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22 de noviembre de 2019

Teoría de Dunbar: ¿podemos tener más de 150 amigos?

Robin Dunbar estableció que todo ser humano, en priomedio, popdría tener 150 amistades, ¿es esto posible en una sociedad hiperconectada como la actual?

A través de sus estudios de primates no humanos, el antropólogo británico Robin Dunbar llegó a la conclusión de que había una relación entre el tamaño del cerebro y el tamaño del grupo con el que nos vinculamos.

El experto concluyó que el tamaño de la neocorteza, la parte del cerebro asociada con la cognición y el lenguaje, en relación con el cuerpo, está relacionado con el tamaño de un grupo social cohesionado.

Esta relación limita la complejidad que puede manejar un sistema social.

Dunbar y sus colegas aplicaron este principio básico a los humanos, examinando datos psicológicos, antropológicos, ya fuera históricos como contemporáneos, sobre el tamaño de los grupos, incluida la forma en que los grandes grupos se forman antes de separarse o colapsar.

El resultado fue que encontraron notable consistencia alrededor del número 150.


Una persona tiene en torno a 150 amigos en total

¿De dónde viene?

Según Dunbar y muchos investigadores en los que influyó su teoría, esta regla de 150 es cierta para las primeras sociedades de cazadores-recolectores, así como para una sorprendente variedad de agrupaciones modernas: oficinas, comunas, fábricas, campamentos, organizaciones militares, pueblos… e, incluso la lista para la celebración de la Navidad.

Sus conclusiones indican que si un grupo excede 150 personas, es poco probable que dure mucho o sea coherente.

Pero 150 por sí solo no cuenta toda la historia. Otros números también son decisivos dentro de la hipótesis del cerebro social, que es como se conoce la teoría de Dunbar.

De acuerdo con ésta, el círculo más estrecho de nuestras relaciones humanas tiene cinco personas: nuestros seres más queridos o cercanos.
A estos, le siguen varias capas sucesivas:
  • 15 buenos amigos
  • 50 amigos
  • 150 contactos significativos
  • 500 conocidos
  • 1.500 personas que puedes reconocer
Las personas migran dentro y fuera de estas capas, pero la idea es que cada persona mantiene sus relaciones en esos límites.

Por supuesto, esos números realmente representan un rango. Los extrovertidos, según el autor, tienden a tener una red más amplia, aunque con relaciones menos intensas, mientras que los introvertidos se concentran en un grupo más pequeño de contactos muy cercanos.

Las mujeres, por su parte, generalmente tienen un poco más de contactos en las capas más cercanas.

Lea el artículo completo en:

BBC Mundo

19 de noviembre de 2018

Cuando su mejor amigo murió, ella lo reconstruyó digitalmente

"Si solo pudiera volver a hablar con él"... Es lo que muchos piensan cuando pierden a un ser querido y es lo que pensó Eugenia Kuyda cuando perdió a su mejor amigo, Roman Mazurenko, de forma inesperada el 28 de noviembre de 2015.

Pero para lo que muchos es solo un pensamiento, para Kuyda fue una inspiración.

Resulta que esta rusa de 31 años es una genia de la informática y se especializa en inteligencia artificial.

Así que tres meses después de perder a Mazurenko, Kuyda lo "revivió" en formato tecnológico.

Creó lo que se conoce como un chatbot, un programa de computación que puede tener conversaciones simples con un humano. Su chatbot piensa y responde como lo haría Roman Mazurenko.

Kuyda le contó a la BBC que usó más de 10.000 textos escritos por su amigo para crear su bot.

Historia de una amistad

Ella y Mazurenko se habían conocido en Moscú cuando ambos eran jóvenes activistas.
Él se dedicaba a la moda y a promocionar eventos culturales, y ella editaba una revista inspirada en The New Yorker.

Ambos terminaron convirtiéndose en emprendedores, con start-ups digitales.

El trágico final del ruso llegó en un viaje a Moscú, cuando durante una salida con amigos fue arrollado por un auto.

Kuyda nunca llegó a despedirse y para ella fue una pérdida irreparable.

"Siempre me sentí como alguien de fuera y tener a Roman a mi lado me hacía sentir entendida", contó en una entrevista con la BBC.

