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25 de noviembre de 2020

¿Por qué el 24 de noviembre se celebra el Día de la Evolución?


El día 24 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Evolución, primero porque fue la fecha en la que se publicó "El Origen de las Especies". Pero también porque fue un día como hoy, en 1974, que se descubrieron los restos fósiles de Lucy. 

Para conocer más sobre la vida de Darwin y la trascendencia de sus descubrimiento los invito a ver la siguiente presentación:

 

¿Quién es Lucy?

Una mañana de domingo, el 24 de noviembre de 1974, un equipo de investigadores estaba excavando un sitio remoto de la región de Afar, en Etiopía. Y encontraron el 40% del esqueleto de un homínido (uno de juestros antepasados), el esqueleto estaba bien conservado y tenía más de tres millones de años.

Y aquí entran los Beatles en esta historia...

Artista: The Beatles Álbum: Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band

Por la noche, en el campamento, sonaba una canción de los Beatles:"Lucy in the Sky with Diamonds".

Donald Johanson, el paleoantropólogo que descubrío los fósiles creía que el esqueleto era de una mujer.

"¿Por qué no la llamas Lucy?", le dijo alguien.

La sugerencia cayó como anillo al dedo.

"De repente", recuerda Johanson, "ella se convirtió en una persona".

Pasaron unos cuatro años hasta que Lucy fue descrita oficialmente.

Pertenecía a una nueva especie llamada Australopithecus afarensis y era evidente que era uno de los fósiles más importantes nunca antes descubierto.


¿Cómo era Lucy?

Medía 1.1. metros de altura y pesaba 27 kilos.

Su cráneo, mandíbula y dientes eran más como los de un simio que las de otros Australopithecus.

El lugar donde estaba encajado el cerebro era muy pequeño, no mayor que el de un chimpancé.

Pero Lucy ya caminaba erguida.  Y el caminar es uno de los rasgos que nos hacen exclusivamente humanos.

Además de frutas, Lucy se alimentaba de pastos y juncos y, posiblemente, carne.

Lucy murió a la edad de 20 años al caer de un árbol, por sus huesos se sabe que ya había alcanzado la edad adulta.

En síntesis, Lucy era algo a mitad de camino entre los simios y los humanos.

 

¿Dónde se ubica entonces en nuestro árbol genealógico?

Al parecer, Lucy no nos remonta a nuestros ancestros comunes con el chimpancé como se pensaba.

Los últimos estudios genéticos indican que nos separamos de los chimpancés mucho antes, quizá incluso hace 13 millones de años.

Pero la especie de Lucy sigue siendo el mejor candidato a ser nuestro ancestro directo. Pero hace falta hallar más evidencia fósil de ese período.

Con información de BBC MundoNational Geographic


2 de enero de 2019

Stephen Jay Gould, el mejor paleontólogo del siglo XX


¿Por qué ningún animal se desplaza sobre ruedas? ¿Las cebras son blancas con franjas negras, o negras con franjas blancas? Con preguntas como estas, el paleontólogo, biólogo evolutivo y divulgador científico Stephen Jay Gould (10 de septiembre de 1941-20 de mayo de 2002) provocaba a sus colegas y a sus lectores, para luego explicar algunas de las ideas más complejas de la evolución. Así como Charles Darwin, Gould se dedicó a entender todos los aspectos de la naturaleza y desveló enigmas que atormentaban a sus compañeros desde que el maestro inglés publicara “El origen de las especies”, en 1859. Él completó las teorías de Darwin con nuevas hipótesis e inició tres debates científicos que llevaron a sus colegas a repensar las ideas del padre de la evolución y que le convirtirían en el mejor paleontólogo del siglo XX.

En la década de 1970, durante su doctorado en la Universidad de Columbia, Gould y Niles Eldredge analizaban fósiles para entender cómo operaba la evolución, hasta que ambos dieron con un problema aparentemente irresoluble. No encontraban cambios graduales en las especies, como preveía Darwin. Según su teoría los organismos de una misma especie compiten entre sí y el mejor adaptado al ambiente sobrevive y pasa a sus descendientes sus características; y así, de manera lenta y gradual, se van produciendo cambios en las generaciones futuras. Gould y Eldredge encontraron largos períodos de casi total estabilidad, sin cambio alguno, eventualmente interrumpidos por brotes de nuevas especies que aparecían de repente.

Darwin ya se había enfrentado al mismo problema más de un siglo antes, pero argumentó que la falta de fósiles se debía a la dificultad de encontrarlos. Gould y Eldredge llegaron a otra conclusión y publicaron en 1972 la teoría del equilibrio puntuado, según la cual las especies dan saltos evolutivos y cambian profundamente de un momento a otro, después de permanecer estables por mucho tiempo. Gracias a la controvertida tesis, Gould se ganó las críticas de grandes científicos como los biólogos evolutivos John Maynard Smith y Richard Dawkins.
El Equilibrio puntuado frente al Gradualismo. Fuente: Wikimedia

Lea el artículo completo en: El País (España) 

27 de noviembre de 2017

Galápagos: observan por primera vez directamente cómo una especie se transforma en otra nueva

Investigadores descubrieron una población de pinzones de las Galápagos, en Ecuador, en el proceso de convertirse en una nueva especie. 

Este es el primer ejemplo de especiación que pudo observarse directamente en el terreno. 


Los científicos detectaron el progreso de la especiación al observar a toda la población de pinzones que habita una pequeña isla de las Galápagos llamada Daphne Mayor durante varios años.

La investigación fue publicada en la revista Science. 

