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6 de noviembre de 2017

Silvia Ribeiro: estamos frente a una reforma agraria al revés

La investigadora Silvia Ribeiro, una de las mayores investigadoras latinoamericanas, sostiene que Argentina y Brasil tienen el 21 por ciento del consumo de agrotóxicos.

Seis multinacionales gigantes se reparten el mercado de semillas.

La amenaza que implica la fusión de las grandes empresas (como Bayer-Monsanto), el rol de la ciencia al servicio de las compañías, el peligro de los nuevos transgénicos y la necesidad de más agricultura campesina-indígena. Algunos de los temas que trabaja desde hace treinta años Silvia Ribeiro, una de las mayores investigadoras latinoamericanas sobre el agronegocio. Y una definición de los países de la región: “Han perdido soberanía por su dependencia extrema a un puñado de empresas biotecnológicas”.

Investigadora del Grupo ETC (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración), Ribeiro fue una de las disertantes en el Encuentro Intercontinental Madre Tierra, una sola salud, organizado en Rosario por la materia Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas. 

–¿Cómo evalúa la situación del agro en la región?
–América latina está dividida en dos en la situación agrícola. Está la república unida de la soja (Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil) y el resto. Hay que recordar que luego de 20 años de transgénicos, sólo diez países tienen el 90 por ciento de la producción. Quiere decir que los transgénicos nunca llegaron a ser el fenómeno omnipresente que nos quieren hacer creer.

–¿Cuáles son las características de estos países dominados por el modelo transgénico?
–La estructura agrícola ha sufrido un proceso de concentración corporativa y de reforma agraria al revés, concentró la tierra en menos manos. A eso hay que sumarle las enfermedades provocadas por los agrotóxicos. Un dato elocuente es que Argentina y Brasil tienen el 21 por ciento del consumo global de agrotóxicos. Si Monsanto-Bayer quieren poner condiciones inaceptables, las va a poder poner por el nivel de vulnerabilidad altísimo del país al depender de esas compañías. Han perdido soberanía por su dependencia extrema a un puñado de empresas biotecnológicas. El resto de América Latina se parece más a la media mundial. La mayor parte de alimentos la siguen produciendo los pequeños agricultores urbanos, campesinos, la pesca artesanal. El 70 por ciento del mundo se alimenta mediante la agricultura familiar y hay que profundizar ese camino.

–¿Cómo es el proceso de “megafusiones” de las empresas transgénicas?    
–Una referencia es que hace veinte años Monsanto no tenía semillas y hoy es la más grande del mundo. Hace treinta años había más de 7000 empresas de semillas. Y ahora Monsanto tiene el 25 por ciento del mercado de todo tipo de semillas. Lo que ha pasado es que en 20 años se han dado más de 200 fusiones. Que terminan en lo que llamamos las seis gigantes genéticos. Son Monsanto, Syngenta, Dupont, Dow, Basf y Bayer. Estas empresas dominan el mercado mundial de semillas. Y todas son productoras de venenos. Primero concentran el mercado y luego comienzan las megafusiones. Monsanto-Bayer, Syngenta-ChenChina, Dow-Dupont controlan más del 60 por ciento del mercado total de semillas (no solo transgénicas) y el 71 por ciento del mercado de agrotóxicos. Cifras descabelladas. Ninguna oficina antimonopolio debiera aprobar esas fusiones.

–¿Cuál es el riesgo?
–Controlan precio, innovación e impacta en las políticas agrícolas. Países que están con un alto grado de agricultura industrial, como Argentina, pasan a estar en situación de vulnerabilidad. Incluso en términos de soberanía. Estas empresas tienen un poder de negociación que es mucho más que de negociación, es de imposición sobre un país, incluso con leyes a medida.

–Empresas y medios están con una campaña sobre los “nuevos transgénicos”. Ustedes remarcan críticas.
–Le llaman edición genómica. Cuenta con una gran maniobra de propaganda para no pasar por ninguna ley de bioseguridad.

El atículo completo en:

Página 12

4 de junio de 2017

El arte erótico de los Moches, una de las primeras civilizaciones de América


Las escenas que inquietan a los visitantes del Museo Larco, de Lima (Perú), pertenecen a la cultura moche, una civilización que floreció en lo que hoy es la costa norte peruana entre los siglos II y VIII después de Cristo. 

Aunque eso de florecer, es un decir. La tierra era avara y ruda. 

"Los moche se desarrollan en uno de los climas más secos del planeta", explica el arqueólogo Walter Alva a BBC Mundo.

Alva lideró en 1987 el hallazgo de la tumba del señor de Sipán, un gobernante moche cuyo entierro es considerado uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del continente. 

"No es que en las vasijas ellos hayan representado su vida diaria. Lo que hicieron fue plasmar escenas rituales y lo erótico está enmarcado en el principio de la vida", apunta. 

Las cerámicas muestran un frenesí de poses sexuales y, para esta antigua sociedad agrícola, el sexo se relacionaba con la fecundidad de la tierra. 

Quizá por ello, a pesar del detalle con el que los alfareros moche modelaron los genitales de sus esculturas, no pusieron mucho empeño en reflejar gestos de placer. 

En cambio, abundan las escenas sexuales que nada tienen que ver con la fertilidad, como el sexo oral, la masturbación e incluso el coito con los muertos. 

Y como veremos, son justamente estas últimas vasijas las que dan algunas pistas sobre la desaparición de esta cultura.

Ofrendas

Cuando el museo Larco trasladó los vestigios moche a Lima en la década de 1960, los menores de edad tenían prohibido ingresar a la sala de los huacos eróticos. 

Hoy, los colegios organizan excursiones.

Sin embargo, la gran mayoría de los casi 120.000 visitantes que recibe al año son turistas extranjeros.
Según la web de viajes Tripadvisor, recorrer este museo es la segunda actividad más popular en Perú, sólo después de la visita a Machu Picchu. 

"Tenemos unas 45 000 piezas y todas ellas, incluidas las vasijas con motivos sexuales, fueron encontradas en tumbas", indica Andrés Álvarez Calderón, director del museo.

Las figuras eróticas apenas representan el uno por ciento de la totalidad de los vestigios, pero su estudio revela un universo que va mucho más allá del sexo.

"Estos huacos son ofrendas que reflejan el círculo de la vida. Los moche no utilizaban las cerámicas eróticas para el uso diario", aclara a BBC Mundo. 

Pese a lo que imaginan algunos turistas, los antiguos habitantes del continente no se servían el desayuno en recipientes fálicos. 

