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27 de febrero de 2020

Entrevista con Alex Beard: "Ser maestro debe ser el trabajo más importante del siglo XXI"

Alex Beard (Reino Unido) era maestro en una escuela en el sur de Londres hasta que, después de un tiempo de sentirse estancado en su oficio como profesor, decidió partir en búsqueda de nuevas alternativas.


¿Cuáles son los peores errores que se están cometiendo en educación estos días?

Creo que el mayor error, que estamos cometiendo actualmente, es: las escuelas se quedaron en el pasado y, bajo estos métodos caducos, nos pasamos 12 años dentro de las aulas, por lo que es muy difícil cambiar nuestras ideas sobre cómo debe ser la escuela.

El segundo reto que afronta la educación de hoy es que no sabe con claridad en qué debe enfocarse, en qué debe centrarse teniendo en cuenta el futuro. Cuando me veo de nuevo en un aula de clases, me veo como un profesor que entrena a los niños para que superen un examen.

Para que saquen una nota aceptable, que es lo que necesitan, si hablamos en términos prácticos, para pasar de grado en el colegio.

Y eso no tiene nada que ver con formar profesionales del futuro…

Exactamente, los estamos entrenando para empleos y oficios que en el futuro van a poder hacer los robots. Me queda claro que no los estoy preparando para nada de lo que viene. Y el error que estamos cometiendo es que ponemos mucha de esa culpa en los maestros.

Lo que creo que debemos hacer es convertir al maestro o maestra en una de las personas más importantes de la sociedad. Porque al final son ellos los que van a moldear nuestra creatividad, nuestra cohesión social, los que van a sentar las bases que lleven a crear una economía fuerte y sostenible.

Debemos esforzarnos por darles autonomía y fortalecer su profesionalismo, en vez de culparlos porque las generaciones más jóvenes no dan la talla.

En ese sentido, ¿qué habilidades deben enseñar los maestros en las aulas para afrontar el futuro?

Creo que los niños requieren tres cosas.

La primera es aprender a pensar, pero de una manera acorde a los retos del futuro. Deben pensar de forma crítica sobre el mundo, sobre el rol que quieren ejercer a partir de un conocimiento profundo de ellos mismos.

Lo segundo es aprender a actuar, pero especialmente cómo ser unas personas creativas. Ahora estamos afrontando retos inmensos en cuestiones ambientales, el aumento de la desigualdad, un escenario donde los trabajos actuales serán reemplazados por máquinas… Así que allí vamos a necesitar que los niños desarrollen a fondo su creatividad. Y eso significa que los niños no solo deben aprender a ser creativos, sino también a trabajar, con la ayuda de las nuevas tecnologías, en conjunto con otras personas.

Y lo tercero, aplicar esa creatividad en la resolución de problemas que afronta el mundo moderno. Para cuidarse a ellos mismos y a las personas que los rodean.

Mientras la sociedad se polariza cada vez más, los estudiantes necesitan desarrollar su inteligencia emocional (a modo de una competencia transversal) para ser capaces de conectar y sentir empatía con otras personas, ya sean de su comunidad o a nivel global.

Pero sobre todo que aprendan a comprender su propio desarrollo emocional, para que sean capaces de manejar su bienestar en un mundo en el que cada día es más difícil vivir.

Hay un tema que está presente en su libro "Nuevas formas de aprender", el papel de la educación en ayudar a buscar "el sentido en las cosas que estamos haciendo".

Y una de las cosas que los científicos cognitivos han encontrado es que hay una jerarquía en nuestras experiencias cuyos resultados nos llevan a aprender. Si insistimos en repetir y memorizar, entonces vas a retener una cierta cantidad de conocimiento y vas a aprender en alguna medida.

Pero, pero si las cosas que estás aprendiendo te causan una reacción emocional - o sea, te hacen sentir entusiasmado, triste, confundido, te estremecen y así- es posible que retengas más conocimiento que a través de la memorización.

Lo más importante de eso es que tanto los investigadores como los psicólogos han llegado a la misma conclusión: que si ese aprendizaje tiene un sentido para los estudiantes, es entonces cuando realmente ocurre. 

¿Y qué significa que el aprendizaje tenga sentido?

Por lo tanto, es posible que te interese el cambio climático, que te importe la creciente desigualdad dentro de la sociedad y si puedes aplicar el aprendizaje que se está llevando a cabo en el aula a intentar resolver problemas relacionados con esos temas que a ti te importan, entonces encontrarás significado en el aprendizaje y en la aplicación de ese aprendizaje.

El libro habla de la conexión entre el aprendizaje, la tecnología y la inteligencia artificial ¿es posible que el ser profesor pueda ser considerado una profesión obsoleta en el futuro?

Veía cómo las nuevas tecnologías, las redes sociales y el surgimiento del big data estaban tomándolo todo alrededor y, de un momento a otro, mi principal interés fue saber cómo esas nuevas tecnologías, entre las que se cuenta la inteligencia artificial, se aplicaban en el campo de la docencia. Si realmente las nuevas tecnologías podían transformar el modo en que aprendemos.

Por eso, si la premisa era que los robots nos iban a quitar nuestro trabajo, mi primer destino fue Silicon Valley. Y allí vi por primera vez a un robot profesor. Y no era un androide que estaba de frente a un salón de clases: era, en cambio, un software de inteligencia artificial dentro de un ambiente de aprendizaje por internet.

¿Cómo funcionaba eso? 

Ellos tenían un laboratorio de enseñanza donde había un profesor y unos diez niños de 5 años, cada uno frente a un computador, con audífonos. Todos los niños estaban callados, concentrados en su computadora, donde había programas diseñados para ayudarles con su aprendizaje de lengua o con la solución de problemas matemáticos.

Lo interesante allí era que mientras el programa ayudaba a los estudiantes, a la vez "aprendía" con los datos que obtenía en cada sesión cuáles eran las debilidades y fortalezas de esos niños y automáticamente adaptaba esa experiencia para la siguiente sesión.

Así que al final se ofrecía un trabajo casi personalizado de aprendizaje, a la vez que estos datos se pasaban a los profesores, que contaban así con más información sobre cada uno de sus estudiantes.
Este es un ejemplo de lo que ha ocurrido: la inteligencia artificial no ha sobrepasado a los maestros, sino que se ha convertido en una herramienta útil, en un complemento muy necesario.

Otro ejemplo: en 2013, un estudio de la Oxford Martin School reveló que había 700 profesiones que podrían ser reemplazadas por robots en el futuro, pero ninguno de los trabajos relacionados con la docencia -o sea, maestro de primaria, preescolar, profesor bachillerato e incluso universitario- iban camino a desaparecer. Y es verdad. Y eso ocurre porque enseñar es el proceso humano definitivo.

¿Y no hay riesgos en esas convivencias con los datos y la inteligencia artificial?

