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12 de septiembre de 2016

Tara, Maca, Yacón, Uña de Gato: 29 semillas peruanas están en riesgo de ser patentadas en el extranjero

En total suman 11,690 los pedidos para patentar semillas peruanas en el exterior, según datos de la Comisión Nacional contra la Biopiratería. Las solicitudes más reiteradas son por la tara, el yacón, la maca y la uña de gato.

El parlamentario andino Alan Fairlie expresó su profunda preocupación por la extensa cantidad de pedidos de patentes, en diferentes países del mundo, de nuestros recursos genéticos.

Indicó que se debe fortalecer a la Secretaría Técnica de la Comisión Nacional contra la Biopiratería.

“Bancos de germoplasma para la adecuada conservación de nuestra diversidad genética y recursos suficientes para los organismos que se encargan de monitorear los intentos de biopiratería son algunos de los temas que se deben plasmar”, opinó.

Fairlie dio a conocer –según datos de la Comisión Nacional contra la Biopiratería– que de los 11,690 pedidos en el exterior para patentar nuestras especies y sus derivados, 3,989 son por la tara, 3,211 por el yacón, 1,406 por la maca, 843 por la uña de gato, 648 por la cascarilla, 294 por el maíz morado, 185 por el algodón de color, 134 por el camu camu, 133 por el paico, 132 por la guanábana, 131 por el achiote, 104 por la lúcuma, 100 por el palo de rosa, 90 por la sangre de grado y 84 por el sacha inchi.

En menor medida existen pedidos de patentes por el tarwi (38), el hercampuri (36), la chirimoya (33), el barbasco (24), la muña (19), la chancapiedra (13), el pasuchaca (13), el guanarpo (8), la abuta (7), la manayupa (6), la oca (3), la caripona (3), la mashua (2) y el olluco (1), añadió.

Fairlie refirió que la biopiratería no es un problema que solo afecta al país, sino a todas las naciones que conforman la Comunidad Andina.

Afirmó que desde el Parlamento Andino va a trabajar para que a nivel del bloque se establezcan políticas públicas de protección de nuestros recursos.

Larga batalla
 
Hasta febrero pasado, el Indecopi, entidad que preside la Comisión Nacional contra la Biopiratería, informó que había logrado invalidar 15 casos de patentes a ser registradas en el exterior.


Eran casos referidos a maca, yacón, sacha inchi, camu camu y pasuchaca, que pretendieron ser patentados por empresas extranjeras como si fueran sus propios descubrimientos, constituyendo probados casos de biopiratería, indicó el Indecopi.

Por ejemplo, la comisión invalidó seis patentes relacionadas a la maca (especie originaria de los departamentos de Junín y Cerro de Pasco), que fueron registradas en Japón, Corea y Europa, para la producción de medicamentos para el tratamiento de la osteoporosis, insomnio, incremento de la testosterona y como suplemento alimenticio.

“El objetivo no es impedir el uso de esos recursos, sino que este uso sea legal y beneficie el desarrollo sostenible del país, más aun el de las comunidades nativas”, indicó el Indecopi.

Fuente:

Gestión (Perú)

4 de marzo de 2013

Los piratas de los seres vivos: Documental (Sub Español)

Resumen: Un Señor americano viaja a Mexico y recoge semillas de Frijoles de color amarillo. Las lleva a EEUU y las patenta diciendo que ese color (amarillo) lo ha inventado él, a pesar de haber 30 especies de semillas amarillas en el pais vecino. A partir de ese momento tiene una patente de venta exclusiva de frijoles amarillos y los mexicanos tienen que pagarle un impuesto por cada frijol amarillo que vendan. 

Esta es segun el documental la nueva piratería alimentaria de este siglo. Amparado por los EEUU.


26 de marzo de 2012

¿La nueva cara de la biopiratería en América Latina?

Amazonas

Brasil comenzó a advertir que una serie de contratos que permiten a empresas extranjeras acceder a tierras indígenas en la Amazonía pueden servir para camuflar la biopiratería, una práctica que inquieta a la región.

