Al parecer no murío de una enfermedad llegada de Europa. Murió envenenado.
Cuando el inca Huayna Cápac agonizaba en Quito, Ecuador, los
españoles llegaban a costas peruanas. La muerte lo alcanzó sin haber
podido saber más de esos extraños que arribaban por mar. Murió de una
enfermedad que le producía fiebres altas y alucinaciones. La historia
oficial menciona la viruela, el sarampión u otro mal similar, como causa
de su deceso. Pero aparentemente no fue así.
El investigador alemán Stefan Ziemendorff ha profundizado en una
versión sobre la muerte del inca que figura en unos documentos del siglo
XVI, descubiertos hace más de medio siglo en la Biblioteca Nacional del
Perú por el historiador Waldemar Espinoza Soriano. En ellos se afirma
que Huayna Cápac –gobernante del imperio más poderoso de la América
precolombina– murió por la ingesta de hierbas venenosas que le había
enviado el curaca chachapoya Chuquimis.
Esos documentos antiguos son conocidos como los 'Manuscritos de
Chuquibamba', y fueron escritos entre 1572 y 1574. Son de una disputa
jurídica por la sucesión en el curacazgo de Cochabamba y Leymebamba.
Reposaban en el registro municipal de Chuquibamba, Amazonas, y luego de
varios avatares llegaron a la BNP en los años 60.
"Si bien esta versión –la del envenenamiento– ha sido citada
frecuentemente, especialmente en la bibliografía sobre los antiguos
Chachapoyas, hasta la fecha no se ha efectuado una revisión crítica de
esta teoría, rechazándola o confirmándola", dice Ziemendorff en una de
las páginas de su investigación: "Revisión de argumentos respecto al
hipotético asesinato del inca Huayna Cápac", publicada en 2016. Para
suplir esa carencia, él revisó documentos históricos, recogió
testimonios y apeló a varias fuentes. Concluyó que el veneno es la razón
más probable de la muerte del Inca. Conozca esta fascinante historia en: La República (Perú)
A nuestro alrededor, una gran variedad de tecnologías están
llegando a la mayoría de edad, transformando nuestro mundo en formas
complejas que son difíciles de predecir.
Anticipar lo que va a venir requiere prestar atención a elementos
menos conocidos pero importantes del mundo natural antes de que nos
atrapen sin estar preparados. Varios de estos ya están listos para
generar tecnologías que serán un punto de inflexión y crearán nuevos
conocimientos.
Con esto en mente, pedimos a una red de expertos que nos dijeran
cuáles son los temas de investigación que más los entusiasman y cuáles,
los que más les preocupan. Seiscientos sesenta respondieron. Creemos que
sus respuestas lo sorprenderán.
Futuras fronteras
Como es de esperar, las mismas tecnologías de las que muchos de
nosotros leemos y hablamos son también prioritarias en las mentes de los
expertos. Los problemas complejos que surgieron incluyeron a los
sospechosos habituales, la inteligencia artificial, la modificación del
genoma humano, la energía sostenible y el futuro de las armas.
Pero si queremos estar mejor preparados para esperar lo inesperado,
debemos escuchar con más atención. La Encuesta de Futuras Fronteras
apunta precisamente a eso. En lo profundo de los datos, encontramos
voces cuyas esperanzas y temores sonaron diferentes a los del resto.
A partir de estas respuestas intrigantes, extrajimos ocho Fronteras
Futuras de la ciencia y la tecnología que todos deberíamos conocer más.
Cuatro son muy prometedoras y cuatro representan grandes riesgos.
Las cuatro más prometedoras
1. Biología cuántica
¿Cómo pueden las plantas convertir la luz solar en energía química
con la que pueden vivir en una milmillonésima parte de un segundo? ¿Cómo
pueden las aves detectar el campo magnético de la Tierra para navegar
miles de millas? ¿Cómo puede nuestro ADN mutar al azar sin causa
aparente? ¿Qué es la conciencia?
Comprender cómo evolucionó la biología para aprovechar el
comportamiento manifiestamente cuántico y qué papel puede tener la
física cuántica en el cerebro humano es un área de investigación
incipiente pero en crecimiento. Podría responder a algunos de los
mayores misterios de la ciencia y conducir a tecnologías que superan
nuestra imaginación. Obtenga más información en este artículo.
2. Aprendizaje automático a través de pequeños datos
No pasa un día sin que aparezca alguna noticia sobre cómo la
inteligencia artificial cambiará nuestro mundo. Pero la IA que hoy
conocemos tiene grandes limitaciones. Para que las máquinas aprendan, se
requieren enormes conjuntos de datos de capacitación. Cuando se
enfrentan a situaciones que difieren de los ejemplos utilizados en la
capacitación, colapsan. La inteligencia humana hace exactamente lo
opuesto. Vemos una nueva situación que nos sorprende, y con datos muy
escasos, nuestros cerebros se programan para generalizar y, la mayoría
de las veces, con excelentes resultados.
Los sistemas de inteligencia artificial que conocemos hoy en día
siguen siendo impresionantes, pero probablemente son como un pequeño
poni que repite siempre el mismo truco. Un sistema que puede aprender
con tanta agilidad como un ser humano y ofrecer servicios valiosos sin
la necesidad de grandes cantidades de datos de capacitación sería un
verdadero cambio. Podría equiparar o superar nuestras propias
capacidades.
