Latest Posts:

Mostrando las entradas con la etiqueta tradiciones. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta tradiciones. Mostrar todas las entradas

22 de diciembre de 2018

10 diferentes nombres para referirse a Santa Claus alrededor del mundo

La Navidad se celebra a lo largo y ancho del mundo. Cada país tiene sus tradiciones y leyendas, y aunque Santa Claus es solo uno. Sin embargo, la forma de llamarlo varía de un país a otro.

Algo que cambia muy poco es su figura. Ya que, normalmente es representado con su traje rojo y larga barba blanca. Además, normalmente, los regalos los reparte en Nochebuena en un trineo jalado por renos mágicos.

La tradición tiene sus orígenes en el folclor europeo. En Inglaterra, se hablaba de Father Christmas, un hombre vestido de verde que disfrutaba de la buena comida; en los países germánicos y nórdicos se referían al dios Odín, con una larga barba, que encabezaba la celebración de Yule.

Otra influencia es la de San Nicolás de Mira o San Nicolás de Bari, un obispo que vivió en los siglos III y IV de la era cristiana conocido por su generosidad con los más necesitados.

Hoy en día, Santa Claus es una de las figuras más representativas de la Navidad a nivel mundial.

Estos son los 10 diferentes nombres para referirse a Santa Claus alrededor del mundo:

  • 1. En Rusia, el entrañable “Ded Moroz” o “El Abuelo del Invierno”, es el encargado de entregar los regalos.
  • 2. Finlandia lo conoce como “Joulupukki”, término que significa “Cabra de Navidad”.
  • 3. En muchas partes de América lo llaman “Papá Noel”. Algunos ejemplos son Argentina, Colombia, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Perú, Uruguay y Brasil.
  • 4. En América Latina también se pueden encontrar otros nombre. Un ejemplo es Costa Rica. Ya que, Papá Noel es conocido con el nombre de “Colacho”.
  • 5. San Nicolás es como lo conocen en Venezuela. Este nombre viene de una fiesta en Bélgica y Holanda conocida como Sinterklass. Esta se celebra el 5 y el 6 de diciembre en ese país.
  • 6. En Chile a la Navidad la llaman comúnmente Pascua. Por eso, los chilenos se suelen referir a Santa Claus como el “Viejito Pascuero”.
  • 7. La persona responsable de hacer felices a los niños en Suecia es “Jultomtem”, “Gnomo de Navidad” en español.
  • 8. Babbo Natale es la versión italiana de Papá Noel en Navidad.
  • 9. En Alemania es conocido como “Nikolaus” o “Weihnachtsmann“, que significa literalmente, “Hombre de Navidad”.
  • 10. En Francia los niños lo conocen como “Père Noël”, “Papá de la Navidad” en español.

¿En tu país cómo lo dicen a Santa Claus?

Tomado de: National Geographic

¿Por qué es Santa Claus y no Santo Claus?

Al llegar los holandeses a Estados Unidos, sus tradiciones también los acompañaron. En una de ellas se oculta el origen del nombre “Santa Claus”.


Al escuchar una y otra vez el nombre de “Santa Claus”, algunos hispanohablantes nos llegamos a preguntar por qué no se dice “Santo Claus”.

El nombre de “Santa” proviene de un error en la pronunciación del término en neerlandés “Sinterklass“, forma en la que los holandeses llaman a la Fiesta de San Nicolás, misma que se celebra la Víspera de San Nicolás (5 de diciembre) en los Países Bajos.

Tras llevar esta tradición a Estados Unidos, se realizó una sátira sobre este personaje, pero en lugar de pronunciarlo como los holandeses, se comenzó a escribir y a leer como “Santa Claus”.

El Sinterklass también se asocia al Santo Nicolás, figura de la que proviene la tradición del Padre Navidad o, como se le ha traducido en otros idiomas, Papá Noel.