La última alarma para el gobierno brasileño surgió con la noticia de que indios de la etnia mundurucú cedieron por US$120 millones los derechos sobre sus tierras a una empresa irlandesa del negocio de créditos de carbono.

El acuerdo establece que por 30 años los indios estarán impedidos de plantar o extraer maderas de sus tierras, de una superficie similar a El Salvador, a las cuales la empresa tendrá acceso irrestricto, informó hace pocos días el diario "O Estado de Sao Paulo".

Las autoridades brasileñas advierten que este y otros contratos similares ofrecidos a etnias indígenas por empresas de créditos de carbono suponen un riesgo de explotación oculta de la biodiversidad del país.

La ministra brasileña de Medio Ambiente, Izabella Teixeira, dijo en el mismo diario que se debe evitar que las oportunidades para avanzar en la valorización de la biodiversidad "disfracen acciones de biopiratería".

"Es un nuevo canal que se abre para la biopiratería", indicó a su vez la asesoría de comunicación de la presidencia de la Fundación Nacional del Indio (Funai), una entidad estatal brasileña, en declaraciones a BBC Mundo.

"Libre acceso"

La biopiratería es comúnmente entendida como el uso con fines comerciales o científicos de recursos de la biodiversidad y conocimientos ancestrales de la misma sin una autorización o compensación adecuada.

"Algunas de las propuestas de contratos presentadas a las comunidades indígenas incluyen cláusulas de libre acceso a tierras indígenas y a todo el patrimonio biológico en ella contenido por parte de las empresas, lo que puede facilitar acciones de biopiratería"

Declaración de la Fundación Nacional del Indio

Esta práctica para desarrollar productos medicinales, farmacéuticos, agroindustriales y de otro tipo ha provocado medidas preventivas de las Naciones Unidas y de países latinoamericanos en la región Amazónica.

Ecuador, por ejemplo, anunció hace pocos días que prepara un proyecto de ley para enfrentar el fenómeno en general.

Brasil ha tomado medidas contra la biopiratería desde hace años, pero las autoridades creen que los contratos de empresas que negocian con créditos de carbono en tierras indígenas muestran la necesidad de adaptar las normas.

"Algunas de las propuestas de contratos presentadas a las comunidades indígenas incluyen cláusulas de libre acceso a tierras indígenas y a todo el patrimonio biológico en ella contenido por parte de las empresas, lo que puede facilitar acciones de biopiratería", indicó la Funai.

"El pretexto para tal cláusula es la supervisión del área para que las empresas puedan acompañar la preservación de la selva. No obstante, la falta de reglamentación de ese mecanismo deja espacio para otras actividades e investigaciones no relacionadas con el comercio de carbono", agregó.

Contratos bajo la lupa

Indígenas en Brasil

Más de 30 etnias brasileñas fueron contactadas por empresas extranjeras.

Más de 30 etnias brasileñas han sido abordadas por empresas o personas físicas que buscan negocios vinculados a los créditos de carbono, aunque no siempre se han cerrado contratos, precisó la Funai.

Se desconoce cuántos quilómetros cuadrados de tierras indígenas abarcan los contratos ya firmados, que fueron transferidos a la Procuraduría General de la Unión para que eventualmente tome medidas judiciales.

La Funai niega que los acuerdos tengan validez jurídica, "porque Brasil todavía no reglamentó el mecanismo de REDD, como se llama ese mecanismo de compras y ventas de créditos de carbono".

REDD es un método de pago a países en desarrollo o a comunidades dentro de ellos para que conserven sus bosques y puedan reducir así las emisiones de CO2 derivadas de la deforestación.

Las cantidades de carbono que se dejan de emitir se calculan en créditos, que pueden ser comprados por empresas contaminantes de Europa y otras regiones para delegar la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Las compañías que buscan contratos en tierras indígenas de la Amazonía se especializan en el desarrollo de ese mercado de créditos de carbono.

"Preocupación legítima"

Celestial Green Ventures, la empresa irlandesa que firmó el contrato con la etnia mundurucú, se define a sí misma como líder mundial en la materia.

Sólo en Brasil tiene 16 proyectos que suman 200 mil kilómetros cuadrados, según "O Estado de Sao Paulo", lo que supone un área mayor a la superficie de Uruguay.

Consultada por BBC Mundo en su sede en Dublín, la empresa declinó formular comentarios sobre la inquietud que generan sus actividades en Brasil e indicó que pronto hará una declaración al respecto.

"Nuestro país debe tener directivas muy claras para que eso (la biopiratería) no ocurra y la legislación brasileña todavía deja brechas para que esas actividades irregulares puedan suceder"

Carlos Roberto Sanquetta, experto en medio ambiente y ecología

"El gobierno tiene una preocupación legítima", evaluó Carlos Roberto Sanquetta, un especialista brasileño en ecología, cambio climático, proyectos forestales y de carbono, consultado por BBC Mundo.

A su juicio, con los contratos que dan derechos sobre tierras indígenas a empresas extranjeras "se corre el riesgo de que haya exportación clandestina de recursos genéticos y de valores culturales de las comunidades indígenas".

"Nuestro país debe tener directivas muy claras para que eso no ocurra y la legislación brasileña todavía deja brechas para que esas actividades irregulares puedan suceder", advirtió.

¿Reacción exagerada?

Sin embargo, Paulo Adario, director de la campaña amazónica de la organización no gubernamental Greenpeace, sostuvo que la reacción brasileña puede ser exagerada.

La venta de créditos de carbono "es un mecanismo que nosotros no necesariamente apoyamos, pero que existe en el mercado y no tiene nada (que ver) con la Enlacesoberanía: creo que hay una confusión ahí", dijo Adario.

A su juicio, "siempre que hay una discusión sobre compañías extranjeras y la Amazonía hay una gran preocupación de Brasil con la cuestión de la soberanía y la biopiratería".

"Hay verdad en esto y hay una preocupación muy fuerte con cosas que no existen", indicó en declaraciones a BBC Mundo. "Por supuesto, es necesario verificar los contratos para ver lo que pueda haber detrás".

Fuente:

BBC Ciencia

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19 de julio de 2008

Monsanto en el Perú (2) - ¿Monsanto se alista a invadir al Perú?

¿Se alista Monsanto a invadir el Perú?

Tras la firma del TLC con EEUU debemos estar alertas contra la biopiratería.
Conozca, es este artículo, qué son los transgénicos y que implicancias tendrían en la alimentación y la salud de millones de peruanos.




¿Qué son los transgénicos?

Los transgénicos son vegetales y animales producidos mediante la manipulación genética. Los biólogos manipuladores de los genes producen estos nuevos seres vivos con ánimo de lucro y apuntan a diversos fines: producir especies vegetales más resistentes a las plagas, con mejor apariencia, con frutos más grandes, con diferentes sabores, etc. También manipulan a los genes animales: puede ser para producir vacas que rindan leche con determinadas características.

Pero no sólo modifican una especie, a veces estos biólogos mezclan genes de vegetales de especies diferentes e inclusive han llegado a cruzar vegetales con animales, por ejemplo para producir tomates con genes de pez. Peor: han introducido genes humanos en vegetales, como el arroz manipulado que Pilar Mazzetti permitió emplear en lactantes en el norte en el 2006.

La transnacional al acecho

Monsanto, la más importante empresa de investigación y producción de productos transgénicos, envió a sus representantes al Perú, quienes se reunieron esta semana con el Presidente de la República en Palacio de Gobierno.

El Perú es uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo, tenemos un patrimonio biológico que, debido a la amplitud del territorio, a los recursos limitados del estado, además de las políticas nacionales inapropiadas, está expuesto a la extinción o a la biopiratería.

