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21 de diciembre de 2019

Blob: no tiene cerebro, tiene múltiples sexos y desconcierta a los científicos

La ciencia tiene a su nuevo niño mimado. Se trata de un organismo unicelular que confunde a los científicos. 


Blob está cargado de contradicciones: piensa y puede resolver problemas pero no tiene cerebro, se alimenta pero no tiene boca, se mueve pero no tiene patas o extremidades.

“Está acá hace millones de años, y todavía no se sabe muy bien lo que es. No se sabe muy bien si se trata de un animal, si se trata de un hongo o si es algo entre los dos”, dijo el director del zoológico de París, donde se sumará al catálogo desde mañana sábado.

La ciencia quiere estudiarlo más sobre todo por un factor que podría tener una salida médica: si alguien lo corta a la mitad, puede cicatrizar en dos minutos su herida.

No tiene boca, ni estómago, ni ojos, ni cerebro, pero come, digiere alimentos, se mueve e incluso aprende. Las nuevas estrellas de la ciencia fascinan también por tener 720 sexos y ser casi inmortales.

Estamos hablando del organismo Blob, una curiosidad biológica unicelular que por primera vez desembarca en un zoológico, el de París.

Instalado al abrigo de la luz, el “physarum polycephalum” es una masa esponjosa, amarilla y viscosa, también conocida como “blob”, en alusión a una película de 1958 con Steve McQueen, sobre una criatura pegajosa extraterrestre que lo devora todo a su paso.

No es ni animal, ni planta ni hongo, sino un organismo primitivo, que apareció hace 500 millones de años, antes del reino animal. Durante un tiempo fue considerado un hongo, antes de unirse en los años 1990 a los mixomicetos, un grupo de protistas.

Pero posee varios núcleos, que pueden multiplicarse o dividirse a voluntad. Se pueden crear ‘blobs’ de todos los tamaños y que la ciencia no conoce ningún límite para este organismo.

Esta especie de moho puede alcanzar hasta 10 metros en laboratorio, donde se puede subdividir cortándolo, ya que los fragmentos cicatrizan en dos minutos.

Su sistema vascular complejo apasiona también a los físicos. Algunos tratan incluso de inspirarse en su fisionomía para aplicarlo al diseño de redes eléctricas y otros inventos.

A pesar de la ausencia de un sistema nervioso, es capaz de memorizar e incluso algunos dicen que es inteligente. ¿Cómo lo saben? Porque se aleja de elementos que no tolera, como la sal, y también porque puede rastrear su alimento aun en condiciones complejas.

Otra de sus particularidades es que tiene 720 sexos diferentes, hay machos hembras y sexos que la ciencia ni siquiera fue capaz de clasificar. Su reproducción sexual parecida a la del hongo.

El blob es el nuevo niño mimado de la ciencia, es inofensivo para el resto de los seres vivos y los estudios sobre lo que podemos aprender los humanos acerca de su capacidad de incidencia sobre el mundo natural y la medicina todavía están en proceso.

Fuentes: TeleDoce

20 minutos y RTVE

12 de noviembre de 2019

Los hongos solo tienen sexo si han comido y están a oscuras

Los hongos tienen hambre no se reproducen sexualmente. Sí, así es, y este descubrimiento podría ayudar a combatir patógenos micóticos al interferir en su evolución, según un estudio científico publicado este lunes en la revista PLOS. 


Esta investigación encaró “problema fundamental de la biología básica que puede tener repercusiones en el control de los hongos que causan enfermedades tanto en humanos como en las plantas”, señaló Gustavo Goldman de la Universidad de Sao Paulo (Brasil).

El equipo investigador, que incluyó a científicos de las Universidades de Sao Paulo y de Bath (Reino Unido), logró caracterizar por primera vez a un grupo de receptores único para los hongos, que les impiden reproducirse sexualmente.

El blanco de esta investigación fue el hongo Aspergillus nidulans que solo tiene sexo cuando está bien alimentado y se encuentra a oscuras. La reproducción sexual recombina el ADN de los progenitores para crear una descendencia genéticamente diversa que se disemina rápidamente en el entorno como esporas.

Esta diversidad y esta capacidad para propagarse son factores importantes en la adaptación de los hongos a ambientes nuevos, ya sea para la difusión de enfermedades o en la evolución de su resistencia a los fungidas.

