Los anfibios podrían desaparecer más rápido aún de lo estimado hasta ahora, según un nuevo estudio.
Estos vertebrados ya son considerados uno de los grupos más amenazados: aproximadamente la mitad de las más de 6.500 especies conocidas están declinando y una de cada tres está en peligro de extinción.
El autor principal del estudio, el doctor Christian Hof, realizó la investigación en la Universidad de Copenhague pero trabaja actualmente en el Centro de Investigaciones sobre Biodiversidad y Clima, en Frankfurt, Alemania.
Lo novedoso del reciente trabajo es que en lugar de evaluar los riegos de especies específicas, determina cuáles son las regiones que serán más afectadas en el futuro por tres amenazas principales: el cambio climático, la pérdida de hábitat y la enfermedad causada por un hongo que está devastando poblaciones en diversos puntos del planeta.
Considerando el impacto y la intensidad de esas tres amenazas al mismo tiempo, los investigadores encontraron que el declive podría ser más rápido de lo previsto, especialmente en los trópicos.
Las áreas de mayor diversidad de especies serán las que se encuentren en mayor riesgo, según los científicos. "En América Latina hay varias regiones de alta diversidad de anfibios, como América Central, el norte de Sudamérica y la Amazonia. Estas regiones son las que enfrentarán amenazas de gran intensidad en el futuro", dijo a BBC Mundo el Dr. Hof.
Sin escape
En muchos casos hay áreas que enfrentan una determinada amenaza, como el cambio climático, y se encuentran junto a zonas sometidas a otro riesgo diferente, como la pérdida de hábitat, por lo que hay especies "que no tienen a dónde escapar", según Hof.
Utilizando modelos computarizados, el investigador identificó las áreas más intensamente amenazadas en el futuro "y al colocarlas en un mapa se ve que muchas son contiguas".
Además de la pérdida de hábitat por deforestación para agricultura, otro de los riesgos más serios es el cambio climático.
"En general los anfibios son muy vulnerables a las condiciones ambientales. Tienen una piel muy sensible y muchas especies necesitan ciertos niveles de humedad para sobrevivir y reproducirse, de forma que cualquier cambio en este sentido puede tener un impacto negativo", dijo Hof a BBC Mundo.
"También son sensibles a las temperaturas y cualquier modificación puede afectarlos".
Una de las amenazas más graves actualmente es una enfermedad causada por un hongo, Batrachochytrium dendrobatidis, a veces denominado simplemente Bd.
La enfermedad sigue avanzando en forma implacable, por ejemplo, en Costa Rica y Panamá, donde el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales tiene un Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios.
La iniciativa incluye la cuarentena de individuos, además de un programa de reproducción en cautiverio con miras a la repoblación posterior en caso de extinción de especies.
El hongo Bd recién fue identificado en 1998 y sólo hace dos años se logró comprender cómo mata a los anfibios: inhibe el flujo de electrolitos en la piel altamente permeable, variando sus concentraciones en la sangre y causando finalmente insuficiencia cardíaca.
Otras amenazas no consideradas en el estudio son la contaminación, la urbanización y la caza de anfibios para consumo humano o para su uso como mascotas.
Impacto conjunto
Hof cree fundamental que se financien más estudios sobre la biología y la ecología de los anfibios.
"No se trata simplemente de colocar los datos que tenemos en el computador. Aún desconocemos la distribución de muchas especies y hay que obtener más información sobre la biodiversidad en el planeta ya que no podemos conservar lo que no conocemos".
El científico espera que su trabajo deje en claro que "para abordar cada amenaza hay que actuar a diferentes niveles políticos. El cambio climático, por ejemplo, es un problema global, pero la destrucción de hábitat es un problema que debe ser atacado localmente", dijo Hof a BBC Mundo.
"Uno de los mensajes más importantes de nuestro trabajo es que los anfibios enfrentan amenazas diferentes y es preciso entender el impacto de todas ellas si queremos conservar estas especies".
El estudio fue publicado en la revista Nature.
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