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12 de octubre de 2018

Toallas desechables vs. secadores de aire: ¿qué forma de secarse las manos es la más saludable?

Una buena higiene de las manos es un elemento crucial en el control de la propagación de infecciones. Por eso hay constantes recomendaciones de cuánto, cuándo y cómo lavarse las manos.

Menos atención, sin embargo, se le presta a la importancia de secarlas de modo óptimo.
Después de fregarse bien las manos con agua y jabón, nadie quiere volver a ensuciarlas con una toalla húmeda y olorosa que quién sabe cuánto tiempo lleva colgando en la percha.

Los secadores de aire a chorro no son tan higiénicos como parece, según los científicos. 

Por eso muchos servicios públicos están provistos de toallas de papel desechables o secadores conpotentes chorros de aire que se promocionan como "mejores para el medio ambiente" y "más higiénicos".

Pero según investigadores de Reino Unido, Francia e Italia, que realizaron pruebas en estos tres países, los secadores de aire a chorro son básicamente "cañones de bacterias".

Una investigación se realizó en los hospitales de tres ciudades: Leeds, Paría y Udine, durante un período de 12 semanas.

En cada lugar se seleccionaron dos baños para uso de pacientes, personal hospitalario y visitantes. En cada uno se instalaron un secador y toallas de papel.

Se tomaron muestras del aire y de las superficies todos los días, durante cuatro semanas. Después de una pausa de dos semanas, se hizo un cambio en los baños para que ofrecieran solamente una de las dos maneras para secarse las manos y volvieron a tomar muestras.

Los cultivos que recogieron de esas muestras revelaron una concentración de bacterias en el aire y en las superficies muchísima más alta en los baños donde solo había secadores de aire a chorro.

La diferencia más dramática se detectó entre la superficie del secador y la superficie del dispensador de toallas de papel. En Udine, el secador tenía 100 veces más bacterias, en París 33 veces y en Leeds 22.

Se encontró tres veces más Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) en los baños que usaron secadores de aire que en los que tenían toallas de papel desechables.

La particularmente virulenta cepa bacteriana Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) fue tres veces más prevalente en los baños de los hospitales en Reino Unido durante los períodos que usaron el secador de aire.

Otras bacterias resistentes a la penicilina y otros antibióticos -y, por ende, difíciles de tratar- fueron encontradas con mayor frecuencia también.

Lea el artículo completo en: BBC Mundo


5 de agosto de 2018

La ciencia en tus manos: lo que dicen de ti tus huellas dactilares

Las huellas dactilares se han consolidado como el “código de barras” que identifica a cada uno de los individuos de la especie humana. Son la prueba forense más preciada para los criminólogos y se están convirtiendo en una herramienta cotidiana en la oficina e incluso en la pantalla de tu smartphone. ¿Por qué son tan singulares e irreemplazables las huellas dactilares? ¿Cuál es el secreto de esas peculiares marcas?

Sabemos que los patrones que dan lugar a las huellas dactilares son únicos para cada individuo desde hace más de 2.000 años, aunque solo llevamos 2 siglos estudiando el porqué. En este reportaje repasamos algunas de las cosas que tus huellas dactilares dicen de ti desde perspectivas científicas sorprendentes.

Un código de barras con más de 2000 años de historia

Las huellas dactilares son los patrones o dibujos de las yemas de los dedos, aunque también existen en las palmas (palmetogramas) y en las plantas de los pies (pelmatogramas).
Sabías qué: los dactilogramas o huellas dactilares se crean alrededor de la décima semana de embarazo (cuando el feto mide unos 7.62 cm aprox.) y son definitivas cuando cumple los 6 meses.
Las huellas dactilares son únicas en cada individuo, pero además son inmutables: permanecen inalterables desde que se forman en el feto y hasta la muerte, pues a pesar de los daños que pueda sufrir la piel, se regeneran siempre siguiendo el patrón original. Aunque están determinadas por la información genética de cada individuo, su desarrollo está influenciado por factores físicos (la ubicación exacta del feto en el útero, la densidad del líquido amniótico …), por lo que ni siquiera en gemelos idénticos o en un clon (con el mismo ADN) las huellas dactilares de dos individuos pueden ser iguales. Sin embargo, sí que existe la excepcional situación de las personas que nacen sin huellas dactilares, una condición que se conoce como adermatoglifia.

Lea el artículo completo en:

OpenMind

16 de enero de 2017

Olvida lo que te enseñaron en el cole y aprende a contar bien con los dedos

Muchas de las matemáticas que hacemos hoy en día son así porque en algún momento de la historia alguien contó con los dedos.

En el colegio no nos dejaban contar con los dedos: decían que había que hacerlo de cabeza. En general, la escuela tradicional huye de las herramientas a la hora de hacer matemáticas porque quiere que se hagan de cabeza. Algo de razón no le falta, aunque si no identificásemos matemáticas con cuentas no habría ese problema. No nos desviemos. Ocurre que muchas de las matemáticas que hacemos hoy en día son así porque en algún momento de la historia alguien contó con los dedos.

Es seguro que contamos hasta diez antes de empezar una nueva decena precisamente porque la mayoría tenemos 10 dedos. Por eso tenemos 10 dígitos y por eso los dígitos se llaman así: digitus era dedo en latín. Pero también es cierto que utilizamos otras bases de numeración además de la decena. Contamos los huevos de 12 en 12 y es muy posible que se deba a que en algún momento a alguien se le ocurrió contar las falanges o las secciones que tenemos en los cuatro dedos opuestos al pulgar, usando este como dedo contador.
Empezando por la puntita del dedo meñique y acabando en la base del índice contamos hasta doce

Fíjate que ya hemos contado hasta 12 y nos ha quedado una mano libre. ¿Qué pasaría si ahora utilizáramos los dedos de la otra para hacer grupos de 12? Pues como en la otra hay cinco dedos tendríamos cinco por 12 y eso da 60. Es muy posible que sea por eso que 60 segundos son un minuto y que hagan falta completar 60 minutos para tener una hora.
En el vídeo que ha creado James Tanton para el canal de educación TED-Ed (y que encabeza este artículo) se plantea -de forma puramente especulativa- si podríamos ir más allá. Y claro, en matemáticas siempre podemos ir más allá. El primer recurso que nos propone es hacer la misma cuenta hasta 12 en la otra mano. Dispondríamos así de hasta 12 grupos de 12: podríamos contar 144 con dos manos, no está mal. Pero aunque nuestros dedos sean pequeñitos, además de tres secciones podemos distinguir tres pliegues (donde se juntan las falanges), por lo que en cada mano podremos marcar con el pulgar hasta 24 estados. Y 24 por 24 son 576.
Tu pulgar sobre la sección central del índice derecho marcaría un 21, pero eso es solo si el izquierdo está levantado, porque si el pulgar de la mano izquierda está en el pliegue del meñique izquierdo (2) es porque tendrías dos grupos de 24 y 21 más… 2*24+21=69. ¡Vaya, así que era eso hacer un 69!
Y aún más, muchísimo más, porque nos queda la posicionalidad: el orden en el que se colocan los números (los dedos, en este caso).

