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3 de enero de 2020

Hallan el tóxico herbicida de Monsanto en Cheerios y otros alimentos comercializados para niños


Una ONG encontró la presencia de glisofato, el principio activo de Roundup, en cereales y otros populares productos de desayuno.
 

Una serie de pruebas llevadas a cabo por la organización no gubernamental estadounidense Environmental Working Group (EWG) ha revelado la presencia de un polémico herbicida patentado por Monsanto en 21 productos alimenticios elaborados con cereales, almendra y maní. La ONG alerta sobre el hallazgo en ellos de "alarmantes niveles de glifosato", un compuesto tóxico y posiblemente cancerígeno.

Gran parte de estos alimentos se comercializan como cereales para el desayuno infantil o 'snacks' saludables. La lista está encabezada por los cereales Honey Nut Cheerios Medley Crunch, un producto a base de avena muy popular en Estados Unidos, que contiene 833 ppb (partes por cada mil millones) de glifosato. Los expertos estiman que para que una concentración de este químico no sea dañina debería ser inferior a 160 ppb.

Bayer afronta una nueva ola de demandas por el polémico herbicida Roundup, heredado de Monsanto

La multinacional Bayer, que absorbió al fabricante de agroquímicos en 2018 y continúa produciendo su polémico agente Roundup —que tiene el glifosato como principal componente— está en desacuerdo con el alarmismo de la ONG.

"Los niveles de glifosato en este informe están muy por debajo de los estrictos límites establecidos por la Agencia de Protección Ambiental [de EE.UU.] para proteger la salud humana", comentó un portavoz de Bayer en declaraciones a RT. "Incluso con el nivel más alto reportado —agregó— un adulto tendría que comer 158 libras [cerca de 72 kilos] de alimentos a base de avena todos los días durante el resto de su vida" para alcanzar los límites estipulados por el organismo.

Sin embargo, EWG advierte de que el peligro acecha específicamente a los niños. Uno de los productores analizados, General Mills, ha rechazado hasta ahora la creciente llamada de los consumidores a que la compañía retire el glifosato de los alimentos que comercializa dirigidos a menores, destaca el comunicado.

La ONG señala asimismo que el uso del químico herbicida se ha extendido y ahora no solo elimina la mala hierba, sino también "mata al cultivo, secándolo para poder cosecharlo antes". Más de 236.000 personas han firmado su petición dirigida a General Mills, Quaker y otras compañías alimentarias para que no usen avena que haya sido fumigada con Roundup.

Fuentes: RT Actualidad y CNN en español

12 de octubre de 2018

Hungría quema todos los cultivos transgénicos de Monsanto


En Hungría está prohibido el ingreso y comercialización de semillas OMG (Organismos Modificados Genéticamente) de Monsanto y es responsabilidad de los propios comerciantes vigilar que sus semillas no estén contaminadas. Por ello cuando se encuentran plantas contagiadas se debe destruir todo el campo.

Los agricultores húngaros, al notar que semillas transgénicas fueron mezcladas con las normales sin su consentimiento, decidieron quemar mas de mil hectáreas de plantas de maíz de semillas transgénicas Monsanto.

Por suerte, con esta acción se evitó la contaminación otros cultivos. Al menos, así lo declaró el secretario de estado adjunto del Ministerio del Desarrollo Rural, Bognar Lajos.

En el 2013, grandes cultivos de maíz transgénico fueron también destruidos, según Global Research.

Ya es conocida, en el mundo de la agricultura, la estrategia que tiene la corporación Monsanto, de contaminar sus semillas modificadas con las normales, y así cobrar las patentes correspondientes. Por ello se ha prohibido la entrada de la semilla en varios sectores, ya que además con la polinización contaminan a otros campos.

A gran escala, la proliferación de la semilla transgénica es un golpe mortal para la agricultura libre que se ha decidido proteger en paises como Hungría. Eso, al menos por soberanía, debería ser respetado por la corporación.

Fuente: Diario Ecología

6 de octubre de 2018

Glifosato en Perú: Alerta en los cultivos


Un tribunal de los EE.UU. acaba de concluir que el glifosato le provocó cáncer a un jardinero que lo usó por cuatro años. Se trata del herbicida más usado en el Perú, en cultivos como el cacao, el café y el arroz. La Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) ha decidido iniciar una investigación sobre sus efectos en la salud de los peruanos, que podría llevar a que se prohíba su importación al país.

El hombre se llama Dewayne Johnson, tiene 46 años y entre el 2012 y el 2015 fue jardinero en una escuela de la bahía de San Francisco. Durante ese tiempo, con el fin de acabar con las malas hierbas, roció hasta 150 galones de Roundup, el herbicida más vendido del mundo, producido por la polémica compañía Monsanto. A pesar de que trataba de cubrirse bien el rostro y el cuerpo, algunos días era inevitable que el líquido le cayera encima. Un día le salió una erupción y luego unas extrañas manchas en el cuerpo. El diagnóstico fue devastador: tenía linfoma no Hodgkin, un cáncer del sistema linfático. Incurable.

La semana pasada, Johnson se convirtió en la primera persona en lograr que un tribunal –en este caso, la Corte Superior de California– sentenciera que el glifosato, el principal agente químico de Roundup, provocó esta enfermedad en un ser humano, algo que médicos y científicos de todo el mundo venían advirtiendo que podía ocurrir desde hacía años.

El tribunal condenó a Monsanto a pagarle US$ 289 millones como compensación por daños. Johnson no tendrá mucho tiempo para disponer de esta suma. Es un enfermo terminal y sus médicos no creen que llegue al 2021.

La historia de este jardinero que vive en el otro lado del continente no pasaría de ser en el Perú una triste noticia de interés humano, salvo por el hecho de que el glifosato es el herbicida más vendido y usado en la agricultura peruana.

La historia completa en: La República (Perú)

16 de agosto de 2018

Las marcas de cereales en las que se ha hallado pesticida considerado cancerígeno

Decenas de marcas conocidas de cereales contienen un tipo de pesticida que está considerado cancerígeno, denunció el Grupo de Trabajo Ambiental (EGW, por sus siglas en inglés) en un reciente estudio.

Esta organización ecologista analizó 45 productos hechos de avena y determinó que todos menos dos tenían rastros de glifosato, un herbicida que puede causar cáncer en animales y "probablemente" en humanos, de acuerdo a la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer.

De esos, 31 tenían niveles por encima de lo que los científicos de EWG consideran seguros para los menores, que es de 0,01 miligramos por día.

Entre los productos que tenían rastros de glifosato se encuentran las marcas Cheerios, Quaker Old Fashioned Oats, Quaker Dinosaur Egg Instant Oats y Back to Nature Classic Granola, informó el canal de televisión CBS News, en base a los resultados del informe.

