Foto: C.F.
Las manos enormes de Will Allen están surcadas
por infinitos surcos de tierra. El "oficio" le viene de familia, aunque
su imponente altura -por encima de los dos metros- le llevó a triunfar
antes como jugador de baloncesto y a descubrir la importancia de la autosuperación personal y del trabajo en equipo.
Cuando dejó los aros se pasó, todo hay que
decirlo, a la cancha del "enemigo": Kentucky Fried Chicken. Después fue
jefe de ventas de la multinacional Proctor and Gamble, y pudo muy bien
haber ascendido en el escalafón corporativo, con su impactante presencia
y sus dotes de comunicador.
Pero algo le dijo que tenía que
volver a sus raíces y redescubrir el poder transformador de los buenos
alimentos. Llevar la agricultura a los barrios más desfavorecidos de las
grandes ciudades y embarcar en la faena a cientos de adolescentes. "Porque ellos son la auténtica semilla del cambio"...
Cierto que en su infancia el campo, allá en
Maryland, le parecía "una labor demasiado fatigosa". Acabó no sólo
alejándose de ella, sino renegando y prometiendo que nunca más metería
las manos en la tierra. Hasta que tiempo después, de gira con su equipo
de baloncesto, conoció en Bélgica a un grupo de agricultores ecológicos
que le hicieron cambiar radicalmente su visión y su propósito.
"Mi misión ahora es que todo el mundo en la
Tierra tenga acceso a buenos alimentos", asegura Will Allen a sus 64
años, al frente del equipo de más de 30 personas que trabajan en "Growing Power", la
granja urbana en Milwaukee (Wisconsin) que rescató del abandono y el
olvido hasta convertirla en modelo internacional del emergente
movimiento de agricultura en los barrios, bajo el lema "Cultivar
alimentos, cultivar mentes, cultivar comunidades"...
"La comida es lo que más une a la gente",
asevera Allen con su poderosa voz. "Y sin embargo en barrios marginales
como el que estamos, Park Lawn, la gente no tenía la posibilidad de
comprar verdura o fruta fresca en un radio de siete kilómetros a la
redonda. Todo lo que había eran McDonald's y establecimientos de "fast
food", o tiendas con comida ultraprocesada y llena aditivos. Y luego se
preguntan por qué la obesidad se ceba de esa manera con los chavales
negros e hispanos".
"Growing Power" tiene una traducción de
doble filo: el "poder" de cultivar o el poder "creciente". Instalado
desde 1993 en la que llegó a ser la última granja en suelo urbano de
Milwaukee, Allen ha convertido la hectárea larga de terreno en un
impesionante centro experimental para cultivar en zonas frías. Los 15 invernaderos funcionan prácticamente durante todo el año
y, en combinación con otra granja rural quince veces mayor al norte de
la ciudad, producen el equivalente a 250.000 dólares al año.
Por el centro de vermicompostaje de
"Growing Power" pasan todos los años hasta seis millones de toneladas de
basura orgánica. Cada cuatro meses, se producen 50.000 kilos de
compost... "La tierra es la base de todo", precisa Allen. "En las
ciudades, los suelos son muy pobres y están contaminados. Por eso es muy
útil cultivar en lotes o en camas de cultivo. Y tener bien cerca a las
lombrices trabajando para cerrar el ciclo: lo que creció en la tierra,
vuelve a la tierra".
Veinte cabras, cincuenta patos, seis pavos y 250 gallinas contribuyen también a fertilizar
la granja y a enriquecer su oferta con leche y huevos. Y por último
están las percas y las tilapias, criadas en tanques de agua dulce en
varios invernaderos donde se cultiva por hidroponía...
"La idea es reproducir la circulación del agua en un río...
Abajo tenemos a los peces, el agua pasa luego por sistema de filtros
naturales que rompen los componentes tóxicos de los excrementos y los
transforman en nitrógeno que será usado como nutriente para las plantas.
A este nivel usamos también nuestros populares berros como segundo
sistema filtración. El agua es finalmente bombeada a las camas elevadas
de cultivo, donde tenemos sobre todo tomateras, lechugas, espinacas y
otras verduras".
Allen mete la red en el agua y captura un
hermoso ejemplar de tilapia, cotizadísima por la decena larga de
restaurantes a los que abastece en Milwaukee y Madison... "No sólo hemos creado cultura de comida local, sino que hemos enriquecido los horizontes y queremos seguir experimentando".
La cosecha de Growing Power se vende en la
propia tienda y llega a los mercados locales de granjeros, aunque el
modo más popular y económico de distribución es sin duda la Cesta del
Mercado, que por 16 dólares garantiza verdura y fruta durante toda una
semana para dos o cuatro personas.
Pero tanto como alimentar a 10.000 bocas
urbanas, a Will Allen le interesan esos 3.000 agricultores en potencia
que pasan por aquí todos los años, para aprender las reglas básicas para
cultivar en la ciudad, o especializarse en cultivos hipodropónicos, o
sacar un "master" en vermicompostaje.
"Digamos que Growing Power es el germen de muchas otras historias",
palabra de Will. "Estamos asistiendo a un momento de cambio profundo y
desde dentro en las ciudades. Al "boom" de movimientos como "slow food" o
la comida local se une ahora la lucha contra el "racismo ambiental",
que ha hecho que muchos jóvenes en nuestras comunidades se interesen por
primera vez en cultivar la tierra como una herramienta de cambio
social".
Will ha "pescado" para la faena a su propia
hija, Erika Allen, que asus 44 años está al frente de la granja que
Growing Power ha abierto en la periferia obrera de Chicago. "Me siento
muy orgullosa de recoger la antorcha de mi padre y de toda mi familia,
que lleva 400 años dedicada a la agricultura", asegura Erika. "Y siento
también que nuestro trabajo es una gran contribución a la justicia
social, para paliar las tremendas carencias que existen en nuestros
barrios".
"Food From the Hood" en Los Angeles, "People's Grocery" en Oakland o "Just Food"
en Nueva York son otros ejemplos de iniacitivas abanderan el movimiento
de la "justicia alimentaria", que también ha echado raíces en la ciudad
industrial y decadente por excelencia: Detroit. El renacer de la
agricultura urbana en los solares vacíos de Detroit ha dado pie a un
documental, "Urban Roots", que simboliza como ningún otro la nueva era de la autosuficiencia urbana.
En Milwaukee, entre tanto, Will Allen
acaricia el sueño de hermanar agricultura, tecnología y justicia social
con un proyecto que pondrá definitivamente a "Growing Power" en el mapa
mundial: "Queremos construir un centro que sea una auténtica revolución en agricultura urbana, con granjas verticales de cinco pisos. Seríamos el primer centro en la nación, aunque no tardarían en imitarnos"...
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