Lea el artículo completo en Verne

9 de agosto de 2014

El peligro de un apretón de manos

¿Puede conllevar algún riesgo un gesto tan simple como un apretón de manos? Así lo sugiere un estudio de la Universidad de Aberystwyth (Reino Unido) que afirma que este tipo de saludo puede ayudar a la propagación de los gérmenes.
Si queremos evitar este riesgo, la forma más higiénica de saludar a otras personas es chocar los puños en vez del clásico apretón de manos. De esta manera, según los investigadores, disminuyen los riesgos de transmisión de gérmenes.
Para llegar a esta conclusión los investigadores emplearon guantes de goma cubiertos con la bacteria Escherichia coli (también conocida como E. coli) y realizaron pruebas de distintos tipos de saludo desde el choque de palmas, el tradicional apretón de manos o el choque de puños, muy habitual en el mundo del rap.

Los resultados, publicados en la revista American Journal of Infection Control revelaron que dar la mano supone el saludo con mayor riesgo de infección, ya que las bacterias pueden ser transmitidas directamente de mano a mano. De todas las pruebas realizadas, el saludo del choque de puños redujo la propagación de los gérmenes hasta en un 90%, convirtiéndolo en el más confiable.

Las personas rara vez piensan en las consecuencias para la salud de darse la mano. Si el público en general comenzara a saludarse con un golpe de puños, existiría un auténtico potencial para reducir la propagación de enfermedades infecciosas”, afirma Dave Whitworth, líder del estudio.
Fuente:

Muy Interesante

14 de enero de 2014

Los humanos provenimos de cuatro especies que se aparearon entre sí

Los estudios del genoma neandertal revelan que el dibujo clásico que muestra la evolución de distintos homínidos en fila india, dista bastante de cómo devino la especia humana.



A partir de una falange de neandertal hallada en 2010 y que corresponde al cuarto o quinto dedo del pie de una mujer adulta que vivió hace al menos 50.000 años, se hicieron grandes descubrimientos acerca de dónde venimos.

En un evento celebrado el pasado 18 de noviembre en la Real Sociedad de  Londres, se presentó un estudio de la secuencia de los genomas de los antiguos humanos que reveló que el homo sapiens no sólo tuvo encuentros sexuales con los neandertales y con un linaje poco conocido llamado denisovanos, sino también con un grupo desconocido que habitó Asia hace más de 30 000 años.

En palabras de Mark Thomas, genetista evolucionario del Colegio Universitario de Londres (que no participó en el estudio pero que sí  asistió al evento), “nos hace suponer un mundo similar al que se describe en el “Señor de los Anillos”, en donde cohabitaban varias poblaciones de homínidos”.

En el Pleistoceno tardío, Eurasia estaba habitada por al menos cuatro especies humanas diferentes: sapiens, neandertales, un grupo poco conocido llamado denisovanos y una cuarta población aún por determinar.

El nuevo estudio se ha elaborado a partir de una falange de neandertal hallada en 2010 y que corresponde al cuarto o quinto dedo del pie de una mujer adulta que vivió hace al menos 50.000 años en la cueva de Denisova, situada en las montañas de Altai al sur de Siberia (Rusia).

Según los paleoantropólogos, los restos descubiertos allí indican que fue una vivienda muy popular, habitada en diferentes momentos por sapiens, neandertales y un tercer grupo hallado por primera vez en 2008 y que recibió su nombre de la cueva. El pasado año, científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania), con su director Svante Pääbo a la cabeza, secuenciaron el genoma de los denisovanos a partir del hueso de un dedo de una mujer joven que vivió en la cueva hace unos 40.000 años.

Pääbo, que en 2010 dirigió también el proyecto del primer genoma neandertal, ha liderado ahora un equipo internacional de científicos en el análisis del ADN del nuevo hueso para obtener una secuencia en alta resolución de los genes de esta especie. Los resultados revelan que la propietaria de aquel dedo del pie era fruto de una unión consanguínea. “Hicimos simulaciones de varios escenarios de endogamia y descubrimos que los padres de este individuo neandertal eran medio hermanos de una misma madre, o dobles primos carnales, o tío y sobrina, tía y sobrino, abuelo y nieta, o abuela y nieto”, detalla el coautor del estudio Montgomery Slatkin, de la Universidad de California en Berkeley (EE. UU.). Según los investigadores, esta endogamia parece haber sido algo frecuente en los neandertales y denisovanos, tal vez debido al pequeño tamaño de sus poblaciones.

Los científicos han comparado la secuencia con la de los denisovanos, con otro ADN neandertal procedente de la región del Cáucaso y con los genomas de 25 humanos modernos, descubriendo una serie de huellas genéticas que revelan un cierto entrecruzamiento de estas especies a lo largo del tiempo. La secuencia demuestra que los neandertales estaban estrechamente emparentados con los denisovanos, con quienes compartieron un ancestro común hace unos 450.000 años. Este, a su vez, se separó del linaje de los humanos modernos entre 550.000 y 765.000 años atrás.

A diferencia de lo que nos enseñaron en el colegio, todos los humanos modernos le debemos cerca de un 2% de nuestro genoma a los neandertales.  Algunas poblaciones de Oceanía como Papúa Nueva Guinea y los aborígenes australianos, comparten cerca del 4% de su ADN con los denisovanos. Y por razones que aún desconocemos sólo ha sobrevivido los homo sapiens.

Los autores subrayan que aún no se conoce durante cuánto tiempo estas cuatro especies humanas llegaron a coexistir, ya que la posible franja temporal de entrecruzamientos abarca desde hace 12.000 años hasta hace 126.000.

Los genetistas Ewan Birney y Jonathan Pritchard, sugieren que "en el Pleistoceno tardío, Eurasia era un lugar interesante para ser un hominino, con individuos de al menos cuatro grupos separados viviendo, conociéndose y ocasionalmente manteniendo relaciones sexuales”.

Fuente:

Diario Registrado

6 de enero de 2014

Descubren la mano humana más antigua, de 1,4 millones de años

Metacarpo hallado en Kenia sobrepuesto en una mano humana.