En un comunicado, el presidente de EWG, Ken Cook, lamentó el hallazgo: "Crecí comiendo Cheerios y Quaker Oats mucho antes de que estuvieran contaminados con glifosato. Nadie quiere comer un herbicida para el desayuno, y nadie debería tener que hacerlo", señaló.
El cuestionado glifosato

El 10 de agosto, un jurado de California condenó a la multinacional Monsanto a indemnizar con 289 millones de dólares a un hombre que aseguraba que el cáncer terminal que padecía se debe a su exposición a un producto con glifosato.

Monsanto ha defendido el producto y ha afirmado que el glifosato "es seguro para el uso humano".

Tras el fallo, uno de los vicepresidentes de Monsanto, Scott Partridge, anunció que apelarán la decisión judicial y dijo que "más de 800 estudios y revisiones -y conclusiones de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU., el Instituto Nacional de Salud de EE.UU. y autoridades regulatorias en todo el mundo- apoyan el hecho de que el glifosato no causa cáncer".

El glifosato ha generado una gran controversia en todo el mundo por los presuntos efectos perjudiciales tanto para la salud de las personas como para las tierras rociadas con productos que lo contienen.

Para leer el estudio original del Grupo de Trabajo Ambiental, CLIC AQUÍ.

6 de noviembre de 2017

Silvia Ribeiro: estamos frente a una reforma agraria al revés

La investigadora Silvia Ribeiro, una de las mayores investigadoras latinoamericanas, sostiene que Argentina y Brasil tienen el 21 por ciento del consumo de agrotóxicos.

Seis multinacionales gigantes se reparten el mercado de semillas.

La amenaza que implica la fusión de las grandes empresas (como Bayer-Monsanto), el rol de la ciencia al servicio de las compañías, el peligro de los nuevos transgénicos y la necesidad de más agricultura campesina-indígena. Algunos de los temas que trabaja desde hace treinta años Silvia Ribeiro, una de las mayores investigadoras latinoamericanas sobre el agronegocio. Y una definición de los países de la región: “Han perdido soberanía por su dependencia extrema a un puñado de empresas biotecnológicas”.

Investigadora del Grupo ETC (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración), Ribeiro fue una de las disertantes en el Encuentro Intercontinental Madre Tierra, una sola salud, organizado en Rosario por la materia Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas. 

–¿Cómo evalúa la situación del agro en la región?
–América latina está dividida en dos en la situación agrícola. Está la república unida de la soja (Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil) y el resto. Hay que recordar que luego de 20 años de transgénicos, sólo diez países tienen el 90 por ciento de la producción. Quiere decir que los transgénicos nunca llegaron a ser el fenómeno omnipresente que nos quieren hacer creer.

–¿Cuáles son las características de estos países dominados por el modelo transgénico?
–La estructura agrícola ha sufrido un proceso de concentración corporativa y de reforma agraria al revés, concentró la tierra en menos manos. A eso hay que sumarle las enfermedades provocadas por los agrotóxicos. Un dato elocuente es que Argentina y Brasil tienen el 21 por ciento del consumo global de agrotóxicos. Si Monsanto-Bayer quieren poner condiciones inaceptables, las va a poder poner por el nivel de vulnerabilidad altísimo del país al depender de esas compañías. Han perdido soberanía por su dependencia extrema a un puñado de empresas biotecnológicas. El resto de América Latina se parece más a la media mundial. La mayor parte de alimentos la siguen produciendo los pequeños agricultores urbanos, campesinos, la pesca artesanal. El 70 por ciento del mundo se alimenta mediante la agricultura familiar y hay que profundizar ese camino.

–¿Cómo es el proceso de “megafusiones” de las empresas transgénicas?    
–Una referencia es que hace veinte años Monsanto no tenía semillas y hoy es la más grande del mundo. Hace treinta años había más de 7000 empresas de semillas. Y ahora Monsanto tiene el 25 por ciento del mercado de todo tipo de semillas. Lo que ha pasado es que en 20 años se han dado más de 200 fusiones. Que terminan en lo que llamamos las seis gigantes genéticos. Son Monsanto, Syngenta, Dupont, Dow, Basf y Bayer. Estas empresas dominan el mercado mundial de semillas. Y todas son productoras de venenos. Primero concentran el mercado y luego comienzan las megafusiones. Monsanto-Bayer, Syngenta-ChenChina, Dow-Dupont controlan más del 60 por ciento del mercado total de semillas (no solo transgénicas) y el 71 por ciento del mercado de agrotóxicos. Cifras descabelladas. Ninguna oficina antimonopolio debiera aprobar esas fusiones.

–¿Cuál es el riesgo?
–Controlan precio, innovación e impacta en las políticas agrícolas. Países que están con un alto grado de agricultura industrial, como Argentina, pasan a estar en situación de vulnerabilidad. Incluso en términos de soberanía. Estas empresas tienen un poder de negociación que es mucho más que de negociación, es de imposición sobre un país, incluso con leyes a medida.

–Empresas y medios están con una campaña sobre los “nuevos transgénicos”. Ustedes remarcan críticas.
–Le llaman edición genómica. Cuenta con una gran maniobra de propaganda para no pasar por ninguna ley de bioseguridad.

El atículo completo en:

Página 12

24 de octubre de 2013

Rachel Parents: "Tenemos derecho a saber si lo que comemos es transgénico"



Rachel Parents: la niña de 14 años que hace temblar a Monsanto.

Una niña de 14 años debate con un reputado hombre de negocios y presentador de televisión canadiense en una batalla dialéctica sobre los organismos genéticamente modificados (OGM) de Monsanto. 

En una edición del programa de televisión canadiense 'The Lang and O'Lary Exchange', presentado por el propio O'Lary, Rachel Parent, una niña de 14 años, expuso con vehemencia las razones por las que se opone a la producción de OGM .

Rachel, cuyo interés por las consecuencias de los alimentos genéticamente modificados comenzó cuando tuvo que hacer una presentación para su clase sobre el tema hace dos años, dirige ahora su propia campaña juvenil anti Monsanto.

Durante la entrevista, la menor denunció la falta de pruebas consistentes de que los alimentos genéticamente modificados no produzcan efectos nocivos para la salud, pues, según revela, el test más largo que Monsanto ha realizado a sus productos ha durado 90 días, lo cual impide saber cómo sus OGM afectan a largo plazo a la población o al medioambiente.
"Si van a manipular nuestros alimentos deberíamos saberlo y nosotros somos quienes quizá tengamos que vivir con las consecuencias, así que, ¿no deberíamos estar informados? "
"Creo que se trata de nuestro futuro. Si van a manipular nuestros alimentos deberíamos saberlo y nosotros somos quienes quizá tengamos que vivir con las consecuencias, así que, ¿no deberíamos estar informados?", argumentó la menor.  

Asimismo, etiquetar los productos que procedan de alimentos transgénicos es esencial "para que los consumidores puedan tener una opinión formada" de lo que ingieren, subraya Rachel, con objeto de ejercer su derecho a decidir qué comen y qué no. 

