Destacan el comercio con la costa de Ecuador, el norte de Chile, la Amazonía y zonas de Bolivia.
El impacto de la cultura de Caral trascendió los confines del valle de
Supe. Los últimos descubrimientos en la Ciudad Pesquera de Áspero
revelan el comercio que se realizaba con las costas de Ecuador y con la
Amazonía.
La doctora Ruth Shady Solís,
encargada de los trabajos arqueológicos, explicó que los
descubrimientos están obligando a manejar nuevas teorías sobre el rol de
los caralinos.
La especialista, máxima
autoridad sobre el periodo precerámico, indicó que algunos productos
pueden entenderse como parte del intercambio comercial entre distintas
regiones. Sin embargo, otros podrían ser la pista de una fuerte
migración de la Amazonía hacia la Costa debido a problemas climáticos.
La paz de Caral
Shady
relató que no solo en Áspero –ubicado en la desembocadura del río Supe–
se han encontrado objetos pertenecientes a otras latitudes. En sitios
como Miraya o Vichama se han encontrado sodalita, un mineral extraído en
Bolivia.
Incluso se ha hallado en Caral un
infante enterrado a la usanza de la cultura Chinchorro, desarrollada
entre Moquegua y el norte del actual Chile.
Lo que no se ha hallado son murallas ni armas, lo que empuja a pensar a Shady que en dicho tiempo no practicaban la guerra.
Subraya que desde el valle de Supe se diseminó la civilización, influyendo en otras regiones del continente.
Pero
lo que más le ha llamado la atención a la estudiosa es la numerosa
cantidad de productos de la selva. Por ejemplo, las plumas de guacamayo
verde y los tocados con el diseño conocido como “ojo de Dios”.
Ruth
Shady hace notar que dichos productos son aún usados en la Amazonía y
son símbolo de buena posición social para diferentes etnias.
La
arqueóloga contó a la Agencia que la teoría habitual que se manejaba
era que estos productos habían arribado a la Costa debido al comercio.
Pero por la cantidad de los hallazgos, ella está empezando a esbozar
otra hipótesis.
Inmigración
Ella
cree que la presencia de tantos objetos amazónicos son una señal de una
gran migración producto de grandes cambios climáticos que afectaron
primero al Oriente peruano.
Asimismo, hizo notar que cronológicamente estos objetos aparecen tiempo previo a que se abandone los asentamientos de Caral.
Para
Ruth Shady existe un paralelo entre lo que pasó por aquellos años
–alrededor de 1800 antes de Cristo– en el valle de Supe y Mesopotamia.
Ella indicó que por ese tiempo en esa zona de Asia se vivió un proceso
similar de movimientos demográficos.
Shady llamó a tomar nota del pasado para estar prevenidos ante los cambios climáticos que se podrían vivir en breve en el mundo.