El artículo completo en: Televisa News

27 de octubre de 2016

El Jack-o'-lantern y el Hallowen





Un jack-o’-lantern (linterna de Jack en inglés) es una calabaza tallada a mano, asociada a la festividad de Halloween. Toma su nombre del fenómeno natural conocido como fuego fatuo (will-o'-the-wisp en inglés). Para hacer un Jack-o'-lantern generalmente se coge una calabaza, se le quita la parte superior a modo de tapa, y luego se extrae la pulpa de su interior; sobre la superficie exterior se talla una imagen, generalmente un rostro monstruoso. Durante la noche se coloca una vela encendida en su interior para crear un efecto luminoso. El término Jack-o'-lantern no es muy común fuera de Irlanda, aunque sí lo es la práctica de tallar calabazas para Halloween.


Más información en la Wikipedia

¿Por qué se asocian las calabazas a Halloween?

Dice la leyenda que, debido a su maldad extrema, un hombre irlandés llamado Jack no mereció un lugar ni en el cielo ni en el infierno cuando murió.

Dice la leyenda que, debido a su maldad extrema, un hombre irlandés llamado Jack no mereció un lugar ni en el cielo ni en el infierno cuando murió. Su espíritu se vio obligado a vagar por el mundo implorando la entrada en uno u otro sitio. Se manifestaba portando una calabaza hueca con una vela dentro y éste fue el símbolo más representativo desde entonces de la noche de Halloween

Otro relato, por ejemplo, sugiere que la calabaza adoptó semejante aspecto tétrico a causa de un castigo que una bruja impuso a Jack por negarse a ayudarle a preparar la sopa de Halloween. El muchacho desapareció en el interior de la calabazay ésta adoptó rasgos semejantes al rostro humano.

Fuente:

Muy Interesante

¿Cuál es el origen de la fiesta de Halloween?

Halloween es una fiesta de origen pagano que se celebra la noche del 31 de octubre, víspera del Día de Todos los Santos, y que tiene sus raíces en el antiguo festival celta conocido como Samhain (pronunciado "sow-in"), que significa "fin del verano" y se celebraba al finalizar de la temporada de cosechas en Irlanda para dar comienzo al "año nuevo celta", coincidiendo con el solsticio de otoño.

Durante esa noche se creía que los espíritus de los difuntos caminaban entre los vivos, y se realizaban fiestas y ritos sagrados que incluían la comunicación con los muertos. Además, era habitual colocar una vela encendida en las ventanas para que los muertos "encontrasen su camino".


Fuente:

Muy Interesante

24 de diciembre de 2012

BBC: El lado oscuro de la Navidad




"No es verdad que me dé náuseas la Navidad", ironizan Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat en su "Canción de Navidad".

Es que aunque para una parte del mundo occidental se trate de una fecha religiosa y feliz, para otros el 25 de diciembre es motivo de fastidio, angustia o simplemente aburrimiento.
La imagen ideal de niños y mayores sonrientes, comidas deliciosas; paz y amor en abundancia contrasta con una realidad en la que en lugar de la paz reinan las discusiones familiares, la soledad, el consumismo, los balances insatisfactorios y la ingestión excesiva de comida y bebida. Todos ellos, males asociados a esta fecha.

Las urgencias de los hospitales se llenan de heridos por accidentes, peleas, infartos y hasta intentos de suicidio.

Compras

Quizás la crítica más obvia y extendida sea la del consumismo.

La página de internet de The Christmas Resistance Movement (Movimiento de Resistencia a la Navidad), por ejemplo, llama a boicotear la Navidad. 

"Boicoteamos las compras navideñas, las decoraciones, las tarjetas y todo tipo de porquerías navideñas. Nos rehusamos a participar de la industria de la Navidad. Les demostramos nuestro amor a nuestros familiares y amigos dándoles tiempo y cariño, no comprándoles cosas", dice el grupo.

