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13 de septiembre de 2017

La Señora de Cao y el papel femenino en la sociedad peruana ancestral

Los hallazgos de las señoras de Cao y de Chornancap, a los que se suman las reflexiones de Maritza Villavicencio en su nuevo libro, exigen que revisemos el verdadero papel femenino en nuestras sociedades ancestrales. Y de paso, en la actualidad.


Durante mucho tiempo, la historiadora y fitomántica Maritza Villavicencio se anduvo cuestionando sobre el porvenir de las mujeres. “En el mundo –dice ella– se advierte la soterrada eliminación del sexo femenino”. Se refiere a lo que ocurre, por ejemplo, en el continente asiático, en el que el número de mujeres se reduce por millones (114 millones en el 2014) a causa del feticidio femenino –“La vida de las mujeres es tan dura en la India, Pakistán y China, y desventajosa económicamente para las familias que el aborto masivo de futuras niñas es una alternativa”–; o en Occidente, donde el modelo femenino de extrema delgadez impuesto por la moda y la industria del cine ha originado la pandemia de la anorexia. “Estos desórdenes alimenticios –advierte Maritza– atacan al 3% de la población mundial adolescente, siendo el 90% del sexo femenino”.

En el Perú, según ella, ocurre todo lo contrario. “Aquí las mujeres apuestan por la vida y la maternidad, y yo creo que el sustento de esta apuesta está enraizado en la memoria de las culturas milenarias del antiguo Perú. ¿La clave? La capacidad reproductiva y nutricia del cuerpo femenino fue sacralizada, el panteón religioso andino costeño y amazónico estuvo –está– poblado de diosas y, en consecuencia, con esa cosmovisión las mujeres estuvieron empoderadas en sus sociedades”.
Por eso, ella inició una investigación que finalmente ha quedado plasmada en el libro “Mujer, poder y alimentación en el antiguo Perú”.

—¿Qué es lo que la historia ha escondido sobre el papel que cumplieron nuestras antepasadas?
La historiografía y la enseñanza de la historia en las escuelas, así como su omisión en las universidades, han desvirtuado y ocultado el rol que realmente cumplieron las mujeres en el antiguo Perú. Lo poco que se ha escrito y enseñado sobre nuestras antepasadas son falsedades y falacias. Claro que hay excepciones como los caminos que abrieron la arqueóloga Rebeca Carrión Cachot y la historiadora María Rostworowski, pero la historia de las mujeres tal cual fuimos, tal cual fueron nuestras pasadas sociedades, aún está por escribirse.

—¿Por qué hemos tenido que esperar tanto para saber lo que pasó?
La influencia de teorías occidentales, la proyección del presente con inequidad de género, con mujeres secundarizadas y sin poder, se proyecta sin más al pasado y condiciona la mirada de académicos y científicos. Por ejemplo, en la huaca Huallamarca de San Isidro, Lima, desde la década del 50 del siglo XX se han encontrado tumbas y fardos de mujeres. ¿Quién lo sabe? ¿Quién estudia las más de 150 momias encontradas? Y, ojo, no se trata de añadir mujeres a la historia hecha, sino de reformular completamente el conocimiento de nuestra totalidad cultural.

—¿Qué debemos aprender de nuestras antepasadas?
Rescato cuatro aspectos. Uno: ellas delimitaron bastante bien las actividades que les conferían posicionamiento y poder: la reproducción, la taumaturgia, la textilería estatal y la alimentación ritual. Dos: tuvieron estructuras organizadas y jerarquizadas de manera exclusivamente femeninas. Tres: las waris e incas asumieron la administración y el gobierno local y regional. Cuatro: los fueros femeninos y masculinos tanto en el poder central como regional estuvieron claramente delimitados.

