33 biografías de narcotraficantes
Mi tesis doctoral se enfoca en estudiar la violencia del narcotráfico a través del análisis de historias de vida.
Entre octubre de 2014 y enero de 2015 entrevisté a 33 hombres que trabajaron en el narco. Abordamos temas como su niñez y adolescencia, alcoholismo, drogas, vandalismo, su incursión y papel en el narco. Con el fin de entender el impacto de estas experiencias personales en la incursión de los participantes en el narcotráfico, estudié sus narrativas desde un punto de vista discursivo.
Por las características de mi estudio, su contribución es de dos tipos. Primero, metodológicamente, entrevistar a narcos de primera fuente es algo inédito en el mundo académico. Hasta la fecha no hay otro estudio que haya recopilado más de 30 entrevistas a exmiembros del narco. En términos académicos el estudio pone sobre la mesa una perspectiva que ha sido ignorada por investigadores, funcionarios públicos y políticos: la de los perpetradores. En este sentido, el análisis de la narración de sus vidas arroja luz sobre las posibles causas de su entrada en el narco y explica la lógica con la que entienden el mundo. Comprender ello es clave no solo para abordar un fenómeno complejo, sino para diseñar políticas públicas y de seguridad. Hasta ahora, dichas políticas se diseñan bajo la lógica de quienes las diseñan. No sorprende, entonces, su gran fracaso.
Narcos: ni monstruos ni víctimas
Para empezar, hay que reconocer que los narcos son parte de nuestra sociedad. Están expuestos a los mismos discursos, valores y tradiciones que todos nosotros. Uno de los principales problemas en México es que el Gobierno sistemáticamente los discrimina al reproducir el discurso binario estadounidense “ellos” y “nosotros”, “buenos” y “malos”. Este discurso, además de ser absurdo en su extrema simplicidad, opaca los múltiples matices que revelan las causas de esta violencia.
El análisis de las historias de vida de exnarcos arroja luz sobre dichos matices. Los participantes no se ven ni como víctimas ni como monstruos. Ellos no justifican su incorporación al narco como su “única opción” para sobrevivir, como muchos estudios académicos aseguran. Reconocen que entraron al narco porque, aun cuando la economía informal les permitía sobrevivir bien y mantener a sus familias, ellos querían “más”.
Karina García Reyes
es profesora de la Escuela de Sociología, Política y Relaciones
Internacionales y del departamento de Estudios Latinoamericanos,
University of Bristol.