Aunque haya inteligencia artificial o robots, la educación depende de la interacción humana. Aprendemos de manera natural, pero nacemos para aprender en sociedad. Nosotros conocemos las cosas de otras personas. Y en el futuro, vamos ver muchos avances tecnológicos, pero van a ser incorporados y utilizados por los maestros.

El gran riesgo es que esa inteligencia artificial logre ser mejor que los peores maestros en algunas zonas del mundo. Y el riesgo existe porque la inteligencia artificial es barata. Y tal vez no sea la mejor educación que un maestro pueda dar, pero al menos va ser más barata. Y eso es un gran peligro.

Pero esa es mi versión pesimista del futuro. Yo creo que podemos evitarla si invertimos más en los maestros, en su formación, que dé como resultado profesores más expertos y mucho más capaces de manejar adecuadamente las herramientas tecnológicas.

Pero hablando de eso, varias veces has dicho que los profesores son bastante reacios a aceptar esas nuevas maneras de enseñar, ¿por qué ocurre esto y cómo se puede resolver?

Creo que, en primer lugar, la enseñanza va ser el trabajo más importante del siglo XXI.

Estamos viviendo una era en la que los recursos de la Tierra se están agotando, nos estamos quedando sin nada.

Y lo único que es ilimitado, el único recurso ilimitado que tenemos, es la inteligencia humana, el ingenio humano, nuestra capacidad para resolver problemas. Los maestros son los que cultivan ese potencial humano.

¿Cuál crees que son los principales desafíos que enfrenta la educación en América Latina?

El principal es el tema de la inequidad. Creo que el sistema educativo en América Latina es significativamente desigual en el mayor nivel con relación al de los niveles más bajos.

Hay unos colegios excelentes, pero la gran mayoría de ellos solo son accesibles para el sector pudiente de la sociedad. Y al mirar hacia el otro lado del espectro, tienes unas escuelas que realmente están luchando por sobrevivir. Esa desigualdad es mucho más evidente entre centros urbanos y zonas rurales.

El otro gran desafío creo que es el acceso a la educación misma para muchos niños. Ya ni hablar de educación de calidad: hay lugares donde los niños solo tienen acceso a cinco años de colegio, no más.

Y el tercer punto, creo que el más crítico, son los maestros. Que es el mayor desafío también alrededor del mundo. Hay que resolver los problemas de formación, pero no solo eso, sino de capacitación, de fomento de la vocación y de que no dejen el oficio por otros trabajos mejor pagos.

Muchas de las escuelas en América Latina tienen un cariz religioso o confesional, ¿eso no es un obstáculo para un proceso de aprendizaje óptimo?

Bueno, creo que hay dos elementos que son fundamentales en el trabajo que realiza la escuela hoy en día.

Por un lado, ayuda a los estudiantes a entender quiénes son como ciudadanos, como miembros de una comunidad. Y transmite los valores de esa comunidad.

Y por otro lado, está el objetivo de formar personas creativas y comprometidas con la sociedad y que deseen acceder a la mayor cantidad de conocimiento posible.

Los colegios religiosos, en la mayoría de los casos, hacen muy bien lo primero, pero el error en el que no pueden caer estos colegios es el de limitar la ejecución de proyectos educativos excitantes que ayuden a desarrollar las habilidades necesarias para afrontar el siglo XXI.

La entrevista completa en: BBC Mundo




21 de febrero de 2020

“Morir es un alivio”: exnarcos explican por qué fracasa la guerra contra la droga

La clave para atacar la violencia es entenderla: ¿de dónde viene? ¿Cómo se reproduce? ¿Cómo lidiar con ella? Y un nuevo enfoque para conseguirlo es preguntar a quienes la protagonizan, le damos la palabra a Karina Reyes:


33 biografías de narcotraficantes

Mi tesis doctoral se enfoca en estudiar la violencia del narcotráfico a través del análisis de historias de vida.

Entre octubre de 2014 y enero de 2015 entrevisté a 33 hombres que trabajaron en el narco. Abordamos temas como su niñez y adolescencia, alcoholismo, drogas, vandalismo, su incursión y papel en el narco. Con el fin de entender el impacto de estas experiencias personales en la incursión de los participantes en el narcotráfico, estudié sus narrativas desde un punto de vista discursivo.

Por las características de mi estudio, su contribución es de dos tipos. Primero, metodológicamente, entrevistar a narcos de primera fuente es algo inédito en el mundo académico. Hasta la fecha no hay otro estudio que haya recopilado más de 30 entrevistas a exmiembros del narco. En términos académicos el estudio pone sobre la mesa una perspectiva que ha sido ignorada por investigadores, funcionarios públicos y políticos: la de los perpetradores. En este sentido, el análisis de la narración de sus vidas arroja luz sobre las posibles causas de su entrada en el narco y explica la lógica con la que entienden el mundo. Comprender ello es clave no solo para abordar un fenómeno complejo, sino para diseñar políticas públicas y de seguridad. Hasta ahora, dichas políticas se diseñan bajo la lógica de quienes las diseñan. No sorprende, entonces, su gran fracaso.

Narcos: ni monstruos ni víctimas

Para empezar, hay que reconocer que los narcos son parte de nuestra sociedad. Están expuestos a los mismos discursos, valores y tradiciones que todos nosotros. Uno de los principales problemas en México es que el Gobierno sistemáticamente los discrimina al reproducir el discurso binario estadounidense “ellos” y “nosotros”, “buenos” y “malos”. Este discurso, además de ser absurdo en su extrema simplicidad, opaca los múltiples matices que revelan las causas de esta violencia.

El análisis de las historias de vida de exnarcos arroja luz sobre dichos matices. Los participantes no se ven ni como víctimas ni como monstruos. Ellos no justifican su incorporación al narco como su “única opción” para sobrevivir, como muchos estudios académicos aseguran. Reconocen que entraron al narco porque, aun cuando la economía informal les permitía sobrevivir bien y mantener a sus familias, ellos querían “más”.

Karina García Reyes es profesora de la Escuela de Sociología, Política y Relaciones Internacionales y del departamento de Estudios Latinoamericanos, University of Bristol. 



14 de enero de 2020

Lisa Randell: vivimos en "la época más inteligente y en la más estúpida"

Una entrevista con una de las mujeres más relevantes en el campo de la física, quien fue la primera en ocupar la cátedra de Física Teórica de las universidades de Harvard y Princeton. Para la física, el hecho de que la física avance, pero aun así existan personas que no creen en las vacunas o se declaran terraplanistas, tiene que ver con una incapacidad de la ciencia para explicar sus conceptos al común de la gente.


El diario El Espectador, de Colombia, le realizó la siguiente entrevista:

La física pasa por un buen momento. En los últimos años ha habido grandes descubrimientos, como el bosón de Higgs y las ondas gravitacionales. ¿Se siente afortunada de vivir en esta época?
Resulta gracioso, porque a pesar de todos estos descubrimientos siempre estamos interesados en lo que vendrá, en lo siguiente. El bosón de Higgs fue predicho hace 50 años. Nos interesa conocer qué hay más allá del modelo estándar de partículas. Esto no significa que los experimentos actuales no sean buenos, pero parece que necesitaremos energías mucho más altas para conocer aún más. No sabemos qué aprenderemos de los futuros experimentos. Pasarán muchos años hasta que se construya un colisionador de partículas de altas energías, si es que llega a existir. Por otro lado, las ondas gravitacionales pasan por un momento emocionante. Estamos justo al principio, es apasionante.