El artículo completo en: El Comercio (Perú)

4 de junio de 2017

El arte erótico de los Moches, una de las primeras civilizaciones de América


Las escenas que inquietan a los visitantes del Museo Larco, de Lima (Perú), pertenecen a la cultura moche, una civilización que floreció en lo que hoy es la costa norte peruana entre los siglos II y VIII después de Cristo. 

Aunque eso de florecer, es un decir. La tierra era avara y ruda. 

"Los moche se desarrollan en uno de los climas más secos del planeta", explica el arqueólogo Walter Alva a BBC Mundo.

Alva lideró en 1987 el hallazgo de la tumba del señor de Sipán, un gobernante moche cuyo entierro es considerado uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del continente. 

"No es que en las vasijas ellos hayan representado su vida diaria. Lo que hicieron fue plasmar escenas rituales y lo erótico está enmarcado en el principio de la vida", apunta. 

Las cerámicas muestran un frenesí de poses sexuales y, para esta antigua sociedad agrícola, el sexo se relacionaba con la fecundidad de la tierra. 

Quizá por ello, a pesar del detalle con el que los alfareros moche modelaron los genitales de sus esculturas, no pusieron mucho empeño en reflejar gestos de placer. 

En cambio, abundan las escenas sexuales que nada tienen que ver con la fertilidad, como el sexo oral, la masturbación e incluso el coito con los muertos. 

Y como veremos, son justamente estas últimas vasijas las que dan algunas pistas sobre la desaparición de esta cultura.

Ofrendas

Cuando el museo Larco trasladó los vestigios moche a Lima en la década de 1960, los menores de edad tenían prohibido ingresar a la sala de los huacos eróticos. 

Hoy, los colegios organizan excursiones.

Sin embargo, la gran mayoría de los casi 120.000 visitantes que recibe al año son turistas extranjeros.
Según la web de viajes Tripadvisor, recorrer este museo es la segunda actividad más popular en Perú, sólo después de la visita a Machu Picchu. 

"Tenemos unas 45 000 piezas y todas ellas, incluidas las vasijas con motivos sexuales, fueron encontradas en tumbas", indica Andrés Álvarez Calderón, director del museo.

Las figuras eróticas apenas representan el uno por ciento de la totalidad de los vestigios, pero su estudio revela un universo que va mucho más allá del sexo.

"Estos huacos son ofrendas que reflejan el círculo de la vida. Los moche no utilizaban las cerámicas eróticas para el uso diario", aclara a BBC Mundo. 

Pese a lo que imaginan algunos turistas, los antiguos habitantes del continente no se servían el desayuno en recipientes fálicos. 

El sexo en las vasijas era una manera de atraer la lluvia sobre sus campos desérticos y colocarlas en los entierros quería propiciar la fecundidad del campo. 

Pero, ¿podían reflejar también su vida sexual? 

El artículo completo en:

BBC 

28 de julio de 2013

El descubrimiento wari en Huarmey cambiará los textos escolares

El investigador Krzysztof Makowski analiza la importancia del hallazgo de la cámara funeraria.

El descubrimiento wari en Huarmey cambiará los textos escolares
 
El reconocido investigador de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Krzysztof Makowski, interpreta la importancia del extraordinario hallazgo ocurrido en el complejo arqueológico Castillo de Huarmey, en la región Áncash. Revela que la aparición de la cámara funeraria con más de medio centenar de damas de la alta nobleza wari aporta a la arqueología valiosa información con la que se podrá conocer la decadencia de la cultura Mochica y la conquista del imperio wari sobre las culturas de la costa norte.

¿Qué ideas nos puede dar para entender la cultura Wari?
Primero, debemos conocer la importancia de Wari en los textos de mis colegas y en los míos, desde los tiempos de Max Uhle. Hay un completo consenso que en el período comprendido entre los años 600 y 1000 de nuestra era, ocurrió un cambio brusco en la historia de la civilización andina.