El grupo de las especies de los pinzones a la que pertenece la población de la nueva especie llamada "Big Bird (o Gran Pájaro)" se conoce colectivamente con el nombre de pinzones de Darwin, ya que estas fueron las aves que ayudaron al naturalista británico a descubrir el proceso de la evolución por selección natural. 

Visitante inesperado

En 1981, investigadores notaron la llegada a la isla de un macho de una especie de ave no nativa: el pinzón de cactus grande (G. conirostris).

Rosemary y Peter Grant vieron que este macho se apareó con una hembra de una especie local (pinzón terrestre mediano o G. fortis), dando como resultado polluelos fértiles.

Casi 40 años después, la descendencia de esta pareja —cerca de 30 individuos— continúa bajo observación.

"Es un caso extremo de algo que estamos empezando a notar en general a lo largo de los años. La evolución, en general, puede ocurrir muy rápidamente", le explicó a la BBC Roger Butlin, experto en especiación que no participó en el estudio.

¿Cómo definir una especie?

Esta nueva población de pinzones es lo suficientemente diferente en su forma y en sus hábitos a las aves nativas como para ser considerada una nueva especie, y los individuos de diferentes poblaciones no se cruzan.

En el pasado, se pensaba que dos especies diferentes no podían producir descendencia fértil para ser reconocidas cada una como una especie diferente. 

Pero en años recientes, se ha establecido que muchas aves y otros animales que consideramos como especies únicas pueden de hecho cruzarse con otras y producir descendencia fértil. 

"Ya no debatimos sobre qué es lo que define a una especie porque es una discusión fútil", dice Butlin.

Lo que es más interesante, añade, es entender el rol que puede tener la hibridación en el proceso de creación de una nueva especie. Por eso esta observación de los pinzones de Galápagos es tan importante. 

El artículo completo en:

BBC Ciencia

27 de septiembre de 2017

Los mejores libros de divulgación científica de la historia

El origen de las especies – Charles Darwin (1859) 
 
 

El mono desnudo – Desmond Morris (1967)

10 de julio de 2017

¿En qué consistió el 'juicio del mono'?

Hace 75 años un maestro fue juzgado por enseñar la teoría de la evolución de Darwin. Esto iba en contra de una ley que establecía que el hombre fue creado por Dios, como dice la Biblia. Fue en los Estados Unidos y despertó la atención del mundo.

El Juicio del Mono: con este nombre se conoce el más sonado caso legal en la Historia de la batalla ideológica entre creacionismo y evolucionismo a cuenta de El origen de las especies, de Charles Darwin. También llamado Juicio de Scopes, tuvo lugar en Tennessee (Estados Unidos) en mayo de 1925. En él, el profesor de escuela secundaria John T. Scopes fue acusado de haber enseñado la teoría de la evolución darwinista en sus clases, lo cual era ilegal entonces en aquel Estado sureño en virtud de una disposición educativa denominada Butler Act.

Esta norma prohibía expresamente en Tennessee "la enseñanza de cualquier teoría que niegue la historia de la Divina Creación del hombre tal como se encuentra explicada en la Biblia, y reemplazarla por la enseñanza de que el hombre desciende de un orden de animales inferiores". En realidad, Darwin sostiene la ascendencia común del ser humano y de los restantes primates, no que descendamos del mono, pero la creencia popular en la época, convenientemente manipulada por la Iglesia y los sectores más conservadores, era que el evolucionismo afirmaba lo segundo.

El proceso atrajo una enorme atención de la prensa –que fue la que lo bautizó enseguida como "juicio del mono"– y de la opinión pública estadounidense, máxime cuando aceptó defender al acusado el famoso abogado Clarence Darrow. Pese al brillante alegato final de éste, Scopes fue condenado por el Tribunal, si bien sólo a una multa simbólica y no a pena de prisión como pedía el fiscal. El juicio inspiró una célebre obra de teatro, La herencia del viento, que fue llevada al cine en 1960 con Spencer Tracy, Fredric March y Gene Kelly en el reparto.


El diario El Clarín (de Argentina) escribibió, la respectol asiguiente crónica:

John Thomas Scopes, de 24 años, enseñaba biología en el secundario de Dayton, un pueblito de Tennessee. A principios de julio de 1925, mientras daba clase, dos policías entraron al aula y se pusieron contra la pared del fondo. Scopes, perturbado, despidió a sus alumnos y los policías lo invitaron a ir hasta la droguería del pueblo.

Allí estaba el metodista George Rappalyea, entre otros líderes locales.

—Estuvimos discutiendo y yo dije que nadie podía enseñar biología sin enseñar la evolución —comenzó Rappalyea.

—Así es —asintió Scopes.

Rappalyea sacó un libro de los estantes de la droguería, que también funcionaba como almacén de ramos generales. Era el tomo Biología Cívica, de Hunter.

—¿Les estuvo enseñando este libro? Scopes volvió a asentir.

—Entonces cometió un delito —le dijeron. Scopes se quedó atónito cuando los policías lo llevaron hasta la prisión local.

A principios de 1925, los parlamentarios de Tennessee sancionaron una ley que prohibía la enseñanza de la evolución natural, teoría desarrollada por Charles Darwin en su libro El origen de las especies.

En otras palabras, era delito decir que el hombre (varón y mujer) evolucionó de especies inferiores y que el chimpancé era su pariente más cercano en la escala zoológica. Esto, se decía, podía llevar a "perversiones morales". La enseñanza oficial debía ser que el hombre fue creado por Dios, como dice la Biblia.