La joven recordó además la falta de opciones que, respecto a este tema, existe en EE.UU. y Canadá, donde los alimentos genéticamente modificados no están etiquetados. 

Tras ser acusada por O'Lary de que su defensa del movimiento anti Monsanto supone ir contra la ciencia, Rachel respondió que lejos de oponerse a ella, con su labor aboga por "una ciencia responsable y un progreso ético"

Rachel Parent debates GMO's (vs) Kevin O'Leary on CBC's Lang & O'leary  Exchange




Si quieres saber más de ella visita: 
http://www.kidsrighttoknow.com/
@RachelsNews

Tomado de:

La Mula 

Lea también:

Documental completo: Nuestro Veneno Cotidiano

Desde el 2004: Los Transgénicos en el Perú

El regalo de Monsanto a Haití:  Una Historia de Violencia

Entrevista a Marie-Monique Robin, autora del best seller "El mundo según Monsanto"

 

10 de enero de 2013

Glifosato: el agroquímico es menos tóxico que el Raid

Según el Ingeniero Agrónomo Maximiliano Carrillo, hay mucho mito alrededor del tema. El médico Lisandro Carnielli aclaró que hay algunos estudios científicos sobre su toxicidad pero están mal planteados y además han sido exagerados y mal interpretados por los medios.
El glifosato es un herbicida que sirve para matar malezas. Se lo utiliza generalmente en plantaciones de soja porque existe una semilla de soja modificada capaz de resistirlo sin problemas. En los últimos años, ha habido mucha polémica al respecto del uso de este químico porque muchos afirmaban que estaría provocando enfermedades degenerativas.

“Es necesario matar las malezas en un cultivo porque compiten con la planta, y le quitan agua y nutrientes”, destacó Carrillo, y agregó: “Además, si una cosecha de un grano está mezclada con semillas de otros, tiene mucho menos valor en el mercado y todos terminan perdiendo”. Esto es algo que de una manera u otra se ha hecho siempre, desde arrancando las malezas con las manos hasta utilizando todo tipo de productos sintéticos u orgánicos, algunos de los cuales se han prohibido en todo el mundo por demostrarse altamente peligrosos.




Al respecto de la función del glifosato, el Doctor Carnielli explicó que: “Es un químico que anula el funcionamiento de una enzima responsable de sintetizar aminoácidos importantes para la vida (fenilalanina, tirosina y triptófano). Si las plantas son rociadas con esto, al poco tiempo se mueren, pero las personas no porque nuestro cuerpo no fabrica esos aminoácidos sino que los ingiere con la dieta”.

Según Carnielli, uno de los estudios realizado por el Laboratorio de Embriología Molecular del CONICET-UBA, concluye que provoca trastornos intestinales y cardíacos, malformaciones y alteraciones neuronales. Pero el estudio no fue hecho sobre personas ni siguiendo los reglamentos de aplicación del glifosato, sino que sumergieron  embriones de anfibios en este químico, con los terribles resultados. El tema es que los embriones son muy delicados y si se los sumerge en casi cualquier sustancia, desde una bebida cola hasta líquido limpiavidrios, va a sufrir malformaciones.

“Los agroquímicos en general pueden ser peligrosos si se ingieren, o si llegan a flujos de agua dulce, por eso en la provincia de Santa Fe, Argentina, la Ley 11.273 reglamenta a qué distancia mínima de instalaciones urbanas se pueden rociar diferentes químicos según su categoría. El glifosato se encuentra en la clasificación de más baja toxicidad y no se puede rociar a menos de 500 metros”, dijo Carrillo. Y agregó que, además, este químico es absorbido por las hojas de las plantas y el resto se descompone con la luz solar sin dejar residuos tóxicos, por lo que es extremadamente difícil que algo llegue a las napas. Y aun en caso de hacerlo, no se han registrado flujos de agua contaminada, ni enfermedades causadas por su ingesta en la última década.

El ingeniero siguió explicando: “El escándalo alrededor de este químico que se viene dando desde hace un par de años podría ser una mezcla entre desconocimiento científico y repudio a cualquier cosa que provenga de Estados Unidos. El glifosato es un agroquímico, y quienes lo manipulan deben tomar las precauciones necesarias. El hecho de actuar negligentemente (no usar protección adecuada, dejar los recipientes goteando al alcance de niños o animales, etc) es un problema de los empleados o los empleadores, pero no de la sustancia. La gente se las agarra con Monsanto sin darse cuenta de que en la vida cotidiana utiliza muchas otras sustancias, como el Fuyi o el Raid (insecticidas en aerosol) que son mucho más peligrosos que los herbicidas”.

El modelo de negocio de las empresas semilleras es vender agroquímicos y a su vez, semillas resistentes a esos agroquímicos. La patente del glifosato de Monsanto finalizó en el año 2000, por lo que hoy en día muchas empresas venden este producto. Por otro lado, casi todas las empresas sacan semillas nuevas modificadas con diferentes genes, para tener diferentes características, y quienes cultivan tienen un amplio espectro de productos para elegir. Incluso utilizar semillas convencionales, aunque rindan muchísimo menos.

El agrónomo, si bien comentó todos estos puntos, también dejó en claro que es importante dejar algunas partes del campo con maleza y sin herbicidas para preservar la biodiversidad de flora y fauna. Mantener el equilibrio ecológico no es sólo una cuestión ideológica, sino también práctica si no queremos que el campo se transforme en un desierto en un futuro relativamente cercano.

Fuente:

Proyecto Sandía

Lea en los archivos de Conocer Ciencia:

Monsanto en el Perú

Qué cambiará realmente con la condena por el uso de agroquímicos en Argentina

Crisis alimentaria y climática

El Futuro de la agricultura y de la Alimentación nos incumbe a todos/as


20 de septiembre de 2012

Polémico maíz para combatir "supermalezas" en EE.UU.


Una compañía farmacéutica en Estados Unidos introducirá una polémica variedad de maíz genéticamente modificado para ayudar a los agricultores de ese país a combatir malezas resistentes. 

La empresa, Dow Agrosciences, dijo que utilizará una sustancia química que fue uno de los componentes del llamado Agente Naranja, el producto defoliante usado por el gobierno estadounidense durante la guerra de Vietnam.

La compañía asegura que el nuevo cultivo es necesario debido a las llamadas "supermalezas" que afectan actualmente a más de siete millones de hectáreas de cultivos en territorio estadounidense. Dow asegura que su producto es seguro y sostenible.
"Durante los últimos 15 años yo he venido diciendo que si continuábamos usando Roundup tendríamos un problema. Ahora tenemos un problema"
Para Jeremy Leech, un agricultor que cultiva maíz y soya cerca de Humboldt, Nebraska, las malezas resistentes son una constante amenaza a su granja y su familia.

El año pasado Leech gastó unos US$7.500 en productos químicos para defender sus cultivos.