3. Superconductividad a temperatura ambiente
Pocas cosas han cambiado la condición humana más que nuestra
capacidad para aprovechar la energía eléctrica. Pero con el tiempo, la
electricidad que almacenamos en una batería se degrada, y cuando
transmitimos electricidad a través de cables, siempre algo de energía se
pierde. Los materiales superconductores pueden lograr la transmisión y
el almacenamiento de electricidad sin pérdidas, y crear poderosos campos
magnéticos que nunca se debilitan.
Imagine trenes de levitación que pueden alcanzar velocidades
increíbles; un mundo alimentado enteramente por granjas solares en el
desierto; computadoras ultrarrápidas; máquinas económicas de resonancia
magnética; y otras tecnologías que jamás hemos soñado.
Sin embargo, los superconductores que tenemos hoy en día solo
funcionan cuando se enfrían a cientos de grados bajo cero. Esta es una
hazaña técnicamente difícil que hace que la tecnología superconductora
sea imposible de escalar comercialmente. Lograr la superconductividad a
temperatura ambiente transformaría el mundo de una manera comparable a
cuando comenzamos a usar electricidad.
4. Venómica
Desde arañas y escorpiones hasta ranas y caracoles, existen más de
220.000 especies que producen los complejos cócteles de toxinas llamados
venenos. Los venenos contienen proteínas poderosas que han evolucionado
para actuar con rapidez y de manera muy precisa, uniéndose a objetivos
específicos en el cuerpo como un candado y una llave, con un efecto
devastador. En resumen, son las drogas perfectas que nos provee la
naturaleza. Si los expertos en química pudieran producir medicamentos
que funcionen tan bien como el veneno, veríamos un aumento drástico en
la eficacia de los medicamentos y una disminución en los efectos
secundarios.
Una de las razones por las que los fabricantes de medicamentos no
han usado más los venenos es la dificultad de esclarecer su compleja
composición química para identificar los ingredientes activos. Pero la
aplicación de nuevas tecnologías 'ómicas', herramientas que caracterizan
sistemáticamente las diferencias en el ADN, el ARN, las proteínas y las
moléculas involucradas en las estructuras celulares y el metabolismo,
están permitiendo que los científicos descodifiquen y cataloguen la
estructura del veneno a un ritmo mucho más rápido. Podrían conducir a
una revolución en el descubrimiento de medicamentos para tratar
enfermedades humanas.
Ya sean drones, armas de fuego o robots, lo que define a los
sistemas de armas letales autónomas (lethal autonomous weapon systems,
LAWS) es que, una vez desplegados, toman sus propias decisiones sobre
cuándo usar o no su fuerza letal.
Para obtener información completa, lea este artículo de Peter Maurer, Presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja.
2. Fenotipo digital
Los fanáticos de la ciencia ficción han soñado durante mucho tiempo
con dispositivos portátiles que diagnostican enfermedades y dolencias
con un escaneo rápido del cuerpo. Dicha tecnología está ahora cerca de
hacerse realidad, con la llegada de algoritmos que pueden analizar
grabaciones de video, texto y audio para identificar patrones sutiles, o
anomalías que los ojos y oídos humanos no pueden captar.
Si bien el fenotipo digital podría empoderar a las personas,
también podría usarse para evaluar de forma pasiva a las poblaciones sin
su consentimiento o conocimiento. Las cámaras de seguridad y vigilancia
se han convertido en un hecho cotidiano en ciudades, centros de
transporte, oficinas e incluso escuelas. Pronto, estos sistemas podrán
captar cambios en nuestra salud física y mental sin que nosotros lo
sepamos.
La expansión de dispositivos digitales que rastrean nuestros
patrones de comportamiento podría incluso estar a punto de cambiar el
campo de la psiquiatría, escribe Amit Etkin, Profesor Asociado de
Ciencias de la Psiquiatría y el Comportamiento en la Universidad de
Stanford, en este artículo.
Lo que hagan las empresas, los gobiernos o terceros con esos datos
abrirá una nueva frontera en los ya complicados debates sobre privacidad
de datos y derechos digitales.
3. Neuromodulación no invasiva
Fuerzas intangibles, como las corrientes eléctricas, las ondas de
ultrasonido y la estimulación magnética, pueden utilizarse para alterar
los estados mentales, los comportamientos o la fisiología del cerebro en
formas que solían requerir traspasar el cráneo por medio de una cirugía
o ingerir medicamentos. Esto ha dado como resultado nuevos tratamientos
para la depresión persistente o el alivio de los temblores de la
enfermedad de Parkinson sin tener que implantar un dispositivo en el
cerebro del paciente.
Pero sin una regulación clara, esta tecnología es fácil de usar en
formas no aprobadas, que podrían poner a los consumidores en riesgo. Ya
existe un pequeño mercado que se desarrolla en torno a los kits de
estimulación cerebral caseros. Llevando las conclusiones a un extremo,
no es difícil imaginar un futuro en el que las empresas y los gobiernos
puedan implantar dispositivos para manipular los estados mentales de los
trabajadores, soldados o ciudadanos, regulando sus niveles de vigilia,
sumisión a la autoridad, temores o inhibiciones.
Para obtener más información sobre la ciencia de control mental no invasiva, vea nuestra entrevista con Antoine Jerusalem, Profesor en el Departamento de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de Oxford.
4. Justicia predictiva
Esta es la capacidad de usar inteligencia artificial, técnicas de
neuroimagen y datos masivos para identificar individuos y situaciones
hipotéticas donde existe una alta probabilidad de que ocurra un delito.