John Scopes no podía entender su situación. Estaba preso por enseñar ciencia, que era su trabajo. Tampoco entendía que, con su arresto, los líderes locales buscaran atraer la atención sobre Dayton y tentar a algún empresario a invertir en un pueblo que cada vez tenía menos habitantes.

La Asociación de Libertades Civiles Norteamericanas (ACLU) ofreció pagar los honorarios del defensor y eligió a H.G. Wells, el escritor de ciencia ficción autor de La máquina del tiempo y otros relatos fascinantes. Pero a Wells no le interesó.

En realidad, el defensor surgió después de que se conociera quién iba a ser el fiscal. Las autoridades del pueblo consiguieron que William Jennings Bryan, un fundamentalista religioso, tres veces candida to a la presidencia de los Estados Unidos, asumiera la acusación a pesar de que no ejercía el derecho desde hacía 30 años.

Cuando se supo de que actuaría Bryan, hubo un abogado que se propuso para la defensa. Era Clarence Darrow, de 70 años, el abogado más famoso del país.

William Jennings Bryan calificó al juicio de una "contienda entre la evolución y la cristiandad", y a Darrow, como "el mayor ateo" del país. Darrow se unió a la mesa de la defensa, según dijo, porque quería demostrar que Bryan era un intolerante.

El 10 de julio por la mañana, una joven de unos 20 años estaba parada en la puerta de la Corte con un bebé en su brazo derecho y un cartel en el izquierdo que decía: "Scopes, arderás en el infierno". Había más carteles, algunos con la figura de un mono y la cara de Darrow. Uno de ellos permaneció siempre en la puerta del tribunal: "Lea su Biblia todos los días".

Una señora vestida con una camisa de volados blancos, abotonada hasta el cuello, y una pollera larga y negra, cantaba una canción religiosa al frente de otras 50 mujeres. Hacía un calor insufrible y casi todos se apantallaban con diarios, cartón o abanicos. Había puestos de limonada y comida y un olor envolvente a cebollas fritas.

Vinieron periodistas hasta de Hong Kong. Fue la prensa la que bautizó el caso con el nombre que lo identificaría para siempre: "El juicio del mono".

Durante la mañana, unas 1.000 personas fueron entrando a la sala del tribunal para ver cómo enjuciaban a Scopes. Alrededor de 300 se quedaron de pie.

El juez John Raulston golpeó con su martillo para acallar los murmullos. El calor era tan insoportable adentro que se permitió a los hombres estar en camisa. Los procedimientos empezaron con una oración, bajo la firme protesta de Darrow.

La presentación de Bryan, de inflamada aunque aburrida oratoria, era rubricada a cada pausa por un sonoro "amén" del público. Darrow volvió a protestar y el juez debió pedir mesura.

El caso para la fiscalía era muy claro. Con el testimonio de los alumnos probó que Scopes enseñaba la teoría de Charles Darwin, y que esto constituía una violación a la ley de Tennessee. En este tramo, Darrow sólo le preguntó a un alumno si le parecía que su profesor enseñaba cosas perversas o malas. El chico dijo que no.

Los científicos que la defensa propuso como testigos dirían que la ley era injusta pues no se podía tomar a la Biblia, que es un texto religioso, como si fuese un libro de ciencias. Pero Darrow tuvo serios problemas cuando el juez rechazó esos testimonios por impertinentes.

Darrow decidió entonces dar batalla en el terreno de sus oponentes y llamó como testigo al mayor experto en la Biblia que se encontraba presente, es decir al propio fiscal. Bryan, confiado, aceptó.

—¿Todo en la Biblia debe ser interpretado literalmente? —empezó Darrow.

—Así es.

Darrow le mostró una piedra.

—¿Qué edad cree que tiene esta piedra? La ciencia dice que millones de años.

—Tiene menos de 6.000 porque el obispo de Usher fijó la fecha de la Creación: el 23 de octubre del 4004 a.C., a las 9.

—¿Hora del este o del oeste? —Darrow sonrió y al ver la perplejidad de Bryan siguió:

—Déjelo, déjelo... Pero sí dígame, ¿el primer día tuvo 24 horas?

—La Biblia dice que fue un día.

—¿Un día de 24 horas, de 30 horas, de un mes, de un año, de millones de años?

—No lo sé... Mi impresión es que fueron períodos.

—Bueno, si los llama períodos, ¿podría haber abarcado mucho tiempo?

—Tal vez... Podría haber continuado millones de años —Bryan bajó los ojos y sus seguidores quedaron con la boca abierta.

Darrow pidió un veredicto inmediato. El final fue transmitido por radio a todo el país. En 8 minutos, el jurado declaró a Scopes culpable, lo multó con 100 dólares y quedó libre. Era el martes 25 de julio de 1925, hace 75 años.

Darrow apeló, pues buscaba que un tribunal superior dijera que la ley antievolución era inconstitucional.

Cinco días después, el fiscal Bryan se recostó a dormir una siesta de domingo y murió. La diabetes lo había vencido.

El 14 de enero de 1927, la Corte del estado redujo la multa a un dólar y evitó pensar el asunto en profundidad. Dijo: "No es conveniente prolongar este caso tan extraño". La ley no se aplicó más.

Es válido especular que tanto a Scopes como a Darrow les habría encantado saber lo que reveló el 21 de julio de 2000 el científico Craig Venter, del proyecto Genoma humano. Dijo que la evolución ya es una certeza porque probaron que en el hombre hay vestigios de estructuras genéticas de especies anteriores.

Darrow murió en 1938, a los 83 años. Scopes enseñó ciencia toda su vida. Murió en 1970 y fue enterrado en Louisiana según el rito católico por voluntad de su esposa y de sus dos hijos.


