9 de mayo de 2012
Ratones paracaidistas luchan cuerpo a cuerpo con serpientes invasoras
6 de marzo de 2011
Control Biológico de Plagas
Control Biológico
![]() |
| Figura 1: Oecophylla smaradigna. Foto: Tuan Cao 2007. |
![]() |
| Figura 2: Mariquita de siete puntos (Coccinella septempuncta) |
![]() |
| Figura 3: a) Imago de E. fuscirostre: un controlador biológico de C. scoparius. Fuente: galerie-insecte.org. b) Larva de E. fuscirostre en una semilla de C. scoparius. Foto: Erik Rodríguez 2009. |
![]() |
| Figura 4: De Izda a Dcha: Austropotamobius pallipes, Pascifastacus leniusculus y Procambarus clarkii. Foto: David Gerke, 2007. David Pérez, 2009. Mike Murphy, 2006. |
![]() |
Figura 5: Curculio elephas. Foto: Erik Rodríguez, 2009. |
Fuente:
Ciencia con Paciencia
27 de enero de 2011
¿Sabías el mecanismo de las trampas para mosquitos?

Los moquitos hembra (recordemos que los machos no pican) deben conseguir sangre para reproducirse y para ello disponen de sensores que les ayudan a localizar a sus víctimas. Pueden detectar el dióxido de carbono de la respiración, el calor y, a veces, incluso el sudor.
Un método muy usado desde hace unos años son los aparatos que mezclan dióxido de carbono y octenol para provocar una nube de gas que los mosquitos encuentran irresistible.
El funcionamiento es bien simple: un sistema difusor esparce una nube compuesta por octenol y dióxido de carbono; el primero simula los productos químicos de las plantas y el segundo es la principal guía de olfato de los mosquitos hembra cuando buscan sangre humana para chupar.
El gas resultante de esta mezcla atrae a los mosquitos en un área que depende de la potencia de la máquina, pero suele ser suficiente para cubrir un jardín de tamaño medio.
Cuando los insectos se dirigen a la fuente del gas son absorbidos por una boquilla succionadora hasta un recipiente donde mueren por deshidratación.
Algunos modelos más avanzados se ponen en marcha automáticamente al amanecer y al atardecer, las horas del día en que estos chupadores de sangre proliferan más.
Fuente:
Xataca Ciencia
21 de enero de 2011
El parásito que cambia el color de su víctima
Científicos británicos descubrieron el primer ejemplo de un gusano parasitario que cambia el color de su huésped para evitar ser devorado.

El nemátodo (Heterorhabditis bacteriophora) es un usurpador de cuerpos que ataca a las larvas enterradas en el suelo.
Una vez dentro de ellas licua su órganos y se alimenta del caldo, haciendo que la oruga cambie eventualmente a color rojo.
El nemátodo emplea esta táctica para engañar a sus depredadores, como las aves, y así evitar que se los coman.
Pesticida eficaz
El parásito ataca específicamente a los insectos y, es tan efectivo, que se vende como pesticida.
Pero aunque se utiliza ampliamente con este fin, hasta ahora los científicos no entendían porque los nemátodos cambian el color de su huésped tan radicalmente.
Pero Andy Fenton, y su equipo de investigadores de la Universidad de Liverpool, en el Reino Unido, que han estado estudiando el comportamiento de este parásito durante 12 años, concluyeron que la explicación es muy sencilla.
"Los nemátodos mueren si se comen a su huésped", explica Fenton.
"Por eso resulta lógico que un cambio de color dramático pueda ser una señal de advertencia para sus depredadores. Y es sabido que el rojo es un color que se utiliza para hacer una advertencia", añade el científico.
Mejor muerto que infectado
Para comprobarlo, con ayuda de sus colegas de la Universidad de Glasgow el equipo de Fenton desarrolló un experimento para poner a prueba las respuestas del petirrojo silvestre ante la presencia de una larva de la polilla de la cera infectada y otra no infectada.
Y descubrieron que los petirrojos preferían las larvas no infectadas.