Consumida por el dolor de la pérdida, se volcó a los miles de mensajes que habían intercambiado.

"Nos escribíamos mucho, vivíamos comunicándonos por texto, incluso si estábamos en dos lados de la misma casa", señaló.

"Entonces pensé, por qué no junto todos los mensajes que nos escribimos por años, los meto en la red neuronal que creamos (para Luka) y vemos si habla como Roman", recuerda.

No solo se basó en sus propios intercambios con Mazurenko sino que le pidió a sus amigos que le enviaran los textos que él les había escrito.

Tener que repasar años de amistad fue catártico para ella.

"Fue una forma de duelo muy interesante. A veces era duro porque sentía que no lo estaba soltando y me estaba volviendo loca, pero a la vez me permitió sentir cosas que estaba intentando evitar".

El artículo completo en: BBC Mundo

1 de septiembre de 2018

Por qué es tan difícil hacer amigos después de los 30 (y qué hacer al respecto)


¿Cuándo fue la última vez que hiciste un amigo de verdad? No solo un conocido o un nuevo colega en el trabajo, sino alguien realmente cercano: el tipo de persona que llamarías en una emergencia. Si eres “viejo” como yo (más allá de los 30), es posible que notes que es más difícil que nunca hacer ese tipo de amistad para toda la vida. Aquí está el por qué y, también, por qué eso podría no ser tan malo.

Los sospechosos habituales: trabajo, familia, y muy poco tiempo

Todos sabemos las razones obvias por las que la amistad se detiene cuando nos hacemos mayores. Trabajamos semanas laborales de 50 horas, tal vez casándonos y teniendo hijos, asumiendo más responsabilidades… un cúmulo de circunstancias por las que tendremos menos tiempo que nunca para cualquier otra cosa.

En un estudio realizado por Real Simple and Families Work Institute, la mayoría de las mujeres entre las edades de 25 y 54 reportaron tener menos de 90 minutos de tiempo libre al día, con un 29% con menos de 45 minutos de tiempo libre. Ni siquiera es tiempo suficiente para ver un episodio de Game of Thrones, y mucho menos para hacer nuevos amigos.

Lea el artículo completo en:

Gizmodo

19 de febrero de 2013

Hacemos amigos antes de aprender a hablar

bebes-amigosAntes de aprender a hablar, los bebés humanos son capaces de gastar bromas y hacer amigos, según demuestra un nuevo estudio australiano de la Universidad Charles Sturt. Filmando la interacción entre bebés con cámaras pequeñas colocadas en sus cabezas, Jennifer Sumsion y sus colegas han visto el "mundo social" a través de los ojos de los niños de 6 a 18 meses de edad. Y han comprobado que, a estas edades, ya somos capaces de usar mensajes no verbales para establecer relaciones de amistad y para hacer a otros reir.

"Nos ha sorprendido cómo de sofisticados son los bebés en el manejo de habilidades sociales, cómo ayudan a los demás, o de qué forma se aseguran que otros niños son invitados a formar parte del grupo cuando están jugando", explica Sumsion. Los bebés interactúan sobre todo a través del contacto visual, los gestos de las manos y el humor. Incluso son capaces de "proteger" a sus jóvenes "amigos" cuando los notan asustados.

 Fuente:

Muy Interesante

10 de octubre de 2012

Tres cosas que aumentan el tamaño de tu cerebro

pensativaLa neurociencia ha demostrado recientemente que el tamaño del cerebro está relacionado con ciertos hábitos y habilidades como los siguientes:

Ejercicio aeróbico. De acuerdo con un estudio estadounidense publicado el año pasado en la revista PNAS, el ejercicio físico moderado en adultos de edad avanzada aumenta el tamaño del hipocampo, una región cerebral con forma de caballito de mar que se encarga de la formación de nuevos recuerdos. Este aumento repercute sobre todo, según los autores, en una mejora de la memoria espacial.

Meditación. La meditación aumenta el tamaño del cerebro, tal y como demostraba un estudio del laboratorio de neuroimagen de la Universidad de California en Los Ángeles (EE UU). Concretamente, las personas que meditan tiene más volumen de neuronas en el hipocampo y en áreas como el tálamo y la corteza orbitofrontal, ligadas a la regulación de las emociones.