Fuente:

Clarín

Muy Interesante

20 de enero de 2016

Darwin y las tretas legales de los enemigos de la evolución

Un estudio de 'Science' usa la biología evolutiva para revelar las estrategias de los creacionistas, que pretenden sacar la ciencia de las escuelas




Los creacionistas defienden que los humanos convivieron con dinosaurios.

Desde hace ya un siglo, en las escuelas de EE UU se libra una guerra para borrar la ciencia del programa educativo. Esencialmente, todo lo que suena a Charles Darwin es una herejía entre los ultraconservadores de los estados del sur. Por medio de innumerables argucias legales, los políticos que representan a esta derecha fundamentalista pretenden eliminar la evolución de la enseñanza. Es el llamado creacionismo, que pelea por conseguir que los escolares aprendan que la vida solo se explica gracias a Dios. Y ahora sabemos que este movimiento se desarrolla y evoluciona como los seres vivos, dejando su herencia genética de ley en ley, con propuestas normativas cada vez más avanzadas, mejor adaptadas a su entorno, para lograr triunfar dentro del ecosistema jurídico.
Hoy, uno de cada ocho profesores de biología en los institutos considera el creacionismo como científicamente creíble y estos proyectos de ley empeoran la situación"
"El antievolucionismo sigue vivo y coleando... y en evolución", ironiza el biólogo evolutivo Nick Matzke, que acaba de publicar en Science un original estudio sobre el creacionismo. Matzke usa a Darwin y las herramientas científicas que se derivan de su trabajo para hacer un repaso de las intentonas legales de los ultras estadounidenses para conseguir que los colegios enseñen la Biblia en clase de Ciencias. Porque el creacionismo es muy testarudo y, como la vida, se abre paso adaptándose a la situación para conseguir reproducirse.

"Hoy, uno de cada ocho profesores de biología en los institutos considera el creacionismo como científicamente creíble y estos proyectos de ley empeoran la situación", critica Matzke, que ha analizado las 71 normativas que se han presentado en 16 estados distintos. Para desentrañar los secretos que este movimiento oculta en su ADN los ha comparado por medio de las herramientas estadísticas de biología evolutiva. Así, ha descubierto que proceden de ancestros —legales— comunes y que se producen pequeños cambios en el código genético de una norma hasta la siguiente, como si fueran seres vivos, conseguiendo adaptarse mejor a su entorno. Las leyes creacionistas le dan la razón a Darwin.

El artículo completo en:

El Páis (España)

9 de mayo de 2014

¿Qué tiene que ver la música con el sexo?

Chica tocando la guitarra

Los seres humanos llevan haciendo música desde hace por lo menos 40.000 años.

Los instrumentos más antiguos conocidos son flautas hechas con huesos huecos de animales. Lo que está menos claro es por qué hacemos música.
Una de las teorías más duraderas fue propuesta por Charles Darwin, que sugirió que, como con el canto de los pájaros, el motivo principal de la música es el sexo.

"Las notas musicales y el ritmo", escribió en El origen del hombre, "fueron adquiridos al principio por los ancestros masculinos y femeninos de la humanidad con el propósito de cautivar al sexo opuesto".

Ahora han aparecido evidencias que parecen apoyar la hipótesis de Darwin en un estudio del psicólogo Benjamin Charlton de la Universidad de Sussex en Brighton, Inglaterra.

En su experimento, comprobó que las preferencias sexuales de las mujeres cambiaban durante su ciclo menstrual y que, en el punto más fértil del ciclo, preferían compositores de música más compleja, que quizá podrían ser considerados parejas más capaces.

Pero, ¿qué credibilidad tiene la noción de que hacer música está relacionado con el sexo?

Comencemos por el principio: ¿qué es tan especial acerca de la música? Primero, todas las culturas conocidas han tenido música, incluso aquellas que no tenían lenguaje escrito.

Chico tocando la guitarra eléctrica

Hay anécdotas suficientes que prueban el atractivo sexual de las bandas de rock.

Es un rasgo humano completamente universal.

En segundo lugar, la música, al contrario que por ejemplo cocinar, la agricultura, hablar o criar una familia, no tiene ningún beneficio.

Por supuesto, nos encanta, nos llena de alegría o nos lleva a las lágrimas, nos da euforia y bailamos, pero no muestra ninguna ventaja evolutiva obvia ni tangible.

No faltan las ideas sobre por qué surgió entre nuestros ancestros.
Algunos creen que la música comenzó como forma de promover la cohesión social, un papel "tribal" que todavía hoy persiste.
Otros dicen que comenzó con las canciones de la comunicación materno-filial, una exageración de tonos en los arrullos al bebé que todas las personas del mundo practican.

También están aquellos que piensan que la música y el lenguaje estuvieron una vez fusionados en una forma de comunicación compuesta denominada "musilenguaje", de la cual la música se dividió como vehículo de emociones, mientras que el lenguaje se convirtió en significado semántico.

Supervivencia del más sexy

La noción por parte de Darwin de la música como agente de selección sexual sigue siendo una de las teorías preferidas, en particular porque tiene su nombre al lado.

Él consideraba la selección sexual como auxiliar de la selección natural: era la "supervivencia ddel más sexy", sin importar que los atributos sexuales tuvieran otras ventajas para la supervivencia.

Según esta posición, la destreza en el canto y en crear música funcionaría como la cola del pavo real: inútil, incluso una molestia, pero llama la atención.

Es concebible que dichas exhibiciones sexuales ofrezcan pistas verdaderas sobre la idoneidad genética.

El pavo real macho podría estar diciendo: "Soy tan musculoso que puedo sobrevivir incluso aunque esté cargado con esta cosa absurda".