El Buy Nothing Christmas (Navidades sin compras) es una propuesta de unos cristianos menonitas canadienses que, como su nombre indica, proponen no comprar nada. 

Antichristmas.org

Antichristmas.org se opone a la Navidad.

Otros ejemplos de asociaciones anticonsumistas por el mundo son el Mouvement Anti-Noel (Francia), Steve the Pro Anti-Christmas (Reino Unido) y Center for a New American Dream (Estados Unidos). 

"¿Qué es la Navidad?", se preguntan el psicólogo sueco Mats Erikson y su esposa Karin, escritores especializados en comunicación interpersonal. "Alguna vez fue la celebración del nacimiento de un hombre muy sabio, pero ahora es a menudo simplemente abandonarse a la excitación del consumo", dicen a BBC Mundo.

"El consumismo ha devorado gran parte de nuestras actividades cotidianas y de lo que debieran ser nuestros sentimientos más personales", agrega desde Buenos Aires el psiquiatra y dramaturgo José Eduardo Abadi. "Cuando la Navidad se torna en confundir lo que uno es con lo que uno tiene y lo que uno muestra con lo que uno vale, estamos en presencia de un problema".

La estética navideña tiene sus detractores. En primer lugar, quizás, los cristianos que insisten en recordar el verdadero sentido de la Navidad -el nacimiento de Cristo- y lamentan que los Santa Claus, arbolitos y motivos paganos inunden y nublen el espíritu original.

Como ejemplo, un estudio realizado por la consultora Nielsen en Reino Unido constató que de los casi 6.000 motivos presentes en las tarjetas navideñas, solo 34 mostraban escenas de la natividad.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

Tregua de Navidad, cuando los soldados cambiaron las armas por el balón

Nos encontramos en plena Navidad. Una época del año en la que todo el mundo, de manera directa o indirecta, se preocupa más por el prójimo y en la que parece mas fácil perdonar que en cualquier otra época. Un claro ejemplo fue la tregua de Navidad de 1914, cuando los soldados cambiaron las armas por el balón.

En diciembre de 1914 ya se había iniciado la Primera Guerra Mundial. Miles de soldados combatían por toda Europa en una contienda no había hecho nada más que empezar. El frente belga de Ypres era uno de los tantos que había abiertos por Europa. Un frente en el que cada día caían numerosos soldados. Cuando no eran las armas, era una enfermedad y cuando no, el tremendo frío el que acababa con la vida de muchas personas.

En esas llegó la Navidad y los mandos alemanes, viendo lo bajo que estaban los ánimos de sus soldados, decidieron enviarles para el 24 de diciembre ración doble de comida, tabaco, alcohol, abetos y adornos navideños para que por unas horas pudieran evadirse de su triste realidad.

Por ello, aquel día 24 todo eran risas y cánticos en el frente alemán. Una escena que cuando la vieron los aliados les dejó boqueabiertos. Sin embargo, éstos, en lugar de aprovechar la ocasión para atacar a su enemigo, decidieron emularles y se pusieron a cantar también villancicos en una bonita escena. Tal fue la cosa que varios soldados de ambos bandos se atrevieron a salir de sus trincheras y se desearon una feliz Navidad.