¿Qué significaría un colisionador de altas energías como el que quiere construir China?
Tendremos mucha suerte si se llega a construir. Hay propuestas de China y del CERN, que ha planteado la construcción de un futuro acelerador circular (FCC). Esto no significa que el actual LHC caduque, ya que pasarán muchos años antes de que el CERN lleve a cabo ese proyecto. El próximo paso no serán las altas energías, sino la etapa de alta luminosidad del LHC. Esto permitirá hacer muy buena física, pero no creo que haya nada que reemplace a las altas energías.

A pesar del conocimiento actual del universo, siguen existiendo terraplanistas. ¿Cómo se lo explica?
Sí, resulta gracioso. Además, estamos lidiando con la actual situación política en Estados Unidos… De algún modo, vivimos en la época más inteligente y en la más estúpida. No sé a qué se debe, si están asustados o no confían en la ciencia. Una de las cuestiones que me planteo al escribir libros de divulgación es por qué hay gente tan reticente a ciertas ideas. Claro que la mayoría de los que leen mis libros no son terraplanistas, pero mi intención es hacer que mis ideas se comprendan bien. Si no te dedicas a la ciencia, no tienes porque tener ciertos conocimientos. Debe haber algo más que explique por qué la gente desconfía de la ciencia, no sé qué es. Es algo que debemos abordar.

Otra de las cuestiones que la humanidad debería abordar es el cambio climático. ¿Le preocupa el futuro de la Tierra?
No me preocupa la Tierra, me preocupa la vida en la Tierra [ríe]. Nuestro planeta sobrevivirá. Creo que estamos provocando cambios muy rápidos, más de lo que podemos controlar. Es muy difícil mantener el estilo de vida actual, aunque encontremos otras fuentes de energía. Hay mucha gente que no ve naturaleza en su día a día. Yo me crié en Queens y no salía al campo, es algo que no hacía y que ahora me hace muy feliz. Creo que estamos desconectados de la naturaleza. No pensamos en las consecuencias masivas de todo esto. Hay especies que quizás ya no tengan donde ir. Si destruimos sus hábitats no van a sobrevivir.

La entrevista completa en: El Espectador (Colombia)



20 de agosto de 2019

“Las plantas están estresadas, florecen en épocas en las que no toca”

Botánica y genetista del Instituto Salk, es una de las ganadoras del Premio Princesa de Asturias de Investigación por su revolucionario proyecto sobre el empleo de cultivos en la reducción de CO2 


Joanne Chory cree que una de las herramientas más efectivas para frenar el cambio climático está delante de nosotros. No hay que fabricar nada. Es algo que naturalmente se lleva perfeccionando millones de años y solo hay que dirigir el proceso un poco para que tenga un importante impacto en la reducción de CO2 . Con una modificación genética, las plantas pueden desarrollar raíces más duras y profundas que contengan parte del CO2 que normalmente expulsan a la atmósfera al pudrirse. A gran escala, si se aplica en los grandes cultivos de cereal en el mundo, podría reducir en un 20% la emisión de dióxido de carbono que está provocando el cambio climático. La idea de Chory (Boston, 63 años) le ha valido el Premio Princesa de Asturias de Investigación de este año. Chory recibió a EL PAÍS en su despacho del Instituto Salk en La Jolla, California. Los síntomas del párkinson que le diagnosticaron hace 15 años son ya muy visibles. Aun así, sigue acudiendo a diario a trabajar. Si acaso, es un estímulo para correr más deprisa en la batalla por el planeta.

PREGUNTA. Cuando empezó a estudiar la genética de las plantas, hace 30 años, el calentamiento global solo lo estudiaban los expertos en el clima, no preocupaba a otras disciplinas.
RESPUESTA. Sí, el resto de la comunidad científica estaba dormida. Los periódicos apenas hablaban de ello. El debate estaba circunscrito a la climatología. Como en todo, en la ciencia hay un mainstream. No sé de quién es la culpa, o si hay una culpa. Quizá la gente no tenía suficiente información para darse cuenta de que el problema lo estábamos causando nosotros.

P. ¿Qué efecto tiene el cambio climático en las plantas?
R. Todas las plantas están estresadas. Es fácil de ver desde hace 20 años. Yo lo noto en mi jardín: todo florece cuando no toca. Tengo una magnolia china que está dando flor en medio del invierno, no tiene ningún sentido. Y luego se muere en verano, cuando debería estar verde y bonita. Suelo decir que mi magnolia vive en la zona horaria de China y tiene jet lag.

P. Su proyecto en cuestión, ¿cómo favorece que las plantas participen en la lucha contra el cambio climático?
R. El objetivo es ayudar a las plantas a redistribuir parte del dióxido de carbono que absorben normalmente con la fotosíntesis. Es decir, toman CO2 del aire y agua de la tierra, y por medio de la fotosíntesis lo convierten en azúcares. Cuando la planta muere, esos azúcares vuelven a la atmósfera transformados de nuevo en dióxido de carbono. Nuestro proyecto trata de que la planta guarde ese CO2 en una parte que sea resistente a la descomposición. Los niveles de CO2 son más altos en invierno, cuando sucede la descomposición, y más bajos cuando las plantas están creciendo. Eso nos indica que hay una forma de facilitar que las plantas ayuden a reducir el dióxido de carbono.

P. ¿Cómo son esas plantas modificadas?
R. Tienen raíces más profundas y producen más suberina, que es básicamente corcho. Ahí almacenan carbono. En sequías, eso evita que se seque la planta. Y si hay mucha agua evita que se ahogue. Le hacemos fabricar más corcho, en raíces más grandes y más profundas. La planta absorbe la misma cantidad de CO2, y nuestro trabajo afecta solo a la manera en que lo distribuye. En vez de ponerlo en las hojas, que se descomponen y lo devuelven a la atmósfera, lo ponemos en ese tejido, dentro del suelo y estable. Para reducir el nivel de dióxido de carbono de la atmósfera puedes utilizar máquinas muy grandes y caras. O puedes dejar que las plantas hagan lo que saben hacer y llevan perfeccionando durante 500 millones de años. Solo queremos entrenarlas para que una parte del CO2 lo entierren en lugar de soltarlo todo a la atmósfera.

El artículo completo en: El País (Ciencia)
 

4 de junio de 2019

Víctor Arufe: “El currículo educativo necesita ser destruido y empezar desde cero”


Docente en la Universidad de A Coruña, premio EDUCA ABANCA al Mejor Docente de 2017 y autor del blog ‘Educación, Innovación y Emprendimiento’, Víctor Arufe analiza en esta entrevista la situación actual de la educación, comparte su opinión sobre los exámenes y propone la necesidad de rediseñar el currículo.

