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11 de junio de 2019

Los perros perdieron el sentido de la solidaridad al domesticarse

Los lobos son mucho más generosos con sus compañeros de manada, según un estudio.


Hace unos 15.000 años algunos lobos dejaron de serlo. Se convirtieron en animales dóciles y leales a su nueva compañía, la humanidad. Durante ese proceso de domesticación, lobos asiáticos y europeos comenzaron a acompañar a las personas en sus asentamientos gracias a su capacidad para adaptar su dieta a las basuras que desechaban. Además, tenían una gran comprensión de los comportamientos sociales humanos y a estos les venían de perlas durante sus cacerías. Poco a poco, se fue asentando esa amistad hasta que los lobos se transformaron en perros domésticos. Y al jurar fidelidad a sus nuevos compañeros, perdieron el sentido de la solidaridad con su propia especie.

"Nuestros hallazgos ciertamente sugieren que los perros perdieron cierta prosocialidad entre ellos, en comparación con los lobos", explica Rachel Dale, investigadora especializada en el comportamiento animal. Su equipo acaba de publicar los resultados de su trabajo con estos dos grupos de animales y su sentido de la solidaridad. El estudio, publicado en PLOS One, muestra que los lobos mantienen con salud de hierro esta camaradería, mientras que los perros parecen haber perdido la propensión a ayudar al compañero. "Esto sugiere que durante la domesticación, los perros perdieron cierta confianza mutua y, por lo tanto, ya no necesitan tener tanta consideración por las necesidades de los perros como los lobos", concluye Dale, de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena.

Lea el artículo completo en: El País (España)

22 de febrero de 2012

Ciencia revierte supuesto de que seres humanos son naturalmente competitivos

¿La humanidad es una comunidad de seres agresivos y brutalmente competitivos? No, responde cada vez más la investigación biológica, destacando la tendencia natural de los humanos y los animales superiores a la cooperación y la asistencia mutua.

"Los seres humanos tienen una gran cantidad de tendencias pro-sociales", dijo Frans de Waal, biólogo de la estadounidense Universidad de Emory, en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), que finalizó el lunes en Vancouver, oeste de Canadá.

Una nueva investigación sobre los animales superiores, que abarca desde primates y elefantes hasta ratones, muestra que comportamientos como la cooperación tienen una base biológica, dijo De Waal, autor de "The Age of Empathy: Nature's Lessons for a Kinder Society" (La Era de la Empatía: Lecciones de la naturaleza para una sociedad más amable).

Hasta hace sólo 12 años, la opinión generalizada entre los científicos era que los humanos eran esencialmente "desagradables", pero con el tiempo desarrollaron una capa, aunque fina, de moralidad, dijo Waal dijo a los científicos y periodistas de 50 países reunidos en el foro, uno de los más importantes a nivel mundial.

Pero los niños humanos, y la mayoría de los animales superiores, tienen una "moralidad" en un sentido científico, porque necesitan cooperar unos con otros para reproducirse y transmitir sus genes, dijo.

Las investigaciones han refutado la visión dominante desde el siglo XIX, típica de la argumentación del biólogo Thomas Henry Huxley, de que la moralidad no está en la naturaleza sino que es algo creado por los seres humanos, dijo De Waal.

Y las afirmaciones comunes de que esta dura visión fue promovida por Charles Darwin, el llamado padre de la evolución, también están equivocadas, dijo.

"Darwin fue mucho más inteligente que la mayoría de sus seguidores", dijo De Waal, citando "El Origen del Hombre", la obra del científico británico que señala que los animales que desarrollan "instintos sociales bien marcados, inevitablemente adquirirán un sentido moral o conciencia".

De Waal mostró videos de laboratorio que revelan la angustia de un mono al que se le negó una recompensa que recibió otro mono, y de una rata dejando de comer chocolate con el fin de ayudar a otra rata a escapar de una trampa.

Esta investigación muestra que los animales naturalmente tienen tendencias pro-sociales de "reciprocidad, equidad, empatía y consuelo", dijo De Waal, un biólogo holandés en la Universidad de Emory en Atlanta, Georgia (sureste de Estados Unidos).