La inteligencia artificial utilizada en las salas de juzgados puede
ayudar a que la justicia sea más eficiente, pero considere los riesgos
en un mundo donde proliferan los algoritmos de falsificación de pruebas.
Nos enfrentamos a una revolución digital, sostiene Daniela Piana en este artículo que analiza la ética de la justicia predictiva.
Depende de nosotros garantizar que sigamos siendo gobernados por la ley
en lugar de caer en la trampa de hacer que el imperio de la ley sea
igual a la regla del código.
La agricultura ecológica pone muy nerviosos a algunos. Así lo
constatan, en los últimos tiempos, la multiplicación de artículos,
entrevistas, libros que tiene por único objetivo desprestigiar su
trabajo, desinformar acerca de su práctica y desacreditar sus
principios. Se trata de discursos plagados de falsedades que,
vestidos de una supuesta independencia científica para legitimarse,
nos cuentan las "maldades" de un modelo de agricultura y
alimentación que suma progresivamente más apoyos. Sin embargo, ¿por
qué tanto esfuerzo en desautorizar dicha práctica? ¿Quién tiene
miedo de la agricultura ecológica?
Cuando una alternativa cuaja socialmente dos son las estrategias
para neutralizarla: la cooptación y la estigmatización. La
agricultura ecológica es torpedeada por ambas. Por un lado, cada vez
son más las grandes empresas y los supermercados que producen y
comercializan estos productos para dar cobertura a un floreciente
nicho de mercado y "limpiarse" la imagen, a pesar de que sus
prácticas no tienen nada que ver con lo que defiende este modelo. Su
objetivo: cooptar, comprar, subsumir e integrar esta alternativa en
el modelo agroindustrial dominante, vaciándola de contenido real.
Por otro lado, la estrategia del "miedo": estigmatizar, mentir y
desinformar acerca de la misma, confundir a la opinión pública, para
así desautorizar este modelo alternativo.
Y, ¿si alzas la voz en su defensa? Insultos y descalificaciones. Si
un científico se posiciona en contra de la agricultura industrial y
transgénica, es tachado de "ideológico". Como si defender este tipo
de agricultura no respondiera a una determinada ideología, la de
aquellos que se sitúan en la órbita de las multinacionales
agroalimentarias y biotecnológicas, y que a menudo cobran de las
mismas. Si un "no científico" la crítica, entonces, su problema es
que no sabe, que es un ignorante. Según estos parece que solo los
científicos, y en particular aquellos que defienden sus mismos
postulados, pueden tener una posición válida al respeto. Una actitud
muy respetuosa con la diferencia. Otra práctica habitual es
calificar a quien crítica de "magufo", sinónimo despectivo, según la
jerga de esta "elite científica", de anticientífico. Se ve que
defender una ciencia al servicio de lo público y lo colectivo
implica estar en contra de la misma. Una argumentación de locos.
Veamos, a continuación, alguna de las afirmaciones más repetidos
para descalificar y desinformar sobre la agricultura ecológica, y
que ampliaremos en siguientes artículos. Porque hay quienes creen
que repetir mentiras sirve para construir una "verdad". Ante la
calumnia, datos e información. El peligro de los agrotóxicos
"La agricultura ecológica no es más sana ni mejor para el medio
ambiente", dicen. Nos quieren hacer creer que una agricultura
industrial, intensiva, que usa sistemáticamente productos químicos
de síntesis en su producción, es igual a una agricultura ecológica
que prescinde de los mismos. Increíble. Si las prácticas
agroecológicas emergen es precisamente como respuesta a un modelo de
agricultura que contamina la tierra y nuestros cuerpos.
Desde hace años, la retirada y prohibición de fitosanitarios,
agrotóxicos, utilizados en la agricultura convencional ha sido una
constante, después de demostrarse su impacto negativo en la salud
del campesinado y los consumidores y en el medio ambiente. Quizá el
caso más conocido sea el del DDT, un insecticida utilizado para el
control de plagas desde los años 40 y que debido a su alta toxicidad
ambiental y humana y escasa o nula biodegradabilidad fue prohibido
en muchos países. En el año 1972, la Agencia de Protección Ambiental
de Estados Unidos vetó su uso al considerarlo un "cancerígeno
potencial para las personas". Otras agencias internacionales como el
Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Agencia
Internacional de Investigación en Cáncer, entre otras, han
denunciado también dichos efectos. Aún así, quienes mantienen la
afirmación inicial -aquí rebatida- se muestran todavía, y aunque
pueda sorprender, partidarios del DDT, y lo siguen defendiendo, a
pesar de todas las evidencias.
