Miércoles, 09 de sptiembre de 2009Especial: Economía y Medio Ambiente
PERÚ: Áreas protegidas y Economía
Las áeas protegidas no son espacios geográficos improductivos y sin utiliudad alguna para el país. Según una investigaciín, dichas zonas generan más de US 1 000 millones al año, pero su potencial es mucho mayor.
Por: Ávaro Gastañadui
De las 300.000 toneladas de espárragos que este año exportará el Perú, en 120.000 —que partirán a China, Estados Unidos y a diversos países de Europa— se irá una parte del nevado Huascarán, que se levanta imponente a más de 6.760 metros sobre el nivel del mar. ¿Qué tiene que ver el pico más alto del Perú con la más famosa hortaliza que producimos? Pues que en las células de cada espárrago se irá una parte del agua con la que fue regada y que proviene de la formación montañosa tropical más bella del mundo: la Cordillera Blanca.
No solo las tierras de Chavimochic son irrigadas con aguas provenientes del Parque Nacional del Huascarán. Doce áreas protegidas proveen del agua que requieren 376.411 hectáreas de cultivos del país.
Mapa proporcionado por el Instituto Geográfico Nacional del Perú. Para mayores detalles sobre Áeas Protegidas, click aquí y aquí.
En un minucioso estudio, el economista Fernando León, director de Evaluación, Valoración y Financiamiento del Patrimonio Natural del Ministerio del Ambiente, ha concluido que las áreas naturales protegidas —entre parques, santuarios y reservas nacionales, santuarios históricos, refugios de vida silvestre, reservas paisajistas, y otras reservas— aportan US$1.064 millones a la economía nacional.
Según la investigación, esas áreas no solo otorgan agua para regadío, sino también para consumo humano y generación eléctrica. Del mismo modo, generan ingresos por turismo y evitan la sedimentación de los reservorios y represas del país (ver infográfico).
Tesoro escondido
Pero la mayor riqueza que ofrecen estas áreas protegidas posiblemente no sea lo que actualmente percibe el país, sino el tesoro potencial que tiene cada una de esas zonas especiales.
Según León, en las áreas protegidas hay 2.500 especies vegetales, pero solo se conocen científicamente 250 de ellas. “¿Qué aporte a la medicina, a la alimentación o a la vida del hombre esconderán las 2.250 especies que no conocemos?”, se pregunta el especialista.
De manera coincidente, el investigador de la Universidad Católica, Fernando Murrugarra, destacó que las áreas naturales tienen un potencial turístico enorme, que puede ser explotado sin dañarlas. Recordó que en una investigación realizada con León concluyeron que si el Estado invirtiera en promocionar y dar servicios adecuados a solo cuatro —las reservas de Huascarán, Paracas, Tambopata y Titicaca— se generarían utilidades casi US$10 millones considerando un horizonte de cinco años para la inversión.
Amenaza y equilibrio
Coincidentemente, León y la abogada Xenia Forno, especialista en recursos naturales del Estudio Rubio, Leguía, Normand & Asociados, señalan que la principal amenaza contra las reservas naturales son la minería y la agricultura informales, así como la pesca, caza y extracción ilegales de maderas preciosas y especies.
Asimismo, señalan que sí puede establecerse un equilibrio entre alguna actividad extractiva y la conservación de la naturaleza. Ello dependería del plan maestro que ha sido definido para cada área protegida.
Sin embargo, según el especialista en temas agrarios, Fernando Cillóniz, los bosques amazónicos de la selva baja son sumamente frágiles en términos ecológicos y descartó que puedan ser usados para el agro. No obstante, aseguró que las áreas naturales ubicadas en la selva alta sí podían ser explotadas de manera racional, sin poner en peligro su existencia.
Por su parte, el adjunto para el Medio Ambiente de la Defensoría del Pueblo, Iván Lanegra, señaló que cada área es individual y tiene sus propias posibilidades, las cuales están señaladas en su plan maestro.
Un buen negocio
Según León, en la protección de las áreas naturales el Gobierno destina US$12 millones anuales, de los cuales el 70% proviene de la ayuda internacional.
Aunque en un primer momento se podría pensar que el Estado hace el mejor negocio al invertir US$3,6 millones de sus arcas y obtener más de US$1.000 millones en aportes, para León es el peor. Según el especialista, con esos reducidos recursos las áreas protegidas no pueden ser debidamente cuidadas, ni mucho menos investigadas y puestas en valor.
Consideró que el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas requiere de US$35 millones adicionales al año y con ello podrían generarse más recursos. También lamentó que con la regionalización se haya perdido capacidad para administrar esas áreas. Además, las empresas e instituciones que se benefician con el aporte de esas áreas naturales no contribuyen con su mantenimiento. “Podría ser un centavo por kilowatt generado”, propuso.
Son más de 18 millones de hectáreas
El Perú cuenta con un total de 18,2 millones de hectáreas de zonas protegidas en diferentes lugares del país. En esas zonas se encuentra la mayor parte de la riqueza biológica del Perú, como plantas, aves, mamíferos y especies marinas, lacustres y fluviales. La región con más áreas protegidas es Loreto, que cuenta con ocho zonas bajo cuidado estatal.
Dos nuevas áreas naturales
El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado declaró el viernes pasado dos nuevas áreas protegidas en Loreto y Tacna.
Se trata de la Reserva Nacional Matsés, que abarca los distritos de Yaquerana, Requena y Soplín, en la provincia de Requena, y del Área de Conservación Regional Vilacota Maure, en Tacna. Ambas se suman a la creada Zona Reservada San Fernando en Nasca, con lo que aumenta a 66 las áreas protegidas. Según el jefe de la entidad, Luis Alfaro, el establecimiento de esas áreas responde al pedido de la población de contar con zonas que permitan la conservación de sus recursos.
El Comercio (Perú)
Regulan el uso turístico de áreas naturales en el Perú