De igual modo, un músico capaz de crear música compleja y hermosa podría estar mostrando su conocimiento, destreza y fortaleza superiores.

De acuerdo a esta lógica, enamorarse de un músico habilidoso tiene sentido en cuanto a la evolución.

Jimmy Hendrix

Hendrix se destacó por la sensualidad de su guitarra.

El vínculo entre el sexo y la música podría parecer irrefutable.

Las estrellas del rock y del pop están rodeadas de bandadas de admiradores sexualmente disponibles en la cima de su fertilidad, y nadie hizo la guitarra más explícitamente fálica que Jimi Hendrix.

Y no es solo un fenómeno del rock o del pop modernos: las actuaciones de Franz Liszt, el pianista, compositor y director húngaro, también extasiaba a las mujeres, y un estudio publicado en el año 2000 resaltó que en los conciertos clásicos había considerablemente más mujeres en los asientos cercanos a las (predominantemente masculinas) orquestas que en las filas traseras.

También hay pruebas anecdóticas que sugieren que la calidad de la interpretación de la música declina después del sexo.

Miles Davis

Miles Davis prefería que sus músicos no tuvieran sexo antes de los conciertos.

Por ejemplo, Miles Davis quería que los músicos fueran célibes antes de grandes conciertos para mantener su calidad.

Y en caso de que esté pensando en que ser músico no hizo mucho por la supervivencia de Hendrix, Jim Morrison o Kurt Cobain, tenga en cuenta que, como Darwin señaló, algunas aves macho terminan muriendo de agotamiento al cantar en la época de reproducción.

Vale la pena el riesgo por convertirse en un modelo sexual (después de todo, Hendrix tuvo tres hijos).

Un origen de selección sexual de la música podría también ayudar a explicar el aparente impulso hacia la diversidad, creatividad y novedad de muchos cantos de pájaros macho que desarrollan grandes repertorios y variedad en un esfuerzo por producir la señal de apareamiento más atrayente.

Y el exceso de la cola del pavo real, resultado de una tendencia desmedida comprobada en la selección de características sexuales, ¿no parece similar a las torres de amplificadores y altavoces, la pirotecnia, los trajes estrafalarios?

Para resumir, ¿no podría explicar el fenómeno que es Kiss?

Pero parte del problema de la idea de Darwin es que es demasiado atractiva, e invita a proporcionar pruebas por medio de las anécdotas.

Las canciones en las culturas anteriores a la escritura no son de ninguna manera los equivalentes tribales a la canción Let’s Spend the Night Together ("Pasemos la noche juntos").

Aquellas de los aborígenes australianos, por ejemplo, expresan los sentimientos del cantante como miembro de la comunidad.

Kiss

¿Tiene la parafernalia de Kiss una motivación sexual?

La mayoría de la música occidental en la Edad Media era practicada por monjes supuestamente célibes.

Y en algunas sociedades africanas, los músicos son considerados vagos y no fiables, y por lo tanto, material pobre para el matrimonio.

Las buenas evidencias científicas de la selección sexual en música han sido escasas y equívocas.

Si las mujeres escogen compañeros sexuales sobre la base de rasgos creativos o artísticos, uno esperaría cambios en sus preferencias durante la cima de la fertilidad.

Un estudio de 2006 halló que los hombres aparentemente creativos eran favorecidos en ese momento concreto.

Ciclo de la atracción

Entonces, ¿qué añade el último estudio? Charlton razonó que la complejidad de la música de un compositor masculino podría considerarse un indicador de su creatividad y capacidad para aprender comportamientos complejos, y por lo tanto esto podría también afectar a la elección sexual femenina.

Anteriormente vio que la ovulación no parece afectar a las preferencias de las mujeres por la complejidad de la música per se.

Pero ¿y sobre los compositores en sí mismos?

Charlton dividió su grupo de 1465 mujeres adultas participantes en el estudio en aquellas con riesgo alto y bajo de concepción en el momento de las pruebas, según la propia información de ellas sobre su ciclo reproductivo.

Franz Liszt

El pianista Franz Liszt (1811-1886) embelesaba al público femenino.

Les hizo escuchar varias melodías cortas, compuestas para el experimento, de diversos grados de complejidad.

Primero pidió a algunas de las participantes que calificaran la complejidad de la melodía para asegurarse de que podían hacer esto de forma fiable.

Después preguntó a un grupo diferente cuál de los supuestos compositores (masculinos) de una pareja de melodías de complejidad diferente preferirían como compañero sexual a corto o a largo plazo.

Un número significativo mostró una mayor preferencia por el compositor de la pieza más compleja, pero solamente en el grupo de alto riesgo de concepción, y solo como compañero a corto plazo.

Ahora, los números son números: parece que algo conectado al ciclo reproductivo cambiaba efectivamente las preferencias en esa situación. Pero ¿qué?

Los resultados, dice Charlton, "apoyan la opinión de que las mujeres usan (o ancestralmente usaban) la capacidad de los compositores masculinos para crear música compleja como criterio para la elección de hombre".

Eso, en cambio, sugeriría que la complejidad musical en sí misma surgió de una 'carrera armamentística' en la que los músicos se esforzaban cada vez más por probar su destreza y cortejar a una compañera.
Sin embargo, aunque los resultados de Charlton son interesantes, están lejos de ser concluyentes.

Gamelan

El tradicional gamelán indonesio es la música más compleja del mundo.

Por ejemplo, la música más compleja, según algunos estudios, es el gamelán indonesio, que se encuentra entre las más sociales, devotas y no sexualizadas de toda la música del mundo.