Sin embargo, el DDT no es un caso aislado. Cada año, productos
químicos de síntesis utilizados en la agricultura industrial son
retirados del mercado por la Comisión Europea. Sin ir más lejos, en
el 2012 el Tribunal de Gran Instancia de Lyon concluyó que la
intoxicación del campesino Paul François y las consiguientes
secuelas en su salud fueron debidas al uso y manipulación del
herbicida Lasso de Monsanto, que no informaba ni de la correcta
utilización del producto ni de sus riesgos sanitarios. La misma
Organización de las Naciones Unides sobre Agricultura y Alimentación
(FAO) sentenciaba en el artículo Control of
water pollution from agriculture, en el año 1996, que el uso
de pesticidas en la agricultura tenía efectos negativos en varios
niveles: 1) En los sistemas acuáticos, ya que su alta toxicidad y la
persistencia de químicos degradaba las aguas. 2) En la salud humana,
pues la inhalación, la ingestión y el contacto con la piel de dichos
productos químicos incidía en el número de casos de cáncer,
deformidades congénitas, deficiencias en el sistema inmunitario,
mortalidad pulmonar. 3) En el medio ambiente, con la muerte de
organismos, generación de cánceres, tumores y lesiones en animales,
a través de la inhibición reproductiva, y la disrupción endocrina,
entre otros. ¿Qué fitosanitarios serán prohibidos mañana? Imposible
saberlo. ¿Hasta cuando permitiremos seguir siendo cobayas? El artículo completo en REBELIÓN La segunda parte AQUÍ.
A principios del siglo XX se descubrió el efecto protector del flúor
Endurece el esmalte y repara las lesiones producidas por las bacterias
Lavarse los dientes es un gesto que repetimos tras cada comida como
parte esencial de nuestro aseo personal. Esta costumbre retira los
restos de alimentos, nos deja el aliento fresco y si la pasta contiene flúor reduce la aparición de caries. Es así porque este elemento químico protege el esmalte dental al hacerlo más duro y resistente a las bacterias. El esmalte está compuesto en su mayoría por un mineral llamado hidroxiapatita.
Es muy duro, pero es soluble en los ambientes ácidos que producen, con
sus productos de deshecho, las bacterias que habitan la boca cuando se
alimentan de los restos de comida presentes en nuestros dientes, sobre
todo de azúcares. En esas condiciones el esmalte de los dientes y las muelas se desmineraliza y aparecen huecos. Esas lesiones son las caries. El flúor de la pasta de dientes -se incluye como fluoruro sódico, fluoruro estannoso o fluorofosfato sódico- ayuda a remineralizar el esmalte, formando fluoroapatita y cerrando los huecos abiertos por las bacterias. “Los dientes que han recibido flúor son más redondeados con surcos más
suaves que favorecen la eliminación correcta de la película bacteriana”,
explica a RTVE.es la doctora Rosario Garcillán Izquierdo, del Colegio
de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región (COEM). Además, el flúor frena la actividad de las bacterias e incluso mata algunos tipos sensibles al compuesto. Esta propiedad beneficiosa del flúor se descubrió a principios del siglo XX.
El dentista estadounidense Frederick McKay observó que muchos de sus
pacientes que residían y se habían criado en Colorado Springs,
presentaban unas manchas marrones en los dientes. Hasta la
llegada de este especialista nadie se había molestado en averiguar las
causas del desorden dental. Los lugareños lo achacaban a factores de lo
más dispares, como la ingestión de demasiado cerdo, leche de mala
calidad o agua demasiado dura.
La dosis hace el veneno
Tras
un largo trabajo de investigación, McKay averiguó que las manchas se
debían a la alta concentración de flúor de las aguas que bebían los
residentes. A la vez, observó que la incidencia de caries era bajísima. Tras
este hallazgo, como es la dosis la que hace el veneno, se iniciaron
investigaciones para averiguar la cantidad adecuada de flúor que debían
tener las aguas para aprovechar sus beneficios sin sufrir los
perjuicios. Hoy en día el límite máximo recomendado de ingesta de fluoruros es de 2 miligramos al día, entre el agua, la dieta y la pasta dentífrica. Las
pastas de dientes para adultos contienen 1.000 partes por millón de
flúor. El resto de los componentes de la pasta de dientes son abrasivos
(sílice hidratada), blanqueadores (dióxido de titanio), componentes para
dar al producto la consistencia de una pasta, saborizantes y aromas
para hacer la pasta agradable al consumidor.
Un orificio en la pieza dental hasta tocar el nervio
Las caries empiezan a formarse a los 20 minutos de la ingesta de los alimentos.
Al principio el ácido solo estropea el esmalte, pero si no se elimina
las bacterias continúan su trabajo destructor en la pieza dental, llegan
a la dentina y hacen un orificio por el que acceden a la pulpa, tocan
el nervio y provocan un intenso dolor. Hay dos tipos de caries.
Las que se producen en el surco de las muelas y las que se producen
entre los dientes. Con el hilo dental y un buen cepillado es posible
prevenir estas últimas, pero las que atacan el surco de las muelas son
muy difíciles de prevenir, por no decir imposible. Las últimas investigaciones tienen puestas las esperanzas en un compuesto llamado xilitol para
prevenir este tipo de caries. El xilitol es un edulcorante que las
bacterias no pueden fermentar y está presente en casi todos los chicles
sin azúcar. Así, una vez más la química es la aliada de la humanidad
para evitar una de las enfermedades más comunes del planeta.
Lavarse los dientes, una costumbre ancestral
El cuidado de la dentadura es una constante en la historia. Los
antiguos egipcios y los persas limpiaban y blanqueaban con tinturas y
pinceles su dentadura. Desde la Antigua Roma hasta principios del siglo
XX, pasando por la cultura íbera y celta o los pueblos germánicos, se ha
usado orina para blanquear la dentadura. Otros remedios que han
desfilado por los tocadores y gabinetes médicos de la humanidad son la
leche materna, usada en Roma, o la fórmula magistral diseñada por el
médico del emperador Claudio, Escribonio Largo, a base de vinagre, miel,
sal y cristal machacado. El médico medieval sevillano Avenzoar
recomendaba lavar los dientes con agua de llantén y de rosas para
conservar su blancura. El médico y botánico toledano musulman Ibn Wadif
en el siglo XI aconsejaba una sugerente mezcla hojas de menta,
membrillo, melocotón, rosa y tierra jabonera de Toledo.