En la ‘Educación por escenarios’, el último libro de Víctor Arufe (Premio EDUCA ABANCA al mejor Docente en 2017 y profesor en la Universidad de A Coruña), aborda 83 estrategias prácticas para educar desde los primeros años de vida hasta la etapa adulta en diferentes escenarios como la casa, la escuela o, incluso, los centros comerciales. Hemos conversado  con él sobre el tema central de su nueva obra: la importancia de una buena educación en todas las edades.
Víctor Arufe Currículo educativo
Pregunta: De las 83 claves que propones en tu libro para la buena educación, ¿cuáles serían las 5 esenciales?
Respuesta: Todas ellas son muy importantes, ya que son estrategias para mejorar la educación de los niños en cada uno de los muchos escenarios donde actúan y participan: el hogar, la calle, la visita a un centro comercial pasando por las escuelas deportivas, el colegio, las excursiones, las vacaciones, etc.
Pero, si tuviese que destacar cinco, buscaría aquellas que más potencien la educación en valores, las variables psicológicas y psicosociales de los estudiantes, la ética y moral y el favorecimiento de la convivencia. Es decir, básicamente aquellas que afectan al capital humano de una persona.

P: ¿Qué papel juega la escuela en la educación de los pequeños? ¿Y las familias?
R: Debe tener un papel potenciador del capital humano, a sabiendas que tradicionalmente el papel de la educación se les atribuía principalmente a las familias, que deberían conocer las estrategias más importantes de la educación. Tener un hijo es una gran responsabilidad personal y social, por lo que no podemos abandonar a los niños en su educación. Deben adquirir valores, rutinas, participar socialmente, potenciar sus capacidades físicas, psíquicas, afectivas, sociales y emocionales.
«No podemos abandonar a los niños en su educación»
P: ¿Deberes sí o no?
R: Particularmente, no soy muy partidario de los deberes. Considero que los estudiantes ya tienen su jornada laboral en la escuela y no hay necesidad de sobrecargarlos de más tareas a realizar en su tiempo libre. También tienen derecho al tiempo de ocio, a jugar, a estar con su familia, a practicar deporte o realizar alguna actividad extraescolar que les guste o, simplemente, a contemplar o empezar a crear a partir del aburrimiento. Además, muchas veces los profesores no se coordinan entre ellos y, al final, aunque cada uno solo ponga 20 minutos de deberes, al final se juntan con casi dos horas de trabajo extra.

Bien enfocados pueden tener algunos efectos positivos pero, lamentablemente, asistimos a una escuela donde parece que solo se valora la capacidad de memorizar datos, volcarlos en un examen y conseguir buenas calificaciones (algo que solo sirve para escalar puestos en los rankings de educación por países). Nos estamos cargando la infancia y juventud de los estudiantes porque ven en la escuela un lugar del que están deseando salir, en vez de un espacio donde disfrutar.

Lea el artículo completo en: Educación 3.0. 

7 de enero de 2019

Lluís Motoliu: “Han creado una estirpe nueva de humanos”

El investigador lamenta la supuesta creación en China de dos niñas modificadas genéticamente.

Lluís Montoliu llevaba meses escuchando “rumores” de que en China ya existían niños editados genéticamente. Ayer, este biólogo barcelonés de 55 años sintió “escalofríos” al ver el vídeo en el que el científico He Jiankui anuncia “con un tono mesiánico” el nacimiento de dos hermanas gemelas con un gen inactivado para hacerlas inmunes a la infección por el virus del sida. Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología y presidente fundador de la Sociedad Internacional para las Tecnologías Transgénicas, utiliza la técnica CRISPR para crear ratones con enfermedades raras similares a las humanas, como el albinismo. En su opinión, todavía hay demasiados riesgos desconocidos como para aplicar la herramienta a embriones humanos con fines terapéuticos. En el caso de China, además, no se trata de una aplicación para tratar una enfermedad hereditaria. Los embriones estaban sanos. Es, según lamenta Montoliu, un presunto intento de mejora genética de la especie humana.

Pregunta. ¿Qué opina del anuncio de He Jiankui?

Respuesta. Hay que mantener el escepticismo y asumir que todavía no sabemos si esto que nos cuentan ha ocurrido realmente. Ya nos hemos comido muchas noticias procedentes de China que luego hemos tenido que corregir o retractar. Más que una comunicación científica, parece un anuncio de algunas de las empresas de este investigador, que tiene empresas y por lo tanto tiene intereses al respecto. Legítimos, pero intereses al fin y al cabo. Este martes empieza un congreso mundial de edición genética en Hong Kong. Qué mejor caja de resonancia. Ha conseguido una enorme campaña de publicidad y ahora tendrá colas tremendas de parejas que le solicitarán este proceso de edición genética.

P. ¿Es ético?

R. Se ha abierto una caja de Pandora. Es de una irresponsabilidad colosal. No es una edición para curar. Es una mejora genética. El paso siguiente es una eugenesia total. Le dirán a los padres: “¿Qué desea usted?”. Se ha abierto la veda, que es lo que no queríamos que sucediera, pero que ha sucedido donde sabíamos que ocurriría: en China. Hay que decir claramente que este experimento es ilegal en nuestro país y además es ilegal en muchos otros países, incluyendo EE UU y Reino Unido, donde sí es posible la edición genética de embriones en investigación, pero no su implantación [en una madre].

P. ¿Cómo serán esas niñas?

R. Lo más normal es que sean niñas mosaico, con diferentes códigos genéticos en sus células. Es algo absolutamente irresponsable. Al cabo de 20 o 30 años podrían desarrollar una enfermedad autoinmune, en la que las defensas de su organismo ataquen a sus propias células. Y los cambios en estas niñas se transmitirán a sus hijos. El impacto bioético trasciende a las niñas. Los investigadores chinos han creado una estirpe nueva de humanos, en sentido estricto. El mensaje que están enviando es terrible. Habrá más gente que quiera que le inactiven este gen a sus hijos. Los autores han cruzado dos líneas rojas: un embrión humano editado genéticamente ha sido implantado y gestado. Y, además, la aplicación es de mejora genética, no es terapéutica.

P. ¿Hay alguna manera de evitar estos experimentos en humanos?

R. Este año hemos lanzado en París la Asociación para la Investigación Responsable e Innovación en Edición Genética (ARRIGE, por sus siglas en inglés). Hemos incorporado a la Unesco. Una de nuestras propuestas es impulsar la gobernanza internacional, pero somos conscientes de que es muy difícil. Hay pocos tratados que tengan una trascendencia mundial, al margen de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Quizá sea el momento de hacer un tratado internacional para regular la edición genética. Lo que parece haber ocurrido en China obligaría a disponer de una legislación internacional.