El sexo en las vasijas era una manera de atraer la lluvia sobre sus campos desérticos y colocarlas en los entierros quería propiciar la fecundidad del campo. 

Pero, ¿podían reflejar también su vida sexual? 

El artículo completo en:

BBC 

14 de abril de 2016

Resuelto el misterio de las espirales del desierto de Nazca

Los investigadores suponen que podrían estar conectados con las líneas de Nazca, geoglifos gigantes de animales, personas y formas talladas en el desierto.


Durante años, los agujeros en forma de espiral, que salpican el paisaje del desierto peruano de Nazca, tenían confusos a los arqueólogos. Pero ahora, con el uso de imágenes de satélite, un equipo de investigadores italianos afirma haber resuelto finalmente el misterio, informa la cadena BBC.

"Los agujeros son en realidad parte de un sofisticado sistema hidráulico construido para recuperar el agua de los acuíferos subterráneos" explica la líder de la investigación, Rosa Lasaponara del Instituto de Metodologías para el Análisis Ambiental, de Italia. "Lo que es claramente evidente ahora es que el sistema de puquíos debió ser mucho más desarrollado de lo que parece en la actualidad", añadió.

Tras estudiar las imágenes de satélite Lasaponara y su equipo analizaron la colocación de los puquíos conectados con un sistema de túneles subterráneos. De acuerdo con los arqueólogos, cada agujero espiral empujaba el aire hacia abajo en los canales, moviendo de tal manera el agua a través de la red y llevándola a personas que la utilizaban tanto para la agricultura como para la vida doméstica.

El diseño de un sistema de este tipo, por su parte, sugiere que los antiguos habitantes de Nazca que lo construyeron tenían un amplio conocimiento sobre la geología de la zona, señala Lasaponara. La científica ha añadido que estos túneles de riego también podrían estar conectados con las misteriosas líneas de Nazca, geoglifos gigantes de animales, personas y formas talladas en el desierto.



Fuentes:

Actualidad RT

Mail Online

1 de febrero de 2016

¿Qué trabajos conquistarán antes los robots?

Los transportes, la sanidad, los servicios financieros y la agricultura son cuatro de los sectores en los que se impondrá en menos tiempo la inteligencia artificial y el ‘big data’ 

Innovaciones como la robótica, la inteligencia articial o el big data transformarán profundamente la economía y la sociedad en pocos años. Lo repiten de manera unánime profesionales y especialistas de diversa procedencia. Pero pocos estudios resultan tan detallados y concienzudos como el publicado recientemente por la consultora Merrill Lynch, en el que se pronostica que en solo cinco ejercicios este mercado crecerá de 25.500 millones de euros a 136.600 millones.

Los cuatro países que gastan más dinero en estas tecnologías son Estados Unidos, China, Japón y Corea del Sur. Las ventajas destacan sobre los inconvenientes en los informes sobre esta área. No obstante, nadie oculta cuestiones como la posibilidad de que peligren el 47% de los empleos en Norteamérica porque los desempeñen mejor las máquinas. La hipotética reducción de “trabajadores del conocimiento” a escala mundial se cifra en 230 millones. 

A pesar de que ningún mecanismo de inteligencia artificial podrá emular verdaderamente el pensamiento humano hasta 2075 (o más allá), ya se habla de “robots asesinos”. De momento, la industria aeroespacial y de defensa cuenta con aparatos que no requieren control personal, como los drones militares. Hay aviones sin tripular en 90 estados; en 30 de ellos, estos ya están armados. En cualquier caso, los más optimistas replican que estos avances se acabarán aplicando a la aviación comercial. 

En cuanto a otros medios de transporte, uno de cada diez coches será totalmente autónomo, es decir, no necesitará conductor, en 2025, gracias a la investigación que están llevando a cabo compañías tecnológicas y de la automoción como Google y Tesla. Además, en el próximo quinquenio, los vehículos serán cada vez más “inteligentes” porque estarán conectados a internet y dispondrán de más funciones informatizadas.

El precio de estos turismos será superior al actual —alrededor de 8.500 euros por unidad—, sin embargo, con el tiempo, los analistas de Merril Lynch están seguros de que este importe irá disminuyendo, puesto que el fenómeno se habrá normalizado. Las autoridades japonesas albergan la esperanza de que haya “taxis robot” en los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020.

La inteligencia artificial también permitirá sustituir a muchos de los inversores financieros del presente en 2020. Los técnicos están diseñando sistemas que son capaces de “aprender” de los movimientos de los mercados de todo el planeta. A su entender, no hay nada más fiable que los algoritmos para administrar el capital de los clientes.

La robótica se utilizará en los hospitales del futuro en numerosos ámbitos: del cuidado de pacientes discapacitados o ancianos a la cirujía fundamental. En 2000 apenas hubo mil intervenciones quirúrgicas asistidas por robot; en 2014, la cantidad había ascendido a 570.000. La progresión no se detendrá. Con una población que envejece gradualmente, Japón es ahora mismo la nación que apuesta más decididamente por los bots que ayudan a los mayores cotidianamente.

Las tareas de fabricación en las que se prescinde por completo de la participación humana suponen hoy el 10% del total. Los expertos calculan que en una década la proporción aumentará en un 35%. En su opinión, este cambio contribuiría a abaratar los costes de producción. Empresas como la controvertida Foxconn, en China, están siguiendo este procedimiento con pequeños componentes y piezas del iPhone de Apple.

Las granjas de 2025 se valerán del big data para optimizar sus cultivos. Se prevé que en la agricultura y la ganadería se opere con tractores sin conductor, robots que cuiden las plantas y los animales, etc. En estas actividades y en el sector de los servicios, las máquinas y gadgets le ahorrarán al personal las labores más arriesgadas, repetitivas o aburridas.
Fuente:
La Vanguardia

13 de enero de 2016

Civilización Caral estaba adelantada 6 siglos a Europa y el resto de América


La comunidad científica mundial no deja de sorprenderse con los avanzados conocimientos en agronomía, climatología, ingeniería, medicina y otras ciencias que poseían hace 5,000 años los peruanos que poblaron Caral, destacó la investigadora Ruth Shady.

Sostuvo que para elaborar calendarios agrícolas y pronosticar eventos climáticos se instalaron laboratorios que les permitieron determinar el inicio y término de las campañas de siembra y cosecha, así como los cambios que la naturaleza presenta a fin de adaptarse a ellos.