Amistad. Los seres humanos necesitamos usar una serie de habilidades cognitivas para conservar cierto número de amigos, por ejemplo ser capaz de adivinar lo que otra persona está pensando, tener desarrollada la empatía o ser buen conversador. Eso explicaría por qué las personas con mayor número de amigos tienen una región del cerebro llamada corteza orbital prefrontal de un tamaño superior a la media de la población, tal y como publicaban investigadores de las Universidades de Oxford, Liverpool y Manchester en la revista Proceedings of the Royal Society B.

Fuente:

24 de junio de 2012

Prueban un "Facebook para animales"

Aves (Carbonero común) Foto: Javier Castro/Fotolia

El nuevo método permitió identificar las redes sociales de carboneros comunes.

¿Quién es amigo de quién en una comunidad de aves?

Investigadores de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, crearon un nuevo método para analizar y descifrar las redes sociales que vinculan animales individuales.
 
"En el caso de los seres humanos, Facebook registra quiénes son nuestros amigos, dónde hemos estado y qué compartimos con otros", dijo Ioannis Psorakis, del Departamento de Ingeniería de la Universidad de Oxford y uno de los autores del estudio.
"Lo que hemos mostrado ahora es que podemos analizar datos sobre animales individuales para construir un 'Facebook para animales' revelando quién está afiliado con quien, quiénes son miembros de un mismo grupo y qué aves van con frecuencia a ciertos eventos o congregaciones".

Las asociaciones de animales pueden tener consecuencias importantes para la supervivencia, influenciando, por ejemplo, la habilidad para hallar pareja y alimentos así como el contagio de enfermedades.

Pero revelar las redes de relaciones en las complejas sociedades animales es un gran desafío. Es posible registrar, por ejemplo, una gran cantidad de datos sobre horas y sitios en que fueron observadas ciertas aves. Pero es extremadamente difícil inferir de esta enorme cantidad de datos los patrones de vínculos sociales.

Lazos estrechos

Los investigadores probaron su método de análisis con una comunidad de carboneros comunes (Parus major).

"El nuevo método nos permite descubrir los lazos sociales entre las aves. El sistema identifica qué individuos estuvieron en un mismo lugar y descifra si las visitas fueron lo suficientemente cercanas en el tiempo como para considerarlos amigos", le dijo a BBC Mundo otro de los autores del estudio, Iead Rezek, de la Unidad de Análisis de Patrones del Departamento de Ingeniería en Oxford.

"Al examinar estas redes descubrimos que coincidían con observaciones de campo hechas por ornitólogos. Encontramos, por ejemplo, que pares de individuos que nuestro análisis indentificó como afiliados estaban efectivamente vinculados en parejas".

El nuevo método de análisis de información puede identificar en forma automática períodos de actividad social intensa dentro de un vasto número de observaciones.

Los científicos probaron su sistema con cerca de un millón de registros sobre carboneros comunes. Los datos provienen de dispositivos colocados en miles de aves y sensores que registraron la presencia de cada pájaro en más de 60 semilleros o comederos esparcidos en el Bosque Wytham, en Oxford.

Los primeros resultados del análisis sugieren que las aves no participan en bandadas al azar, sino que interactúan principalmente con otros individuos en comunidades con lazos estrechos.

El nuevo método podría ayudar a comprender cómo se disemina la información en poblaciones de animales. 

Los carboneros son conocidos por su capacidad de aprendizaje y con frecuencia eran vistos picoteando botellas abiertas de leche en los zaguanes de las casas.

"El trabajo abre la vía a nuevas investigaciones sobre cómo se comunica la información en poblaciones, los orígenes genéticos de la socialización y la estructura de los grupos. También puede ser importante para identificar la forma en que se contagia una enfermedad", le dijo a BBC Mundo Rezek.

El informe fue publicado en la revista Journal of the Royal Society Interface

Fuente:

BBC Ciencia


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19 de enero de 2011

Los genes también nos unen a nuestros amigos


No supone ninguna novedad decir que los seres humanos tienden a asociarse -o a entablar amistad- con aquellos con quienes comparten algo o tienen características similares. Sin embargo, una reciente investigación publicada en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), va mucho más allá y demuestra que las afinidades que compartimos con los amigos tienen una base genética.