Hoy en día tenemos acceso a una gran variedad de medicamentos para protegernos del dolor, la enfermedad y la muerte.
Sin embargo, la fuente original de muchas de nuestras medicinas más notables han sido venenos mortales.
Toxina botulínica.
Échele un vistazo a la foto de ARRIBA.
Es la sustancia más venenosa conocida por el
hombre. Un par de cucharaditas sería suficiente para matar a toda la
población de Reino Unido. Y un par de kilos serían suficientes para
acabar con la Humanidad.
Es tan peligrosa que se fabrica en instalaciones
militares y, con un costo de alrededor de US$161 millones de millones
por kilo, es también la sustancia más cara de la historia.
Sin embargo, a pesar de ser tan tóxica, es una
de las más demandadas. Muchas personas pagan grandes cantidades de
dinero por inyectársela… en la frente. Es la toxina botulínica -más conocida como
Botox-, una toxina producida por una bacteria descubierta en salchichas
mal preparadas durante el siglo XVIII. Debe su nombre al término en
latín para salchicha: botulus.
En la escala de toxicidad DL50, que mide la
cantidad de una sustancia que se necesita para matar a la mitad de las
personas a las que se le administra, el Botox necesita sólo 0,000001
mg/kg . En otras palabras, se necesitaría alrededor de 0,00007mg para
matar a un hombre de 70kg como yo.
O para decirlo de otra manera, una dosis letal para mí pesaría menos que un milímetro cúbico de aire.
Salchichas, serpientes y lagartos
La toxina botulínica mata a sus víctimas,
causando insuficiencia respiratoria. Es una neurotoxina: se mete en los
nervios y destruye proteínas vitales. Esto detiene la comunicación entre
los nervios y los músculos.
Sólo el crecimiento de nuevas terminaciones nerviosas puede restaurar la función muscular, y eso puede tardar meses.
Pero su salto a la fama lo dio cuando se
descubrió su potencial para "planchar" las arrugas de envejecimiento en
la cara, lo que hace mediante la destrucción de los nervios que producen
el ceño fruncido.
Famoso por acabar con las arrugas, el Botox es una neurotoxina que puede matar rápidamente.
Las cantidades utilizadas son muy pequeñas, unas
pocas millonésimas de un gramo, disueltos en solución salina. Y en
nombre de la ciencia, yo probé el Botox hace unos años.
Sin duda, me alisó las arrugas, pero también me
dio una expresión extraña, hasta que crecieron las nuevas terminaciones
nerviosas.
Sin embargo, la toxina botulínica es mucho más que un simple producto de la vanidad.
Es extremadamente útil para el tratamiento de
varias condiciones médicas, que van desde el estrabismo hasta las
migrañas, y del exceso de sudoración al control de la vejiga.
De hecho en la actualidad hay más de 20
enfermedades diferentes que son tratadas con la toxina botulínica. Y aún
más se siguen descubriendo todo el tiempo. La toxina botulínica es sólo un ejemplo de venenos extraordinariamente peligrosos que tienen aplicaciones médicas útiles.
El captopril , un fármaco antihipertensivo, fue
desarrollado a partir de estudios realizados con venenos de serpientes.
La exenatida, comercializado como Byetta, es un fármaco eficaz y
extremadamente lucrativo usado para tratar diábetes tipo 2. Viene de
estudios de la saliva del monstruo de Gila, un gran lagarto venenoso que
vive en el suroeste de EE.UU. y México.
La viuda alegre de la industria farmacéutica
Pero el impacto de los venenos en la medicina
moderna va más allá de simplemente proporcionar nuevas formas de
tratamiento. Fue un veneno en particular el que ayudó a dar forma a toda
la industria farmacéutica moderna.
En la Inglaterra victoriana, la industria del
seguro estaba en auge. Y este dinero fácil llevó a un aumento en los
asesinatos, muchos de ellos por envenenamiento.
Uno de los casos de más alto perfil fue el de
una mujer llamada Mary Ann Cotton, que en 1873 fue juzgada por
asesinatos múltiples. Ella se había casado cuatro veces y tres de sus
maridos, los cuales tenían un suculento seguro, murieron. Y el que
sobrevivió, pareciera haberse salvado porque se negó a contratar un
seguro. Así que ella lo dejó.
En total, diez de sus hijos murieron de lo que
parecían ser enfermedades gástricas relacionadas. Una trágica pérdida
para Cotton, aminorada, por supuesto, por sus respectivos seguros.
Su madre, su cuñada y su amante también
murieron. Y por cada caso, se benefició. En 1872, la desafortunada mujer
había perdido el asombroso número de 16 amigos cercanos o familiares.
Pero quedaba uno vivo: su hijastro Charles, de 7 años. Ella trató de
dejarlo en el hospicio local, pero no lo aceptaron. Así que el joven
Charles murió pronto.
Sin embargo, el gerente del hospicio comenzó a
sospechar y contactó a la policía. Pronto llegaron a la conclusión de
que Cotton debió haber envenenado al pequeño y creyeron saber cómo lo
había hecho: con arsénico.