Este artículo se elaboró con información de: La República (Perú), Deustche Well y Televisa


13 de octubre de 2015

Hongos: 25 asombrosas especies del reino fungi

El reino fungi es un fascinante universo de organismos. Recordemos que la naturaleza es dividida, para su estudio y por sus características, en reinos. Uno de ellos es este denominado fungi o reino de hongos y se diferencia del reino animal y del reino vegetal; sin embargo, actualmente se sabe que los hongos son más cercanos al primero aunque durante mucho tiempo se consideró como uno el vegetal y el fungi debido a su semejanza, fundamentalmente en la ausencia de locomoción y una morfología y ecología similares. Esta diferenciación se debe, entre otras cosas, a que tienen paredes celulares compuestas por quitina, a diferencia de las plantas, que contienen celulosa.
Ahora bien, la clasificación de los reinos no es una sola; así, mientras para el esquema de los cinco reinos de Wittaker y Margulis, los hongos pertenecen en parte al reino protista (los hongos ameboides y los hongos con zoosporas) y al reino Fungi (el resto). En el esquema de ocho reinos de Cavalier-Smith pertenecen en parte al reino Protozoa (los hongos ameboides), al reino Chromista (los Pseudofungi) y al reino Fungi todos los demás. Con los avances de la biología molecular se construye una taxonomía molecular basada en secuencias de ácido desoxirribonucleico (ADN).
Se han descrito unas 100 000 especies de hongos aunque se considera que sólo el 5% se ha catalogado. Se estima una diversidad total de 1.5 millones de especies. Y es que el reino fungi está disperso en un amplio rango de hábitats y condiciones extremas de temperatura, salinidad y muchos otras. La micología es la disciplina encargada de estudiar los hongos.
Una clasificación sencilla de los hongos podría ser la siguiente:
  • Ornamentales
  • Alimenticios
  • Hongos enteógenos (hongos alucinógenos)
  • Medicinales
  • Contaminantes
  • Venenosos
Así pues, conozcamos algunos ejemplares de las especias más bonitas, alucinantes (en el sentido literal y retórico de la palabra), de exquisitas y caprichosas formas. Da click en el nombre para conocer la ficha técnica de la especie.
Amanita-muscaria
Amethyst-deceiver
"Aseroe rubra105". Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aseroe_rubra105.JPG#/media/File:Aseroe_rubra105.JPG
"Aseroe rubra105". Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aseroe_rubra105.JPG#/media/File:Aseroe_rubra105.JPG
Chorioactis
Clathrus-ruber
"- Coprinus comatus -" by User:Nino Barbieri - Own work (own photo). Licensed under CC BY 2.5 via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:-_Coprinus_comatus_-.jpg#/media/File:-_Coprinus_comatus_-.jpg
"- Coprinus comatus -" by User:Nino Barbieri - Own work (own photo). Licensed under CC BY 2.5 via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:-Coprinus_comatus-.jpg#/media/File:-Coprinus_comatus-.jpg
Crepidotus
cup-fungi
Cup-fungi
Cyathus-striatus
Favolaschia-calocera
Geastrum-minimum
Hairy-mycena
hongo-1


  El artículo completo en: HiperTextual

12 de julio de 2014

Los antibióticos en peligro, cada vez las bacterias son más resistentes

infecciones causadas por bacterias resistentes y es precisamente en los hospitales donde más se dan estas resistencias.




Los antibióticos que tantas vidas han salvado están ahora en grave peligro, su masiva utilización ha hecho que las bacterias cada vez sean más resistentes y su eficacia se hay reducido notablemente. Alrededor de 25.000 personas al año, se estima que mueren en Europa debido a


Es urgente impulsar una investigación para luchar contra las resistencias así como descubrir nuevos antibióticos efectivos. Si no se toman medidas efectivas, algunas infecciones van a ser imposibles de tratar y algunos tratamientos como cirugías mayores o trasplantes serán demasiado peligrosos de realizar.

No todo son malas noticias. Enfermedades resistentes como la tuberculosis multiresistente cuyos gérmenes causantes de la enfermedad han sufrido mutaciones a lo largo del tiempo, haciéndoles resistentes a la mayoría de tratamientos existentes, han podido ser controladas gracias al desarrollo de sustancias activas nuevas.

Laboratorios de todo el mundo estudian la producción de moléculas antibióticas como la lactivicina que es un compuesto producido por un champiñón, descubierto en los años ochenta, tiene una actividad bacteriana muy interesante, aunque su inconveniente es que es tóxica para el ser humano.

Según el Profesor Galleni, de la Universidad de Lieja, el objetivo de la ciencia debe ser el descubrimiento de nuevas moléculas para el desarrollo rápido de nuevos antibióticos.
Vía | Xakata Ciencia

2 de marzo de 2014

¿Hongos para combatir el cambio climàtico?