De forma que no sólo tenemos similitudes genéticas con nuestros familiares, sino que también elegimos a nuestras amistades en función de las características contenidas en su ADN. Estamos vinculados por los genes tanto a la familia como a los amigos.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), dirigidos por James Fowler, analizaron las semejanzas genéticas y la interconexión de las relaciones humanas utilizando dos estudios independientes de salud estadounidenses. Estas bases de datos contenían información detallada de varias secuencias del genoma de los individuos y también de sus redes sociales.

Los autores analizaron marcadores genéticos específicos dentro de la relaciones sociales de un individuo y descubrieron que los seres humanos tienden a forjar amistades con personas con las que comparten dos de los seis marcadores evaluados.

Unidos por el alcohol


Los resultados del estudio mostraban de forma clara que la unión de los grupos humanos en función de su base genética excede la que sería esperable sólo por criterios de estratificación poblacional o de localización en la misma área geográfica. Por ejemplo, los investigadores descubrieron que los individuos que portaban el marcador DRD2 -asociado con el alcoholismo- tendían a ser amigos de otros positivos en DRD2, mientras que quienes carecían del gen lo eran de los individuos negativos para este marcador.

Por otro lado, las personas que portaban un gen asociado con una personalidad abierta tienden a ser amigos de quienes carecen de ese gen. Y aquellos predispuestos genéticamente para ser líderes, tienden a unirse con individuos cuyo ADN está asociado con ser seguidores.

James Fowler y sus colegas, aseguran que los genes dan forma al ambiente social, lo que podría afectar a la conducta humana. Según indican en el trabajo, la influencia genética en las relaciones sociales podría haber tenido relevancia en el devenir de la evolución humana.

Fuente:

El Mundo Ciencia

28 de diciembre de 2010

La belleza es determinante para hacer amigos en Internet

Conocer Ciencia nos respalda este tipo de investigaciones "científicas". Las variables intervienientes a la hora de aceptar, o no, a un amigo en Facebook son múltiples y están determinadas por el sexo, la edad, nivel sociocultural, país de procedencia, intencionalidad política, etc. La verdad no habr{iamos puesto esta nota en el blog, pero apareción en Tendencias21.
La muestra fue aleatoria, por lo estudios más serios, amplios y que segmenten grupos con más variables es necesario para determinar quién nos gusta o no en el Facebook. Claro que tenemos otra alternativa y decir ¿y aquién diablos le interesa esto? Si est es su caso, entonces no lea el post:

La última investigación que usa la red social Facebook como herramienta metodológica revela que el físico y la juventud son dos de los atributos que más valoramos los usuarios a la hora de establecer nuevos lazos de amistad. El estudio de la empresa BitDefender pone de manifiesto que la seguridad profesional puede verse comprometida al aceptar invitaciones de desconocidos. Por Flor Gómez Cortecero.

Facebook vuelve a ser una fuente muy útil para desarrollar estudios sociológicos. Se estima que esta red social, con sus casi 600 millones de usuarios, es oficialmente la mayor comunidad virtual del mundo, pero los problemas sobre la seguridad y la privacidad en torno a ella siguen generando gran debate público. La empresa BitDefender ha presentado los resultados de un nuevo estudio sobre el comportamiento de los usuarios del ciberespacio, según el cual, 9 de cada 10 aceptan la invitación de amistad de un desconocido/a. Además, la belleza parece ser un elemento decisivo para incrementar la lista de amigos vinculados a nuestra cuenta.

Para demostrarlo, el equipo de investigadores de BitDefender creó un perfil falso atribuido a una atractiva veinteañera de pelo rubio y envió solicitudes de amistad a 2.000 miembros de Facebook de forma aleatoria. La muestra la componían personas de ambos sexos, de distintos puntos geográficos y ocupaciones variadas, y un rango de edades comprendido entre los 17 y los 65 años. Los resultados del experimento no dan lugar a confusión: 1.872 de estos usuarios, lo que supone el 94% del total de la muestra, picó el anzuelo y aceptó la solicitud de la chica fantasma en tan sólo una semana. La fotografía que completaba el perfil fabricado por BitDefender fue el incentivo para que el 56% de los sujetos bajo estudio aprobara la invitación.