El TLC con EE.UU.

El TLC firmado con EE.UU. avala el patentamiento de plantas, lo que pone en riesgo la protección de los conocimientos tradicionales y el uso de los recursos de la biodiversidad, con la posibilidad de que se den actos de biopiratería.

Con el marco legal que impone este TLC, nuestra biodiversidad se encuentra expuesta a ser manipulada para enriquecer a pocas compañías. ¿Se imagina usted que Monsanto modifique las variedades de papa, maíz, paltas y después quiera cobrarnos por estas producciones? ¿Por qué no son ellos los que deban pagar por experimentar con nuestros recursos? Las diferencias entre los grandes capitales y los modestos productores podrían llevar al hambre a muchas poblaciones.

Peligro para la biodiversidad

Aunque algunos ecologistas, como Brack Egg, digan que los vegetales transgénicos no son ningún peligro para la biodiversidad, existen estudios en Europa que demuestran que si un agricultor siembra transgénicos, expone a los campos vecinos —y hasta lejanos— a que la polinización transgénica, por acción del viento o de insectos polinizadores, contamine su cosecha, y así los productores de vegetales naturales no sabrán hasta qué punto sus frutos son realmente naturales o transgénicos.



Peligro para los humanos

Se ha comprobado que, al alimentarnos, nuestro organismo reconoce los genes naturales de plantas y animales y desconoce los genes de alimentos transgénicos, y su ingesta altera severamente el sistema inmunológico. Es una maravilla que nuestro ser sea capaz de diferenciar genes naturales de los transgénicos, pero una lástima que se quiera insistir en producir esos productos manipulados genéticamente.

Existe un ejemplo de 12 muertes producidas por el uso de material transgénico para un tratamiento realizado en laboratorios japoneses que intentaban producir insulina a partir de hojas de tabaco.

Si ahora se dice que hay de esos productos en los cuales todavía no se puede comprobar efectos adversos, ¿deberíamos esperar a que éstos se produzcan a muy largo plazo para lamentarlo después? Podría suceder como el caso de la vacuna contra la poliomielitis: se ha constatado recientemente, después de cinco décadas, que muchas personas vacunadas en la década del 50 están desarrollando diversos tipos de cáncer, especialmente linfomas, ocasionados por la presencia del SV-40, poliovirus no identificado en esa época, que estaba presente en las vacunas, debido a que los procedimientos no estaban optimizados; sin embargo en su momento la vacuna fue aprobada por las organizaciones de salud.

Cabe además preguntarse: si se acepta que las condiciones climáticas están cambiando aceleradamente, ¿se ha pensado en el problema que generará la proliferación de estos transgénicos, creados para determinadas condiciones? Las plantas y animales naturales que existen hasta hoy nos demuestran su capacidad para resistir diversos cambios ambientales durante milenios, pero ¿tendrán los transgénicos tal capacidad? Si no es así, de avanzar su producción, podrían llevarnos a una hambruna súbita, debido a cambios ambientales extremos que están siendo anunciados por los científicos, y que no podrían resistir. Paradójicamente EE. UU., el principal contaminador ambiental en el mundo, no quiso firmar el acuerdo de Kyoto para luchar contra la contaminación, y es el propulsor de la producción transgénica.

Consideraciones éticas y morales

No obstante que Alan García se golpea el pecho y hasta presume de predicador del evangelio, al abrir la puerta al gigante de los transgénicos plantea serios cuestionamientos morales y éticos.

El Papa Benedicto XVI, hablando acertadamente sobre la manipulación genética, ha comentado: “Hoy parecemos ser testigos de una especie de antigénesis, un contraplan, una soberbia diabólica que se propone eliminar la familia. Hay intención de reinventar la humanidad, de modificar la misma gramática de la vida, como fue planificada y deseada por Dios”, a lo que calificó como hechos “satánicos, narcisitas y fétidos”.

Fuente:

ConnuestroPerú.com
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