El cambio climático global concierne y preocupa a toda la humanidad. Quizá estemos demasiados pendientes de la cantidad de carbono (dióxido de carbono) presente en la atmósfera y en los vegetales y hemos olvidado que el suelo contiene más cantidad que la suma del presente en el aire y las plantas. Más aún, según Colin Averill que acaba de publicar una interesantísima investigación recién aparecida en la revista Nature : ”Los flujos naturales del carbono entre la tierra y la atmósfera son enormes y desempeñan un papel crucial en la regulación del dióxido  de carbono en la atmósfera y, a su vez, en el clima de la tierra”. Esto significa que incluso un diminuto cambio en el grado de almacenamiento del carbono en el suelo podría tener consecuencias importantes para la atmósfera de la Tierra y para el clima. Pues bien, el Dr. Averill que es estudiante de posgrado de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Texas  (Austin)  y  autor principal de una investigación realizada por él mismo, Adrien Finzi de la Universidad de Boston y Benjamin Turner, del Instituto Smithsoniano de Investigación Tropical (STRI) en Panamá, señalan la existencia de un hasta ahora desconocido e inesperado regulador del contenido de carbono en el suelo: los hongos. El papel de estos hongos no se ha contemplado hasta la fecha en los modelos climáticos globales en vigor.

Efectivamente, los hongos son los grandes olvidados en las mediciones y estimaciones que se han venido haciendo sobre la capacidad de los suelos para almacenar dióxido de carbono (CO2). Sin embargo, los hongos microscópicos que viven en las raíces de las plantas juegan un papel importante en el almacenamiento y la liberación de carbono del suelo a la atmósfera.

Hemlocks in Harvard Forest 
La investigación comentada sitúa a los hongos en primer plano de la problemática del CO2 y en el centro del debate científico sobre cuál es el modo más factible de aprovechar al máximo la capacidad de los suelos para retener a este gas de efecto invernadero.

En estudios anteriores, se había llegado a la conclusión de que la degradación de los suelos, el clima y la productividad de las plantas eran los más importantes reguladores del contenido de carbono en los suelos. Sin embargo, lo descubierto ahora por Turner, Averill y Finzi, sugiere que la biología del suelo ejerce un papel aún más importante. Algunos tipos de hongos simbióticos pueden llevar a un 70 por ciento más de carbono en el suelo por unidad de nitrógeno.

La mayoría de las plantas se asocian con hongos de un tipo beneficioso. En esta clase de relación, la planta aporta carbono al hongo, y éste le aporta ciertos nutrientes a la planta. Las relaciones de este tipo se pueden agrupar en tres grandes clases: Las micorrizas arbusculares, las ectomicorrizas, y las micorrizas ericoides. La más común es la micorriza arbuscular, que se da en el 85 por ciento de las familias vegetales, mientras que las micorrizas ericoides y las ectomicorrizas se presentan en unas pocas familias comunes.
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Ejemplo de ectomicorriza: Un hongo asociado a las raíces de una cicuta. (Foto: Colin Averill)

Tras numerosas ejecuciones de modelos digitales con más de 200 perfiles de suelos de todas partes del globo terráqueo, los autores de la investigación encontraron que los suelos con presencia de comunidades del tipo micorriza ericoide y del tipo ectomicorriza contenían un 70 por ciento más de carbono por unidad de nitrógeno que los suelos con comunidades del tipo micorriza arbuscular. El efecto era significativo a escala global, porque es independiente del rango común de valores en variables tales como la acumulación de biomasa, la temperatura, la precipitación y el contenido de arcilla de los suelos.

La marcada diferencia que hay en el nivel de carbono incorporado a suelos entre los ecosistemas con ectomicorrizas y micorrizas ericoides, y los ecosistemas con micorrizas arbusculares, se debe a la manera en que los hongos de cada tipo adquieren los nutrientes. Los hongos de las comunidades micorrizas ericoides y ectomicorrizas producen enzimas que les permiten acceder a formas orgánicas de nitrógeno que no están disponibles para los hongos de las comunidades micorrizas arbusculares. Al apropiarse de buena parte de la cantidad de nitrógeno que hay en la materia orgánica del suelo, los hongos de comunidades micorrizas ericoides y ectomicorrizas limitan la actividad de los microorganismos que descomponen la materia orgánica muerta y que devuelven carbono a la atmósfera. Estos microbios dependen del nitrógeno, y cuando su acceso al mismo mengua por la acción de sus rivales los hongos, no pueden prosperar como lo harían con nitrógeno extra, y su actividad global en el suelo queda notablemente limitada. El resultado es que más carbono se conserva en el suelo. Por contra, las comunidades micorrizas arbusculares no causan tantas restricciones a la actividad de los microbios que descomponen la materia orgánica. El resultado en este caso es que se conserva en el suelo menos carbono .

