¡Salvemos Candamo!
Por Guillermo Giacosa
Muchos creemos que la humanidad ha perdido la poca cordura que hasta hace poco parecía exhibir. Quizá no se haya tratado de cordura sino de falta de medios para terminar de destruir un planeta que agoniza lentamente por causa de esta plaga llamada especie humana. Hoy, con todos los medios tecnológicos a su alcance, parecen dispuestos a continuar con la obra de demolición que iniciaron rudimentariamente nuestros ancestros para ponerle fin a las actuales formas de vida. Sin duda en un futuro que somos incapaces de imaginar la vida ésta retornará bajo otras modalidades que, ojala, sean menos destructivas que las practicadas por el ser humano.
Esta reflexión, que es válida para todos los rincones de la Tierra donde se busca crear riqueza sin pensar en las consecuencias, nos duele hoy especialmente en el Candamo peruano, habitat de inusitada diversidad biológica y casi una prueba viviente de toda la maravilla que la Naturaleza ha sido capaz de crear. Quienes vimos la maravillosa película de Daniel Winitzky, que batió records de audiencia en la TV peruana, no olvidaremos jamás la sensación de plenitud y de agradecimiento a la vida que dicho filme nos dejó. ¡Esa maravilla era la vida, estaba al alcance de nuestra mano y era nuestra responsabilidad responder por ella! A los creyentes les recuerdo que atentar contra la vida, a menos que sea para sobrevivir, es quizá el pecado más aborrecible del ser humano pues, al fin de cuentas, la vida es lo único que realmente tenemos. Quienes no hemos sido tocados por la fe, por otra parte, sabemos de sobra que esa vida es nuestro único bien y que su abundancia, diversidad y riqueza es un motivo que parece justificar la existencia.
Embebidos en esta nueva religión idiotizante de explotar, explotar y explotar todos los recursos existentes, se pretende sustraer 200.000 hectáreas al Candamo para buscar minerales que, además de enriquecer a unos pocos dañará toda la flora y la fauna de la región.
Nadie en su sano juicio objeta el progreso pero ¿es eso progreso? ¿Destruir un habitat con capacidad para producir en el largo tiempo muchos más dinero que todo los minerales que logren extraer es realmente progreso? ¿Malograr un espacio que oxigena un territorio agobiado por la polución, es progreso? Eso no es progreso, eso es simplemente un disparate de quienes creen que crecer es inflarse para luego reventar. Ese es sólo un negocio cortoplacista más como tantos otros que se le pasan por la cabeza a todos quienes viven en el agobiante y enceguecedor día a día de la política.
Hace treinta años que se vienen anunciando las catástrofes que hoy ocurren y no escuchamos a quienes lo advertían. Hoy, si pasan Candamo, algunos delirios brasileros sobre la Amazonía y otros proyectos igualmente destructivos estaremos pasando el punto más allá del cual no habrá existencia alguna que defender.
Súmese a la protesta. Entre a www.salvemoscandamo.com e inscriba su nombre entre quienes rechazan la propuesta de quitarle 200.000 hectáreas más a la vida.
Fuente:
Informalisimo
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