Metacarpo hallado en Kenia sobrepuesto en una mano humana. CAROL WARD

La mano alberga algunos de los mayores secretos del éxito evolutivo del ser humano. No cabe duda de que la capacidad para fabricar y utilizar herramientas ha sido determinante para el desarrollo técnico y tecnológico de las sociedades modernas. Pero las claves de la aparición de esta habilidad manual propia del ser humano actual y de otros homínidos primitivos siguen siendo un enigma para los científicos, sobre todo debido a los grandes periodos de tiempo de los que no se tiene apenas información en el registro fósil.

Lo que sí sabían los paleoantropólogos es que una estructura ósea de la muñeca que no tienen ni los grandes simios ni otros primates no humanos es responsable del perfeccionamiento del manejo de la mano para usar herramientas. Pero la primera aparición en el registro fósil de esta estructura de un hueso llamado tercer metacarpo -el hueso central de la mano, el que une la muñeca con el dedo corazón- corresponde a los homínidos de la Sima de los Huesos (Atapuerca, Burgos), de hace unos 800.000 años.

Ahora un equipo científico dirigido por investigadores de la Universidad de Missouri (EEUU) acaba de publicar en PNAS los resultados de una investigación en la que describen esta misma estructura ósea en restos encontrados en Katio, Turkana (Kenia), pero que datan de hace 1,42 millones de años, más de 600.000 años antes que los del yacimiento español.

La clave de la evolución de la mano



Tercer metacarpo hallado en Turkana, Kenia.

La estructura ósea presente en los homínidos modernos permite estabilizar la muñeca para hacer trabajos finos

Los expertos en el campo conocían desde hace tiempo las estructuras óseas de la mano de los homínidos del género Homo, que tenían esta característica llamada proceso estiloideo y que consiste en una protuberancia que sale del metacarpo y que permite estabilizar y bloquear la muñeca. Y también sabían que este mismo hueso de los Australophitecus no cuenta con esta protuberancia. Pero, ¿cuándo apareció por primera vez en el el árbol evolutivo humano?

"Hasta ahora sabíamos que los fósiles de la Sima de los Huesos y de la Gran Dolina, de 400.000 y 800.000 años, tenían una mano parecida a la de los humanos actuales. Y sospechábamos que esta estructura ya estaba antes, en los orígenes del género Homo, hace dos millones de años, pero no podíamos demostrarlo, era sólo una hipótesis", explica Carlos Lorenzo, profesor de la Universidad Rovira i Virgili e investigador de Atapuerca especialista en la evolución de la mano humana.

Los resultados obtenidos por Carol V. Ward, de la Universidad de Misouri, de alguna forma respaldan las sospechas del equipo de Lorenzo. "Hemos retrasado la primera aparición conocida de esta morfología en la evolución humana, así que podemos decir que las evidencias de la mano humana ya estaban presentes hace 1,4 millones de años", asegura Ward. A pesar de que sólo han encontrado un sólo hueso de esa mano del homínido de Katio, el equipo de Ward se aventura a decir que el resto de la mano también tendría una morfología semejante a la de las manos humanas actuales.

Los homínidos más primitivos hacían bifaces, pero muy toscos a pesar de tener la mano preparada para tallar con mayor precisión. "Sabemos que la mano ha cambiado poco, pero nuestro cerebro sí ha cambiado", dice Lorenzo. De hecho, Lorenzo se atreve a vaticinar que los primeros miembros del género Homo de hace dos millones de años ya tenían una mano moderna, como la que tenemos los seres humanos actuales.

Fuente:

El Mundo Ciencia

5 de diciembre de 2013

¿Sirve de algo lavarse las manos después de ir al baño?


Si acudís al baño de vuestra propia casa, no temáis particularmente los asientos de los inodoros, que son mucho más limpios que, por ejemplo, el fregadero o el teclado de vuestro ordenador.

Si acudimos a un baño público, probablemente estamos entrando en una especie de granja de bacterias. De hecho, se recomienda no tocar las superficies del baño más de lo imprescindible. También no os preocupéis tanto por los asientos de los inodoros, que suelen estar más limpios que el lavabo (básicamente porque los asientos de los inodoros se mantienen más secos).

Eso es aplicable, también, en el caso de que el baño parezca una cascada rococó, como me pasó a mí no hace mucho. Y cuando tiréis de la cadena, acordaos de bajar la tapa, como ya os expliqué en Estamos rodeados de microbios o por qué es mejor tirar de la cadena con la tapa bajada.

Una vez hecho esto, ¿hasta qué punto es necesario lavarse las manos? Pues es mucho más importante de lo que parece. De hecho, la OMS estima que lavarse las manos con frecuencia sirve para reducir un 24 % las probabilidades de contraer enfermedades respiratorias, y en un 50 % las estomacales.

El problema, sin embargo, no reside tanto en que nos lavemos o no nos lavemos las manos, sino en que la mayoría de nosotros no sabe lavarse correctamente las manos. La mayoría de nosotros apenas se moja las manos, o dedica unos pocos segundos a frotárselas con jabón.

Un lavado correcto de manos implica al menos 20 segundos de nuestro tiempo, frotándose concienzudamente las manos con jabón y agua. A continuación, también hay que tener cuidado al secarse las manos si estamos en un baño público, sobre todo si hay secador automático, tal y como explica Ken Jennings en su libro Manual para padres quisquillosos:
Un estudio de 2008 llevado a cabo en una universidad de Londres determinó que también existe una manera incorrecta de secarse las manos. Esos secadores eléctricos que calientan el aire duplicaban, de hecho, el número de bacterias de las manos de los sujetos durante el proceso de secado, y esos nuevos modelos de chorro de aire a inyección, esos que supuestamente lanzan un chorro a las manos a una velocidad de 650 kilómetros por hora, eran capaces de lanzar los gérmenes de las manos a dos metros a la redonda del aparato. En cambio, esas toallitas de papel que parecen tan anticuadas absorbían un 76 por ciento de todas las bacterias y no propagaban nada.
Otro factor que puede ir en nuestra contra, a pesar de que nos lavemos concienzudamente las manos, es que la pastilla de jabón o el dispensador de jabón líquido estén muy sucios. Sigue de nuevo Jennings:
Un estudio llevado a cabo en 2011 por una empresa de jabones con sede en Ohio arrojó resultados repugnantes: dispensadores de jabón de escuelas primarias que no habían sido lavados jamás, moho formándose en pastillas de jabón, y noveles de bacterias en jabones líquidos que superaban en diez mil veces los índices normales (hasta alcanzar los diez millones de bacterias por milímetro).
Y si finalmente te da pereza todo este ritual, tal vez te interese saber si hay una alternativa más cómoda en ¿El jabón antibacteriano sirve para acabar con los gérmenes?

