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11 de junio de 2019

Los perros perdieron el sentido de la solidaridad al domesticarse

Los lobos son mucho más generosos con sus compañeros de manada, según un estudio.


Hace unos 15.000 años algunos lobos dejaron de serlo. Se convirtieron en animales dóciles y leales a su nueva compañía, la humanidad. Durante ese proceso de domesticación, lobos asiáticos y europeos comenzaron a acompañar a las personas en sus asentamientos gracias a su capacidad para adaptar su dieta a las basuras que desechaban. Además, tenían una gran comprensión de los comportamientos sociales humanos y a estos les venían de perlas durante sus cacerías. Poco a poco, se fue asentando esa amistad hasta que los lobos se transformaron en perros domésticos. Y al jurar fidelidad a sus nuevos compañeros, perdieron el sentido de la solidaridad con su propia especie.

"Nuestros hallazgos ciertamente sugieren que los perros perdieron cierta prosocialidad entre ellos, en comparación con los lobos", explica Rachel Dale, investigadora especializada en el comportamiento animal. Su equipo acaba de publicar los resultados de su trabajo con estos dos grupos de animales y su sentido de la solidaridad. El estudio, publicado en PLOS One, muestra que los lobos mantienen con salud de hierro esta camaradería, mientras que los perros parecen haber perdido la propensión a ayudar al compañero. "Esto sugiere que durante la domesticación, los perros perdieron cierta confianza mutua y, por lo tanto, ya no necesitan tener tanta consideración por las necesidades de los perros como los lobos", concluye Dale, de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena.

Lea el artículo completo en: El País (España)

1 de marzo de 2019

Por qué las mujeres prefieren dormir con perros que con sus parejas

Los canes son compañeros de cama menos molestos, según un estudio de las preferencias femeninas.


Dejar que nuestras mascotas duerman en la cama o evitarlo por todos los medios es una decisión personal que, como contamos en BuenaVida, no tiene contraindicaciones en lo que se refiere a la salud. Pero podría ser una buena idea en lo que respecta al descanso: según una nueva investigación, es la mejor opción cuando las alternativas son compartir el sueño con un gato o con la pareja. Con el debido respeto hacia el género humano, las mujeres que participaron en el estudio dejaron claro que los perros son los mejores compañeros de cama.

El trabajo, publicado en la revista Anthrozoos y liderado por Christy Hoffman, doctora en Conducta Animal y profesora del Cansius College (EE UU), ha analizado, a través de encuestas, los hábitos de sueño de 962 mujeres de entre 18 y 69 años. Algunas comparten su cama habitualmente con al menos un perro; otras lo hacen con uno o más gatos y, el resto, duermen con sus parejas. Las conclusiones han sido claras: las participantes prefieren dormir con sus perros antes que con sus compañeros sentimentales o con los felinos.

El motivo principal, según las respuestas de las encuestadas, es que logran descansar mejor si duermen en compañía de los canes. Al parecer, los perros se mueven menos durante la noche que las otras opciones, y eso se nota al día siguiente. Con ellos se tienen menos problemas para conciliar el sueño y las probabilidades de despertarse durante la noche disminuyen.


El estudio también apunta a que los canes adaptan mejor sus patrones de sueño a los de sus dueñas que los gatos: adaptan sus horas de irse a la cama y esto podría favorecer a tener mejores horarios. Pero la actitud de los perros no es la única razón para considerarlos como los mejores compañeros de cama.

La seguridad es el otro punto que valoraron positivamente las participantes. Según los resultados se sienten menos vulnerables y más protegidas durmiendo con un perro que con un gato o con su pareja porque creen que son más proclives a alertar en caso de que ocurra algún tipo de emergencia.

Fuente: El País (España) 

25 de junio de 2018

La creencia de que un año humano equivale a siete de perro es falsa


Existe la creencia popular de que un año de vida en los perros equivale a siete humanos en términos de envejecimiento. A menudo hasta establecemos comparaciones sobre la edad de nuestros amigos peludos en base a esta equivalencia. La realidad, sin embargo, es bien distinta.

Los perros alcanzan la madurez sexual al año de vida. Si el mito fuera cierto, los seres humanos ya seríamos capaces de reproducirnos a los siete años, lo que no es para nada cierto. Eso por no mencionar que si fuera así, los seres humanos viviríamos unos 150 años de media.

La realidad es que los perros envejecen de manera muy diferente a nosotros. En el primer año de vida, un perro madura muchísimo más rápido que una persona. A partir de ahí, todo depende de la raza y sobre todo del tamaño del animal. Los perros pequeños maduran mucho más rápido al principio de sus vidas, pero después su envejecimiento se ralentiza y tienden a vivir más años que las razas grandes. Priceonomics ofrece esta tabla como referencia:


Como se aprecia en la tabla, un perro pequeño de 8 años tiene unos 48 si expresamos su edad en términos humanos. Sin embargo uno grande ya tiene 64. Esta medición es puramente indicativa, y en ningún caso puede servir como medida de la salud del animal. Hay perros que desafían las estadísticas viviendo muy por encima de la esperanza de vida que su tamaño y peso les adjudica.


¿Por qué seguimos confiando en la idea de que un año de persona equivalen a siete de perro? Es un misterio. Una inscripción de la Abadía de Wensminster que data de nada menos que 1268 establece una paridad de 9 a 1. En el siglo XVII se creía que la paridad era de 10 a 1. En algún momento de la década de los 50 surgió la idea de que la paridad era de 1 a 7, probablemente como una reducción de que la esperanza de un ser humano era de 70 años y la de un perro de 10. Se cree que pudo surgir como algún tipo de slogan o campaña de marketing, pero no existe constancia de ello. [Priceonomics vía Science Insider]

Tomado de:

Gizmodo

12 de junio de 2018

Este perro fue el héroe del Mundial de fútbol del 66

Cuando pensamos en el protagonista de un evento futbolístico como una Copa del Mundo, seguramente nos venga a la mente un delantero capaz de anotar un gol de un remate imposible. O quizás un portero que en el último minuto detiene un penalti. O algunos pensarán que el papel corresponde a un entrenador que con una novedosa técnica logró un resultado inesperado. Pero el principal protagonista del mundial que se disputó en Inglaterra en 1966 no pisó jamás un terreno de juego. De hecho, seguramente no tenía mucho interés en el fútbol. Y para más inri, ni siquiera era humano. Con esta descripción, uno puede empezar a pensar que se trata de una confusión, pero si el capitán Bobby Moore pudo levantar la copa de lo que hasta la fecha es el único triunfo de Inglaterra a nivel mundial fue gracias a una mezcla de border collie que de la noche a la mañana se convirtió en héroe nacional.