El día 25 el ambiente festivo siguió en el frente. De hecho, un soldado escocés sacó un balón de fútbol y se disputó un partido que enfrentó a los soldados alemanes con los aliados que acabó con victoria de los germanos por 3-2. Una escena curiosa, ya que durante el partido primó una gran deportividad cuando días antes se disparaban los unos a los otros con balas y no con un balón de fútbol.
Así lo contó el propio Teniente alemán Niemann en una carta: “Un soldado escocés apareció cargando un balón de fútbol; y en unos cuantos minutos, ya teníamos juego. Los escoceses ‘hicieron’ su portería con unos sombreros raros, mientras nosotros hicimos lo mismo. No era nada sencillo jugar en un terreno congelado, pero eso no nos desmotivó. Mantuvimos con rigor las reglas del juego, a pesar de que el partido sólo duró una hora y no teníamos árbitro. Muchos pases fueron largos y el balón constantemente se iba lejos. Sin embargo, estos futbolistas amateurs a pesar de estar cansados, jugaban con mucho entusiasmo. Nosotros, los alemanes, descubrimos con sorpresa cómo los escoceses jugaban con sus faldas, y sin tener nada debajo de ellas. Incluso les hacíamos una broma cada vez que una ventisca soplaba por el campo y revelaba sus partes ocultas a sus ‘enemigos de ayer’. Sin embargo, una hora después, cuando nuestro Oficial en Jefe se enteró de lo que estaba pasando, éste mandó a suspender el partido. Un poco después regresamos a nuestras trincheras y la fraternización terminó. El partido acabó con un marcador de tres goles a favor nuestro y dos en contra. Fritz marcó dos, y Tommy uno”.

A aquel partido y los hechos que sucedieron se les denominó como ‘Tregua de Navidad’.


La gran película Joyeaux Noel (Feliz Navidad) del año 2006 narra esta 
increíble historia. Veanla si pueden.

La tregua fue también recordada en el vídeo de Paul McCartney Pipes of Peace (1983)



Fuentes:

ISCC Historia

Infobae

19 de diciembre de 2012

Dime que regalas y te diré quién eres... (la psicología del regalo)





Los científicos han estudiado la psicología que hay detrás de la costumbre navideña de regalar. Y han descubierto, entre otras cosas, que los individuos narcisistas compran grandes regalos, tanto para los demás como para sí mismos, con el fin de destacar entre la multitud y hacer sentir a los demás que "son únicos". De ahí que sean más propensos a adquirir y osbsequiar a sus familiares y amigos con productos de ediciones limitadas, tal y como explica Aiden Gregg, de la Universidad Southampton (Reino Unido), coautor de un reciente estudio al respecto. “Es como si, al regalar, los narcisistas intentaran que los que le rodean fueran tan especiales como se consideran ellos”, sugieren Gregg y sus colegas.
Por otro lado, una reciente investigación estadounidense publicada en Journal of Consumer Research revelaba que, cuando se trata de regalar, más no significa mejor. En concreto, si en un paquete agregamos un obsequio barato a uno más caro –algo que suelen preferir quienes regalan si tiene poder adquisitivo- se reduce el efecto positivo del segundo en quien lo recibe. En otras palabras, los destinatarios de un presente apreciarán más un regalo más caro si es el único que reciben. Es lo que se denomina “paradoja del obsequiante”.



Fuente:

Muy Interesante

30 de agosto de 2011

El origen de las velas en las tortas de cumpleaños

La costumbre de rodear la tarde de velas viene de la antigüedad.

El círculo de velas formaba parte de un ritual que protegía al homenajeado de los malos espíritus durante un año. Esto causó durante años que la iglesia católica considerase que la celebración del cumpleaños era un rito pagano.

Hoy es costumbre celebrar el cumpleaños de una persona viva, pero, de haber prevalecido la tradición occidental, estaríamos observando celebraciones anuales del aniversario de la muerte de una persona, que en otro tiempo era un acontecimiento más significativo. Muchas de nuestras celebraciones han cambiado radicalmente en comparación con lo que eran en otro tiempo. Nunca se celebraban los cumpleaños de los niños, ni tampoco los de las mujeres, y el adornado pastel de cumpleaños, que fue por breve tiempo una tradición griega, dejó de confeccionarse durante siglos, aunque reapareció más tarde, adornado con velas y saludado con un coro de «Feliz cumpleaños».

