Un macroestudio identifica 31 tradiciones que se transmiten en las sociedades de estos simios y que podrían perderse para siempre por el impacto de los humanos.
Era otoño de 1960 cuando aquella joven sin estudios observó lo impensable: un chimpancé, David Greybeard, había doblado una rama y le había quitado sus hojas para pescar termitas con ella. Cuando el hallazgo de Jane Goodall se hizo público, los titulares de los periódicos no tuvieron dudas: obligaba a replantearse lo que significa ser humano. Hacer herramientas ya no era la característica que definía al sapiens frente al resto del reino animal. Los chimpancés,
tan inteligentes y adaptables, habían desarrollado esta habilidad y se
la transmitían entre ellos. Conocerles mejor a ellos nos ayudaba a
conocernos a nosotros mismos.
Medio siglo después, en 2011, el chimpancé Nick cogió un puñado de musgo, lo sumergió en un pozo natural y, a modo de esponja, escurrió el agua en su boca para beber. Solo tres años después más de la mitad de los miembros de la comunidad de Nick,
el macho alfa, bebía agua de esta forma. También había testigos: la
primatóloga Catherine Hobaiter y su equipo, que habían asistido al
nacimiento de una nueva tradición cultural en Uganda, la última de estas
conductas que se han conocido desde los primeros hallazgos de Goodall.
Beber empapando musgo y no usando hojas a modo de cuchara es una de las
técnicas, conductas o ritos que conocemos de los chimpancés. El mayor
estudio que se ha realizado nunca para conocer el mundo cultural de los
chimpancés, recién publicado, ha registrado en total 31 de estas
manifestaciones culturales que aprenden y se transmiten entre ellos, sin
que se trate de un comportamiento inscrito en sus genes.
Pero todas esas tradiciones culturales están en peligro. Podrían
desaparecer, con toda su riqueza y sus importantes claves para el
conocimiento de los grandes simios, pero también de la evolución humana.
Esa es la principal conclusión de este ambicioso estudio, que ha
llevado a los científicos a estudiar 144 comunidades de chimpancés
salvajes en 15 países africanos durante nueve años. Allí donde la
presión humana es mayor, se derrumba la probabilidad de que los
chimpancés desarrollen y conserven una tradición cultural propia, según publican en la revista Science.
Lea el artículo completo en: El País (Ciencia)
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11 de junio de 2019
Los perros perdieron el sentido de la solidaridad al domesticarse
Los lobos son mucho más generosos con sus compañeros de manada, según un estudio.
Hace unos 15.000 años algunos lobos dejaron de serlo. Se convirtieron en animales dóciles y leales a su nueva compañía, la humanidad. Durante ese proceso de domesticación, lobos asiáticos y europeos comenzaron a acompañar a las personas en sus asentamientos gracias a su capacidad para adaptar su dieta a las basuras que desechaban. Además, tenían una gran comprensión de los comportamientos sociales humanos y a estos les venían de perlas durante sus cacerías. Poco a poco, se fue asentando esa amistad hasta que los lobos se transformaron en perros domésticos. Y al jurar fidelidad a sus nuevos compañeros, perdieron el sentido de la solidaridad con su propia especie.
"Nuestros hallazgos ciertamente sugieren que los perros perdieron cierta prosocialidad entre ellos, en comparación con los lobos", explica Rachel Dale, investigadora especializada en el comportamiento animal. Su equipo acaba de publicar los resultados de su trabajo con estos dos grupos de animales y su sentido de la solidaridad. El estudio, publicado en PLOS One, muestra que los lobos mantienen con salud de hierro esta camaradería, mientras que los perros parecen haber perdido la propensión a ayudar al compañero. "Esto sugiere que durante la domesticación, los perros perdieron cierta confianza mutua y, por lo tanto, ya no necesitan tener tanta consideración por las necesidades de los perros como los lobos", concluye Dale, de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena.
Lea el artículo completo en: El País (España)
Hace unos 15.000 años algunos lobos dejaron de serlo. Se convirtieron en animales dóciles y leales a su nueva compañía, la humanidad. Durante ese proceso de domesticación, lobos asiáticos y europeos comenzaron a acompañar a las personas en sus asentamientos gracias a su capacidad para adaptar su dieta a las basuras que desechaban. Además, tenían una gran comprensión de los comportamientos sociales humanos y a estos les venían de perlas durante sus cacerías. Poco a poco, se fue asentando esa amistad hasta que los lobos se transformaron en perros domésticos. Y al jurar fidelidad a sus nuevos compañeros, perdieron el sentido de la solidaridad con su propia especie.
"Nuestros hallazgos ciertamente sugieren que los perros perdieron cierta prosocialidad entre ellos, en comparación con los lobos", explica Rachel Dale, investigadora especializada en el comportamiento animal. Su equipo acaba de publicar los resultados de su trabajo con estos dos grupos de animales y su sentido de la solidaridad. El estudio, publicado en PLOS One, muestra que los lobos mantienen con salud de hierro esta camaradería, mientras que los perros parecen haber perdido la propensión a ayudar al compañero. "Esto sugiere que durante la domesticación, los perros perdieron cierta confianza mutua y, por lo tanto, ya no necesitan tener tanta consideración por las necesidades de los perros como los lobos", concluye Dale, de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena.
Lea el artículo completo en: El País (España)
Los pájaros son mucho más listos de lo que pensamos
La formidable capacidad de adaptación es una muestra de la inteligencia de los animales, tengan pico, pies, trompa o tentáculos.
Es innegable: las aves no tienen pulgar oponible porque no tienen manos. Pero resulta que son, con los primates, el grupo de vertebrados con el mayor número de especies que se sirven de objetos. Los descubrimientos de los últimos 20 años demuestran que las aves son también una de las más creativas. Los córvidos (arrendajos azules, grajillas, urracas, cornejas, cuervos y grajos) son actualmente reconocidos por su gran creatividad, y los Psittacidae (loros, cotorras, etcétera), por su capacidad de realizar actividades excepcionales. El alimoche (Neophron percnopterus) lanza piedras a huevos para romperlos, y las garzas atraen a los peces con cebo...
Se ha visto a una grulla canadiense (Grus canadensis) utilizar un pañuelo... ¡para secarse! El carpintero del desierto (Melanerpes uropygialis) se sirve del pico como recipiente para transportar y sorber miel, y el águila negra africana (Aquila verreauxii) es perfectamente capaz de lanzar objetos para atacar a otro individuo. Un ejemplo clásico es el del macho del pergolero grande (Chlamydera nuchalis) y su decoración de interiores. Este pequeño pájaro australiano cubre el suelo de su nido con un tapiz hecho de racimos de olores y hojas de variados colores, que completa con conchas, semillas, pequeños guijarros y objetos del mismo tono, con el propósito de atraer a su pareja. Es capaz incluso de construir una especie de tálamo nupcial, a lo que dedica semanas de trabajo. Empieza por erigir un pasadizo, que puede llegar a medir más de medio metro de largo, con ramitas entrelazadas, que a veces aprovecha también para formar un arco en la entrada. Este túnel conduce a una especie de patio que el macho decora con piedras, conchas y huesos y que está situado de tal manera que la hembra solo puede descubrirlo al alcanzar un determinado recodo del trayecto. ¿Con qué intención? ¿Para sorprender a su pareja, tal vez, y forzar su admiración? Más notable aún es el hecho de que el pequeño pájaro construye con piedras un sendero inclinado, colocando las más grandes al fondo del patio y las más pequeñas en la entrada, de modo que, en un espacio que parece más pequeño de lo que realmente es, se destaque la figura del pájaro y, quizá por ello, parezca más seductor.
Según algunos expertos, esta actividad tiene más que ver con la fabricación de un nido que con la utilización de herramientas, pero también puede considerarse que guarda relación con la manipulación de objetos. (...)
Por lo general, los cuervos y las cornejas son los campeones de la utilización y la fabricación de herramientas con algún grado de complejidad. Un ejemplo, a modo de abreboca. Estamos en Japón. Un cuervo grande (Corvus corax) sobrevuela una calle. Lleva una nuez en el pico. Se posa en un cable del tendido, cerca de un semáforo y encima de un paso peatonal. Cuando el tráfico es más denso deja caer la nuez sobre la calzada, y los autos que van y vienen acaban rompiendo la nuez. Este pájaro se vale nada menos que de la circulación automotora como de una herramienta... Pero es capaz de sorprendernos aún más. En efecto, el cuervo aguarda pacientemente que la luz del hombrecillo verde en el semáforo se encienda y la de los coches pase a rojo, y solo entonces vuela hasta el paso peatonal y recoge la nuez, ahora libre de su cárcel. Este tipo de anécdotas con cuervos es frecuente en Francia, Estados Unidos y, como hemos visto, Japón. Fetnat, la pequeña hembra capuchina, usaba mi pie para cascar nueces; por lo visto, los cuervos son más listos.
El artículo completo en: El País (España)
Es innegable: las aves no tienen pulgar oponible porque no tienen manos. Pero resulta que son, con los primates, el grupo de vertebrados con el mayor número de especies que se sirven de objetos. Los descubrimientos de los últimos 20 años demuestran que las aves son también una de las más creativas. Los córvidos (arrendajos azules, grajillas, urracas, cornejas, cuervos y grajos) son actualmente reconocidos por su gran creatividad, y los Psittacidae (loros, cotorras, etcétera), por su capacidad de realizar actividades excepcionales. El alimoche (Neophron percnopterus) lanza piedras a huevos para romperlos, y las garzas atraen a los peces con cebo...
Se ha visto a una grulla canadiense (Grus canadensis) utilizar un pañuelo... ¡para secarse! El carpintero del desierto (Melanerpes uropygialis) se sirve del pico como recipiente para transportar y sorber miel, y el águila negra africana (Aquila verreauxii) es perfectamente capaz de lanzar objetos para atacar a otro individuo. Un ejemplo clásico es el del macho del pergolero grande (Chlamydera nuchalis) y su decoración de interiores. Este pequeño pájaro australiano cubre el suelo de su nido con un tapiz hecho de racimos de olores y hojas de variados colores, que completa con conchas, semillas, pequeños guijarros y objetos del mismo tono, con el propósito de atraer a su pareja. Es capaz incluso de construir una especie de tálamo nupcial, a lo que dedica semanas de trabajo. Empieza por erigir un pasadizo, que puede llegar a medir más de medio metro de largo, con ramitas entrelazadas, que a veces aprovecha también para formar un arco en la entrada. Este túnel conduce a una especie de patio que el macho decora con piedras, conchas y huesos y que está situado de tal manera que la hembra solo puede descubrirlo al alcanzar un determinado recodo del trayecto. ¿Con qué intención? ¿Para sorprender a su pareja, tal vez, y forzar su admiración? Más notable aún es el hecho de que el pequeño pájaro construye con piedras un sendero inclinado, colocando las más grandes al fondo del patio y las más pequeñas en la entrada, de modo que, en un espacio que parece más pequeño de lo que realmente es, se destaque la figura del pájaro y, quizá por ello, parezca más seductor.
Según algunos expertos, esta actividad tiene más que ver con la fabricación de un nido que con la utilización de herramientas, pero también puede considerarse que guarda relación con la manipulación de objetos. (...)
Por lo general, los cuervos y las cornejas son los campeones de la utilización y la fabricación de herramientas con algún grado de complejidad. Un ejemplo, a modo de abreboca. Estamos en Japón. Un cuervo grande (Corvus corax) sobrevuela una calle. Lleva una nuez en el pico. Se posa en un cable del tendido, cerca de un semáforo y encima de un paso peatonal. Cuando el tráfico es más denso deja caer la nuez sobre la calzada, y los autos que van y vienen acaban rompiendo la nuez. Este pájaro se vale nada menos que de la circulación automotora como de una herramienta... Pero es capaz de sorprendernos aún más. En efecto, el cuervo aguarda pacientemente que la luz del hombrecillo verde en el semáforo se encienda y la de los coches pase a rojo, y solo entonces vuela hasta el paso peatonal y recoge la nuez, ahora libre de su cárcel. Este tipo de anécdotas con cuervos es frecuente en Francia, Estados Unidos y, como hemos visto, Japón. Fetnat, la pequeña hembra capuchina, usaba mi pie para cascar nueces; por lo visto, los cuervos son más listos.
El artículo completo en: El País (España)
10 de junio de 2019
Las abejas saben contar desde cero
Las abejas saben contar desde cero.
Muchos animales saben contar. Mejor dicho, muchos animales saben ordenar mentalmente cantidades diferentes, por ejemplo de comida o de otros animales con los que compiten. Su supervivencia depende de ello. Los chimpancés, en algunos casos, hacen estos cálculos más rápido que las personas. Pero son pocos los animales que empiezan a contar desde cero, o sea, los que entienden que nada tiene un valor numérico por debajo de la unidad. Al menos eso piensan los científicos, que hasta ahora solo habían identificado esta habilidad en delfines, loros, simios y en humanos mayores de cuatro años. Un estudio publicado hoy en Science demuestra que las abejas se suman a este selecto grupo.
Muchos animales saben contar. Mejor dicho, muchos animales saben ordenar mentalmente cantidades diferentes, por ejemplo de comida o de otros animales con los que compiten. Su supervivencia depende de ello. Los chimpancés, en algunos casos, hacen estos cálculos más rápido que las personas. Pero son pocos los animales que empiezan a contar desde cero, o sea, los que entienden que nada tiene un valor numérico por debajo de la unidad. Al menos eso piensan los científicos, que hasta ahora solo habían identificado esta habilidad en delfines, loros, simios y en humanos mayores de cuatro años. Un estudio publicado hoy en Science demuestra que las abejas se suman a este selecto grupo.
Para poner a prueba a los insectos, varios investigadores
de Australia y Francia entrenaron a dos grupos de abejas. Sobre una
pantalla rotatoria, los científicos colocaron parejas de cartas blancas
estampadas con dos, tres, cuatro o cinco figuras geométricas negras
—como naipes—. En un grupo, las abejas recibieron una recompensa dulce
al posarse sobre las cartas con el mayor número de figuras. En el otro,
la recompensa estaba asociada al valor menor. Cuando los animales
aprendieron las reglas del juego, los científicos introdujeron dos
elementos nuevos: el naipe en blanco (cero) y el naipe de una sola
figura geométrica (uno). Las abejas entrenadas para buscar los valores
más pequeños fueron capaces de extrapolar la regla y volar hacia el
naipe vacío en lugar del naipe con la figura. “Demuestran comprensión de
que el conjunto vacío es más pequeño que el uno, lo cual es difícil
para otros animales”, escriben los autores en Science,
aludiendo a estudios previos con loros y chimpancés. En una ampliación
del experimento, los insectos también escogieron el cero en lugar de los
naipes con los que ya habían entrenado u otros con figuras geométricas
nuevas.