¿Las culturas del norte influyeron sobre las del sur?
Sí existieron influencias norteñas en el sur; por ejemplo, la presencia de la cultura Cupisnique en Ayacucho. Sin embargo, se trata de excepciones. Hubo contactos, pero esto no afectó el desarrollo de las áreas. Se han encontrado casos de intercambio de obsidianas y spondylus entre culturas del norte y del sur. Existió una relación entre ellas, pero esto no significa que los desarrollos estén influenciados de manera profunda.


¿En qué momento se notan los cambios más profundos?
A partir del 600 hasta el 800 de nuestra era, esta situación cambia totalmente y de manera dramática en las tecnologías, los modos de construir, las formas de concebir la residencia del gobernante, los vestidos, los tocados, las maneras de tejer y teñir, los estilos de hacer los objetos, la difusión de los conocimientos del bronce, el auge de la producción de plata. Todos estos conocimientos –que tienen origen en el sur– se imponen en el norte y eso se ve claro en los sitios mochica.


¿En qué elementos se reflejaron los cambios?
Todos los símbolos de poder cambian. El kero –un vaso utilizado en los rituales más importantes– se impone y reemplaza a la copa moche; el tumi de forma sureña saca de la producción y uso al tumi del norte.


¿Wari fue un imperio como el de los incas?
Desde mi perspectiva, los waris fueron una confederación, como lo es todo imperio. Hubo un linaje, un líder, como lo fue Manco Cápac. Y él –gracias a su poderío militar– logra aglutinar a mucha gente que por voluntad o por la fuerza.


¿Qué definición le da usted al complejo cultural Castillo de Huarmey?
Nuestro sitio es el primer caso de capital wari encontrado en la costa norte. Como sabemos, la capital principal del imperio está en Cerro Baúl (Arequipa).


¿El hallazgo puede cambiar la forma de ver la historia?
Diría que aporta mucho y cambiará la mente de los investigadores y también la historia escolar, después de un merecido debate.


¿Por qué se afirma que el Castillo de Huarmey es wari?
Por la manera de construir las cámaras funerarias, con los pisos enlucidos y con el rígido organigrama octogonal (muros que se cruzan como si fuesen un panal de abejas) que es típicamente Wari de la sierra. Este estilo tiene paralelos en Conchopata y en el mismo Huari. La diferencia está en el material de construcción. Fue adobe porque lo construyó la gente local. En la sierra se hubiera hecho con piedra. Otro detalle es que los individuos sepultados no están tranquilamente extendidos como los moches, sino sentados en la típica posición wari y con envoltorios de pocas vueltas.


¿Podemos imaginarnos cómo fue la conquista de los waris en el norte?
No lo hicieron con blindados sino a pie. Ingresaron por los lugares débiles. No es casual entonces que los waris presionaron por la frontera moche quizá después por Casma, por el valle La Leche, y en Piura, donde también hay evidencias mochica.

Fuente:


24 de diciembre de 2009

Perú: Descubren tumbas de más 3 000 años

¿Cuál es la primera cultura que apareció en la costa peruana?

La cultura Cupisnique.

La cultura de Cupisnique fue una cultura precolombina que se desarrolló en la actual costa norte peruana, entre Virú y Lambayeque, y que floreció entre 1500 a. C. y 1000 a. C. Fue identificada por el arqueólogo peruano Rafael Larco Hoyle en Cupisnique, de donde toma su nombre, y en el valle de Chicama en los años 1940.

Esta cultura tuvo una característica arquitectura a base de adobe pero compartió estilos artísticos y símbolos religiosos con la cultura Chavín, que existió en la misma zona y que se desarrolló posteriormente. Fue contenporánea y se desarrolló en la misma zona que la cultura Salinar y la Gallinazo.