¿De dónde proceden, pues, nuestras costumbres relacionadas con el cumpleaños?. En Egipto, y más tarde en Babilonia, los aniversarios del nacimiento eran registrados y celebrados en el caso de los niños pertenecientes a la realeza y de sexo masculino. Las fiestas de cumpleaños se desconocían entre las clases bajas, y entre todas las mujeres, excepto la reina. Sólo un rey, la reina o los varones nobles de muy alto rango tenían reconocida la fecha en la que nacieron, y sólo entre ellos se conmemoraba ésta anualmente. En la historia que ha quedado registrada, las primeras celebraciones de cumpleaños tuvieron lugar alrededor de 3.000 a.C., y fueron las de los primeros faraones.

Esta práctica comenzó después de unir el Alto y el Bajo Egipto. Dichas celebraciones consistían en brillantes fiestas en palacio y en las que tomaban parte sirvientes, esclavos y hombres y mujeres libres. A menudo, se ponía en libertad a presos de las cárceles reales. Dos antiguos cumpleaños de mujeres han quedado documentados. Gracias a Plutarco, el biógrafo y ensayista griego del siglo I, sabemos que Cleopatra IV, última soberana de la dinastía de los Tolomeos, organizó una fastuosa fiesta de cumpleaños para su amante Marco Antonio, en la que incluso los invitados quedaron colmados de obsequios reales. Una reina egipcia anterior, Cleopatra II, que se casó incestuosamente con su hermano Tolomeo y tuvo un hijo de él, recibió de su marido uno de los más macabros regalos de cumpleaños de toda la historia: los restos de su hijo asesinado y descuartizado.

Los griegos adoptaron la costumbre egipcia de celebrar los cumpleaños, y a partir de los persas, reputados entre los grandes reposteros de la Antigüedad, incorporaron un pastel especial. El escritor Filocoro nos explica que los adoradores de Artemisa, diosa de la Luna y de la caza, celebraban el cumpleaños de ésta el sexto día de cada mes, preparando una gran tarta a base de harina y miel. Ciertos datos sugieren que el pastel de Artemisa pudo haber estado adornado con velas encendidas, puesto que las velas representaban la luz lunar, la irradiación de la diosa hacia la Tierra. Los cumpleaños de las deidades griegas se celebraban con carácter mensual, por lo que cada dios era festejado con doce conmemoraciones al año.

En cuanto a los mortales, los cumpleaños de las mujeres y de los niños se consideraban indignos de celebrarse, pero el del cabeza de familia se conmemoraba con un banquete. Los griegos denominaban estos festejos dedicados a los varones vivos Genetblia, y las celebraciones anuales proseguían años después de haber muerto el agasajado, con unas conmemoraciones póstumas conocidas como Genesia.

Los romanos añadieron un nuevo matiz a las celebraciones del cumpleaños. Antes de comenzar la era cristiana, el Senado instauró la costumbre (todavía practicada hoy) de considerar los cumpleaños de los estadistas más importantes como festividades nacionales. En el año 44 a.C., el Senado aprobó una ley por la que el aniversario del asesinato de César se convertía en festividad anual, realzada por un desfile público, una sesión especial de circo, combates de gladiadores, un banquete vespertino y la representación de una obra teatral. Con el ascenso del cristianismo, la tradición de celebrar los cumpleaños cesó por completo. Para los primeros seguidores de Cristo, oprimidos, perseguidos y martirizados por judíos y paganos, y que creían que los niños entraban en este mundo manchadas ya sus almas por el pecado original de Adán, el mundo era un lugar duro y cruel, en el que no había razón para celebrar el cumpleaños de nadie. Sin embargo, puesto que la muerte era la auténtica liberación, el paso al paraíso eterno, el día de la muerte de cualquier persona merecía ser conmemorado con plegarias. 