También hay pocas evidencias que sugieran que la música ha mostrado una tendencia firme hacia una mayor complejidad.

Y es muy difícil desenmarañar las preferencias de un oyente por un compositor de sus preferencias por la música real.

Esto último, en general, muestra un pico de "complejidad preferida", más allá de la cual, la preferencia se reduce.

Cuando la música de los Beatles se volvió más compleja, por ejemplo, sus ventas bajaron.

Y esto es incluso antes de que entremos en el asunto turbio de cómo las capas culturales influyen en las conjeturas que las mujeres podrían hacer sobre compositores ficticios, basándose en un pequeño fragmento de "sus" melodías.

Se requiere más trabajo entonces, o en otras palabras, si la música es el alimento del amor, que siga sonando

Fuente:

BBC Ciencia

4 de abril de 2013

Libros: 'Darwin en el supermercado' de Mark Nelissen


¿Por qué nos gusta más el sabor dulce que el amargo? Los antepasados que disfrutaban sobremanera del dulce inclinaron su alimentación hacia sustancias con azúcares, que aportaban la energía necesaria para huir de depredadores o sobrevivir a los largos periodos déficit calórico. Los que, por el contrario, disfrutaban lamiendo, por ejemplo, piedras, tuvieron menos probabilidades de sobrevivir (muchas menos, de hecho). Los que sobrevivieron, los adictos al azúcar y a las grasas, transmitieron genéticamente este apetito. Hasta nuestros días, cuando ya no es necesario que genéticamente seamos impulsados a disfrutar de lo dulce porque ya no hay problemas de alimentación (por ello vivimos una epidemia de obesidad en el Primer Mundo).

Éstas y otras preguntas similares son respondidas por Mark Nelissen en su libro Darwin en el supermercado, capítulo a capítulo, de forma sucinta y simpática, incorporando anécdotas personas de su día a día (junto a los comentarios de su esposa). En ese sentido, Nelissen es el equivalente germánico a Bill Bryson.

Con todo, estamos ante una introducción de la psicología evolutiva: los que ya seáis avezados lectores de esta clase de libros, entonces Darwin en el supermercado probablemente no os explique nada que no sepáis ya.

Por cierto, por si no lo sabíais, Darwin se lo comía todo.

Tomado de:

Xakata Ciencia

28 de marzo de 2013

La computación evolutiva

En 1859, Charles Darwin publicó un polémico libro, “El origen de las especies”, que sentó las bases de la teoría de la evolución. Según Darwin, los individuos de una especie cambian lentamente de una generación a otra. Estos cambios se producen como resultado del cruce de los mismos y la aparición de mutaciones aleatorias. Los nuevos individuos pueden desenvolverse peor que el resto de los de su especie, pereciendo con una alta probabilidad. Pero también pueden resultar ser mejores, más aptos para sobrevivir en su hábitat, en cuyo caso prosperarán, tendrán descendencia que posiblemente tenga las mismas características diferenciadoras que ellos, y acabarán por reemplazar a los antiguos individuos, menos aptos. Estas son, en esencia, las ideas de Darwin sobre la evolución de las especies, hoy mayoritariamente aceptadas en el ámbito científico. Más de 150 años después de la publicación de Darwin estas mismas ideas se usan como inspiración para crear algoritmos dentro de un computador: los algoritmos evolutivos.


Portada original de la primera edición de “El origen de las especies”. Fuente: Wikimedia commons.

Hoy sabemos que el código genético de un individuo, el genotipo, formado por largas moléculas de ADN, contiene toda la información acerca de las características del individuo: función de las células, morfología, metabolismo, etc. Cuando dos individuos se cruzan, la descendencia de ambos tendrá como ADN una mezcla del ADN de ambos padres. Las mutaciones son el resultado de una copia imperfecta en una de las cadenas de ADN del hijo. De forma análoga, los algoritmos genéticos, que son un tipo de algoritmo evolutivo, usan cadenas de 0s y 1s, habitualmente llamadas cromosomas por analogía con el caso natural, que representan algún tipo de objeto dentro de un ordenador: la solución a un problema, un conjunto de valores numéricos, una imagen, un sonido o incluso una partitura, por poner algunos ejemplos.

Un algoritmo genético está formado por un conjunto de cadenas binarias (individuos) al cual se le llama población. Inicialmente la población está formada por cadenas binarias aleatorias. Seguidamente, algunas de estas cadenas son seleccionadas para realizar la operación de cruce, en la que dos cadenas intercambian parte de sus valores (también llamados genes). Después, un cambio aleatorio en algunos genes simula una mutación y, tras esto, el individuo es evaluado para comprobar si es apto en su hábitat. ¿Qué significa ser apto en este caso? Normalmente se asigna un valor numérico al individuo usando alguna función matemática y este valor representa la aptitud del individuo. Cuanto mayor es el valor mayores son las probabilidades de sobrevivir e incorporarse en la siguiente generación de la población. Este proceso se repite continuamente hasta el momento en que el usuario del algoritmo decida parar.



Ejemplos de operadores de cruce y mutación para el caso de individuos binarios. Fuente: el autor.

¿Por qué podríamos estar interesados en simular dentro de un ordenador la evolución de especies? Una interesante característica de los algoritmos evolutivos es que, debido a su naturaleza aleatoria, el resultado que se obtiene tras cada ejecución del mismo puede ser diferente. El algoritmo puede sorprender al usuario con distintas poblaciones de individuos al final. Imaginemos que los individuos representan una imagen. En ese caso, obtendremos distintas imágenes cada vez que ejecutemos el algoritmo y si la función que calcula la aptitud del individuo está especialmente diseñada para puntuar más alto imágenes con gran valor estético para un humano podríamos conseguir que el algoritmo ofrezca bellas imágenes tras su ejecución.