Trece tumbas de entre 3.000 y 3.500 años de antigüedad fueron descubiertas por arqueólogos peruanos en el complejo arqueológico de Ventarrón, en la región de Lambayeque, 791 kilómetros al norte de Lima, informaron hoy autoridades locales.
Se trata de 12 sepulturas de niños y adultos y una que aún no ha sido abierta, junto a las que se hallaron otras dos que corresponderían, según los investigadores, a culturas posteriores.
La importancia del hallazgo, resultado del trabajo de un equipo de excavación dirigido por el arqueólogo Ignacio Alva, radica en que las tumbas marcarían el transito cultural de la época arcaica a la era del formativo, momento histórico en que comienzan a aparecer elementos de cerámica.
"Hay ofrendas de recipientes en forma de botellas simples y platos, arte de la época que hemos llamado precupisnique, entendiendo que la primera cultura de la costa es la Cupisnique", explicó a la agencia estatal Andina Walter Alva, padre de Ignacio y descubridor del denominado como "Tutankamón de América": el señor de Sipán.
Los cuerpos de las tumbas fueron enterrados en posición fetal y junto a ellos se encontraron vasijas y tallas de turquesa del sur de Perú (a unos 1.000 kilómetros de donde se encuentran los enterramientos), así como sodalitas (un mineral habitual de la geografía Bolivia), lo que muestra el importante intercambio cultural que existió en la región hace 3.000 años.
Alva descartó que entre los restos encontrados esté alguna figura de autoridad, ya que, explicó, en la época a la que pertenecen los restos "no había grandes diferenciaciones de jerarquía, todos parecen población homogénea".
Los trabajos en el complejo arqueológico de Ventarrón, donde se trabaja desde hace tres años, ya permitieron descubrir en 2007 el templo más antiguo de la costa norte de Perú, de más de 4.000 años.
En su interior se encontró la pintura mural más primitiva de América, de un venado en una red, por el que el templo fue bautizado con el nombre de "Templo del Venado Cautivo".
Fuentes:

RPP Noticias

27 de agosto de 2009

Localizan tumba de guerrero mochica de 2 000 años

Jueves, 27 de agosto de 2009

Perú: Localizan tumba de guerrero mochica

Guerrero pertenece a la fase I de los mochicas, representa los origenes de la cultura Sipán.

Fue contemporáneo con Jescristo, pues sus restos tienen alrededor de 2 000 años.

Tumba del guerrero mochica. Se puede apreciar su armadura y su lanza.

Por la profundidad en que fueron hallados, los restos descubiertos en la tumba 15 del complejo arqueológico Huaca Rajada-Sipán pertenecerían a un noble guerrero, que sería uno de los personajes de élite que originó la cultura Mochica en Lambayeque.

Así lo dio a conocer el responsable del complejo arqueológico de Huaca Rajada-Sipán, Luis Chero Zurita. Él explico que, pese a que el proceso de excavación presenta un avance de 35%, se tiene la hipótesis de que el personaje hallado representaría los orígenes de Sipán y de la cultura Mochica en lo que hoy se conoce como el distrito de Zaña.

“Estaríamos frente a la tumba de un noble guerrero que dio origen a la dinastía y al apogeo de Sipán. Hasta hace poco se creía que solo había evidencias de la etapa Moche Medio en el valle, pero esta tumba nos revelaría orígenes mochicas”, reveló.

Chero detalló que se encontraban en los primeros niveles de excavación, pero habían ido apareciendo objetos, como una corona con la representación de un búho y posiblemente una porra de cobre dorado, además de un vestido de placas metálicas cuadradas y cuatro piezas de cerámica de finos acabados.

Las osamentas se encuentran medianamente conservadas, pues han sido dañadas por la fuerte humedad que aflora en el mausoleo real, detalló Chero.

La edad del personaje aún no se puede definir, pero se estima que el personaje tuvo una estatura de 1,65 metros. “Por los elementos hallados podría decirse que este noble reunió los poderes religioso y militar. Sobre otros aspectos no podemos opinar, porque se debe esperar un mayor avance en la excavación para conocer otros detalles de este personaje enterrado a 11,5 metros de profundidad y al sudeste de la tumba del Señor de Sipán”, comentó el arqueólogo.

Corona representando a un buho hallada en Huaca Rajada (Lambayeque)

Así informó el diario El Mundo, de España:

Un moche contemporáneo con Cristo

Casi al mismo tiempo que Jesucristo fuera crucificado por los romanos en lo que entonces era Palestina, un noble guerrero moche era enterrado en lo que acabó por convertirse en la pirámide de la dinastía de Sipán, una de las más poderosas de los valles del noroeste de Perú. Ocurría hace ahora unos 2.000 años.


Los restos de aquel personaje han aparecido hace unos días en las excavaciones que se llevan a cabo en el Valle de Lambayeque desde el año 1987 y que, bajo la dirección del arqueólogo Walter Alva, han vuelto a desvelar un tesoro oculto, en este caso en la base de la pirámide funeraria.

La tumba, la número 15 de las aparecidas hasta ahora, está situada sobre el suelo geológico, por lo que se cree que no hay nadie enterrado debajo. Para llegar hasta ella, los arqueólogos peruanos han tenido que trabajar en un agujero de más de 12 metros de profundidad, pero aseguran que el esfuerzo ha merecido la pena.

Los señores de Sipán

El noble, que aún no ha sido desenterrado en su totalidad, se cree que formaba parte del séquito con el que se solía acompañar a los señores gobernadores del valle, como se ha constatado en las tumbas superiores del Señor de Sipán y del Viejo Señor de Sipán.

"Lo que pensamos es que forma parte de un enterramiento mucho más importante de un gran dirigente, seguramente el primero de la dinastía mochica de Sipán. Se sabe porque los gobernantes siempre han aparecido mirando al Sur y sus acompañantes al Este [como este guerrero] o al Oeste", explica José Manuel Novoa, director de Explora Films, una productora española que participa de la financiación de las excavaciones, junto con el gobierno peruano y una fundación italiana, y tiene la exclusiva mundial de las imágenes de los hallazgos.

Novoa, que ha estado grabando los trabajos desde el principio de las excavaciones, ya documentó en 2007 el hallazgo de otra importante tumba en la necrópolis de Huaca Rajada. Fue la de otro guerrero cuyos aderezos ya han sido restaurados y forman parte del patrimonio cultural del país latinoamericano.

El gobierno peruano ha construido un museo a poca distancia para que los visitantes puedan conocer los detalles de una cultura milenaria que había desaparecido misteriosamente casi mil años antes de que llegaran los conquistadores españoles y se encontraran con los incas.

La participación española en el proyecto se remonta a mayo de 2007, cuando se firmó el acuerdo de colaboración para impulsar los hallazgos en el valle, tras unos años casi paralizados por falta de fondos. "Ahora estamos casi seguros de haber llegado al primero de la dinastía", comentó Luis Chero, el responsable de la excavación, cuando se tropezaron con el cuerpo del noble mochica.

Grandes artesanos

Una de las sorpresas fue comprobar que hace más de dos milenios aquellos moches, que llegaron a ser famosos por el arte de orfebrería y cerámica, ya eran grandes artistas con las piezde arcilla, profusamente decoradas. Novoa recuerda que esta civilización perdida fue capaz de dorar el cobre con una técnica que no se utilizaría en Europa hasta el siglo XIX. Y también soldaban metales.

Los mochicas eran un pueblo de agricultores y pescadores que nunca llegaron a tener un rey. Cada valle tenía su señor, como es el caso de Lambayeque y la dinastía de Sipán.

Fue en 1987 cuando Walter Alva, siguiendo las pistas de los huaqueros (ladrones de tumbas) dio con un tesoro en Huaca Rajada que ha sido comparado con el de Tutankamón: la tumba del Señor de Sipán, que reinó entre los siglos II y III, a la que siguió la del Viejo Señor de Sipán, su antepasado.