Los óxidos de arsénico son unos minerales y como
veneno son casi inigualables. Son insípidos, se disuelven en agua
caliente y se necesita menos de una centésima parte de una onza para
matar. Sin embargo, en el siglo XIX, el óxido de arsénico se
comercializaba como un veneno para ratas, era barato y estaba disponible
fácilmente. Los mismos niños lo recogían en las tiendas, junto con el
té, el azúcar y los frutos secos.
El arsénico se convirtió en un aliado de algunos que quisieron cobrar seguros de vida en la Inglaterra victoriana.
La suerte de Mary Ann Cotton dependería de si
encontraban rastros de arsénico en el cuerpo de su hijastro. La ciencia
forense todavía estaba en pañales, pero sí contaba con una buena prueba
para el arsénico. Esto se debía a que había una gran cantidad de
envenenamientos por este medio.
Una muestra del estómago y los intestinos del
niño se calentó con ácido y cobre. Si el arsénico estaba presente, el
cobre se volvería gris oscuro y, al colocarlo en el papel empapado en
bromuro de mercurio, produciría una reveladora mancha de color
café-amarillo.
Cuando sometieron a prueba el cuerpo del pobre
Charles descubrieron que, efectivamente, había muerto de una dosis letal
de arsénico. Cotton fue declarada culpable de asesinato y ahorcada en
la cárcel de Durham. Sin embargo, nunca fue llevada a juicio por la
misteriosa muerte de su madre, tres maridos, dos amigos y otros diez
niños. Fue una serie de asesinatos y envenenamientos
como éste lo que llevó primero a la Ley de arsénico y luego a la Ley
Farmacéutica de 1868. Esta ley estableció que las únicas personas que
podían vender venenos y drogas peligrosas eran farmacéuticos y
farmacéuticos cualificados. Así que fue a partir de intoxicaciones,
accidentes y asesinatos que el moderno y legítimo negocio farmacéutico
nació. Y un compuesto supuestamente tóxico, el trióxido de arsénico,
también ha encontrado un uso médico legítimo, como un agente anticáncer. Fuente: BBC Ciencia
A principios de 1990 comenzaron a aplicarse medidas estrictas para reducir la contaminación de plomo.
Un artículo publicado en el diario británico The Guardian argumenta que hay un vínculo entre el envenenamiento por plomo y el crimen violento.
Según el artículo, esta afirmación "podría sonar ridícula, hasta que vemos la evidencia".
"Los estudios entre ciudades,
estados y naciones muestran que el incremento y reducción en el crimen
surgen -con un retraso de unos 20 años- después del incremento y
reducción en la exposición de los infantes a minúsculas cantidades de
plomo", afirma en el diario George Monbiot, escritor y activista
ecológico británico.
En el pasado se han publicado estudios que
parecen apoyar estas afirmaciones. Y algunas estadísticas de países
desarrollados muestran que desde el inicio de la década de 1990 las
tasas de violencia se han reducido en las grandes ciudades en las que se
han establecido medidas estrictas para reducir la contaminación de
plomo.
Pero hasta ahora no ha sido posible demostrar
que realmente existe una relación de causa y efecto, y no sólo una
asociación que puede ser casual.
Howard Mielke, profesor de farmacología de la
Universidad de Tulane en Luisiana, Estados Unidos, ha estado
investigando este vínculo desde hace décadas.
Correlación "oculta"
Tal como le explica a la BBC, "ciertamente es una correlación muy fuerte pero es una correlación oculta".
"Se
estudió a personas que fueron expuestas al plomo y 20 años después se
les hizo un seguimiento cuando ya habían aparecido los síntomas. Y en
esos 20 años puede haber muchos factores que influyen la conducta de un
individuo, además de su exposición ambiental"
Prof. Alastair Hay, Universidad de Leeds
"Esto se inició cuando se hicieron estadísticas
de contaminación ambiental de plomo y del rendimiento de los niños en
los sistemas escolares. Cada vez nos dimos más cuenta de que la cantidad
de plomo en el ambiente estaba vinculado claramente a problemas tanto
de aprendizaje escolar como violencia", señala.
El experto explica que un estudio realizado en
Cincinnati siguió durante varias décadas a niños que habían tenido una
alta exposición a plomo y otro grupo no expuesto.
"Los resultados mostraron que al llegar a la
adultez, el grupo expuesto a plomo presentaba varios problemas,
incluidas dificultades en el colegio, de conducta, o empezaban a cometer
delitos. También se les sometió a escáneres de MRI y se observó que el
cerebro mostraba diferencias y daños en determinadas regiones".
"En Nuevo Orleans trazamos mapas con los índices
de contaminación en cada región. Y estos mapas ahora son una
herramienta muy útil que muestra una asociación muy fuerte entre las
áreas de mayor contaminación de plomo con los índices más altos de
actividad criminal", afirma el profesor Mielke.
Otros factores
Sin embargo, los críticos argumentan que en un
asunto tan complejo como la conducta criminal y violenta hay muchos
factores involucrados.
Se ha hablado de una predisposición genética o
biológica, circunstancias sociales o carencias económicas que empujan a
un individuo a estas conductas.
Y también se dice que la reducción en el crimen
en las últimas décadas puede deberse a que ahora existen mejores
estadísticas y mejores formas de registrar la delincuencia.
El profesor Alastair Hay, de la Universidad de
Leeds, Inglaterra, es uno de los principales expertos británicos en
toxicología ambiental y ha estado investigando los efectos de la
contaminación de plomo.
