Un
grupo de científicos españoles ha llevado a cabo un modelo matemático
que pone de manifiesto la importancia de la actividad en internet y a
través de las redes sociales para la actividad económica y la
compensación que los individuos reciben por su trabajo.
Este trabajo, que ha sido publicado en
Nature Scientific Reports,
surgió del cambio de tendencia con la llegada de la conexión social a
través de internet. Tradicionalmente se habían tenido en cuenta aspectos
como las habilidades del individuo o los recursos de los que éste
disponía para valorar la eclosión del talento y a la construcción de una
sociedad más equitativa. Sin embargo, la aparición de internet y las
redes sociales han cambiado el escenario y han aumentado en gran medida
el grado de conexión social.
"Hasta ahora no se había tenido demasiado en cuenta el papel de la
conectividad en la economía. El modelo que se ha llevado a cabo muestra
que una red muy conectada será meritocrática, es decir, beneficiará a
aquellos que tengan más talento y, en caso contrario, será topocrática y
ganarán más aquellos que estén mejor conectados", ha explicado el autor
principal del estudio, el investigador del
Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT), Florentino Borondo.
El
sector elegido por los investigadores para encarnar el modelo
matemático ha sido el cultural. En él, cada agente tiene dos fuentes de
ingresos. En la primera, que han llamado "estrella del rock", los
agentes obtienen sus ingresos por el contenido que producen. Un caso
extremo serían genios como Steve Jobs o John Lennon, que crean productos
que todos quieren comprar.
Internet y la economía del talento
La
segunda fuente de ingresos es la intermediación, necesaria para
distribuir el contenido generado por los agentes. En este modelo los
agentes difieren en su talento la probabilidad de producir contenido
popular pero también en la posición que ocupan en la red.
La
pregunta que se hicieron los investigadores es bajo qué condiciones la
posición de la red importa más que el talento de los agentes. La
respuesta es que la posición de la red domina en redes menos conectadas,
y por lo tanto, la conectividad de la red determina si el sistema es
meritocrático o topocrático.
De este modo, los resultados apuntan
al impacto que Internet y las redes sociales tienen en la vida actual.
Cuanto mayor sea el grado de conectividad entre los individuos, más
fácil será contactar directamente con otros y, por tanto, más
meritocrático será el sistema.
Además,
el modelo predice que Internet y las nuevas tecnologías contribuyen a
la creación de un sistema en el que las ganancias estén más relacionadas
con el talento de cada persona que con su lugar dentro de la red. "En
el siglo XXI es necesario introducir la topología de las redes de
transacciones económicas como una componente más dentro de la teoría
económica", ha apuntado Borondo.
Los
investigadores también han calculado el umbral a partir del cual una
sociedad topocrática inicia la transición hacia una meritocrática, lo
que depende tanto del grado de conexión de la red como de la
distribución de los ingresos entre productores e intermediarios. Cuando
los ingresos se distribuyen de manera equitativa entre productores e
intermediarios la transición tiene lugar cuando la distancia entre el
productor y el comprador final es, como media, de dos agentes.
Si
hay más agentes, el sistema será topocrático. En este modelo, por tanto,
los famosos 'seis grados de separación' implican una red altamente
topocrática. Sin embargo, si la parte que se lleva el intermediario es
menor, también lo es el grado de conectividad necesario para que el
sistema sea meritocrático.
Tomado de:
El Confidencial