15 de enero de 2019
Las preferencias sexuales de las moscas indican que tienen cultura
Un estudio con moscas de la fruta muestra que las jóvenes deciden qué machos son más atractivos viendo con quién copulan las mayores y esos hábitos se mantienen durante generaciones.
Hace siglo y medio, Charles Darwin expulsó a la humanidad del centro de la creación y aseguró que nuestro linaje se hundía en la profundidad del tiempo y entroncaba con el origen de la vida. En el pasado, a más o menos distancia, compartíamos ancestros con todos los seres de la Tierra, desde la reina de Inglaterra a una babosa repugnante. Esa idea fue recibida con indignación y sigue resultando humillante para muchos que continúan agarrándose a cualquier resquicio que permita elevarse sobre el resto de animales.
Uno de esos resquicios es la cultura, nuestra capacidad para recibir lo que han aprendido nuestros antecesores sobre el mundo, aportar nuestra propia experiencia y transmitirlo a la siguiente generación. Aunque la capacidad colectiva para construir bombas atómicas o sinfonías como la de Wagner sean motivos suficientes para considerar especial a nuestra especie, muchos herederos de Darwin sugieren que incluso la cultura es algo compartido con el resto de animales.
Desde hace tiempo, se han observado comportamientos que podrían considerarse parte de una cultura en animales como los monos o los delfines. En Brasil, por ejemplo, se han encontrado monos silbadores que llevan más de siete siglos utilizando piedras como herramienta para abrir anacardos y transmitiendo la técnica de viejos a jóvenes. Entre las orcas, un ejemplo de la diversidad cultural en animales de la misma especie se encuentra cerca del estrecho de Gibraltar, donde conviven dos grupos con hábitos muy diferentes. Uno de ellos caza atunes sin prestar atención a los humanos que faenan en esas aguas mientras el otro los sigue para robar los atunes que atrapan los pescadores de palangre.
Este tipo de comportamientos no se reduce a animales con inteligencias reconocidas por nosotros, los primates más abundantes del planeta. Esta semana, un equipo de homínidos de la Universidad de Toulouse III y el CNRS, en Francia, ha mostrado que las moscas también pueden tener algo parecido a una cultura. Quienes han estudiado con detenimiento a las moscas de la fruta (Drosophila melanogaster) saben que pueden copiar las preferencias sexuales de sus prójimos viéndoles copular. Sin embargo, definir ese comportamiento como cultural con criterios científicos es complicado.
Para decidir si es posible, los autores, que publican sus resultados en la revista Science, fijaron cinco criterios que se debían cumplir para considerar cultural el comportamiento de las moscas. Tenía que aprenderse de forma social, observando a sus congéneres, los jóvenes debían copiar a los mayores y se tenía que memorizar a largo plazo. Además, el rasgo decisivo tenía que ser una característica general, como el color, y no una característica exclusiva del propio individuo y, por último, los individuos tenían que adquirir el comportamiento más común entre su grupo.
Aunque pueda parecer un rasgo caprichoso, según explica Etienne
Danchin, investigador del CNRS y coautor del trabajo, al cabo de un
tiempo, “el color de un macho, que no está vinculado con su adaptación
al entorno, se convierte en una característica que hace que tenga más
probabilidades de pasar sus genes a la siguiente generación”. Al ver la
preferencia de las moscas mayores, las jóvenes aprenden que los
individuos de un color determinado tendrán más posibilidades de copular y
reproducirse. Una madre siempre quiere lo mejor para su cría y para
tener un hijo verde lo mejor es tener sexo con una mosca verde.
Lea el artículo completo en: El País (España)
Hace siglo y medio, Charles Darwin expulsó a la humanidad del centro de la creación y aseguró que nuestro linaje se hundía en la profundidad del tiempo y entroncaba con el origen de la vida. En el pasado, a más o menos distancia, compartíamos ancestros con todos los seres de la Tierra, desde la reina de Inglaterra a una babosa repugnante. Esa idea fue recibida con indignación y sigue resultando humillante para muchos que continúan agarrándose a cualquier resquicio que permita elevarse sobre el resto de animales.
Uno de esos resquicios es la cultura, nuestra capacidad para recibir lo que han aprendido nuestros antecesores sobre el mundo, aportar nuestra propia experiencia y transmitirlo a la siguiente generación. Aunque la capacidad colectiva para construir bombas atómicas o sinfonías como la de Wagner sean motivos suficientes para considerar especial a nuestra especie, muchos herederos de Darwin sugieren que incluso la cultura es algo compartido con el resto de animales.
Desde hace tiempo, se han observado comportamientos que podrían considerarse parte de una cultura en animales como los monos o los delfines. En Brasil, por ejemplo, se han encontrado monos silbadores que llevan más de siete siglos utilizando piedras como herramienta para abrir anacardos y transmitiendo la técnica de viejos a jóvenes. Entre las orcas, un ejemplo de la diversidad cultural en animales de la misma especie se encuentra cerca del estrecho de Gibraltar, donde conviven dos grupos con hábitos muy diferentes. Uno de ellos caza atunes sin prestar atención a los humanos que faenan en esas aguas mientras el otro los sigue para robar los atunes que atrapan los pescadores de palangre.
Este tipo de comportamientos no se reduce a animales con inteligencias reconocidas por nosotros, los primates más abundantes del planeta. Esta semana, un equipo de homínidos de la Universidad de Toulouse III y el CNRS, en Francia, ha mostrado que las moscas también pueden tener algo parecido a una cultura. Quienes han estudiado con detenimiento a las moscas de la fruta (Drosophila melanogaster) saben que pueden copiar las preferencias sexuales de sus prójimos viéndoles copular. Sin embargo, definir ese comportamiento como cultural con criterios científicos es complicado.
Para decidir si es posible, los autores, que publican sus resultados en la revista Science, fijaron cinco criterios que se debían cumplir para considerar cultural el comportamiento de las moscas. Tenía que aprenderse de forma social, observando a sus congéneres, los jóvenes debían copiar a los mayores y se tenía que memorizar a largo plazo. Además, el rasgo decisivo tenía que ser una característica general, como el color, y no una característica exclusiva del propio individuo y, por último, los individuos tenían que adquirir el comportamiento más común entre su grupo.
Las moscas cumplieron todos los requisitos. Las jóvenes,
cuando veían a las mayores copular con machos rosados adquirían una
preferencia por el sexo con los individuos de ese color y rechazaban a
los verdes. Si el experimento se realizaba invirtiendo el color de los
machos con los que aprendían a copular las moscas, la preferencia
posterior cambiaba. Y cuanto más consenso hubiese por un determinado
color, más radical era la inclinación por ese color en las observadoras.
Lea el artículo completo en: El País (España)
26 de abril de 2018
La actitud relajada de los perezosos... y por qué te conviene imitarlos
A primera vista el estilo de vida de los perezosos es la antítesis misma de todo lo que valoramos.
La pereza es uno de los pecados capitales y estar ocupado es una honra. Pero ¿cuál es la mejor estrategia?
"¿Por qué quieres moverte? Y si quieres hacerlo ¿por qué tienes que hacerlo con rapidez? Entre más rápido te mueves, más alto es el costo", señala Rory Wilson, profesor de Zoología en la Universidad de Swansea, Inglaterra.
"La energía es muy importante para los animales. Si la quieres conservar, cuanto más lentamente te muevas, mejor".
En ese sentido, no hay duda que el animal más eficiente es el perezoso: oficialmente son los mamíferos más lentos del planeta.
Y su forma de vida indolente y poco convencional los ha hecho prósperos: constituyen un tercio de la biomasa de mamíferos en las selvas tropicales y han estado presentes en ellas unos 64 millones de años, sobreviviendo animales mucho más llamativos como los tigres de dientes de sable.
Sólo dos de las seis especies que existen en la actualidad están en peligro de extinción.
Entonces ¿deberíamos ser menos como los guepardos y más como los perezosos?
El secreto de su éxito
"Evolucionaron para ser extremadamente lentos", señala Nisha Owen, del programa de conservación EDGE of existence de la Sociedad Zoológica de Londres."Lo asombroso es que su metabolismo es menos de la mitad de rápido que el de otros mamíferos, de manera que pueden ser extremadamente lentos para conservar energía. Pero la ventaja principal es que así se evaden a los depredadores".
Nótese que dijo "evaden" no "escapan".
"Viven en las copas de los árboles, moviéndose muy sigilosamente, de manera que no atraen la atención ni de los depredadores que están en los árboles ni los que vuelan por los cielos", explica Owen.
Sus fibras musculares son 15 veces más pausadas que las de un gato, así que físicamente son incapaces de moverse de forma veloz.
El artículo completo en:
BBC Ciencia
3 de febrero de 2014
Así descubrieron por qué las aves vuelan en formaciones en V
Si alguna vez se preguntó por qué las aves vuelan en formación simétrica, similar a la letra V, ahora la ciencia, puede ofrecerle una respuesta.
Básicamente, el ave que está detrás utiliza la fuerza del viento que desplaza en su vuelo el ave que está adelante.
Vea cómo lo hacen, explicado de manera científica, en este video de BBC Mundo.
17 de enero de 2014
Los perritos de las praderas saben hacer "olas" (como las que hacen en los estadios)...
Se ve como una peculiar –y bastante cómica– "ola mexicana", pero según los científicos, los perritos de la pradera de cola negra practican este movimiento contagioso y colectivo para defenderse de predadores.
Uno de estos animales (que en realidad son roedores) inicia la ola al estirarse rápido hacia arriba, y luego se extiende al resto del grupo.
Jim Hare, autor de la investigación de la universidad canadiense de Manitoba en Winnipeg, sostiene que este comportamiento contagioso es la forma que tienen los perritos de la pradera para "poner a prueba el sistema de transmisión de emergencia".
"Pero cuando los estaba observando en el zoológico, noté que lo hacían cuando había cuervos cerca, que son depredadores en potencia".
"Lo hacían de forma intermitente".
Lea el artículo completo en:
BBC Ciencia
13 de enero de 2014
¿Pueden reír los perros?
Cuando están jugando, los perros emiten una especie de jadeo. Si grabamos ese sonido y se lo reproducimos a otros perros, parece disminuir su comportamiento estresado -como los ladridos- y aumentar su comportamiento social, como lamer los labios.
¿Es eso lo mismo que la risa? ¿o es el equivalente de una amplia sonrisa canina?
Es difícil decirlo. La mayoría de las veces los humanos nos reímos con chistes verbales o al ver que alguien se cae, algo que no tiene ningún efecto sobre los perros.
Fuente:
BBC Ciencia
19 de septiembre de 2013
¿Por qué no se congelan las patas de los pingüinos?
Si un humano no se protege convenientemente del helado clima del polo, no tardarán en aparecer los primeros síntomas de congelación. Comenzará por los extremos, las puntas de los dedos y de los pies, y después se extenderá por el resto del cuerpo.
Pero el pingüino no se congela, al pingüino no se le congelan las patas a pesar de caminar sobre el mismo hielo.
¿Cómo lo hace?
Si su sangre caliente fluyera a las patas y, a su regreso al cuerpo volviera fría, en poco tiempo la pérdida de calor a través de las patas sería tanta que, no sólo las patas, sino también el pingüino completo se congelaría.
Pero el pingüino posee un ingenioso mecanismo de intercambio de calor que soluciona el problema. Las arterias que llevan sangre caliente a las patas están rodeadas por las venas que las devuelven fría. Así que la sangre fría que retorna de las patas por las venas recoge calor de la sangre caliente que baja por las arterias.
La sangre de las arterias enfriada de esta manera es adecuada para las patas, ya que éstas tienen muchos tendones pero pocos músculos y los tendones pueden funcionar adecuadamente estando fríos al contrario que los músculos.
Y gracias a este proceso de intercambio de calor, el cuerpo del pingüino se mantiene caliente y sus patas no se congelan.
Fuente:
Saber Curioso
18 de septiembre de 2013
¿Por qué los patos hacen "cuac" cuando vuelan?
Para comunicarse con otros patos y gansos.
El típico "cuac" que asociamos con los patos sólo es propio de las hembras ánades reales y otras pocas especies de pato.
Los machos emiten un sonido más discreto y raspado, no hacen "cuac". Los gansos dicen "honk".
Sea como sea, los patos usan estos sonidos para mantener a la familia junta o para llamar a las crías para que se mantengan cerca.
Así es en tierra, agua o aire.
Cuando vuelan, los músculos del pecho se contraen cuando aletean hacia abajo, momento en que exhalan el aire. Por ello, la frecuencia de sus llamados depende de cuán rápido están volando.
Cuando el pato está en tierra y quiere mantener a la familia junta, su llamado es más pausado y el volumen, más bajo.
Fuente:
BBC Ciencia
El típico "cuac" que asociamos con los patos sólo es propio de las hembras ánades reales y otras pocas especies de pato.
Los machos emiten un sonido más discreto y raspado, no hacen "cuac". Los gansos dicen "honk".
Sea como sea, los patos usan estos sonidos para mantener a la familia junta o para llamar a las crías para que se mantengan cerca.
Así es en tierra, agua o aire.
Cuando vuelan, los músculos del pecho se contraen cuando aletean hacia abajo, momento en que exhalan el aire. Por ello, la frecuencia de sus llamados depende de cuán rápido están volando.
Cuando el pato está en tierra y quiere mantener a la familia junta, su llamado es más pausado y el volumen, más bajo.
Fuente:
BBC Ciencia
22 de mayo de 2013
Abejas entrenadas para detectar minas y explosivos
Durante la Guerra Yugoslava en la década de los noventa (de donde se crearon Serbia, Croacia, Bosnia, Eslovenia, Montenegro y Macedonia) se plantaron alrededor de 90,000 minas terrestres en lo que hoy es el territorio de Croacia y alrededor de 2,500 personas han muerto por causa de ellas. A pesar de que se han hecho importantes esfuerzos para liberar a la población de este peligro la realidad es que aún quedan muchas minas enterradas y peor aún que siguen activas. Aquí es donde las abejas entran en acción.
Científicos croatas han utilizado con mucho éxito a las abejas obreras para detectar minas terrestres. Esto funciona liberando un enjambre que olfatea las minas y se posa sobre ellas para luego encontrar dicho enjambre con una cámara térmica.
Gracias a su impresionante olfato, las abejas entrenadas han sido utilizadas para encontrar explosivos, drogas, uranio, detectar mujeres embarazadas y aparentemente, incluso detectar cáncer. Otra de las ventajas de las abejas es que ellas no activan las minas cuando se posan sobre ellas, salvando la vida no solo de humanos, sino también de los perros entrenados para encontrar explosivos.