Era principios de 1966, y con intención de implicar a la población en la Copa del Mundo que se iba a celebrar en Inglaterra, la UEFA decidió realizar una exhibición del trofeo Jules Rimet, la copa que se entrega al vencedor de dicha competición. En marzo fue expuesta en el Salón de Westminster, junto a otros objetos de valor. Todavía se desconoce que sucedió exactamente, pero la tarde del día 20, y a pocos meses de que tuviera lugar dicho evento, se produjo el robo de la misma en un descuido de los guardias de seguridad encargados de su custodia. Las alarmas saltaron y Scotland Yard se puso a trabajar. Poco después de hacerse pública la noticia, se recibió una petición de rescate de una persona que resultó ser un farsante, que aprovechándose de la situación quería sacar un beneficio económico. Tras varios días de búsqueda con infructuosos resultados, la organización temió lo peor, e incluso ordenó crear una réplica en caso de que la original no pudiera ser localizada.


Paralelamente a todo este tumulto, un ciudadano anónimo, llamado David Corbett, paseaba con su perro en un parque del sur de Londres. El can, que respondía al nombre de Pickles, se desvió hacia unos setos fuera del camino, donde comenzó a escarbar en la tierra. Sorprendido por la inusual conducta del perro, su dueño se acercó a ver lo que éste buscaba, y para su sorpresa dio con el trofeo extraviado, que se encontraba semienterrado y envuelto en papel de periódico. David Corbett se dirigió inmediatamente a la policía. En un primer momento se le consideró el autor del robo, y fue puesto bajo arresto, pero tras indagar en ciertos detalles se le declaró inocente.

De la noche a la mañana Pickles y su dueño se habían convertido en celebridades. Su dueño fue remunerado con 6.000 libras, una compañía de pienso para perros premió al autor del hallazgo con comida gratis durante un año e incluso ambos fueron invitados al banquete inaugural de la competición. Pickles llegó incluso a protagonizar una película basada en la historia, titulada “El espía con la nariz fría”.

Desgraciadamente, la anécdota no termina con un final feliz. El año siguiente, Pickles murió ahogado con su propia correa mientras perseguía a un gato, siendo por tanto incapaz de acudir al mundial del 70 donde había sido invitado. Y para rizar el rizo, y en lo que parecía ser su destino, la copa fue de nuevo robada, esa vez de forma definitiva. Nadie pudo saber jamás que fue del trofeo, aunque se sospecha que fue fundida para aprovechar el oro y la plata con la que estaba fabricada.

Tomado de:

Historias de la Historia

9 de enero de 2018

Robert Cornish consiguió resucitar perros, pero ¿funcionaría su método con humanos?

¿Recuerdas la curiosa película Frankenweenie? Tim Burton profundiza con ella en su cortometraje de 1984 con el mismo título y nos cuenta la historia de un niño que intenta resucitar a su querida mascota muerta. La película, sin duda, es una bonita fantasía, pero ¿imaginas que se puediese llevarse a cabo? ¿Imaginas recuperar a tu amigo fiel una vez que te haya dejado?

¿Y si te dijésemos que la historia tiene su propio Frankenweenie? Probablemente nos tomarías por locos, pero Robert E. Cornish intentó hacerlo realidad unas décadas antes de que Burton rodase su cortometraje. Sus experimentos, un tanto demenciales, fueron muy controvertidos en su época, y es que Cornish aseguraba ser capaz de resucitar a los muertos, e incluso se ofreció a hacer una demostración con seres humanos.

¿Quién fue Robert E. Cornish?

Un genio y un prodigio, así se puede describir a Cornish: un joven científico que cautivó y repulsó a la sociedad (y al gobierno) norteamericana en los años 30. Sin duda, es uno de los casos más extraños de la medicina occidental moderna. Nacido en 1894, se licenció con honores de la Universidad de California a los 18 años y obtuvo su doctorado a los 22. Para ganar prestigio, trabajó en diferentes proyectos científicos y experimentos bastante inútiles en busca de patentes. Poco a poco se convirtió en un científico respetado por la comunidad hasta que en 1931 empezó a interesarse por algo que perturbó a muchos: resucitar a los muertos.

Para probar que se podía devolver a la vida a los que ya no están entre nosotros, Cornish decidió experimentar con animales. Así, el 22 de mayo de 1934 llevó a cabo una demostración pública en la que asfixió a cinco perros (todos ellos llamados Lazarus en un guiño al personaje bíblico resucitado) con gas nitrógeno y los mantuvo muertos durante diez minutos. Después, les aplicó su técnica de resucitación. Según los periódicos de la época, los tres primeros intentos fueron un fracaso, pero los dos últimos canes revivieron y sobrevivieron durante meses. Eso sí, resucitaron con importantes daños cerebrales, alteraciones nerviosas severas, motricidad desequilibrada y ceguera.


  

Para habilitar los subtítulos en español: haz click en el botón CC. Después, en la ruedecilla que hay a su lado. Selecciona “subtitles” y “auto-translate”. Elige “español/Spanish” y ¡listo!

Una vez hecho público su experimento, la universidad canceló el proyecto ya que no toleraban el trato al que sometía a los perros con los que experimentaba. Sin embargo, esto no frenó a Cornish, que continuó su investigación en casa, esta vez con cerdos en vez de con perros dada su similitud con el ser humano.

En 1947, Cornish decidió que estaba listo para dar el salto y realizar el experimento con personas. Thomas McMonigle, un recluso condenado a pena de muerte en Estados Unidos, se ofreció como conejillo de indias. Sin embargo, el estado de California (donde estaba condenado) rechazó la petición ya que, si el experimento funcionaba, tendrían que dejar en libertad a McMonigle puesto que la ley no permite mantener bajo arresto a personas discapacitadas, fuera de sus facultades o sin voluntad.

¿En qué consistía la “milagrosa” técnica de Robert Cornish?