También se localizó la del sacerdote, así como las otras de mujeres y guerreros que fueron sacrificados con ellos, así hasta la número 15. Todos en Lambayeque están convencidos de que no será la última. Falta dar con su señor.

La máscara dorada

En la tumba número 15 de la pirámide de la dinastía de Sipán sólo asoman, de momento, los primeros restos de lo que fue la coraza, la máscara y demás aderezos con los que fue enterrado el personaje que se esconde tras ellos, cuya identidad aún se tardará meses en desvelar.

A la derecha del cuerpo, cubierto con bronce, puede verse la lanza. También se adivina la máscara con forma de búho, que los mochicas bañaban en oro, y los dos ojos, que fueron puestos de nácar sobre la máscara.

Alrededor, hay varios trozos de cerámica, y por primera vez en esta pirámide aparecen con dibujos geométricos de gran belleza. Están rotas en pequeños fragmentos, debido al peso del sedimento que las ha aplastado durante 2.000 años. En las 14 tumbas anteriores de Huaca Rajada, también había una gran cantidad de cerámicas, pero eran mucho más sencillas, de las que se utilizaban para dejar alimentos para que el viaje al otro mundo fuera menos duro.

Los arqueólogos tardarán semanas en consolidar todo el material para poder extraerlo sin que sufra más daños que los que ya ha causado el tiempo. Después será restaurado.

Palabras de Walter Alva

El director de museo Tumbas Reales de Sipán, Walter Alva, destacó que se trataría de un hallazgo muy importante para la historia porque es la tumba más antigua hallada hasta el momento y a la que se ha denominado como tumba fundacional de la élite mochica.

“Se trata de un personaje ubicado contextualmente en la etapa más antigua y estilísticamente posee materiales culturales que pertenecen a la fase I de la cultura Mochica”, declaró a este Diario el descubridor de Sipán.

Alva comentó que recién se estaban definiendo las osamentas y las ofrendas del personaje, debido a que el trabajo de excavación era lento porque había un elevado nivel de humedad de esta zona de la plataforma funeraria.

El hallazgo de esta tumba muy antigua probaría que, desde sus antiguos orígenes, Huaca Rajada fue un gran centro ceremonial de los mochicas.

Alva recordó que los indicios de esta tumba se conocieron el 2000, pero no se pudo someter a un proceso de excavación por falta de presupuesto.

Más datos

* La cámara funeraria correspondiente a la tumba 15 de la élite Sipán podría tener una antigüedad de entre 1.800 y 2.000 años. Es más antigua que el Señor de Sipán y que el Viejo Señor de Sipán.
* Los restos óseos se encuentran en un espacio de 2,40 metros de largo y 1,50 metros de ancho.
* En la zona arqueológica de Huaca Rajada-Sipán trabajan cincuenta obreros y ocho arqueólogos.

Fuentes:

El Comercio (Perú)

Agencia Andina (Perú)

Los Tiempos (Bolivia)

El Mundo (España)

ABC (España)

17 de mayo de 2007

SE REINICIAN LAS EXCAVACIONES.
En busca del tesoro de los mochicas de Perú.
Actualizado jueves 17/05/2007 10:53
ROSA M. TRISTÁN

MADRID.- El primero en detectar el tesoro que se escondía en las tierras de la aldea de Sipán, en Perú, fue un conejo. Escarbando en su corral, logró sacar una moneda de oro que puso sobre la pista a los arqueólogos, y a los saqueadores, del que es considerado el mayor hallazgo de las últimas décadas en Latinoamérica.

Siete años después de que las excavaciones quedaran paralizadas por falta de fondos, en el año 2000, dos productoras españolas, Explora Films y El Deseo, han financiado la reanudación de los trabajos, a la vez que documentarán audiovisualmente los descubrimientos que, sin duda, deparará el yacimiento de Huaca Rajada.