 

Imagen generada con un algoritmo evolutivo. Fuente: Wikipedia.

El uso de los algoritmos evolutivos para crear obras de arte se conoce con el nombre de arte evolutivo y existen congresos internacionales especializados en esta forma de arte [1]. Un caso particular, es el de la música compuesta por ordenador usando algoritmos evolutivos. Aunque este tópico no es nuevo, recientemente ha llamado especialmente la atención de los músicos el sistema Iamus [2], desarrollado en el departamento de Lenguajes y Ciencias de la Computación de la Universidad de Málaga con Francisco J. Vico a la cabeza. La función de aptitud de Iamus tiene en cuenta aspectos formales de la partitura y es capaz de generar una composición completa en cuestión de minutos. Para conseguir una partitura en tan poco tiempo es necesario diseñar muy bien los operadores de cruce y mutación, uno de los secretos mejor guardados de Iamus. El sistema ha merecido un artículo en la prestigiosa revista Nature [3] y la revista norteamericana Discover lo ha incluido en el TOP 100 de novedades científicas del año 2012. Se ha comercializado un CD con 10 composiciones de Iamus, donde participa la Orquesta Sinfónica de Londres, y, recientemente, una de sus obras fue estrenada por la Orquesta Filarmónica de Málaga en el XIX Ciclo de Música Contemporánea de la ciudad.

La creación artística no es la única aplicación de los algoritmos evolutivos. Éstos pueden utilizarse para resolver problemas de optimización, es decir, encontrar soluciones de muy buena calidad para problemas difíciles de resolver. Un ejemplo de problema de optimización es el de colocar paquetes en un camión de forma que quepa el mayor número posible. No se conoce ningún algoritmo que sea capaz de dar la mejor solución en un tiempo razonable. Los algoritmos conocidos que dan la mejor solución requieren, en el peor de los casos, un tiempo que crece exponencialmente con el tamaño del problema (número de paquetes a colocar). Para resolver un problema como este usando algoritmo evolutivos, tan solo es necesario codificar las soluciones de manera que el ordenador las entienda y programar la función de aptitud, que en este caso podría ser el número de paquetes que caben en la forma indicada por la solución. La principal ventaja del uso de estos algoritmos en optimización es la facilidad con la que pueden aplicarse a la resolución del problema. No es necesario tener un conocimiento profundo del problema para resolverlo, basta con saber evaluar la calidad de las soluciones. Por otro lado, los resultados experimentales con algoritmos evolutivos ponen de manifiesto que las soluciones obtenidas por éstos son, en muchos casos de relevancia práctica, óptimas o se encuentran cercanas al óptimo, mientras que el tiempo requerido para obtener dichas soluciones es reducido (del orden de minutos o segundos).

El uso de algoritmos evolutivos para resolver problemas de optimización ha recibido una importante atención en las últimas décadas y actualmente se pueden contar por decenas los congresos especializados en este tema y las revistas que publican artículos relacionados. En el mencionado departamento de la UMA, profesores como Enrique Alba y Carlos Cotta llevan investigando desde hace casi 20 años el potencial de los algoritmos evolutivos para resolver problemas de optimización. Entre los problemas resueltos por estos investigadores encontramos la optimización de los semáforos para reducir el tiempo de espera de los conductores en una ciudad, la asignación de frecuencias de radio a antenas en una red de telefonía celular, la generación automática de casos de prueba para programas de ordenador, etc [4]. Todos ellos problemas complejos en los que, generalmente, es difícil predecir la influencia de un cambio de la solución en su calidad.

 

Haciendo uso de algoritmos evolutivos es posible reducir el tráfico de una ciudad. Fuente: wikimedia commons.

La computación evolutiva no es el único dominio de la Informática que se ha nutrido de ideas de la naturaleza. En 1983, Kirkpatrick, Gelatt y Vecchi propusieron un algoritmo para resolver problemas de optimización que se basa en el enfriamiento de un metal [5]. Más tarde, en 1992, Dorigo describía en su tesis doctoral una familia de algoritmos que se inspiraba en la forma en que las hormigas buscan comida [6]. Kennedy y Eberhart desarrollaron en 1995 un algoritmo que basaba su funcionamiento en el comportamiento de los pájaros y los peces [7]. Estos dos últimos algoritmos se integran en la actualidad dentro de la línea de investigación conocida como Inteligencia de Enjambre (Swarm Intelligence) que ha servido de inspiración para crear novelas como “Presa”, de Michael Crichton.



El proyecto swarmanoid, coordinado por Marco Dorigo, explora el uso de la inteligencia de enjambre para coordinar un conjunto de robots heterogéneos. Fuente: www.swarmanoid.com

Difícilmente podía Darwin imaginar que sus ideas, con las que pretendía explicar la evolución de las especies, servirían, siglo y medio más tarde, para deleitar al público que acude a un concierto o agilizar el tráfico de una ciudad.

Referencias:
[1] Página Web de la edición de 2013 de EvoMUSART, congreso centrado en la música y el arte evolutivo. http://www.kevinsim.co.uk/evostar2013/cfpEvoMUSART.html
[2] Página Web de Iamus. http://melomics.com/iamus
[3] Artículo de Philipp Ball en Nature sobre Iamus. http://www.nature.com/nature/journal/v488/n7412/full/488458a.html?WT.ec_id=NATURE-20120823
[4] Páginas Web del grupo NEO. http://neo.lcc.uma.es
[5] S. Kirkpatrick, C. D. Gelatt y M. P. Vecchi. 1983. Optimization by simulated annealing. Science, 13 May 1983 220, 4598, 671–680.
[6] M. Dorigo. 1992. Optimization, learning and natural algorithms. Ph.D. thesis, DEI, Politecnico di Milano, Italy.
[7] J. Kennedy y R. Eberhart. 1995. Particle swarm optimization, Proceedings of the IEEE International Conference on Neural Networks, vol.4, pp. 1942-1948.

Tomado de:

Año Turing

27 de marzo de 2013

Cartas inéditas revelan el lado emocional de Charles Darwin



Carta de Darwin a Hooker


La pena de ver a su hijo destruido tras la muerte de su nuera y la comparación de su teoría de la evolución con "la confesión de un asesinato" son algunas de las joyas que se pueden encontrar en una colección de cartas inéditas escritas de puño y letra por Charles Darwin.

La colección de más de 1.400 cartas pronto estará disponible online, publicadas por el Proyecto de Correspondencia de Darwin de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido. 

Éstas tienen un alto contenido emocional y están dirigidas a su mejor amigo, el botánico Joseph Hooker. De las muchas cartas que Darwin escribió y recibió en su vida, algunas de las más importantes precisamente forman parte de la correspondencia con Hooker durante 40 años.

Aparte del seguimiento del desarrollo de las ideas científicas de Darwin, las misivas dan una visión íntima de una amistad victoriana.

Tinte personal

Lo que más llama la atención de los documentos es el tinte personal que contienen.

En una conmovedora carta, escrita en 1876, Darwin escribió sobre la muerte en el parto de la esposa de su hijo Francis.

"La pobre Amy tuvo convulsiones severas debido a una falla en sus riñones. Después de las convulsiones se dejó caer en un sopor del que nunca se recuperó", escribe.


Carta de Darwin

Carta de Darwin a Hooker. Cortesía de Darwin Estate y Cambridge University Library.

"Es un consuelo inefable el que no haya sufrido ni sabido que se iba para siempre del lado de su amado esposo. Ha sido un golpe más amargo para todos nosotros".

Unos años antes, Hooker le había escrito sobre la muerte de su propia hija, dirigiéndose a él como "Querido viejo Darwin", y diciendo: "Acaban de enterrar a mi niñita querida y vi tu nota".

Darwin recuerda los sentimientos de su amigo a partir de su dolor compartido.

"Te agradezco tu amable y sentida carta. Cuando te escribí desde Glasgow (carta que entiendo llegó demasiado tarde) no había olvidado tu antiguo dolor, pero no quise referirme a él ya que sabía que no sería bueno de mi parte hacerte revivir estos antiguos sentimientos, pero no me pude resistir a escribirte".

La misiva también revela la cercanía de los lazos familiares de Darwin, en particular su preocupación por su hijo.

"Nunca he visto a nadie sufrir tanto como el pobre Frank. Él ha ido al norte de Gales para enterrar el cuerpo en una pequeña iglesia entre las montañas (...) Me alegro de saber que él está decidido a hacer un esfuerzo y mantenerse trabajando ¿Hasta dónde será capaz de mantener esta sabia resolución? No lo sé".

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia


28 de enero de 2013

Las raíces evolutivas del 'buen samaritano'



El policía que salvó a una mujer de ser arrollada por el metro. | EFE.

El policía que salvó a una mujer de ser arrollada por el metro. | EFE.

El pasado martes por la noche, cuando un hombre saltó a las vías del metro de Madrid sin pensarlo dos veces para rescatar a una mujer que había caído accidentalmente, los modelos mentales que ven al hombre como una especie con tendencia a la maldad y el egoísmo se pusieron en entredicho una vez más.

Desde que éramos bien pequeños, en la 2 de TVE han predominado los documentales de animales en los que se trasladaba una imagen de la naturaleza cruel, donde impera la ley del más fuerte y todos compiten contra todos. Manadas que se ven forzadas a abandonar a crías heridas, violencia entre especies, batallas incesantes por obtener el poder y un largo etcétera, forman parte del imaginario colectivo sobre las motivaciones e instintos que imperan en el Reino Animal. Afortunadamente, cada vez son más los científicos que se ven atraídos por el otro lado de la moneda, es decir, por comportamientos prosociales como son el altruismo, la cooperación o el auxilio.

Cada vez que una persona pone en peligro su supervivencia para salvar a otra con quien no comparte parentesco ni gen alguno, está desafiando una de las leyes con más vigencia en el mundo de la ciencia: la Teoría de la Evolución de Charles Darwin y la Selección por Parentesco, elaborada por William Hamilton y Maynard Smith. De manera resumida, éstas vienen a decir que los seres vivos sólo somos altruistas con otros si compartimos genes con ellos o si esto incrementa nuestra capacidad de adaptación. Pero estas teorías tienen algunos matices importantes que aún no hemos sido capaces de aclarar de manera satisfactoria.

Cada vez poseemos más pruebas de que el impulso que nos hace correr riesgos por desconocidos e incluso miembros de otras especies es algo relativamente frecuente en los seres humanos, pero también en otros animales.

Hace unos años, un niño cayó al foso de los gorilas en un zoo de Chicago. Antes de que los machos se abalanzaran sobre él con dudosas intenciones, una hembra corrió a toda prisa y agarrando al niño con sus brazos, consiguió ponerle a salvo. Después le llevó hasta el lugar desde donde los cuidadores tenían acceso a la instalación, pudiendo así salvar al pequeño.


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El Mundo Ciencia
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