P. ¿Qué podría salir mal en el caso de China?

R. La inactivación de un gen mediante edición genética, mediante CRISPR, es la aplicación más sencilla de todas. Pese a eso, una de las hermanas gemelas parece tener las dos copias del gen inactivadas, mientras que la otra hermana solo tiene una de las dos copias inactivada, según admite el investigador. Me alucina que lo reconozca sin problema. Esto demuestra su incapacidad para controlar el sistema. Yo a este investigador le pediría que nos contara exactamente qué ha hecho y cómo, para que pudiéramos valorar cuál es el impacto del experimento.

Tomado de: El País (España)

3 de noviembre de 2018

Sara Purca: "No hay un metro de mar peruano que no esté contaminado con plástico"

Las proyecciones sugieren que para el 2050 habrá 250 millones de toneladas de plástico en el mar.

*El pasado 31 de octubre, la Comisión de Economía del Congreso aprobó el dictamen de la propuesta legislativa que promueve la reducción gradual del consumo de bolsas de plástico. A través de un impuesto, la iniciativa busca desincentivar su producción. Si bien aún falta que sea aprobada por el Pleno, es un gran avance. El daño que le hacen las bolsas al medioambiente es notable. Un claro ejemplo es nuestro litoral, en donde, según la oceanógrafa Sara Purca, "no hay metro cúbico que esté libre de microplásticos". Para conocer el impacto, a continuación, publicamos la entrevista que El Comercio le hizo a la especialista en abril de 2018.

Cada año millones de toneladas de basura ingresan al mar. En el Océano Pacífico crece una isla de basura gigante, considerada de las mayores concentraciones de desperdicios plásticos del mundo, que ya casi ha triplicado el tamaño de Francia. Las consecuencias son alarmantes, la ONU prevé que para el 2050 habrá más plásticos que peces en el mar.

El Perú no está exento de esta problemática. Nuestro estilo de vida dependiente de los productos sintéticos ha ocasionado que el ecosistema marino se vea cada vez más afectado. Para comprender las consecuencias que esto acarrea conversamos con Sara Purca, oceanógrafa peruana que desde hace más de 10 años vigila el mar de nuestro país.

Sara recibió el “Premio Nacional Por las Mujeres en la Ciencia” organizado por L’Oréal, Unesco, Concytec y la Academia Nacional de Ciencias, que busca reconocer la trayectoria de científicas peruanas y su valioso aporte al desarrollo del país.

El premio lo tuvo bien merecido, ya que su labor es de vital importancia para el futuro de todos. Ella actualmente se desempeña en el Imarpe (Instituto del Mar del Perú) investigando la contaminación por microplásticos en los recursos hidrobiológicos. Es decir, cómo afectan los pequeños polímeros que se desmenuzan de la basura plástica a la salud del océano.

Sara Purca es licenciada en Ingeniería Pesquera de la Universidad Nacional Federico Villarreal y cuenta con un doctorado en Oceanografía en la Universidad de Concepción en Chile.
 
¿Qué hace un oceanógrafo?
Se encarga de medir el estado del mar. No necesariamente si está saludable. Trata de conocer su estructura, composición y también cómo varía su temperatura y sus corrientes. Lo que comprende toda la parte física, química y biológica.

¿Y usted a qué se dedica?

Trabajé en el análisis de la serie de tiempo de la temperatura superficial del agua por casi 10 años y, como parte de mi tesis, propuse un indicador para medir El Niño, La Niña y la variabilidad estacional del mar al que llamé “índice de oscilación peruano”. Este índice permitió estudiar los tres fenómenos de una mejor forma.

En 2014, cambié al área de contaminación para dedicarme al tema de basura marina, específicamente a la contaminación por microplásticos. Se trataba de un nuevo proyecto de Imarpe que antes no existía como línea de investigación.

¿Qué son los microplásticos?

Son partículas plásticas menores a cinco milímetros. Podemos hablar incluso hasta de nanómetros, mil o un millón de veces más pequeños que el grosor de un cabello. Según su origen, se pueden clasificar en primarios y secundarios. Los primarios derivan de productos sintéticos como pastas dentales o bronceadores, pero principalmente de cosméticos. Los secundarios son partículas que se fragmentan debido a la erosión o degradación de materiales plásticos como el tecnopor o las famosas bolsas biodegradables.

¿Por qué son peligrosas estas partículas?

En Estados Unidos ya han hecho pruebas que muestran, por ejemplo, cómo personas que toman café todo los días en vasos de tecnopor desarrollan algún tipo de cáncer. Esto debido a que al entrar en contacto con el líquido caliente las partículas del vaso se desprenden y se van acumulando en el organismo.

¿Y qué pasa en el ecosistema marino?

Algo similar. Los microorganismos del mar (zooplancton) ingieren estos polímeros plásticos, pues no saben diferenciar entre partículas de nutrientes y partículas sintéticas. Todo este material queda atrapado en su tracto digestivo y hace que se sientan saciados, pero no los alimenta. Finalmente, mueren por inanición.
A su vez, los peces consumen el zooplancton contaminado y de esta manera el plástico va subiendo por la cadena alimenticia.

Y nosotros comemos esos peces...

Nosotros no comemos las vísceras del pescado (donde se almacenan las partículas), pero hay algunas partículas de polímeros que atraen toxinas y metales, las cuales pueden llegar hasta el músculo del animal. Eso sí nos puede afectar.

¿En los últimos años, cuánto ha avanzado la contaminación de microplástico en nuestro mar?

Ha avanzado al punto de que hoy no podemos encontrar un metro cúbico de mar limpio. Haciendo muestreo hemos encontrado que, por ejemplo, en la playa de Ventanilla tenemos 463 partículas de plástico duro por metro cuadrado de arena. La contaminación es tanta que se ha descubierto microfibras hasta en la Antártida, una zona remota a la que no tiene acceso casi nadie.

Las proyecciones sugieren que para el 2050 habrá 250 millones de toneladas de plástico en el mar, afectando a la pesca y a la industria alimentaria del mundo.

Basura en el mar
 En la playa de Ventanilla hay 463 partículas de plástico duro por metro cuadrado de arena. (Foto referencial: Pixabay)
 
¿Es posible limpiar el mar?

No es posible limpiar los polímeros del mar. Ahora hay que centrarnos en no producir tanto plástico y empezar a reutilizarlo más. Si bien se trata de un material fundamental en nuestro estilo de vida, podemos reducir su uso. A veces usamos tres, cuatro o más bolsas de plástico al día, eso podría cambiar.


Fuente: El Comercio (Perú)

20 de octubre de 2018

Coaching: una pseudociencia


Ante el emergente negocio del coaching, que ha irrumpido con fuerza en la manera de tratar los problemas, los psicólogos nos hemos visto envueltos en el debate sobre su aparición y eficacia, cuestionados por pacientes y también por allegados que no entienden por qué no se nos ha ocurrido antes esta manera tan productiva de hacer terapia. En este diálogo ficticio se exponen tanto los motivos por los que se ha popularizado el coaching como las respuestas que damos los psicólogos que defendemos la rigurosidad de nuestro trabajo. ¡Ojo, no es un debate imparcial!: El título del artículo ya deja claro la postura que defiendo pero espero que al terminar de leerlo se entienda también el por qué.