El método de Cornish para resucitar a los muertos era bastante sencillo. Primero, hacía circular la sangre por el cadáver gracias a una especie de balancín sobre el que colocaba el cuerpo y que oscilaba para que la sangre se bombease. A este artefacto le llamó teeterboard. Tras esto, inyectaba una solución de suero salino, oxígeno, adrenalina, heparina (un anticoagulante sacado del hígado), fibrina (una proteína coagulante) y sangre al cadáver. A la vez, insuflaba oxígeno a través de un tubo de goma que previamente había introducido en la garganta del animal.

Poco se sabe de lo que fue de Cornish después de que su morboso experimento se hiciese público. Por lo que parece, siguió, como muchos dirían, jugando a ser dios, pero ya al margen de la comunidad científica que lo marginó por considerarlo sensacionalista. Eso sí, aunque parezca extraño, algunas técnicas de reanimación o animación suspendida actuales tienen sus orígenes en este científico extravagante.
Lo que nunca sabremos es si Cornish hubiese sido capaz de resucitar a un ser humano.
Fuente:


7 de noviembre de 2016

¿Debemos dejar que nuestro perro o gato nos "bese" en la cara?


La Asociación Estadounidense de Medicina Veterinaria calcula que en Estados Unidos hay 163 millones de perros y gatos mascotas: 78 millones son perros y 85 millones son gatos. 

Y en una encuesta llevada a cabo por la organización en 2015, 63% de esos dueños de mascotas dijeron que consideraban a sus animales como miembros de su familia.

Así, quienes tienen una mascota suelen jugar con ellas, compartir su comida con ellas y muchas veces hasta compartir la cama.

Entonces, como un miembro más de la familia, ¿debemos dejar que nos den muestras de afecto, como un "beso" en la cara?

Si pensamos en dónde ha estado el hocico de nuestra mascota, la respuesta que surge de inmediato es "no", por muy adorables y limpias que parezcan.

Aquí te explican las razones...



11 de agosto de 2014

Por qué los perros se huelen el trasero



Hocico de perro


Todos los perros lo hacen: olfatear el trasero de otro can es lo más normal del mundo.

Pero, ¿por qué lo hacen?
Aunque parezca una pregunta muy simple, la respuesta no lo es tanto, y es, incluso, más interesante de lo que parece.

El secreto, tal como asegura la Sociedad Química de Estados Unidos (ACR, por sus siglas en inglés) en un video educativo, está en la química.

Los perros tienen, como es sabido, un olfato muy desarrollado. Tanto, que se estima que es entre 10.000 y 100.000 veces más sensible que el olfato humano.

Y cuando dirigen sus hocicos al trasero de otro perro, lo que hacen es recolectar un montón de información sobre el otro animal, desde lo que come hasta su género o su estado emocional.

Es algo así como conversar a través de la química. De hecho, este es solo un ejemplo entre muchos de comunicación química en el reino animal.


Perros oliéndose el trasero

Una forma de compleja comunicación química.

Diálogo de secreciones

En 1975, el científico George Preti, experto en feromonas y olores humanos del Centro Monell de Química de los Sentidos, estudió las secreciones anales de perros y coyotes e identificó los componentes principales de las secreciones que producen las glándulas alojadas en dos pequeñas bolsas llamadas sacos anales.

Este lenguaje químico, observó Preti, está compuesto de trimetilamina y varios ácidos grasos volátiles, y el aroma puede cambiar de acuerdo a la genética y el sistema inmunológico del animal.

Pero además, lo interesante es saber cómo hacen los perros para percibir y procesar este "mensaje" químico.

Los canes, explican los expertos de la ACR, tienen un sistema olfativo auxiliar llamado órgano de Jacobson o vomeronasal.

Diseñado específicamente para la comunicación química, este órgano tiene sus propios nervios que se comunican directamente con el cerebro.

Por lo tanto, no hay interferencias de otros olores y el órgano de Jacobson puede dedicarse sin distracciones a leer las "tarjetas de presentación" químicas de sus amigos perros.

Otros expertos en mensajes olorosos

Los canes no son los únicos que se comunican con olores. La naturaleza ofrece numerosos ejemplos, aquí te contamos una selección de los más curiosos:

El perfumista:


Murciélago de sacos

El murciélago de sacos combina secreciones para crear aromas. 

El murciélago de sacos es un experto en el arte de la comunicación química que no solo segrega sino que mezcla aromas para atraer hembras.

Estos animales viven en colonias divididas en harenes, cada uno con un macho y varias hembras. Los machos marcan su dominio territorial con secreciones de una pequeña glándula llamada gular ubicada debajo de la barbilla.

Pero para cortejar a las damas, no basta con un solo olor: hace falta una mezcla de esta secreción con otras producidas por sus genitales y orina, que los machos preparan cuidadosamente cada día dentro de unos sacos especiales que tienen en sus alas, tal como explica Jason Goldman, de BBC Future.

Aunque el resultado puede resultar hediondo para el olfato humano, el "perfume" de estos murciélagos requiere un complejo proceso que luego, gracias a un oportuno batir de alas frente a la hembra, emanará para seducirla.

El antílope negro y su poderoso afrodisíaco:


Antílope negro

Los antílopes se comunican con el olor de sus lágrimas y excrementos.

Este mamífero que habita en la India, Pakistán y Nepal, tiene un método curioso, y sin duda oloroso, para atraer la atención de las hembras.

Además del aroma segregado por sus glándulas lagrimales en época de celo, los machos comunican sus intenciones con sus excrementos.

En lugar de perseguir a las hembras, los antílopes producen un buen montón de heces y las esperan rodeados de este peculiar olor afrodisíaco, una estrategia que fue registrada por BBC Nature.

El arma aromática del lémur de cola anillada:


Lémur de cola anillada

Los lémures de cola anillada se baten en "combates" de olores.

Estos primates de la isla de Madagascar tienen una extraña forma de pelear por el territorio: los machos se restriegan la cola con unas pequeñas glándulas que tienen en las muñecas y luego la agitan para desparramar el aroma.

Es despliegue suele bastar para marcar la jerarquía, aunque a veces no se puede evitar el combate cuerpo a cuerpo.

Además, sacudir la cola "perfumada" también sirve para atraer hembras, según explica BBC Nature.