Hay evidencia científica de que el plomo daña el cerebro.
El experto le comenta a la BBC: "He estado
realizando investigaciones sobre el plomo desde hace muchos años y sobre
sus efectos en el sistema nervioso y otros órganos, pero no conocía
estos estudios que se mencionan. Ahora tuve oportunidad de leerlos y veo
que son estudios serios, controlados y cuidadosamente hechos".
"Sin embargo -agrega-, una de las dificultades con estos estudios es el retraso que existe entre la exposición y el efecto".
"Es decir, se estudió a personas que fueron
expuestas al plomo y 20 años después se les hizo un seguimiento cuando
ya habían aparecido los síntomas. Y en esos 20 años puede haber muchos
factores que influyen la conducta de un individuo, además de su
exposición ambiental".
Según el profesor Hay, ahora es necesario llevar
a cabo "más estudios detallados y controlados pero que tomen en cuenta
todos los otros factores que ocurren durante el desarrollo de esos
individuos. Y también habrá que confirmar los resultados en otros
países".
De cualquier forma, agrega el experto, los
estudios han demostrado que el plomo es una de las sustancias
contaminantes más peligrosas para ser humano y ya no hay dudas de los
daños que causa en el cerebro.
"Las autoridades reguladoras en todo el mundo lo saben", expresa el científico.
"Y por eso se están llevando a cabo esfuerzos
para mantener los niveles de plomo lo más bajo posibles, particularmente
en los niños".
Muchas especies de serpiente usan veneno para inmovilizar o matar a
sus presas. Un veneno que inyectan gracias a sus colmillos largos y
huecos que actúan como agujas hipodérmicas.
El veneno está constituido por una compleja mezcla de proteínas que
actúan como neurotoxinas qua atacan el sistema nervioso provocando la
parálisis. Aunque también puede contener sustancias que dañen la sangre o
los tejidos.
Casi todos ellos contienen sustancias predigestivas que atacan el
tejido conjuntivo, disgregándolo y facilitando así la difusión del
veneno.
Pero, esas sustancias ¿podrían afectar a la propia serpiente?
¿Quién no se ha mordido la lengua accidentalmente? ¿Podría ocurrirle algo parecido al ofidio y causarse a sí mismo la muerte?
Hay varios motivos para que esto no suceda.
En primer lugar, las glándulas salivares del veneno están rodeadas de
músculos que se encargan de que las glándulas segreguen veneno de una
forma totalmente consciente. Así, no se libera veneno si la propia
serpiente no fuerza que esto ocurra, y solamente lo hace en presencia de
una presa o en situación de peligro para defenderse.
En algunas serpientes, como por ejemplo en las víboras, los grandes
colmillos venenosos están escondidos en un pliegue de la mucosa de
manera retráctil y solamente se muestran en caso de necesidad.
Además, las serpientes poseen en su sangre unos anticuerpos
específicos contra su propio veneno, un antídoto que corre por sus venas
de forma natural.
Nota sabionda: Algunos animales que se alimentan de
serpientes son inmunes a una cierta dosis de veneno de serpiente. Tal es
el caso del erizo, la mangosta, el tejón de miel, el ave secretario y
otros animales.
La catedrática de Química Inorgánica Adela Muñoz Paéz, en su laboratorio. | Efe
Una catedrática de Química de la Hispalense recopila la historia del veneno
Pretendía 'interesar' a sus alumnos en algunos elementos químicos
'Tengo compañeros que han probado venenos por curiosidad'
La catedrática de Química Inorgánica de la Universidad de Sevilla Adela Muñoz Paéz ha publicado una 'Historia del veneno' (Debate) que repasa desde la cicuta que tomó Sócrates al polonio que, en 2006, acabó en Londres con la vida del ex agente del KGB Alexander V. Litvinenko.
Publicada con el subtítulo de 'De la cicuta al polonio', esta 'Historia del veneno' ha sido escrita tras comprobar su autora, en sus clases en el laboratorio, la fascinación que los venenos producían sobre sus alumnos.
El 'Verde Scheele' se usó en decoración de interiores en la Inglaterra victoriana. Luego se supo que con la humedad se descompone en hongos tóxicos que se volatilizan
"Como tengo que explicarles 102 elementos químicos, todos menos el carbono, era la forma de hacer que se interesaran por algunos como el arsénico o el cloro", ha explicado Muñoz Páez.
"Tengo compañeros que han probado venenos por curiosidad; los químicos de la antigüedad los probaban y los olían, para poder describirlos; el químico sueco Scheele describió cómo olía y cómo sabía el cianhídrico, que es uno de los venenos más potentes", ha asegurado.
Scheele fue el descubridor del denominado 'Verde Scheele', un pigmento que con la humedad se descompone en hongos tóxicos que se volatilizan y que pudo ser la causa de la muerte, totalmente fortuita, de Napoleón en Santa Elena, según Adela Muñoz. Este pigmento, además, pudo ser también la causa de muerte de muchas personas en la Inglaterra victoriana, cuando se usó mucho en decoración de interiores, y se descomponía en ambientes húmedos y cerrados.
El veneno más usado a lo largo de la historia ha sido el arsénico
El polonio que mató a Litvinenko fue descubierto por Marie Curie y, según Muñoz, tanto ella como su hija Irene murieron de leucemia, probablemente víctimas de las radiaciones.