Fuente:

Xakata Ciencia

4 de noviembre de 2013

7 curiosidades sobre las huellas dactilares

El otro día veía un capítulo de Orphan Black, y una de las protagonistas comentaba que las huellas dactilares entre dos clones debían ser las mismas. Pensé desconcertada si aquella afirmación era un error científico sobre las huellas dactilares o si por contra mi memoria me estaba fallando.





Y es que sobre las huellas dactilares se ha escrito y hablado mucho. Tanto que este sistema de identificación de la biometría es ampliamente conocido desde el siglo XIX. Aunque en criminalística hoy en día se usan como herramientas complementarias de otros importantes métodos, tales como la identificación genética de las muestras, lo cierto es que el uso de las huellas dactilares como medida de identificación individual ha marcado un antes y un después en nuestra historia.


Por ese motivo, hoy recopilamos en ALT1040 algunas curiosidades sobre las huellas dactilares, utilizadas en la investigación policial o en la identificación en nuestros documentos de identidad. Una característica propia de la piel de nuestros dedos que no pasa de moda:

¿Para qué sirven?

La existencia de las huellas dactilares hace que la piel de nuestras manos y pies sea más rugosa. Una característica realmente útil si queremos agarrar con firmeza cualquier objeto.Se forman en el tercer o cuarto mes de embarazo

Que todavía existan en la piel de nuestros pies no significa, lógicamente, que estemos habituados a coger cosas con esa parte de nuestro cuerpo.

Hace mucho tiempo, sin embargo, sí que era necesario estar sujetos a ramas y troncos de árboles. Era otra época, donde no caminábamos por el suelo con los dos pies, ni teníamos el desarrollo tecnológico con el que contamos hoy en día.

¿Están determinadas en nuestros genes?

La respuesta es clara: no. Por ese motivo, no hay dos huellas dactilares iguales. Las también llamadas crestas papilares, formadas entre el tercer y cuarto mes de embarazo, no solo dependen de nuestra información genética.No existen dos huellas dactilares iguales

Su patrón también viene condicionado por el ambiente, de forma que la presión que sufra el feto por otras partes de su cuerpo, los golpecitos contra el viente de la madre, su posición o incluso la presión sanguínea, pueden llegar a condicionar también nuestras huellas dactilares.

De hecho, los gemelos monocigóticos (es decir, los que proceden de un mismo óvulo y por tanto presentan la misma información genética) no tienen las mismas huellas dactilares. Tampoco los clones, a pesar de que compartan el mismo ADN.

¿Podemos nacer sin huellas dactilares?

Por extraño que parezca, podemos llegar a nacer sin huellas dactilares. Sin embargo, este es un caso muy raro, que se ha observado solo en un número muy reducido de individuos en todo el mundo.Un cambio genético puede provocar que no tengamos huellas dactilares

Como explicaba América Valenzuela hace un par de años en su blog de RTVE, la adermatoglifia era la condición que permitía a algunas personas tener la piel de manos y pies extremadamente lisa. ¿La causa? Un único cambio en el gen SMARCAD1 podría tener la clave.

Esta rareza supone, sin lugar a dudas, un complicado problema en nuestros días. Y es que en la semana en que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea avala el uso de huellas dactilares como instrumento identificatorio, viajar puede ser un problema por una sola mutación genética.

Lea el artículo completo en:

ALT1040

20 de septiembre de 2013

Sabe usted... ¿Por qué nos crujen los nudillos?

Los nudillos son articulaciones, ¿qué articulaciones suelen crujir y por qué?
Las articulaciones que crujen son las que se conocen como diartrosis, que son dos huesos unidos entre sí por superficies cartilaginosas envueltas por una cápsula con una sustancia lubricante llamada fluido sinovial que reduce el desgaste por el rozamiento entre los cartílagos y huesos.

Está compuesto por nutrientes y una serie de gases disueltos como oxígeno o dióxido de carbono. 
El sonido que se produce al estirar o entrelazar los dedos se debe al líquido sinovial.

¿Por qué se debe al líquido sinovial y qué es lo que sucede?

1) Para estirar los dedos, es necesario se estira la cápsula con el líquido sinovial y que se reduzca su volumen.

2) Para que se produzca la reducción del volumen, es necesario que la presión de la disolución sea menor y, para esto, salen rápidamente los gases disueltos de la disolución en forma de burbujas.

3) Estas burbujas de gas liberado del líquido sinovial de la cápsula entre los dos huesos unidos estallan y es lo que provoca el sonido característico de crujirse los dedos.

Todavía no se conoce con exactitud como estas burbujas pueden provocar tanto sonido.
¿Por qué tenemos que esperar determinado tiempo para volver a crujirse los dedos?

Porque hay que esperar que las burbujas que se habían liberado de la disolución vuelvan a disolverse en el líquido sinovial y puedan liberarse como burbujas de nuevo.

¿Qué efectos negativos tiene el crujirse los dedos?

Crujirse los dedos se ha convertido en algo habitual y sus efectos son los siguientes:
  - Se había pensado que crujirse los dedos podría estar relacionado con artrosis, pero esta idea se ha desechado. De hecho, en el 2009 Donald L. Unger recibió el premio IG Nóbel de Medicina por haber estado durante 60 años crujiéndose los dedos de una mano y no de la otra. Al estudiar su grado de artritis en ambas manos, se observó que no tenía artritis en ninguna mano.
Es decir, parece demostrado que crujirse los dedos y la artrosis no están relacionados.
  - Lo que sí provoca es daños en las estructuras blandas de las articulaciones como los ligamentos.
  - Disminuye nuestra fuerza prensora, es decir, reduce la fuerza con la que podemos apretar la mano.
¡Intenta no crujirte los dedos!
Tomado de:

19 de febrero de 2013

Hacemos amigos antes de aprender a hablar

bebes-amigosAntes de aprender a hablar, los bebés humanos son capaces de gastar bromas y hacer amigos, según demuestra un nuevo estudio australiano de la Universidad Charles Sturt. Filmando la interacción entre bebés con cámaras pequeñas colocadas en sus cabezas, Jennifer Sumsion y sus colegas han visto el "mundo social" a través de los ojos de los niños de 6 a 18 meses de edad. Y han comprobado que, a estas edades, ya somos capaces de usar mensajes no verbales para establecer relaciones de amistad y para hacer a otros reir.