"En el campo del aprovechamiento de la energía y de la mecánica de fluidos, en Caral se aprovechó la fuerza del viento, conocido ahora como Principio de Venturi, canalizándolo a través de conductos subterráneos para tener temperaturas en fogones muy altos", remarcó. 

Shady refirió que cuando este conocimiento fue analizado por físicos de Estados Unidos, estos se preguntaron cómo esta civilizaron sabía esto hace 5,000 años, cuando en Europa recién fue descubierto en 1740.

"En el ámbito de la farmacología, en Caral hemos encontrado que para dolencias, como los dolores de cabeza se aplicaba paquetes de sauce que contienen el principio activo de la aspirina. Ese conocimiento ancestral subsiste hasta hoy", anotó.

La investigadora de la civilización Caral resaltó que otro conocimiento que sigue sorprendiendo tiene que ver con la ingeniería civil, dado que se aplicó la sismo resistencia a las construcciones de hace 5,000 años.

"Todavía nos preguntamos cómo esos monumentos se mantienen estables después de 5,000 años. Ello responde a que al darse cuenta que vivían en un país sísmico, las edificaciones de Caral se diseñaron con tecnología sismo resistente. Ingenieros de Japón que han conocido este método constructivo lo han puesto a prueba y tras comprobar su eficacia, han dicho que lo van a utilizar en sus construcciones", manifestó.

Shady subrayó que en ingeniería hidráulica la civilización Caral creó la "amuna" o río subterráneo que lleva el agua a través de canales hasta lugares permeables geológicamente.

Explicó que con este método de irrigación, se "siembra el agua" y evita que se evapore. De esta forma, el agua se almacena naturalmente y puede ser aprovechada en puquios o manantiales a lo largo de una cuenca para asegurar la campaña agrícola y la supervivencia de la población. 

"Un ingeniero belga que vio todo ese conocimiento dijo que los antiguos peruanos estaban adelantados en, por lo menos, seis siglos a Europa y el resto de América en conocimientos de ingeniería hidráulica, civil, estructural y agrícola", enfatizó.
 
Fuente:
 

24 de abril de 2015

Canales de regadío de mas de 1500 años ayuda a combatir la sequía en Perú

Estamos tan acostumbrados a lo novedoso e innovador que no miramos al pasado y la inteligencia natural donde se esconden muchas de las soluciones a los problemas de la actualidad.
Lima atraviesa una problemática sequía que amenaza con endurecer aún más las restricciones al consumo de agua. Los técnicos de la capital de Perú han encontrado una solución inesperada para mantener el suministro de agua: recuperar las amunas, una técnica de irrigación anterior incluso a los Incas.
El problema de Lima es el mismo que el de muchas otras ciudades ubicadas en zonas muy secas. En este caso, y a pesar de una elevada humedad ambiental, la ciudad tiene un microclima con muy pocas precipitaciones al año. La época seca suele durar en torno a siete meses. Tras un año especialmente poco generoso en lluvias, los habitantes de la capital peruana enfrentan restricciones para alargar al máximo las reservas existentes.

Una de las soluciones que se barajaba era construir una nueva planta desalinizadora para extraer agua potable del mar, pero se trata de un proyecto caro y cuya construcción llevaría demasiado tiempo. En su lugar, técnicos de la compañía de aguaSedapal han decidido invertir en conservar los antiguos Amunas construidos por la cultura Wari, que desarrolló todo un imperio anterior a los Incas entre el 550 y el 900 después de Cristo.
Hoy puede paecernos simple, pero los Amunas eran una tecnología muy avanzda para la época. Se trata de canales que forman parte de un complejo sistema de irrigación que recorría lugares específicos de la cordillera de los Andes recogiendo agua de lluvia. En lugar de almacenar este agua en depósitos, los Wari hicieron confluir estos canales hacia las zonas donde están los acuíferos subterráneos que dan origen a los ríos de esta parte del mundo. El agua se vertía en esas zonas y se filtraba en el suelo, alimentando el acuífero de manera natural e incrementando la reserva del río durante la estación seca. Este vídeo explica un poco más esta antigua ciencia.
Lea el artículo completo en.

2 de marzo de 2015

La selva del Amazonas necesita del desierto Sahara para sobrevivir



Tiene nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas. Se midió además la cantidad de polvo procedente de África.



Un antiguo proverbio chino dice que el aleteo de una mariposa puede provocar un tsunami en otra parte del mundo. Y aunque pudiera sonar desproporcionado o exagerado, a medida que la ciencia amplía el conocimiento sobre fenómenos climáticos y atmosféricos, se comprueba que los ecosistemas de las distintas partes del mundo están más interconectados de lo que imaginamos.
Así, una de las regiones más áridas del planeta, el desierto del Sahara contribuye con la exuberante forma de  crecer de la selva amazónica. Los científicos han conocido por mucho tiempo que el polvo desértico africano viaja atravesando países y que incluso una parte se deposita en el Océano Atlántico antes de depositarse en la Amazonía en Sudamérica, Norteamérica, y otras regiones.
El artículo completo en:

8 de enero de 2015

Los cereales más antiguos

¿Le gustaría probar un saludable grano del tipo encontrado en la tumba del Rey Tutankamón? ¿O quizás darse banquete con semillas que, se dice, fueron almacenadas en el arca de Noé?
¿Y que tal un sorbo de vodka hecho a base de quinoa, el tradicional cereal boliviano?
Si esto le abre el apetito, no está solo.
En los últimos cinco años se ha registrado una explosión en la popularidad de los llamados "granos antiguos" en el mercado estadounidense.

Siembra de quinoa en Bolivia
En los campos de Bolivia se cultiva el grano de quinoa, que es una proteína completa, ya que tiene todos los nueve aminoácidos esenciales. De los antiguos es el más conocido.

Muchos de ellos, como la quinoa de Bolivia y el teff de Etiopía, se han cultivado de la misma manera desde hace miles años.
"En un sentido positivo, ha sido como una tormenta perfecta para estos granos", explica Cynthia Harriman, directora de alimentos y estrategias nutricionales de Whole Grain Council, una organización no gubernamental estadounidense dedicada a la promoción de la alimentación saludable y el consumo de cereales.
"Encajan con nuestro deseo de encontrar una súper comida, una bala mágica que deberíamos comer", le dice Harriman a la BBC.
Los granos antiguos son percibidos como lo opuesto al trigo, aún cuando hay tres que son cepas antiguas de él - espelta, escanda y farro - y a menudo son más refinados.