"La moralidad humana es impensable sin la empatía", señaló.

Preguntado sobre si la aceptación generalizada de la empatía como algo natural cambiará la intensa competencia en la que se basan el sistema económico y político capitalista, de Waal bromeó: "Yo sólo soy un observador de los monos".

Pero dijo a los periodistas que la investigación también señala que los animales solo muestran empatía a los animales con los que están familiarizados en su "grupo", e indicó que la comptencia es una tendencia natural de los hombres en un mundo globalizado.

La "moralidad" se desarrolló entre los humanos de pequeñas comunidades, dijo, y agregó: "Es un desafío ... es experimental para la especie humana aplicar al mundo entero un sistema destinado a grupos" pequeños.

Fuente:

Informe21

9 de diciembre de 2011

Las ratas son solidarias con sus compañeras

Las ratas de laboratorio son solidarias con sus compañeras, según revela un estudio publicado esta semana en 'Science', que demuestra que también son capaces de desarrollar empatía con sus pares.

La empatía ha sido con frecuencia considerada como propia de los primates, pero, según revela este estudio realizado por Inbal Ben-Ami Bartal, profesora del departamento de Psicología de la Universidad de Chicago, también las ratas pueden ponerse en el lugar del otro.

Bartal y su equipo analizaron el comportamiento de una rata cuando estaba sola en su jaula con un contenedor vacío y su reacción cuando colocaron en el contenedor otra rata o un objeto cualquiera.

La rata actuó de forma más agitada cuando su compañera estaba encerrada que cuando estaba sola en la jaula, lo que asocian a un "contagio emocional" por la inquietud de la rata encerrada.

La empatía es un fenómeno observado en hombres y algunos animales cuando ven a algún otro sujeto sufrir miedo, estrés o dolor, pero que hasta ahora no estaba claro que sucediera en roedores. Según el estudio, tras varias sesiones, la mayoría de las ratas aprendieron rápidamente a abrir el contenedor en el que estaba encerrada su compañera y liberarla.

El hecho de que las ratas fueran capaces de liberar a sus compañeras indica que reconocieron la angustia de la otra y además fueron capaces de mantener la suficiente calma como para abrir la reja, en vez de quedarse estáticas o correr alrededor, explican.

Por el contrario, las ratas no abrieron contenedores que estaban vacíos o que contenían otros objetos.

Los investigadores destacan que, aun cuando las ratas libres tuvieron acceso a un poco de chocolate como señuelo, que podrían haber comido ellas solas, primero liberaron a sus compañeras atrapadas y compartieron el chocolate con ellas.

Según Bartal, el contagio emocional es la forma más simple de la empatía, pero esta respuesta muestra una expresión más compleja de empatía, ya que "la rata no tiene otra acción para hacer esto, más que acabar con la angustia de las ratas atrapadas", indicó.

Los autores subrayan que hubo una mayor proporción de ratas hembra que abrieron la puerta a la rata atrapada que los machos, enfatizando que las hembras son más empáticas que los machos.

Aunque el comportamiento empático se había observado de manera anecdótica en los primates no humanos y en alguna especie salvaje, esta es la primera vez que se ve en ratas de laboratorio, lo que indica que el origen de esta conducta pro-social podría darse en el árbol evolutivo antes de lo que se pensaba.

Fuente:

El Mundo Ciencia

28 de octubre de 2010

La solidaridad comenzó en las cavernas

Hace medio millón de años la vejez empezaba a los 30 años de edad. Para los antepasados del homo sapiens la vida era corta y agresiva, sin embargo, cuidaban de sus ancianos. Miembros del Equipo de Investigaciones de Atapuerca (EIA) en España han descubierto que el concepto de atención social habría comenzado en las cavernas.




La clave es la pelvis de un venerable anciano de unos 50 años hallada en las excavaciones de La Sima de los Huesos, un pozo donde se arrojaban los cadáveres del grupo.

"Descubrimos que este individuo de edad avanzada (la esperanza de vida era de 30 ó 40 años) tenía una enfermedad ósea que le afectaba la columna y que lo inhabilitaba para correr o cazar. No podía valerse por sí mismo, con lo cual el grupo debía tener una estrategia social, de solidaridad y cuidado de los mayores", explica a BBC Mundo Carlos Lorenzo, miembro del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social que participa en la investigación.