Es por todo esto que el gobierno croata está decidido a demostrarle al mundo que las abejas son mejores rastreadoras que los caninos y buscan ponerlas en sus aeropuertos a que detecten diversos olores. El problema es que si bien, hay estudios que han demostrado que las abejas son excelentes para rastrear aromas, ellas solo son capaces de reconocer un solo aroma a la vez, lo que obligaría a las autoridades a tener diferentes enjambres entrenados para detectar diferentes olores.
En el siguiente video se muestra el método con el que una empresa británica entrena a sus abejas para combatir el terrorismo y ciertas enfermedades.
Tomado de.
FayerWayer
25 de abril de 2013
¿Por que se calma un bebé si lo cogen en brazos?
Si un bebé llora desconsolado, que uno de sus padres lo coja en brazos lo calma al instante. Un estudio publicado esta semana en la revista Current Biology
demuestra que se trata de una respuesta común a todos los mamíferos,
desde ratones hasta humanos. Según explica Kumi Kuroda, del Instituto de
Neurociencias RIKEN de Saitama (Japón), "los brazos de la madre son el
lugar más seguro donde un bebé puede estar". Es más, evolutivamente
hemos aprendido a identificar que cuando nuestra madre nos lleva a cuestas en los primeros meses de vida, aumentan nuestras posibilidades de sobrevivir.
Kuroda y sus colegas han demostrado que en el momento en que un bebé reconoce que está en brazos de un adulto, deja de agitarse, sus músculos se relajan y el ritmo de su latido cardíaco disminuye rápidamente. Y usando un electrocardiograma han comprobado que en las crías de ratón la velocidad a la que late el corazón también desciende cuando la madre lo agarra suavemente de la espalda para moverlo de un lado a otro, además de que cesa su llanto (emitido en ultrasonidos).
Es casi infalible:
Fuente:
Muy Interesante
Kuroda y sus colegas han demostrado que en el momento en que un bebé reconoce que está en brazos de un adulto, deja de agitarse, sus músculos se relajan y el ritmo de su latido cardíaco disminuye rápidamente. Y usando un electrocardiograma han comprobado que en las crías de ratón la velocidad a la que late el corazón también desciende cuando la madre lo agarra suavemente de la espalda para moverlo de un lado a otro, además de que cesa su llanto (emitido en ultrasonidos).
Es casi infalible:
Fuente:
Muy Interesante
21 de marzo de 2013
¿Por qué los hámsters corren en la rueda?
Los hámsters son conocidos habitualmente por ser esos simpáticos roedores que generalmente se encuentran corriendo en una rueda, aunque también son conocidas otras costumbres menos simpáticas de ellos, como que se comen a sus crías.
Estos roedores provienen de la vida salvaje y por lo tanto tienen en su información genética la necesidad de movimiento constante, relacionada con las actividades propias durante esta vida salvaje: escapar de otros animales predadores, buscar comida o excavar sus madrigueras.
Por eso, para saber por qué los hámsters corren en la rueda, basta con conocer más acerca de su vida salvaje.
Los hámsters salvajes
Como animales domésticos, los hámsters necesitan mantenerse saludables y activos, y para eso necesitan nuestra ayuda. Vivir encerrados en una jaula no es algo que resulte muy natural para estos animales curiosos y activos, que necesitan ejercicio y movimiento, por lo que les resulta muy aburrido estar en cautiverio.Los hámsters poseen la capacidad de trasladarse rápidamente debido a que esto puede ser la diferencia entre la vida y la muerte en el entorno salvaje. Los armiños, los visones, los zorros, las aves de presa, perros y gatos domésticos e inclusos los hombres pueden ser predadores de hámsters, por lo que necesitan tener agilidad y rapidez para evitar el peligro.
Buscar comida, naturalmente, es otra de las preocupaciones esenciales
para un hámster en la vida salvaje. Para esto, los hámsters deben
viajar varios kilómetros cada noche. Su dieta omnívora consiste en
semillas, granos, frutas, vegetales e insectos. Cuando están en
cautiverio, toda su comida le es servida, por lo que deben buscar otra
forma de mantenerse en movimiento.
En la vida salvaje, en lugar de jaulas, los hámsters viven en madrigueras muy elaboradas y con distintas separaciones que sirven a distintos propósitos, ya sea para dormir o comer. Cada hoyo en el que viven los hámsters tiene varias entradas que deben ser excavadas, mientras que en la vida doméstica, los hámsters utilizan esa energía para correr en la rueda.
Se pueden implementar otras áreas para que la mascota se ejercite o realice actividades, siempre que sea un lugar seguro y cercado. Una buena opción para mantener al hámster en movimiento y ocupado en distintas actividades es disponer de un área con algunos obstáculos para que se mueva en la bola y que estos funcionen como estímulos.
Si nunca tuvieron un hámster como mascota, ahora pueden aprovechar para conseguir uno y explicarle a todo invitado su comportamiento proveniente de la vida salvaje.
Fuente:
Ojo Científico
En la vida salvaje, en lugar de jaulas, los hámsters viven en madrigueras muy elaboradas y con distintas separaciones que sirven a distintos propósitos, ya sea para dormir o comer. Cada hoyo en el que viven los hámsters tiene varias entradas que deben ser excavadas, mientras que en la vida doméstica, los hámsters utilizan esa energía para correr en la rueda.
En cautiverio
Los hámsters domésticos pueden ejercitarse en una rueda sólida y sin rayos dentro de la jaula. Además, en muchas tiendas de mascotas se pueden obtener bolas rodantes que permiten que el animal se mueva fuera de la jaula. Se recomienda que el hámster no utilice la rueda por más de 15 minutos (aunque menos si es un día caluroso) y si utiliza la bola rodante conviene que sea supervisado.Se pueden implementar otras áreas para que la mascota se ejercite o realice actividades, siempre que sea un lugar seguro y cercado. Una buena opción para mantener al hámster en movimiento y ocupado en distintas actividades es disponer de un área con algunos obstáculos para que se mueva en la bola y que estos funcionen como estímulos.
Si nunca tuvieron un hámster como mascota, ahora pueden aprovechar para conseguir uno y explicarle a todo invitado su comportamiento proveniente de la vida salvaje.
Fuente:
Ojo Científico
El "dilema del prisionero" al estilo de los chimpancés
"No encuentras un montón de gente trabajando con chimpancés en las escuelas de negocios".
La frase, entre en broma y en serio, se la dice a BBC Mundo Alicia Melis, profesora de ciencias del comportamiento de la británica Warwick Business School.
Sin embargo, como los grandes logros de la humanidad han ocurrido gracias al trabajo en equipo, la profesora decidió estudiar cómo se relacionan la cooperación, reciprocidad y el trabajo en equipo en nuestros parientes primates más cercanos: los chimpancés.
"Quisimos saber de dónde viene la capacidad humana de cooperación y trabajo en equipo y si este es un elemento único nuestro o no", explicó la doctora Melis, investigadora a cargo del proyecto.
La investigación arrojó que los chimpancés no sólo pueden coordinar acciones con los demás, sino también comprender que la necesidad de ayudar a un compañero puede ser fundamental a la hora de lograr un objetivo común.
El estudio, realizado en conjunto por los científicos de Warwick Business School, Reino Unido, y el Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, fue publicado en la revista Biology Letters.
Cooperar o morir. O al menos, perder
Un rastrillo, un palo, una caja cerrada y, por supuesto, un trofeo dentro de ella, compusieron los elementos del experimento.
El estudio se realizó con 12 chimpancés del Santuario de Agua Dulce en Kenia, refugio de chimpancés "huérfanos", que han sido comercializados ilegalmente como mascotas o salvados de convertirse en "carne de monte" del comercio.