Amaranto
El amaranto fue consumido por los aztecas y es un grano libre de gluten. Se le puede apreciar en los puntos morados que se ven en algunas tortillas.

Son apreciados como más saludables, naturales y beneficiosos para el consumo, dado que poseen más vitaminas, minerales, fibras y proteínas que el trigo moderno, y rara vez son consumidos en su forma procesada.

El artículo completo en:

1 de diciembre de 2014

Las plantas reconocen a sus vecinas: Si son parientes, trabajan en equipo. Si no lo son, compiten




Si las plantas parientes colaboran entre sí cuando están juntas, se podrían cultivar más cerca la una de la otra para aprovechar mejor el espacio. 

 
Si son parientes, trabajan en equipo, colaboran entre sí. Si no lo son, compiten la una con la otra.

Esto es lo que descubrió un equipo de investigadores argentinos que analizó cómo se comportan las plantas ubicadas en una hilera.

No sólo hallaron que eran capaces de reconocer a sus parientes por la forma de su tallo y sus hojas, sino también descrubrieron que la relación de parentesco las hacía actuar en consecuencia.

"Notamos que cuando acomodamos las plantas en hileras, muy cerca la una de la otra, simulando la situación típica de un cultivo, las plantas que estaban genéticamente relacionadas entre sí, posicionaban sus hojas hacia los espacios libres, fuera de la hilera", le explica a BBC Mundo Jorge Casal, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet) y líder el estudio.

"En cambio, cuando mezclábamos plantas de la misma especie de distintos grupos genéticos, las plantas disponían sus hojas al azar, en cualquier dirección", añade.

Es decir, cuando la planta reconoce que su vecina es pariente, amontona sus hojas para minimizar la interferencia y permitirle aprovechar mejor la luz del sol.

Si no es pariente, distribuye sus hojas en cualquier dirección para aprovechar al máximo la luz disponible.

El estudio, publicado recientemente en la revista especializada New Phytologist, puede traer beneficios para la agricultura, ya que abre nuevas posibilidades en cuanto a cómo maximizar el rendimiento de las cosechas en función del espacio libre para cultivar.

Lea también: Plantas que no ven, plantas que no crecen

El artículo completo en:

BBC Ciencia

21 de septiembre de 2014

Calentamiento del mar ajeno a El Niño sí genera impactos negativos

Fenómeno se registró entre mayo y junio de este año, afirma Senamhi





Especialistas en el estudio del clima afirmaron que si bien se ha descartado la presencia de un Fenómeno de El Niño extraordinario, sucesos como el calentamiento del mar, como el que se registró entre mayo y junio pasado sí genera un impacto negativo en la población.


Al respecto, en declaraciones a la Agencia Andina la directora de Climatología del Senamhi, Grinia Ávalos Roldán, citó como ejemplo que de cierta manera dicho calentamiento, que duro entre 8 y 9 semanas, limitó la afloración del mango en el norte del país.

Además, afirmó, el recurso hidrobiológico se profundizó y se trasladó a otros lugares afectando a los pescadores. "Han sido muy elocuentes las imágenes difundidas por varios medios de comunicación sobre el hallazgo de aves muertas a lo largo del litoral porque no encontraban alimento", puntualizó.

La especialista remarcó la importancia del tema de la gestión de  riegos no tiene que centrarse solamente en  eventos ya conocidos como el Fenómeno El Niño, pues el  clima en su mayor variabilidad puede generar escenarios cálidos que produzcan impactos desfavorables en la gente.

"Ante esta situación nuestra necesidad de informar y monitorear se acrecienta y, sin ser alarmistas, debemos decir lo que está pasando", enfatizó.

Por este motivo, la funcionaria anunció que el 30 de octubre próximo en el Cusco, el Senamhi desarrollará el Primer Foro Climático Regional. Agregó que con las autoridades cusqueñas han coordinado mucho y  los pobladores están bien sensibilizados al respecto. "Tenemos muchos proyectos ejecutados en esta parte del territorio nacional", comentó.

El artículo completo en:

17 de septiembre de 2014

El consumo colaborativo: Gracias a Internet, se puede cultivar el huerto de un extraño o intercambiar semillas

Un día, la francesa Catherine decidió compartir parte de su comida. Empezó colocando un enorme macetero de la verja de su jardín. En él crecían, ufanas, varias plantas de fresones. Del macetero colgaba, a su vez, un cartel: Nourriture à partager. Servez-vous librement, c'est gratuit! (Comida para compartir. Tomad lo que queráis libremente. ¡Es gratis!). Con este gesto, Catherine se estaba sumando al movimiento de origen británico Incredible Edible, que invita a quienes poseen pequeños cultivos caseros a compartir los alimentos que producen sus tierras, ya sean hortalizas, frutas, hierbas aromáticas o medicinales.



Francia es terreno abonado para este tipo de iniciativas porque es frecuente poseer un terruño, un macetero o, en su defecto, agenciarse el del vecino para hacer crecer algo que llevarse a la boca. Así, cuando un grupo de amigos visita una casa como la de Catherine, suelen aparecer con una bolsa de ciruelas porque son incapaces de consumir todo lo que produce su ciruelo. Si, por el contrario, invitan ellos a comer, la ensalada que servirán como entrante llevará rábanos de su huerto, que además habrán sido recolectados pocas horas antes del festín.

La eclosión del consumo colaborativo y las posibilidades que Internet ofrece para llevarlo a cabo han permitido un crecimiento exponencial de ese deseo ancestral de invitar a alguien a sentarse a la mesa. ¿Qué es un compañero, a fin de cuentas, sino alguien con quien compartimos el pan?

En Francia, en Reino Unido y también en España proliferan, de un tiempo a esta parte, las plataformas en la Red que permiten realizar un consumo compartido de toda la cadena alimentaria. ¿Quieres cultivar pero no tienes tierra? Huertos compartidos, Tu huerto ecológico, Huertas Lúdicas y Huertos de ocio, entre otros, ponen en contacto a los interesados con propietarios de tierras que no tienen tiempo o ganas de cultivarla y están dispuestos a cederlas o alquilarlas.





Material informativo sobre una iniciativa para compartir semillas. / A. A.