"Nos ha sorprendido cómo de sofisticados son los bebés en el manejo de habilidades sociales, cómo ayudan a los demás, o de qué forma se aseguran que otros niños son invitados a formar parte del grupo cuando están jugando", explica Sumsion. Los bebés interactúan sobre todo a través del contacto visual, los gestos de las manos y el humor. Incluso son capaces de "proteger" a sus jóvenes "amigos" cuando los notan asustados.

 Fuente:

Muy Interesante

22 de diciembre de 2012

Las peleas determinaron la evolución de nuestras manos


Boxeador en entrenamiento

Los boxeadores serían los últimos en practicar una actividad que ha dado forma a la mano humana.

Pelear podría haber determinado la evolución de la mano humana, de acuerdo con un nuevo estudio realizado en Estados Unidos.

Un equipo de la Universidad de Utah usó instrumentos para medir la fuerza y la aceleración cuando un experto en artes marciales golpeaba un saco de boxeo.

Los detalles fueron publicados en la revista de Biología Experimental (Journal of Experimental Biology).

"Nos preguntamos: ¿se puede golpear más duro con el puño que con la palma extendida?", le dijo a la BBC David Carrier, coautor del estudio.

"Nos sorprendimos porque los primeros puñetazos no tenían más fuerza que las palmadas. En términos del trabajo con el saco de boxeo no había ninguna diferencia realmente", precisó.
"Creo que hay mucha resistencia, tal vez más entre académicos que entre el público en general, hacia la idea de que en alguna medida los humanos son por naturaleza animales agresivos"
Profesor David Carrier

Claro que la superficie que alcanza un puño es más pequeña, por lo que hay más carga en un golpe aplicado con el puño.

"La fuerza por área es más alta en un golpe de puño, y eso es lo que ocasiona daño localizado en los tejidos", explicó Carrier.

"Hay una ventaja de rendimiento en ese sentido. Pero el foco del estudio era si las proporciones de la mano permiten apuntalar o dar apoyo al golpe", señaló.

El equipo encontró que cerrar la mano en un puño la ayuda, al proveerle protección para sus delicados huesos.

Cerrar el puño incrementa cuatro veces la rigidez de la articulación de la segunda falange del metacarpio, o MCP (los nudillos que se hacen visibles cuando la mano está cerrada).

También duplica la habilidad de las falanges proximales (los huesos de los dedos que se articulan con las coyunturas MCP) de transmitir la fuerza del golpe.

Uso dual

Radiografía de una mano

El puño es una estructura fuerte.

En la investigación, los profesores Carrier y Michael H. Morgan de la escuela de Medicina de la Universidad de Utah recuerdan que la mano humana también fue modelada por una necesidad de destrezas manuales.

Pero añaden que otras proporciones de la mano son compatibles con la habilidad para manipular objetos.

"Sin embargo, es posible que sólo haya un conjunto de proporciones que permitan que la mano funcione tanto como mecanismo de manipulación precisa como de garrote para golpear", escriben los investigadores.

"Finalmente, la importancia de la mano en términos evolutivos puede recaer en su increíble habilidad para servir a dos propósitos aparentemente incompatibles, pero intrínsecamente humanos", añaden.

Nuestros parientes más cercanos, los chimpancés y los bonobos, generalmente no forman puños. Los investigadores creen que son incapaces de ello: cuando un chimpancé curva sus dedos, adopta una forma de rosca.

"La pregunta para mí - reflexionó el profesor Carrier - es por qué esto no se discutió hace 30 o 40 años. Hasta donde sé, este asunto no ha sido abordado en la literatura científica".

Interrogado sobre si en el pasado los investigadores pudieron encontrar difícil manejar la idea de que la agresión hubiera jugado un papel en determinar la forma del cuerpo humano, el especialista opina que eso sucede más ahora que en el pasado.

"Creo que hay mucha resistencia, tal vez más entre académicos que entre el público en general, hacia la idea de que en alguna medida los humanos son por naturaleza animales agresivos. De hecho creo que esa actitud, por parte de gente que ha tratado de argumentar que no tenemos una naturaleza (violenta) intrínseca, no nos ha ayudado para nada", indicó.

Para Carrier, estaríamos mejor si "enfrentáramos la realidad de que tenemos estas emociones fuertes y que a veces nos llevan a comportarnos en forma violenta. Creo que si lo reconocemos estaremos en una mejor posición de prevenir la violencia en el futuro".

Fuente:

BBC Ciencia


24 de agosto de 2012

¿Para qué sirven las huellas dactilares?

Empiezo este post haciendo el comentario que muchos de mis lectores esperarían. Voy a explicar la funcionalidad de las huellas dactilares. Funcionalidad biológica, por supuesto. Pero de nuevo recalco que la funcionalidad de cualquier órgano o parte anatómica de un ser vivo no es algo “diseñado” sino algo producto del proceso evolutivo y el azar. Lo que ocurre es que tras millones de años de evolución el grado de sofisticación adquirido por los seres vivos hace que nos podamos preguntar sobre casi cualquier parte de su anatomía esto mismo: “¿para qué sirve?”, ya que todo ha quedado muy perfilado y se ha mantenido a lo largo de la evolución por un motivo concreto.


Pues bien, hoy vamos a centrarnos en las huellas dactilares. Así a primera vista pronto puede parecer que son algo inútil, ¿no?. Pero tienen su utilidad.

La comúnmente denominada “huella dactilar” es una estructura presente en la yema de los dedos formada por las crestas papilares, que no son más que glándulas de secreción de sudor situadas en la dermis. Mediante los poros existentes en estas crestas el organismo segrega gotas de sudor, las cuales al mezclarse con la grasa siempre presente en la piel hacen que nuestra “huella” quede impresa en cualquier superficie que toquemos. La estructura que forman estas crestas papilares en nuestros dedos es única para cada persona, generando un mosaico que nos identifica biunívocamente. Esta estructura viene -parcialmente- determinada por nuestros genes, aunque también influyen determinados factores durante el desarrollo embrionario. Una vez definida la huella ya permanece inalterada de por vida (se considera que quedan completamente formadas en la semana 19 de gestación). 

 Podemos decir que una estructura inicial viene definida genéticamente; el resto depende un poco del azar ocasionado por pequeñas fuerzas que atienden a patrones no lineales, según las últimas investigaciones que le han dado un enfoque matemático (teoría de Kücken-Newell). Se basan en 5 estructuras primarias:


Como prácticamente todo el mundo conoce, este hecho ha sido utilizado para convertir el dibujo de la huella dactilar en la base para un método de reconocimiento biométrico. Precisamente yo mismo desarrollé hace unos años un sistema de este tipo que identificaba sujetos mediante la estructura de su huella dactilar y la estructura de su iris (también única en cada persona). Sobre este proyecto hablaré otro día.