La pelvis fue encontrada en 1998 pero sólo hasta ahora se pudo completar el rompecabezas con el hallazgo de sus vértebras entre la mezcla de huesos que conforman el yacimiento.

"Esta patología, que le habría impedido diez o quince años de su vida, tendría que ser sobrellevada por un acto de solidaridad del grupo.

Este comportamiento que nos parece tan normal en la actualidad tiene sus raíces hace mucho tiempo. Los homínidos formaban grupos ya sea para comer a otros (canibalismo) o para proteger a los suyos", agrega Lorenzo.

Del canibalismo a la solidaridad

Investigadores de Atapuerca descubrieron que el concepto de atención social es de las cavernas.

En la misma Sierra de Atapuerca, donde se han encontrado restos de los europeos más antiguo del continente, hace algunas semanas se confirmó que el canibalismo era una práctica cultural entre los primeros homínidos. Se comía al otro para evitar la competencia por el territorio.

"Atapuerca es un conjunto de yacimientos de diferentes épocas. Entre el canibalismo cultural y el anciano hay una diferencia de 300 mil años. En el primero encontramos cortes en los huesos que se repiten a lo largo del tiempo. No es un evento puntual por una hambruna. Sabemos que se comían a los de otros grupos porque si se hubiesen comido entre ellos se habrían extinguido", detalla el experto.

En La Sima de Los Huesos, donde se ha desenterrado la pelvis del anciano, no se han encontrado cortes similares en los huesos.

"En este caso no hay indicios de canibalismo. La Sima es un pozo de trece metros de profundidad, ahí tiraban los cadáveres del grupo como un inicio del comportamiento funerario con los muertos", comenta Lorenzo.

"Allí encontramos la pelvis del anciano", subraya.

Partos prehistóricos menos complicados

Sierra de Atapuerca

En la Sierra de Atapuerca se han encontrado restos de los europeos más antiguo del continente.

La pelvis, considerada la más completa de todo el registro fósil mundial, también ha servido para constatar la evolución ósea de hombres y mujeres y del parto.

"Los humanos actuales tienen una pelvis de igual tamaño, la diferencia es el tamaño del canal que, en el caso de las mujeres, es más grande para facilitar el parto. La pelvis de Atapuerca es masculina pero tiene un canal tan grande como una mujer actual. De quedarse embarazado este hombre podría dar a luz, es decir, no es inviable", detalla Lorenzo.

"Sólo tenemos fragmentos de una pelvis femenina", agrega, "pero inferimos que mínimamente era del mismo tamaño con lo cual los partos eran un poco menos traumáticos que en la actualidad. A ello hay que sumarle que los homínidos de entonces tenían la cabeza más pequeña al igual que sus bebés", detalla Lorenzo.

Conforme la especie fue evolucionando la pelvis se fue adaptando a una postura erguida y una locomoción bípeda.

"Estas adaptaciones compiten con la necesidad de dar a luz de las mujeres. Estas circunstancias, junto con el elevado tamaño encefálico de los recién nacidos, convierten el parto en un proceso complicado en nuestra especie", puntualiza.

Fuente:

BBC Ciencia & Tecnología

8 de enero de 2010


Viernes, 08 de enero de 2010

La interesada solidaridad de los peces tropicales


Otro artículo desconcertante: un experimento sobre de la actitud de unos peces tropicales en un acuario se extrapola al cimportamiento de los seres humanos que viven en grands sociedades.... ¡y se concluye alegremente que el altruismo no existe!

Es obvio que el altruismo, es decir la ayuda desinteresada que uno hace al prójimo, es un atributo de seres con un cerebro grande y una inteligencia superior. Los demás seres vivos se mueven por sus instintos: sobrevivir como especie, ya sea apareándose o buscando alimento.