Terreno más desconocido es el de las semillas. En Francia nació en 2012 Graines de Troc, una iniciativa que promueve el intercambio de simientes. Hasta la fecha, más de 2.000 personas de 30 países han participado a través de una plataforma en Internet. Pero no todo se queda en lo virtual. Graines de Troc ha impulsado además la creación de grainothèques o granotecas, es decir, espacios físicos donde se pueden dejar o recoger semillas libremente. La mediateca de la localidad de Lagord (en el departamento francés de Charente-Maritime) acogió en enero de 2013 la primera del país y hoy ya existen unas 60 repartidas por toda Francia. La última iniciativa de Graines de Troc busca sensibilizar a los niños sobre la importancia de la biodiversidad. Así, Drôles de graines (semillas raras o divertidas, en español) tiene por objetivo que los menores de la región de La Rochelle planten hasta 1.000 tomateras de 200 variedades diferentes que también ellos recolectarán llegada la hora. Recuperarán, además, las semillas plantadas para compartirlas con otros.

Un consumo colaborativo clásico es el que proponen desde hace años los grupos de consumo de proximidad: comprar entre varias personas a un mismo productor local para conseguir un mejor precio, favorecer la economía del entorno y consumir alimentos de mayor calidad y de temporada. Internet y las plataformas que se han creado para ello han logrado modernizar y aumentar su potencial. En España acaba de aterrizar La colmena que dice sí, una iniciativa creada en Francia que ahora busca expandirse también en Gran Bretaña con el nombre de The food assembly. Los promotores utilizan Internet para poner en contacto a productores locales y consumidores organizados en grupos de consumo. Yo compro sano, por otra parte, ayuda a crear grupos de consumo de proximidad y Ecoagricultor, otro ejemplo, reúne a agricultores, productores ecológicos, grupos de consumo y particulares.

En Francia también se han propuesto compartir los electrodomésticos que mantienen los alimentos en buenas condiciones con el objetivo de reducir el desperdicio alimentario. Partage ton frigo (Comparte tu frigorífico) anima los usuarios a intercambiar los productos de la nevera y así aprovecharlos al máximo. Incluso incita a dar un paso más allá: que instalen un frigorífico compartido en el edificio o la comunidad donde viven, o en su espacio de trabajo. La empresa que hay detrás de este nombre se encarga de la instalación del aparato, de su mantenimiento y limpieza, así como de la formación de los usuarios del servicio compartido.





Cartel de la iniciativa de compartir nevera.

¿Qué alternativa hay para quien no quiere semillas, ni tierra ni frutas, ni alimentos, sino a alguien cocine en su lugar? Compartoplato.es permite sacar partido del buen hacer gastronómico de los vecinos a un precio módico. ¿Por qué no comprar una porción de puchero cuando no hay ganas de trastear en la cocina? Super-marmite.com es la misma idea, que ha calado muy bien en la sociedad francesa.

Y si el puchero no es suficiente, ya que el consumidor aspira a sentarse a la mesa de alguien y que le sirvan, existen iniciativas como Eatwith, SocialEaters o Cookflat. Todas parten de la idea de ir a comer a casa de alguien, aunque con diferentes matices: se puede ir a hacer amigos, a encontrarse con extranjeros o a que esos extranjeros conozcan a autóctonos. En resumidas cuentas, quien quiera encontrar compañeros, oportunidades no te faltan.

Fuente:

El País Ciencia

18 de agosto de 2014

Por qué Panasonic ahora cultiva lechugas


Granja techada de vegetales de Panasonic

Granja de Panasonic en Singapur. Los vegetales son producidos en condiciones controladas de temperatura y humedad, bajo el brillo rosa y púrpura de luces LED.

De televisores a rábanos y lechugas.

El gigante de electrónica Panasonic Corp de Japón comenzó a vender vegetales cultivados en su primera granja techada en Singapur.
"Anticipamos que la agricultura será una potencial cartera de crecimiento, dada la escasez de tierra cultivable, el cambio climático y la creciente demanda por comida de calidad"
Hideki Baba, Panasonic Factory Solutions Asia Pacific
La empresa afirmó recientemente que Singapur es el lugar ideal para su nueva iniciativa. La granja une la incursión de la compañía en la producción de alimentos con las necesidades estratégicas de Singapur, uno de los países más densamente poblados del mundo, con escasez de tierras y gran dependencia de importaciones, ya que compra del exterior el 90% de sus alimentos.

Panasonic prevé que la producción de vegetales con alta tecnología será un sector en rápida expansión en el futuro.

"Anticipamos que la agricultura será una potencial cartera de crecimiento, dada la escasez de tierra cultivable, el cambio climático y la creciente demanda por comida de calidad y un suministro estable de alimentos", afirmó a medios de prensa Hideki Baba, director gerente de Panasonic Factory Solutions Asia Pacific, una división de la compañía.

Fábrica de Panasonic en Singapur

La granja se encuentra en una fábrica de Panasonic en la isla Jurong.

Espinacas y rábanos

La granja de 248 metros cuadrados de Panasonic está dentro de una fábrica de la empresa en la isla Jurong y provee a restaurantes de la cadena japonesa Ootoya.

Por ahora, el establecimiento produce 10 tipos diferentes de vegetales, incluyendo, lechugas, espinacas mini, mizuna o mostaza japonesa y rábanos.

Las plantas son cultivadas sin pesticidas y no son genéticamente modificadas. Los vegetales son producidos en condiciones controladas de temperatura y humedad, bajo el brillo rosa y púrpura de luces LED, diodo semiconductor que emite luz al ser atravesado por una corriente eléctrica. El número de visitantes es restringido para mantener la temperatura y los niveles de dióxido de carbono.

Panasonic planea cultivar 30 variedades diferentes de vegetales para marzo de 2017, que representarán un 5% de la producción local. La compañía asegura que el costo de sus verduras de alta tecnología podría ser muy competitivo.

Ootoya compra actualmente cerca de 300 kg de vegetales por los que paga cerca de la mitad de lo que abonaría por productos similares importados de Japón, según informes.

Fresas en Dubái

Panasonic describió recientemente en Twitter una vision estratégica de impulsar la autosuficiencia en la producción de alimentos a través de métodos sustentables.

La empresa anticipa que para 2030 la población de Singapur aumentará a 6,5 millones, con lo que la demanda anual podría ser de unos 104 millones de verduras de hoja y más de 500 millones de kg de otros vegetales.

Local de venta de productos electrónicos en Japón

Panasonic, Sharp y otras empresas electrónicas están incursionando en la producción de alimentos.