Pero los herbicidas no lograron eliminar a las gigantes ambrosías (Ambrosia spp.), un tipo de arbusto. Y lo que es peor aún, estas plantas producen enormes cantidades de polen, por lo que agravan el asma de su hija de ocho años.

"Cuando las ambrosías liberan polen, mi hija tiene dificultades para respirar. En una granja a los niños les gusta jugar al aire libre todo el tiempo y cuando los niveles de polen son muy altos ella se ahoga", dijo Leech.

Revolución agrícola

Jeremy Leech en su granja en Nebraska

Las malezas también agravan el asma de la hija de Jeremy Leech, un agricultor de Nebraska.

Miles de agricultores en Estados Unidos enfrentan ahora problemas similares con malezas resistentes a poderosos herbicidas. Los científicos señalan que esto se debe al éxito de los cultivos genéticamente modificados que fueron introducidos a mediados de la década de los 90.

La compañía Monsanto se transformó en líder mundial en este campo gracias a la venta de los llamados maíz y soya Roundup-ready. Estos cultivos fueron genéticamente modificados (GM) para no ser afectados por el herbicida glifosato, un producto químico vendido por Monsanto con el nombre Roundup.

Los agricultores sólo necesitaban fumigar una vez sus campos con Roundup para matar todas las malezas y dejar sus cultivos intactos. Los productores rurales rápidamente adoptaron la nueva tecnología porque les permitía reducir costos en forma significativa.

"Roundup era el producto que se suponía iba a lograr maravillas", dijo Van Leech, el padre de Jeremy.

Y lo hizo durante los primeros años. Todo el mundo podía obtener cosechas limpias de malezas. "Pero en los últimos años las tierras se ven así", dijo Van Leech, apuntando a un campo con malezas tan altas que cubren totalmente los cultivos.

Cosecha de maíz en la granja de Jeremy Leech

Cosecha de maíz en la finca de Leech. El agricultor enfrenta una dura batalla contra las supermalezas.

Para ver cuán serio puede ser el problema de las malezas, viajé a una parcela experimental cultivada cerca de David City por el profesor Stevan Knezevic de la Universidad de Nebraska.

En uno de los campos de maíz nos vimos rodeados de plantas altas y erguidas. Pero no se veía ninguna mazorca. Los tallos que nos rodeaban eran de ambrosías gigantes, una de las doce malezas que han adquirido resistencia a Roundup.

Estas "malezas monstruo" se han vuelto tan poderosas que sobreviven incluso a fumigaciones con 24 veces la dosis recomendada de Roundaup.

Las malezas roban la luz y la vida a los cultivos. Sólo una maleza resistente por 10 metros cuadrados puede reducir el rendimiento de los cultivos en un 50%.

"Durante los últimos 15 años yo he venido diciendo que si continuábamos usando Roundup tendríamos un problema. Ahora tenemos un problema", dijo el profesor Knezevic.

"La razón por la que enfrentamos esta situación ahora es que no administramos bien la tecnología".

Mapa de malezas resistentes a glifosato en EE.UU.

 

Fumigaciones combinadas

Reconociendo la escala del problema, la industria de la biotecnología cree que la solución está en nuevos cultivos GM más efectivos.

Ambrosías

Ambrosías en un campo experimental del profesor Knezevic. Las malezas roban luz y vida al maíz.

Dow Agrosciences busca ahora aprobación de las autoridades estadounidenses para un sistema de control de malezas llamado Enlist.

En lugar de un cultivo resistente a un herbicida, la idea es modificar genéticamente cultivos para que sean resistentes a dos.

Dow dice que se trata de una solución más efectiva porque permite a los agricultores combinar sus fumigaciones en un sistema más sostenible.

Pero lo que está generando controversia es que estos cultivos han sido modificados para ser resistentes a una sustancia química denominada 2,4-D. Este potente herbicida fue desarrollado por investigadores británicos durante la Segunda Guerra Mundial y fue un componente del Agente Naranja, el defoliante utilizado extensamente por el ejército de Estados Unidos durante la guerra de Vietnam.

2,4-D es actualmente usado como un herbicida en la agricultura, pero en cantidades y ocasiones limitadas debido a que es altamente tóxico. Los nuevos cultivos GM ampliaran las opciones de los agricultores para recurrir al 2,4-D.

Si bien fue uno de los ingredientes del Agente Naranja, el 2,4-D no fue vinculado causalmente a los efectos devastadores en la salud sufridos por muchos vietnamitas expuestos al desfoliante.

El profesor Dallas Peterson de la Universidad de Kansas, quien ha cooperado con Dow en los últimos años, dice que el 2,4-D funciona bien en combinaciones con otros productos.

"Es un viejo herbicida, uno de los herbicidas sintéticos más antiguos. Lo hemos usado durante más de 50 años en muchas situaciones diferentes y no hemos tenido hasta el momento muchos casos de resistencia", dijo Peterson.

Vuelta al futuro

La agencia de protección ambiental de Estados Unidos, Environmental Protection Agency, dice que el uso de 2,4-D es seguro en la agricultura. Se espera que en breve el Departamento de Agricultura conceda la aprobación final para plantar el nuevo maíz GM en la primavera entrante.
"El nuevo cultivo ciertamente ayudará con el problema de las malezas resistentes. Pero no es la solución mágica y si utilizamos esta tecnología en forma demasiado extensa, eventualmente tendremos resistencia"
Dallas Peterson, Universidad de Kansas

Pero algunos científicos expresaron preocupación de que si no se enseña a usar el nuevo producto GM en forma apropiada, los problemas de resistencia aparecerán tarde o temprano.

El nuevo cultivo "ciertamente ayudará con el problema de las malezas resistentes. Es una nueva forma de acción", señaló el profesor Peterson.

"Pero no es la solución mágica y si utilizamos esta tecnología en forma demasiado extensa, eventualmente tendremos resistencia".

En su granja del suroeste de Nebraska, Jeremy Leech está limpiando cuidadosamente su cosechadora para asegurar que no está transportando semillas de malezas resistentes de un campo a otro. Leech es escéptico de que sólo un nuevo cultivo GM sea la solución a sus problemas.

"Para mí, es una solución a corto plazo. Creo que el 2,4-D funcionará bien, pero lo que temo es qué sucederá en cuatro o cinco años si seguimos utilizando este producto. Creo que tendremos los mismos problemas que tenemos ahora con Roundup", dijo Leech.

Lo que está emergiendo de Dow y otras compañías de biotecnología en este campo es la creciente aceptación de que un mayor entrenamiento de los agricultores y un enfoque más amplio del manejo de malezas son aspectos cruciales para el éxito de sus productos.

"Si cultivamos maíz Roundup-ready y lo rotamos con soya Roundup-ready la biodiversidad sufre", dijo el profesor Knezevic.

"Estamos hablando sólo de dos cultivos y del mismo producto químico. Necesitamos más biodiversidad si el enfoque biotecnológico espera tener éxito, algo similar a lo que hacen los agricultores orgánicos que rotan más sus cultivos".

