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8 de enero de 2010


Viernes, 08 de enero de 2010

La interesada solidaridad de los peces tropicales


Otro artículo desconcertante: un experimento sobre de la actitud de unos peces tropicales en un acuario se extrapola al cimportamiento de los seres humanos que viven en grands sociedades.... ¡y se concluye alegremente que el altruismo no existe!

Es obvio que el altruismo, es decir la ayuda desinteresada que uno hace al prójimo, es un atributo de seres con un cerebro grande y una inteligencia superior. Los demás seres vivos se mueven por sus instintos: sobrevivir como especie, ya sea apareándose o buscando alimento.

Lean el artículo y saquen sus propias conclusiones:


Un pez 'L. dimidiatus' limpia de parásitos a su'cliente'.|Science

Un pez 'L. dimidiatus' limpia de parásitos a su'cliente'.|Science

Al igual que los seres humanos somos capaces de penalizar a alguien que comete un acto inadecuado con terceras personas para conseguir una recompensa, los peces también pueden castigar a sus congéneres en situaciones de este tipo y sacar algo a cambio. Según los expertos, este tipo de respuesta podría significar que está inscrita en nuestro comportamiento desde antes de que la vida en este planeta abandonara el agua y colonizara la tierra.

El experimento ha sido realizado con peces limpiadores de la especie 'Labroides dimidiatus', pequeños ejemplares tropicales -habituales en muchos acuarios- cuya labor principal consiste en limpiar a otros peces de mayor tamaño de parásitos, lo que les sirve de alimento.

Los investigadores, de la Sociedad Zoológica de Londres y las universidades de Quensland y Neuchatel, descubrieron que los machos de estos limpiadores persiguen a las hembras cuando éstas hacen algo que puede ofender al 'cliente' que están desparasitando, como es morderles para comerse parte del mucus de la piel. Los machos las penalizan aunque ellos no sean afectados directos, según publican esta semana en 'Science'.

El biólogo Nichola Raihani y sus colegas descubrieron este comportamiento cuando introdujeron en un acuario dos 'L. dimidiatus' y una placa con escamas (su alimento habitual) y gambas (para ellos, unmanjar). Si la hembra cogía una gamba, les retiraban la placa. Tras varios intentos, comprobaron que el macho se mostraba agresivo con la hembra cada vez que iba a coger una gamba, hasta que ésta optaba por no hacerlo. De este modo, se aseguraba que la placa con la comida seguiría en su lugar y podía seguir alimentándose de todas la escamas que quisiera.

"La cuestión es que lo clientes se va cuando les engañan al limpiarlos y los machos pierden su cena, así que optan perseguir a las hembras, no tanto por defender a sus clientes como para tener una comida decente", concluye Raihani. Este estudio menciona la posibilidad que el comportamiento de los 'Robin Hood', es decir, de aquellos que miran mucho por las víctimas o los pobres, a veces sea menos caricativo de lo que se piensa.

Fuente:

El Mundo Ciencia
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