Lean el artículo y saquen sus propias conclusiones:


Un pez 'L. dimidiatus' limpia de parásitos a su'cliente'.|Science

Un pez 'L. dimidiatus' limpia de parásitos a su'cliente'.|Science

Al igual que los seres humanos somos capaces de penalizar a alguien que comete un acto inadecuado con terceras personas para conseguir una recompensa, los peces también pueden castigar a sus congéneres en situaciones de este tipo y sacar algo a cambio. Según los expertos, este tipo de respuesta podría significar que está inscrita en nuestro comportamiento desde antes de que la vida en este planeta abandonara el agua y colonizara la tierra.

El experimento ha sido realizado con peces limpiadores de la especie 'Labroides dimidiatus', pequeños ejemplares tropicales -habituales en muchos acuarios- cuya labor principal consiste en limpiar a otros peces de mayor tamaño de parásitos, lo que les sirve de alimento.

Los investigadores, de la Sociedad Zoológica de Londres y las universidades de Quensland y Neuchatel, descubrieron que los machos de estos limpiadores persiguen a las hembras cuando éstas hacen algo que puede ofender al 'cliente' que están desparasitando, como es morderles para comerse parte del mucus de la piel. Los machos las penalizan aunque ellos no sean afectados directos, según publican esta semana en 'Science'.

El biólogo Nichola Raihani y sus colegas descubrieron este comportamiento cuando introdujeron en un acuario dos 'L. dimidiatus' y una placa con escamas (su alimento habitual) y gambas (para ellos, unmanjar). Si la hembra cogía una gamba, les retiraban la placa. Tras varios intentos, comprobaron que el macho se mostraba agresivo con la hembra cada vez que iba a coger una gamba, hasta que ésta optaba por no hacerlo. De este modo, se aseguraba que la placa con la comida seguiría en su lugar y podía seguir alimentándose de todas la escamas que quisiera.

"La cuestión es que lo clientes se va cuando les engañan al limpiarlos y los machos pierden su cena, así que optan perseguir a las hembras, no tanto por defender a sus clientes como para tener una comida decente", concluye Raihani. Este estudio menciona la posibilidad que el comportamiento de los 'Robin Hood', es decir, de aquellos que miran mucho por las víctimas o los pobres, a veces sea menos caricativo de lo que se piensa.

Fuente:

El Mundo Ciencia

11 de octubre de 2009

Padre Opeka: "Hablar es burlarse de los pobres"




Domingo, 11 de octubre de 2009

Personajes: Padre Pedro Opeka

"Hablar es burlarse de los pobres"





"Uno no tiene tiempo de pensar en el miedo". Esa es la primera frase que le viene a la mente al padre argentino Pedro Opeka para explicar cómo enfrentó el desafío de dejar su Argentina natal y radicarse en Madagascar, donde fundó la Asociación Humanitaria Akamasoa, dedicada a ayudar a los más pobres de esa nación africana.

Para responder a las preguntas de los lectores de BBC Mundo -como la de Elba Cano, de Venezuela- el padre Pedro explica que estuvo durante 15 años en la selva, "aprendiendo la lengua de Madagascar, aprendiendo las costumbres, las tradiciones, la mentalidad de ese pueblo".

De aquellos tiempos recuerda que "en la selva había pobreza, pero mucha solidaridad", pero cuando llegó al basurero de Antananarivo, donde actualmente trabaja, comprobó que "había miseria" y que "cada uno odiaba al hermano".

"Cuando vi ese odio entre los pobres de un basurero grité –en el momento no me di cuenta que no estaba solo y que había delante de mí un millar de personas que podrían haberme pegado–, 'hermanos, no puede ser que siendo tan pobres sean tan desunidos'. Lo dije en lengua malgache, con algunos proverbios malgaches, y con la fuerza que lo dije, ellos se quedaron sorprendidos".

Ahí comenzó una nueva vida. "No tuve tiempo de pensar en el miedo. Sólo veía esos niños que se disputaban la basura con cerdos y perros; ahí me quedé electrocutado. Yo no podía hablar. Hablar es burlarse de los pobres; aquí hay que actuar, hay que actuar ya, ahora".

"Una alianza con Dios"

Madagascar (Foto: Fabio Meloni y Anne Aubert)

El padre pedro lleva 20 años ayudando a que los más pobres en Madagascar tengan una economía sustentable.