Irónicamente, el futuro de los cultivos GM bien podría depender de reincorporar algunas de las prácticas más antiguas que la nueva tecnología amenazó con remplazar.

Fuente:


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19 de septiembre de 2012

Descubren un aumento de tumores en ratas alimentadas con maíz transgénico

Activistas de Greenpeace cortan maíz transgénico en Alemania. | Reuters
Activistas de Greenpeace cortan maíz transgénico en Alemania. | Reuters
Investigadores de la Universidad de Caen, en Francia, han descubierto que las ratas que fueron alimentadas durante toda su vida con maíz transgénico de Monsanto o se habían expuesto a su fertilizante más vendido, 'Roundup', sufrieron tumores y daños múltiples en sus órganos.

El estudio, cuyos resultados publica en su último número la revista 'Food and Chemical Toxicology', analizó a un grupo de ratas que fueron alimentadas con una dieta que contenía NK603, una variedad de semillas modificadas genéticamente para tolerar las dosis de 'Roundup', o habían consumido agua con niveles de este químico permitido en Estados Unidos, y observaron que habían muerto antes que las que siguieron una dieta normal.

Además, según aseguran, los animales que siguieron la dieta genéticamente modificada sufrieron tumores mamarios, así como daños severos en el hígado y los riñones.

Dudas sobre la seguridad de la comida trasngénica

Los investigadores dijeron que el 50% de los machos y el 70% de las hembras murieron de forma prematura, frente a sólo el 30% y el 20% en el grupo de control.

Gilles-Eric Seralini, autor del estudio, había formado parte en 2009 de un equipo que mostró sus dudas acerca de la seguridad de la comida transgénica basándose en un estudio en ratas de menor. No obstante, ahora se da un paso más al seguir a los animales durante todo su ciclo vital.

En aquel momento, Monsanto dijo que el estudio ofrecía "conclusiones no corroboradas", algo que ahora ha sido contestado por Seralini con un estudio "más realista y mejor documentado" sobre los riesgos de los cultivos modificados genéticamente.

Monsanto insiste en que sus productos son seguros y que no hay evidencias creíbles de un posible riesgo para la salud de humanos o animales derivados del consumo de cultivos transgénicos.

Fuente:

El Mundo Ciencia

12 de septiembre de 2012

Crisis alimentaria y climática: Comida que calienta

Dos de las mayores crisis planetarias que vivimos, la crisis alimentaria y la crisis climática, tienen como causa principal el sistema alimentario agroindustrial: desde la agricultura y pecuaria industrial a los supermercados forman una cadena que oprime a la gente y exprime al planeta, con Monsanto firmemente tirando de un extremo y Walmart del otro.

México es un triste ejemplo de ello (Ver Comer o no comer ¿quién decide? La Jornada, 25/8/12)

El papel de esta cadena en provocar el caos climático es fundamental, pero como esta realidad es muy diferente de lo que nos dice la propaganda empresarial, muchos se preguntan en qué se basan estas afirmaciones. Una referencia obligada es el documento de Grain Alimentos y cambio climático, el eslabón olvidado (www.grain.org), que da cuenta de las principales entre más de 350 fuentes de las que parten.

La mayoría de los estudios oficiales –desde el Informe Stern del Reino Unido al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y otras instituciones– ubican a la agricultura industrial –a gran escala, en monocultivo, con alto uso de insumos (fertilizantes, agrotóxicos, semillas híbridas o transgénicas)– como causante de 11 a 15 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), dándole el tercer o cuarto lugar entre los factores causantes del cambio climático.

Sin embargo, esto no refleja la totalidad del problema, porque el sistema alimentario agroindustrial está directamente relacionado a porcentajes importantes de otros grandes factores identificados como causantes del cambio climático (transportes, producción de energía, deforestación).

La deforestación y cambio de uso de suelo, a lo que se atribuye hasta 20 por ciento de la emisiones de GEI globales, se debe entre 70 y 90 por ciento a la expansión de la frontera agrícola, que invade sabanas, cerrados, bosques y humedales para instalar monocultivos industriales de commodities controladas por trasnacionales, como soya, caña de azúcar, palma aceitera, maíz industrial y canola. Por tanto, entre 15 y 18 por ciento de las emisiones adjudicadas a deforestación son en realidad parte del sistema agroindustrial.

Otro factor es la gran cantidad de transportes que exige ese sistema alimentario, desde el traslado de cosechas a depósitos centralizados, a centros de procesamiento, puntos de distribución, venta y además una enorme cantidad de desplazamientos internacionales de alimentos que en su mayoría son innecesarios, pero se hacen por el lucro que obtienen las corporaciones comprando barato en un país y vendiendo caro en otros, o vendiéndonos caro el lujo de comer cualquier producto fuera de temporada en cualquier parte del mundo. Grain calcula que 5-6 por ciento de los gases debidos a transportes se deben al sistema alimentario.

Otro 8-10 por ciento lo atribuyen, basados en numerosos datos, a la industria de procesamiento y empacado de alimentos, 1-2 por ciento a la energía para refrigeración y otro 1-2 por ciento a la venta en almacenes. Por tanto, el procesamiento, empacado y venta al menudeo de alimentos es responsable de entre 15 a 20 por ciento adicionales de emisiones de gases de efecto invernadero.

Esta forma de producción, distribución y consumo industrializado produce un desperdicio de comida gigantesco: desde los establecimientos agrícolas a los procesadores, distribuidores y comerciantes, se estima que ¡la mitad de la comida se desecha! Esto, muestra Grain, sería suficiente para alimentar seis veces a todos los hambrientos del mundo. La mayor parte de esa comida desperdiciada se descompone en basureros. Según informes oficiales, de 3 a 5 por ciento de las emisiones de gases proviene de grandes basureros urbanos. El 90 por ciento de esos gases se debe a descomposición de alimentos.

Resumiendo, el sistema alimentario agroindustrial es responsable de emisión de gases de efecto invernadero de entre 11-15 por ciento por agricultura industrial, 15-18 por ciento por deforestación, 15-20 por ciento por transportes, procesamiento, empacado, refrigeración y venta en supermercados y 3-4 por ciento por descomposición de alimentos que van a parar a los basureros. En suma es responsable por entre 44 y 57 por ciento de las emisiones que provocan el cambio climático. Otros estudios sobre las emisiones de la cría intensiva de animales –no desglosados en los datos anteriores– sitúan los porcentajes en la franja superior.

Además, la agricultura industrial usa (y contamina con agrotóxicos) 70 por ciento del agua potable global. De lo que queda, entre sólo cinco corporaciones del sistema alimentario global –Danone, Nestlé, Unilever, Anheuser-Bush y Coca Cola– consumen, privatizando de facto, suficiente agua para satisfacer los requerimientos domésticos diarios de agua de cada persona en el planeta.