Como digo, la utilidad social de las huellas digitales puede ser la de identificación. En una investigación policial la huella dactilar es considerada prueba válida ante un juez. Pero a nivel biológico, ¿para que nos puede servir?. La respuesta es sencilla según los expertos en anatomía evolutiva:
  • Gracias a estas curvaturas la superficie de nuestros dedos no es del todo lisa y eso nos permite coger objetos con una mayor adherencia, sin tanto riesgo de que se nos resbalen.
  • Mejora nuestra sensibilidad táctil, permitiéndonos sentir con mayor claridad texturas suaves (esto viene determinado por la frecuencia de las micro vibraciones cutáneas que experimentamos al deslizar la palma de la mano por una superficie).
  • Permiten una mejor distribución del sudor en una zona tan importante debido a su utilidad.
Cabe destacar, por último, que en las extremidades inferiores (en los dedos de los pies) también disponemos de huellas dactilares, aunque estas han perdido su utilidad biológica en nuestra especie, ya que no manipulamos objetos con ellas, pero históricamente tuvieron una función similar.
Referencias:
Models for fingerprint pattern formation,” , Michael Kücken, Forensic Science International 171: 85-96, 2007
Fingerprint formation,” , Michael Kücken, Alan C. Newell, Journal of Theoretical Biology, 235: 71-83, 2005

Fuente:

16 de julio de 2012

Cómo influye cómo contamos con los dedos a la hora de calcular

Dedos contando

Según la investigadora, el sistema europeo para contar con las manos es uno de los peores.

Lo invito a hacer un experimento. Sin detenerse a pensar, deje de leer por un segundo y cuente hasta diez con los dedos de las manos.

¿Cómo lo hizo?

Si usted es de algún país de Europa o América Latina, muy probablemente haya empezado con el puño cerrado, estirando primero el pulgar y luego los demás dedos en sucesivo orden, aunque también hay quienes empiezan con el índice.

Si en cambio usted creció en Medio Oriente, probablemente haya empezado con el puño cerrado e iniciado la enumeración con el dedo meñique.

En el caso de que sea ciego o sordo de nacimiento, es probable que pueda contar con los dedos sin problemas, pero que haya tenido dificultades para aprender a hacerlo.

Y, si por una de esas casualidades -muy poco probables, por cierto- es usted un lector nacido en la cordillera central de Nueva Guinea, si le hubiese pedido que cuente hasta veinte, seguramente se habría valido del codo, los hombros o la cabeza para representar los números por arriba de la decena.

Aunque contar con las manos nos parezca una de las cosas más naturales del mundo, la forma en que lo hacemos, lejos de ser innata e universal, está determinada por las convenciones culturales del lugar en que nacemos, señala un estudio publicado recientemente por Andrea Bender y Sieghard Beller, investigadores de la Universidad Albert Ludwigs de Alemania.

Y la técnica que empleamos, añaden, hace que seamos más o menos eficientes a la hora de hacer cálculos.

Una mano para contar hasta veinte

"La manera en la que contamos puede afectar la forma en que pensamos los números", le dijo Bender a BBC Mundo. "No iría tan lejos como para afirmar que pertenecer a una u otra cultura nos hace ser mejores o peores en matemáticas, pero sí creo que para ser bueno en esta disciplina, ayuda utilizar un sistema eficiente para contar con los dedos", agrega.
"Durante mucho tiempo se asumió que todas las ideas, los conceptos o los procesos cognitivos son universales, pero eso no es cierto, la cultura tiene una gran influencia en cómo pensamos y percibimos las cosas"
Andrea Bender, coautora del estudio
En opinión de la investigadora, el sistema europeo es uno de los peores.

"A la hora de sumar 25 más 33, por ejemplo, el método simple que usa diez dedos para representar los números, no sirve para mucho, y tienes que hacer el cálculo mentalmente. Es eficiente si necesitas sumar 3 más 4, pero generalmente no necesitas los dedos para hacer eso", explica Bender.

En cambio, técnicas como las que se enseñan en las escuelas de India, que dividen el dedo en cuatro partes para representar los números y por tanto permiten contar hasta veinte con una sola mano, son mucho más efectivas para memorizar y hacer operaciones numéricas.

Otro de estos métodos que permiten calcular números grandes, es el que antiguamente se usaba en China. 

"Con el viejo sistema, se podía contar hasta 100.000 usando una sola mano. Era similar al de las escuelas indias, pero los dedos de la mano se dividían en once partes".

 Según Bender, la diversidad que existe en las técnicas manuales para contar y su significancia, ha sido subvalorada.

"Durante mucho tiempo se asumió que todas las ideas, los conceptos o los procesos cognitivos son universales, pero eso no es cierto, la cultura tiene una gran influencia en cómo pensamos y percibimos las cosas", señala Bender, y analizar estas técnicas nos permitirá entender mejor el rol de la cultura en los procesos cognitivos y en particular en la aritmética.

Y si lo que se quiere es mejorar la capacidad de entender y procesar mentalmente las operaciones matemáticas, no está demás aprender otros métodos, dice la investigadora.

Fuente:

BBC Ciencia

22 de mayo de 2012

¿Hace mal crujirse los nudillos?


Hacerlo con un martillo como en la foto, sí. Pero la pregunta que muchos nos hacemos es si crujirse los nudillos  de la forma tradicional puede desgastarnos las articulaciones o generar artritis a largo plazo.

En nuestro cuerpo tenemos diferentes tipos de articulaciones para realizar diferentes movimientos, pero todas tienen en común una membrana llamada cápsula articular. Se trata de una membrana fibrosa que se encarga de que los huesos no se desplacen demasiado uno de otro, y también contienen una sustancia llamada líquido sinovial que se encarga de lubricar los dos cartílagos que protegen a los huesos, para que no se desgasten o erosionen con los movimientos.



El líquido sinovial posee disueltos algunos gases como dióxido de carbono, nitrógeno, y oxígeno. Sucede que al "crujir los nudillos" lo que en realidad estamos haciendo es separar un hueso del otro, y como se disminuye la presión del líquido sinovial,
los gases disueltos en el líquido se separan y forman burbujas de golpe para ocupar el nuevo espacio creado. Y eso es lo que produce el ruido.