Fuente:

La Verdad (Ciencia y Salud)

25 de agosto de 2013

Un moho expresa sus emociones mediante la cabeza de un robot

El moho mucilainoso es uno de los organismos más sencillos que tiene la capacidad de aprender.

El moho del fango ya ha probado tener cierta forma de inteligencia en el pasado, o al menos la suficiente como para encontrar la ruta más rápida en un laberinto hasta llegar a su alimento. Por lo mismo, en Inglaterra algunos investigadores creyeron que era una buena idea "conectar" esta especie de moho a una cabeza robótica para que el organismo exprese sus emociones de forma más gráfica.

El experimento en su concepto es bastante sencillo. El moho se colocó sobre un campo de electrodos, que capturaron las señales eléctricas emitidas por la comunicación de todas las células a la hora de moverse hacia la comida, o al reaccionar frente a la luz. Las señales capturadas luego se convirtieron en sonido ("similares al de un avión despegando"), y se mapearon al funcionamiento de la cabeza del robot. Ir hacia el alimento era algo así como "alegría", mientras que la reacción a la luz era "molestia".



Los resultados de la investigación fueron presentados en la conferencia Living Machines, a comienzos de agosto en Inglaterra. La investigadora liderando el proyecto, Ella Gale, cree que el moho del fango es uno de los organismos más simples con la capacidad de aprender. Otros científicos también postulan un parecido entre el cerebro humano y el moho mucilaginoso, precisamente por la forma en que ambos procesan y transmiten la información entre sus células.

Lo cierto es que ver un robot con expresiones casi humanas siempre va a ser incómodo. Y si esas expresiones son causadas por un organismo tan extraño como el moho, más incómodo aún.

Fuente:

FayerWayer

10 de agosto de 2011

El ser más rápido del planeta

El Pilobolus, un hongo que crece en el estiercol, es tan rápido que si un ser humano fuera sometido a una fracción de su capacidad de aceleración quedaría destrozado. Pero antes... ?sabe usted qué son las Fuerzas G? Descúbralo antes de leer el post:

Las fuerzas G

Las fuerzas G no son una medida de fuerza sino una medida intuitiva de aceleración. Está basada en la aceleración que produciría la gravedad terrestre en un objeto cualquiera en condiciones ideales (sin atmósfera u otro rozamiento). Una aceleración de 1G es generalmente considerado como igual a la gravedad estándar, que es de 9.80665 metros por segundo cuadrado (m/s2).

La fuerza G para un objeto es de 0G en cualquier ambiente sin gravedad, como una caída libre o un satélite orbitando la Tierra y de 1G a cualquier objeto estacionario en la superficie de la Tierra al nivel del mar. Aparte de esto, las fuerzas G pueden ser mayores a 1, como en una montaña rusa, en una centrifugadora o en un cohete.

La medición de las fuerzas G se hace por medio de un acelerómetro.

Más información en la Wikipedia.



¿Un pájaro? ¿Un insecto? ¿Usain Bolt? Nada de eso. El ser vivo más rápido del mundo puede dejar en un pozo de vergüenza incluso a los artificios humanos más complejos. Es tan rápido que si fuéramos sometidos a una fracción de su capacidad de aceleración seríamos mucho menos que papilla. Imaginamos que ya deben estar pensando algunas posibilidades, pero la respuesta se encuentra en un lugar increíble, y dicho sea de paso, particularmente asqueroso.

Una de las maravillas de internet es que se ha convertido en la fuente de información ideal para responder a aquellas preguntas algo complejas que suelen hacer los niños. Imaginemos por ejemplo una pregunta como “¿qué es lo que corre más rápido?” Esa es relativamente fácil, ya que se trata del guepardo. Pero los más bajos de la casa no suelen conformarse con eso, y eventualmente llega el “¿hay algo más rápido?”. Uno puede hacer referencia a un halcón, que puede quebrar la barrera de los trescientos kilómetros por hora, con la obvia diferencia de que vuela y no corre.

Pero hay algo más rápido aún. No corre, ni tampoco vuela, sino lo que hace es expulsar. Ahora, no faltará quien puntualice el hecho de que aceleración y velocidad no son lo mismo, sin embargo, la habilidad de esta minúscula criatura es sorprendente. A simple vista no se puede decir mucho sobre el Pilobolus, más allá de ser un género de hongos que crece en el estiércol. La espora del Pilobolus es consumida por los herbívoros directamente sobre el césped, sobrevive a todo el proceso de digestión, y germina una vez que el excremento es evacuado.