- ¿Qué tiene de malo que surja un nuevo método psicológico para tratar los problemas?
- Dejando para más adelante que ni es nuevo ni es un método, me llama la atención que uses el término psicológico cuando la mayor crítica es que un coach no necesita ser psicólogo. Puede haber estudiado empresariales o informática, hacerse un cursillo de meses de duración (ni siquiera tiene que ser presencial) y empezar a ejercer de “coach”. Eso sí; el término en inglés que queda mucho más sofisticado que el de “entrenador”.

- ¡Qué manía con el intrusismo laboral! Yo no creo que un problema tenga que ser tratado obligatoriamente desde una única perspectiva profesional. No veo por qué su aparición es una amenaza a la terapia tradicional.
- No es un tema únicamente de intrusismo profesional, sino de cómo complica la divulgación científica de nuestro trabajo. Te lo planteo de otra manera: ¿Puedes explicarme tú qué tiene el coaching de diferente respecto a lo que llamas “terapia tradicional”?

- Está bien. De entrada lo que nos llega es que el coaching es para gente que no tiene problemas mentales serios sino problemas en su vida cotidiana.
- Volvemos de nuevo a esa falsa línea divisoria que antes se trazaba entre los psiquiatras y los psicólogos y que en nada se ajusta a lo que vemos en consulta ni a la vivencia de cada persona: ¿Es que acaso un problema de ansiedad o un trastorno obsesivo compulsivo no es grave? ¿Es que una relación de pareja cotidiana o las habituales broncas con nuestro hijo adolescente no merecen ser tratadas con toda la seriedad posible? Tan erróneo es pensar que un psicólogo no puede tratar con cuadros clínicos complejos como inventarse una nueva categoría profesional si el problema es considerado “más mundano”.

- A lo que me refería es que el coaching es un tratamiento práctico, de dar consejos concretos, mientras que la terapia tradicional es más un proceso de escucha y de introspección.
- Eso es un error clásico ya. Es cierto que existen corrientes terapéuticas, como el psicoanálisis, que no dan pautas de manera directa pero los tratamientos cognitivos conductuales son cortos, dando un papel activo al paciente en el propio diseño de la intervención, y empezando a trabajar sobre objetivos y técnicas concretas desde la cuarta o quinta sesión. No hay nada más práctico que eso. Y además de tener respaldo científico, los estudios demuestran que los pacientes mejoran y lo hacen de manera permanente.

- ¿Ves? Ya hablas de diferentes corrientes dentro de la psicología. ¡Normal que la gente no se aclare! En cambio el coaching es ecléctico. Utiliza técnicas de diferentes corrientes; lo mejor de cada una; lo que en cada momento se necesite.
- ¡Me niego! El eclecticismo ha hecho ya mucho daño a la psicología como disciplina científica como para que encima se considere una virtud. ¿Qué pensarías de un traumatólogo que, dependiendo de la parte del cuerpo que se te hubiera roto, te aplicara un antiinflamatorio, homeopatía o te hiciera la danza de la lluvia? ¿Creerías que es un profesional serio que domina un campo? ¿Confiarías siquiera que la medicina es una ciencia si cambia su marco teórico en función del criterio de quien la aplica? La psicología lleva décadas investigando, experimentando y reuniendo evidencia empírica para explicar cualquier tipo de problema con los mismos principios psicofisiológicos del aprendizaje.

El artículo completo en: El Confidencial



15 de octubre de 2018

La historia del guardaparque que se casó con el Parque Nacional del Manu

Luis Huanca: la historia del guardaparque que se casó con el Parque Nacional del Manu.


Hace 33 años empezó su historia en el Parque Nacional del Manu. Luis Wilfredo Huanca Quisverde ingresó como guardaparque de esta zona reservada de la Amazonía peruana a los 23 años, cuando apenas había salido del servicio militar. En esa época, dice, era un requisito ser licenciado del Ejército para postular a ese puesto, pues los enfrentamientos con madereros y cazadores ilegales eran constantes. 

Ahora, es un experto recorriendo el Manu. Conoce todos sus pisos ecológicos, ha visto a muchos de sus animales, se ha enfrentado con la ilegalidad, ha convencido a decenas de personas sobre la importancia de cuidar la biodiversidad y hasta se ha encontrado, frente a frente, con un oso andino.
Luis Huanca recibió el Premio Carlos Ponce del Prado en la categoría Guardaparque Ilustre. Foto: Profonanpe.
Luis Huanca recibió el Premio Carlos Ponce del Prado en la categoría Guardaparque Ilustre. Foto: Profonanpe.
El Parque Nacional del Manu fue creado en mayo de 1973 sobre una extensión de 1 716 295 hectáreas que se extienden sobre las provincias de Paucartambo, en Cusco y Manu, en Madre de Dios. Abarca diversos pisos ecológicos, desde el llano amazónico, hasta la puna, por encima de los 4000 metros de altura. El Manu resguarda una de las más importantes zonas de biodiversidad del planeta donde, además, viven comunidades nativas y pueblos indígenas en aislamiento voluntario.
Su experiencia le ha valido ser reconocido con el Premio Carlos Ponce del Prado en la categoría Guardaparque Ilustre. Un premio que se une a otros tres galardones que ha recibido a lo largo de su carrera. Para él, los reconocimientos significan un compromiso para seguir en su camino de trabajar por la conservación de la naturaleza, pero también, es un honor que dedica a todos sus compañeros de trabajo, los guardaparques del Perú. 

En esta entrevista con Mongabay Latam habla de sus inicios como guardián del Manu, de su convivencia con la naturaleza, de su familia y de su compromiso con la conservación de la biodiversidad.

¿Cómo llega a ser guardaparque del Parque Nacional del Manu?
Yo soy de Yaurisque, un pueblo en la provincia de Paruro, departamento del Cusco. Ahí estudié primaria, pero no había secundaria en mi pueblo, por eso me fui a la ciudad de Cusco y cuando terminé el colegio me presenté al Ejército. Al salir del servicio militar se presentó una convocatoria para guardaparque en el Manu y un requisito era ser licenciado de las Fuerzas Armadas. Así empecé mi carrera y me quedé hasta ahora.
Luis Huanca muestra orgulloso su primer carnet como guardaparque del Manu. Foto: Yvette Sierra Praeli.
Luis Huanca muestra orgulloso su primer carnet como guardaparque del Manu. Foto: Yvette Sierra Praeli.
¿Por qué era requisito tener preparación militar?El primer requisito era ser licenciado del Ejército peruano porque había conflictos con cazadores y con madereros. Entonces, necesitaban personas que pudiesen defender el parque y un militar licenciado tenía más carácter y era más fuerte para enfrentarse con ellos, que estaban armados. En el parque también teníamos armas y para los licenciados del Ejército era más sencillo manejarlas.

