Una vida sana está relacionada al consumo de frutas, verduras y hortalizas en la dieta diaria. Sin embargo, infectólogos del Instituto Nacional de Salud (INS) alertaron sobre la presencia de parásitos que son muy difíciles de eliminar de estos alimentos, incluso con el uso de lejía.
Manuel Espinoza Silva, médico infectólogo del INS, informó que los parásitos que dejan sus huevos o se enquistan en frutas como la fresa o la frambuesa, así como en hortalizas como la col o la lechuga, son conocidos como Giardia lamblia. También se presentan diversos tipos de tenias o cestodos.
En declaraciones a la Agencia Andina, el especialista explicó que estas frutas y hortalizas son fácilmente infectadas por este tipo de parásitos porque se cultivan al ras del suelo y son regadas generalmente con aguas servidas que contienen materia fecal del ser humano.
Por
lo general, dijo Espinoza, las personas consumen estos alimentos luego
de lavarlos con agua del caño o sumergirlos en un depósito de agua con lejía, sin tener en cuenta que estos parásitos no morirán con estos procedimientos.
“Hay gente que los lava rápidamente, en una bandeja echa sus gotas de lejía, pone sus frutas o verduras durante 20 minutos y piensa que ya mató todo. Posiblemente mató bacterias, pero no mata el parásito ni huevos ni quistes, y la gente ingiere ese parásito”, alertó.
Modo correcto de lavar las fresas
La forma apropiada de lavar las fresas es quitarle las hojas y ponerlas bajo un chorro de agua; luego con una solución de agua con unas gotas de jabón liquido y una escobilla pequeña - similar al cepillo dental - hay que frotar las fresas, una por una para asegurarse que se elimine cualquier larva que pudiera estar en la fruta.
Una vez cepilladas las fresas, deben
enjuagarse prolijamente bajo un chorro de agua y luego, en un
recipiente con agua, colocar varias gotas de lejía e introducir la fruta
y dejarla reposar por 20 minutos. Nuevamente enjuagarlas muy bien. Solo así estarán listas para su consumo.
Este procedimiento debe seguirse con todos los vegetales de tallo corto como la lechuga, las frambuesas, el nabo y otros que muchas veces son regados con aguas servidas.
“De lo contrario, voy a comer mi fresa con leche condensada
o mi jugo de fresa con leche, que es riquísimo, pero ingiriendo cientos
de formas infectantes de diversos parásitos”, manifestó.