Los lobos son mucho más generosos con sus compañeros de manada, según un estudio.
Hace unos 15.000 años algunos lobos dejaron de serlo. Se convirtieron
en animales dóciles y leales a su nueva compañía, la humanidad. Durante
ese proceso de domesticación, lobos asiáticos y europeos comenzaron a acompañar
a las personas en sus asentamientos gracias a su capacidad para adaptar
su dieta a las basuras que desechaban. Además, tenían una gran
comprensión de los comportamientos sociales humanos y a estos les venían
de perlas durante sus cacerías. Poco a poco, se fue asentando esa
amistad hasta que los lobos se transformaron en perros domésticos. Y al
jurar fidelidad a sus nuevos compañeros, perdieron el sentido de la
solidaridad con su propia especie.
"Nuestros hallazgos ciertamente sugieren que los perros perdieron
cierta prosocialidad entre ellos, en comparación con los lobos", explica
Rachel Dale,
investigadora especializada en el comportamiento animal. Su equipo
acaba de publicar los resultados de su trabajo con estos dos grupos de
animales y su sentido de la solidaridad. El estudio, publicado en PLOS One,
muestra que los lobos mantienen con salud de hierro esta camaradería,
mientras que los perros parecen haber perdido la propensión a ayudar al
compañero. "Esto sugiere que durante la domesticación, los perros
perdieron cierta confianza mutua y, por lo tanto, ya no necesitan tener
tanta consideración por las necesidades de los perros como los lobos",
concluye Dale, de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena.
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