Fuente:

BBC Ciencia

3 de abril de 2014

Los perros pueden comprender a los seres humanos

Perros en un escáner

Los investigadores requirieron semanas para entrenar a los perros.

Los amantes devotos de los perros suelen decir que sus mascotas los entienden, un nuevo estudio sugiere que podrían tener razón.

Luego de colocar perros en escáneres, investigadores húngaros descubrieron que el cerebro canino reacciona a las voces de la misma forma que lo hace el cerebro humano.
Incluso sonidos cargados de una alta cuota de emoción, como risas o llantos, también generaron respuestas similares, lo que quizás explique por qué los perros actúan en armonía con las emociones de los seres humanos.

El trabajo fue publicado en la revista Current Biology.

El líder de la investigación, Attila Andics, de la Universidad de Budapest, dijo que una de las conclusiones del estudio es que "perros y humanos tenemos un mecanismo muy similar para procesar información emocional".

Metodología

Once perros tomaron parte del estudio y entrenarlos llevó un buen tiempo.

"Utilizamos estrategias de refuerzo positivo, muchas alabanzas", señaló el doctor Andics y añadió:

"Hubo 12 sesiones de entrenamiento preparatorio, luego siete sesiones en el cuarto del escáner, y por fin los perros fueron capaces de yacer sin ninguna clase de movimiento hasta unos ocho minutos. Una vez que fueron entrenados parecían muy felices. No lo hubiese creído si no lo hubiera visto".

Perro

El líder de la investigación indicó que al final los perros disfrutaron la experiencia.

Para comparar, los científicos observaron los cerebros de 22 voluntarios humanos en los mismos escáneres.

Los investigadores hicieron que tanto perros como personas escucharan unos 200 sonidos diferentes, en un rango muy amplio que iba desde sonidos en el ambiente -como el ruido de autos o silbatos- hasta sonidos humanos (pero no palabras) y vocalizaciones caninas".

"Nosotros sabemos que hay áreas en las personas que responden más activamente a los sonidos generados por la gente que a otra clase de sonidos", explicó Andics.

"La ubicación (de esta actividad) en el cerebro de los perros es muy similar a la que hallamos en el cerebro humano. El hecho de que hayamos encontrado que estas áreas existen en el cerebro de los perros es de por sí una sorpresa, es la primera vez que vemos esto en una especie no primate".

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

13 de enero de 2014

¿Pueden reír los perros?

Perro

Cuando están jugando, los perros emiten una especie de jadeo. Si grabamos ese sonido y se lo reproducimos a otros perros, parece disminuir su comportamiento estresado -como los ladridos- y aumentar su comportamiento social, como lamer los labios.

¿Es eso lo mismo que la risa? ¿o es el equivalente de una amplia sonrisa canina?

Es difícil decirlo. La mayoría de las veces los humanos nos reímos con chistes verbales o al ver que alguien se cae, algo que no tiene ningún efecto sobre los perros.

Fuente:

BBC Ciencia

2 de septiembre de 2013

¿A los perros y los gatos les gusta escuchar música?

De acuerdo con un estudio realizado hace unos años por Galaxie, la red de canales musicales de la radio nacional canadiense, los animales domésticos son también aficionados a la música. Al parecer, los perros y los gatos responden de forma diferente antes distintas canciones, e incluso tienen sus propios temas favoritos. Además, cuando se quedan solos en casa durante mucho tiempo prefieren la música suave de fondo al silencio absoluto.

Ese es el motivo, dicen los expertos, por el que el 53% de los propietarios de mascotas de Canadá y Estados Unidos dejan música sonando en sus hogares cuando se marchan a trabajar. Claro que, si no quieren encontrarse con una sorpresa al volver a casa, más les vale elegir bien el hilo musical. Según una investigación realizada por científicos de la Escuela de Psicología de la Universidad de Queens, la música clásica contribuye a la relajación de los canes, disminuye sus ladridos y aumenta su tiempo de descanso. Por el contrario, cuando los perros escuchan heavy metal, sus niveles de agitación aumentan y no paran de ladrar.

Fuente:

Muy Interesante

19 de marzo de 2013

Sorprendente. Un perro se convierte en guía de otro ciego


Milo y Eddie

El terrier Milo está unido a Eddie, el labrador ciego, a través de un collar.

No hay nada raro en ver perros guías. Sin embargo, el caso de Milo, un terrier, ha llamado la atención porque no sólo se convirtió en guía de otro can, el labrador Eddie, sino que además lo hizo de manera espontánea, sin recibir entrenamiento.

Eddie comenzó a presentar los primeros síntomas de ceguera en 2012.

La dueña de ambos perros, Angie Baker-Stedham, se dio cuenta de que su labrador negro tropezaba con los objetos y en poco tiempo se quedo ciego.
"Todo pasó muy rápido y era triste porque antes, ellos (los dos perros) solían jugar juntos", recuerda.
Pero el terrier Milo que era muy cercano a Eddie empezó a guiar al labrador.

Su dueña se dio cuenta y colocó al pequeño terrier blanco cascabeles en el collar para que su amigo Eddie pudiera seguirlo.

Y si el labrador de aleja, Milo va a buscarlo.

"Sin Milo, Eddie estaría perdido"

"Ahora Milo me ayuda a buscar a Eddie cuando le llamo. Él lo trae donde estoy", afirma la dueña.
Según Baker-Stedham, los perros duermen en el mismo cuarto y pasan todo el tiempo juntos. "Sin Milo, Eddie estaría perdido", asegura.

Pero cuando más quedó patente la importancia de Milo en la vida de Eddie fue en el momento en el que el terrier tuvo que ser ingresado para tratarse de una anemia.

Milo volvió a casa y está curado pero mientras estaba en el hospital, Eddie tuvo muchas dificultades para moverse.

"No eramos conscientes de la manera de la que Eddie dependía de Milo para andar por casa", sostiene la dueña al recordar cómo cuando no estaba su compañero Eddie se chocaba con las puertas y los muebles.

"Lo tenía que llamar constantemente cuando lo llevaba a pasear para que viniese donde estaba".
Fuente:
BBC Ciencia

28 de enero de 2013

Cómo reclutar perro militares escaneando sus cerebros

Los perros hacen de todo por los militares norteamericanos: olfatean buscando bombas, detectan narcóticos y rescatan a seres humanos indefensos. Sin embargo, para reclutar a los mejores compañeros de escuadrón canino, los investigadores del Pentágono están trabajando en un plan para escanear sus cerebros… y averiguar cómo piensan los perros.

Segun se lee en una solicitud de nueva investigación de DARPA, el proyecto —adorablemente llamado FIDOS, por “Functional Imaging to Develop Outstanding Service-Dogs” (imagen funcional para desarrollar un servicio de perros excepcionales”— promueve la idea de utilizar imagen por resonancia magnética para “optimizar la selección de perros de servicio ideales” mediante el escaneo de su cerebro para encontrar el más inteligente de los candidatos. Una “retroalimentación neural en tiempo real” optimizará el entrenamiento canino. Esto aporta perros militares entrenados mejor, más rápido y —en teoría— a un costo menor que los métodos actuales de formación de 20.000 dólares, que utilizan métodos anticuados de disciplina y recompensa.


Aunque está todavía en fase de investigación, el plan debe muchos de sus fundamentos a varios descubrimientos recientes sobre el cerebro de nuestros amigos caninos.

El año pasado, el neurocientífico Greg Berns de la Universidad Emory y sus colegas entrenaron perros para ubicarse sin restricciones dentro de una máquina de resonancia magnética, mostrarles señales manuales asociadas con un premio de comida, y luego los escanearon. Tal como era de esperar, los investigadores observaron una mayor actividad neural en el caudado ventral del cerebro de los perros, una región del cerebro asociada con el neurotransmisor dopamina.

En su estudio, publicado el pasado mes de abril en Public Library of Science One, Berns y sus colegas concluyeron que la actividad se debió a una asociación “asociación de entrenamiento con un premio de comida, sin embargo, también es posible que algún componente de recompensa social contribuya a la respuesta“. Cualquiera que le haya dado un pedazo de pollo a un cachorro por su buen comportamiento ya sabe que los perros cuando se hartan son buenos. Y los perros son animales muy sociales, estrechamente adaptados a la conducta humana debido a una historia evolutiva común. Pero el equipo de la Universidad de Emory fue el primero que se puso a observar la actividad cerebral específica utilizando imágenes de resonancia magnética.

Eso parece haber despertado el interés de Darpa. (Los investigadores incluso han lanzado la idea de utilizar máquinas para automatizar el entrenamiento del perrito.) La agencia cree que podría ser posible seleccionar “perros de servicio de gran valor… sobre la base de su activación neutral en base a las señales específicas ante la formación de sus entrenadores”, señala DARPA notas en su solicitud. La idea es que los perros que muestran una mayor actividad cerebral cuando se le dan indicaciones serán “más rápidos y más fácil de entrenar” que los perros que muestran menos actividad. Y en lugar de meramente utilizar aproximaciones de algo que el perro quiere, para hacer que el perro haga algo, los entrenadores podrían afinar sus técnicas para ajustarse más y más a las respuestas químicas que se producen dentro de la cabeza del perro.

Las técnicas de neuroimagen también pueden ayudar a encontrar “cerebro de perros hiper-sociales”. Estos perros muy sociables, una vez escaneados y ubicados, podrían ser seleccionadas para su uso en las terapias de rehabilitación para los soldados que presentan síntomas de trastorno de estrés postraumático, y lesiones cerebrales traumáticas.

Lea el artículo completo en:

Axxon

26 de enero de 2013

Cómo la basura convirtió a los lobos en perros

Lobo

La costumbre de los perros de hurgan en el basurero podría estar vinculada a su domesticación.

Cualquiera que tenga un perro está acostumbrado a que su mascota hurgue en el basurero de la cocina en busca de comida cada vez que puede.

Este molesto comportamiento podría tener un trasfondo mucho más profundo de lo que parece, afirman los científicos.
Un estudio realizado por un equipo de investigadores estadounidenses y suecos publicado ayer en la revista Nature, demuestra que los perros tienen más genes involucrados en el metabolismo de almidones que los lobos. 

El hallazgo lleva a pensar que el cambio de alimentación fue un factor fundamental en la evolución del animal salvaje.

Nadie sabe exactamente cuándo o cómo nuestros antepasados se empezaron a vincular de manera tan cercana a los perros, pero la evidencia arqueológica indica que fue hace miles de años.

Una teoría sugiere que el comportamiento moderno de los perros surgió a partir de que los cazadores usaran a los lobos como guardas o compañeros de caza.

Pero otra teoría - la que sustenta el estudio - plantea que la domesticación se inició cuando los lobos empezaron a acercarse a los poblados en busca de comida, robándose los restos que dejaban las personas.

Esta costumbre se volvió cada vez más frecuente y como consecuencia, empezaron a vivir en torno a los seres humanos.

"Según esta segunda hipótesis, cuando nos volvimos sedentarios, y dependientes de la agricultura, creamos depósitos de desechos alrededor de nuestros asentamientos, que pronto se convirtieron en la fuente de alimentación de muchos lobos", explicó Erik Axelsson, de la Universidad de Uppsala.

"Estos lobos son los ancestros de los perros modernos", explicó Erik Axelsson la Universidad de Uppsala.

"Por eso, creemos que nuestros hallazgos concuerdan con la teoría de que el perro se desarrolló a partir de los basureros", le dijo a la BBC.


Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

13 de enero de 2013

¿Por qué los perros mueven la cola?

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El comportamiento animal es uno de los factores que diferencia a los Hombres del resto de los animales y siempre nos resulta sumamente interesante, a veces gracioso, encantador y también divertido.

Por eso es que ya hemos visto varios aspectos en la naturaleza de diferentes especies y estuvimos preguntándonos, por ejemplo, por qué los gatos amasan, por qué los perros aúllan o hasta por qué los elefantes le temen a los ratones, entre otras tantas interrogantes, ¿recuerdas?

Es más, apenas algunas semanas atrás contestamos la pregunta sobre por qué los gatos mueven la cola. Pero hoy nos dedicaremos a analizar a la otra especie que junto a los gatos, son las dos especies domesticadas que aparecen con más frecuencia en los hogares de todo el mundo: los perros. ¿Sabes por qué los perros mueven la cola?

El comportamiento de los perros

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Adoro a los caninos y siendo mucho más que simples mascotas, comparto mi hogar con dos perras. Ellas siempre tienen comportamientos muy particulares, hacen agujeros en el patio, corren como locas, le ladran a todo lo que pasa por allí, aúllan y claro, mueven su cola. Cuando terminó el día y llego a mi hogar, ellas me reciben con pequeños saltos mientras agitan y mueven su cola de lado a lado, como si estuviesen muy felices de volver a verme.

Pero esto no es algo que me suceda solo a mi, si tu tienes un perro seguramente también lo hayas visto. Todos los perros tienen cola, es una parte de su cuerpo y aunque algunos tienen colas (o rabos) de gran tamaño o muy pequeñas y a otros se las corten, todos los perros mueven su cola.

Con frecuencia, suele decirse que hacen esto para demostrar amor y cariño o para darnos a entender que están felices o que quieren divertirse y jugar. Sin embargo, muchas veces, el movimiento de la cola es acompañado por un gruñido o un ladrido de advertencia. Entonces los perros: ¿para qué mueven la cola?

¿Por qué un perro mueve la cola?

 

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Los expertos señalan que es muy importante aprender a diferenciar un perro que se siente bien y a gusto, con uno que simplemente está moviendo su cola, pues aquí no hay una equivalencia. En consecuencia, un perro puede estar moviendo su cola aunque no esté precisamente feliz.

Si además de mover la cola, el perro tiene las pupilas dilatadas, los músculos están rígidos, mueve sus orejas hacia adelante o atrás y su rostro tiene muestra cierta tensión muscular, lo mejor será retroceder. La cola del perro sirve para comunicar emociones fuertes y no necesariamente felicidad sino que también enojo, agitación o ira y en realidad, aprender a leer el movimiento de la cola de un perro puede ser toda una ciencia.

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Los perros son el resultado de un largo proceso evolutivo, que tiene raíces nada menos que en los lobos grises. Antiguamente, el propósito de la cola de los perros era el de darles equilibrio ya sea caminando, corriendo o nadando, siendo muy especial en la caza y por ende, en su supervivencia. De esta manera, el movimiento de la cola quedó prácticamente grabado en la naturaleza y herencia de los perros.

Por otra parte, hay quienes señalan que estos movimientos ayudan al perro a liberar aromas desprendidas por las glándulas en el ano del mismo. Estos aromas tienen fines reproductivos y son una suerte de señalización que determina pertenencias o que de algún modo, “marcan el territorio”, de forma similar a como lo hacen con la orina.

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Estas esencias también forman una especie de mapa que, acompañado al complejo y desarrollado sentido del olfato canino, sirve para orientarse. A fin de cuentas, el movimiento de la cola de los perros es algo que aún resulta bastante difícil de comprender ya que es siempre variable. Al menos ya sabes que la próxima vez que veas a un perro mover la cola deberás tener otras tantas cosas en cuenta.

Muy interesante ¿no lo crees? ¿Te gustan los perros? ¿Por qué crees tú que mueven la cola?

Fuente:

Ojo Científico

20 de noviembre de 2012

Como "evolucionar" zorros en "perros" en 30 años

Conscientemente o no, el Hombre consiguió ir amansando a los lobos salvajes a lo largo de generaciones, de forma que hace unos 10.000 años ya se había creado una nueva especie: lobos domesticados, o perros.

Para dar una idea de lo fácil y rápido que puede darse esta conversión de una especia en otra distinta, tanto físicamente como en comportamiento, hoy vamos a ver la increíble historia de Dmitri Beliáyev.

Aunque el zorro nunca se ha domesticado (edit: de hecho el pueblo Yagán llegó a domesticar zorros, creando el perro yagán) , a este científico ruso y a su equipo se le ocurrió que quizás fuera posible hacerlo en pocas generaciones manteniendo un linaje de zorros en una granja bajo estricta selección reproductiva. Así que se pusieron manos a la obra, y los resultados fueron espectaculares.

Todo comenzó en el Instituto de Citología y Genética de Novosibirsk, en 1959. Comenzaron con 130 zorros, seleccionados de entre los salvajes por ser los que menos evitaban el contacto con personas.
En cada generación de animales, se les hacía pruebas objetivas de comportamiento siguiendo un riguroso protocolo (como las del primer vídeo de abajo):
  • El cuidador se acerca a la jaula.
  • 1 minuto cerca de la jaula cerrada.
  • 1 minuto con la puerta abierta, sin tocar al animal.
  • 1 minuto intentando tocar al animal.
  • 1 minuto con la puerta cerrada de nuevo.
Esto se grababa en vídeo y una misma persona evaluaba, de entre todos, los más dóciles. A esos es a los que más se les dejaba reproducirse.

El vídeo muestra un ejemplo de zorros normales (aunque no parezcan muy agresivos, ¡esperad a ver el resultado final para comparar!).

Zorros de comportamiento "normal" / "agresivo":



Al cabo de 10 generaciones, el 18% de los zorros mostraban conductas extremadamente dóciles. Lo más sorprendente del asunto es que no sólo se asimilaban cada vez más a los perros en conducta, sino también físicamente. Un vídeo vale más que mil palabras:

Zorros "mansos" / evolucionando hacia "perros":

 

 En la actualidad el experimento sigue adelante con vistas a estudiar más a fondo los vínculos entre el comportamiento y el ADN mediante comparación directa de los genes de los dos grupos de zorros. Durante los años 70 ya consiguieron demostrar (mediante trasplantes de embriones, etc...) que los cambios en la conducta eran puramente genéticos, heredados, por si quedaba alguna duda.

Fuente:

Ciencia Explicada 

13 de octubre de 2012

El perro ya no es el mejor amigo del hombre. Es el PC

Especial: Animales


(cc) wrumsby

En Inglaterra hicieron una encuesta para ver en qué situación se encontraban los perros en relación a los PCs… porque hay gente a la que aparentemente le sobra el tiempo. El asunto es que el 67% opinó que “la mayoría de la gente confía más en su PC que en su perro”. Sólo un 6% pensó que las personas confían más en el perro que en el PC.

Consultados por su opinión personal – y no por lo que creen que piensa la mayoría – un 38% de los dueños de perros dijeron confiar más en su PC que en su perro, y un 36% estuvo en desacuerdo.