Paradójicamente, esta cadena agroindustrial ni siquiera da de comer a la mayoría: el 70 por ciento de la población del mundo se alimenta gracias a lo producido por campesinos y agricultores familiares, indígenas, recolectores, pescadores artesanales, huertas urbanas. (Ver Quién nos alimentará?, Grupo ETC).

Las alternativas existen y están a la mano: salir de la cadena agroindustrial, apoyando y fortaleciendo la red alimentaria campesina, la producción culturalmente diversa y descentralizada, sin tóxicos, los mercados locales. Así además se pueden reconstituir los suelos, el mayor factor de absorción y retención de carbono del planeta.
[Fuente: La Jornada].

Tomado de:

ADITAL

2 de marzo de 2012

Anonymous publica base de datos de Monsanto en Internet

(cc) SierraTierra

Anonymous publicó una base de datos de la empresa de biotecnología y agricultura Monsanto, como parte de la operación AntiSec. La base de datos es antigua, de modo que el colectivo reconoció que no significará mucho daño para la empresa, pero de todos modos advirtieron que seguirán tomando acciones en contra de la empresa.

“Su continuo ataque al suministro de alimentación del mundo, como a la salud de quienes la consumen, ha hecho que se ganaran nuestra atención completa. Sus crímenes contra la humanidad son demasiados para nombrar en una página”, afirmó AntiSec.

Anonymous comenzó los ataques contra Monsanto en julio pasado, cuando se hizo caer al sitio de la empresa y se publicó información sobre 2.500 personas involucradas en la industria de la agricultura. Según Monsanto, el 10% de esa información correspondía a empleados de la compañía.

Monsanto produce semillas genéticamente modificadas, lo que junto a sus políticas de lobby y demandas a otras compañías de la industria le ha hecho ganarse enemistades a nivel mundial. AntiSec afirma que los ataques son para protestar contra las demandas de la empresa a productores de lácteos orgánicos, por poner en sus etiquetas que sus productos no contienen hormonas de crecimiento.

“Han dejado a más de 9.000 pequeños granjeros sin empleo usando su enorme equipo legal para enterrarlos con sus maliciosas demandas por patentes. Continuamente han introducido productos dañinos, incluso mortales a nuestro suministro de alimentos sin advertencia, sin cuidado, todo para ganar dinero”, afirmó AntiSec.

Fuente:

FayerWayer

22 de enero de 2012

Documental: "Nuestro Veneno Cotidiano"

Un nuevo documental de la autora de "El mundo según Monsanto" (Marie Monique Robin) sobre la incidencia de los pesticidas en el aumento de casos de cáncer [112 min.].




El documental Nuestro Veneno Cotidiano fue presentado oficialmente el 17 Enero 2011 en París a la prensa y luego presentado al público en general mediante la cadena fanco-alemana Arte el 15 de Marzo del 2011, simultáneamente en Francia, Alemania y Bélgica.

Tomado de:

Rebelión

24 de abril de 2011

Desde el 2004: Monsanto y sus transgénicos en el Perú


Relacionando la tradicional presentación de las damas en sociedad, el 12 de octubre de 2007 el reconocido diario El Comercio de Lima informaba que "Representantes de la transnacional de capitales estadounidenses Monsanto, líder mundial en la comercialización de productos transgénicos, se reunieron ayer con el mandatario Alan García en Palacio de Gobierno para informarle sobre los planes de la compañía de desarrollar un proyecto de semillas en el Perú." De seguro la presentación daba a conocer la dote que recibiría un posible consorte si aceptaba a la dama.


Ya desde 2004 se anticipaba la intención de Monsanto de ingresar a Perú, cuando Doris Sánchez, por entonces congresista, presentó la propuesta de 'ley de promoción de biotecnología moderna', que en realidad, camuflaba el ingreso institucionalizado de la transnacional y sus transgénicos. Así, desde la segunda mitad de 2004 hasta octubre de 2007, los seguidores de esta dama han recurrido a toda estrategia para lograr un consorte acorde con los intereses de la dama: desde la fallida ley, pasando por declaraciones amistosas, agresivas y sarcásticas, hasta invitaciones 100% pagadas a periodistas para visitar campos de cultivos OGM en Colombia y Estados Unidos. Y ha sido indudable, que tras más de tres años de intenso lobby, evidencien agotamiento de paciencia, pues, luego de la presentación formal de la dama en sociedad, transcurrieron 9 meses para anunciar un matrimonio nada menos que con el MINAG como consorte y el INIA como padrino.

Agotamiento de paciencia, o no, ciertamente las condiciones fueron inmejorables si recordamos que todo el ejecutivo tuvo facultades especiales para emitir las normas necesarias que permitieran un TLC con EEUU sin tropiezos. Con esta atribución servida en bandeja, en junio 2008, el Ministerio de Agricultura, con el INIA a la cabeza, informaron con orgullo que se hallaban elaborando el reglamento sectorial de bioseguridad y que su promulgación se realizaría en breve plazo.

Los argumentos de los padrinos de la dama Monsanto
El repentino apuro fue mencionado por El Comercio, y, la explicación provino del seguidor más pro-Monsanto del país "Para Alexander Grobman, experto en temas de biotecnología, esta empresa no podrá elaborar investigaciones de semillas transgénicas en nuestro país mientras no exista el marco legal para ello”.

El Comercio añade "Grobman consideró que una empresa como Monsanto, con unas espaldas financieras muy anchas, puede ubicarse en el país que lo considere apropiado. Ya está en Colombia, Brasil, Argentina, China, India, entre otros. Una compañía multinacional puede estar en todas partes y ahora ha elegido al Perú", terminó declarando Grobman, muy entusiasmado, para el diario de mayor tiraje en el Perú.

Lo que -verdaderamente- debiéramos entender entrelíneas es que, si Monsanto “puede estar en todas partes y ha elegido Perú para establecerse", serán sus seguidores quienes harán lo imposible para que se constituya el marco legal adecuado. Por tanto, tampoco debe llamar la atención que tras la paciente labor de convencimiento de funcionarios y congresistas, Alexander Grobman, conocido negociante de semillas, actualmente se desempeñe como asesor del Ministro de Agricultura, en una posición inmejorable para influir en la política agraria de un país, a favor de un matrimonio con la dama Monsanto.

La labor de convencimiento de Grobman ha sido tan efectiva, que el MINAG actúa como novio embelesado, negándose a escuchar los antecedentes de la novia MONSANTO y de los desastres que ha suscitado en otros países.