Los animales fueron puestos en pares, frente a una caja de plástico sellada. El chimpancé de la parte trasera debía empujar las uvas sobre una plataforma, utilizando un rastrillo. El chimpancé en la parte delantera debía empujar un bastón grueso a través de un agujero para inclinar la plataforma. Si ambos hacían su parte de la tarea, las uvas caían al suelo y ambos podían disfrutar del trofeo.
Las herramientas eran entregadas a uno de los primates del equipo, el cual debía cuál de ellas le entregaría a su pareja. Diez de los 12 individuos lograron entender que debían compartir las herramientas y el en el 73% de los casos la decisión sobre cuál herramienta ceder fue la correcta.
Cuando se trata de acceder a alimentos, los chimpancés son generalmente bastante competitivos y "prefieren trabajar solos y monopolizar todas las recompensas de comida", explica la profesora. Sin embargo, el experimento demostró que "están dispuestos y son capaces de soportar un socio estratégico en el desempeño de su papel cuando su propio éxito depende de la pareja".
Ayuda interesada
Ni los humanos ni los chimpancés son especies únicas a la hora de cooperar para lograr objetivos conjuntos. ¿Cuál sería entonces la novedad?Según Melis, en otros grupos de animales, "el nivel de coordinación intencional que subyace a estas acciones de grupo no está claro y el éxito podría deberse a acciones independientes pero simultáneas hacia la misma meta".
"Utilizaron un nivel de razonamiento mucho mayor del que pensábamos"
Alicia Melis, profesora de Warwick Business School
Sin embargo, según el equipo a cargo del estudio, este proporcionaría por primera vez una relación de coordinación y trabajo en equipo que pasa por la comprensión.
"Lo sorprendente es que en un punto entendieron que su pareja necesitaba ayuda y que, si no cooperaban, no lograrían el objetivo", le comentó Melis a BBC Mundo.
Esto demuestra que pueden trabajar estratégicamente juntos, al igual que los humanos
"También nos sorprendió que cometieron muchos menos errores de los presupuestados. Utilizaron un nivel de razonamiento mucho mayor del que pensábamos", aseguró la investigadora.
Fuente:
13 de marzo de 2013
Buscando las raíces de la homosexualidad en el comportamiento de los animales
Encuentro sexual entre dos hembras de bonobo. | Corbis
Uno de los muchos falsos mitos sobre la homosexualidad es la idea de
que no es un comportamiento natural y por lo tanto se trata de una
desviación. Días atrás, el Ministro de Interior Jorge Fernández Díaz,
declaró en una visita al Vaticano que estaba en contra de asignar los
mismos derechos al matrimonio gay porque "no garantiza la pervivencia de la especie".
Esta opinión entronca con la hipótesis de algunos científicos en el pasado, los cuales pensaban que la homosexualidad era una desventaja evolutiva porque resta tiempo a los encuentros en los que se puede tener descendencia. Es evidente que nuestro Ministro no desea ejercer de biólogo evolucionista pero también lo es que, al igual que aquellos antiguos expertos, desconoce algunos estudios científicos que contradicen sus argumentos.
A pesar de que hasta hace muy poco las referencias a este tema se eliminaban de los informes, hemos detectado comportamientos homosexuales en cientos de especies y no dudamos de que la lista seguirá aumentando cada año. Por ejemplo, las focas leopardo macho seducen a otros machos mordisqueándose y bailando sincronizados. Este cortejo suele terminar con un macho montando a otro.
En los albatros de Laysan, el 31% de las parejas están compuestas por dos hembras. En el ganso común, aproximadamente el 20%. Los ciervos o elefantes del mismo sexo se montan y los delfines macho se acarician. Lo mismo sucede en algunos insectos, jirafas, orcas, búfalos, cabras y un largo etcétera.
Hace un par de años, en el Parque Faunia (Madrid), dos machos de pingüino se hicieron 'novios', lo que incluía rituales de cortejo, monta y todo el repertorio de conductas que una pareja de esta especie realiza. Cuando los cuidadores tuvieron la oportunidad, les dejaron empollar un huevo de otra hembra que había tenido dos. Los 'papas' lo adoptaron y le cuidaron, le dieron calor y regurgitaban la comida para la cría como hubiera hecho su propia madre. El polluelo salió adelante sin ningún tipo de problema.
Esta opinión entronca con la hipótesis de algunos científicos en el pasado, los cuales pensaban que la homosexualidad era una desventaja evolutiva porque resta tiempo a los encuentros en los que se puede tener descendencia. Es evidente que nuestro Ministro no desea ejercer de biólogo evolucionista pero también lo es que, al igual que aquellos antiguos expertos, desconoce algunos estudios científicos que contradicen sus argumentos.
A pesar de que hasta hace muy poco las referencias a este tema se eliminaban de los informes, hemos detectado comportamientos homosexuales en cientos de especies y no dudamos de que la lista seguirá aumentando cada año. Por ejemplo, las focas leopardo macho seducen a otros machos mordisqueándose y bailando sincronizados. Este cortejo suele terminar con un macho montando a otro.
En los albatros de Laysan, el 31% de las parejas están compuestas por dos hembras. En el ganso común, aproximadamente el 20%. Los ciervos o elefantes del mismo sexo se montan y los delfines macho se acarician. Lo mismo sucede en algunos insectos, jirafas, orcas, búfalos, cabras y un largo etcétera.
Hace un par de años, en el Parque Faunia (Madrid), dos machos de pingüino se hicieron 'novios', lo que incluía rituales de cortejo, monta y todo el repertorio de conductas que una pareja de esta especie realiza. Cuando los cuidadores tuvieron la oportunidad, les dejaron empollar un huevo de otra hembra que había tenido dos. Los 'papas' lo adoptaron y le cuidaron, le dieron calor y regurgitaban la comida para la cría como hubiera hecho su propia madre. El polluelo salió adelante sin ningún tipo de problema.
Vídeo 1: Los pingüinos gays de Madrid
Lo mismo ocurrió en 2006 en un zoo de Alemania, donde ser formaron varias parejas de pingüinos homosexuales que no querían separarse, a pesar de que los responsables del centro importaron varias hembras de Suecia para intentar cambiar su orientación.
También sabemos que la homosexualidad no es un asunto reciente en la historia evolutiva del hombre. Debido a que lo compartimos con otros grandes simios, existe una gran probabilidad de que nuestro ancestro común, el cual vivió hace siete millones de años, ya practicara conductas homosexuales en los grupos en los que vivía.
El bonobo, tan cercano al ser humano como lo está el chimpancé, es el gran simio con mayores tasas de homosexualidad en sus sociedades, tanto masculina como femenina. Ambos sexos se dan besos con lengua, se masturban mutuamente y frotan sus genitales. Estos actos suelen involucrar a dos o más individuos del mismo sexo, llegando a formar verdaderos tríos o cuartetos homosexuales.
Vídeo 2: La homosexualidad entre bonobos
En humanos la homosexualidad puede estar más extendida de lo que cree el ministro Fernández Díaz y no es practicada exclusivamente por una minoría. Según su teoría, ya nos hubiéramos extinguido hace mucho. En los Informes de Sexualidad Kinsey, realizados en los años 40 y 50 del siglo pasado, los datos revelaban que alrededor del 30% de la población ha tenido alguna experiencia homosexual en algún punto de sus vidas.
Es por esta razón que en vez de pensar en categorías excluyentes, puede ser más apropiado hablar de una escala con numerosas posibilidades intermedias como ocurre en otras sociedades menos dicotómicas, como es el caso de la India o en algunas tribus de África.
Además, los homosexuales que rechazan los contactos heterosexuales también tienen hijos, a veces de parejas pasadas o por medio de otros métodos. Por lo tanto, la pervivencia de nuestra especie está asegurada.
Han pasado sólo cuatro décadas desde que la Asociación Americana de Psicología sacó la homosexualidad de su lista de desórdenes mentales. Pero no fue hasta 1994 cuando finalmente realizó una declaración pública en la que decía que "la homosexualidad no es un desorden mental, ni una enfermedad, ni una depravación moral. Es la manera en la que una parte de la población expresa su amor y sexualidad".
Ésta fue sin duda una magnífica noticia para toda la sociedad. Mi duda ahora es si en este asunto, al igual que en muchos otros que nos afectan a los humanos, hubiéramos ganado mucho tiempo y sufrimiento con un simple vistazo a las otras especies animales con las que compartimos el planeta Tierra.
Fuente:
El Mundo Ciencia
18 de febrero de 2013
Las luchas de poder en la 'manada' del Vaticano
El papa Benedicto saluda a los fieles en la Plaza de San Pedro del Vaticano. | Reuters
Shaun Ellis es un experto en la conducta de los lobos que llevó a cabo un experimento muy interesante. Su objetivo era enseñar a unas crías huérfanas a ser verdaderos lobos, como sus propios padres hubieran hecho. Para ello, Ellis vivió las 24 horas del día con la manada
de la cual se erigió como líder. Durante meses usaba la misma ropa para
conservar el olor que le identificaba y también mostraba su dominancia a
la hora de comer, como cualquier otro lobo alfa hubiera hecho.
Les paseaba por el bosque para enseñarles a cazar, defenderse e incluso les dio sus primeras lecciones sobre cómo aullar. Un día Ellis tuvo que hacer un viaje a Polonia durante unas semanas. Al volver se percató de que la organización de la manada estaba viviendo cambios profundos. Otros machos de la manada le habían comenzado a retar. Lejos de enfrentarse, decidió ceder el liderazgo y aceptar su nuevo papel de subordinado. Entendía que esto era lo natural y debía ser así dado el momento crítico en el que se encontraba la manada. La lección que nos proporciona esta hermosa historia es que las sociedades están en constante cambio y ninguna posición es eterna. Nuestra especie no es una excepción.
Benedicto XVI ha anunciado esta semana su intención de renunciar al cargo a finales de este mes. Todo grupo llega a un punto en el que es necesario relevar al líder y sustituirle por otro que sirva mejor al colectivo. Es ley de vida. Las causas pueden ser varias. Entre las más frecuentes se encuentran el desgaste y la falta de empatía con los subordinados, pero también se puede deber a una necesidad del colectivo de mostrar una gran fortaleza y desarrollar la innovación en momentos difíciles.
Les paseaba por el bosque para enseñarles a cazar, defenderse e incluso les dio sus primeras lecciones sobre cómo aullar. Un día Ellis tuvo que hacer un viaje a Polonia durante unas semanas. Al volver se percató de que la organización de la manada estaba viviendo cambios profundos. Otros machos de la manada le habían comenzado a retar. Lejos de enfrentarse, decidió ceder el liderazgo y aceptar su nuevo papel de subordinado. Entendía que esto era lo natural y debía ser así dado el momento crítico en el que se encontraba la manada. La lección que nos proporciona esta hermosa historia es que las sociedades están en constante cambio y ninguna posición es eterna. Nuestra especie no es una excepción.
Benedicto XVI ha anunciado esta semana su intención de renunciar al cargo a finales de este mes. Todo grupo llega a un punto en el que es necesario relevar al líder y sustituirle por otro que sirva mejor al colectivo. Es ley de vida. Las causas pueden ser varias. Entre las más frecuentes se encuentran el desgaste y la falta de empatía con los subordinados, pero también se puede deber a una necesidad del colectivo de mostrar una gran fortaleza y desarrollar la innovación en momentos difíciles.
Vídeo 1: Chimpancés compitiendo por el liderazgo
Todos sabemos que las jerarquías pueden llegar a ser asfixiantes y en ocasiones se intentan mantener de manera agresiva, pero también poseen diversas funciones sociales que no conviene olvidar para evitar los posibles excesos. Su ventaja es que evitan muchos de los conflictos intragrupales que podrían acabar con el grupo. La igualdad en sociedades compuestas por miles o millones de personas es complicada de alcanzar.
Las jerarquías determinan lo que en etología llamamos «orden del picoteo» (pecking order), mediante el cual los individuos conocen cuáles son sus límites a la hora de repartir los recursos. De esta manera tenemos una idea aproximada de la parte del pastel que nos corresponde a cada uno en ámbitos como la alimentación o la reproducción. Existe un «pecking order» en las familias, las empresas y cualquier otro tipo de organización. Este favorece la armonía del grupo a pesar de que en ocasiones conduzcan a graves injusticias si el líder es muy autoritario y egoísta.
Por otro lado, sabemos que en las jerarquías en las que se compite demasiado se dificulta la innovación. En un experimento realizado con niños se escogieron a dos grupos para ver los efectos de la competición en la creatividad. A uno de ellos se le dijo que se premiarían a los mejores dibujos realizados. Al otro se le informó de que solo el mejor podía ganar. La calidad y creatividad de los dibujos era mayor en el primer grupo, donde la competencia y la presión eran de menor intensidad que en el segundo. Estas consecuencias negativas de la competición exacerbada también suceden en otros primates. Por ejemplo, unos macacos que habitan la Isla de Khosima (Japón) aprendieron a lavar patatas. Debido a que los machos siempre están en tensión los unos con los otros, estos fueron los últimos en aprender la técnica.
Vídeo 2: Macacos lavando patatas
Las jerarquías estrictas también suponen una ventaja en la defensa del territorio y la conquista de nuevos. Esta parece ser una de las misiones fundamentales para la Iglesia del siglo XXI: no perder más adeptos en Europa, mantener la influencia en países como México, Brasil y Filipinas y lanzarse a la conquista de otros como el continente africano y asiático. El perfil conservador y el estado de salud de Joseph Ratzinger no facilitaban esta estrategia.
Sabemos gracias a la investigación con primates que en momentos de crisis en los que hay que conquistar nuevos territorios o hacer frente a peligros que amenacen la continuidad de la organización, las jerarquías estrictas conducidas por un líder fuerte son eficaces. Las denuncias por casos de pederastia que ya se acumulan por miles en los jugados han debilitado mucho a la Iglesia. Este es el otro gran desafío al que se enfrenta la élite eclesiástica y razón por lo que la sucesión puede haberse adelantado.
Para los primates y otros mamíferos, el ostracismo es el peor de los castigos posibles. Cuando la presión se hace insoportable, el macho alfa puede acabar expulsado pero también puede aceptar una posición relegada y continuar viviendo en el grupo, al igual que ocurrió en el caso de los lobos y Ellis. En las próximas semanas y meses seremos testigos de cuál es el resultado final y las consecuencias para Ratzinger.
En las sociedades de chimpancés, los cambios en las posiciones sociales de sus miembros son procesos constantes, similares al gotear de un grifo, los cuales conllevan una gran cantidad de maniobras políticas mucho antes de que se produzca una verdadera sucesión. Alianzas, facciones, bandos, manipulaciones y presiones son moneda común en la política de los primates humanos y no humanos. De lo que somos testigos no es más que el desenlace final. La punta de un iceberg del cual solo es visible 1/9 de su verdadera masa. El cónclave será el acto final de un proceso que pudo comenzar hace varios años y solo ahora se ha hecho visible para el resto de la sociedad.
Fuente:
Yo Mono (El Mundo)
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17 de febrero de 2013
Los peces europeos se 'vuelven locos' con los ansiolíticos que echamos a los ríos
Un ejemplar de la perca utilizada para el estudio. | Science
Los fármacos que acaban en las cañerías, ya sea a través de la orina o porque se desechan por la taza del water, podrían convertirse en un grave e inesperado problema ecológico.
De acuerdo con una nueva investigación realizada por científicos de la
Universidad de Umea (Suecia), a pesar de ser tratadas en plantas de
depuración estas aguas fecales cargadas con todo tipo de fármacos
alteran gravemente el comportamiento de la fauna fluvial que habita los
cauces europeos.
En concreto, su estudio, recién publicado en la revista 'Science', se centra en los efectos de un conocido ansiolítico llamado Oxazepam sobre una especie de perca europea ('Perca fluviatilis'). Y según los resultados obtenidos por el equipo dirigido por el científico Tomas Brodin, la exposición a los niveles reales de este ansiolítico detectados en los ríos de Suecia -aguas abajo de las plantas de tratamiento de aguas- hace que los peces coman más rápido, se vuelvan más intrépidos y tengan un comportamiento menos social.
Esta droga psiquiátrica se usa ampliamente para tratar la ansiedad en humanos. Pero los residuos de Oxazepam casi siempre terminan en los sistemas acuáticos naturales, incluso después de pasar por las depuradoras, donde se desconocen los efectos de esta sustancia sobre los ecosistemas.
"Cuando están en soledad, los peces que fueron expuestos al Ozxazepam se atrevían a abandonar refugios seguros y a entrar en áreas nuevas potencialmente peligrosas", explica Brodin. "Por el contrario, los peces que no fueron expuestos permanecían en su refugio".
Las percas que entraron en contacto con el ansiolítico también devoraban su comida mucho más deprisa que los animales libres de este fármaco. Este hecho, según los investigadores, podría desencadenar problemas ecológicos, como provocar un incremento descontrolado de algas, debido al desequilibrio creado en la cadena alimenticia de los ríos.
"Además, las percas expuestas a la droga perdían el interés por permanecer con el grupo, y algunas incluso se alejaban quedándose a gran distancia de sus congéneres", asegura Brodin.
En concreto, su estudio, recién publicado en la revista 'Science', se centra en los efectos de un conocido ansiolítico llamado Oxazepam sobre una especie de perca europea ('Perca fluviatilis'). Y según los resultados obtenidos por el equipo dirigido por el científico Tomas Brodin, la exposición a los niveles reales de este ansiolítico detectados en los ríos de Suecia -aguas abajo de las plantas de tratamiento de aguas- hace que los peces coman más rápido, se vuelvan más intrépidos y tengan un comportamiento menos social.
Esta droga psiquiátrica se usa ampliamente para tratar la ansiedad en humanos. Pero los residuos de Oxazepam casi siempre terminan en los sistemas acuáticos naturales, incluso después de pasar por las depuradoras, donde se desconocen los efectos de esta sustancia sobre los ecosistemas.
Se vuelven más valientes y atrevidos
Ahora, los investigadores de la Universidad de Umea acaban de demostrar que la exposición de estos peces a niveles incluso menores a los encontrados en los ríos suecos altera de forma notable el comportamiento y la alimentación de estos animales."Cuando están en soledad, los peces que fueron expuestos al Ozxazepam se atrevían a abandonar refugios seguros y a entrar en áreas nuevas potencialmente peligrosas", explica Brodin. "Por el contrario, los peces que no fueron expuestos permanecían en su refugio".
Las percas que entraron en contacto con el ansiolítico también devoraban su comida mucho más deprisa que los animales libres de este fármaco. Este hecho, según los investigadores, podría desencadenar problemas ecológicos, como provocar un incremento descontrolado de algas, debido al desequilibrio creado en la cadena alimenticia de los ríos.
"Además, las percas expuestas a la droga perdían el interés por permanecer con el grupo, y algunas incluso se alejaban quedándose a gran distancia de sus congéneres", asegura Brodin.
Fuente:
5 de febrero de 2013
Sorpréndase: La vida sexual de las tortugas carey
Las tortugas carey, una especie de tortugas marinas en peligro de extinción, prefieren la monogamia.
Así lo afirma un estudio enfocado en el comportamiento sexual de estos animales, llevado a cabo en las islas Seychelles y publicado en la revista Molecular Ecology.
Pero los científicos se sorprendieron al descubrir que estos animales mantienen un vínculo sexual exclusivo durante el período de reproducción y crianza.
El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido, reveló que las tortugas hembra almacenan el esperma de un solo macho y lo usan para fertilizar varias nidadas de huevos.
"El almacenamiento de esperma" se puede observar en ciertas especies de animales, incluyendo reptiles, aves y tortugas marinas.
Las hembras tienen la capacidad de almacenar esperma viable de varios machos durante largos períodos de tiempo, por lo que técnicamente sus nidadas de huevos pueden provenir de más de un padre.
Monógamos por elección
Para analizar el tema en profundidad, los investigadores llevaron a cabo pruebas de ADN en crías de tortugas carey, con el fin de identificar la cantidad de machos involucrados en el proceso de fertilización durante el período de reproducción.
Las pruebas revelaron que la mayoría de los nidos de huevos fueron engendrados por un solo macho, y que ningún macho fertilizó a más de una hembra durante los 75 días que duró la temporada en cuestión.
"Nos sorprendió que se comporten de esa manera porque la monogamia genética es poco común en los animales, suele verse en casos excepcionales", explicó el doctor David Richardson, miembro del equipo de investigación.
Según los estudios, la tendencia mantener a una única pareja no se debe a una falta de oportunidades.
"Es improbable que haya pocos machos dando vueltas en alta mar", dijo el doctor Richardson.
"Creemos que se están apareando en las lejanías del océano, en donde también se alimentan, a lo largo del Índico occidental", añadió.
Variabilidad genética
El número de machos tortugas carey que contribuye a la formación de la siguiente generación es importante para la supervivencia de la especie, ya que se traduce en una mayor variabilidad genética.
"La variabilidad genética ayuda a que las tortugas sean más resistentes ante nuevas amenazas o adversidades que se presenten", señaló Richardson.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) catalogó a las tortugas carey como especie en peligro de extinción, tras años de ser cazadas de forma masiva.
Sus caparazones están muy cotizados dentro del comercio ilegal. Se utilizan principalmente para fines decorativos.
Presentes en aguas tropicales alrededor del mundo, las tortugas hembra se reúnen en sitios de anidación –generalmente en las costas, como por ejemplo en la isla Cousine- cada varios años para poner alrededor de cinco nidadas de huevos a lo largo de la temporada.
Generalmente los cruces ocurren en el mar, por lo que las muestras de ADN ayudaron a comprender comportamientos que no son perceptibles a simple vista.
Richardson le dijo a la BBC que este estudio, junto con informes independientes que evidencian un aumento en el número de tortugas carey, indican que "en términos de conservación, la situación parece ser menos grave de lo que se pensaba".
Aún así, el equipo espera que la investigación ayude a los conservacionistas a entender mejor el comportamiento de estos animales, para así poder tomar medidas que contribuyan a su preservación.
Fuente:
BBC Ciencia
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