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Ciencia sencilla, ciencia divertida, ciencia fascinante...
El biólogo británico Richard Dawkins, en Tenerife.
El origen de la vida en la Tierra, la posibilidad de que exista fuera del planeta y los mecanismos evolutivos son las grandes preguntas pendientes de la ciencia. Así lo creen científicos de la talla del biólogo británico Richard Dawkins, el premio Nobel de Física Jack Szostak o el astrónomo Robert Williams, presidente de la Unión Astronómica Internacional.
Los tres participan en el Starmus Festival que se celebra estos días en Tenerife para conmemorar el aniversario del viaje de Yuri Gagarin.
Dawkins, que centra su intervención en este encuentro en las posibles alternativas de vida que pueden existir en otros planetas, es hoy uno de los divulgadores científicos más controvertidos del mundo por su férrea defensa de la evolución darwinista por la selección natural y sus duras críticas a la religión, que hoy tampoco ha obviado. "Es natural inventar dioses o espíritus para dar explicación a misterios que la ciencia ha ido desplazando", señalaba en respuesta a ELMUNDO.es.
Vida extraterrestre
En su opinión, no existe un gen que permita a los humanos creer en Dios, sino que "son varios genes en el cerebro y su expresión depende de las condiciones culturales, si esas condiciones cambian, la gente puede creer en otras cosas o no creer".
También se ha mostrado convencido de que existe vida extraterrestre porque "vivimos en un lugar muy normal, hay miles de millones de estrellas con planetas y todo apunta a que no somos la única forma de vida". En su opinión, incluso hay que buscar formas de vida con una química distinta a la basada en el ADN en la propia Tierra.
Eso si, la probabilidad de hallar y contactar con seres de otros sistemas planetarios reconoce que es "muy baja" y que sólo se podría conseguir en el futuro mediante radiaciones electromagnéticas.
Creación de vida artificial
Szostack, Nobel en 2009 por su trabajo sobre telómeros, y ahora centrado en la creación de vida artificial, reconocía que "aún no se conoce" como conseguirlo. "Nos falta saber cómo las membranas de las células se abren y se cierran, cómo se dividen. Los científicos nos afanamos en comprender esos procesos sencillos que llevan a la química y la biología planetaria, pero aún no lo hemos conseguido". Reconoce que cuando empezó con estos experimentos pensaba que tardarían 20 años en lograr generar un sistema biológico. "Ahora pienso lo mismo, que pasarán 20 años y puede que entonces conteste igual", afirma.
En todo caso, es un misterio en el que él tampoco ve la mano de Dios. "Si la gente entendiera que hay que buscar respuestas a lo que no sabemos, el mundo sería mejor", asegura.
Así lo cree también Williams, para quien los científicos tienen el deber "dar explicaciones contra las supersticiones". De hecho, aventuró que en 200 años, al ritmo de hallazgos actual, "podremos llegar a tener información de lo que había antes del Big Bang", uno de los grandes misterios actuales.
Sobre la vida en la Tierra, está convencido de que "el sistema es robusto" y aunque la especie humana no sobreviva, "alguna forma de vida si lo hará y puede que llegue a evolucionar hacia la inteligencia humana, aunque no sé si a tener nuestra conciencia".
Fuente:
Una prueba simple de sangre que podrá determinar qué tan rápido está envejeciendo una persona y si vivirá una vida larga o corta estará disponible en el mercado en Europa en los próximos meses.
El análisis mide los telómeros, las regiones de ADN ubicadas en los extremos de los cromosomas, que se encargan de la división celular y el tiempo de vida de una célula.
También están involucrados en enfermedades como el cáncer.
Como los telómeros marcan el número de divisiones celulares, los científicos creen que estas estructuras son uno de los indicadores más precisos e importantes de la velocidad en que una persona está envejeciendo.
Vejez biológica
Desde hace tiempo varios equipos científicos en distintos países trabajan en una prueba capaz de medir el envejecimiento del ser humano.
Pero este análisis, creado por la doctora María Blasco del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas de España y la compañía Life Length, es el primero que logra avanzar hasta la etapa de comercialización.
"No intentamos determinar cuándo morirá una persona" explicó a la BBC la doctora Blasco.
"La prueba te dice básicamente si los telómeros de una persona tienen una longitud normal para su grupo de edad, o si son más cortos o más largos de lo normal", agrega.
Tal como informa la compañía, una persona podrá enviar una muestra de sangre al laboratorio y con ésta se determinará la longitud de sus telómeros. Esta medida indicará su "edad biológica", que puede ser tanto mayor como menor que su edad cronológica.
Según la investigadora, esta prueba "es muy precisa".
"Podemos detectar diferencias muy pequeñas en la longitud de los telómeros con una técnica muy simple y rápida con la cual se pueden analizar varias muestras al mismo tiempo".
"Y lo más importante es que podemos determinar la presencia de telómeros peligrosos: aquéllos que son extremadamente cortos", agrega.
Aunque algunos científicos creen que las pruebas de telómeros serán practicadas de forma rutinaria en la próxima década, no todos están de acuerdo en su valor y utilidad.
Por ejemplo, se presentan varias cuestiones éticas como, por ejemplo, si la medición de los telómeros de un individuo será utilizada por compañías de seguros de vida o médicos para determinar el riesgo de una persona de morir prematuramente o sufrir una enfermedad mortal.
También se cuestiona cuál es el valor que tiene para un individuo conocer qué tan "viejo" es biológicamente.