Como parte de su incursión en la tecnología de alimentos, Panasonic también aportó fondos a la empresa Sky Greens, que produce vegetales en invernaderos con torres verticales. Sky Greens cuenta actualmente con 600 de esas torres o granjas verticales que producen hasta una tonelada de vegetales al día y espera expandir su negocio a 2.000 torres el año entrante.

El experto en tecnología agrícola Lee Sing Kong dijo a la agencia EFE que Singapur puede mejorar su seguridad alimenticia usando nuevas técnicas de cultivo para incrementar la productividad.

"Tenemos que cultivar algo por nuestra cuenta para tener un respaldo para los períodos en que haya interrupciones de la oferta", aseguró Lee, profesor de ciencias biológicas de la Universidad Tecnológica Nanyang en Singapur.

La agricultura bajo techo también ha llamado la atención de otras empresas japonesas de tecnología.

Fujitsu Ltd anunció el año pasado planes para comenzar ensayos en una planta de producción de lechuga con bajos niveles de potasio para pacientes con problemas renales crónicos.

Y Sharp Corp está probando el cultivo de fresas en los desiertos de Dubai para satisfacer la demanda a nivel regional. La fruta es muy popular en países como Arabia Saudita y Bahrein pero puede verse afectada fácilmente durante el transporte.

Granja techada de vegetales de Panasonic en Singapur

Panasonic planea cultivar 30 variedades diferentes de vegetales para marzo de 2017.
Tomado de:

10 de agosto de 2014

Permacultura y la utopía práctica



Lucho Iglesias en Permacultura Caña Dulce. Foto: C.F.

Los lugares te reclaman. Lucho Iglesias, nacido en el barrio de La Concepción y criado en Moratalaz, llevaba tiempo dándole vueltas al mapa buscando un nombre que le invocara. A él y a su "compañera de vida", Matricia Lana, a quien había conocido en Brunete, en un curso permacultura y agricultura sinérgica de Emilia Hazelip. Allí vivieron en comunidad y fueron forjando poco a poco su sueño de vivir en plena naturaleza en algún rincón de nuestra geografía.

     Lucho y Matri se dejaron tentar por nombres como Arroyo de Luz, en Extremadura, pero al final encontraron su lugar en el mundo en Coín y a orillas del Río Grande, en una finca que había estado abandonada durante 14 años y en la que crecían sin embargo los naranjos y brotaban por doquier las cañas.
  

 Así nació Caña Dulce, un vergel incomprable en el Valle del Guadalhorce, a treinta kilómetros escasos de Marbella y a tiro de piedra del paraíso, que lo tenemos a la vuelta de la esquina y no queremos darnos cuenta.

    "Tenemos todas las herramientas para hacer posible el paraíso", asegura Lucho Iglesias, 44 años, tres cuartas de partes de su vida dedicadas a esta hectára y media de terreno donde crece ahora una fronda comestible de almendros, pacanos, manzanos , perales, olivos, granados, higueras y nísperos. Lucho tuvo muy claro lo que quería ser en esta vida desde que vio un documental sobre el australiano Bill Mollison, el "padre" de la permacultura...

    "Descubrí de pronto que había una manera de diseñar asentamientos humanos sostenibles y en armonía con la naturaleza. Y que podemos hacer crecer maravillosos bosques comestibles, y cultivar nuestros propios alimentos con el máximo respeto a la tierra, y encontrar todo tipo de soluciones sobre la marcha. Porque la permacultura es ante todo muy práctica, ideal para constuir poco a poco nuestra utopía".

   
 "Utopía" es una de esas palabras que crean división sin remedio. Para unos, es poco menos que lo imposible o lo inalcanzable. Para otros, es simplemente un lugar al que aún no hemos llegado, pero no tardaremos. Lucho se encuentra sin duda entre estos últimos, y ahí está cabo de 14 años, dando forma todos los días a su utopía práctica.

      "Utopía" dio también título al documental de Lucho Iglesias y Alex Ruiz, ahí queríamos llegar. "Utopía" se estrenó hace apenas seis años, antes de que atizara la crisis, cuando hablar de la agricultura ecológica, de la banca ética o de los tejados verdes era como remar contra la corriente del cercano Río Grande.

   Y sin embargo la película -premiada en el Festival Internacional de Cine de Medio Ambiente- tuvo una acogida entusiasta, duró cuatro meses en la cartelera del Pequeño Cine Estudio y supo sembrar a tiempo las semillas del gran cambio que ya despuntaba en el horizonte.

  
Lucho Iglesias ha vuelto a sentir ahora la llamada del comunicador que lleva dentro y está ya avanzando por la senda de una segunda película, que aspira a salir adelante por financiación colectiva y será sin duda mucho más que una simple secuela...

El artículo completo en:

Los blogs de El Mundo (España)

31 de julio de 2014

¿Quién tiene miedo de la agricultura ecológica? (II)

La primera parte AQUÍ


La agricultura ecológica ha despertado en los últimos tiempos las más variadas "iras", siendo objeto de todo tipo de calumnias. Su éxito y múltiples apoyos han sido proporcionales a las críticas recibidas. Sin embargo, ¿quién tiene miedo de la agricultura ecológica? ¿Por qué tanto esfuerzo en desautorizarla? 

Todas estas preguntas fueron formuladas en un artículo anterior, donde analizábamos las mentiras detrás de afirmaciones como "la agricultura ecológica no es más sana ni mejor para el medio ambiente que la agricultura industrial y transgénica”. Hoy, abordaremos otras en relación a su eficiencia, el precio y la falsa alternativa que significa una "agricultura ecológica" al servicio de las grandes empresas. Como decíamos entonces: ante la calumnia, datos e información. 

De la eficiencia y el precio 

"La agricultura ecológica es poco eficiente y cara", dicen sus detractores. Quienes realizan esta afirmación olvidan que es precisamente el actual modelo de agricultura industrial el que desperdicia anualmente un tercio de los alimentos que se producen para consumo humano a escala mundial, unos 1.300 millones de toneladas de comida, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Se trata de una agricultura de "usar y tirar". En consecuencia, ¿quién es aquí el ineficiente? Aunque, más allá de estas cifras, es obvio que el actual modelo de agricultura industrial, intensiva y transgénica no satisface las necesidades alimentarias básicas de las personas. El hambre, en un mundo donde se produce más comida que nunca, es el mejor ejemplo, tanto en los países del Sur como aquí. 