La cantidad de gas que puede disolverse en un líquido depende, entre otras cosas, de la presión a la que se someta el sistema. Otra consecuencia de esto, es que las gaseosas burbujeen cuando se les quita la tapa: antes tenían dióxido de carbono perfectamente diluído porque se encontraba a cierta presión dentro del envase, al abrirlo, se libera esa presión, se forman burbujas y se separa progresivamente.

Para que puedan volver a "sonar",
hay que esperar unos quince minutos para que el gas de la cápsula sinovial se vuelva a disolver en el líquido.

Al margen del fenómeno físico y fisiológico que conlleva sonarse los nudillos, a muchos les preocupa si tener esta costumbre puede acarrear problemas con el tiempo y la edad. Si bien muchas personas, incluídos algunos médicos, afirman que puede desarrollar una artrosis de forma temprana,
lo cierto es que no hay estudios científicos que respalden esta afirmación. En parte porque es difícil demostrar algo negativo, ya que lleva mucho tiempo, y nunca se terminaría, sería mucho más fácil de realizar si la artrosis efectivamente se desarrollara más rápido en personas que tienen esta costumbre.

Uno de los estudios más singulares, fue realizado por el médico Donald L. Unger de la Universidad de California.
Se pasó 60 años crujiéndose los nudillos de la mano izquierda, todos los días, pero no los de la derecha. Finalmente descubrió que la artritis invadía sus articulaciones de forma simétrica en sus dos manos. Publicó el estudio en una revista especializada, confirmando otras investigaciones que se habían hecho años antes en más personas.

Este experimento le valió el Premio Ig Nobel 2009, una especie de premio Nobel satírico que entrega todos los años la Universidad de Harvard a diez experimentos que "primero hacen reir, y luego pensar". En ocasiones algunos periodistas confunden ambos premios, y publican noticias de lo más ridículas.

En definitiva,
crujirse los nudillos no hace mal.

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30 de abril de 2012

¿Cómo puedes contar hasta doce con los dedos de una sola mano?



Pregunté en Twitter: ”Atención, pregunta: ¿Cómo puedes contar hasta doce con los dedos de una sola mano?” No pretendía que nadie me contestara, así que incluí la respuesta en el mismo tuit: “Señalando las falanges con el pulgar.” Algunos seguidores, como gerardo sanz (@conelhuracan) lo pusieron en práctica (“ese es el espíritu cientifico”). 

Esta manera de contar, que ilustra esta figura, es muy típica de India, Pakistán y Bangladesh. El hecho de que somos humanos, y a diferencia de otros primates tenemos un pulgar oponible a los demás dedos, nos permite contar hasta 12 gracias a las tres falanges de cada dedo de la mano utilizando el pulgar como indicador; por supuesto, podemos llegar hasta 24 utilizando las dos manos. El profesor Yutaka Nishiyama (Universidad de Economía de Osaka, Japón) ha descrito 27 maneras de contar con las manos en su artículo “Counting with the Fingers,” Osaka Keidai Ronshu 60, 2010. Permíteme revisar algunas de estas maneras.


Nos cuenta Nishiyama que de viaje por Europa trató de pedir una cosa en Francia levantando el dedo índice con el puño cerrado pero que no le entendieron. Por lo que parece en ciertas zonas de Japón y China se cuenta de esta manera, empezando por el dedo índice y usan el pulgar tras el meñique. Curioso. Yo he de confesar que no lo sabía.

Nishiyama se sorprendió cuando descubrió que en Francia (y en Alemania) se dice uno levantando el dedo pulgar, como muestra esta imagen, porque se cuenta empezando por el pulgar y acabando por el meñique (yo creo que en España también es la forma más habitual de contar).
En Filipinas por lo que parece se cuenta al revés, empezando por el dedo meñique y acabando por el pulgar. Nishiyama confiesa que le extraña mucho esta forma de contar porque en Japón el puño cerrado con el meñique levantado significa mujer.

Pero resulta que en Japón también se utiliza otra forma de contar doblando los dedos, empezando por el pulgar, luego el índice, etc., como ilustra esta figura. Contar así a mí no me resulta cómodo, debe ser la falta de costumbre.


El más difícil aún es cómo cuentan en China hasta 10 con una sola mano. Utilizan el mismo sistema japonés para contar de 1 a 5 (empezando por el índice y acabando por el pulgar), pero de 6 a 10 utilizan gestos que parecen sacados de un lenguaje para sordomudos.

No os aburro más. El que quiera seguir jugando con sus dedos que se lea el artículo de Nishiyama, que he visto, como no, en “Prof. Nishiyama – #3 – Finger Counting,” Improbable Research, March 28th, 2012.

Por cierto, en el Carnaval de Matemáticas 3.14 nos explicaron cómo contar hasta 31 utilizando una sola mano: “Conteo con los dedos al estilo binario,” La Covacha Matemática, 21 Mar. 2012. Por ello, esta entrada participa en la Edición 3,141 del Carnaval de Matemáticas (web del Carnaval), albergado en esta ocasión por DesEquiLIBROS. Lectura y Cultura (anuncio oficial, lunes 9 de abril de 2012). “Las fechas de celebración del Carnaval serán del 23 al 29 de abril. Y el Día 30 publicará en su blog el resumen con todas las contribuciones que se haya producido. (…) Esta edición del Carnaval de Matemáticas está dedicado al profesor y amigo Giorgio Israel, matemático e historiador de la ciencia.”

PS: Gran entrada de Jeibros, “¿Por qué un segundo dura un segundo?,” Idea secundaria, 12 abr. 2012. “Hay una explicación lógica a usar el número 60 y es que los sumerios con una mano contaban hasta 12 y con las dos, hasta 60. ¿Cómo es eso? Los sumerios usaban los huesos de una mano de la siguiente manera para contar hasta 12. El pulgar se usa como marcador, luego se entenderá en el ejemplo.”

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29 de febrero de 2012

Aterrador: Mono controla mano robótica por medio de implantes cerebrales


De no ser por la cortina de censura que cae sobre el gigante asiático, quizás la universidad china de Zhejiang podría ser considerada como el MIT de Asia. Hace pocos días informaron que lograron implantar sensores en el córtex motriz cerebral de un mono con el objetivo de que el animal lograra mover una mano robótica con su cerebro.

Sin dudas la noticia parece sacada de una película futurista, pero de esas bien densas y oscuras ya que estremece no sólo ver al animal atrapado y sólo con la posibilidad de poder reaccionar con su cerebro (como se puede apreciar en este video), sino también ver cómo esa mano robótica se mueve sólo porque recibieron la respuesta motriz directamente de la neurona conectada por los científicos.