Tal como señala la doctora Blasco, aunque la longitud de los telómeros no predice cuánto tiempo vivirá una persona, sí se puede tener "información vital" sobre su riesgo de morir prematuramente a causa de enfermedades vinculadas al envejecimiento como las cardiovasculares o cáncer.
Información "útil"
"Sabemos desde hace tiempo que la gente que nace con telómeros más cortos está vinculada a un mayor riesgo de ciertas enfermedades vinculadas al envejecimiento, como las cardiovasculares, cierta susceptibilidad a las infecciones o trastornos neurológicos".
"De manera que esta prueba podría ser un indicador de cuán envejecido está tu organismo o cuál es el estado de tu salud".
"La longitud de los telómeros no determina una más larga longevidad, ni tampoco indica necesariamente que una persona con telómeros cortos desarrollará estas enfermedades, pero sí determina el riesgo que tiene una persona de desarrollarlas", explica la doctora Blasco.
Life Length ya ha anticipado que la prueba tendrá una gran demanda.
Sin embargo, algunos expertos afirman que si estas pruebas se vuelven rutinarias sin duda habrá mucha gente que preferirá no conocer su "edad biológica", principalmente cuando no se cuenta con opciones para "revertir" la longitud de los telómeros.
Esta situación, según la doctora Blasco, es similar a la prueba que se lleva a cabo actualmente para conocer el nivel de colesterol de un individuo.
"Cuando los científicos comenzaron a encontrar una asociación entre el alto nivel de colesterol y el riesgo de enfermedades cardiovasculares, no había tratamientos para reducir el problema de colesterol".
"Y sin embargo la prueba se llevaba a cabo para contar con más información sobre la salud de la persona para que pudiera cambiar sus hábitos de vida y estar consciente de su riesgo de colesterol".
"Con los telómeros ocurre algo similar" explica la investigadora.
"Si éstos son más cortos de lo normal, esa información podría ser útil para que la persona cambie su estilo de vida. Pero, al final, cada quien tendrá que decidir si quiere someterse o no a esta prueba", agrega.
Según Life Length, la prueba de telómeros -que costará US$700 dólares- podría estar disponible en el mercado europeo a fines de este año.
Fuente:
Contenido relacionadoMiércoles, 28 de octubre de 2009Un grupo de investigadores españoles ha constatado que los telómeros cortos son la principal fuente del daño causante del envejecimiento del organismo humano y ha descrito por primera vez las alteraciones genéticas por las que tiene lugar este fenómeno.
¿Por qué envejemos?
Ahora ya lo sabemos. Los responsables son los telómeros. Un grupo de investigadores, liderado por María Blasco, ha constatado que los telómeros cortos son la principal fuente de daño causante del envejecimiento del organismo, y ha descrito por primera vez las alteraciones genéticas y epigenéticas por las que esto se produce. Pero...
¿Qué son los telomeros y cómo trabajan?
Le damos la palabra a Jordi Surralés, catedrático de Genética en la Universidad Autóma de Barcelona:
El Premio Nobel de Medicina galardona este año el descubrimiento de los telómeros y la telomerasa. Los telómeros son unas estructuras que se unen a la punta de los cromosomas. Tienen un papel importantísimo desde un punto de vista biológico pues protegen, a modo de caparazón, la parte terminal de los cromosomas y así evitan que éstos se degraden o se peguen entre ellos. Los telómeros están formados por centenares o miles de repeticiones de una secuencia de nucleótidos (las letras del ADN). A estas secuencias de ADN se une una maraña de proteínas encargadas de circularizar y esconder en forma de lazo la parte terminal del cromosoma. Esta estructura de ADN y proteínas teloméricas es fundamental para el mantenimiento de la función y estabilidad del genomaCada vez que una célula se divide en dos, ésta debe hacer una copia de todos sus cromosomas de forma que cada célula hija recibe una copia idéntica de todos los cromosomas. En este proceso de copia o replicación del ADN, los telómeros se acortan un centenar de letras debido a la imposibilidad de la maquinaria celular de completar totalmente el proceso de copia. Por tanto, los telómeros limitan el número de veces que una célula se puede dividir, a modo de cuenta atrás, como si se tratara de un cronómetro molecular. Esto tiene consecuencias esenciales en el cáncer y el envejecimiento. El acortamiento telomérico actúa como un freno a la excesiva proliferación celular y, por otro lado, células envejecidas tras muchas divisiones, tienen los telómeros tan cortos que el genoma se inestabiliza. Esta inestabilidad genética puede causar tanto la muerte de las células y degeneración de tejidos asociados al envejecimiento como inducir la transformación tumoral. Por eso, en gran parte, el cáncer es una enfermedad mayoritariamente asociada al envejecimiento. Sólo unas pocas células de un organismo pueden evitar el acortamiento de los telómeros: las células madre y las cancerosas, pues su función implica un número casi ilimitado de divisiones.
Para ello, estas células activan la telomerasa, un complejo nucleoproteico que tiene la capacidad de pegarse al telómero y alargarlo (añadiendo varias secuencias teloméricas. Esto evita el desgaste natural de los telómeros en células madre y en tumorales. Así, los telómeros y la telomerasa son blancos terapéuticos en la investigación oncológica: un fármaco que bloquee la capacidad de la telomerasa de alargar los telómeros provocaría la muerte del tumor por exceso de acortamiento telomérico; también se ha propuesto alargar el telómero activando la telomerasa como una estrategia terapéutica para evitar el envejecimiento celular.
Pero eso no es todo, hay nuevos resultados de recientes investigaciones. Esta es la noticia: