'Los terroristas son como chimpancés agresivos que defienden su territorio'
FRANS DE WAAL | PRIMATÓLOGO
Frans de Waal, en la Residencia de Estudiantes. (Foto: Julián Jaén)
Actualizado jueves 19/04/2007 13:18
MADRID.- Frans de Waal es un primate astuto, elocuente y simpático. Junto con Jane Goodall, este investigador holandés es sin duda el ejemplar de Homo sapiens que mejor conoce a nuestros parientes más cercanos en el reino animal, los grandes simios. Tras dedicarse durante décadas a la observación minuciosa de los chimpancés y los bonobos, De Waal acaba de presentar en el Museo CosmoCaixa de Madrid 'El mono que llevamos dentro' (editorial Tusquets), un libro en el que resume su visión de las impresionantes similitudes que existen entre el animal humano y sus primos biológicos.
Pregunta.- Dígame cómo es ese mono que llevamos dentro.
Respuesta.- Nuestra psicología es básicamente una psicología primate, y las dos especies más cercanas en las que podemos fijarnos para buscar paralelismos son los chimpancés y los bonobos. Pero el hecho es que estas dos especies son totalmente diferentes, y ambas están dentro de nosotros. Por eso, tenemos dos naturalezas muy contradictorias.
P.- ¿En qué sentido?
R.- Dentro de nuestro propio grupo, podemos ser cooperativos y altruistas, pero frente a los que no pertenecen a nuestra tribu, podemos volvernos muy agresivos e incluso convertirnos en genocidas. En este sentido, somos muy parecidos a los chimpancés, que son muy cooperativos dentro de su propia manada, pero también pueden ser muy crueles contra los de fuera. El bonobo, sin embargo, es una versión mucho más amable y pacífica del chimpancé. Son mucho menos celosos de su territorio y, de hecho, jamás se han observado matanzas entre miembros de esta especie. Pero en el caso de los chimpancés se conocen muchos casos de infanticidio y combates mortales entre machos.
P.- ¿Podríamos decir que algunos humanos tienen más de chimpancé que de bonobo, y viceversa?
R.- Yo creo que sí. Por ejemplo, en Estados Unidos se podría afirmar que los republicanos se asemejan más a los chimpancés y los demócratas a los bonobos, y quizás esto sea aplicable en general a grupos conservadores y progresistas en otros países. Se trata de dos tendencias que descubrimos en diferentes personas: algunos individuos son más igualitarios, amables y solidarios, mientras que otros están obsesionados con el poder, el territorio, la ley y el orden.
P.- Está claro que nos parecemos mucho, pero, ¿qué es lo que define la especificidad del sapiens?
R.- Casi todos los aspectos de nuestro comportamiento pueden encontrarse en los simios, aunque existan diferencias de grado. Por ejemplo, la ética. Es cierto que las normas morales de los humanos son muy complejas, pero se basan en la empatía y la reciprocidad, cualidades que observamos en los simios. Creo que el lenguaje es lo que más nos diferencia, pero incluso en este ámbito hoy sabemos que estos primates clasifican objetos y pueden aprender a usar signos para comunicarse.
P.- ¿Cómo puede ayudarnos la observación de los simios a entender la agresividad humana y la guerra?
R.- En este terreno, el ejemplo más útil es el de los chimpancés machos, que son muy agresivos y celosos de su territorio. En algunas ocasiones, incluso invaden los territorios de machos rivales y los matan a todos, para expandir sus dominios. Parece evidente que los seres humanos tienen las mismas tendencias territoriales, y pueden volverse muy violentos frente a quien se considera el enemigo.
P.- El caso de la actual Guerra de Irak sería un buen ejemplo...
R.- Bueno, en este caso pienso que se trata de un caso claro de otro fenómeno que también existe en todas las especies de primates: la búsqueda de un chivo expiatorio para resolver una situación de tensión, ya sea dentro o fuera del grupo. Un ejemplo clásico en la especie humana es el de Hitler y los judíos, que se convirtieron en el chivo expiatorio de la sociedad alemana. En el caso de la Guerra de Irak, creo que Estados Unidos reaccionó de una forma muy primitiva tras el ataque del 11-S. Necesitaban culpar a alguien, y al principio lo hicieron con Afganistán, pero esto no fue suficiente, necesitaban algo más grande para saciarse.
P.- Sin embargo, muchas personas, quizás de tendencias mas parecidas a las de los bonobos, se han manifestado contra la guerra.
R.- Sí, y lo curioso es que entre los simios también es muy típico que tras atacar al chivo expiatorio en un momento de tensión, después suele surgir un arrepentimiento y los mismos simios que le atacaron, empiezan a lamer sus heridas. Creo que con Irak ha pasado algo parecido: tras el momento inicial del desahogo agresivo, muchos americanos se han arrepentido y ahora creen que la guerra fue un error.
P.- En España, seguimos padeciendo el problema de algunos nacionalismos exacerbados, e incluso de un grupo terrorista que sigue amenazando con matar para conseguir sus fines. ¿Cómo puede explicarse este fenómeno desde sus conocimientos de primatología?
R.- De nuevo, podemos compararlo al comportamiento de chimpancés que se vuelven muy agresivos al defender su territorio. Pero lo que nos diferencia a los humanos es que no sólo actuamos de esta forma por motivos territoriales, sino por identidades de grupo que pueden estar basadas en la defensa de una religión, o en la lucha de unas creencias por dominar a otras. Sin embargo, todos estos fenómenos pueden vincularse a las tendencias que observamos en los chimpancés cuando defienden los intereses de su propia manada frente a las demás.
P.- ¿Y cómo es la estructura de poder entre los simios? ¿Son sus sociedades autoritarias o igualitarias?
R.- En los chimpancés se observan ambas tendencias. Sus manadas están muy jeraquizadas, y los machos están continuamente enzarzados en luchas de poder. Pero al mismo tiempo, los chimpancés suelen sentir simpatía por los perdedores. Por ejemplo, si surge una pelea, casi todos apoyan al más débil, y de esta manera, equilibran sus relaciones sociales. De hecho, podríamos decir que existe un sistema democrático rudimentario entre los chimpancés, mediante el cual los de abajo controlan a sus líderes y se rebelan contra ellos si se comportan como déspotas.
P.- ¿Y en el terreno de la sexualidad? ¿En qué nos parecemos y nos diferenciamos de los simios?
R.- Creo que los humanos, al igual que los bonobos, usan el sexo para crear lazos afectivos. Sin embargo, nosotros sólo hacemos esto en privado, en nuestras relaciones familiares, pero no en espacios públicos, como los bonobos. Además, creo que, al igual que los bonobos, somos fundamentalmente bisexuales o pansexuales. No creo que el ser humano tenga que ser necesariamente heterosexual u homosexual, sino que existe una amplia gama de posibles comportamientos. Sin embargo, la sociedad dicta que se tiene que ser o una cosa o la otra, y no tolera las ambigüedades.
El Mundo - Ciencia & Ecología
Por cierto exite un libro Muy Interesante sobre la conducta humana y la conducta de los simios, se trata de El Mono Desnudo de Desmod Morris, para que se anime a adquirir y/o lerr esta fascinante, aunque discutible obra, les ofrecemos un resumen:
"El Mono Desnudo" en el Rincón del Vago
O silo prefiere puede leer algunos fragmentos:
"El Mono Desnudo" - Fragmentos
Otras obras:
La mujer desnuda
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