Según informaron los investigadores chinos, este experimento logró capturar y descifrar señales cerebrales del mono y traducirlas al movimiento indicado de los dedos de la interfaz conectada. Los dos sensores implantados en el cerebro del mono, de nombre Jianhui, sólo monitorean 200 neuronas del córtex motriz, lo que indica que las posibilidades de expansión de este proyecto son infinitas.

Luego de este primer paso, el objetivo a lograr es desarrollar movimientos cada vez más finos y precisos en los dedos de la prótesis. La investigadora Zheng Xiaoxiang comentó al respecto que “los movimientos de las manos están asociados con al menos varios cientos de neuronas. Ahora hemos descifrado los movimientos basados en 200 neuronas. Y claro, las órdenes que produjimos todavía están distantes en complejidad y fineza de los movimientos de los dedos verdaderamente flexibles”.

Si acaso la pareja de robots jugadores de ping pong chinos les parecieron un avance tecnológico relevante en los proyectos de robótica salidos de Zhejiang, imaginamos que este mono podría ser en breve el futuro Charles Xavier del gigante de Asia.

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FayerWayer

18 de agosto de 2011

Las primeras uñas aparecieron hace 55 millones de años

Las uñas en los dedos sirven para algo más que para lucir bellos diseños de manicura. Según un estudio realizado en la Universidad de Florida (EE UU), cuando aparecieron hace más de 55 millones de años en primates de tamaño muy reducido estas estructuras ayudaron a nuestros ancestros a mejorar el tacto en los dedos, así como la capacidad de arañar y de agarrarse.


En un trabajo publicado en la revista American Journal of Physical Anthropology, los autores afirman que el análisis de los fósiles más antiguos con uñas confirman la idea de que las uñas se desarrollaron en cuerpos pequeños y se descartan previas teorías de que evolucionaron en paralelo a un incremento del tamaño del cuerpo de los primates.

El material analizado para llegar a esta conclusión consiste en restos de 25 nuevos especímenes de Teilhardina brandti encontrados en los últimos siete años en la cuenca de Bighorn en Wyoming (EE UU), de 55,8 millones de años de antigüedad, incluidas partes de su dentadura superior y de los huesos de los tobillos que demuestran que vivían en los árboles. Las uñas de este pequeño primate, similar al lemur, le permitían agarrarse a las ramas y moverse con agilidad por los árboles. Y como apunta Ken Rose, coautor del trabajo, “son las más pequeñas jamás conocidas, ya sea de animales vivos o fósiles”.

"Si observas a todos los primates que existen hoy en día, todos muestrab características similares, pero, al contrario que los seres humanos, muchos de ellos viven en los árboles", añade Jonathan Bloch, paleontólogo y coautor del estudio. "Al encontrar las partes del esqueleto de este primate primitivo, pudimos comprobar que las uñas estaban presentes en el ancestro común del grupo que incluye a lemures, monos y seres humanos ", añade Bloch.

El estudio permite entender mejor la relación evolutiva de uno de los más antiguos primates modernos conocidos, así como los plazos y las condiciones ambientales que permitieron el desarrollo de las uñas en todos los dedos de las extremidades superiores e inferiores, una característica exclusiva de los primates.

Fuente:

Muy Interesante

5 de julio de 2011

El tamaño del pene en los dedos de la mano

Imagen de archivo de una mano alzada. | Roberto Cárdenas

Imagen de archivo de una mano alzada. | Roberto Cárdenas

  • El nivel de andrógenos prenatales, clave en estas estructuras anatómicas
  • El ratio entre los dedos ha sido asociado a varias condiciones médicas

Las leyendas urbanas sobre aspectos que pueden representar el tamaño del pene son infinitas. Que si una nariz grande implica un miembro proporcional, que cuanto más larga sea la colilla del tabaco más largo será, etc. Pero ninguna de ellas tiene una base científica detrás que la respalde. Hasta ahora. Un equipo de urólogos de Seúl (Corea) ha dado con un factor físico que sí puede predecir la longitud del pene adulto: la ratio entre los dedos anular e índice de la mano derecha. Cuanto más parecida sea la altura de estos dedos, más largo es el pene.

Los autores, que publican su hallazgo en 'Asian Journal of Andrology', explican que la ratio de estos dedos ya había sido relacionado previamente con otros aspectos de la biología reproductiva e incluso puede estar relacionado con el riesgo de cáncer de próstata. "Pensamos que los niveles de testosterona prenatal podían tener algo que ver con la longitud del pene y, por tanto, dado que la formación de los dedos también está influida por esta hormona igual también jugaban un papel", indica Tae Beom Kim, coordinador de la investigación, del Hospital Gachon Gil de Incheon (Corea).

Para comprobar su hipótesis contaron con la participación de 144 varones mayores de 20 años que estaban hospitalizados para someterse a una cirugía por algún problema urológico. De todos ellos estudiaron la altura, el peso y las longitudes del segundo y cuarto dedo de la mano diestra y del pene. Éste último se midió bajo anestesia y tanto en estado flácido como estirado (que no erecto).

Observaron que de todas las variables estudiadas, sólo la altura estaba relacionada con el tamaño del pene flácido mientras que el ratio de los dedos es lo único que dio una idea acertada del tamaño del miembro viril estirado.

Hormonas clave

La posible explicación está en los andrógenos (las hormonas sexuales masculinas, entre ellas la testosterona). Los autores señalan que estas hormonas son claves para el desarrollo normal del pene. Los niveles fetales de andrógenos en los hombres se van elevando entre las semanas ocho y 24 de gestación, llegando al máximo entre las semanas 14 y 16. Estas hormonas también están relacionadas con la formación de otras estructuras, entre ellas los dedos. Una alta concentración de testosterona lleva a un bajo ratio entre los dígitos y sugiere una actividad testicular prenatal alta y, también, un pene largo.

En un comentario que acompaña al estudio, Denise Brooks, del departamento de Biología del Skidmore College de Nueva York (EEUU) indica que los participantes estudiados son asiáticos, que tienen penes más pequeños que otras poblaciones, por lo que no se sabe si estos resultados son extrapolables a otros hombres, aunque lo lógico es pensar que sí.

En declaraciones a ELMUNDO.es, esta experta destaca que "el trabajo es importante porque es el primero en establecer una relación entre los dedos y la longitud del pene. Aunque es pronto para saber si este vínculo puede tener alguna implicación clínica, sí es cierto que el ratio entre el segundo y cuarto dedo (ratio entre anular e ìndice)ha sido asociado a condiciones médicas como el cáncer de próstata, de mama y ataques al corazón, así que a lo mejor hay que ahondar más en esta cuestión".

Fuente:

El Mundo Ciencia


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