Entre los más jóvenes (entre 18 y 24 años), el 71% confiaba más en su computador que en su mascota.

La encuesta fue realizada por la revista Computeractive junto con la Royal Society contra la crueldad a los animales, y consultó a 2.000 británicos respecto de los cambios que la tecnología ha traído al hogar.

Personalmente tengo un perro y también tengo un PC, y creo que no sabría qué responder si me preguntan “en quién confías más: ¿en tu perro o en tu PC?”. Los dos son totalmente diferentes. El PC no se pone feliz ni mueve la cola cuando te ve llegar. Tampoco le ladra a la gente que pasa por afuera ni ahuyenta a los gatos.

¿Qué piensas tú?

Fuente:

FayerWayer

Ahora se puede dar órdenes al perro a control remoto

Especial: Animales


Los perros son los mejores amigos del hombre, pero a veces es difícil hacer que te hagan caso – algo todavía más imposible de lograr si es que estás a mucha distancia del perro en cuestión. Pero esa problemática es parte del pasado, porque ya se inventó el control remoto para perros.

Se trata de un arnés desarrollado por la Universidad de Auburn que permite a la gente guiar a los caninos desde lejos. Usando vibraciones a un lado u otro del lomo del cachupín, los investigadores lograron que un perro siguiera el 80% de las indicaciones que le dieron.

El arnés contiene además un GPS y una radio, que al perro probablemente poco le importan, pero que están pensados para sus compañeros de trabajo humanos en los cuerpos militares y de policía. A diferencia de los robots, los perros tienen la capacidad de esquivar obstáculos y son muy capaces de encontrar bombas y drogas si han sido entrenados.

Mediante este sistema, se piensa usar perros para tareas que pueden se riesgosas para las personas. “Si estoy tratando de encontrar drogas, no necesariamente quiero que el cartel sepa que estoy investigando. 

Quizás enviar a un perro llamaría menos la atención”, explicó David Bevly, quien estuvo a cargo del proyecto.

Los animales también podrían enviar ayuda médica a personas en un incendio, o una sola persona podría manejar a varios perros en el aeropuerto, por ejemplo.

Fuente:

12 de octubre de 2012

Los perros tienen el cerebro más grande que los gatos

Especial: Animales

perro-gatoLos perros tienen el cerebro más grandes que los gatos porque son más sociables, mientras que los felinos llevan una existencia más solitaria. A esta conclusión llegaron investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) tras analizar la historia evolutiva del cerebro de diferentes mamíferos durante los últimos 60 millones de años. Según publicaban Susanne Shultz y sus colegas en la revista PNAS, existe un vínculo entre el tamaño del cerebro y el grado de sociabilidad de un determinado mamífero. Así, los cerebros que más han crecido a lo largo del tiempo pertenecen a monos, seguidos de caballos, delfines, camellos y perros. El trabajo muestra también que animales más solitarios como los gatos, los ciervos y los rinocerontes apenas han aumentado el tamaño de su materia gris durante el mismo período de tiempo.

Del estudio también se deduce que los mamíferos con el cerebro grande tienen a vivir en grupos socialmente estables. “La cooperación y coordinación que se necesitan para vivir en grupo suponen un reto, y a lo largo del tiempo algunos mamíferos han desarrollado un cerebro más grande para atender a esas demandas de la socialización”, concluye Schultz. 

Fuente:

Los perros bien desayunados buscan mejor

Perro

El estudio determinó que los perros buscan de forma más precisa media hora después de haberse alimentado que aquellos que no lo hicieron.

Desayunar incrementa la precisión en la capacidad de búsqueda en los perros, de acuerdo a un nuevo estudio.

Investigadores de la Universidad de Kentucky (Estados Unidos) probaron el rendimiento de perros entrenados tras alimentarse por la mañana o después de ayunar. 
 
El estudio determinó que los canes buscan de forma más precisa media hora después de haberse alimentado que aquellos que no lo hicieron.
Los resultados de la investigación realizada por la Dra. Holly Miller y su colega Charlotte Bender fueron publicados recientemente en la revista Behavioural Processes.

Los estudios que demuestran que los niños tienen un mejor rendimiento en ejercicios cognitivos tras haber tomado el desayuno llevaron a la Dra. Miller a "preguntarse si el desayuno también mejoraría el rendimiento de los perros".

Así que las autoras de la investigación probaron la precisión de perros domesticados (Canis familiaris) para encontrar comida escondida.

Para asegurarse de que todos los perros habían agotado sus niveles de energía antes de la prueba, debían exhibir autocontrol durante diez minutos en un ejercicio de "sit and stay" (sentarse y quedarse quieto).

Un estudio previo realizado por la Dra. Miller demostró que el esfuerzo de autocontrol reduce los niveles de energía de los perros, así como su capacidad para realizar ciertas tareas.
"El hallazgo clave aquí es bastante simple: el desayuno puede ayudar al rendimiento de los perros"
Dra. Holly Miller

A los perros se les mostró un manjar que luego fue escondido en uno de seis contenedores. Los que habían tomado desayuno media hora antes llegaron al objetivo con más precisión que los que no habían comido durante 12 horas.

"El hallazgo clave aquí es bastante simple: el desayuno puede ayudar al rendimiento de los perros", le dijo a la BBC la Dra. Miller.

Pero, ¿se aplica lo mismo para sus parientes salvajes, como lobos, coyotes y chacales?

"Aquí es donde se pone un poco complicado", dijo la investigadora.

Una dieta bien balanceada

Cuando "los perros comen una dieta rica en hidratos de carbono (como un perro domesticado ), sus cerebros son más dependientes de la glucosa y se ven más afectados por las fluctuaciones en los niveles de glucosa", explicó Miller.

Pero con una dieta basada en carne de animales cazados, donde el nivel de carbohidratos es bajo pero el contenido de grasa es alto, el cerebro cambia a su fuente de combustible secundaria de cuerpos cetónicos en lugar de la preferida glucosa.
"Cuando tienen hambre se vuelven menos capaces de controlar su comportamiento y esto podría ser por qué, cuando están hambrientos, son mucho más peligrosos e impredecibles"
Dra. Holly Miller

"Si estos animales están consumiendo una dieta natural, que no fue hurgada en la basura, probablemente están en un estado de cetosis donde la energía para los procesos neuronales no fluctúa mucho", dijo Miller.