Contrariamente a la creencia popular, eran los días de la muerte, y no del nacimiento de los santos, los celebrados y los que se convertían en sus «festividades».
Tomado de:

Yahoo Preguntas y Respuestas

24 de diciembre de 2009

25 de diciembre: Una fecha compartida por Guillermo Giacosa


Jueves, 24 de diciembre de 2009
25 de diciembre: Una fecha compartida
El verdadero día de la Natividad es tan incierto como su año. La Iglesia armenia lo festeja el 6 de enero. El nacimiento de Jesús no pudo tener lugar en diciembre, pues ese mes cae en la estación de frío y lluvia en Judea y, por ello, los pastores no podrían tener sus rebaños a campo abierto, como refiere el Evangelio. Desde mucho antes de Cristo, el 25 de diciembre fue una fecha importante para diversas culturas. Es el día del solsticio de invierno y, durante esa jornada, el sol parece detenerse en su descenso para elevarse nuevamente en el firmamento: los días se prolongan y la primavera hace renacer la esperanza. Persas, griegos, egipcios, fenicios, sirios, etcétera, celebraban en aquel día el parto de la Reina de los Cielos, la Virgen celestial y el nacimiento de su hijo, el dios solar. Dionisos o Baco, a quien los griegos llamaban 'El Salvador’, nació de una virgen el 25 de diciembre; lo mismo que Hércules. También, ese día, se celebraba el nacimiento de Adonis.
Los egipcios fijaban la preñez de Isis, la 'Virgen Reina de los Cielos’, en marzo, y el parto de Horus a fines de diciembre. Este pueblo no solo adoraba una madre virgen, sino que presentaba a los seguidores la efigie de un recién nacido acostado en un pesebre. Osiris también fue hijo de una 'Virgen Santa’, y nació un 25 de diciembre. También ese día habría nacido Buda, que tampoco fue concebido sexualmente aunque su madre fuera casada. Para los paganos escandinavos, Frey, hijo de Odín y Frigga, nació el 25 de diciembre.
Los druidas celebraban, ese mismo día, su fiesta anual del fuego y, en Roma, en esa fecha, se conmemoraba el nacimiento del Sol invicto y, también, el de Mitra, el dios solar persa, cuyo culto adoptó el Imperio Romano. Los primeros indicios de celebraciones cristianas de la Natividad se ubican a fines del siglo II. Fue a fines del siglo III o a inicios del IV que la Iglesia occidental consagra el 25 de diciembre.
Las costumbres navideñas tienen raíces paganas. En Roma se celebraban las Saturnales desde el 21 de diciembre hasta fin de año –otros dicen que entre el 17 y el 19 de diciembre–. En Inglaterra, los puritanos trataron de abolir la Navidad pues la consideraban como una continuación de las “vanidades y excesos en que cayeron los gentiles”. En el siglo III, Tertuliano protestó contra la costumbre de adornar las casas con guirnaldas de flores, pues esa era la misma forma en la que lo hacían los paganos. En la antigüedad, las ramas de hiedra, de laurel y de mirto y otras de verdor perenne, eran símbolos del vigor generador y la juventud perpetua de Dionisos. Los druidas de las Galias adoraban el muérdago por su virtud vitalizadora y sus poderes curativos, y creían que portarlas o besarlas ayudaba a hacer fértil a la mujer que hasta entonces no había podido concebir. Nada en este mundo es totalmente original y todo, con distintas facetas, pareciera pertenecer a todos. La Navidad, fiesta de paz, debería estimular la tolerancia, el ecumenismo y el respeto por todas las manifestaciones no destructivas del espíritu humano.

Autor: Guillermo Giacosa

Fuente:
Peu21

6 de enero de 2007

Un cuarto rey mago pudo perder el rastro de la nova que conducía a Jerusalén


Afirmaciones de un astrónomo
Actualizado viernes 05/01/2007 08:26 (CET)

Los Reyes Magos que llegaron desde Oriente para ofrecer presentes al Mesías siguiendo a la estrella de Belén no fueron tres, sino cuatro, aunque el cuarto, el astrónomo Arbatán, no llegó a ver el rostro de Jesús porque se "entretuvo" en el camino, según un relato navideño escrito hace más de un siglo.