Fue a partir de 1987 cuando salió a la luz la deslumbrante tumba del Señor de Sipán, de la civilización Mochica, que surgió al norte de Perú entre el siglo III a. de C. y el siglo VII. El noble fue enterrado con sus esposas y sus bienes: pectorales de oro, joyas, vestimentas... No muy lejos aparecieron las tumbas de un sacerdote y de otro noble, bautizado como Viejo Señor de Sipán. Hoy, un museo en la ciudad de Chiclayo expone todas estas riquezas.

Pero se trata de una pequeña parte de lo que esconde Huaca Rajada, una pirámide que fue el centro ceremonial y la necrópolis de los mochicas. Desde finales de abril, gracias a la colaboración española y a otros fondos aportados por el Gobierno peruano, 50 obreros, bajo la dirección del arqueólogo Walter Alba, excavan en dos nuevas tumbas de las 12 que ya están localizadas. "Todo este trabajo lo vamos a grabar y, a la vez, haremos una reconstrucción histórica de cómo vivían los mochicas con más de 300 extras. Es tan importante como la tumba de Tutankamon en Egipto", asegura un eufórico José Manuel Novoa, director de documentales en Explora Films y promotor de este proyecto.

[foto de la noticia]

Una película

Ingredientes de película no le faltan. Saqueos, muertes, magia e incluso el FBI andan detrás de los hallazgos de Sipán. La primera noticia de lo que allí había la tuvieron dos policías en una taberna de la aldea, cuando vieron pagar un trago con una pieza arqueológica de oro. Era uno de los huaqueros (saqueadores de tumbas o huacas) que vivían de expoliar la zona de Huaca Rajada. Formaba parte de la banda de Ernil Bernal y en casa de su jefe decomisaron dos espectaculares cabezas de oro.

Inmediatamente avisaron a Walter Alba que no dudó, con su colega Lucho Chero, en hacer guardia día y noche armados con escopetas para proteger el lugar del saqueo. A los cuatro meses, hallaron la tumba del Señor de Sipán. "Se quedó impactado con tanta belleza. A partir de entonces recibió ayuda del FBI para recuperar piezas de gran valor que habían sido saqueadas", relata Novoa.

De hecho, se sabe que Ernil Bernal venía de esconder ocho sacos de oro en el campo cuando, al intentar escapar de su casa, le mató la Policía. ¿Qué pasó con ese tesoro arqueológico? "Hace un año me contaron que habían saqueado su ataúd y le habían cortado la cabeza para llevarla a un brujo. Querían que les contara donde los ocultó. Curiosamente, ahora su hijo trabaja en la excavación con Walter", firma. Novoa, que conoce Sipán desde 1991, asegura que aún hay quien anda buscando el botín de Bernal.

De la civilización mochica se sabe que vivía de la agricultura y la pesca y que llegaron a tener ciudades de 15.000 habitantes, de las más grandes del mundo. Los mochicas hicieron un entramado de canales de agua, que aún hoy se utilizan, en ésta desértica región del norte de Perú, que convirtieron en un vergel.

Además, eran grandes orfebres y artistas, como demuestran las piezas halladas en Sipán, cuyo señor gobernaba sobre todo el valle. Sobre su decadencia, se cree que acabaron siendo absorbidos por otras culturas precedentes de los poderosos incas.

La participación de los productores españoles (en colaboración con TVE y el apoyo de la Sociedad Geográfica Española) ha sido crucial para resucitar el interés en las excavaciones. No sólo por los 200.000 euros que han aportado, sino porque la recreación de la cultura mochica (sus vestimentas, sus construcciones, sus costumbres) son un acicate más para los investigadores que hay en el terreno.

A cambio tienen un contrato hasta diciembre para grabar en directo todo lo que vaya apareciendo en Huaca Rajada. "Era la necrópolis sagrada de los nobles. No se sabe aún si había algún rey supremo sobre los señores, pero no hay duda de que es uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del siglo XX", concluye con ensutiasmo Novoa.



Fuente:

El País - Tecnología (incluye video)
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