A lo largo de varios experimentos, los investigadores observaron cómo las aves se acercaban, y, en algunos casos, tocaban a las larvas infectadas para, finalmente, desecharlas.
A medida que los gusanos se iban tornando más rojos, las aves los iban dejando de lado.
"Nos sorprendió que los resultados sean tan evidentes, sobre todo cuando comparamos insectos infectados con los que estaban muertos desde hace rato", comentó Fenton.
"Pensamos que los pájaros no se interesarían por las orugas muertas, pero preferían esas y no las infectadas", añadió el científico.
Además, el equipo cree que los gusanos infectados pueden tener un olor particular que espanta a las aves.
Fuente:
Conozca más sobre este nemátodo en:
15 de marzo de 2010
Una isla en guerra total contra las ratas
Lunes, 15 de marzo de 2010
Una isla en guerra total contra las ratas
El plan consiste en matar a todas las ratas con veneno, pero ¿no sería más adecuado colocar depredadores naturales de ratas para un control biológico? Para Conocer Ciencia esta es una muestra de pragmatismo llevada al máximo. Lea:
Los cazadores de focas y los barcos balleneros trajeron -sin quererlo- por primera vez las ratas y ratones a la isla.
Si la operación de exterminio masivo que se iniciará en un futuro próximo concluye con éxito, las ratas que desde hace más de dos siglos se apoderaron de la Isla de Georgia del Sur, en una esquina remota del Atlántico Sur, se convertirán en un capítulo superado de su historia.
Llegaron inadvertidamente con los primeros cazadores de focas, allá por 1875 y más tarde recibieron refuerzos gracias al arribo de los barcos balleneros.
Sin depredadores naturales, las ratas y ratones se transformaron rápidamente en los dueños de la isla y destruyeron en poco tiempo a la población de aves.
"Cuando fue descubierta en 1775 era probablemente la isla con aves marinas más importante de todo el mundo", le dijo a BBC Mundo Tony Martin, director del Programa de Restauración del Hábitat de la Fundación para la Protección de Georgia del Sur (SGHT, por sus siglas en inglés).
Actualmente, esta isla que se encuentra bajo dominio británico y forma parte de la misma disputa que el gobierno del Reino Unido y el de Argentina mantienen sobre las Islas Malvinas o Falklands, alberga más de 30 millones de aves de 31 especies diferentes.
Allí abundan entre otros los albatros de cabeza gris, los petreles gigantes del norte y la mitad de la población total de pingüinos Macaroni (o de penacho anaranjado). Pero esto, "es una mínima fracción de la cantidad de aves que podrían vivir en la isla. Literalmente, se han perdido millones de pájaros", explica Martin.
Que no quede ni una
Más de 31 especies de aves marinas habitan la isla.
La tarea que el científico tiene por delante no es sencilla: "no alcanza con erradicar a la mayoría o incluso al 99,9% de las ratas, tenemos que eliminar al 100%".
El problema es que las ratas se reproducen rápidamente. Alcanzan su madurez sexual a los dos meses y son capaces de producir siete camadas de entre 8 y 10 ratas al año. Con sólo dos ratas que sobrevivan al operativo, la isla volvería en pocos años a ser nuevamente una colonia de roedores.
El plan de erradicación, que tiene un costo de cerca de US$8 millones y una duración de cuatro años, consiste en la distribución por toda la isla -con la ayuda de helicópteros- de cebos con veneno.
El Plan
Este veneno hace además que las ratas y los ratones se vuelvan fotofóbicos y por ende busquen refugio en sus madrigueras. De este modo, no sólo mueren sino que se entierran ellas mismas, resolviendo de un solo golpe el problema de cómo deshacerse de los cadáveres.
Para minimizar el riesgo de que los pájaros consuman el veneno, la estrategia debe implementare en la temporada en que la isla cuenta con la menor población de aves posible, entre febrero y marzo, justo cuando las aves de verano se han marchado y antes de que llegue el invierno, para evitar que las bolitas de veneno quedan escondidas bajo la nieve.
Lea el artículo completo en:





