizados y quedan generalmente en suelo del bosque protegidos por musgos u hojarasca. "La hembra se va y el macho cuida los huevos, se mantiene sobre ellos o cerca de ellos y siempre está pendiente de que no haya ningún peligro". 

Ranita de Darwin

Ranita de Darwin

Hay dos especies de ranita de Darwin. Una de ellas, Rhinoderma rufum, no se ve desde el 80 y es endémica de Chile. La otra, Rhinoderma darwinii, se distribuye en Chile desde Concepción y hay unas pocas poblaciones en Argentina, en las provincias de Neuquén y Río Negro

Como a las dos semanas "los embriones dentro del huevo empiezan a crecer y hacen sus primeros movimientos. Esto actúa como reflejo para que el macho diga, 'es el momento para que me coma los huevos' justo cuando el renacuajo está listo para eclosionar. Entonces las larvas empiezan empiezan su desarrollo en un saco bucal o vocal, que es una divergencia de la boca".

"Es un saco que tiene una abertura pequeña que se conecta con la boca y que solamente está protegido por la piel de la rana y allí los renacuajos viven por un periodo de seis a ocho semanas".

Durante ese período el macho segrega una sustancia especial que nutre a las larvas y después de ese periodo ocurre la metamorfosis, "el paso de larva a juvenil, es decir, pierden la forma similar a la de los peces para convertirse en pequeñas ranitas . Apenas ocurre la metamorfosis, el juvenil comienza su vida libre. No se sabe cómo, el macho sabe que es el momento y regurgita o vomita a las larvas".

Territoriales

Macho con sus crías dentro de su saco vocal

El macho lleva las larvas en su saco vocal de seis a ocho semanas.

La ranita de Darwin presenta características únicas en muchos sentidos.

Su canto es muy característico, señaló Soto-Azat. "Se parece al piar de un pollo. Para la gente que no conoce la especie es probable que se confundan y crean que se trata de un pajarito o un pollito".

Otra característica notable es su carácter territorial. "Son ranitas muy chicas, miden cerca de tres centímetros de longitud, pero son muy territoriales. Si uno ve una rana al lado de un árbol y va al otro año y al año siguiente existe una alta posibilidad de encontrar a la misma rana exactamente en el mismo lugar".

"También desde el punto de vista anatómico, esta especie tiene un sistema de mimetismo espectacular, las ranas son idénticas a las hojas de bambú comunes en la zona sur de Chile".

Ceniza

Soto-Azat viene estudiando la ranita de Darwin desde 2008 en todo el centro y sur de Chile y a este trabajo se ha sumado ahora la labor de rescate en el Parque Nacional Puyehue, cerca de la ciudad de Osorno, debido a las grandes cantidades de ceniza que se acumularon en la zona.

Claudio Soto-Azat, der., y un colega

Claudio Soto-Azat, der., y su colega René Monsalve, del Laboratorio de Salud de Ecosistemas, Universidad Andrés Bello. 

Claudio Soto-Azat, der., y su colega René Monsalve, del Laboratorio de Salud de Ecosistemas, Universidad Andrés Bello. Soto-Azat y colegas de la Universidad de Concepción vienen realizando un programa de rescate de la ranita de Darwin debido a la erupción del Volcán Caulle-Puyehue.

“Hemos salvado ranitas desde la erupción del Volcán Caulle-Puyehue, para evitar su extinción local y salvar el material genético que representa aquella población".

La erupción comenzó en mayo del 2011 y se extendió hasta mayo de 2012.

"El volcán hoy día tiene mucha menos actividad. Las lluvias han limpiado la ceniza que se acumula en la superficie del bosque". Pero aún no se sabe con certeza el impacto en las poblaciones de anfibios.

En colaboración con la Universidad de Concepción, Soto Azat inició un programa de rescate en el Parque Nacional Puyehue, en la décima región.

"A priori la ceniza ha tenido un efecto importante. Nosotros teníamos estimada la abundancia de las ranitas de Darwin y había una población bien saludable en el Parque Nacional Puyehue. Pero una vez que empieza la erupción la población comienza a desaparecer. Pero esto es a priori, necesitamos tener un plazo de tiempo más grande evaluar con mayor certeza si las cenizas provocaron una declinación de las poblaciones".

Ancestro

La ceniza es una amenaza más para los anfibios, junto a otras como el hongo quitridio, que esta diezmando poblaciones en América Central y otros sitios. Se estima que una de cada tres especies está en peligro de extinción.

Para Soto-Azat, es importante recordar que "los anfibios son muy importantes para las personas, porque mantienen los ecosistemas equilibrados. Si los anfibios no existieran las plagas de insectos sería mucho más frecuentes, con sus efectos en la agricultrua o mosquitos que transmiten enfermedades fatales".
"Las ranas llevan más tiempo en la Tierra que nosotros los mamíferos. Hay cerca de 7000 especies de anfibios, nosotros los mamíferos no somos mas de 5000. Todos los mamíferos provenimos además de un ancestro anfibio"
Claudio Soto-Azat

El especialista señala que los anfibios son muy susceptibles al agua contaminada porque tienen una piel permeable. "Si en un ambiente desaparecen los anfibios, esto debe servir como un indicador de que ese ambiente puede estar contaminado", y además, "de la piel de los anfibios se han obtenido sustancias con acción potente antiviral o antimicrobiana, que pueden ser la base de nuevos y efectivos medicamentos para el ser humano".

El científico chileno recuerda que "las ranas llevan más tiempo en la Tierra que nosotros los mamíferos. Hay cerca de 7.000 especies de anfibios, nosotros los mamíferos no somos mas de 5.000".

"Todos los mamíferos provenimos además de un ancestro anfibio. Son los primeros organismos que descienden de los peces que colonizan el ambiente terrestre. Han estado en la Tierra tantos años que algunas especies como la ranita de Darwin han desarrollado adaptaciones impresionantes".

"No corresponde que los seres humanos por un afán de crecer y destruir los ambientes naturales seamos los responsables de decidir que una especie tan maravillosa como la ranita de Darwin y muchas otras desaparezcan por la acción del hombre".

Fuente:

BBC Ciencia

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29 de octubre de 2012

El cambio climático podría alterar la evolución de los anfibios

Embriones de Dendropsophus ebraccatus

Embriones de Dendropsophus ebraccatus dentro de huevos. Los embriones mueren en apenas un día si no llueve.

Un comportamiento clave de especies tropicales de ranas podría sufrir alteraciones debido al cambio climático, según un nuevo estudio.

La gran mayoría de las más de 6.000 especies de ranas en el planeta ponen sus huevos en el agua. 

Pero muchas ranas tropicales lo hacen fuera del medio acuático. Esta estrategia protege los hueves de peces y otros potenciales depredadores, aunque conlleva un gran riesgo, la posibilidad deshidratación incluso en el plazo de un día sin lluvias.

Justin Touchon, investigador del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, con sede en Panamá, señala en un nuevo estudio en la revista American Naturalist que el cambio climático podría estar modificando el curso de la evolución en anfibios, llevando a estos animales a cambiar sus comportamientos para adaptarse a la escasez de precipitaciones.

Deshidratación

Touchon analizó los registros de lluvias recogidos por la Autoridad del Canal de Panamá y constató que los patrones de precipitaciones han sufrido alteraciones que concuerdan con las predicciones de modelos para el estudio del cambio climático.

"Encontré que desde 1972 ha habido cambios significativos en los patrones de precipitaciones en la región central de Panamá", dijo el investigador.

"Durante las últimas cuatro décadas, las precipitaciones se volvieron más esporádicas. El número de días de lluvia disminuyó, con mayores períodos secos entre las fases de precipitaciones".

Dendropsophus ebraccatus

La Dendropsophus ebraccatus tiene plasticidad, pero otras especies podrían sufrir más con el cambio climático.

Uno de los ejemplos estudiados por Touchon es la rana arbórea Dendropsophus ebraccatus, cuyos huevos son extremadamente susceptibles a la deshidratación.

Los embriones mueren en apenas un día si no hay lluvia. Las precipitaciones copiosas son además un disparador de la reproducción, por lo que la escasez de lluvias disminuye la probabilidad de condiciones óptimas en el período inmediatamente posterior a la puesta de huevos.

Con el cambio en los patrones climáticos han disminuido las ventajas de poner huevos fuera del agua, no sólo para la rana arbórea, sino potencialmente para muchas otras especies, afirmó Touchon.

"Las ranas Dendropsophus ebraccatus pueden poner huevos tanto en el agua como sobre vegetación, por lo que pueden adaptarse mejor a la escasez de lluvias que otras especies", dijo el investigador.

"Esa flexibilidad les da más opciones que aumentan la probabilidad de supervivencia de sus descendientes".

Amenazas

Los anfibios son considerados uno de los grupos más amenazados: aproximadamente la mitad de las más de 6.000 especies conocidas están declinando y una de cada tres está en peligro de extinción.

Además de la pérdida de hábitat por deforestación para agricultura, otro de los riesgos más serios es el cambio climático. Los anfibios son muy vulnerables a las condiciones ambientales y debido a su piel sensible muchas especies necesitan ciertos niveles de humedad para sobrevivir y reproducirse.

Otra de las amenazas más graves actualmente es una enfermedad causada por un hongo, Batrachochytrium dendrobatidis, a veces denominado simplemente Bd.

El hongo Bd recién fue identificado en 1998 y sólo hace dos años se logró comprender cómo mata a los anfibios: inhibe el flujo de electrolitos en la piel altamente permeable, variando sus concentraciones en la sangre y causando finalmente insuficiencia cardíaca.

La enfermedad sigue avanzando en forma implacable, por ejemplo, en Costa Rica y Panamá, donde el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales tiene un Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios.

Fuente:

BBC Ciencia

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12 de enero de 2012

Una rana tan diminuta que cabe en una moneda ¡es el vertebrado más pequeño del mundo!

La rana sobre una moneda de 10 centavos de dólar. | PLoS ONE

La rana sobre una moneda de 10 centavos de dólar. | PLoS ONE

  • Descubren en Nueva Guinea el animal vertebrado más pequeño del mundo

Una rana cuyo tamaño medio no pasa de los 7,7 milímetros, es decir, menos de un centímetro, es el vertebrado más pequeño del mundo.

La nueva especie, bautizada científicamente como 'Paedophryne amauensis' ha sido hallada en la isla de Nueva Guinea por un grupo de investigadores de la Universidad de Louisiana (EEUU) liderados por el biólogo Chris Austin. El Museo de Ciencias Naturales de esa universidad ha aportado ya a la ciencia más de 60 especies nuevas de reptiles, anfibios, aves y mamíferos.

Esta vez han vuelto de una expedición de tres meses de duración en la isla de australasia con dos nuevas especies de ranas diminutas pertenecientes al mismo género Paedophryne. Una de ellas es el animal vertebrado, es decir, el animal con huesos más pequeño que se conoce.

La descripción científica de la especie se publica en el último número de la revista PLos ONE. La rana vive en el suelo, en la hojarasca húmeda bajo el bosque tropical.

Sobre la importancia del descubrimiento, el padre de la criatura, el doctor Austin, ha asegurado: «Nueva Guinea es un punto caliente de biodiversidad y todo lo nuevo que descubrimos añade otra capa a nuestro entendimiento general sobre cómo la biodiversidad se genera y se mantiene».

En ese sentido, el padre de la criatura afirma: «Los límites de tamaño que tienen los vertebrados son de gran interés para los biólogos porque se sabe poco sobre las limitaciones funcionales producidas por los tamaños corporales extremos, ya sea grande o pequeño».

Se conocen más de 60.000 vertebrados en el mundo y el más grande de ellos es la ballena azul ('Balaenoptera musculus'), con más de 25 metros. El menor conocido hasta la fecha era un pez ('Paedocypris progenetica') localizado en Indonesia que está entre los 7,9 y los 10 milímetros.

Fuente:

El Mundo Ciencia

21 de noviembre de 2011

Riesgo de extinción de anfibios, "más grave de lo previsto"

Los anfibios podrían desaparecer más rápido aún de lo estimado hasta ahora, según un nuevo estudio.

Agalychnis callidryas Foto LINDA WRIGHT/SCIENCE PHOTO LIBRARY

Una de cada tres especies de anfibios está en riesgo de extinción. Foto: Linda Wright/SPL

Estos vertebrados ya son considerados uno de los grupos más amenazados: aproximadamente la mitad de las más de 6.500 especies conocidas están declinando y una de cada tres está en peligro de extinción.

El autor principal del estudio, el doctor Christian Hof, realizó la investigación en la Universidad de Copenhague pero trabaja actualmente en el Centro de Investigaciones sobre Biodiversidad y Clima, en Frankfurt, Alemania.

Lo novedoso del reciente trabajo es que en lugar de evaluar los riegos de especies específicas, determina cuáles son las regiones que serán más afectadas en el futuro por tres amenazas principales: el cambio climático, la pérdida de hábitat y la enfermedad causada por un hongo que está devastando poblaciones en diversos puntos del planeta.

Considerando el impacto y la intensidad de esas tres amenazas al mismo tiempo, los investigadores encontraron que el declive podría ser más rápido de lo previsto, especialmente en los trópicos.

Las áreas de mayor diversidad de especies serán las que se encuentren en mayor riesgo, según los científicos. "En América Latina hay varias regiones de alta diversidad de anfibios, como América Central, el norte de Sudamérica y la Amazonia. Estas regiones son las que enfrentarán amenazas de gran intensidad en el futuro", dijo a BBC Mundo el Dr. Hof.

Sin escape

En muchos casos hay áreas que enfrentan una determinada amenaza, como el cambio climático, y se encuentran junto a zonas sometidas a otro riesgo diferente, como la pérdida de hábitat, por lo que hay especies "que no tienen a dónde escapar", según Hof.

Utilizando modelos computarizados, el investigador identificó las áreas más intensamente amenazadas en el futuro "y al colocarlas en un mapa se ve que muchas son contiguas".

Además de la pérdida de hábitat por deforestación para agricultura, otro de los riesgos más serios es el cambio climático.

"En general los anfibios son muy vulnerables a las condiciones ambientales. Tienen una piel muy sensible y muchas especies necesitan ciertos niveles de humedad para sobrevivir y reproducirse, de forma que cualquier cambio en este sentido puede tener un impacto negativo", dijo Hof a BBC Mundo.

"También son sensibles a las temperaturas y cualquier modificación puede afectarlos".

Una de las amenazas más graves actualmente es una enfermedad causada por un hongo, Batrachochytrium dendrobatidis, a veces denominado simplemente Bd.

Atelopus Zeteki

La rana dorada de Panamá ya se ha extinguido en el medio natural.

La enfermedad sigue avanzando en forma implacable, por ejemplo, en Costa Rica y Panamá, donde el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales tiene un Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios.

La iniciativa incluye la cuarentena de individuos, además de un programa de reproducción en cautiverio con miras a la repoblación posterior en caso de extinción de especies.

El hongo Bd recién fue identificado en 1998 y sólo hace dos años se logró comprender cómo mata a los anfibios: inhibe el flujo de electrolitos en la piel altamente permeable, variando sus concentraciones en la sangre y causando finalmente insuficiencia cardíaca.

Otras amenazas no consideradas en el estudio son la contaminación, la urbanización y la caza de anfibios para consumo humano o para su uso como mascotas.

Impacto conjunto

Dendrobates lehmanni

La rana venenosa de Lehmann vive en la selva colombiana. Está en peligro crítico por la deforestación y la destrucción de hábitat.

Hof cree fundamental que se financien más estudios sobre la biología y la ecología de los anfibios.

"No se trata simplemente de colocar los datos que tenemos en el computador. Aún desconocemos la distribución de muchas especies y hay que obtener más información sobre la biodiversidad en el planeta ya que no podemos conservar lo que no conocemos".

El científico espera que su trabajo deje en claro que "para abordar cada amenaza hay que actuar a diferentes niveles políticos. El cambio climático, por ejemplo, es un problema global, pero la destrucción de hábitat es un problema que debe ser atacado localmente", dijo Hof a BBC Mundo.

"Uno de los mensajes más importantEnlacees de nuestro trabajo es que los anfibios enfrentan amenazas diferentes y es preciso entender el impacto de todas ellas si queremos conservar estas especies".

El estudio fue publicado en la revista Nature.

Fuente:

BBC Ciencia

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19 de julio de 2011

Reaparece sapo arco iris que se creía extinto

Especial: Seres vivos


Sapo arco iris

La vez anterior que científicos vieron al sapo arco iris fue en 1924.

Un sapo colorido y de patas delgadas, que se creía extinto, ha sido redescubierto en los bosques de Borneo.

Científicos de la Universidad de Malasia Sarawak (UNIMAS) encontraron tres ejemplares del llamado sapo arco iris (Ansonia latidisca) en un árbol, durante una búsqueda nocturna.

El equipo había pasado meses recorriendo bosques remotos para ver si hallaban vestigios de la especie.

Sus fotos son las primeras de este animal, del que sólo se habían hecho dibujos a partir de ejemplares capturados por exploradores europeos en la década de 1920.

La organización Conservation International, que inició una campaña de Búsqueda Global de Anfibios Perdidos en 2010, lo había incluido entre "las diez ranas más buscadas del mundo".

El equipo, dirigido por el Dr. Das Indraneil, exploró las crestas de la cordillera de Gunung Penrissen, en Sarawak occidental, una zona limítrofe entre Sarawak, Malasia, y la provincia indonesia de Kalimantan Barat.

Después de varios meses de expediciones nocturnas, uno de los estudiantes de postgrado de Das finalmente vio a un pequeño sapo en las altas ramas de un árbol.

clic Lea también: Cómo proteger a los anfibios

Esperanza y orgullo

Dibujo de un sapo arco iris

Ésta es la única imagen que se tenía hasta ahora del misterioso sapo.

"Emocionantes descubrimientos como este hermoso sapo y la importancia crítica de los anfibios para los ecosistemas saludables es lo que impulsa a seguir buscando especies perdidas", dijo Das.

"Ellos nos recuerdan que la naturaleza tiene preciosos secretos que aún estamos descubriendo".

El Dr. Robin Moore, de Conservation International, fue quien puso en marcha la búsqueda mundial de anfibios perdidos y se mostró encantado por el descubrimiento.

"Ver las primeras imágenes de una especie perdida durante casi 90 años es increíble", dijo.

"Es bueno saber que la naturaleza nos puede sorprender, cuando estamos a punto de renunciar a la esperanza, sobre todo en medio de la creciente crisis de extinción en nuestro planeta".

"Los anfibios están a la vanguardia de esta tragedia, así que espero que estas especies únicas sirvan como buques insignia para la conservación e les inspiren orgullo y esperanza a los malasios y a personas de todo el mundo", concluyó.

Fuente:

BBC Ciencia

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