Por su parte, la agricultura ecológica y de proximidad se ha demostrado que garantiza mejor la seguridad alimentaria de las personas que la agricultura industrial y permite una mayor producción de comida especialmente en entornos desfavorables, en palabras del relator especial de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación Olivier de Schutter, apoyándose en su informe La agroecología y el derecho a la alimentación. A partir de los datos expuestos en este trabajo, la reconversión de tierras en países del Sur a cultivo ecológico aumentaba su productividad hasta un 79%, en África, en particular, la reconversión permitía un aumento del 116% de las cosechas. Las cifras hablan por sí solas. 

Si hablamos del precio, y sobre todo lo comparamos con la calidad, una vez más la agricultura ecológica sale en mejor posición. Tal vez no lo parezca a primera vista, porqué hay un discurso único, que se repite y se repite y se repite, que nos dice que lo ecológico es siempre más caro. Sin embargo, no es así. A menudo depende de dónde y qué compremos. No es lo mismo comprar en un supermercado ecológico o en una tienda 'gourmet' que comprar directamente al campesino, en el mercado o a través de un grupo o cooperativa de consumo agroecológico, en los primeros los precios acostumbran a ser mucho más caros que en los segundos, donde su coste puede ser igual o incluso inferior que en el comercio tradicional por un producto de la misma calidad. 

A parte, nos tendríamos que preguntar cómo puede ser que determinados productos o alimentos en el supermercado sean tan baratos. ¿Estamos pagando su precio real? ¿Cuál es su calidad? ¿En qué condiciones han sido elaborados? ¿Cuántos kilómetros han recorrido del campo a la mesa? A menudo, un precio muy bajo esconde una serie de costes invisibles: condiciones laborales precarias en origen y destino, mala calidad del producto, impacto medioambiental, etc. Se trata de una serie de gastos ocultos que acabamos socializando entre todos, porqué si la comida recorre largas distancias y agudiza el cambio climático, con la emisión de gases de efecto invernadero, ¿esto quién lo paga? Si comemos alimentos de baja calidad que tienen un impacto negativo en nuestra salud, ¿quién lo costea? En definitiva, como dice el refrán: Pan para hoy y hambre para mañana. 

Y no solo eso, ¿cuándo entramos en el 'súper', qué compramos? Se calcula que entre un 25% y un 55% de la compra en el supermercado es compulsiva, fruto de estímulos externos que nos instan a comprar al margen de cualquier raciocinio. ¿Cuantas veces hemos ido al supermercado a comprar cuatro cosas y hemos salido con el carrito a reventar? El supermercado es una máquina de vender, no nos quepa la menor duda, uno de los espacios más estudiados de nuestra vida cotidiana, para que nuestra compra nunca quede al azar. 

Otra afirmación mil veces repetida es la que dice que "la agricultura ecológica es solo para ricos", o si quien habla busca el insulto, algo frecuente entre el sector "antiecológico", nos dirá que "la agricultura ecológica es solo para pijos". Ya sea en un caso como en otro, quienes afirman dichas palabras, les bien aseguro, que nunca han puesto un pie en un grupo o cooperativa de consumo agroecológico porque sus miembros, en general, pueden ser calificados con mucho adjetivos, pero de "ricos" y "pijos" tienen más bien poco. Se trata de personas que apuestan por otro modelo de agricultura y alimentación, a partir de informarse, tomar conciencia, buscar datos contrastados sobre los impactos de aquello que comemos en nuestra salud, en el medio ambiente, entre el campesinado. En esta vida nos "instruyen" para pensar que "gastamos" dinero en comida, pero ¿se trata de "gastar" o "invertir"? La educación es clave. De aquí, que sea fundamental hacer llegar los principios, y las verdades, de la agricultura ecológica al conjunto de la población. Comer bien, y tener derecho a comer bien, es cosa de todos. 

Una "agricultura ecológica" al servicio del capital 

"La agricultura ecológica no tiene fines sociales y agudiza la huella de carbono", dicen sus detractores. Aquí la pregunta clave es, ¿de qué agricultura ecológica estamos hablando? Como decíamos en el artículo anterior, una de las amenazas a la agricultura ecológica es precisamente su cooptación, la asimilación de su práctica por parte de la industria agroalimentaria. Y es que cada vez son más las grandes empresas del agribusiness y los supermercados que apuestan por este modelo de agricultura libre de pesticidas y aditivos químicos de síntesis, pero vaciándola de cualquier atisbo de cambio social. Su objetivo es claro: neutralizar la propuesta. Se trata de una "agricultura ecológica" al servicio del capital, con alimentos kilométricos, escasos derechos laborales en la producción y la comercialización. Ésta no es la alternativa de quienes apostamos por un cambio en el modelo agroalimentario. La agricultura ecológica, a mi entender, solo tiene sentido desde una perspectiva social, local y campesina, como han defendido siempre la mayoría de sus impulsores. 

Por otro lado, me sorprende que los detractores de la agricultura ecológica se preocupen tanto por la huella de carbono y el impacto de los gases de efecto invernadero en el medio ambiente, cuando su apuesta por una agricultura industrial es precisamente una de las principales responsables de los mismos. Según el informe Alimentos y cambio climático: el eslabón olvidado de GRAIN, entre el 44% y el 55% de los gases de efecto invernadero son provocados justamente por el conjunto del sistema agroalimentario global, como consecuencia de sumar las emisiones provocadas por el cambio en el uso del suelo y la deforestación; la producción agrícola; el procesamiento, el transporte y el empaquetado de los alimentos; y los desperdicios generados. Si a los críticos de la agroecología tanto les inquieta el cambio climático, les sugeriría que apostaran por una agricultura ecológica, local y campesina. 

¿Quién impone qué? 

"Nos imponen la agricultura ecológica. Yo quiero comer transgénicos, y no me dejan", dicen algunos, aunque parezca una broma. Sin embargo, ¿quién impone qué? La agricultura industrial sí fue resultado de una imposición, la de la Revolución Verde, promovida desde los años 40, y en décadas posteriores, por gobiernos como el de Estados Unidos y fundaciones como la fundación Ford y Rockefeller, y que implicó la progresiva sustitución de un modelo de agricultura tradicional, donde los campesinos tenían la capacidad de decidir sobre qué y cómo conreaban, a una agricultura industrial "adicta" al petroleo y a los fitosanitarios, que llevó a la privatización de los bienes comunes, y en particular de las semillas. Muchos campesinos no tuvieron elección. Hoy, vemos las consecuencias de este modelo agrario: hambre, descampesinización, patentes sobre las semillas, acaparamiento de tierras, etc. 