Padrinos menos estratégicamente ubicados tienen a su cargo la labor mediática. Luis Destéfano por ejemplo, otorga entrevistas y se da tiempo para comentar nuestros artículos. Uno de ellos, 'Tabaco y transgénicos (con "T" de trampa)', mereció sus observaciones (ver carta y nuestra respuesta en el Boletín Compartiendo # 30 - 2008, del 20 julio). Indudablemente, está en todo su derecho de emitir opinión, y nosotros a su vez de extrañarnos que, en lugar de identificar la similitud de falta de ética entre las compañías tabacaleras y las compañías agroquímicas (que era de lo que trataba el artículo), manifestara "... le diré que si yo fumo lechuga lo más seguro es que también me produzca cáncer en el largo plazo. Por qué preguntará Ud.? pues por los productos de combustión. El tabaco no produce cáncer por la nicotina sino por los productos de combustión (el alquitrán entre ellos).

Por lo tanto su comparación no corresponde." (sic)

Así como Luis Destéfano, otros conocidos científicos pro-transgénicos evaden sistemáticamente la alusión a la falta de honestidad ejercida por las transnacionales en general y las de insumos agrarios en particular; precisamente, en honor a que observamos esta sordera selectiva preparamos otro artículo 'La 'etica' de los pro-transgénicos: una nueva rama de la filosofía (cinco estudios de caso)'.

Queda claro, entonces, que no quieren perder tiempo en asuntos de ética, ante todo, ellos son "científicos, expertos y como tales, tienen la razón".

Por nuestro lado, haciendo esfuerzo por generar empatía y tratar de entender a estos iluminados de la ciencia, entre los que se suman Ernesto Bustamante y Ricardo Fujita, conozcamos los cuatro argumentos que últimamente vienen exponiendo en los medios...

Argumento 1
"Los alimentos transgénicos tienen equivalencia sustancial con cualquier otro alimento; la FAO indica " La equivalencia sustancial en este sentido significa que las plantas modificadas genéticamente o los alimentos derivados de ellas son equivalentes a sus homólogos tradicionales y se pueden tratar de la misma manera que éstos con respecto a la inocuidad"."

(http://www.fao.org/ag/agn/agns/biotechnology_safety_equivalence_es.asp)

Son innumerables los estudios y evidencias que refutan esta afirmación; la lectura paciente y sistemática de éstos le llevará a la conclusión que los transgénicos, ni son equivalentes sustanciales con los alimentos tradicionales, ni mucho menos son inocuos.

Argumento 2
"No queremos imponer cultivos transgénicos, podemos co-existir; para ello existen barreras naturales y métodos de cultivo que impiden la contaminación genética"

Argumento 3
"Los cultivos transgénicos son lo más parecido a los orgánicos, usan menos agroquímicos y además tienen mayor productividad"

Si estos dos argumentos fueran ciertos ¿dónde quedarían las numerosas experiencias que verifican y confirman la contaminación genética de cultivos tradicionales cuando conviven con transgénicos? ¿dónde los juicios de Monsanto a los agricultores porque demanda el pago de regalías? ¿dónde, a su vez, los registros de las productividades decrecientes y del aumento paulatino del uso de agroquímicos porque los insectos y malezas se hacen resistentes?

Argumento 4
"Todos pueden opinar, pero las decisiones políticas deben estar en manos de los expertos"

De todos los argumentos, quizá sea éste el que pinta más de cuerpo entero a los científicos pro-Monsanto pues refleja el real tipo de consistencia entre su verbo y su praxis. Su inicial generosidad e interés por el bienestar de la humanidad se desdibuja con actitudes altaneras, excluyentes y dictadoras, intercaladas con insultos y frases destempladas cada vez que alguien osa contradecirles.

En el último momento del segundo debate en el programa Objetivos (radio San Borja, domingo 24 setiembre, 8am), Luis Destéfano reflexionó y sentó posición (asumimos que en nombre de todos los pro-transgénicos) "Para terminar quiero decir lo siguiente, yo creo que este debate es muy importante, sin embargo, yo digo que, este debate debe ser al final, decidido por los expertos. Y aquí quiero citar a un hombre de Estado, del siglo XVII, irlandés, Edmundo Burke, que decía que en una república, tu representante te debe, no sólo su inteligencia y su capacidad, sino también su capacidad de juzgar, su capacidad de juicio, pero él te va a traicionar si en lugar de usarlos, sacrifica todo eso y toma tu opinión.

"Entonces, la política, las formulaciones de políticas nacionales no se pueden llevar por un concurso de belleza de la opinión pública, cómo va el viento, cómo va la mayoría. Un gobierno debe liderar y liderar significa muchas veces irse contra lo que es popular y tomar lo que realmente es útil para el país y esto es lo que yo espero en estos momentos de mis gobernantes."

¿Realmente nos debemos quedar al margen? ¿Quién debe tener ingerencia sobre los recursos naturales como bien común? Siendo la alimentación un derecho primordial para todo ser humano ¿no debiera preocuparse para que sea sana, nutritiva y segura?

Antes de “callarse para siempre”, se desata el debate megadiverso anti-transgénicos

Felizmente, y como debe ser, el debate en Perú sobre el ingreso de los transgénicos ha motivado la intervención de los líderes de opinión de los diversos sectores. A continuación, recogemos algunos fragmentos de las opiniones.

Antonio Brack, ministro del Ambiente, reconocido ecólogo, experto sobre el potencial de los recursos de nuestra biodiversidad; "El futuro de la agricultura del Perú está en los alimentos orgánicos. Los cultivos transgénicos van a favorecer sólo a unos pocos."

Gastón Acurio, chef de prestigio internacional y exitoso empresario; "La agricultura transgénica no es conveniente para la economía del Perú porque la naturaleza del Perú es de gran biodiversidad que le permite convertirse en la gran marca de productos orgánicos en el mundo y los productos orgánicos tienen un valor agregado."

Fernando Villarán, economista, experto en promoción y desarrollo de las micro y pequeñas empresas, creador del Centro de Planeamiento Estratégico-CEPLAN; "Cada vez más personas aceptan que la principal fortaleza estratégica del Perú es su megadiversidad; no solo biológica, sino también geográfica, climática, cultural, racial... Poner en peligro estos logros, así como sus potencialidades, para darle gusto a unos cuantos importadores de semillas alteradas genéticamente es algo absurdo e irresponsable."

Rafo León, comunicador, difusor convencido de nuestros paisajes; "Algo me dice, doctor Grobmann, que quien no tiene vela en este entierro es usted."

William Arteaga Donayre, coordinador general de Agro y Agroindustria de PromPerú; "Nuestro país es tan rico y megabiodiverso que no necesitamos los transgénicos para el desarrollo de nuestra agricultura. Con el manejo del clima y de lo que tenemos, es suficiente."

Asociación de Exportadores-ADEX; las noticias subrayaron que ADEX "...descartó cualquier interés por promover los cultivos transgénicos en nuestro país"; "...demandó un mayor apoyo del Estado a la agricultura orgánica"; "...reafirmó su apuesta por la agricultura orgánica y apoya suspender el ingreso de semillas transgénicas por el riesgo a la salud, ambiente y biodiversidad."