Lea el artículo completo en: Mongabay

11 de septiembre de 2018

Nahuel Monteblanco: “Innovación no es cambiar de color a un producto”

El Comercio entrevistó al físico Nahuel Monteblanco, uno de los creadores del encuentro de científicos peruanos en Europa recalca la importancia de la repatriación de talentos para el desarrollo.

El físico peruano Nahuel Monteblanco trabaja en Francia en la investigación de nuevos materiales, a nivel nanométrico, para el almacenamiento de información.

De joven era muy deportista. Practicaba natación y llegó a integrar una selección juvenil de waterpolo. Sin embargo, gracias a su padre, Nahuel Monteblanco se sintió atraído por la ciencia desde antes de los 10 años, y tuvo como uno de sus modelos al físico Modesto Montoya.

Aunque al terminar el colegio ingresó a Ingeniería de Sistemas en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), un reencuentro fortuito con las ciencias básicas lo animó a pedir su traslado a Física.

Hace ocho años está en Francia, dedicándose a la investigación de la electrónica en el almacenamiento de datos, a los nanomateriales, magnetismo, etc. Pese a la distancia, está pendiente de lo que sucede en cuanto a la ciencia en el país y, junto con otros colegas, organiza Sinapsis, un encuentro para visibilizar el trabajo de los científicos peruanos que están en Europa. El Comercio conversó con él sobre esta actividad, que ya va por su tercera edición, y sobre cómo ve el futuro de la ciencia, la tecnología y la innovación tecnológica en el Perú.

— ¿CÓMO LLEGA A FRANCIA?
Cuando estaba en la universidad, conocí a un grupo de franceses que habían trabajado en el país durante la época del terrorismo y que habían formado en Francia la asociación Puya Raimondi. Ellos donaban equipos y justo llegaron los que necesitaba cuando estaba haciendo mi tesis. Me decidí a buscas becas en ese país y postulé a todos los laboratorios que habían, y uno me aceptó para hacer una práctica de maestría. Durante ese período postulé a un doctorado, lo gané y me pude quedar.

— LLEVA MUCHO TIEMPO FUERA DEL PERÚ…
Así es, desde el 2010. Hice prácticas de seis meses del doctorado, me fui a Brasil y a los cuatro meses me contrataron en Francia, así que regresé. Llevó ocho años acá, pero siempre mirando al Perú. En la UNI entré en contacto con la realidad que vive el país. Por eso también fundé científicos.pe, para que de alguna forma pueda ayudar y transmitir información. Y al reunirme con otros chicos que tenían el mismo sentimiento es que nace Sinapsis, para entregarle al Perú información del valor en cuanto a ciencia.

— ¿CÓMO NACE LA PÁGINA WEB CIENTÍFICOS.PE?
Cuando llego a Francia. Con un amigo de la universidad, Gerald Salazar, nos dimos cuenta de que no había ningún nexo con otros ex alumnos, los que estaban en algún lugar del mundo haciendo ciencia. Creamos esa plataforma para crear un nexo entre los científicos y el Perú. Hoy nos estamos reinventando y somos un equipo más grande.

— ¿Y EL PROYECTO SINAPSIS?
Es el encuentro de científicos peruanos en Europa, fue una iniciativa de varios de los que tenemos tiempo por estos lados. Ya estamos en la tercera edición y queremos cambiar de sede cada vez. Hemos estado en Francia, Alemania y España, y la idea es, primero, reconocer a la comunidad científica en la ciudad sede. Contamos con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores. Ya que no podemos becar y traer estudiantes desde Lima, con ese dinero traemos a estudiantes becados por Concytec o Innóvate Perú en Europa a la sede de Sinapsis. Estos estarán en contacto con estudiantes de posdoctorados, con otros peruanos que ya están trabajando en el continente, y así sabrán lo que estamos haciendo. Pero también pensamos en devolverle algo al Perú. ¿Cómo? A través de proyectos de colaboración con universidades peruanas, a través de listas actualizadas de científicos en Europa. Ya se han publicado algunos proyectos de científicos que hoy trabajan juntos porque se conocieron en Sinapsis. Además, hay charlas, mesas redondas y mucho más.
“La masa crítica de científicos que tienen [otros países] generó la industria que antes no existía”.
Nahuel MOnteblanco, doctor en física
— ¿POR QUÉ SE DEBE SEGUIR INSISTIENDO EN LA REPATRIACIÓN DE CIENTÍFICOS?Solo basta mirar en la región y ver las industrias tecnológicas que tienen Brasil, Argentina, Chile o Colombia para darse cuenta de que la masa crítica de científicos que tienen generó la industria que no existía. Todo parte de tener científicos e ingenieros bien formados que supieron innovar. Porque innovación no es cambiarle de color a un producto, hay que crear y para eso hay que estudiar, tener gente especializada y grupos interdisciplinarios importantes. Hay leyes y otras iniciativas que tranquilizan en algo, porque demuestran que se está buscando cómo hacerlo. Porque no es solo traer a los científicos de vuelta, sino cómo aprovechar ese conocimiento para el beneficio del país.

Tomado de: El Comercio (Perú)

1 de septiembre de 2018

Los trucos para que los niños aprendan matemáticas, según la profesora que lleva 50 años enseñándolas

La veterana maestra Maria Antònia Canals, profesora emérita de la Universidad de Girona, propone una didáctica de las matemáticas basada en la manipulación y el juego.


“He olvidado nombres de personas y lugares, como las montañas que escalaba de joven, pero me acuerdo de todo lo que hay dentro de esta habitación”, comenta la veterana maestra Maria Antònia Canals desde su Gabinete de Materiales y de Investigación de la Matemática en la Escuela (GAMAR), situado en la biblioteca de la Universidad de Girona, donde es profesora emérita. Las muletas que usa y su salud delicada no pueden competir contra su carácter.

Las estanterías del pequeño despacho están repletas del material didáctico que ha desarrollado a lo largo de su vida: coloridos bloques de madera, regletas numéricas, botes con caramelos de mentira, un pequeño tendedero, tapones, bobinas de hilo, cintas de medir, piezas de cartulina… Sus métodos se derivan de los movimientos de renovación pedagógica del siglo XX y proponen una didáctica de las matemáticas basada en la manipulación y el juego, sin olvidar las particularidades de cada alumno.

El gabinete se creó en 2001 con la dotación del premio Jaume Vicens Vives a la docencia universitaria que la Generalitat de Cataluña otorgó a Canals. Es el entorno perfecto para repasar la vida de esta profesora emérita de la Universidad de Girona y conocer sus consejos para otros maestros.