Una aceleración monstruosa

El logro del Pilobolus llega al “disparar” la espora. Puede llegar de cero a veinte millas (32 kilómetros) por hora en apenas dos millonésimas de segundo, y su aceleración alcanza los veinte mil Fuerzas G. Si tenemos en cuenta que pilotos de caza altamente entrenados y experimentados pueden soportar nueve o diez Fuerzas G por unos pocos segundos, es fácil llegar a la conclusión de que la aceleración de la espora del Pilobolus es una monstruosidad.

Lo más sorprendente de todo es que el Pilobolus tiene una razón perfectamente lógica para disparar a sus esporas de ese modo. A su escala, el aire es mucho más “espeso”, por lo que la espora sufre de un importante nivel de fricción. Aún así, un Pilobolus puede arrojar a su espora a una distancia máxima de dos metros, lo suficientemente lejos del estiércol como para que otro herbívoro la consuma, y repita su ciclo de vida naturalmente. El vídeo pertenece a un documental de tres episodios presentado por la BBC en marzo de 2010 llamado “Richard Hammond’s Invisible Worlds”, que hace un especial énfasis en la utilización de alta tecnología para ver y apreciar aquello que normalmente se escapa a nuestros ojos. Si la penicilina se encontró en pan mohoso, y el ser vivo más rápido del planeta está en el estiércol, sólo nos queda esperar a ver de dónde saldrá la siguiente maravilla.

Datos:

1 milla terrestre = 1,6 km

Una aceleración de 1G es generalmente considerado como igual a la gravedad estándar, que es de 9.80665 metros por segundo cuadrado (m/s2).

Fuente:


ABC Ciencia


19 de julio de 2011

Redescubren hongo luminoso en Brasil

Especial: Seres vivos


Neonothopanus gardneri

Aunque a los pobladores locales nunca se les perdió y lo conocen desde siempre, el hongo "flor de coco", que emite luz, a los científicos se les había desaparecido: habían pasado más de 170 años desde la última vez que había sido estudiado.

Pero ahora, un grupo de científicos e investigadores de universidades estadounidenses y de la Universidad de San Pablo (USP) redescubrió la llamativa seta en Piauí, estado del nordeste de Brasil.

Neonothopanus gardneri

A la luz del día no se aprecian sus propiedades.

El Neonothopanus gardneri es el hongo bioluminiscente (es decir, que emite luz propia) más grande de Brasil y uno de los más grandes del mundo.

"En los últimos años vi hongos que emiten luz en Brasil, pero más pequeños, algunos del tamaño de un cabello", le señala a BBC Mundo Cassius Vinicius Stevani, profesor de Química de la USP y participante del estudio.

"Éste es el más grande y emite una cantidad considerable de luz", dijo.

La primera vez que el hongo fue descubierto por la comunidad científica fue en 1840, cuando el botánico británico George Gardner vio a unos niños jugando con lo que él pensaba que eran luciérnagas enormes en las calles de un pueblo que hoy es la ciudad de la Natividade, en Tocantins, estado de Goiás, en el centro-oeste de Brasil.

"Flor de coco"

Llamado por los locales "flor de coco" por crecer bajo una palmera, este hongo bioluminiscente se clasificó como Agaricus gardeni y no había sido vuelto a ver.

"Me enteré de que todavía había hongos alrededor de 2001. En los años siguientes, me llegaron informes de Tocantins y Goiás de un hongo grande y amarillo, que emitía una luz", dice Stevani.

"Pero sólo pude verlos en 2005, en fotos tomadas en Piauí", dice el científico, que ha participado en expediciones nocturnas para recoger setas.

Agaricus gardeni

Aún no se sabe el porqué de la fluorescencia.

"Las búsquedas tienen lugar en las noches oscuras, de luna nueva, con las linternas apagadas", explica.

Hay 71 especies de hongos que emiten luz, de los cuales 12 están presentes en Brasil.

La ciencia aún no ha resuelto el proceso químico que le permite al hongo producir luz, ni se sabe para qué le sirve.

Una teoría, dice Stevani, considera que la luz es emitida para atraer a los insectos nocturnos que les ayudan a los hongos a dispersar sus esporas para reproducirse. Otra dice que la luz atrae a los insectos depredadores que se alimentan de pequeños insectos que atacan al hongo.

Otros seres vivos que emiten luz son las luciérnagas y ciertos moluscos, peces, crustáceos y algas. En todos los casos las luz se produce cuando una enzima llamada luciferasa oxida a un sustrato llamado comúnmente luciferina (del latín lucifer, "que trae luz").

El hallazgo fue publicado en el último número de la revista Mycologia.

Fuente:

BBC Ciencia

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