Carmen Felipe-Morales, Susana Villarán, Isabel Álvarez, Roelfin Haak, María Isabel Remy, John Earls, Mario Tapia, Alfredo Stecher, Julio Díaz Palacios, Eduardo Zegarra, Zósimo Huaman, Nelson Manrique, Jaime Delgado, Mariano Valderrama, Fernando Eguren, Gonzalo Portocarrero, Alfredo García, ... , todas estas personalidades suscribieron la declaración pública 'Antes de que sea demasiado tarde, Moratoria de 5 años a la entrada de transgénicos'.

Convención Nacional del Agro Peruano-Conveagro (con sus 19 federaciones agrarias nacionales), RAE Perú, RAAA, ANPE Perú, CCE, que juntas representan a más de medio centenar de gremios de productores y asociaciones de promotores y consumidores, suscribieron otro comunicado público 'Transgénicos ¿Por qué tanta prisa?', también publicado en Perú.21 y La República

77% de ciudadanos respondió estar en desacuerdo con los transgénicos en la encuesta del diario La República, publicada el 24 de julio, con más de mil votantes.

El ingreso de transgénicos al Perú, ya sea como cultivos o como insumos en productos transformados, afectará el futuro de los 28 millones de peruanas y peruanos, por ello, bienvenido un debate activo y participativo. La tecnología de los transgénicos suscita una reacción megadiversa y no debe quedar restringido a unos "expertos" que desean ser empleados de Monsanto.

Fuente:

Con Nuestro Perú

Perú: Pedirán que proyecto de moratoria de transgénicos retorne a Comisión Agraria

Todo apunta a que, luego de la Semana Santa, se estudiará con más detenimiento y, sobre todo, de manera objetiva, científica y multilateral el tema del ingreso de semillas transgénicas al Perú.

Pero aun no cantemos victoria, Monsanto compra políticos... pero también compra científicos; por ejemplo está el trístemente célebre decano del Colegio de Biólogos del Perú que salió rabiosamente a atacar y difamar al chef Gastón Acurio, personalidad del mundo de la cocina orgánica que salió a defender la postura de NO a los transgénicos. Todos los ataques fueron, posteriormente, desmentidos.

El presidente de la Comisión Agraria del Congreso, Aníbal Huerta Díaz, anunció que solicitará que el proyecto de ley, que declara una moratoria al ingreso de productos transgénicos al país, retorne a su grupo de trabajo para una evaluación científica que despeje cualquier duda sobre su conveniencia.

“Voy a pedir que el debate de ese proyecto, que está listo en el pleno, se posponga y vuelva a comisión para invitar a los técnicos a brindar las debidas explicaciones científicas y, sobre eso, nosotros le demos claridad a la población y votemos, no hay otra forma”, declaró al comentar la polémica sobre la aprobación del Decreto Supremo Nº 003 que aprueba el uso de transgénicos en el Perú.

Refirió que podría permitirse el uso de transgénicos mientras tenga un adecuado control “como ocurre en otros países donde el gobierno monitorea los cultivos transgénicos”.

En ese sentido, indicó que el Estado peruano debe regular este tema para evitar correr el riesgo de uso indebido.

También indicó que en la agenda de su grupo de trabajo no se ha contemplado revisar el Decreto Supremo Nº 003 emitido el 15 de abril, que aprueba el Reglamento Interno Sectorial de Bioseguridad para actividades agropecuarias o forestales.

La entrada en vigencia de esta norma ha generado una polémica en el país debido a que algunos sectores relacionados con la agricultura y la preservación del medio ambiente han advertido que el ingreso masivo de transgénicos podría atentar contra la biodiversidad peruana, el ecosistema y la salud de la población.

Huerta señaló que si un miembro de la Comisión Agraria lo solicita podrían tratar el tema en la próxima sesión del miércoles 27 de abril.

“Hay que tener paciencia, hay que escuchar a las personas que están trabajando y experimentando con esto antes de emitir una opinión, creo que es lo más salomónico que se puede hacer”, concluyó.

Fuente:

Agencia Andina

22 de abril de 2011

Perú: Retomarán debate sobre los transgénicos


Aún está pendiente el etiquetado de transgénicos que exige el Código de Consumo. (USI)

“¿Alguna vez se ha preocupado, cuando le aplican una vacuna, de preguntar si es transgénica o no? ¿Ha hecho lo mismo cuando le inyectan insulina? Nadie lo hace”, asegura Dow Seiner, jefe del Gabinete de Asesores del Ministerio de Agricultura. “Lo que importa es que se utilizan para bien, para la salud”, anota. Sin embargo, la reciente publicación del reglamento que busca ordenar el uso y actividades con Organismos Vivos Modificados (OVM) ha reavivado la polémica sobre el tema.

¿Y el boom gastronómico?

La Asociación Peruana de Gastronomía (Apega) fue la primera en cuestionar la medida. El chef Gastón Acurio, uno de sus líderes más representativos, afirmó a través de su cuenta en Facebook que las semillas “trans’ que hoy tienen la puerta abierta al país amenazan nuestra biodiversidad. “Esta es nuestra única ventaja. Con ella podemos producir miles de productos de altísima calidad, en pequeña cantidad y obtener por ellos un gran precio”, asegura.

De similar opinión es la Asociación Nacional de Productores Ecológicos del Perú (ANPE). Mediante un comunicado, advirtió que la agricultura transgénica no va a retribuir beneficios, sino más bien generará serios efectos por su tendencia a la homogeneización de los cultivos y a la contaminación genética. “Solo causará dependencia a favor de los grupos de poder económico que manejen las semillas”, anotó. Esto es lo que más preocupa a los empresarios gastronómicos pues los elementos que han hecho única a la cocina peruana en el mundo estarían en riesgo.

¿Más productivos?

Frente a ello, el asesor del Ministerio de Agricultura responde con un ejemplo: “En Perú, hay 400 mil hectáreas destinadas a la producción de maíz amarillo. Nuestro promedio de producción es dos toneladas por hectárea. En el mundo, el promedio es ocho o diez”, indica.

“La producción local atiende solo el 50% de la demanda del país. El resto se importa de Estados Unidos, Brasil y Argentina, donde producen maíz transgénico. Si en el Perú, se utilizaran estas semillas, mejoraríamos la productividad, ya no se dependería de la importación y mejorarían los ingresos para los agricultores”, asevera.

Dichos argumentos no solo no han convencido a las 21 asociaciones regionales de productores que integran la ANPE. En el Congreso han decidido retomar el debate del proyecto de ley que establece una moratoria de 15 años para el ingreso de estos productos al país.

El presidente de la Comisión Agraria, Aníbal Huerta, informó a Perú.21 que la iniciativa, que incluso figura en la agenda del Pleno, retornará a dicho grupo de trabajo para su debate el próximo miércoles. “Convocaremos a expertos. Ahora, da la impresión que su uso es rentable, pero, en el futuro podría ser perjudicial”, refirió.

Fuente:

Peru21

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