Esto significa que una pequeña comida por sí sola no puede tener un gran efecto en la resolución de problemas y puede hacer a los "lobos y coyotes menos impulsivos y más cautelosos".

"Cuando tienen hambre –agrega– se vuelven menos capaces de controlar su comportamiento y esto podría ser porque, cuando están hambrientos, son mucho más peligrosos e impredecibles".

Fuente:

BBC Ciencia

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12 de junio de 2012

¿Qué podemos aprender de la depresión de los monos y la ansiedad de los perros?

chimpancés en cautiverio Foto: Lucy Birkett

Los animales también sufren de depresión. Algunos chimpancés en cautiverio se arancan el pelo y comen sus propias materias fecales. Foto: Lucy Birkett

¿Puede un gato sufrir de depresión? ¿O un caballo morderse a sí mismo porque se siente solo? ¿O un pez desmayarse de miedo?

La respuesta, en cada caso, es afirmativa. Muchas de las enfermedades que aquejan a los animales, tanto físicas como mentales, son las mismas que afectan a los seres humanos y responden, en muchos casos, a las mismas causas, según dos investigadoras en Estados Unidos. 
 
Barbara Natterson-Horowitz, profesora de cardiología en la Universidad de California, Los Angeles, y la escritora Kahtryn Bowers son las autoras de un nuevo libro que detalla las afecciones comunes a animales y seres humanos y las formas en que expertos en ambos campos pueden beneficiarse de un trabajo conjunto.
La obra se titula "Zoobicuidad, lo que los animales pueden enseñarnos sobre la salud y la ciencia de sanar" (Zoobiquity: What Animals Can Teach Us About Health and the Science of Healing).

Las investigadoras creen que veterinarios y médicos deben cooperar en forma estrecha e incluso crearon un término para este nuevo campo de investigación: "zoobicuidad".

"Como médica veía siempre muchas enfermedades diferentes, pero también ocasionalmente trabajaba como consultora en el zoológico de Los Angeles", señaló Natterson-Horowitz en una columna escrita especialmente para el diario estadounidense The New York Times.
En una ocasión, la científica debió examinar un mono con problemas al corazón y un veterinario le advirtió que no mirara al animal a los ojos porque éste podría aterrarse y sufrir insuficiencia cardíaca.

"Los casos vistos por los veterinarios eran muy similares a los tratados por mis colegas médicos. Intrigada por esto comencé a tomar notas de cada caso que veía en el hospital y a buscar correlaciones en estudios veterinarios. Comencé a preguntarme, por ejemplo, ¿sufren los animales de cáncer de mama?, ¿de ataques al corazón inducidos por estrés? ¿de tumores cerebrales y desmayos? Y en cada caso, la respuesta era siempre afirmativa".

Depresión y picoteos

Natterson-Horowitz señala, por ejemplo, que el melanoma ha sido diagnosticado en una gran variedad de especies, desde pingüinos a búfalos. Los koalas, por su parte, padecen actualmente una severa epidemia de clamidia, la enfermedad transmitida sexualmente.

Loro

¿Podría el comportamiento de los loros ayudar a tratar adicciones en humanos?

"También descubrí que los gansos, gorilas y focas pueden sufrir de depresión cuando pierden a un ser querido y algunos perros tienen una gran tendencia a la ansiedad".

Algunas aves, por ejemplo, pueden arrancarse las plumas y picotearse a sí mismas si se las deja en completa soledad. "Tal vez un paciente humano que se inflige a sí mismo quemaduras con cigarrillos podría mejorar si su terapeuta consultara a un experto en el tratamiento de loros que se arrancan las plumas", señaló la científica en su columna.

"Y un dato que podría ser importante para el tratamiento de adicciones es que algunas especies de animales, desde aves a elefantes, consumen plantas con sustancias alucinógenas que parecen ofrecerles experencias sensoriales intensas".

"Más y más comencé a preguntarme, ¿podrían los médicos beneficiarse de intercambiar información con los veterinarios?", dijo Natterson-Horowitz.

"En el pasado existió esa cooperación. Hace uno o dos siglos, en algunas comunidades rurales, tanto animales como seres humanos eran tratados por el mismo terapeuta. Y tanto médicos como veterinarios citan a un doctor del siglo XIX, William Osker, como uno de los fundadores de sus campos. Pero en el siglo XIX la medicina humana y animal comenzaron a separarse, cuando debido a la urbanización menos personas mantenían contacto con animales".

Las autoras señalan que especialmente en el caso de los chimpancés, con los que los seres humanos comparten el 98,6% de su genoma, las similitudes deberían haber recibido más atención por parte de los expertos.

En un estudio publicado en 2011, Lucy Birkett y colegas de la Universidad de Kent, en Inglaterra, constataron en chimpancés en zoológicos una serie de comportamientos anormales asociados a la falta de estímulos y al confinamiento en cautiverio. Observaron, por ejemplo, a animales "comer su propia materia fecal, golpear su cabeza contra un objeto, arrancarse el pelo, morderse y cometer otras formas de automutilación".

Adolescentes

Las autoras señalan que es hora de reestablecer la cooperación entre los expertos de ambos campos.

Adolescente dando pasto a un caballo Foto: SPL

Natterson-Horowitz: "El típico adolescente de clase media es un poco como un caballo que sufre estando solo en su establo".

"El típico adolescente de clase media es un poco como un caballo que sufre estando solo en su establo, con mucho tiempo extra y pocos desafíos. Los cuidadores en los zoológicos hacen que los animales exploren en busca de alimentos para evitar el aburrimiento. ¿Podríamos intentar que los adolescentes a veces cultiven y preparen su propia comida, una actividad que podría darles calma y un sentido de propósito?", señala Natterson-Horowits en el libro.

Los seres humanos compartimos además con los animales la compulsión a acicalarnos, un hábito que "evolucionó durante millones de años y nos une socialmente".

Según señala la investigadora en su libro "nuestra conexión esencial con los animales va desde el cuerpo al comportamiento, desde lo psicológico a lo social. Y esto es un llamado a que tanto médicos como pacientes se unan a los veterinarios en una nueva forma de pensar, que ve más allá de las camas de hospital hacia los establos, campos, océanos y cielos donde habitan los animales".

Fuente:

BBC Ciencia


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