Aunque la principal imposición agraria ha sido sin lugar a dudas la del cultivo transgénico, y la imposible coexistencia entre agricultura trasgénica y agricultura convencional y ecológica es el mejor ejemplo. Los cultivos transgénicos a través del aire y la polinización contaminan a otros, así funciona lo que podríamos llamar "la dictadura transgénica". En Aragón y Catalunya, las zonas donde más se cultiva transgénico, en concreto la variedad de maíz MON 810 de Monsanto, la producción de maíz ecológico prácticamente ha desaparecido debido a los múltiples casos de contaminaciones sufridas. Las evidencias son irrefutables, y quien diga la contrario miente. 

La enumeración de frases con el único propósito de desautorizar la agricultura ecológica podría continuar. Son tantas las falsedades vertidas que este artículo podría tener tres, cuatro y hasta cinco partes, pero lo dejo aquí. Espero que las informaciones y los datos aportados puedan ser de utilidad a aquellos que frente a verdades únicas se preguntan y cuestionan la realidad que nos imponen. 

Fuente:

Rebelión

La primera parte AQUÍ.

¿Quién tiene miedo de la agricultura ecológica? (I)

La agricultura ecológica pone muy nerviosos a algunos. Así lo constatan, en los últimos tiempos, la multiplicación de artículos, entrevistas, libros que tiene por único objetivo desprestigiar su trabajo, desinformar acerca de su práctica y desacreditar sus principios. Se trata de discursos plagados de falsedades que, vestidos de una supuesta independencia científica para legitimarse, nos cuentan las "maldades" de un modelo de agricultura y alimentación que suma progresivamente más apoyos. Sin embargo, ¿por qué tanto esfuerzo en desautorizar dicha práctica? ¿Quién tiene miedo de la agricultura ecológica?
Cuando una alternativa cuaja socialmente dos son las estrategias para neutralizarla: la cooptación y la estigmatización. La agricultura ecológica es torpedeada por ambas. Por un lado, cada vez son más las grandes empresas y los supermercados que producen y comercializan estos productos para dar cobertura a un floreciente nicho de mercado y "limpiarse" la imagen, a pesar de que sus prácticas no tienen nada que ver con lo que defiende este modelo. Su objetivo: cooptar, comprar, subsumir e integrar esta alternativa en el modelo agroindustrial dominante, vaciándola de contenido real. Por otro lado, la estrategia del "miedo": estigmatizar, mentir y desinformar acerca de la misma, confundir a la opinión pública, para así desautorizar este modelo alternativo.

Y, ¿si alzas la voz en su defensa? Insultos y descalificaciones. Si un científico se posiciona en contra de la agricultura industrial y transgénica, es tachado de "ideológico". Como si defender este tipo de agricultura no respondiera a una determinada ideología, la de aquellos que se sitúan en la órbita de las multinacionales agroalimentarias y biotecnológicas, y que a menudo cobran de las mismas. Si un "no científico" la crítica, entonces, su problema es que no sabe, que es un ignorante. Según estos parece que solo los científicos, y en particular aquellos que defienden sus mismos postulados, pueden tener una posición válida al respeto. Una actitud muy respetuosa con la diferencia. Otra práctica habitual es calificar a quien crítica de "magufo", sinónimo despectivo, según la jerga de esta "elite científica", de anticientífico. Se ve que defender una ciencia al servicio de lo público y lo colectivo implica estar en contra de la misma. Una argumentación de locos.

Veamos, a continuación, alguna de las afirmaciones más repetidos para descalificar y desinformar sobre la agricultura ecológica, y que ampliaremos en siguientes artículos. Porque hay quienes creen que repetir mentiras sirve para construir una "verdad". Ante la calumnia, datos e información.

El peligro de los agrotóxicos

"La agricultura ecológica no es más sana ni mejor para el medio ambiente", dicen. Nos quieren hacer creer que una agricultura industrial, intensiva, que usa sistemáticamente productos químicos de síntesis en su producción, es igual a una agricultura ecológica que prescinde de los mismos. Increíble. Si las prácticas agroecológicas emergen es precisamente como respuesta a un modelo de agricultura que contamina la tierra y nuestros cuerpos.

Desde hace años, la retirada y prohibición de fitosanitarios, agrotóxicos, utilizados en la agricultura convencional ha sido una constante, después de demostrarse su impacto negativo en la salud del campesinado y los consumidores y en el medio ambiente. Quizá el caso más conocido sea el del DDT, un insecticida utilizado para el control de plagas desde los años 40 y que debido a su alta toxicidad ambiental y humana y escasa o nula biodegradabilidad fue prohibido en muchos países. En el año 1972, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos vetó su uso al considerarlo un "cancerígeno potencial para las personas". Otras agencias internacionales como el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer, entre otras, han denunciado también dichos efectos. Aún así, quienes mantienen la afirmación inicial -aquí rebatida- se muestran todavía, y aunque pueda sorprender, partidarios del DDT, y lo siguen defendiendo, a pesar de todas las evidencias.

Sin embargo, el DDT no es un caso aislado. Cada año, productos químicos de síntesis utilizados en la agricultura industrial son retirados del mercado por la Comisión Europea. Sin ir más lejos, en el 2012 el Tribunal de Gran Instancia de Lyon concluyó que la intoxicación del campesino Paul François y las consiguientes secuelas en su salud fueron debidas al uso y manipulación del herbicida Lasso de Monsanto, que no informaba ni de la correcta utilización del producto ni de sus riesgos sanitarios. La misma Organización de las Naciones Unides sobre Agricultura y Alimentación (FAO) sentenciaba en el artículo Control of water pollution from agriculture, en el año 1996, que el uso de pesticidas en la agricultura tenía efectos negativos en varios niveles: 1) En los sistemas acuáticos, ya que su alta toxicidad y la persistencia de químicos degradaba las aguas. 2) En la salud humana, pues la inhalación, la ingestión y el contacto con la piel de dichos productos químicos incidía en el número de casos de cáncer, deformidades congénitas, deficiencias en el sistema inmunitario, mortalidad pulmonar. 3) En el medio ambiente, con la muerte de organismos, generación de cánceres, tumores y lesiones en animales, a través de la inhibición reproductiva, y la disrupción endocrina, entre otros. ¿Qué fitosanitarios serán prohibidos mañana? Imposible saberlo. ¿Hasta cuando permitiremos seguir siendo cobayas?

El artículo completo en REBELIÓN

La segunda parte AQUÍ.
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