El relato, escrito a finales del siglo XIX por el estadounidense Henry Van Dyke (1852-1933) y traducido desde entonces a 13 idiomas, cuenta que Arbatán habría dedicado 30 años de su vida a buscar al Mesías para darle "tres preciosas joyas" -un zafiro, un rubí y una perla- que no pudo ofrecerle el día de su nacimiento.

Melchor, Gaspar y Baltasar partieron antes que él guiados por la gran estrella de Navidad, un fenómeno que astrónomos de todo el mundo han intentado analizar a lo largo de la historia, y que algunos han identificado con cometas como el Halley, aunque este apareció en el año 12 antes de Cristo.

El astrónomo Mark Kidger, del Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), sostiene en el último número de la revista 'Astronomía' que los Reyes, sin cuantificar, eran sacerdotes, se dedicaban a interpretar las "señales" que veían en el cielo y que lo que les guió casi con seguridad desde el mar Caspio, a unos 1.300 kilómetros de Belén, fue una estrella nueva, una nova.

Arbatán, que iba por su cuenta, podría haber perdido la referencia porque, según Kidger, una semana antes del nacimiento del Mesías, la Luna estuvo en conjunción con la nova y tapaba su luz.

Los tres Reyes Magos habrían tardado cuatro o cinco semanas en llegar a Jerusalén, descansaron unos días esperando audiencia con Herodes y habrían vuelto a ver la estrella en el sur al amanecer, directamente sobre Belén, a 10 kilómetros de donde ellos estaban.

Claro que, según los cálculos de Kidger, todo aquello sucedió no un 6 de enero sino varias semanas después de que naciera el Mesías, "en torno al 21 de marzo del año 5 antes de Cristo".

Regalos para los pobres
 

Con menos datos científicos, Van Dycke sostiene en su relato que el más "desconocido" de los Reyes empleó las joyas que llevaba para agasajar a Jesús en ayudar a los pobres que se fue encontrando a su paso.

La última de ellas, la perla, decidió entregársela, 33 años después de partir hacia Belén, a una esclava que iba a ser juzgada a pocos metros de donde acababa de ser crucificado Jesucristo.

Finalmente, el astrónomo fue recompensado por Jesús cuando éste decide hablarle después de su muerte, y según relata Van Dyke, "a pesar de haberle sido negada la realización de su mayor anhelo, Arbatán encontró el éxito" en esa frustración.

El número de los Reyes Magos ha estado en entredicho durante varios siglos, y de hecho, hasta el IV los teólogos Orígenes y Tertuliano establecen que son tres y hasta el VIII no se les bautiza como Melchor, Gaspar y Baltasar aunque no fueron de uso común hasta el siglo X.

En el Evangelio de San Mateo, donde se les menciona por primera vez, se les cita únicamente como "magos que llegaron del Oriente", pero en ninguna otra parte del Antiguo Testamento aparecen citados ni su número, edad, aspecto, nombre o atuendo.

Según el libro 'Mitos y ritos de la Navidad', del periodista Pepe Rodríguez, en el siglo III, algunas representaciones en templos mostraban sólo a dos personajes, mientras que en las catacumbas romanas aparecían como dos o cuatro, e incluso llegaron a ser media docena en algunas pinturas del siglo IV.

Tampoco fueron coronados hasta el III, ya que durante los dos primeros siglos, sólo aparecían citados como "magos" ("magi", en latín, o "sabios") y sus únicos tocados no eran coronas sino gorros frigios propios de los astrólogos del dios persa Mitra.

El significado peyorativo del concepto de mago y la prohibición de la práctica de la magia por los textos bíblicos hicieron que esta denominación estuviese mal vista para nombrar a estas tres figuras que adoraron a Jesús en Belén.

Fuentes:

El Mundo


La leyeda rusa (original)

La versión de Van Dyke (resumen)

La versión de Van Dyke (original) en inglés

google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0