Otros de los argumentos que los entrevistados esgrimieron para ello fueron la dudosa impresión de conocer realmente a la chica o un mismo perfil profesional. La prueba también diferenciaba entre cuatro niveles de credulidad para definir a los usuarios, desde el más alto, que englobaba a aquellos que aceptaron la solicitud sin preguntas previas, hasta el más bajo, en el que se encuadraban los pocos que la rechazaron sin más. En los niveles intermedios estaban aquellas personas que aprobaron la amistad tras mantener un breve contacto online con la impostora.

Lea el artículo completo en:

29 de julio de 2010

Tener amigos ayuda a vivir más


Tener una buena red de amigos y vecinos mejora las posibilidades de supervivencia en un 50%, afirman científicos en Estados Unidos.

Amigos

Un amplio círculo social reduce el riesgo de mortalidad en un 50%.


Los investigadores de la Universidad Brigham Young, en Utah, llegaron a esa conclusión tras analizar datos de unos de 150 estudios sobre el riesgo de mortalidad y las redes sociales (reales, no virtuales).
Los estudios involucraron a más de 300.000 personas de todo el mundo a quienes se siguió durante un período de siete años y medio.


Los resultados mostraron que la calidad y cantidad de los contactos sociales no sólo está vinculada a la salud mental, sino también a la mortalidad.


Según la investigación publicada en PLoS Medicine (revista de la Biblioteca Pública de Ciencia, Medicina) tener pocos amigos es tan dañino para la supervivencia como fumar 15 cigarrillos al día o ser alcohólico.
Esto se debe, dicen los investigadores, a que preocuparse por los demás nos hace cuidar mejor de nosotros mismos.


Pero advierten que en el mundo moderno actual los contactos sociales se están deteriorando por el esfuerzo que conlleva tener una vida profesional y familiar, y encontrar un equilibrio entre ambas.


"Peor que la obesidad"


La pérdida de este apoyo social reduce las posibilidades de supervivencia aún más que otros factores como la obesidad o la falta de ejercicio, expresan los autores.
Agregan que hay muchas formas en los que los amigos, los colegas y la familia pueden mejorar la salud y el bienestar.


"Cuando alguien está conectado a un grupo y siente responsabilidad por la demás gente, ese sentido de propósito y significado se traduce a tener un mejor cuidado de sí mismo y a tomar menos riesgos", señala la doctora Julianne Holt-Lundstad, quien dirigió el estudio.


Soledad

Los efectos de la falta de apoyo social se notan en todos los grupos de edad.


En la investigación los individuos con las redes sociales más amplias mostraron los mejores niveles de salud y perspectivas de vida.


Éstos tenían 1,5 veces más posibilidades de estar vivos a una determinada edad que los individuos solitarios.

El estudio incluyó a personas de todas las edades y todos los orígenes, y los resultados fueron los mismos en todos grupos independientemente del estado inicial de salud.


"El efecto no sólo ocurre en los adultos mayores. Las relaciones ofrecen un nivel de protección en todas las edades", afirma Timothy Smith, otro de los autores del estudio.


Advierte que las comodidades modernas y la tecnología pueden conducir a que algunas personas piensen que los contactos sociales cara a cara no son necesarios.


"Responsabilidad"


"La responsabilidad es algo que damos por sentado, como los peces que no notan el agua. La constante interacción no sólo es beneficiosa psicológicamente sino también para nuestra salud física", afirma el investigador.


Otros expertos están de acuerdo en que las amistades son esenciales para la supervivencia humana.
"Estamos diseñados para vivir y trabajar en grupos", dice Christine Northam, asesora de la organización Relate.


"Esto comienza en la infancia con nuestra familia, después la escuela amplía nuestro círculo social".

"Las relaciones nos sostienen y ayudan a nuestra salud mental y bienestar. El aislamiento, por otra parte, está vinculado a enfermedades mentales, ansiedad y mala salud".


Por su parte, la profesora Sally Macintyre, directora de la Unidad de Salud Pública y Social del Consejo de Investigación Médica del Reino Unido afirma que "las autoridades y trabajadores de salud deben tomar en cuenta estos importantes resultados".


"Y necesitamos basarnos en ellos para descubrir cómo podemos utilizar las relaciones sociales para reducir el riesgo de mortalidad".


Lea el artículo en:


BBC Ciencia
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