Sobre la creencia de que las mujeres emplean con más frecuencia que los hombres el veneno para asesinar en ámbitos domésticos, la autora ha asegurado que se carece de estudios estadísticos completos, pero que los que hay indican que "las mujeres los emplean en un 60% de los casos".
La profesora ha asegurado que en la actualidad se puede descubrir el uso de cualquier veneno, si bien los que dejan más rastro son los metales pesados como el arsénico, el talio y el antimonio. Los venenos orgánicos, como el cianhídrico "se procesan y son más difíciles de detectar" pero, según ha explicado, en los laboratorios actuales se puede detectar en el cabello incluso el consumo de estupefacientes efectuado meses o años antes del análisis.
Actualmente, se puede detectar en el cabello el consumo de estupefacientes meses e, incluso, años después
De todos los personajes que ha encontrado en su investigación histórica, Muñoz ha confesado fascinación por el británico Alan Turing, matemático, filósofo, padre de la denominada inteligencia artificial e inventor de la máquina 'Enigma', empleada por el contraespionaje en la Segunda Guerra Mundial, quien, tras verse envuelto en un penoso proceso por ser homosexual, murió al comer una manzana envenenada.
Según Adela Muñoz, el veneno más usado a lo largo de la historia ha sido el arsénico, de ahí que su capítulo se titule 'El rey de los venenos', hasta que fue destronado por Juan Buenaventura Orfila, considerado el padre de la toxicología, de quien se cree causó la muerte de no menos de 5.000 perros en sus experimentos y quien descubrió un método para detectar envenenamiento por arsénico.
Otros capítulos de libro se ocupan de Cleopatra y las serpientes del Nilo, de la familia Borgia, de la corte de los Estuardo, de las brujas y los aquelarres o llevan títulos tan sugerentes como 'Amantes despechadas, criadas resentidas'.
Un nuevo documental de la autora de "El mundo según Monsanto" (Marie Monique Robin) sobre la incidencia de los pesticidas en el aumento de casos de cáncer [112 min.].
El documental Nuestro Veneno Cotidiano fue presentado oficialmente el 17 Enero 2011 en París a la prensa y luego presentado al público en general mediante la cadena fanco-alemana Arte el 15 de Marzo del 2011, simultáneamente en Francia, Alemania y Bélgica.
Lunes, 15 de marzo de 2010 Una isla en guerra total contra las ratas
El plan consiste en matar a todas las ratas con veneno, pero ¿no sería más adecuado colocar depredadores naturales de ratas para un control biológico? Para Conocer Ciencia esta es una muestra de pragmatismo llevada al máximo. Lea:
Los cazadores de focas y los barcos balleneros trajeron -sin quererlo- por primera vez las ratas y ratones a la isla.
Si la operación de exterminio masivo que se iniciará en un futuro próximo concluye con éxito, las ratas que desde hace más de dos siglos se apoderaron de la Isla de Georgia del Sur, en una esquina remota del Atlántico Sur, se convertirán en un capítulo superado de su historia.
Llegaron inadvertidamente con los primeros cazadores de focas, allá por 1875 y más tarde recibieron refuerzos gracias al arribo de los barcos balleneros.
Sin depredadores naturales, las ratas y ratones se transformaron rápidamente en los dueños de la isla y destruyeron en poco tiempo a la población de aves.
"Cuando fue descubierta en 1775 era probablemente la isla con aves marinas más importante de todo el mundo", le dijo a BBC Mundo Tony Martin, director del Programa de Restauración del Hábitat de la Fundación para la Protección de Georgia del Sur (SGHT, por sus siglas en inglés).
Actualmente, esta isla que se encuentra bajo dominio británico y forma parte de la misma disputa que el gobierno del Reino Unido y el de Argentina mantienen sobre las Islas Malvinas o Falklands, alberga más de 30 millones de aves de 31 especies diferentes.
Allí abundan entre otros los albatros de cabeza gris, los petreles gigantes del norte y la mitad de la población total de pingüinos Macaroni (o de penacho anaranjado). Pero esto, "es una mínima fracción de la cantidad de aves que podrían vivir en la isla. Literalmente, se han perdido millones de pájaros", explica Martin.
Que no quede ni una
Más de 31 especies de aves marinas habitan la isla.
La tarea que el científico tiene por delante no es sencilla: "no alcanza con erradicar a la mayoría o incluso al 99,9% de las ratas, tenemos que eliminar al 100%".
El problema es que las ratas se reproducen rápidamente. Alcanzan su madurez sexual a los dos meses y son capaces de producir siete camadas de entre 8 y 10 ratas al año. Con sólo dos ratas que sobrevivan al operativo, la isla volvería en pocos años a ser nuevamente una colonia de roedores.
El plan de erradicación, que tiene un costo de cerca de US$8 millones y una duración de cuatro años, consiste en la distribución por toda la isla -con la ayuda de helicópteros- de cebos con veneno.
El Plan
Este veneno hace además que las ratas y los ratones se vuelvan fotofóbicos y por ende busquen refugio en sus madrigueras. De este modo, no sólo mueren sino que se entierran ellas mismas, resolviendo de un solo golpe el problema de cómo deshacerse de los cadáveres.
Para minimizar el riesgo de que los pájaros consuman el veneno, la estrategia debe implementare en la temporada en que la isla cuenta con la menor población de aves posible, entre febrero y marzo, justo cuando las aves de verano se han marchado y antes de que llegue el invierno, para evitar que las bolitas de veneno quedan escondidas bajo la nieve.