El padre pedro cuenta en esta entrevista interactiva que hizo "una alianza con Dios". Esa fue la decisión que tomó tras sus primeros contactos con la gente del basurero y que 20 años más tarde, el trabajo que comenzó en un gran silencio, "sorprende a mucha gente".

Madagascar le reveló el rostro adusto de la miseria donde gran cantidad de niños mueren por enfermedades que son curables en los países desarrollados y comprobó que la resignación anidaba en muchas de esas familias. "Entonces yo dije: 'no hermanos; esta pobreza la vamos a vencer y vamos a salir y nuestros hijos tienen derecho a vivir con más dignidad y no morir a los cinco o seis años".

"No me puedo acostumbrar a enterrar a los muertos. Cada muerte para mí es un drama nuevo, es un dolor. Y así, con la gente que sufre, sufrimos juntos y decimos: 'bueno, trataremos de que en el futuro haya siempre menos muertes, de jóvenes, de gente que nunca debería morir'", explica tras evocar los comienzos del proyecto Akamasoa, al que define como "un gran movimiento de solidaridad".

La realidad del padre Pedro contrasta con la de los países desarrollados que según Richard Baptista León, de Caracas Venezuela, gastan mucho dinero en sus carreras armamentistas, pero no miran a los países hundidos en la miseria. "Yo estoy escandalizado", le responde.

"Siento mucha bronca como decimos en Argentina, yo estoy escandalizado y lo trato de gritar".

"No se mojan"

Opeka también tiene una posición crítica respecto a las cumbres internacionales sobre hambre y alimentación o a los objetivos del milenio.

Foto de Fabio Meloni y Anne Aubert

Para el padre Pedro, la gente en Madagascar no entiende de cumbres, sí de hambre y enfermedades.

"Son programas que ponen para darse buena conciencia, pero muy poca gente obra –sobre todo aquellos que más medios tienen–, no se comprometen, dan grandes ideas, dan consejos, pero no se mojan. No entran en la vida de los pobres, pero vienen con discursos que los pobres no comprenden aquí en África".

"Padre, tengo hambre; padre, estoy enfermo, no tengo dinero, no tengo trabajo, no tengo vivienda, no tengo qué darle de comer a mis hijos", es el lenguaje que según Opeka entiende la gente de Madagascar.

El padre considera que "no se puede hacer filosofía de la pobreza" y agrega que "aquí la combatimos cuerpo a cuerpo, todos los días, sin intermediarios".

"Yo no tengo fórmulas, pero sí puedo contagiar fuerza y convicción de que se puede hacer porque aquí lo hemos comenzando sin dinero y sin ser apoyados por las grandes entidades y grandes organismos internacionales".

Seguir el modelo

La obra del padre Pedro llamó la atención a muchos lectores de Latinoamérica, como Natalia Jimena de Rosario, Argentina, quien le preguntó si existe alguna posibilidad de extrapolar el proyecto de Madagascar a la región. "Yo pienso que los mecanismos se tienen que crear en cada lugar, en cada país".

"Así que le diría a Natalia que ideas hay, lo que nos falta es cumplirlas, es zambullirse en el medio de los pobres, entrar ahí adentro y comenzar con un pequeño proyecto. No hay que pensar en el gran proyecto. Nosotros empezamos aquí dándole de beber a los niños un poco de leche y un pedacito de pan".

El padre Pedro dice que su sueño es que "seamos una verdadera familia humana, que los unos a los otros nos sintamos como hermanos".

En ese sentido agrega que "compartir es amar, es una obligación moral que tenemos y no podemos basar la economía solamente en la ganancia".

Al ser consultado sobre la posibilidad de que un día se haga acreedor del premio Nobel de la Paz, expresa que "eso depende de la providencia". Sin embargo, aclara: "si algún día aparece algo así, más ventanas se abrirán para ayudar a los pobres más eficazmente".

A todos los lectores que le ofrecieron su ayuda al Padre Pedro o que desean comunicarse con él, pueden hacerlo a través de su página en internet: www.amigospadrepedro.com.ar



Fuente:

BBC en español

Escuche también:

La obra de Pedro Opeka
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