P. ¿Cuándo decide dedicarse a la enseñanza infantil?
R. A principios de los años 50 estudié Magisterio por libre en la Escuela Normal de Tarragona, y Ciencias Exactas en la Universidad de Barcelona. Lo suyo es que me hubiera puesto a dar clases a los de bachillerato, pero nunca me han interesado. Los pequeños, sin embargo, me parecen formidables y decidí trabajar con ellos. Para mí son los que piensan más y mejor. También influyó que mi abuela y mi tía eran maestras. Esa tía había ganado un concurso para formarse varios meses en Italia con Maria Montessori, la precursora del método educativo que lleva su nombre y que puso en marcha en un barrio desfavorecido de Roma. Tengo una foto sentada sobre su falda durante su estancia en Barcelona.

P. ¿Puso en práctica este método cuando comenzó a trabajar?
R. Sí. Lo seguí en mi primer trabajo como maestra en la Escuela Thalita de Sarrià, donde estuve hasta 1962. Aquel año, ante la llegada de miles de migrantes a Barcelona, decidí que algo había que hacer con tantos niños sin escolarizar. En un humilde barracón del barrio de Verdum abrí la Escuela Ton i Guida. Empecé con 40 niños un poco gamberros pero poco a poco, yendo a su terreno, razonando con ellos y jugando, logramos que dejaran de escupir o gritar en clase. En esta escuela, que llegó a tener más de 400 alumnos, tuve una crisis con Montessori porque algunos de sus materiales numéricos no funcionaban, por ejemplo sumar con bolitas olvidando el valor del espacio que ocupan en un alambre, como me hicieron ver los propios niños.

P. ¿Entonces ya no es partidaria de esta metodología?
R. El respeto profundo de Montessori por los niños nadie lo ha superado. Su esencia es el respeto por cada niño o niña, pero esto no es enseñar matemáticas exactamente. De hecho, ella estudió Medicina, no sabía muchas matemáticas. No estoy de acuerdo en algunos aspectos como el planteamiento de la numeración, por ejemplo. Además, después de su muerte, sus seguidores convirtieron el método pedagógico en una forma de ganar dinero. Sus escuelas son carísimas y elitistas.

P. ¿Cómo hay que trabajar entonces con los niños? ¿Cuál es su consejo para los maestros?
R. Lo primero, hay que ser francos con ellos, porque lo notan. Quizá este es mi último mensaje pedagógico: si nosotros no les decimos ninguna mentira, ellos responden, aunque lo hagan cada uno a su manera. También es muy importante saber escuchar y tener confianza en los alumnos, sin perder la autoridad. Ellos se dan cuenta de si el maestro les escucha o no, y creo que la mayoría de los profesores no lo hacen. Además hay que recordar que no es lo mismo enseñar que conseguir que se aprenda de verdad.

Puede adquirir los cuadernos de matemáticas AQUÍ y los libros (dossiers) de matemática AQUÍ.

Lea el artículo completo: El País (España)

16 de agosto de 2017

Soledad Barruti: "Hay que dejar de ir al súpermercado, es un sistema perverso"



"En el supermercado parece que la comida sale solo de una fábrica, que tiene ingredientes que te remiten a nada", reflexiona la argentina Soledad Barruti (autora del best seller Malcomidos); ella sostiene que la industria alimentaria constituye un gran engaño y que "está matando a todos".

En la pa´gina web de Aconcagua le realizan una magnífica, e imperdible entrevista; te aseguramos que luego de leerla te quedarán pocas ganas de ir a un supermercado.

La entrevista AQUÍ.

19 de julio de 2016

Las preguntas más extrañas en las entrevistas de trabajo de Google y Apple

Uno tiene que estar preparado para lo que sea cuando acude a una entrevista de trabajo.

Esa es la lección que se desprende de la lista que acaba de publicar Glass Door, una página web estadounidense en la que empleados y exempleados analizan la empresa en la que trabajan o trabajaban, así como su gestión.

El índice en cuestión incluye las preguntas más extrañas y quizá por ello más difíciles planteadas a los candidatos a un puesto en un gigante tecnológico.

Ante ellas, de poco parece servir la formación y la experiencia.

BBC Mundo recopila las 7 más llamativas.

1. Fuiste reducido al tamaño de una moneda de dos centímetros de diámetro y te arrojaron a una licuadora. Tu masa se redujo pero la densidad sigue siendo la misma. Tienes apenas un minuto para reaccionar antes de que las cuchillas empiecen a girar. ¿Qué haces?
 
Fue la pregunta con la que se encontró un aspirante a trabajar en Google. La respuesta que los entrevistadores esperaban era "saltar".

El truco está en la segunda frase. Y es que, si el cuerpo tiene la misma densidad los músculos tienen la misma potencia.

Así, a pesar de no ser más grande que una moneda podrías dar un salto que te permitiría salir de la licuadora.

Lea el artículo completo en:

BBC 

Las raras preguntas que hacen las empresas de tecnología al contratar

"¿Si los alemanes fuesen los más altos del mundo, cómo lo probaría?". Es una pregunta que como mínimo puede descolocarnos. Mucho más si nos la formulan en medio de una entrevista de trabajo.

Y así fue para los candidatos para un puesto del área de mercadeo en la firma tecnológica estadounidense Hewlett-Packard (HP). Esa fue la pregunta. Nada tenía que ver con el puesto al que se presentaban, al menos en apariencia, pero ahí estaba la pregunta y tenían que contestarla.

Pero no fue HP la única empresa que en este año recurrió a la creatividad a la hora de planificar los cuestionarios con los que los departamentos de recursos humanos entrevistarían a los postulantes. Hubo muchas más, y la gran mayoría pertenecía al sector tecnológico.

Estas empresas se destacaron ampliamente en la lista de las 25 preguntas más raras de este año, compiladas por el sitio estadounidense de empleo Glassdoor.

Los expertos en recursos humanos sostuvieron que las preguntas estaban hechas para que cada postulante mostrara un abordaje razonado a la resolución del problema.

Así como en HP, otras compañías también hicieron de las suyas a la hora de elaborar las preguntas para los candidatos a los distintos puestos. La verdad es que todas son muy curiosas si las compara con las que habitualmente se realizan en cualquier entrevista de trabajo.

Alguna de las seleccionadas fueron las siguientes:

"¿Cuánta gente utiliza Facebook en San Francisco a las 2.30 pm de un viernes?" (Google)

"Lo más importante es tomar aire, no ponerse nervioso, y pensar en voz alta"

Rusty Rueff, del portal de empleo Glassdoor
 "¿Qué sientes por esos bufones del Congreso?" (Consolidated Electrical)

"Si fueses un programa de Microsoft Office, ¿cuál serías?" (Summit Racing Equipment)

"Estás en un bote de remos, que se encuentra en un tanque lleno de agua. Tienes un ancla, que sueltas al agua, la cadena es lo suficientemente larga por lo que el ancla descansa en el fondo del tanque. ¿El nivel del agua baja o sube?" (Tesla Motors)

Glassdoor afirmó que las empresas de tecnología además de incluir preguntas designadas para pillar a los candidatos con la guardia baja, también probaron con interrogantes como "¿Por qué te postulaste para este trabajo?" y "¿Cuáles son tus habilidades y puntos flojos?", mucho más habituales.

El artículo completo en:

BBC 
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